He aquí un reto que tomé, lo hice más que nada como un reto a mi misma ya que no escribo sobre Sora, lo hago pero nunca como protagonista. Los que me leen porque saben que soy ferviente fan del Michi y del mimato... tranquilos. No se estoy cambiando de bando. Solo experimentando :P
Pairing: Taiora
Características: Me gustaría un AU donde Tai es acusado de un crimen que no cometió, pero las pruebas parecen apuntarlo sólo a él. No tiene contactos, salvo su hermana quien busca un abogado que intente hacerle frente a aquella injusticia. La única persona que acepta el caso es una: Sora Takenouchi, una abogada recientemente recibida y que de experiencias poco sabe. La relación entre ambos comienza turbia, debido a los pensamientos distintos que ambos poseen, pero Sora le hizo una promesa a Hikari y esa sería limpiar el nombre de su hermano.
Genero: Romance, Drama, Criminal. Reto de BlueSpring-JeagerJaques
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ADJUDICATION
Lore-chan
1: Toma del Caso
Sora se sentó en la pequeña mesa y abrió la carpeta que le habían entregado. Desvió un poco la vista cuando las imágenes de tornaron más y más "rojas y complicadas". No lograba acostumbrarse aún a ver las fotografías de las escenas del crimen, su intención era ser abogada en los Tribunales de Familia, pero las circunstancias la llevaron a estar allí. Aunque no fueron tanto las "circunstancias" sino ese maldito sentimiento de ayudar al prójimo que se encuentra en problemas. Más si ese prójimo la ayudó a ella en su juventud.
Pero entre más y más veía los papeles y las fotografías sobre la mesa, más se maldecía de su corazón solidario. El caso era jodidamente complicado y era el primero para ella siendo abogada independiente.
Anteriormente dependía de la firma de su padre, sus máximos casos eran infracciones a la ley, conductores borrachos que se pasaban alguna luz roja, otros que golpeaban a los oficiales de tránsito.
Cosas sencillas, así te vas acostumbrando a este mundo, le decía su padre.
Mas Sora sabía que ese hombre se lo decía como quien le golpea el hombro a un niño que ha hecho algo bien. Sólo le faltaba que le entregara un dulce y le levantara los pulgares.
Y después de tres años en el buffet del abogado Takenouchi, decidió volar con alas propias. Necesitaba nuevos retos.
No tenía el dinero suficiente para el arriendo de un lugar donde su nombre estuviese estampado en la puerta ni muchos menos podía darse el lujo de pagar una secretaria que contestara los llamados. Así que trabajaba desde su departamento y si alguien necesitaba de su asesoría o defensa, ella pedía que se juntaran en algún café de moda, ojalá bien vintage… esos eran los más populares últimamente y siempre había una mesita alejada del resto donde se podía conversar con tranquilidad.
Llevaba apenas una semana así, los llamados escaseaban y generalmente eran preguntas de cuanto cobraba si es que pasaba esto… o si pasaba lo otro… y si era por hora o por caso. Y lo peor, eran llamadas acerca de accidentes de vehiculares menores o violaciones a la ley del tránsito. Muchas veces creyó que era su padre y que se burlaba de ella, después de todo cuando le informó que quería seguir por su cuenta, no fue una conversación muy amena. Y según la propia conclusión de la Takenouchi, no tenía derecho a pedir su reintegración al equipo ni mucho menos pedir ayuda.
Su padre era uno de los mejores abogados de Tokyo, por no decir el mejor. Ganaba todos los casos que le pusieran enfrente aun si con ello debía hacer valer ciertas lagunas legales, lo que Sora encontraba muy poco ortodoxo y ético.
Ella tenía un peso gigante sobres sus hombros y Hikari Yagami se encargó de agregar un yunque sobre los mismos el día que apareció en su departamento. No la reconoció en primera instancia, llevaba el cabello muy largo a lo que recordaba. Le caía como cascada por la espalda y una bonita horquilla en forma de cinta color verde le recogía la mitad de su cabello. De hecho, si ella no se hubiera presentado, Sora no habría sabido nunca quien era. La última vez que la vio tenía apenas quince años y la ayudó a bajar a su gato de un árbol.
