Hora 1: Asesoría para principiantes.
El susurro de las páginas es lo único que se escucha en toda la biblioteca, de vez en cuando se le unen el girar del torniquete de la entrada y los tacones de algunas chicas, pero de ahí en fuera este es el lugar más silencioso que existe en todo el plantel #3, me agrada, es tranquilo, pacifico y no hay nadie que te moleste, yo podría durar toda una vida aquí metido, leyendo cada libro de cada estante o bueno, releer cada libro porque para ser sinceros ya me he leído casi la mitad de la biblioteca, tengo mucho tiempo libre durante las mañanas después del club de pintura y si no estoy batallando con cálculo o química me la paso metido en este lugar leyendo el primer libro que me haga "ojitos". Como por ejemplo, en este instante leo "Titanic 2020", lo he leído más de cinco veces estos dos últimos años, me gusta este libro, está dentro de mi top 10 privado, es divertido a pesar de tratar de una tragedia mundial, el protagonista, Jimmy Armstrong, me recuerda a mi yo de antes, buscapleitos, contestón, agresivo y un completo imán para las desgracias, aunque como en algunos libros, las cosas terminan algo bien y hay un final bastante arbitrario. Es una lectura ligera, entretenida, para pasar el rato. Posiblemente este por aprenderme las casi cuatrocientas paginas, cada vez que lo leo el tiempo que tardo en terminarlo es menos. Solo hace unas horas que lo tome y ya llevo casi la mitad.
Separo la mirada de las letras y las páginas amarillentas; y termino por soltar un suspiro.
Necesito unos anteojos nuevos, los últimos los perdí en algún lugar que desconozco, estaba seguro de que estaban en mi habitación pero cuando moví prácticamente todos los muebles no hubo señas de ellos, mamá me reprendió por ello.
Me restriego los ojos y enfoco en una cartulina pegada en el muro que esta frente a la mesa en donde estoy, se que dice "Cuida los libros, no los maltrates", he estado mucho tiempo aquí como para memorizar cada rincón pero las brillantes letras me son demasiado distorsionadas y tengo que parpadear un par de veces, entrecerrar los ojos y mil cosas más para ver el anuncio correctamente. Definitivamente estoy quedándome ciego.
Miro mi reloj de muñeca, cierro el libro, guardo todas mis cosas y me dirijo al carrito para dejar el libro y salir. Mi horario de clases está por comenzar.
Soy demasiado popular en la biblioteca, es decir, me he pasado estos dos últimos años aquí metido durante las mañanas y siempre sacaba libros para leer en los fines de semana así que no es de extrañar que antes de cruzar la puerta la prefecta vestida siempre con ese saco verde limón y el bibliotecario con lentes de demasiado aumento se despidan de mi.
—Hasta al rato, Eren. —dicen sacudiendo su mano y sonriendo amablemente.
—Hasta al rato. —contesto de la misma forma mientras salgo por la puerta corrediza de cristal.
Regresare en mi hora libre que es de las 4:10 pm a las 5:00 pm y así, quizá, pueda terminar de leer el libro.
Siempre es así, cualquier excusa y momento es bueno para ir y encerrarme de nuevo en la biblioteca, horas libres o la falta del profesor, nunca desaprovecho una oportunidad y con eso no quiero decir que soy un inadaptado social y solitario sin amigos, tal vez solo me gusta estar solo, tengo un par de amigos pero al mismo tiempo ellos tienen otros amigos, toda una interesante larga cadena que nos conecta unos con otros. Ellos pasan sus horas en los famosos "Lagartijeros", quejándose de lo difícil que es la escuela y de los malos y estrictos que son los profesores, mientras yo me la paso viajando en medio de letras y aventuras fantásticas. Todos perdemos el tiempo pero de maneras muy diferentes, soy consciente de que debería ponerme a repasar las formulas de química o estudiar algo de cálculo ya que soy un asco en esas materias pero… hay que ser sinceros la verdad me dan igual esas materias, me odian y yo a ellas, un odio reciproco muy bello. Punto.
Es justo el cambio de turno. 2:30 pm. Termina el turno matutino y empieza el turno vespertino, al mismo tiempo se nota el cambio de ambiente. A pesar de ser el mismo plantel, adolescentes de las mismas edades con las mismas materias a aprender hay algo diferente. Muy diferente.
El turno matutino siempre ha sido diferente por ser el más estricto, el de los alumnos listos, obedientes, puntuales y bonitos. Si, así es como los de la tarde los vemos, he tenido un par de clases extras durante la mañana y es increíble la diferencia, el comportamiento y el número de alumnos. Pero también la enorme discriminación, lo sé, por experiencia, son quizá solo mitos y habladas pero los de la mañana llegan a despreciar a un solo alumno vespertino que toque sus terrenos sagrados. Es un ego muy alto para seguir el estereotipo con el que se les ha etiquetado, no solo en este plantel sino en muchas escuelas más. El profesor de psicología dijo una vez que, nosotros, el turno vespertino sufre un poco más y que somos más admirables que el matutino, es cierto que somos más relajientos, siempre hay más ruido por todo el ancho de las instalaciones, más "Fiesta" y un montón de desastre a los alrededores, se mire por donde se mire, pero somos muy entregados, más creativos, digo, habla mucho de un alumno el crear una presentación perfecta hecha con cartulinas arrugadas, un puñado de plumones y reciclaje en menos de diez minutos, antes de que empiece la clase. Tenemos diferencias enormes y talentos diferentes solo eso. Aun así es sorprendente el cambio que hay.
