Aquí está la conclusión de la historia de Lily. No esperaba subir tan rapido este capítulo, En general, no dispongo de mucho tiempo para crear y corregir historias. Espero en un futuro seguir creando fanfics de Loud House, tengo algunas ideas en mente y espero llevarlas a cabo.

Me siento muy agradecido de los comentarios que han dejado. Como principiante, creo que es una buena forma de tomar referencias y saber en qué debo mejorar.

Sin más que decir, que lo disfruten.

EDIT - Una vez más, agradezco a quienes comentaron y leyeron esta historia. La verdad, jamás esperé la recepción que ha tenido hasta ahora.


Las luces del sotano estaban encendidas, esto era porque la hermana musical, Luna, estaba sentada tocando su guitarra acústica a solas. Cuando esta última vio a sus hermanas bajando por las escaleras, solo les sonrió y apuntó hacia la lavadora, las demás miraron y vieron a Charles escondido a un costado. Todas rodearon al perro, confiadas de que no podría escapar de su estrecho escondite. Pero, inesperadamente, movió su cabeza con fuerza y lanzó lo que tenía en su hocico. De la nada, apareció Cliff, el gato negro de la casa, quien esperó sigilosamente detrás de Lily y las demás, con la intención de cooperar con su compañero canino. El gato huyó y el perro salió de su escondite, para intentar llegar a las escaleras y escapar. Cuando se inició la nueva persecución, Luna quiso alegrar la ocasión, tocando una suerte de música Country.

Cliff estaba en una viga del techo, Lynn pidió a Lola que tomara a su hermanita Lily, y así alcanzar al gato. Saltó y se afirmó en la misma viga, pero Cliff saltó a la siguiente y lanzó el juguete hacia Charles, quien era perseguido por Lola y Lily. Corrieron en círculos, rodeando a Luna, quien seguía sentada tocando su guitarra. Charles las confundió pasando debajo de la silla y lanzó a Bun-Bun hacia la lavadora, en donde estaba Cliff. Esté lo tomó y lo lanzó a Charles rápidamente cuando vio venir a Lana, y el perro se escondió detrás del caldero descompuesto de la casa. Charles tenía 2 posibles salidas, pero en una, estaba esperando Lynn y la otra, estaban Lola y Lily. Sin embargo, el perro se las ingenió para encontrar una tercera salida, subiendo apoyado entre el caldero y el muro, y logrando escapar por encima, sorprendiendo a las hermanas que lo esperaban en los costados.

Luego de bajar, Charles lanzó al juguete a Cliff, pero no se percató que el gato fue atrapado por Lana, quedando sostenido de las patas como un toro enlazado. Lana saltó a recibir el peluche, pero no lograría alcanzarlo. Así que Izzy se posicionó con rapidez en la mano de su dueña y saltó para agarrarlo, luego volvió a caer con seguridad en la palma de Lana. Al caer ambos en las piernas de Luna (quién sonreía de la hazaña mientras aún tocaba), Lana levantó su mano con lo que atrapó, en señal de victoria. Sin embargo, Luna detuvo abruptamente la música cuando vio lo que su hermana tenía en sus manos: las 2 quedaron atónitas al ver que se trataba del juguete favorito de Lincoln, babeado y roto. Inesperadamente, Charles saltó y se lo quitó a Lana de las manos (o mejor dicho, a Izzy de las patas), escapando por las escaleras. Ésta se levanto y salió a perseguirlo, también Lynn, Lola y Lily, ante la mirada pasmada de Luna, la cual volvió en razón y subió para dar aviso a su hermano Lincoln.


Al subir todas, Papá y Mamá estaban parados en la puerta, esperándolas para darles un regaño por el escandalo en el sótano, pero especialmente a Lola, por el auto de juguete incrustado en los sillones. Las hermanas quedaron de frente para escucharlos, sin nada más que hacer sino recibir el regaño. Lola dejó en el suelo a Lily, en tanto, los demás hermanos se reunieron para ver lo que pasaba.

