Los nombres de los personajes que utilizo en esta historia no son de mi pertenencia sino de RUMIKO TAKAHASH
Capitulo 1
Cuando te conocí
Mi nombre es Rin, tengo veinte años, vivo en Japón junto con mi tía abuela Kaede o como muchos la conocen, "anciana Kaede" aunque realmente no es tan grande, vivo con ella desde que era una pequeña niña, no tengo padres, murieron a casusa de unos bandidos. Asaltaron a mis padres solo por algunos papeles en su billetera. En fin, el vivir con mi tía abuela no ha sido tan malo, siempre me ha llenado de cariño y amor además de su entera comprensión y de su apoyo incondicional.
Kaede además de ser la mejor tía del mundo, es la jefa del departamento de doctores del hospital de la ciudad, es encargada de la especialidad de Neurología. Su vasto conocimiento y amplia experiencia, me cautivaron al grado de querer estudiar en la gran universidad de Tokio "el campus Shikon" uno de los mejores colegios universitarios y con la mejor especialidad en oftalmología, la cual, es la especialidad que estoy estudiando. A pesar de ser lo suficientemente caro me esforcé en conseguir que los directivos me apoyaran para poder mantener mis estudios.
En este colegio, asisto junto con mis amigos: Shippo quien estudia medicina igual que yo, Sango y su hermano menor Kohaku que también tiene mi edad, están en la especialidad de doctor veterinario y su novio Miroku quien junto con Kagome estudian psicología, y por ultimo pero no menos importante Inuyasha el novio de Kagome quien estudia arquitectura. A pesar de que todos estamos en distintas facultades nos llevamos muy bien y en cada tiempo que tenemos libre, aprovechamos para salir y vernos aunque sea solo a conversar por pequeños momentos.
Ellos son los amigos que he conservado desde que asistía a la primaria, la cual compartí siempre con Shippo y Kohaku ya que son de mi edad. Sango, Miroku, Kagome e Inuyasha son mas grandes por dos años de diferencia pero a pesar de eso, todos somos muy íntimos, nos apoyamos y queremos mucho.
Podría decir que mis dos mejores amigos son Inuyasha y Kagome ¿porque? Fácil, Kagome es una chica linda, cariñosa y se preocupa por los demás, por esa razón le tengo tanta confianza y aprecio, Inuyasha en cambio, a pesar de su personalidad arrebatada y explosiva es igual de lindo que su novia sin dejar de agregar que desde la perdida de mis padres, siempre me ha procurado y cuidado como a su hermanita.
Gracias al apoyo de los directivos, como mencione anteriormente, me he podido mantener en la gran universidad, pero así como puedo permanecer ahí, mis esfuerzos deben ser al doble, mis calificaciones no deben bajar, esa es una de las condicione de su ayuda, lo cual, en ocasiones se me hace muy complicado y pesado, hasta el grado, de quedarme dormida en el transporte escolar. Debo agregar que en comparación de mis amigos soy la, menos afortunada monetariamente, por ejemplo: Inuyasha, su padre es dueño de las principales constructoras de la ciudad, Kagome vive en un templo herencia de su abuelo, Sango, su hermano Kohaku, Miroku y Shippo al igual provienen de familias adineradas.
Cada día, me levanto temprano y tomo el trasporte al colegio, al término de las clases voy a la biblioteca, estudio un poco y de ahí me dirijo a casa con mi tía abuela, en ocasiones cuando salgo con mis amigos pospongo mis estudios para la tarde, lo que provoca que en ocasiones salga muy noche de la biblioteca. Y así es, cada día hasta que llega el viernes ya que los fines de semana, trabajo de medio tiempo en un restaurante de café muy bueno si puedo decir, donde apoyo un poco a mi tía con los gastos de la casa.
En fin, así era mi vida, presionada por los estudios, atairada todo el tiempo pero con buenos amigos a mi lado, o al menos lo fue antes de ese cambio de trescientos sesenta grados que llego inesperadamente a mi vida aquel día de otoño. Esa noche nunca la olvidare, puedo recordarlo tal y como si lo volviera a vivir, como es que una persona puede causar tanto alboroto a la tuya. Les contare lo que paso, lo que sucedió aquella noche cuando conocí a Sesshomaru.
