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Llegando a la escuela tuve que hacer un enorme esfuerzo por llegar rápidamente a la barda de esta.

Me pare delante de esta, a una distancia considerable para poder correr.

Suspiré con fuerza y tome vuelo, para poder saltar la barda y entrar a la escuela a tiempo.

Aunque destacó por ser el mejor alumno de la facultad de Medicina. A si que no era demasiado urgente llegar temprano a mi primera clase, ya daría alguna excusa.

Me senté sobre el pasto, recargando mi espalda en la barda blanca de la escuela.

Observé al sol en todo su esplendor, di un pequeño bostezo, sintiendo el cansancio por la carrera que di.

Me recosté sobre el pasto, dejando que mi rostro mirara de frente al cielo.

Hasta que un ruido me saco de mis pensamientos.

Mientras observaba hacia el cielo, escuche como una respiración acelerada se acercaba, hasta que una silueta opacada por la luz del sol paso por encima de mi, dejándome ver con total claridad que se trataba de una chica.

Con suma vergüenza, vi como aquella chica aterrizó en el suelo, tratando de taparse con su falda al reparar en mi presencia.

Volteo había mi un poco cohibida pero con cierta furia impresa en sus ojos.

Sus cabellos negros-azulados, se mecían al compás del viento, su falda, aunque larga, no dejaba de enmarcar su fina cintura, además de la blusa manga larga blanca que portaba, dejando ver lo hermoso de su cuerpo bien formado.

Me miro con cierto enojo y vergüenza, y no era para más, ya que vi lo que no se debería de ver.

-¿Viste algo?

Su voz resonó en mis oídos y el color rojo de sus mejillas me recordó al más jugoso tomate que hubiese probado alguna vez.

-Hmp, no es de tu incumbencia.

-C..Claro que lo es... Soy una señorita.

Su sonrojo aumento al ver que me pare, la observé con suma seriedad, buscando algo en sus hermosos ojos perla que me hiciera burlarme de ella.

-Eso deberías pensarlo dos veces antes de saltar la barda de esa manera.

Sonreí de manera ladina al ver que mi respuesta la puso más roja de lo normal, rayando un pronto desmayo.

--Se...se me hizo algo tarde, no quería... causar algún problema en mi primer día de clases.

Alce una ceja intrigado por la nueva información recibida.

-Eres la chica nueva, Hyuga Hinata.

Más que pregunta fue una afirmación, ya decía yo que su postura y sus ojos se me hacían conocidos.

Los Hyuga eran uno de los mejores socios de la compañía de mi padre, ellos tenían cadenas de hospitales fuera de la región de todo Japón, era muy raro que sus miembros asistieran a las escuelas dentro de la región, ya que preferían mandarlos al extranjero.

-A sí es, soy Hyuga Hinata, un gusto en conocerte Uchiha Sasuke.

-Hmp, me imagino que tu padre te informo de mi estadía en esta escuela.

-Eso es evidente Uchiha-san, mi padre es socio del tuyo, asi que tengo el deber de conocer a los miembros de la familia Uchiha.

Su mirada mostraba fortaleza y mucha dignidad. Aunque muchas cosas se decían sobre la primogénita de los Hyuga.

-Tsk, como eres un miembro importante de la empresa, debo de tratarte bien.

-No se preocupe por eso Uchiha-san, yo no pretendo revolver asuntos laborales con los escolares, si me permite me retiro, le deseo un buen día.

Con asombro, vi como la princesa Hyuga caminaba arrogante hacia la entrada de la escuela, sin siquiera voltear.

Recogí mi mochila del pasto decidido a entrar a clases, ya que el día había empezado de forma interesante.

Al llegar al salón, presencié la peor acción de estupidez conocida por el humanidad.

En medio del salón se encontraba mi mejor amigo, tirado en el suelo abrazando los pies de la Hyuga, quien solo podía pedirle entre tartamudeos que se detuviera.

-¡Abuu! Hinata-chan ¡Te extrañe tanto! ¡No me vuelvas a dejar solo datebbayo!

--Na... Naruto-kun... por... porfavor, tranquilízate.

La Hyuga trataba de comer tener su nerviosismo y sus ganas de desmayarse en ese instante.

Me acerque a mi mejor amigo y lo tome de su camisa, alzándolo con fuerza para que se quedará parado.

-Basta de tu estupidez usurotonkachi.

-¡Eyy Teme! ¡No dejas que demuestre mi amor por Hinata-chan, datebbayo!

-Hmp.

Ya levantado del suelo, pude pasar a mi asiendo, no sin antes toparme con la mirada agradecida de la Hyuga.

Me senté solo sintiendo la mirada de ella sobre de mi.

--Eyy Hinata-chan, ¿Tu papá te dejará estudiar aquí?

La mirada de la Hyuga dejo de estar sobre de mí para poder centrarse en Naruto.

-Eso creo Naruto-kun, Neji-nisan está por terminar sus estudios en el extranjero, así que ya no habría nadie que pudiera cuidarme aya, por eso decidieron pasarme a estudiar aquí, según hoy me dirán quien sera mi protector temporal.

La mirada de Naruto se posó sobre ella, mientras analizaba sus palabras.

