Atención: Este capítulo contiene homofobia e intento de violación. Están advertidos.


Yuuri y Viktor tenían 17 y 21 años la primera vez que sufrieron homofobia de manera directa.

Durante su primer año de noviazgo, e incluso un tiempo antes de ser novios, habían escuchado todo tipo de insultos y rumores, pero nunca dirigidos explícitamente hacia ellos. Los rumores más comunes decían que Viktor se aprovechaba de la inocencia de Yuuri, o que Yuuri se prostituía con Viktor para ganar dinero fácil. Esos no eran nada nuevos realmente, incluso la exnovia de Viktor los creía. Dolían, sí, pero no eran precisamente alarmantes, puesto que se quedaban en simples rumores que se repetían entre la multitud pero que nadie se los tomaba muy en serio a falta de pruebas. Además, existían personas, como sus familiares, amigos, y clientes habituales del onsen, que aprobaban su relación porque sabían la verdad. Eran pocos los que estaban en contra (mayoritariamente chicas y chicos que tenían alergia a la felicidad de terceros o directamente homofóbicos).

Cuando Viktor comenzó a trabajar medio tiempo como Asistente de Gerencia en una de las tiendas departamentales de su padre, comenzó a tener contacto directo con muchas más personas aparte de sus compañeros de clases, es decir, con sus compañeros de trabajo, inversionistas y los clientes.

Las funciones de Viktor consistía principalmente en contestar los teléfonos y en acompañar a su jefe, Celestino Cialdini, a reuniones con proveedores. Y de vez en cuando tenía que intercambiar palabras con clientes difíciles si había algún problema que las cajeras o los dependientes no podían resolver por miedo a lidiar con clientes rabiosos que pudieran causar sus despidos.

Como aquella vez que una clienta extrajera (una estadounidense) se quejaba porque todos los letreros estaban en japonés. En una tienda japonesa, en una ciudad japonesa... y que eso era malo puesto que ella no entendía el idioma. (¿Y aun así viajó a Japón esperando a que todos los japoneses del mundo hablaran en inglés para ella? Fue lo que Viktor quiso preguntarle).

Por supuesto, el peliplateado intentó razonar con ella en su idioma. Incluso tuvo que hacer un esfuerzo sobre humano para que los prejuicios aprendidos durante sus primeros 17 años de vida en Rusia (sobre la idiotez de los estadounidenses) no hicieran que sacara a patadas a la histérica americana de la tienda.

"¡¿Pero por qué rayos no hay letreros en inglés?! ¿Acaso no piensan en sus clientes?" Insistió la muchacha, cada vez más alzando la voz, provocando que los otros clientes se alejaran de la zona para evitar la pena ajena de la escena, aunque algunas adolescentes locales apuntaros sus celulares hacia ella y a su acompañante mientras reían por lo bajo.

"En verdad sentimos mucho causarles esta inconformidad." Viktor trató de ceñirse a la respuesta del manual mientras una sonrisa falsa se asomaba por sus dientes apretados. "Trataremos de encontrar una solución lo más pronto posible. Pero por ahora, ¿qué les parece que alguien del personal actúe como su traductor durante el tiempo que estén dentro de nuestra tienda?" Dijo como una solución alternativa y tratando de zanjar el tema.

Viktor se dio cuenta que la chica no sería incapaz de comprender que, sí, Hasetsu era una ciudad turística, pero que no era una ciudad turística pensada para extranjeros. Hasetsu no era Tokyo u Osaka como para que los comercios locales necesitaran tener letreros en otros idiomas especialmente para visitantes de otros países.

"¿Qué tal si eres tú quien nos guía?" Sugirió de pronto la chica de piel morena y cabello crespo castaño que acompañaba a la americana, quien tenía una sonrisa coqueta en sus labios color vino. Viktor supo enseguida que eso no sería una buena idea.

"Lo siento. Pero eso no forma parte de mis funciones." La sonrisa amable jamás dejó su rostro, pero por dentro Viktor deseaba poder expresar la molestia que comenzaban a causarle esas chicas. "Por favor, permitan que sea una de las dependientas quien las auxilie."

"Oh, vamos." Insistió la morena rodando los ojos con impaciencia. "Mañana regresaremos a casa y no hemos tenido nada de 'acción' con chicos guapos. Y tú eres un chico guapo, si entiendes a lo que me refiero." Peinó su cabello haca atrás de manera coqueta y guiñó un ojo, haciendo que Viktor se sintiera cada vez más incómodo.

