Algunos se preguntara… ¿Qué demonios? ¿Despues de tanto tiempo?

Si… Sonara estúpido pero jamas me percate de que este capitulo nunca habia llegado a la historia, estuvo listo un mes despues de los últimos dos finales pero nunca vio la luz del dia y no me percate de este detalle hasta casi 2 años despues… Fue un descuido de proporciones bíblicas de mi parte, lo lamento y espero disfruten.

"Bad ending"

El estar de vuelta en la ciudad era algo nuevo. No tenía miedo por primera vez no tenía que nadie me viera y me lastimara.

Cuando el sol me iluminó esta mañana. Me pregunté si era el mismo que me siguió durante toda mi juventud. Era poco creíble la forma en la que me miraba antes. Era cruel. Era un aviso de que era hora de sufrir.

No obstante. por primera vez sentí que él me decía una cosa completamente diferente. Él me decía puedes vivir. Puedes disfrutarlo. Esa sinceridad fue la que me hizo sonreír intuitivamente.

El sonido del tren deteniéndose fue lo ultimo que escuche antes de bajar de este con mi maletas y adentrarme en el interior de la ciudad mientras cargaba con mis maletas. El sonido de la ciudad era recurrente los autos pasaban las mujeres llevaban a sus hijos los hombres iban con sus familias. Era un escenario ajeno a mí. No necesariamente porque quisiera que fuera así sino porque así fue toda mi vida pero después de tantos años. Ya no lo sentía tanto dolor. Solo sentía tristeza por recordar aquellos pensamientos que rondaban alrededor de mi mente.

Cuando era joven escape de casa… Aunque probablemente ya se lo imaginaban. No lo pensé mucho. Sólo fue la acción en el momento. Me arrepentí algunos días después de esa decisión pero no lo suficiente como para volver Ya que volver sería literalmente una especie de suicidio.

Hay grandes diferencias de cuando me fui una de ellas era que me fui con el corazón hecho de trizas en ese momento. Mi corazón dolía la traición era la única opción dentro de todo lo que conocía. El como una situación se salió de control entonces eso me hizo pensar qué tal vez ellas no me querían.

Eso fue lo que pensé por algunos años. En realidad yo nunca las pude odiar porque aún pensando que ellas me traicionaron yo sabía que aún así las quería en el fondo de mi corazón y mi ser... Ellas eran lo único que me salvaron de tomar otro tipo de salida por mucho tiempo.

Habían sido mis mejores amigas mis únicas amigas. Aunque ellas me hubieran lastimado con intención las hubiera aceptado hubiera aceptado de alguna manera sus disculpas. Caminaba por la ciudad la que antes era tan desastrosa. La que a mis ojos era el peor lugar del mundo, ahora parecía tan pacífica y hermosa.

Me preguntaba. Si siempre fue así.

—Buen día señora.—

—¿Cómo están sus hijos hoy?—

Eran diálogos que se pasaron por ahí. Eran lindos, relativamente hermosos. En esos momentos yo pude sonreír porque aunque esa felicidad no fuera mía. Ahora sentía que cualquier persona que fuera feliz era suficiente para hacerme feliz.

Hace tanto tiempo que fui una víctima que no podía imaginarme. Fue tan doloroso… fue en ese entonces donde toque fondo. Antes no dejaba de doler ahora no podía recordar que tanto dolía.

En un inicio pensé que mi vida no tenía sentido. Lo pensé por años y así fue, no tuvo sentido hasta que yo se la di por mí misma pero en el proceso dejé todo lo que amaba. Dejé a las chicas, que aunque un tiempo después me di cuenta que no me traicionaron.

Era gracioso y estúpido. No me podía imaginar el cómo habían llegado a tal conclusión para poder salvarme. Me sentía por ello claramente pero de todas maneras. Sabía que lo hicieron porque yo era importante para ustedes. Eso me duele incluso más, porque ahora sé que las abandoné y jamás Intenté volver a hablar con ninguna de ustedes después de todo este tiempo. Ustedes buscaban lo mejor para mí. En ese entonces no lo veía así, yo lo veía como algo que tenía que hacer por mí misma y eso fue mi error porque aunque estuviera sola. No tenía porque enfrentarme a todo y a todos sola mientras tenía gente a mi lado.