--Pero tu eres muy fuerte Hinata-chan, no tendrías por que seguir siendo protegida por alguien.

La Hyuga suspiro, y solo pudo mirarlo de forma vacía.

-Mi padre me sigue tratando como una niña pequeña, dice que soy la viva imagen de mi madre y que le dolería perderme por alguna causa, así que prefiere tomar medidas extremas.

Naruto la vio un poco triste, aunque en sus ojos se vio un chispazo de felicidad.

-¡Hinata-chan! ¡Es perfecto! Hay que verle el lado bueno a esto, puedo tenerte nuevamente conmigo datebbayo.

Observé con cierto recelo como Naruto abrazaba a la Hyuga quien correspondió a su abrazo sin tan siquiera dudar.

Mis ojos tataladraron con furia la nuca de Doble de mi amigo.

Y ni siquiera pude entender el cambio de mis sentimientos al ver como ella era abrazada por él.

-Eso es cierto Naruto-kun, aunque por ahora debo de estar en vigilancia, según mi padre, la persona que me cuidara será el hijo de algún socio de la compañía.

La campana sino, dando por acabada la conversación de los dos.

La Hyuga se sentó a lado mío, me observo con tranquilidad, regalándome una pequeña sonrisa.

Sentí el calor arremolinarse en mis mejillas, así que gire mi rostro, gruñendo ante la sensación que me causo ver su pequeña sonrisa.

El día transcurrió como cualquier otro, con. la única diferencia de la gran. atención que le daba el Dobe a la Hyuga.

Después de clase me dediqué a pasármela dentro de la biblioteca de la escuela, leyendo unos libros de anatomía.

Ya era muy tarde cuando salí de ahí, me dirigí caminando hacia mi casa, que no quedaba muy lejos.

Al llegar vi desde afuera un auto plateado, que no me era familiar.

Entre a mi casa un poco serio.

-Estoy en casa.

-Oh Sasuke, llegaste justo a tiempo.

Mi madre me veía de forma sonriente y feliz.

Mi madre para mí era la mujer más bella del mundo, jamás nadie podría igualar su belleza innata.

-¿Por que madre?

-Ven, Sasuke.

Me dirigí hacia ella, entregándole mi mochila, para que la guardara en mi cuarto.

Vi con asombro a Hyuga Hiashi, platicando con mi padre en la sala y a mi hermano Itachi junto a la Hyuga.

-Sasuke, ven acercate hijo, saluda a mi gran socio Hyuga Hiashi.

-Un gusto conocerlo.

Me incline ligeramente mostrando respeto, ya que mi padre era muy estricto con nuestras costumbres tradicionales.

-El gusto es mío muchacho, veo que tus hijos han crecido mucho, se ve que serán el mayor de tus orgullos Fugaku.

-Ya lo son, mis hijos son mi orgullo, mío y el de Mikoto.

Mi padre me miro aprobando mi comportamiento y aceptando de buen agrado el alago de su socio.

-Bueno, Sasuke, quería avisarte sobre la entrada de la primogénita de Hiashi a tu escuela, pero me e enterado por boca de la señorita que están en el mismo salón.

-A sí es padre, ella va en el mismo salón que yo.

Me senté a lado de mi hermano mayor quien me miro con picardía en los ojos.

-Eso es excelente, pues verás Sasuke, es primordial que te lleves muy bien con ella.

Mi desconcierto fue grande al ver la sonrisa cómplice de mi padre y de Hiashi.

-Creo que te habrás enterado de las circunstancias que me llevaron a cambiar a mi hija de escuela, bueno pues esa no es toda la información.

-Veras, hace unos meses hablábamos entre nosotros sobre la posibilidad de unir nuestras cadenas de hospitales, y llegamos a la conclusión de que como ustedes son la generación que continuarán con los negocios familiares, era mejor que entre ustedes se formará tal alianza.

Mi padre me miro con sumo orgullo y perseverancia en lo que planeaba, yo sin embargo ya veía venir la idea.

Lo más probable era la posible unión entre la Hyuga y yo, pero rotundamente me negaría a ello.

-Hable con mi hija Hinata y ella estuvo de acuerdo con mi petición, quería pedirte con suma confianza en ti, que cuidaras de mi hija en todo lo que queda de su carrera, hasta la finalización de esta.

Hiashi asintio hacia su hija quién sonrió de manera dulce, cautivando mis sentidos por unos segundos.

Mi padre tomo la palabra y yo ya venía venir mi perdición.

-Cuando ella termine de estudiar, se casara con Itachi.

"No puede ser... Espera ¿Què?"

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Hola!! Aquí les traigo esta pequeña historia, se que prometo subir capítulos continuos de mi otro dic Quiebre del Destino, pero no e tenido la inspiración suficiente para poder continuarlo, por lo pronto yo tuve la imaginación necesaria para poder crear este capítulo, pensé en hacerlo Oneshot pero al parecer no sera así.

XD jajajaja espero les aya gustado este primer capitulo,prometo que no sera tan largo, además que tampoco tengo muy claro con quién dejaré a nuestra línea Hinata.

A veces me siento malvada por ello ¡Wuajajajaja!

Les mando un gran abrazo de oso mis queridos lectores.

¡Hasta luego!