"... Lo siento. Pero esto es inapropiado." Contestó negando con la cabeza. "Si vienen a buscar chicos, este no es el lugar." Viktor dejó de sonreír, pero trató de no fruncir el ceño para no agravar la situación.

"De acuerdo, lo entendemos. No queremos causarte problemas." Dijo la morena, y Viktor por un momento creyó que lo dejarían en paz hasta que la chica se acercó a su espacio personas y le susurró rápidamente. "¿Qué tal si nos dices a qué horas sales, o nos das tú número de teléfono para vernos después?" El hombre ruso retrocedió y ya no pudo disimular más su molestia.

"Dije que no. Tengo pareja. Les pido de favor que regresen a sus compras o tendré que pedirle a Seguridad que las acompañe a la salida."

Ambas chicas lo miraron con sorpresa, como si no pudiera creer que un hombre atractivo se negara a hacer un trio con ellas, quienes realmente eran chicas atractivas y muy bien maquilladas y vestían ropa expresamente provocativa. Entonces la rubia entornó la mirada y giró su cabeza de manera altiva.

"Nos vamos de aquí." Dijo tratando de disimular su enojo. Tomó a su amiga del brazo y la jaló hacia la salida, dejando caer al pisto la ropa que iba a comprar. "Está tienda es un asco. Y el único chico sexy que hemos visto en toda la ciudad actúa como un maricón."

Las compañeras japonesas de Viktor, aunque no sabían el suficiente inglés como para tratar con las extranjeras, pudieron entender a la perfección el insulto, y miraron al peliplateado con horror al no saber qué decirle. Pero Viktor se encontraba demasiado irritado mirando por dónde se habían ido las chicas como para preocuparse de las miradas ajenas. Sin embargo, se sobresaltó al sentir una mano sobre su hombro. Era su jefe.

"Ah. Yo, lo siento..." El peliplateado luchó por no tragar saliva y tiritar de miedo. Celestino era un hombre simpático, pero también era estricto cuando se trataba de trabajo. Ser hijo del Director no le garantizaba a Viktor no ser despedido.

"Bien hecho, Viktor." Celestino le sonrió y le dio un par de palmadas en la espalda antes de retirar su mano. "No te preocupes. Vi lo que sucedió y pienso que manejaste bien la situación. Perder dos clientes no nos afectará en nada. Y si existe algún problema, yo mismo me encargaré de arreglarlo. Vuelve a tu oficina."

El peliplateado dio un suspiro de alivio y asintió, dándole las gracias con una reverencia. Más tarde, cuando fue a Yu-topia a comer con Yuuri y le contó lo sucedido, el moreno hizo lo mejor que pudo para agradecerle su fidelidad tras guiarlo a su habitación y cerrar la puerta bajo llave.

"¿Estás seguro que estás bien?" Preguntó Yuuri mientras Viktor besaba su cuello, pues podía sentir que el peliplateado estaba tensado y se movía de forma algo mecánica, cuando normalmente era una persona bastante relajada.

"Por supuesto que sí, Yuuri." Sonrió y trató de besar sus labios, pero el menor lo detuvo.

"Está bien si sigues molesto por lo que esa chica te dijo, ¿sabes?" Viktor al fin dejó de tratar de besarlo para mirarlo. "Cuando era niño los niños solían burlase de mí porque hacía ballet." Viktor lo sabía, lo había intuido por lo tímido que era de pequeño, y porque Yuuko se lo había confirmado. "Me decían que sólo los 'maricas hacen ballet' o '¿seguro que no eres una mujer?'. Al principio sus burlas me lastimaban y me hacían sentir mal conmigo mismo por mis gustos...hasta que mi instructor de patinaje, la persona a quien más admiro, me dijo que era genial que hiciera ballet." Sonrió, y el peliplateado sonrió de vuelta.

"Sí, tienes razón. Sigo molesto por lo que me dijo. Sé que no puedo cambiar las mentes o forma de pensar de otras personas, pero desearía que al menos no estuvieran molestando a otros por tener gustos diferentes a los suyos." Dio un suspiro profundo y se relajó. "A veces pienso que el mundo está podrido. Pero..." Tomó a su novio de las mejillas y las jaló de manera juguetona. "Entonces te miro a ti y mi esperanza por la humanidad regresan." Rió cuando Yuuri frunció las cejas.

