Tarde pero segura ha llegado esta actualización uwu)r Regresemos con las historias sad :'v
Miraculous pertenece a Thomas Astruc y anexos.
OoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOo
DEBO PROTEGERTE, QUIERO PROTEGERTE
CAPÍTULO III
MENTIRAS
Era lógico que no pudiera dormir con tranquilidad, pero lo que no imaginaba es que eso fuese causado por el constante recuerdo de lo que le pasó a su compañera. Le dolía la cabeza, causa de despertar varias veces en la noche.
Giró su cuerpo, topándose de lleno con su celular que marcaba un retraso de casi veinte minutos. No quería levantarse y las razones eran lógicas, aunque eso estaba de lado ya que le sorprendía que los empleados de su hogar no fueran a tocar a su puerta. Volvió a revisar su móvil y a la perfección marcaba que era lunes.
No quería levantarse y mucho menos ir en busca de cualquiera de los responsables de cuidarle ahora que su padre se encontraba en Italia.
—Nathalie… —le estaba llamando.
—¿Qué pasa joven Agreste? —respondió con voz cansada del otro lado de la línea.
—Me siento mal, tengo un fuerte dolor de cabeza. ¿Crees que esté mal que falte a clases?
—No le veo mucho problema, es importante su salud —se escuchaban las uñas sobre el teclado de la computadora de la mujer —. Pediré que le lleven un analgésico y descanse todo el día. Si necesita algo sólo llámeme, me iré de aquí hasta las 9:00 pm.
—Gracias…
—Descanse.
Observó su dispositivo móvil de forma extraña, nunca le habían permitido faltar a sus actividades con solo mencionar un pequeño malestar. De alguna forma le agradaba esa actitud tan complaciente de la secretaria personal de su padre, después de todo podría ir más tarde al hospital sin demasiadas restricciones.
Dio permiso de que su guardaespaldas pasara con una bandeja con una caja de medicinas y un vaso de jugo de naranja. Se mostraba preocupado por lo que Adrien se disculpó con él por estar en esa condición; el hombre le revolvió el cabello dando a entender que no tenía porque pedir perdón.
—Yo creo que saldré hasta la hora de la comida, prefiero dormir para que se vaya el dolor…
El mayor asintió y tras inspeccionar que el modelo tomase el medicamento salió de ahí.
—Demonios…
. . .
Marinette había despertado temprano en el hospital, un tanto confundida y pensando que todo lo del día anterior había sido un sueño. Pero parecía lejos de ser cierta esa posibilidad. Notó que estaba en un cuarto completamente blanco, sola. En la puerta estaba un policía que parecía custodiarla. Cuando este se dio cuenta que había reaccionado llamó a una enfermera que no tardó en entrar con el medico que el día anterior había hablado con su compañero.
El médico, Joshua Chevalier le atendió lo más delicado posible, pero la jovencita comprendía que estaban siendo tratada de esa forma por lo delicado del asunto. Si era sincera, aún con la pulcritud de ese sitio ella seguía sintiendo que tenía sobre sí los fluidos de aquel akumatizado. Su mente intentaba no culpar al pobre joven que tanto admiraba a su contraparte heroica, pero eso era pedir imposibles.
Necesitaban volver a hacer un chequeo en su intimidad, pero si ella no estaba preparada lo dejarían para otro momento. Ella dio el permiso de ser examinada.
—Sentirás un poco frío por los instrumentos —explico la ginecóloga —, si sientes alguna incomodidad, dímelo y me detendré de inmediato.
—Sí.
De alguna forma se sentía vulnerable al mostrar de tal forma su intimidad, pero eso no era lo que la estaba llevando al borde del llanto, sino el tener que ser examinada por el motivo de que ese sitio fue ultrajado, herido por una fuerza descomunal que ella no pudo parar.
Su débiles y heridas manos estrujaban segundo a segundo las sábanas rosas que estaban bajo ella. Contenía con toda su fuerza los quejidos de molestia que ese examen le estaba dando; sabía a la perfección que ese dolor no provenía propiamente del examen, sino de las heridas que se formaron en su vagina y cuello uterino a causa de la violación.
Este era sólo el principio de un largo camino que la iba a llevar a los peores lugares de su mente. Lugares que en ningún momento creyó pisar. Y el más próximo, uno de los más conocidos era su deseo a no volver a ser Ladybug… Su corazón comenzaba a hartarse de que su contraparte sea la causa de la gran parte de sus males.
Por ser la heroína de Paris se lastimaba continuamente, su cansancio era mayor, faltaba a actividades importantes, no podía tener una vida estudiantil normal, Adrien sólo gustaba de ella con el traje moteado y… Ahora esto.
Tal vez todo lo anterior era nada, cosas que no eran de vida o muerte, cosas que podían considerarse hasta cierto punto vanas a cambio de cuidar de su ciudad de nacimientos, de sus amigos y familiares. ¿Pero qué pasaba con lo de recién? ¿Debía de ignorar aquello y continuar como si nada? Ni intentándolo podría hacer tal cosa, estaba realmente herida. En un momento, mientras era perpetrada pensó que se merecía tal cosa, llegó a creer que su cuerpo estaba disfrutando tal cosa cuando sólo era una respuesta natural para que no sufriera más daño interno.
