Por favor, no me digas que estamos bien.
Tengo mucho en mi cabeza
¿No es esto muy sencillo? Tal vez…
Porque hemos perdido demasiado para ganar
Estamos bailando en la lluvia
Plastic promises –Set It Off
Hiccup sabía que su relación con Astrid no era más que mera apariencia ante los de la aldea, al menos de su parte. Quizá en un inicio sí fue real, pero debía admitir que su chispa se apagó rápidamente. Ya ni siquiera estaba seguro de si aún estaba enamorado de ella cuando iniciaron su relación. Pero, sí la quería, sólo que tardó demasiado en darse cuenta de que, más que un amor romántico, lo que sentía por la rubia Hofferson no era más que amistad. Había tardado demasiado en notarlo, la verdad. ¿Qué clase de idiota era para haber creído su propia mentira durante casi 5 años? Tuvo que casi perder al verdadero amor de su vida y ver a su actual pareja teniendo más química con un desconocido en 5 minutos que con él en 5 años, para darse cuenta de su error.
Y se sintió el peor patán de la historia. No era tonto, siempre supo que su verdadero amor no era Astrid, sin embargo, sí era obstinado e inseguro, por lo que siempre optó por hacer oídos sordos a las voces en su cabeza y cerrar los ojos ante lo obvio Pero, ya no quería eso No más.
Astrid no lo merecía, él no lo merecía y… y Toothless tampoco.
Porque sí, por más extraño y enfermo que pudiese sonar, estaba perdidamente enamorado de su dragón dese el día en que su alma se vio reflejada en los ojos del Furia Nocturna.
Estaba perdidamente enamorado desde el momento donde Toothless le dejó tocarlo por primera vez.
Estaba perdidamente enamorado desde la primera vez que volaron juntos.
Estaba enamorado desde todas esas tardes donde solían practicar nuevas acrobacias y desde todas esas noches en las que se desvelaban hasta tarde, él con sus investigaciones e inventos y el dragón haciéndole compañía y ayudándole en lo que podía.
Sabía lo enfermo que lo tomarían los de la aldea si confesara sus sentimientos. Sabía lo insólito que era el tener ese tipo de sentimientos por un ser de otra especie. Sin embargo ¿desde cuándo él mismo no era extraño? Incluso de pequeño fue diferente.
Por otro lado, no era estúpido. Sabía que Astrid tampoco le amaba tanto como profesaba hacerlo.
Sabía que ella también estaba cegada por esa confusión de emociones.
Sabía que ella no sentía nada más que admiración y amistad por él.
Sabía que el corazón de la chica tenía dueño (aunque ella no lo aceptara) y sabía que ese no era él.
Tampoco era como si se sintiera mal por ello. Ni siquiera la primera vez que lo notó. Simplemente, el vacío que debió haber sentido en su corazón y los celos desgarradores, nunca llegaron.
No fue ese el caso cuando Drago se adueñó de su dragón. De su amigo. De su compañero. De su amor platónico. De su Todo.
No fue ese el caso cuando vio a ese intento de ser humano montando a su Toothless como si fuera propio.
No fue ese el caso cuando ese remedo de hombre intentó golpear al dragón luego de que este saliera del trance en que estaba.
En ese momento sólo había deseado matar a Drago de la forma más lenta y dolorosa posible. Un deseo demasiado impropio de él. Lo sabía.
También sabía que debía sentirse feliz al besar a Astrid cuando todo acabó. Que debía estar rebosante de alegría cuando la chica le pidió hacer formal su unión con un compromiso.
Pero no había sido así.
Cuando la chica le dijo que le amaba y que quería estar con él el resto de sus días, o al menos hacer ese futuro oficial, sólo sintió su estomago revolverse ante la desagradable sensación de que perdería su libertad. O, al menos, algo así fue lo que sintió. En ese momento aún quería auto-convencerse de que eso era lo que quería, aunque gran parte de su ser le gritara que subiera sobre Toothless y volara lejos de archipiélago para siempre antes de ser condenado a estar en esa isla el resto de sus días.
