Capitulo 4 "El Árbol Sabio".
El grupo de Sesshomaru caminaba por el bosque, Rin sobre el dragón viendo curiosa las flores y su hermano caminaba detrás de Sesshomaru. Esperando ansioso otra aventura. Desde el incidente con Inuyasha y su grupo, no había ocurrido nada interesante o emocionante.
-¿A dónde iremos ahora? ¿Pelearemos con un monstruo peligroso? ¿O conquistaremos tierras lejanas? -El niño daba saltitos para tratar de quedar a su altura para que le hicieran caso- ¡Oh, ya se! De seguro conquistaremos un imperio...
-¡Niño! No le estés haciendo al amo muchas preguntas –Dijo desde su lugar el sapito que iba atrás de ellos.
Leo le puso el pie, tranquilamente y fingiendo inocencia.
-¡AH! –El sapo tropezó y cayó de cara al piso.
-¿Se encuentra bien señor Jaken? -Pregunto preocupada la menor desde el lomo de su dragón.
-Algún día niño, algún día -Molesto y poniéndose de pie para seguir al Daimio.
-Leo, no seas malo con el señor Jaken, estoy segura de que el señor Sesshomaru pronto hará algo increíble -Sonriendo con inocencia como si de verdad creyera lo que decía.
Sesshomaru guardaba silencio, estando atento a su alrededor. Leonardo se dio cuenta y se cayó esperando escuchar algo.
-Entonces, ¿Uno de los amigos de su padre se encuentra en este bosque? –Pregunto el demonio verde mirando a su alrededor. Sesshomaru solo permanecía serio. -Ay, ¿Dije algo malo?
-Me da gusto verte, te estaba esperando.
-¿Ah?- Jaken, Rin y Leo miran su alrededor buscando la voz.
-Una voz se escucha en el cielo. –Dijo la niña mirando hacia la copa de los arboles.
Los otros dos alzaron la vista esperando encontrar algo.
-Pero si no hay nadie.
La voz se escuchaba más adentro del bosque. -Sabia que vendrías a visitarme, Sesshomaru.
-¿Pero qué estás diciendo?, ¿Sabías cuando vendría? Árbol sabio.
-¿Árbol sabio? –Preguntaron ambos niños a la vez.
-Has venido a preguntarme sobre la espada ¿O me equivoco?
El Youkai de pelo blanco se detuvo frente a un árbol viejo que poco a poco cambio su corteza por un rostro humano.
-Tú quieres saber sobre Colmillo de Acero, la espada que heredo tú padre, ¿Cierto?
-¡Un árbol horrible! –Leonardo le cubrió la boca a su hermanita y le hace señas de que se calle. Rin hizo pucheros pero asintió y ambos miran el árbol.
-Amo bonito, ¿Quién es este personaje?- Rin y Leo miran curiosos con la misma pregunta hecha por el sapo, dibujada en sus caritas.
-Es un árbol de magnolia que tiene 2000 años de antigüedad.
-¡WOW!
-Y ahora mismo va a hablar, sabes a que vine, así que responde. -Sesshomaru lo miraba seriamente, esperando las respuestas que había ido a conseguir.
-Así es. Y se la historia de las espadas que dejo como recuerdo el padre de Sesshomaru. Cuyas fundas de Colmillo de Acero y Colmillo Sagrado fueron hechas con una de mis ramas más resistentes.
-¿Sus fundas? –Pregunto el sapito.- "Ya entiendo. Ahora sé porque esas fundas guardan un poder misterioso, el cual es indestructible. Al ver este árbol me hace comprender lo resistentes que son".
Sesshomaru entrecierra los ojos.
-Árbol sabio, supongo que conoces aquella extraña... "relación" que tiene Inuyasha con Colmillo de Acero.
-¿Inuyasha? ¿Te refieres a tú hermano menor?
-Su sangre ha cambiado en dos ocasiones. La primera fue cuando un demonio destruyó a Colmillo de Acero de una sola mordida. Y la segunda fue cuando Inuyasha soltó su arma durante nuestra batalla.
-Es verdad, él se transformo dos veces –El niño recordó su apariencia cuando estaban en el campo de batalla. Sesshomaru lo miro y Leonardo se cayó.