"Oh, no seas cursi y sigue besándome."

"¡Con mucho gusto!"

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Yuuri no era un chico que normalmente asistía a fiestas. Prefería pasar sus tardes viendo anime o jugando videojuegos con Viktor y con sus amigos. No obstante, desde que entró a la preparatoria, trataba de salir más a menudo con diferentes personas para socializar, sobre todo si lo invitaba gente que le agradaba. Así que cuando Maiko, la chica que se le había declaro un año atrás y ahora era su amiga, lo invitó a su fiesta de cumpleaños, Yuuri aceptó sin problemas.

Lo único malo era que Viktor no podría acompañarlo porque tenía una reunión de trabajo. Al principio Yuuri se sintió decepcionado, sobre todo porque la reunión iba ser durante horas fuera de trabajo, y en viernes, y Viktor no tenía por qué estar allí, sin mencionar que Yuuri no quería ir solo porque no conocía a las otras amistades de su compañera. Pero pronto se dio cuenta que no tenía sentido estar molesto, puesto que fue Sergei quien le pidió a su hijo que lo acompañara para enseñarle a cómo tratar con los inversionistas de las tiendas departamentales. Yuuri también solía ayudar a Toshiya en el onsen haciendo funciones que normalmente a él no le correspondían, y hacía esperar a Viktor cuando tenían citas a causa de ello. Así que lo entendió.

"Lamento no poder ir contigo, Yuuri." Dijo el peliplateado sintiéndose un poco culpable. Había prometido que iría con él antes de saber sobre la reunión.

"Está bien, Viktor. Es sólo una fiesta. No creo quedarme más de dos horas de todos modos." Replicó encogiendo de hombros, y le dio un beso rápido en los labios para asegurarle que no estaba molesto. "Le daré a Maiko su regalo, socializaré un rato y entonces me voy." Dio un suspiro cansado en sólo pensar en lo que tendría que 'sufrir' solo.

Phichit no fue invitado a la fiesta porque tenía 15 años, y a Yuuko le faltaban pocas semanas para dar a luz, por lo que ir a una fiesta donde habría alcohol no era algo que se pudieran permitir ninguno de los dos.

"Si la reunión dura menos de una hora iré a buscarte a la fiesta, sino, te veré hasta mañana, ¿de acuerdo?" Yuuri asintió y Viktor lo besó una vez más. Tras separarse, se despidió de Vicchan dándole una palmada en la cabeza y entonces salió de la habitación para dirigirse a su trabajo.

Mientras Yuuri esperaba que fuera de noche, trató de adelantar un poco de tarea al tiempo que chateaba con Phichit y Sara. Sara no había sido invitada a la fiesta tampoco. Al parecer ella y Maiko no se llevaban bien, se caía mal mutuamente; incluso la italiana le había dicho al japonés que debía cuidarse de ella, aunque Yuuri no estaba seguro a qué se refería. Takeshi alguna vez había comentado en broma que quizás la razón por la que ambas chicas se caían mal es porque aún les gustaba Yuuri, cosa que a Michele y el mismo Yuuri no les causó mucha gracia (mucho menos a Viktor).

Al faltar poco para las siete, Yuuri se dio una ducha, se vistió con una camiseta casual y pantalones de mezclilla que su novio le había conseguido con descuento de su tienda, y peinó su cabello negro hacia atrás antes de ponerse desodorante y colonia de brisa marina que Viktor le había regalado. Se despidió de Vicchan, tomó su abrigo azul, y se despidió de sus padres. La fiesta sería en un salón de baile no muy alejado por lo que Yuuri se iría en su bicicleta, y por suerte comenzaba a hacer frío por lo que no sudaría mucho durante el camino.

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Yuuri estaba aburrido, muy aburrido. Apenas tenía media hora en la fiesta y ya no tenía nada que hacer más que mirar a otra gente bailar o conversar. La única razón por la que no se quedaba dormido sobre la mesa era a causa de la música alta. Yuuri ya había entregado el regalo a Maiko (un perfume que Mari le ayudó a elegir), ya había bailando con un par de compañeras de clase, y ya había tomado una piña colada. Solo una copa, pues no quería emborracharse y hacer el ridículo actuando como su padre. Así que no tenía nada más que hacer allí. Estaba por levantarse de la silla e irse cuando sintió una mano sobre su hombro.