Fue lo mismo que sintió cuando todos comenzaron a pedirle que tomara el lugar de jefe, el cual era temporalmente de su madre. Pero, ese era el problema. Él no quería que su madre tomara ese puesto transitoriamente. Él quería que Valka ocupara ese puesto el resto de sus días y seguir siendo el Hiccup despreocupado que se ocupaba de todo lo relacionado a los dragones y tenía la total libertad de viajar hacía donde su alma le dijese. Porque, como dijo su madre, tenía corazón de jefe (aunque eso aún estaba en duda, según él) y alma de dragón. Sobre todo alma de dragón.
Siendo sincero, no le desagradaba tanto la idea de casarse, pero, no quería casarse. No aún. No con ella.
No estaba preparado para compartir el resto de su vida con alguien, a menos que ese alguien fuese un dragón necroso y obstinado.
No estaba preparado para aceptar del todo que ya su padre no estaba y que debía tomar su lugar por culpa de Drago (porque a pesar de su arranque de furia con Toothless, sabía que él no lo hizo conscientemente y que no merecía cargar con las culpas).
Por otro lado, podía sonar paranoico y tal, y quizá ni siquiera fuera verdad, pero una parte de él –una pequeña parte de él- pensaba que una de las razones por las que Astrid le pidió ser su prometida fue porque eso la haría la esposa del jefe en un futuro. Por ende, sería la jefa de su tribu.
Sí, se odiaba por pensar eso, pero no pudo evitarlo. De todas formas, Astrid debería saber que no tenía que casarse con mal intento de vikingo como él para ser jefa. Gustosamente le cedería el puesto. Sin embargo, la pregunta le había tomado desprevenido. No pudo pensar o siquiera procesar la información. Sólo sonrió nerviosamente, lo que al parecer la chica tomó como una afirmativa a su pregunta, pues se abalanzó sobre él y le besó. Frente a todos. Frente a Toothless.
Pero, estaba decidido a cambiar las cosas. A terminar su relación con la rubia y obedecer a su alma, que pedía suplicante que le confesara sus más profundos sentimientos a otro ser. Que le suplicaba que acabara con ese calvario que estaba haciendo pasar a la Hofferson, a Toothless, a él mismo… y a Eret.
Porque, sí. El desconocido con quien Astrid había tenido tanta química, no había sido nadie más y nadie menos que Eret, Hijo de Eret. Además, había notado que Astrid no le era completamente indiferente al joven ni viceversa. Los coqueteos descarados del pelinegro y las respuestas picantes de la chica no se le habían pasado como todos creían. Simplemente había decidido hacer caso omiso.
Ahora, lo importante era acabar el compromiso primero. Ya después se preocuparía por unir a Astrid con Eret y, finalmente, serle sincero a su dragón. Aunque, la última parte de su plan le hicieran temblar las rodillas.
No había sido fácil deshacerse de Toothless para poder estar solo al momento de decirle unas cuantas verdades a la rubia. Que esperaba que siguiera siendo su amiga después de todo ello. Por más egoísta que sonara. Tuvo que recurrir a pedirle ayuda a su madre, a Cloudjumper y a Gobber para distraer a su dragón bajo la excusa de que su madre necesitaba ayuda de su parte para pescar la cena de esa noche, pues ya era oscuro y unos Terrores Terribles había comido lo que sería la cena ese día. Sí, una pobre excusa, una pobre, poco creíble y estúpida excusa. Pero, no había tenido mucho tiempo para pensar. Menos después de haberle tenido que confesar sus intenciones a su madre, quien, a pesar de sorprenderse bastante con la noticia, le sonrió y aceptó ayudarle en todo lo que necesitara. Los nervios le fundieron tanto el cerebro que sólo se le había ocurrido decir eso ya que su dragón poseía una buena vista en la oscuridad.