A decir verdad. No quiero darles algún sermón sobre cómo lidiar con sus problemas.

No soy el mejor ejemplo a seguir. Ni tampoco sé que algunos de ustedes que pasan. No quiero alardear ni siquiera eso. Lo único que quiero decir es que… Por más difícil que sea la situación, siempre debe haber una salida. La oscuridad te rodeara y desconocerás la luz hasta al punto de creer que jamas existiría algo así. Alguien que solo conoce dolor se sume en el, pero por lo que mas quieras…

Lo único que quiero pedirte es que no te rindas, porque aunque ahora sea doloroso. Podemos tener un brillante futuro, podremos estar al frente y tomar la felicidad con nuestras manos… Sin importar que tanto tiempo tarde. Podemos ser mejores podemos mejorar todo lo que hagamos lo que hicieron mal con nosotros. Enmendar errores que cometimos sobre nuestra vida pasada, con la gente.

En realidad de eso ultimo es lo que tenia que tratar en estos momentos. Tenia que enmendar algunas cosas que habia arruinado hace ya algunos años

Cuando por fin las calles se redujeron a una casa. Fue cuando sentí pánico quería redimir mis errores y pues los errores que tengo que enmendar son en realidad con solo dos personas.

Estuve un momento más parada frente a la casa sin haberse verme a tocar el timbre. Lo miraba y sentía como mi estómago se revolvió.

¿Qué se supone que les diría?

Hace un tiempo lo investigué por mera casualidad. Ella después de todo de todo los problemas. Decidió seguir su destino. se convirtió en una de las mejores doctoras de Tokio creo que incluso de país. Sabía poco de ella lo poco que la información pública me decía.

Una chica prodigio pelirroja la cual de ser de una de las mas adineradas familias pasó a ser una de las mejores doctoras de todo el país esa era la que en algún momento fue mi mejor amiga, Maki Nishikino. En esa pequeña investigación me di cuenta que estaba casada, al principio me sorprendí, jamás imagine a la chica en matrimonio pero lo mas raro es que también sabía con quién estaba casada. Era extraño, créanme que incluso hace años, la simple idea de imaginármelas solo siendo amigas era casi imposible de concebir por tan mal que se llevaban.

En este momento estaba en pánico, un momento me pregunté como dejé que me convencieran de hacer esto. Era lo que pensaba frente a la puerta. Tantos años y aún era incapaz de confrontar de frente eso por mi propia cuenta. Cansada de estos pensamientos me percate que si seguían rondando sin freno solo terminarían por apartarme y lograr que me acobardara.

Suspire con pesadez. Luego toque el timbre. Esperé mientras el mi corazón palpitaba a un ritmo anormal. Las manos me sudaban. Mis ojos parecían querer salirse de sus órbitas por los nervios.

Cuando por fin la puerta se abrió logre visualizar a una peli negra La cual se conocía muy bien de algunas revistas. La chica como de costumbre tenía su ego algo alzado por lo que sin ni siquiera molestarse en mirarme.

Me dijo. —Lo que sea que estás vendiendo no lo queremos.— Con desgano.

Me quedé en silencio. No sabía cómo responder a eso. ¿Que debía decirle? "Mira soy yo de la preparatoria ¿me recuerdas? La chica con la que tu esposa pasaba todo su tiempo en cuando era joven.

El silencio supongo que fue la mejor respuesta porque apenas unos segundos después la chica fastidiada me miró como diciendo "¿Aun no te largas?"

Pero apenas abrió sus ojos y me vio. Su rostro cambio de manera pues su usual carácter de egocentrismo cambio y me miró con incredulidad.

No sabía si estaba feliz estaba molesta o si simplemente está sorprendida despues de todo aun conociéndola por poco tiempo, creo que la podría haber considerado "Una amiga". Creo que la tercera tendría un poco más de sentido.

—H-Hola— fue lo primero que pude decir. El nerviosismo era bastante no sabía cómo reaccionar. No sabía qué decir y mucho menos sabía qué preguntar.

Los segundos pasaron Nico parece haber visto a un fantasma porque ella se quedó boquiabierta, viéndome de frente. No me molestaba, era fácil imaginar que era la última persona que esperaba.