Fue ahí cuando Lily vio a Charles, andando a paso lento, bastante cansado para seguir. La bebé se acercó como pudo a él, sin que los demás se dieran cuenta, en un último esfuerzo para quitarle a Bun-Bun de una vez. Con sus manitos, tomó al peluche, pero el perro oponía resistencia. Si bien, éste último seguía teniendo más fuerza, Lily mostró su gran voluntad de devolver el peluche a su hermano y no lo soltaría hasta quitárselo.

El ruido que hacían los 2 llamó la atención de todo el grupo familiar, sobre todo Lincoln, quien reconoció rápidamente a su conejo perdido y fue el primero en acercarse a ellos, ante las miradas de preocupación de Lana y Luna. Cuando Lily finalmente saca el peluche del hocico de Charles, el impulso la hace sentarse en los pies de su hermano Lincoln, quién se veía enfadado por la forma en como lo trataban. Cuando Lily se levantó y le mostró a Bun-Bun (aún más roto y babeado por el forcejeo), Lincoln se enfadó aún más. Le quitó el juguete en forma tenue, pero severa, luego los miró a ambos con expresión furiosa y se retiró a su habitación sin decir una sola palabra, mientras toda su familia lo miraba sin saber que expresar. Charles agachó su cabeza porque se había dado cuenta que hizo algo malo y Lily se puso a llorar, siendo consentida por sus padres.


Antes de la hora de dormir, Lily aún se sentía mal por la mirada enfadada que Lincoln le hizo. Con la puerta de su habitación abierta, la pequeña bebé volvió a salir cuando vio a su hermana Lisa estudiar, pero ahora, esta última estaba atenta a los pasos de su hermana menor, tan solo fingió para ver qué haría Lily y evitar que se metiera en más problemas.

Lily se paró en frente de la habitación de su hermano con mirada triste, esperaba verlo de nuevo y buscar la forma para que la volviese a querer de nuevo. Al rato, se le acerca Charles, igualmente arrepentido por lo que hizo. Tenía la cabeza gacha, no quería que ni Lincoln ni Lily lo castigasen por siempre. La pequeña lo abrazó rodeando su cabeza con sus manitos, porque comprendía su situación: ambos querían que los demás los entendieran, ambos querían decir «Lo siento». Charles agradeció el gesto con una lamida a la cara de la pequeña bebé, estaba contento que ya no estuviera enojada con él.

En ese instante, la puerta se abrió. Lincoln salió con mirada reflexiva y serena, pero se sorprendió al ver a Lily y Charles abrazados, esperándolo frente a su puerta. Estos últimos lo miraron y pusieron mirada de preocupación, no sabían cómo se comportaría con ellos luego de todo lo ocurrido. Pero se sintieron alegres cuando éste los abrazó a ambos un momento: Lincoln ya los había disculpado desde antes de salir, de hecho, él se lamentó de su propia reacción y había salido a buscarlos para pedirles que lo disculparan a él.

Éste los hizo entrar a su habitación y cuando los subió a la cama, vio como Lily y Charles miraron con sorpresa a Bun-Bun en perfecto estado, esto porque se dedicó a cocer y limpiar a su conejo favorito después de la cena. Por primera vez, quizo compartir a Bun-Bun con su hermanita, así que lo tomó y se lo acercó. Y aunque la pequeña estuvo reacia a tomarlo en un principio, finalmente aceptó y lo tomó con sus manos. Lily acarició a Charles y se pusieron a jugar, no sin antes recibir un gesto de advertencia de parte de Lincoln, el cuál fue obedecido por el par de traviesos. En tanto Lisa, ya más tranquila, volvió a sus estudios luego de ver que Lincoln cuidaría de ambos.

Esa noche fue una de las más felices para la pequeña Lily, quien se quedó dormida en la habitación de su hermano, junto a su perrito. Fue una de las aventuras más grandes que haya vivido en su corta vida y un momento de enseñanza que permanecería por mucho tiempo junto a ella. Eso era todo lo que ella necesitaba para su regocijo, porque al final del día, una mente inocente y un corazón puro son capaces de ver y apreciar las cosas simples de la vida.

EL FIN