Al principio Toothless se había puesto reacio a ayudar al enterarse de que su jinete no iría, pero unas caricias, algunos mimos, una cara de cachorro degollado y unas cuantas suplicas y promesas para compensárselo después por parte de Hiccup, fueron suficientes para que el dragón cediera. Benditos conocimientos de la anatomía de su dragón.
Hiccup caminó a paso temeroso hacia la choza su futura ex-prometida. Sentía sus manos temblar y el sudor frío bajando por su cuello. No iba a echarse para atrás, por supuesto que no. Solamente… estaba nervioso. ¿Y la chica lo tomaba a mal? ¿Y si le odiaba? ¡No! Astrid no haría eso… ¿O sí?
Sacudió su cabeza. No debía empezar a dudar ahora. No cuando su libertad y la de la rubia estaba tan cerca. Porque, su libertad significaba la de Astrid. Para Astrid, estar con él significaba renunciar a su carácter fuerte y de líder por naturaleza. Sería convertirse en alguien mucho más blanda, paciente, condescendiente y… simplemente no sería ella. Perdería la llama que la convertía en la única e inigualable Astrid Hofferson.
Suspiró y tocó la puerta de la choza, esperando que no abriera su futuro ex-suegro.
Para su suerte, Astrid fue quien le abrió y le miró con la confusión pintada en su rostro.
—Hipo, ¿qué haces aquí? Creí que nos veríamos mañana en la arena.
—A-astrid… yo…— Tragó saliva. Intentaba organizar sus ideas y buscar las mejores palabras para lo que iba a decir.
— No me digas, ¿quieres a un vuelo nocturno?— La voz de la chica le pareció ligeramente temblorosa. Casi desesperada. Debió ser su imaginación.
— No… yo… la verdad es que-
—¿Tu madre necesita ayuda con algo?
—Eh… no. Como decía…
—¿Encontraste algo nuevo?
Bien, su paciencia comenzaba a acabarse.
—¡Astrid! ¿Quieres escucharme?— Preguntó. Su voz había sonado más irritada de lo que le gustaría, pero no pudo evitarlo. Tragó saliva una vez que la chica se hubo callado y prosiguió.
—Astrid, la verdad es que yo… vine a romper mi compromiso contigo.—Murmuró, apartando la mirada.
—¿Eh?— La pregunta de Astrid mostraba lo perpleja que se encontraba. Aunque, si hubiese mirado el rostro de la chica en ese momento, Hiccup habría visto la tristeza y el entendimiento en esa mirada.— Hay alguien más ¿No es así?
La voz de la chica no mostraba reproche o enojo. Sólo… tristeza y resignación. O eso fue lo que él percibió.
—Escucha, Hiccup, soy lo suficientemente madura como para intentar ponerme en tus zapatos. Sí, estoy perpleja. Sí, puede que algo molesta y puede que me confunda tu repentino cambio. Pero…— la chica tomó un respiro— No voy a golpearte o algo parecido. Así que mírame a la cara remedo de vikingo.
A pesar del insulto, Hiccup sabía que Astrid estaba siendo sincera y no estaba insultándolo realmente. Tragó saliva de nuevo y la encaró.
—Bueno… No es sólo porque esté enamorado de alguien más, Astrid.— Murmuró, mirándola a los ojos.— Es sólo que no quiero arruinar tu felicidad tampoco.
Astrid iba a replicar algo, pero el castaño la detuvo con un movimiento de su mano.
—Dejame terminar, maleducada.— bromeó, buscando disminuir la tensión en el ambiente.— Pero, eso ya lo descubrirás tú sola.
—Pero, dijiste que no era sólo que estabas enamorado…— murmuró la chica, sin mirarlo.— ¿Puedo preguntarte quién es?
—No creo que sea buena idea…— respondió, revolviéndose el pelo.
—Hiccup, estás terminando nuestro compromiso. Que no lleva ni dos días de haber sido consolidado. Lo menos… lo menos que puedes hacer es decirme la verdad.
Hiccup hizo una mueca por lo bajo. La rubia tenía razón. Suspiró y bajó la mirada, sintiendo sus mejillas arder.