xxxxx
- Es tarde y el transporte no pasa – pensé - ¿qué voy hacer? no puedo llegar tarde – me dije preocupada cuando vi un auto acercarse a mi
- Rin… hola ¿aun sigues aquí en la parada del transporte? ¿A caso tienes clases más tarde? – pregunto el dueño del auto al detenerse frente a mi
- Hola Kohaku – salude - amm no, de hecho ya es tarde pero no pasa el transporte
- No hay problema hermosa, yo te llevo – propuso
- ¿En serio? Muchas gracias – dije accediendo
- Claro no hay molestia, anda entra
Fue mi salva vidas en ese momento aunque, sé muy bien que fue un golpe de suerte para él, sabía perfectamente bien que Kohaku no desistiría conmigo, desde la preparatoria se me había declarado y a pesar de dejarle claro que solo lo veía como amigo, no cesaba, no es que fuera mal chico, en realidad siempre fue lindo, atento, caballeroso y muy tierno conmigo pero… nunca lo pude ver como algo mas, sé que puedo estar loca al no ver lo que frente a mi estaba "un muchacho con buenos sentimientos" pero siempre sentí que él no era para mí.
- Hemos llegado mi linda Rin – dijo mirándome con una gran sonrisa
- Muchísimas gracias Kohaku
- Yo tengo clase dentro de media hora así que iré a estacionar mi auto, tú corre a tu clase, que ya casi es hora – menciono deteniéndose frente a la entrada
- Claro – pronuncie gustosa mientras bajaba del auto - nos vemos más tarde
- Si, por cierto Rin…
- ¿Sí?
- Luces hermosa esta mañana
- ¿Ah? Gracias… debo correr me voy… - Me apenaba cada vez que me decía eso, mas de incomodidad que de gusto.
Después de lo dicho intente olvidar su alago y me dirigí a mi salón de clases. A pesar de su incomodo comentario, le agradecía el ayudarme a llegar justo a tiempo porque realmente, ya hasta estaba comenzando a sudar frio, pero bien, lo bueno es que ya estaba ahí.
El día paso rápido y las clases terminaron. Esa tarde acompañe a mi amiga Kagome a ver practicar a su novio Inuyasha el arte de la espada. Habían varios talleres mas en el campus, en uno de ellos estábamos Kagome y yo, que era el de tiro con arco, bastante interesante debo confesar pero por incapacidad de la profesora nos encontrábamos de vacaciones de ese taller.
- Inuyasha es muy bueno – comente a mi amiga mientras observábamos desde las gradas
- Así es… no sabes lo sexi que se me hace cuando practica y más cuando se quita su camisa – hablo con la mirada fija en él
- ¿Kagome?... – dije tapándome el rostro
- Lo siento Rin, jajaja – soltó en una risa – no puedo evitarlo, Inuyasha me encanta
- Lo sé, no paras de decirme que es sexi, jaja – reí – además, se nota que tu le encantas también
- ¿Eso crees? – pregunto curiosa
- Por su puesto, aunque su rudeza no lo deje demostrarlo muy abiertamente, se le nota lo mucho que te quiere y lo loco que lo traes…
- Eso me da mucho gusto amiga… es tan…
- ¿Sexi? – interrumpí completando su frase
- Claro… - afirmo y comenzamos a reír
Seguimos riendo cuando de pronto detrás de mí, escuche una conversación que de la nada, me llamo un poco la atención.
- Inuyasha es muy bueno
- Claro pero no tanto como….
- Por supuesto, por esa razón Inuyasha siempre es el segundo lugar
¿Segundo lugar? Me pregunte al escuchar a un par de muchachos charlar.