Antes de eso, coincidieron en la biblioteca pública en más de una ocasión. A la castaña, que por esos entonces llevaba una corta melena, le gustaba leer complicados libros de programación, Sora no entendió por qué hasta que ella le confesó que quería entender un poco más lo que hacía el chico que le gustaba. Más tarde, tuvo que ser sincera consigo misma y dejar de lado esos libros porque no entendía nada, ni los libros ni el chico que le gustaba… ella podía estar frente a él y ser simplemente un adorno más en la sala de computación.
Sora iba a la biblioteca a leer libros de leyes, era una tarea que su padre le entregaba semanalmente. Él exponía un caso y ella debía resolverlo, pero aplicando el conocimiento y la jerga correspondiente. Eso la obligaba a volcarse a libros que con el tiempo fue tomándoles cariño. Muchas veces, terminaba el caso que su padre le encomendó y se quedaba leyendo más… mucho más.
Hikari se sentaba frente a ella en silencio, con más libros de programación. Sora sonreía tras sus propios textos. Esa chica sí que era de armas tomar.
Por eso cuando diez años más tarde, la encontró frente a ella con lágrimas en los ojos y le contó lo que le estaba sucediendo, su "corazón de abuelita" le dijo que sí de inmediato. Ahora se arrepentía. Era un caso perdido. No importaba cuanto dijese Hikari con respecto a su hermano, todas las pruebas expuestas en la mesa decían lo contrario.
Sora se hizo una coleta como pudo con su corto cabello y, una vez más, desparramó las fotografías y los papeles por la madera fría.
—Homicidio en segundo grado – susurró tomando una imagen, le incomodaba ver tanta sangre. Alzó una segunda – esto fue premeditado, sin atenuantes… son de 25 años a cadena perpetua. ¡Hikari! ¡¿Por qué acepté?! – exclamó entre dientes con desesperación.
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Llegó a su departamento pasadas las siete de la tarde con la carpeta dentro de su bolso el cual dejó sobre el mueble del salón. Se sacó los zapatos y la chaqueta para luego ir por una cerveza que le refrescara ese complicado día.
—Necesito una señal… solo una señal para saber si debo aceptar esto – dijo en voz baja abriendo la lata – si no gano, seré una deshonra para el apellido de mi padre. El primer caso de Sora Takenouchi, perdido.
Caminó en círculos, hablando con ella misma, bebiendo a esas alturas su tercera cerveza. Se aflojó la blusa, desabotonando un par de botones. Recordó las fotografías y la imagen de una chica de cabellos marrones sobre un charco de sangre solo vistiendo su ropa interior le produjo un mareo.
De un momento a otro, dejó la cuarta cerveza descansando en el sillón y desparramó por todo el piso del salón, papeles, registros de llamadas y por supuesto las fotografías de la castaña. Caminó encima de todo con la mano apoyada en la barbilla. ¿En verdad era inocente? Y ¿si en verdad, sí violó a la muchacha y luego la estranguló? Quizás se enfureció porque ella no quiso hacer algo.
Se sentó en el suelo y tomó una fotografía donde aparecía el hermano de Hikari, al cual hasta hace un par de días atrás no tenía la menor idea de quién era. Taichi Yagami era moreno, alto, tenía contextura de deportista y la chica que aparecía a su lado era muy menuda, delgada.
—Un solo golpe pudo haberle noqueado.
Alargó la mano para alcanzar la lata que dejó apoyada en el sofá, pero el timbre de su departamento le hizo dar un respingo y dar vuelta la cerveza.
—¡No, no! – tomó su chaqueta y trató de limpiar lo más rápido que pudo el desastre. El timbre sonó por segunda vea - ¡Ya voy!
Finalmente, dejó todo como estaba y caminó a la entrada. Al otro lado de la puerta, estaba Hikari, acompañada de un hombre muy rubio, tanto que pensó si se lo pintaba o no.
Se saludaron con una leve reverencia y la pelirroja los hizo pasar.
—Lamento el desorden - se disculpó guardando todo con rapidez. No quería que las visitas viesen las "pruebas" que había sacado esa mañana de la fiscalía.
—Mierda – habló el rubio acuclillándose para ver mejor una fotografía. Se tapó la boca como si no pudiera creer lo que sus ojos le mostraban - … Mimi…
—Eh, bueno – tomó la imagen y la guardó dentro de la carpeta – lo siento, no pueden ver esto, son pruebas…
—Taichi no fue…
—Yamato – interrumpió Hikari, pero el otro no la tomó en cuenta y continuó.