"Te ves muy solito, mon cher ami."

"¡Oh! Chris." Sonrió, aliviado de que se tratara de un rostro familiar. Conocía a Chris debido a sus clases de ballet con Minako, pero realmente nunca hablaron hasta que el suizo se hizo amigo de Viktor. "No tenía idea de que estabas aquí. ¿Eres amigo de Maiko?" Preguntó casi gritando. La música en verdad era molesta.

"No. Pero soy amigo de su hermano mayor." Contestó antes de beber de la copa de vino que cargaba y se sentó en la silla vacía al lado del moreno "Viktor me dijo que sentía mal de no poder acompañarte a una fiesta. Supongo que se refería a ésta."

"Sí. Pero no importa. Entiendo que tenía que trabajar." Dijo agitando una mano para restarle importancia. "¿Qué tal te la estás pasando?"

Chris y Yuuri conversaron un rato sobre otras personas hasta que la cumpleañera se acercó a la mesa.

"Chris-san, mi hermano te está buscando." Dijo la chica con timidez. Chris le agradeció, y le guiñó un ojo a Yuuri antes de irse. El moreno parpadeó un par de veces antes de entender la implicación.

Oh... Chris y el hermano de Maiko eran más que amigos. Amigos con derecho.

"¿Te estás divirtiendo, Yuuri-kun?" Preguntó la chica, tomando el lugar previamente ocupado por el rubio.

"Ah, sí. Por supuesto." Mintió con una sonrisa forzada, y al parecer la castaña lo creyó porque sonrió de vuelta.

"Disculpa la indiscreción. ¿Pero por qué no vino tu novio?" Inquirió la chica mientras alargaba una mano y dejaba una piña colada frente a él. Yuuri no se había percatado hasta ese momento que Maiko llevaba consigo dos bebidas.

"Gracias." Yuuri aceptó la copa a pesar de que no quería beber más. Después de todo Maiko se había molestado en llevársela. Además, una segunda copa no le haría daño. "Viktor quería venir, pero tenía trabajo." Explicó por enésima vez en la noche. Al parecer era tan común verlos juntos que verlos solos era un acontecimiento extraño para todos.

De hecho, Yuuri podría jurar que una chica se vistió especialmente para Viktor, dejando ver su cuerpo curvo entallado en un vestido rojo con sus senos sumamente expuestos. O eso era lo que creía por la gran cara de decepción que puso cuando se dio cuenta que Yuuri fue solo.

"Entiendo." Dijo Maiko, aún sin beber de su copa. "Por un momento creí que estaban peleados o algo." Comentó en tono de broma, y el moreno dejó de beber para replicar.

"No. Aunque estuviéramos peleados no podemos mantenernos enojados por más de cinco minutos." Dijo riendo. Por supuesto que Viktor y él peleaban a veces como cualquier pareja, pero jamás se hacían daño y se disculpaban enseguida si era necesario.

La única vez que estuvieron peleados por mucho tiempo fue a causa de un malentendido, y fue porque Yuuri no pudo evitar sentirse celoso al ver que Viktor coqueteaba con una chica en plena calle, sin que notara su presencia. Ese día Yuuri volvió a casa solo y no contestó los mensajes de Viktor hasta al día siguiente que el hombre ruso, con mirada crispada y respiración agitada, se presentó desde temprano a Yu-topia para disculparse 'por cualquier cosa que habría hecho para molestarlo'.

"Yuuri. Me estaba burlando de esa chica." Respondió Viktor, aliviado de saber la razón de su enfado. "Ella trataba de invitarme a salir, y lo siguió haciendo a pesar de que le dije que tenía novio. Así que coqueteé un poco con ella y le di un número de teléfono falso para que me dejara en paz. Ni siquiera la conozco." Yuuri entonces se sintió muy imbécil por saltar a conclusiones apresuradas y le pidió perdón, aunque el peliplateado le aseguró que no había problema, que él también malpensaría si lo viera coqueteando con otras personas. "Está bien, solnyshko. Sólo no vuelvas a asustarme así. Recuerda que prometimos contarnos todo, incluso cosas que nos molesten uno del otro." Yuuri asintió mientras lo abrazaba con fuerza y escondía su rostro avergonzado entre su cuello.

"Ya veo." Dijo Maiko, por alguna razón mirando atentamente al moreno. "Debe ser muy lindo tener un novio como Viktor." Yuuri asintió con la cabeza mientras se ruborizaba. "Yuuri-kun, ¿alguna vez has tenido un novio o novia antes de Viktor-senpai?"