Los segundos pasaron y pasaron y se convirtieron en un par de minutos. Un par de minutos donde me gesto no cambio de incomodidad. Quería escapar pero el rostro que me brindaba era atrapador puedo decirlo porque no me dejaba irme.

Al notar que ya no diría nada simplemente hable.

—No sé si me recuerdes Íbamos en la preparatoria juntas era amiga de Maki y para hacer un tiempo con ustedes Cuando bailaban como School idols— Hice una pausa. —Supe que ahora viven juntas y sé que ella es una mujer muy ocupada. Sólo quería saber si podía dejarle un mensaje.—

Estas palabras parecieron despertar a la pelinegra porque de inmediato parpadeo un par de veces y me cerró la puerta en la cara. Lo primero que pensé fue que grosería pero luego abrió de nuevo para dirigirme unas palabras.

—Quédate aquí y más te vale que no te vayas. Si vuelvo y no estas aquí, buscare por todo el maldito mundo con tal de encontrarte, ¿Me entendiste?— Su gesto fue amenazante.

Entonces volvió a cerrar la puerta.

Las palabras de la chica no fueron la mejor elección pues parecía más una amenaza que una petición… O tal vez si era alguna clase de amenaza.

Pasaron los segundos.

Luego los segundos se convirtieron en 5 minutos mientras que yo me mantuve sentada. Al lado de la puerta. Jugaba con mi pelo el cual ahora era lo suficientemente largo para cumplir con este propósito, un poco mas largo que el de la pelirroja en la preparatoria, pero no tan largo a comparación del promedio.

Ahora que lo veía. era un hábito que robe de la chica con la que me juntaba en ese entonces. Ella solía jugar con un mechón de su pelo, eso en su momento lo tome como una especie de habito para lidiar con la ansiedad, después de algunos minutos más fue cuando escuché de nuevo alguien acercándose la puerta pero esta vez no era sólo una persona. Sino que eran dos las cuales discutían.

—Hazme caso con un demonio.—

—Nico te he dicho que estoy ocupada. Como de costumbre, tengo muchas juntas y operaciones pendientes además de demasiado papeleo. Estaba vistiéndome para irme y llegaste como una loca.—

Esa voz fue la que escuché atrás de la puerta cuando la escuché me recorrió un escalofrío por la columna.

—Te aseguro por mi vida, que no te arrepentirás de darme sólo 5 minutos de tu tiempo.— Dijo la pelinegra con un tono ya bastante irritado.

La puerta se abrió y con ella salió una mujer la cual podría describir como hermosa.

La chica en primera instancia se veía molesta de que la empujaron a la afuera de su casa pero ese gesto de molestia se convirtió en uno indique indescriptible apenas me vio. Un gesto tan ajeno a su persona qué fue difícil creer que ellos tuvieron gestos de ese tipo.

Entonces fue cuando ese gesto llego para no irse. Miraba a la mujer la cual ahora que lo veia ya no era mas alta que yo si no que ahora teníamos una altura similar, su mirada era la misma de siempre con esos ojos purpuras. Su pelo era un poco mas oscuro y largo de lo que lo recordaba, tanto que era como si viera una diferente pero demasiado parecida versión de su madre.

—M-Maki-chan, soy yo.— Sonreí con inocencia.

—R-Rin…—Fue lo único que pudo murmurar.

Cuando lo note ahora ese gesto se convirtió en uno completamente diferente. Al principio creía que ella reaccionaria mal cuando me viera, me acusaría de muchas cosas y me odiaría pero no pude estar mas alejada de la realidad. Sus ojos se entrecerraron para intentar contener las lagrimas que se acumulaban en la comisura de sus ojos. Un llanto silencioso acompaño este gesto.

Llego el momento en el que solo pude mirarla con preocupación y arrepentimiento, no esperaba ocasionar esa reacción.

En ese momento negué un par de veces para mi misma mientras mi gesto mostraba arrepentimiento. —L-Lo lamento… No debí venir, me iré justo ahor…—

Esas palabras fueron como una amenaza, una amenaza que alerto a la pelirroja, pues como si fuera un relámpago esta me abrazo con fuerza con la intención de no dejarme ir.