- ¿Sabes Rin? – menciono mi amiga apartándome de aquella ajena conversación
- ¿Si dime? – pregunte
- Me siento tan feliz con Inuyasha, tu sabes que siempre estuve enamorada de él y cuando por fin se me declaro, bueno no como yo esperaba, me sentí sumamente feliz, porque ya estaba conmigo y pues me hace feliz, es lindo, tierno, atento, me demuestra a cada momento lo mucho que me quiere pero…
- Pero… - insistí
- A veces me llega nuevamente la duda de saber si ya no siente nada por Kykio – soltó al fin
- ¿Kykio? – me sorprendí por su comentario, realmente no sabía que aún dudara sobre eso - Pero… ¿porque lo dices? Fue novia de Inuyasha hace mucho tiempo
- Lo sé… pero fue su primer amor Rin, ese nunca suele olvidarse tan pronto
- Pero Inuyasha la olvido, no estuviera contigo si no fuera así
- Lo sé, pero… a veces no puedo evitar sentirme inferior a ella – menciono bajando la mirada
- ¿Kagome? – pregunte un tanto molesta
- Rin, la vemos cada que vamos al taller de flecha con arco, no puedes ignorar que es hermosa
- Es más grande que nosotras, que Inuyasha de hecho – respondí
- Por eso mismo, es más culta, refinada, inteligente, buena y hermosa sobre todo hermosa – insistió
- Sé que su novio es Naraku
- Así es pero… siento que, aún no la ha olvidado Inuyasha y viceversa – dijo clavando sus ojos en mi
- Kagome, Rin… andando la practica ya término – escuchamos y aquella voz nos sobresalto por un momento. Era Inuyasha quien ya había regresado
- Sí, claro vamos – dijo de inmediato mi amiga
- Amiga yo…
- Después terminamos de platicar si Rin – susurro sonriéndome
- Si – dije no muy convencida - La practica estuvo muy bien – comente
- Si, esta vez sí que sude – contesto
- Ya lo veo mi amor, tu olor te delata
- ¿Qué dices? No huelo mal
- Claro que si
- Calla mujer y dame un abrazo anda – menciono Inuyasha acercándose a su novia
- Chicos yo me quedare – dije intentando salvar a mi amiga de su sudoroso novio
- ¿Porque Rin, en serio si huelo muy mal? – pregunto sorprendido
- No, no Inuyasha, bueno si, pero no es por eso – respondí mientras reímos Kagome y yo – la razón es que quiero alcanzar a la doctora Kanna para saber si me permitirá ayudarla como enfermera en el hospital donde trabaja
- Pero sería como voluntaria ¿no?
- Si…
- ¿Y de que sirve si no te van a pagar? – opino Inuyasha
- Me ayudara a practicar, además puedo conseguir una pequeña oportunidad para realizar ahí mismo mis practicas y posteriormente trabajar ahí
- Pero yo te puedo ayudar a entrar ahí Rin…
- No Inuyasha, muchas gracias pero quiero lograrlo por mí misma, no con el poder del dinero y peor del dinero ajeno – aclare
- Como quieras… - respondió en un gruñido
- Bien Rin, que tengas suerte – apoyo mi amiga
- Gracias amiga
- Nos vemos mañana
- Hasta mañana
Después de despedirme de mi pareja de amigos, me dirigí en seguida a la biblioteca. Ya ahí, me quede a esperar a que la doctora terminara de dar su curso para después interceptarla y así mismo, estudiar un poco.
xxxxx
- Muchas gracias doctora – dije gustosa
- No, a ti Rin, nos vemos mañana en clases. Ahora a descasar – menciono dando media vuelta y marchándose de la sala
- Muy bien – acepte, feliz
Tome mi bolso, mi mochila donde cargaba mi laptop, los libros que me había prestado la doctora y me dirigí a la salida – ¿oh? – Volteé y vi mi proyecto, era mi maqueta, se me había olvidado llevármela – si la dejo aquí, mañana cuando venga por ella, ya no va a estar completa – pensé – creo que mejor me la llevo- la tome y me dispuse caminar, apenas podía ver, era grande muy grande, no alcanzaba a ver ni mis pies y me sentía más que sobre cargada – con bajar a salvo las escaleras me conformo – me dije optimista – me tome de la pared y comencé bajando uno por uno de los escalones.
Sentía mi victoria asegurada, todo iba bien, ya casi llegaba al primer descanso de la escalera cuando… ¿qué paso? No pise un escalón y sentí como claramente caería de una forma brutal, ya podía sentir en mi piel los golpes y la destrucción de mi maqueta y laptop. Pegue un grito y cerré los ojos esperando mi destino.
Mantenía aún los ojos cerrados, había pasado mucho tiempo para que no cayera al suelo así que los abrí y… ¿Qué había pasado? Me encontraba de pie, intacta, mi maqueta estaba a salvo y la abrazaba con ambas manos al igual que mis demás cosas. Me dio mucha alegría y de inmediato solté un suspiro de alivio, no me había pasado nada. Todo iba bien, hasta que me percate de cómo es que me mantenía en pie. Baje un poco la mirada y sentí unas manos sosteniendo mi cintura, así mismo como el resto de mi cuerpo se encontraba recargado en el que parecía ser dueño de aquellos brazos.
Gire a la izquierda con temor de lo que podría encontrar y fue ahí cuando lo vi.
Era hermoso, ojos grandes, serios y misteriosos con un color tan dorado como el oro pero brillaban más que los mis mismísimos diamantes, su piel era tan blanca cual albino hombre, su cabello largo y bellísimamente plateado, aun mas que la misma luna, su rostro afilado y fino, sus labios delgados y levemente carnosos formando una figura exquisita y tentadora, simplemente al verlo, me quede impactada.