-Su sangre dejo de tener esa extraña mezcla y obtuvo el mismo olor de la de mi padre y de la mía. –Sesshomaru entrecerró los ojos de tan solo recordarlo.
-¿Tenia el mismo olor? Jejejeje, habría que analizar por qué.
Todos miran el árbol.
-¿Qué quieres decir con eso?
-Inuyasha es un ser Hibrido, nacido de una criatura sobrenatural y una mujer. Jamás se convertirá en un monstruo completamente. Por sí no lo sabías Sesshomaru, como ser sobrenatural que eres, puedes hacer muchas cosas que, Inuyasha no puede debido a su naturaleza.
-¿Qué Inuyasha no puede? –Dijo Burlón.
-Así es. Él no puede controlarse por sí mismo. Su propio juicio no es capaz de frenarlo.
-¿Su propio juicio?
-Sí. Por ejemplo, Sesshomaru, cuando te encuentras en una batalla, no importa que tanta presión exista, tu mente se encuentra controlada; es decir, nunca pierdes tú esencia como criatura.
-Ja. No existe alguien que sea capaz de intimidarme en una batalla.
-Jejejeje, puede que tengas razón. Sin embargo, con Inuyasha es diferente. Cuando es presionado y su vida corre peligro, la sangre de bestia que tiene lo domina, y se transforma para protegerse.
-Te refieres al extraño comportamiento de ese momento. -Recordando como Inuyasha cambio en su batalla anterior.
-Más aun, la sangre que Inuyasha heredo de su padre tiene poderes que monstruos como ustedes pueden controlar, pero es muy difícil.
-¿Y cuáles son las consecuencias?
-Pues veras. Podría decirte que esa sangre de bestia es capaz de comer su propio corazón y mente. Pierde la noción de quien es en realidad. Ni siquiera sabe quiénes son sus aliados o enemigos. El solo está ahí para matar. Y a medida que esas transformaciones se repitan, Inuyasha irá perdiendo su mente y su corazón. Se convertirá en un monstruo que solo vivirá para matar, y continuara peleando hasta que su ser perezca.
Leo y Rin se asustaron y Rin miro preocupada a su hermano, imaginando que podría compartir ese destino tan terrible.
-Puedo asegurarte que tu padre no quería que Inuyasha terminara de esa forma tan miserable. Fue por esa razón que le entrego aquel recuerdo. Me refiero a su espada Colmillo de Acero.
Rin traga duro.
-Bueno, Jaken obviamente será el primero de nosotros que caerá en manos de esa bestia, así que... fue un placer conocerte. –Leonardo se despedía con lágrimas falsas del viejo sapo.
-No seas malo con el señor Jaken.
-Mocoso –El sapo temblaba de furia.
Sesshomaru seguía viendo el árbol. -"Esa espada... Cuando Inuyasha la suelta, sucede la transformación".
-Oye hermano, ¿Tú no tienes una espada u otra arma de recuerdo? –pregunta Rin temblando asustada, pensando que tal vez su hermano comparta el mismo destino que aquel hombre.
-No estoy seguro pero lo voy a averiguar -Acercándose al árbol-... Árbol sabio, ¿cree que algún día, con un arduo entrenamiento, puedo llegar al nivel del señor Sesshomaru?, quiero ser como él.
-Tal vez en unos... 3 o 4 cientos años te acerques un poco, si entrenas lo necesario.
-¡ ¿Ta...tanto?! –Sorprendido, el esperaba algo más rápido.
Sesshomaru se dio la vuelta para irse.
-Muchas gracias, señor árbol, espero que nos volvamos a ver pronto- Dijo la niña risueña mostrando los hoyuelos en la esquina de su boca.
El dragón se dio la vuelta para seguir a Sesshomaru. Leo y Jaken lo siguen.
-¡Adiós! –La niña sacudió su manita para despedirse.
-3 o 4 cientos años... –El niño meditaba- Vaya, tendré que esforzarme.
- ¡Sí! Ya verás hermano, serás tan fuerte como el señor Sesshomaru si te esfuerzas.