—¡No te vayas! ¡Lo siento, enserio lo siento Rin!—

.s

.s

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Escuche la puerta una vez mas mientras una persona entraba a la casa con bastante prisa a decir verdad.

Llevaba sentada en el sofá sin mover ni un solo musculo por mas de treinta minutos, en los cuales la mirada de la pelirroja no se separo de mi ni un solo segundo la cual me miraba desde el sofá frente a mi. Era incomodo, claramente pero no era capaz de decir ni una sola palabra. Me era imposible decir algo.

—¡Maki-chan!— Escuche un grito desde la entrada de la casa el cual reconocí bastante bien. Entonces cuando esta llego a la sala de esta logre visualizar a una chica de pelo castaña con anteojos, la cual vestía de una manera sumamente casual, esta se veía alterada y apresurada. A decir verdad, a comparación de Maki, ella no cambio en general.

Cuando la chica me vio su reacción fue diferente a la de Maki pero no menos exagerada. Su sorpresa dejo su rostro paralizado el cual paso rápidamente a un gesto de felicidad indescriptible pero coincidiendo con las lagrimas en sus ojos. En el momento ella no las contuvo. Al igual que con Maki solo sonreí con autentica incomodidad pero a la vez con felicidad.

—Cuanto tiempo Kayocchin.— Fueron mis palabras y esta solo sonrió con mas felicidad para luego mirar a la pelirroja la cual también sonrió con dulzura y felicidad.

—Rin-chan… Enserio eres tu.—

A diferencia de Maki, esta si hablo de inmediato a la vez que me abrazaba, cosa que me parecía extraño viniendo de ella que no era muy fan del contacto físico y menos de pedirlo. Me pregunto un millón de cosas de golpe a lo que solo pude corresponderle con una sonrisa sin saber a cual de todas las cosas contestar. Maki por su parte pareció ser capaz de calmar a la castaña con solo una mirada la cual incluso yo comprendí.

Cuando por fin las tres estuvimos en la sala todo se torno silencioso, las tres parecíamos querer hablar de todo pero a la vez parecíamos no querer dejar escapar ni una sola palabra por temor. Ninguna se atrevía a decir algo después de todo... Han pasado ya bastantes años.

—Creciste.— Menciono la pelirroja con una sonrisa. —Siempre te dije que serias mas alta.—

Su tono era sutil y amable, extraño proveniente de la chica.

Solté una pequeña risa de por medio. —Jamas dije que no lo haria, solo te gustaba mencionarlo de vez en cuando cuando te molestaba Nya.—

—Tu pelo tambien crecio Rin-chan, pareces una persona completamente diferente.—

—Tu estas igualita Kayocchin.—

La chica rio de nueva cuenta por lo que volví a hablar sin darle tiempo a decir algo mas.

—Kayocchin llego bastante rápido aquí.— Las mire extrañada a ambas. —Creía que se detestaban mutuamente la una a la otra.— Este comentario pareció sorprender a las chicas. —Despues de tanto tiempo me di cuenta de algunas cosas, entre ellas me di cuenta que ninguna de las dos se toleraban y lo hacían porque ambas me agradaban ahora parecen un poco mas cercana.—

Maki y Hanayo se miraron mutuamente con cierta ironía.

Esta vez la castaña tomo la palabra. —Despues de que te fuiste Maki-chan y yo nos dimos cuenta de que no eramos tan insoportables la una para la otra, a la larga nos fuimos haciendo mas cercanas hasta que bueno… Somos casi mejores amigas.

—No me gusta ese termino.— Dijo de forma indiferente Maki. —Aunque es cierto que ahora te soporto.—

—Ah… Algunas cosas nunca cambiaran ¿Eh?—

Hubo un silencio incomodo despues de las risas donde ambas me vieron con miedo y dolor.