La pregunta había sido tan repentina que fue todo un logro para Yuuri no escupir su bebida por la impresión. Pero teniendo en cuenta que había rechazado a la chica un año atrás, no parecía tan descabellada su curiosidad. Además, ahora eran amigos.

"N-no. Viktor es mi primera relación."

"¿Es decir que no te gustan las chicas?"

"¿Qué?" Se giró a verla, extrañado ante la pregunta, pero la castaña sonreía de manera amable, por lo que pensó que estaba bien contestar. "Sí, por supuesto que me gustan las mujeres. Antes de enamorarme de Viktor me gustaba una chica." Yuuri no estaba seguro de por qué agregó lo último, pero al menos no dio el nombre de Yuuko para no causar problemas. "Pero ahora mismo tengo novio, así que no le veo sentido fijarme en otras personas, independientemente de su género." Justo terminó de decir aquello, sintió vibrar su celular dentro de su pantalón. Pero antes de poder sacarlo y leer el mensaje, se sintió mareado, tanto que casi estrelló su cabeza contra la mesa.

"¿Te encuentras bien, Yuuri-kun?" Inquirió enseguida la castaña, y si no fuera porque el moreno se encontraba desorientado habría notado que la chica no sonaba para nada preocupada e incluso sobreactuada.

"Yo... no lo sé. Me duele la cabeza..." Se llevó una mano a la frente, y apenas si se dio cuenta que la chica lo levantaba de la silla y la hacía apoyarse en ella.

Lo último que Yuuri recordaba es que la música sonaba distorsionada.

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Viktor miró el reloj digital de su móvil y se dio cuenta que tuvo la suerte de que la reunión de trabajo durara menos de una hora, y leyó dos mensajes de texto que le había llegado por separado mientras su teléfono estaba en silencio. Uno era de Yuuri, donde le decía que se había encontrado con Chris en la fiesta, y otro de Chris, que le decía haberse encontrado con Yuuri en una fiesta.

Sexyman: estoy con tu novio, me lo prestas? «3

Vicchan02: Está bien, pero sé amable con él ( ° )

Viktor entonces cambió de conversación.

Vicchan02: Yuuri, sigues en la fiesta?

Vicchan02: ya estoy desocupado, quieres que vaya por ti?

El peliplateado dejó pasar algunos minutos mientras Yuuri respondía, y ese tiempo lo usó para conversar un poco con sus compañeros de trabajo y pedirle a Sergei que lo llevara al salón de baile en su auto para no tomar un taxi. Al pasar cinco minutos y no recibir una respuesta, decidió llamarlo por teléfono, dos veces. No hubo respuesta tampoco.

Vicchan02: Chris, Yuuri sigue en la fiesta? No me contesta.

Sexyman: creo que si, su abrigo sigue sobre su silla. Preguntare si alguien lo ha visto.

Viktor no estaba seguro de por qué, pero comenzó a preocuparse. Yuuri no era el tipo de persona que tardara tanto en contestar a menos que estuviera durmiendo o comiendo, y dudaba que estuviera haciendo una de esas dos cosas en ese momento. Uno, porque seguro que habría música alta y eso no lo dejaría dormir, y dos, si estuviera comiendo, habría contestado entre bocados.

Apenas pasaron un par de minutos (que para Viktor se sintieron una eternidad) cuando el rubio envió otro mensaje.

Sexyman: okay... creo deberías venir por yuuri, ya

Vicchan02: paso algo?!

En vez de contestar por texto, Chris llamó. Viktor inmediatamente supo que algo andaba mal.

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Sintiendo el estómago revuelto y sudor por todo su cuerpo, Yuuri abrió pesadamente los párpados y trató de distinguir en dónde se encontraba. Tardó varios segundos en percatarse que estaba de vuelta en su propia habitación. La luz estaba encendida, y Vicchan dormía a su lado. Aún vestía la ropa con la que salió.

¿Cómo había vuelto a casa?

Sin saber cuánto tiempo había pasado desde que despertó y mientras se tallaba los ojos, escuchó abrirse la puerta y vio a Viktor entrando. Él también seguía vistiendo su ropa formal de trabajo, pero sin el chaleco. Al verlo despierto, el peliplateado se acercó enseguida a la cama y se sentó a su lado. Vicchan despertó y ladró animado.