Chicos y chicas suben y bajan a trotes rápidos para llegar a sus propias clases, todos con las mochilas rebotándoles en la espalda o costados, unos desprenden aromas suaves de sus pieles mientras otros parecen haber tenido un baño completo de perfume.
Las dos primeras horas son de Calculo, que odio y donde solo hacemos siete simples alumnos, los demás recursan la materia del año anterior y luego esta Derecho, donde nadie pone atención y el profesor no hace más que leer el libro de texto a la espera de que pronto su hora llegue a su fin lo más pronto posible para poder ir por un café a la sala de profesores.
La tercera hora es libre y puedo salir a respirar y despejar mi mente de las dos primeras tortuosas horas, lo bueno de este día son las dos horas siguientes de literatura, mi materia favorita. Como es costumbre voy a la biblioteca aunque no logro terminar el libro al cien por cien.
Cuando mi reloj marca las 5:00 pm subo al aula B-107, la profesora ya está en el aula, acomodando sus listas en un folder de plástico rosa y a la espera de la llegada del resto de la clase.
—Profesora —saludo y tomo asiento frente a ella.
—Hola Eren. —contesta sonriente.
Ella ha sido mi profesora de lengua en primer año y para el segundo la elegí como mi profesora de Literatura Nacional, ahora este año, mi último año, la he elegido como profesora de Literatura Universal. Me agrada mucho y al parecer yo también le agrado a ella, nos llevamos bien, hablamos de libros y de vez en cuando me invita un helado en la plaza a un lado del plantel. Es entretenida, alegre y su clase es de las mejores en toda la escuela, es popular por su acercamiento y carisma con los alumnos, no hay una sola alma que no conozca su nombre.
La clase llega pronto y ocupa sus respectivos lugares dentro del aula, somos menos de veinticuatro alumnos, a comparación de otras clases esta es muy reducida, la mayoría de los que integran este grupo son recursadores, somos aproximadamente unos ocho los alumnos regulares.
Las dos horas de clase pasan volando, entre anécdotas de la profesora sobre sus viajes y aventuras con otras personas y la clase real, así que rápidamente el reloj da las 6: 40 pm y tenemos que ir a la siguiente clase de inglés.
Antes de salir la profesora me llama.
— Eren, ¿Puedo robarte unos segundos? —pregunta.
Unos de mis compañeros hacen ruidos de burla y me empujan riéndose, saben que me llevo bien con la profesora y por supuesto hacen conjeturas falsas.
Suspiro.
— ¿Necesita algo profesora? —pregunto sentándome en una mesa.
— ¿Te molesta que te pida un pequeño favor? —ella junta los dedos pulgar e índice como minimizando sus palabras.
— Para nada, es un placer ayudarle.
—Me alegra mucho escuchar eso—ella se estira en su silla y hace que sus huesos truenen de manera dolorosa. —Necesito de tu ayuda.
—¿Para qué soy bueno? —digo mientras tomo mi mochila y la dejo caer en una silla.
—Tengo un problema con un alumno, su padre ha venido a pedirme ayuda para que no repruebe estos dos periodos que vienen y para que suba su promedio, es su último año y necesitan la calificación máxima para ir a la carrera deseada.
Eso es cierto, que tengamos un pase directo a la Universidad no quiere decir que no tengamos que esforzarnos.
—Entiendo ¿Pero yo…?— la miro de forma interrogativa.
—Como sabes eres uno de mis mejores alumnos y bueno también mi favorito—dicho eso me guiña un ojo y yo rio. —así que me gustaría que fueras el tutor personal de este chico.
No contesto al instante. Lo pienso durante un rato, para ser sinceros son muy malo enseñando, no tengo paciencia y suelo ser muy agresivo cuando me desespero.
— ¿Puedo saber quién es? — pregunto —Tal vez lo conozca.
—Su nombre es Levi Ackerman. —dice la profesora en tono misterioso y yo no puedo evitar hacer una mueca de fastidio.
Nota:
Este es un fic resubido, hace mucho tiempo que lo elimine pero por alguna mágica razón no lógica me entro algo por subirlo de nuevo, tal vez sea mi conciencia. Ya casi alcanzaba los 50 caps cuando lo saque de publicación, pero debido a que se formateo mi lap no tengo más que 24 capítulos, es prácticamente la mitad de lo que tenía, así que… nada… la vida sigue x'DDD
En fin…
Gracias por leer. (De nuevo)
Parlev.