—Lo conozco desde los once años, es mi mejor amigo… él jamás le haría daño a nadie. Él es inocente.
—Señor…
—Yamato Ishida.
—Señor Ishida, es muy noble de su parte que defienda al Señor Yagami, pero debemos encontrar pruebas que demuestren lo contrario.
—Taichi, no tocaría a Mimi… era su mejor amiga.
—Pero fue encontraba muerta en el piso de él, se encontraron rastros biológicos de él en… - los miró de reojo, dudando si debía continuar. Se mordió el labio superior para luego dirigirse a Hikari – Es un caso muy complicado, Kari. Cualquier abogado que vea todo lo que yo vi, lo encontraría culpable.
—Pero mi hermano es inocente, Sora.
—Todo dice lo contrario … - dijo es un murmullo la pelirroja.
—¿En verdad eres hija de Haruhiko Takenouchi? – preguntó Yamato despectivamente. Ella abrió sus ojos, era exactamente de la sombra que quería alejarse. El rubio miró a la Yagami – Hikari, deberíamos haber ido desde un principio donde él. El jamás pierde un caso. Ella… - observó a Sora de pies a cabeza haciéndola sentir incomoda – Ella… es incompetente.
Tomó del brazo a la castaña y caminaron juntos a la entrada.
—¿Me llamaste incompetente? – Sora no salía de su asombro. Nunca nadie, en todos sus años de estudio y práctica, la llamaron así.
—Lo hice – respondió con frialdad – Te basas en un par de hojas, en fotos para culpabilizar a alguien inocente. ¿Has hablado con nosotros? ¿Has hablado con sus otros amigos?, ¿Has averiguado?... No, ¿Cierto? Sólo has estado tras un escritorio cómodamente sentada mientras mi mejor amigo está privado de libertad…
—Aun no tomo el caso para comenzar con las pericias necesarias…
—¡Entonces toma el maldito caso y empieza a hacer tu trabajo! – exclamó el rubio enojado.
—Yamato, déjalo… - miró a Sora con tristeza – lamento haber venido acá sin avisar, sólo quería saber si ibas a decir sí o no… sino iba a pedirle la ayuda a otra persona.
—De seguro Kou' puede encontrar a alguien – consoló el Ishida.
Salieron del departamento y en cuanto la puerta se cerró Sora quiso llorar de impotencia. Porqué tenía que ser todo tan complicado… ¿Por qué no llegaron con una multa por haberse pasado una luz roja? O ¿Por qué no simplemente golpearon a un policía en estado de ebriedad? ¿Algún daño colateral que…?
—¡Colateral! – gritó con una sonrisa.
Tomó las llaves de su departamento y salió descalza al pasillo, corrió hasta los ascensores y justo antes que las puertas se cerraran metió las manos para impedirlo. Adentro Yamato y Hikari la miraron confundidos al notarla sonriendo.
—Necesito saber todo acerca de Mimi Tachikawa y su relación con cualquier persona dentro y fuera de su círculo – dijo atropelladamente – Y voy a pedir una entrevista con Taichi Yagami lo antes posible… necesito preguntarle personalmente algunas lagunas que existen en las pericias que me entregaron en…
—Espera, espera – detuvo Hikari alzando su mano - ¿Vas a tomar el caso?
—¿No lo dije? – preguntó confundida y luego sonrió – Oh, quizás no se escuchó cuando tu noviecito estaba gritándome.
—Yamato no es mi novio, es el mejor amigo de mi hermano. Mi novio se llama Koushirou y nos está esperando abajo.
—¿Koushirou, Koushirou? – repitió la pelirroja, había oído ese nombre antes - ¿El chico por el que leías los libros de programación? – Hikari se sonrojó notablemente y asintió – Vaya… Oh, lo siento… bueno – las puertas del ascensor la golpearon cuando trataron de cerrarse una vez más – ¡ouch! Sí, acepto el caso. Voy a demostrar que tu hermano es inocente.
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Blue, tengo que decir que con este fic me estoy reconciliando lo que más puedo con Sora.
Para los demás, no va a ver Sorato, así que tranquilos. No escribo ni leo soratos, va contra mis principios digimonisticos xD
Os quiero, os adoro
Nos leemos