"Yuuri, ¿cómo te sientes?" Preguntó tomando su mano más cercana, con su voz tambaleando y sus ojos luchando por no crisparse más de lo que ya estaban, o eso creía Yuuri, pero no tenía sus anteojos puestos como para comprobarlo. Era obvio que Viktor trataba de no asustarlo, lo que hizo que Yuuri comenzara a preocuparse.

"Bien, pero mareado. Creo. Viktor, ¿qué..." Trató de sentarse, pero las náuseas no se lo permitieron y se quedó en la misma posición, usando la otra mano para acariciar a su poodle. "¿Qué paso? ¿Acaso me quedé dormido en la fiesta?"

"Yuuri... ¿no lo recuerdas?" La mano de peliplateado se tensó de pronto, y el moreno lo miró con confusión.

"No. Sólo recuerdo que Chris me contaba que en la fiesta había una chica que engañaba a su novio con otra chica. Pero después de eso nada."

"¿Tampoco recuerdas que Maiko te estaba besando?" Tras escuchar aquello a Yuuri se le heló la sangre y su cuerpo enteró se entumeció con terror.

"¡¿Qué?!" Debido a la impresión trató de sentarse de nuevo, asustado al poodle, lográndolo por puro impulso aunque su cabeza doliera más después de eso. "¡N-no! ¿Besar a Maiko? ¡No, jamás!... " A menos que... "¡¿A-acaso me emborraché y le hice algo indebido a ella?!"

"Yuuri, tranquilo." Viktor posó ambas manos sobre sus hombros, pero sin hacer presión para no lastimarlo. "No hiciste nada a nadie. Y no estoy molesto contigo." Pero por su voz reticente y controlada, Yuuri definitivamente percibía su molestia. "¿Cuánto bebiste y qué bebiste en la fiesta? Chris dijo que sólo te vio beber una piña colada."

"Yo..." Yuuri intentó tranquilizarse, pero sus ojos miraban desesperadamente hacia todos lados sin poder pensar en otra cosa más que la vergüenza que suponía haber besado a otra persona que no fuera su novio. "Bebí... una piña colada... ¡No! Fue-fueron dos. Estoy seguro que sólo fueron dos. No pensaba tomar más de una, pero Ma-Maiko me consiguió otra antes de...de sentarse a conversar conmigo." Dijo mientras trataba de recordar. Y al decir el nombre de la chica tuvo que cerrar los ojos para no regurgitar. Su garganta y su estómago dolían.

"Maiko... te llevó... una bebida." Repitió Viktor con lentitud, esperando a que el moreno comenzara a pensar con más claridad.

"Viktor...Lo siento tanto." Dijo, todavía con los ojos cerrados, y tratando de respirar hondo por su nariz que comenzaba a congestionarse. "No entiendo qué pasó. No sé por qué la-la besé. Ella debe odiarme ahora mismo..."

"No." Replicó Viktor con dureza. "No debes disculparte de nada, y no me importa si ella te odia." El peliplateado lo había dicho con una voz tan autoritaria y furiosa que Yuuri se habría asustado sino fuera porque lo abrazó con fuerza, estrechándolo contra su pecho para continuar hablando con suavidad. "Yo no dije que la besaste, dije ella fue la que te estaba besando. Maiko se aprovechó que estabas ebrio para llevarte al baño de mujeres y tocarte."

"¿Tocarme?" Repitió el moreno, todavía sin lograr entender lo que su novio trataba de decirle. Entonces abrió los ojos de golpe al recordar algo. "Vi-Viktor. Maiko me preguntó si me gustaban las chicas y... y creo que me dijo que seguía enamorada de mí y quería perder su-su virginidad conmigo."

Sin avisar, empujó al peliplateado para levantarse de prisa de la cama, yendo directo a la papelera al otro lado de la habitación para comenzar a vomitar. Vicchan bajó de la cama para correr tras de él. Después giró su cabecita hacia Viktor y comenzó a ladrar. Viktor entendió el mensaje y caminó hasta el moreno para arrodillarse a su lado y ayudarlo a sostenerse su cabeza mientras continuaba vaciando su estómago.

Cuando Yuuri había dejado de vomitar, y tras lavarse los dientes para quitarse el mal sabor, Viktor llamó a Hiroko para pedirle medicina.