Leo sonríe y su hermana le sonrió de vuelta, dulcemente. Sesshomaru se queda pensando en las palabras que le dijo el árbol.
Leo lo miró y sonrió, ya lo admiraba demasiado. Quería ser más útil para él. Mientras tanto, Rin miró con tristeza al suelo, ella no tenía ningún poder especial como su hermano, Ah-Un o Jaken. Se sentía una inútil. Leonardo le agarro la mano, para que la menor lo mirara.
-Tú ya tienes un poder especial, es tu felicidad hermanita, si tu eres feliz yo también. Esa es mi motivación de cada mañana.
Rin lo abrazó. Leonardo aprovecho para cargarla en su espalda y comenzó a correr hacia el horizonte.
-WIIIIIIIIII.
-¡NO SE ALEJEN, MOCOSOS!
-¡Alcáncenos si puede, abuelo Jaken!
-¡COMO QUE ABUELO! ¡VUELVAN AQUI! EL AMO SESSHOMARU LOS VA A...
-Déjalos en paz.
-Sí, amo.
-"Lambiscón" -Pensó divertido el niño, sin detenerse.
Sesshomaru seguía pensando en las palabras del árbol. Y emprendió la marcha a su siguiente destino.
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Mientras tanto, en otra parte de la región del Este, Kagome estaba al lado de un rio, muy pensativa, recordando al niño que vio con Sesshomaru en la última batalla que tuvieron.
-¿Que sucede, Kagome?
Kagome volteo a ver al chico con ropas rojas y orejas de perro que la miraba preocupado.
-Estoy pensando en ese niño.
-¿Ahora que hizo ese enano de Shippo? -Preparando su puño para darle muchos golpes en la cabeza.
-¡Inuyasha!
Inuyasha retrocede asustado, pensando lo que seguía.
-¿Quieres dejar en paz a Shippo? Y no, no hablo de él, hablo del que acompaña a Sesshomaru.
-¿El que pudo detener a Sango y a todos ustedes?
-Sí... No se tú pero... Para mí, el parecía humano.
-Pues el niño no tenía olor a Humano, o bueno... lo tenía pero ligero.
-¿Que hará un niño tan pequeño con alguien como Sesshomaru?
-No lo sé, pero no me gusta nada.
-Pero era tan lindo -Con estrellas en los ojos.
Inuyasha la miró raro.
-Pero quiero saber que hace con él, y si Sesshomaru lo tiene amenazado lo traeremos con nosotros.
-Oye, no somos niñeros, si quieres lo dejaremos con la anciana Kaede, pero no lo traeremos con nosotros. Sería solo una carga...
-Abajo.
Inuyasha besó el piso.
-¡KAGOME!
Kagome suspiró y se puso de pie.
-Oye Inuyasha... -Abriendo los ojos- No será que ese niño sea tu... ¿Tu sobrino? –Viendo al Hanyou para ver su reacción.
Sango, Miroku y Shippo, que se habían acercado para verlos, miran a Inuyasha. El medio demonio se levantó y luego de unos segundos se empezó a reír.
-¿Sesshomaru con hijos?, buena broma jajajajajaja.
-Mmmm es raro pero no imposible –Comento, meditativo, el monje.
Sango asiente.
-Como si existiera una mujer que pudiera tocarle un cabello.
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-¡ACHU! Rayos, alguien debe estar hablando de mi.
Sesshomaru no dijo nada y Leo se encoge de hombros para seguirlo.
-"Voy a ser muy fuerte como él, ¡Tratare de hacerlo sentir orgulloso!"
Miró que ya se habían alejado de su hermana y el sapo.
-¡OIGAN! ¡APURENSE TORTUGAS!
Pero no los ve, Leonardo inflo los cachetes pensando en que esto se volvería una tarea muy pesada.
-Esos dos... ya verán cuando sea fuerte.
-Ellos se quedaran allá.
El niño sabía que no obtendría respuestas así que decidió esperar a más tarde, en cambio hizo otra pregunta que era igual de importante.
-Señor Sesshomaru... ¿Cuándo podre conseguir una espada?
-Cuando le permita a Rin ponerse labial.
-Cuando crez...
-Nunca.
- ¡¿AH?!