Al observar a aquel guapísimo hombre, mis ojos se abrieron de sorpresa y hasta podría decir que también mi boca participo en mi asombro. Seguí observándolo sin pronunciar ninguna palabra, simplemente con aquello frente a mí, era normal que el habla desapareciera.
- Deberías tener más cuidado – menciono ayudándome a volver a la realidad
- ¿Ah? Si, si claro – tartamudee separándome de él, un poco nerviosa – muchas gracias por ayuda…
- Era normal que te cayeras si cargas tantas cosas – dijo interrumpiéndome
- Si – sonreí – no fue la mejor de mis ideas
- Ya lo creo – respondió y debo decir que su forma de contestar era bastante cortante hasta cierto punto grosera
- Bueno, en fin, gracias por ayudarme fue muy oportuna tu presencia
- No agradezcas, la próxima, no te interpongas en mi camino – soltó dejándome atónita
- ¿Perdón?
- Como lo escuchaste, la próxima vez que intentes caerte, hazlo sin que me estorbes
- Discúlpame por tropezar y que desafortunadamente fueras pasando – pronuncie sarcástica
- Como quieras – finalizo retirándose
Vi como se retiro mientras yo, quede con un mal sabor de boca por aquel encuentro - A pero que muchacho tan grosero – me dije con el ceño fruncido. Estupefacta por el momento, decidí olvidarlo e irme. Termine de bajar las escaleras y salí de la biblioteca en dirección a la calle para tomar un taxi, era noche, bastante tarde de hecho, lo suficiente para que el cielo mostrara su maravillosa vía láctea adornada con esas majestuosas estrellas. Mire mi reloj de muñeca y vi media noche en él.
Me sentía angustiada, faltaban veinte minutos para dar la una de la mañana, ¿porque no pasa ni un solo taxi? – Pensé - El sonido de la ciudad me asustaba, volteaba a todos lados, nerviosa, temía que alguien se me acercara, tragaba saliva y me sobresaltaba cada vez que escuchaba mínimo sonido. Comenzaba a creer que en definitiva, no pasaría un taxi en el cual irme a casa. De pronto, un auto realmente impresionante en color blanco, se detuvo frente a mí, bajaron lentamente las ventanas del mismo y dentro se encontraba él, ese muchacho que me había ayudado a no caer de la escalera.
- ¿Sigues aquí? – pregunto desde adentro
- Si… - suspire
- No es correcto que una señorita este tan tarde a estas horas de la noche – comento
- Lo sé, pero no ha pasado ningún taxi desde hace casi una hora
- Ya veo, eso te ganas por andar a pie – dijo sínico
- ¿Tendría que tener un auto a fuerza? – pregunte firme
- Cierto, no cualquiera lo posee – respondió y aquel comentario me enfureció
- ¿Oye quien te crees para…?
No termine de hablar cuando el muchacho salió de su auto y se coloco frente a mí. Era más alto de lo que pensé, desde esa distancia, pude contemplar mejor su persona, si, era alto, delgado pero perfectamente fornido, se notaba por la manera en la que su camisa se pegaba a su pecho que claramente, practicaba algún deporte así como también, se notaba en sus brazos, que eran, bastante anchos, lo sé porque los sentí cuando hacía poco me abrazaban impidiendo mi caída.
- Dame eso – pronuncio dirigiéndose a mi maqueta
- ¿Qué?
- También dame tus cosas – dijo acercándose a mí y tomando mi bolso
- ¿Qué te pasa? ¿Para qué? –pregunte confundida
- ¿Quieres quedarte aquí toda la noche esperando inútilmente a que pase un taxi?
- ¿Ahh? - tartamudee
- Te llevare a tu casa - menciono, después de eso, abrió una de las puertas traseras e introdujo mi maqueta al igual que uno de mis bolsos
- ¿A mi casa? – repetí confundida – ¿si tienes en cuenta que no te conozco verdad? No sé quién eres
- Sesshomaru, vamos entra – persistió abriendo la puerta del copiloto y dándome el paso para entrar – no te voy a secuestrar si es lo que piensas – añadió sarcástico
Era cierto, no lo conocía, no sabía quién era pero por alguna razón, accedí a subirme a su auto, nunca lo había visto antes pero por estar también en la biblioteca, era claro que estudiaba en la universidad, si, el campus era enorme pero… esa parte de la biblioteca era de la facultad de medicina y yo, nunca lo había visto en el edificio perteneciente a la misma. Aun así, por algún motivo, me inspiro seguridad y me arriesgue a irme con él.