"No puedes tomar medicina con el estómago vacío." Dijo Hiroko con una pequeña sonrisa, mas era evidente que ella también estaba preocupada por lo que había sucedido. "Te haré algo ligero para comer y un té. Eso debería ayudar a tu estómago." Acarició el cabello de su hijo un momento antes de abrazarlo.

Yuuri la abrazó de vuelta, aferrándose a su madre y sintiéndose tan vulnerable como un niño pequeño. Pero eso estaba bien, porque sabía que su madre no le haría daño. Estuvieron así unos minutos hasta que Hiroko besó su frente y salió de la habitación para hacerle de cenar.

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"¿Exactamente qué fue lo que sucedió?" Preguntó Yuuri después de darse un baño y comer, sentado a la orilla de su cama, con Viktor de nuevo sentado a su lado y usando un brazo para abrazarlo. Por pura curiosidad había mirado la hora en su móvil, dándose cuenta que pasaban de las dos de la mañana. Debió haber estado inconsciente desde las nueve de la noche. El peliplateado también se había cambiado de ropa, poniéndose uno de los yukatas verdes del onsen que le proporcionó Toshiya como pijama, pues fue evidente para los Katsuki que Viktor no querría irse.

Antes de comenzar la explicación, dio un suspiro cansado.

"No lo sé con claridad. Sólo sé que no contestabas tu teléfono, por lo que le pedí a Chris que te buscara. No tardó mucho en encontrarte porque una de sus amigas le dijo que vio a Maiko cargando a un chico de lentes azules al baño de mujeres, pero que no vio nada raro en ello porque parecía borracho y que seguro que lo llevaba a vomitar. Chris entonces le pidió que entrara al baño y te sacara, pues él se haría cargo de ti. Chris entonces esperó un rato a fuera del baño, pero cuando su amiga salió le dijo riendo que te dejara en paz porque Maiko y tú se estaban 'divirtiendo'." Yuuri se sintió palidecer al tiempo que la voz de Viktor sonaba cada vez más molesta. "Chris se apresuró en entrar y vio como Maiko, totalmente sobria, te arrinconaba contra la pared... Tú tenías los pantalones abajo y ella tenía la falda subida."

"¿Es-estás seguro que...ella no trataba de defender de mí?"

"Yuuri. Tú no hiciste nada" Repitió tratando de no levantar la voz, sabiendo que Yuuri se culparía a sí mismo de todos modos. "Chris dice que Maiko estaba nerviosa y tenía el labial corrido mientras que tú tratabas de empujarla y repetías 'no' en voz baja, con la boca pintada con su labial. Sólo tus pantalones estaban abajo, así ella no llegó a hacerte nada. Y la amiga de Chris insistió en que vio como Maiko estaba sobre ti, pero que ella no pensó en intervenir porque jamás se imaginó que una chica podría violar a un chico..."

"Violar... Ella trató de violarme." Titubeó, entre afirmación y pregunta. Yuuri no estaba seguro en qué momento su cuerpo comenzó a temblar, y sintió terror al pensar en qué hubiera pasado si Chris no hubiese estado allí. "Yo... sólo bebí dos copas, pe-pero ella no bebió de la suya..." Viktor besó su frente y trató de tranquilizarlo acariciando su espalda mientras Vicchan lamía sus manos. "¿Crees que ella...?" La chica metió algo en su bebida.

"Es posible. Tu padre y mi padre ahora mismo están en la sala conversando sobre lo que deberíamos hacer. Tenemos que avisarle a la policía, pero... papá dice que no servirá de nada. Denunciar a una mujer por intento de violación no sirve de mucho, incluso teniendo pruebas, y además corremos el riesgo de que Maiko diga que fuiste tú quien la atacó. Ella es mujer, a ella le creerán más que a un adolescente borracho. Papá incluso llamó a un abogado, y éste sugirió no denunciar a menos que estuviéramos preparados para recibir el escarnio social porque 'un marica no se pudo defender de una mujer'." Ambos se quedaron callados, sabiendo que eso pasaría sin ninguna duda. "Mari dice que deberíamos ir a casa de Maiko y cubrir su casa de huevos." Ambos rieron un poco, pero callaron pronto. "Yo apoyaré cualquier cosa que decidas hacer, Yuuri. Tú siempre tendrás mi apoyo." Entonces la voz del peliplateado por fin se quebró. "Si tan sólo hubiera estado contigo..."