—Terminamos —anunció la de bata blanca acomodando a la chica de forma normal en su cama.
—Claro —habló la azabache sin ganas.
—¿Quieres que pasen tus padres a verte?
Había olvidado por completo a sus progenitores. Seguro estaban preocupados por lo que sucedió, pero, ¿cómo podía explicar que pasaron las cosas? No sabía para nada si Chat Noir explicó algo de lo que realmente sucedió. Llevó sus dedos a sus orejas sólo para asustarse pues sus pendientes no los llevaba puestos, ¿qué tanto pasó mientras estuvo dormida?
—Yo…
—Necesito hablar primero con ella antes de cualquier cosa —intervino el internista.
—Pero doctor Joshua…
—Soy el encargado de esta paciente, me ha pedido que la atienda personalmente el director y también es un pedido especial de la policía.
La mujer tronó la lengua, parecía que no se llevaban demasiado bien.
—Hablaré a solas con ella.
Nuevamente obtuvo una mala respuesta de su parte. Dio la vuelta sobre sus puntas y salió de ahí junto a la enfermera que le ayudó al examen ginecológico. Apenas estuvieron solos el policía de guardia cerró las cortinas que daban al pasillo y cerró la puerta.
—Lamentó que esto se maneje en tanto secreto señorita Dupain.
—¿Q-qué pasa? —le ponía muy nerviosa estar a solas con un hombre a pesar de que fuese su médico.
—Conozco las circunstancias especiales de este caso al igual que le director del hospital y algunos policías, entre ellos el jefe de estos.
—¿Có-cómo dice?
—El día de ayer, cuando se suscitó este problema fuimos informados de su situación especial por su compañero, Chat Noir —se sentó en el sillón junto a la cama —. Se nos ha explicado que no podemos decir nada por seguridad de usted, nuestra y de su familia. Sólo aquellos que he mencionado saben sobre su identidad como Ladybug, por lo que sus padres siguen desconociendo el tema y hasta que no se tome una decisión conjunta esto seguirá igual.
La parisina estaba atónita con lo que le estaban diciendo. El maestro Fu le había pedido que no revelaran la existencia de los miraculous y aun así el tonto gato había hablado de ello para poder explicar todo. ¿Acaso no era más fácil mentir y decir que la encontró tirada por algún sitio?
—Estoy seguro que se debe de preguntar porque su compañero hizo esto y es simple: se necesita toda la información para poder atenderle de forma adecuada. Además, estamos procediendo contra su atacante ya que a pesar de su condición como persona que fue llevada a una forma como villano por Hawk Moth ha realizado un crimen completamente diferente a otros de los llamados "akumatizados". Lamento decir que si descubrimos que es alguien potencialmente peligroso o que esto estaba premeditado de alguna forma se le llevará a la corte, todo esto evitando hacer uso de su nombre y mantener dicho caso como confidencial.
—Yo…
—Permítame continuar —pidió serio.
—Claro…
—Quiero que comprenda que esto salé de lo cotidiano y todo se está manejando de la forma más confidencial posible. Hasta el momento sus padres y la escuela saben que fue traída aquí por el héroe Chat Noir tras ser encontrada en un callejón siendo... —tomó un respiro para decirlo— Violada por un extraño que ya no pudo atrapar debido a que prefirió traerla directo al hospital para ser atendida rápidamente.
Las lágrimas corrían desde sus ojos hasta las sábanas, no podía pararlas, así como tampoco podía con las imágenes de ese momento que se iban repitiendo de a poco en su mente causando un cierto vértigo mental.
—Quiero ver a mis papás —rogó con un hilo de voz.
—Enseguida.
El profesional de la salud salió deprisa del sitio para pedir a los señores Dupain-Cheng que fuesen con su hija que ya había concluido todos sus exámenes.
Se observaban cansados, pero eso no evitó que en cuanto supieron ello fueron en busca de su unigénita que estaba hecha un mar de lágrimas. Abrazándola en cuanto entraron, los tres compartieron el llanto.
La escena era demasiado dolorosa; Tom y Sabine hacían todo lo posible porque su hija no se rompiese en pedazos. No debía perder lo valioso que tenía para ser remplazado con cosas horribles, culpas innecesarias o sólo recuerdos dolorosos, ella era más que eso y necesitaba saberlo a toda costa.
Partiendo de ahí, dejando indicaciones de que nadie más entrara sin su permiso, el doctor fue a los vestidores donde ahora mismo no se encontraba nadie. Buscó en la agenda de su teléfono y marcó al número que el gato negro le otorgó, debía notificarle que su amiga ya había despertado además de comentarle todo le informó.
Ninguna de las llamadas tuvo éxito, por lo que de momento le dejaría un mensaje de voz y también uno de texto para que en cuanto lo viera fuese al nosocomio para hablar de lo que procedería con la chica, el hospital y la fuerza policiaca.
Continuará…
OoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOo
Muchas gracias a los que pacientemente esperan la actualización de esta y mis demás historias. Espero que tengan un buen inicio de año; mis mejores deseos para todos ustedes 3
Déjenme sus comentarios sobre esta historia que se aprecian muchísimo. Los quiero y gracias a todos por su apoyo ¡Saludos!