Cerró la puerta después de que me senté y en lo que camino para subirse, admire el auto que debo decir precioso, nunca había estado en un auto como esos, se notaba que ese muchacho tenía más que dinero. Entro y dirigió su mano al estéreo para poner un poco de música, al momento comenzamos a avanzar.
- ¿Donde es tu casa? – pregunto sin desviar su mirada del frente
- Es entre Hiraicotsu y Majikku Kasai – respondí
El muchacho sin responder palabra simplemente asintió y continuamos el camino, las calles estaban completamente solas así como obscuras, aun no podía creer como es que iba en el auto de un hombre que no conocía. Volteé ligeramente a verlo, su rostro mostraba una tranquilidad absoluta, no gesticulaba alguna emoción, era bastante extraño ya que en todo el transcurso no menciono ninguna palabra.
- Aquí es, es la color beige como café – mencione indicándole con la mano
Se detuvo, bajo del auto, me abrió la puerta, me ayudo a bajar dándome su mano y al instante, abrió la puerta trasera para sacar mis cosas.
- Muchas…
- ¿No vas abrir la puerta? – interrumpió y fue cuando me di cuenta que entre sus manos ya traía mi bolso y maqueta
- ¿Ah? – era de pocas palabras pero entendibles, quería ayudarme a meter todo lo que traía cargando – claro – dije y en seguida abrí la puerta de mi casa - tía he llegado – mencione en cuanto entre
- Gracias al cielo que estas aquí Rin estaba muy… oh buenas noches joven – saludo confundida
- Buenas noches – saludo él, entrando a mi casa
- Ella es mi tía abuela Kaede – presente un poco incomoda
- Sesshomaru – dijo - ¿Donde dejo tus cosas?
- Aquí en la mesa por favor
- Bien ahí están, con permiso señora – hablo saliendo en seguida
- ¿Rin? – pregunto mi tía todavía más confundida
- Permíteme tía – dije casi al instante y salí de casa para darle un justo agradecimiento por su ayuda y despedirlo – muchas gracias por tu atenta… - me quede estática al notar que ya estaba dentro de su auto arrancando y marchándose sin siquiera decir adiós
- ¿Rin, quien es ese muchacho y porque estabas con él a estas horas de la noche? - pregunto exigente
- Tarde en responderle, la verdad me había sorprendido la actitud de aquel muchacho. Después de un rato por fin hable - Tranquila tía, te explicare en seguida, entremos y tomemos un café ¿de acuerdo?
- Oh entonces ¿te ayudo? Qué lindo de su parte – dijo sonriendo
- Sí, pero… se fue sin siquiera escuchar mi agradecimiento
- Por lo que dices está en la misma facultad que tú, eso significa que mañana lo veras, aprovecha para agradecerle fue muy atento de su parte, además de caballeroso, cuidar de ti sin conocerte, fue un lindo detalle…
- Si, si lo fue
- Además… el joven es bastante apuesto – agrego picara
- ¿Ahh? – me sorprendí
- Seré vieja pero no ciega, note lo guapo que es, además, se ve que es muy culto y educado
- Jajaja – reí - tía, será mejor que vallamos a dormir, mañana es viernes y aún hay deberes que cumplir – dicho lo ultimo ambas nos dirigimos a descansar
xxxxx
Al siguiente día, en la universidad, justo antes de entrar a clases me encontré con mi amiga Kagome a quien de inmediato aproveche para platicarle todo lo sucedido la noche anterior.
- ¿Sesshomaru? – pregunto bastante sorprendida
- Si, ese es su nombre "Sesshomaru"
- No puedo creerlo Rin – pronuncio arrugando la frente
- Lo sé, no sabes lo engreído que fue, pero hasta cierto punto lindo, me ayudo a llevarme a casa, era bastante tarde
- No si, pero…
- Cuando lo vea le daré las gracias – perseguí sin dejarla hablar
- Creo que yo lo…
- Ayer se fue tan deprisa que ya no dio tiempo – continúe
- ¿Rin? – soltó casi en un grito
- ¿Sí? – pregunte sobresaltada
- Sesshomaru, es el medio hermano de Inuyasha – soltó y yo, quede sin aliento
- ¿Qué? – exclame - ¿Inuyasha tiene un hermano?
Bueno… esta historia fue algo que se me ocurrió,espero les guste… comenten que les pareció y así me ayudaran a subir nuevo capítulo lo más pronto posible…
SESSHOMARU EL FRIO YOKAI no se me ha olvidado, si la voy a subir estén atentos.
Les mano besos y un súper abrazo.