"Viktor." Lo tomó de las mejillas y lo hizo mirarlo. "No es tu culpa. No podías saber que esto pasaría. Pero yo..." Desvió la mirada y frunció el ceño. "Yo no debí confiar en ella... Yo...debí tener más cuidado." La voz de Yuuri comenzó a tambalear. Se sentía enfermo de nuevo. "Dios. Esto es tan irreal. Estuve a punto de perder mi virginidad en un baño público." Yuuri agradecía que al menos no recordaba nada.

"Tampoco es tu culpa, solnyshko." Cubrió sus manos con las suyas y besó las palmas, entonces lo cubrió con sus brazos de nuevo, dejando que Yuuri apoyase su rostro entre su cuello mientras se llenaba de lágrimas. "Ella no debió aprovecharse de ti, menos sabiendo que tienes un novio que tanto te ama y jamás te haría lo que ella te hizo."

"También te amo." Respondió siendo un casi un acto reflejo, sintiendo como sus mejillas mojaban la piel blanca de Viktor, no dándose cuenta que era la primera vez que usaban literalmente la palabra 'amor' para definir su relación, pues sus sentimientos constantemente creían uno por el otro y era difícil saber cuál fue el momento preciso en que se dieron cuenta que la idea de compartir su vida juntos sonaba plausible. "Viktor, ¿puedo...besarte?"

"Por supuesto, Yuuri." Sonrió e inclinó su cabeza para acercar sus labios a los de Yuuri en un beso suave y pausado, simplemente disfrutando de la calidez de sus cuerpos. "Tú puedes besarme cuando quieras."

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Días después de lo sucedido, en la escuela, Maiko trató de 'disculparse' mientras insistía en que estaba ebria y le pidió de favor a Yuuri que no le contara a nadie lo sucedido. El moreno accedió, pero no porque la hubiese perdonado o creído en su mentira, sino porque simplemente quería olvidarse del asunto y además evitarle a su familia y a su novio la vergüenza de ser el centro de atención por algo como eso. Y antes dejar de hablarle para siempre a la castaña, le advirtió seriamente que no volviera a acercarse a él.

Yuuri estuvo un tiempo sintiéndose asustado del exterior, sobre todo si Viktor no se encontraba cerca, teniendo que aguantarse las burlas de Phichit y Takeshi quienes le preguntaban si estaba a dieta porque evitaba comer y beber en lugares públicos. El moreno había decido no contarles sobre el incidente, pues sabía que Phichit, debido a su innata sed de justicia (y porque era menor de edad), no se quedaría callado y haría alguna imprudencia en contra de Maiko, y porque seguramente Takeshi y Yuuko trataría de ir a la casa de la chica para cachetearla (Mari ya se había encargado de eso); siendo Chris el único de sus amigos que guardó el secreto hasta que el mismo Yuuri lo contaría años después.

Poco antes de cumplir los 18 años, cuando su confianza había regresado lo suficiente, Yuuri tuvo sexo por primera vez con Viktor, siendo el mayor quien dejó que el japonés se tomara todo el tiempo que quisiera para explorar su cuerpo, entrando lentamente en él en un vaivén acompasado hasta acabar dentro en su interior. Ambos lo disfrutaron bastante, y en sus siguientes experiencias intercambiarían posiciones.

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Cuando Yuuri cumplió los 18 años ya tenía más o menos una idea de qué hacer con su futuro para cuando se graduara de la Preparatoria. Tenía la opción de no ir a la Universidad y en cambio ayudar en el onsen de su familia, como también la opción de ser instructor de ballet o patinaje de tiempo completo. Aún no estaba seguro de cuál opción elegir. Pero sabía que Viktor estaría allí para apoyarlo, pues Yuuri siempre estaría allí para Viktor.


Por ahora este será el "último capítulo". Tómenlo como un fin de temporada ;D
Decidí dividir el fic en dos, puesto que los siguientes temas del fic serán cada vez más adultos (no me refiero a lo sexual), y además desde el primer cap ya les spoilie que se iban a casar, así que no se preocupen xD

Gracias a todos por seguir mi fic hasta ahora, espero que les haya gustado 3

*Aún no sé si la "segunda parte" la subiré aquí o en otro post. Pero les avisaré.

Y si quieren seguir leyendo más fics Viktuuri míos, les recuerdo que "¿Puedo ser tu novio?" y "El dragón blanco" también están completos ;D