—¿Cómo has estado?— Se aventuro a preguntar la pelirroja. —Han pasado 9 años desde que te fuiste. Siempre nos preguntamos el como estabas.—

La mire con dolor. —He estado bien, desde hace tiempo que estoy bastante bien.—

De nueva cuenta Hanayo me miro con lagrimas en los ojos. —Pasaron años Rin-chan… Por mas que intentamos encontrarte los años siguientes nunca dimos contigo. Lamentamos mucho lo que te hicimos. Ambas pensamos que te pudo haber pasado algo peor y jamás nos habríamos enterado de ello.—

—¿Lo que me hicieron?— Les pregunte con molestia. —Me molesta que se disculpen por ello, ustedes me ayudaron a salir de el infierno. Sin ustedes quien sabe que me habría pasado.—

—Sin que hubiéramos hecho eso.—Ahora prosiguió Maki. —No te habrías ido. Todo lo hicimos con la intención de que te convirtieras en idol, lo hicimos porque queríamos que fueras feliz, nunca consideramos el como podría repercutir, te usamos como carnada, usamos la influencia de Kotori para influir en un castigo serio sobre las que te golpeaban, hicimos que te golpearan tus padres… Vivir sola despues de eso… Deciamos ser tus amigas y te lastimamos tanto.—

Me encogi de hombros mientras solo sonreía. —Fue la mejor opción que encontraron, además, funciono. Ademas, no se tienen que preocupar por mi. No estuve sola durante todo este tiempo.— Esto parecio atraer la atención de las chicas pues ambas se sorprendieron de gran manera. —Hace algun tiempo siempre me pregunte el porque mis padres recibían buenas sumas de dinero al tenerme a mi bajo su tutoria, al principio no le tome mucha importancia, tambien en su momento me hablaron muy mal del padre de mi madre, un hombre avaricioso y egoísta el cual murió hace ya años antes de mi nacimiento. Durante mi trayecto en camino a Kyoto pensé en primer lugar visitar la tumba de mi abuelo… Cuando llegue al cementerio me encontraba llorando de dolor aun ese entonces y fue peor cuando me dijeron que la persona que buscaba no estaba en ese lugar. Me sentí perdida en ese momento, queria conocer a un familiar mio, aunque el no estuviera en este punto. Mi sorpresa radica en cuando me percate que ese hombre que tanto buscaba era un amigo del hombre que cuidaba el cementerio. ¿Se imaginan? Mi abuelo estaba vivo. Pasaron solo algunas semanas antes de que lo conociera viajando al otro lado del país. A diferencia de mi madre el es una persona calida, la persona mas amable que conozco. El me adopto bajo el apellido de su familia y fue mi tutor hasta que fui mayor de edad, aun asi viví con el muchos años mas hasta terminar mis estudios como veterinaria.—

—¿Viviste con tu abuelo todo este tiempo?—

Asentí. —El dinero provenia de el cada cierto tiempo, a diferencia de mis padres el si queria un buen futuro para su nieta.— Sonreí. —Ahora me mudare a esta ciudad de nuevo, conseguí un trabajo aquí. Ademas pensé que podría verlas de nuevo y mirenos.—

Las chicas me miraban sorprendidas, pero aunque su mirada era de pena y felicidad, me sentía mal por ellas, porque de alguna manera lo único que les podría brindar era mi sonrisa sincera, una sonrisa que por fin dejaba de ser una mascara para ocultar un dolor que ahora era inexistentes.

Ellas me hablaban de lo que hicieron por años, hablábamos de todo y por ciertos momentos, deje de ver el escenario como tres mujeres adultas que charlaban su vida para mirar a tres pequeñas chicas las cuales sonreían y hablaban de manera animada, porque de alguna manera ellas eran mis mejores amigas, eran mi familia.

—Siempre nos quedo una duda Rin.— Dijo Maki. —Si en ese entonces tuvieras que elegir a Hanayo o a mi como tu pareja, ¿A quien hubieras elegido?—

—¡Maki-chan!—

Ante la pregunta solo reí de manera burlesca. —¿De que hablan? Solo las veía y las veo como mis amigas… Aunque si tuviera que elegir habría elegido a…—

Las amaba porque ellas eran sin duda alguna mis amigas, porque eran mi familia, porque cuando nadie mas le intereso ayudar a una pequeña necesitada, ellas alzaron la mano para sacarme de la oscuridad y aunque al principio no lo comprendí entendia claramente que nunca estuve sola, simplemente solo pensaba que estaba sola, siempre hubo alguien que me alejo.

Siempre estuve ahí y ahora que me aleje, no podía sentir nada mas que felicidad.

Siempre estuve al borde del abismo.