—Si no me odiabas antes, ahora lo harás.— lamentó, apretando los puños para darse valor.— Es... Toothless.
Hubo un silencio incómodo después de eso. Un silencio que ninguno de los dos quiso romper. Hasta que Astrid carraspeó levemente.
—Bueno, eso explica muchas cosas.— Dijo, mirando incomoda hacia otro lado.— De hecho, era muy obvio si lo piensas bien.
Hiccup la miró, de forma suplicante.
—No te odio si es eso lo que te preocupa. Tampoco dejaré de ser tu amiga… sólo… solo necesito tiempo para procesar las cosas ¿Está bien?— Astrid lo miró, sonriendo levemente. Sonrisa que él devolvió levemente. Agradecía a los dioses que la chica fuera tan comprensiva.— 5 años de noviazgo no se olvidan de la noche a la mañana. Bueno… cuidate. Te veo mañana en la arena, Hiccup.
Hiccup asintió, dispuesto a darse la vuelta cuando la chica lo detuvo al sostener su hombro.
—Ah, Hiccup… Espero que estes pensando en confesarle tus sentimintos a Toothless. Porque si terminaste conmigo para estar compadeciéndote sobre tu mal de amores, ahí sí te odiaré.
Hiccup no pudo evitar soltar una leve risa.
—No… lo prometo.— asintió, mirándola.— No quiero seguir siendo el mismo vikingo cobarde con respecto a los sentimientos.
La chica sonrió, antes de darle una bofetada.
—Esto fue por no haber sido sincero conmigo antes y ahora hacer que debamos decirle a todos que el compromiso se cancela.— Hiccup iba a protestar por el golpe, cuando los labios de la chica se posaron sobre su mejilla y esta le abrazo.— Y esto, es por todo lo demás.
Hiccup no pudo responder. Ni siquiera pudo moverse cuando ya la chica había entrado a su casa.
Sonrió como un idiota enamorado (pero esta vez no por la rubia), dirigiendo la mano a su mejilla y comenzando a caminar hasta su choza. De seguro su madre y su dragón ya habrían vuelto.
Estaba decidido.
Sería valiente y confesaría sus sentimientos. Por Astrid y la promesa implícita que le hizo.
Sería valiente y confesaría sus sentimientos, aun si el dragón no pudiera entenderlos o corresponderlos.
Sería valiente y le diría a Toothless todo lo que sentía por él desde el día que lo vio.
Tal vez todo saldría bien y tanto él como Astrid tendrían su merecido final feliz. Incluso si era con otra persona. Claro que primero debía conocer los sentimientos del Furia Nocturna y ayudar a cierta pareja a sincerarse y darse cuenta de sus sentimientos.
Sí, tal vez al final todos saldrían ganando y la tormenta que había azotado Berk (de forma metafórica, claro) desde que Toothless se hizo alfa y Drago fue derrotado, se disiparía.
Tal vez, sí era más sencillo de lo que parecía el final feliz.
Tal vez, él y Astrid sí estaban destinados a un "felices para siempre", a fin de cuentas.
Bueno, sigo sin saber cómo carajos asocio canciones que nada que ver con HTTYD xD
este one-shot tiene dos continuaciones que estoy escribiendo, así que quizá logre subir al menos una hoy.
Dios, este fue como que mi último día libre en dos semanas y media (tengo varios extra-clases la otra y después empiezan examenes)
Así que si no vuelvo a aparecer... pos morí :´v
Espero que les haya gustado y sorry si hay algún error por ahí xD
Cualquier critica, duda, comentario... No olviden dejármelo en un review. En serio me gustaría saber qué opinan y un comentario es gratis.
PD: si opinan les muestro el dibujo que hice de Toothless humano :v (Aunque esto no cuenta para los de Caldo Toothcup para el alma porque a ustedes ya se los enseñé xD)
PD: Extraño escribir sobre Dark!Hiccup, tal vez después vean alguna sopresita en mi perfil sobre ello después, cuando logre conseguir algo de tiempo libre y pueda acabarla.