XIV. No es demasiado tarde, aún

Mientras Akko se recupera Diana trata de disipar sus pensamientos oscuros. Detesta esa sensación de sentir que algo está por ocurrir, algo que está fuera de su alcance. Siempre ha tenido esas corazonadas desde que era apenas una niña y le llamó a ese fenómeno "su sexto sentido".

Las demás se han adelantado y caminan tranquilamente, Lotte se mantiene muy pegada a Akko y habla con ella. Mientras que Sucy les sigue el paso y bromea sobre algo que Diana no alcanza a escuchar. Sea lo que sea, por más ruido que haya en el exterior, la sensación no se le quita. Quiere proponerles que lo mejor sería esperar un poco más en la ciudad, sin embargo sabe que aquella decisión puede ser precipitada e injustificable para la Academia de Luna Nova. En general, era una hora inaceptable para andar en la noche siendo ellas estudiantes.

Tomaron sus escobas para llegar a Luna Nova, ella no quiso avanzar mucho de hecho prefería vigilar todo desde la retaguardia por si algo malo ocurría. Nadie pareció percatarse de su actitud tan aislada y agradeció que nadie se lo cuestionara.

Akko estaba hasta adelante y abrazaba a Lotte para no perder el equilibrio. Aquello no molestó a Diana, sino que le generó una sensación extraña que prefirió ignorar. Últimamente prestaba demasiada atención a lo que hacía y dejaba de hacer Akko y puesto que nunca había sentido eso le inquietaba mas era consciente de que era algo minoritario que debía carecer de importancia, el hecho de que Akko estuviera en la misma escoba que Lotte o la de Sucy, o incluso la de Amanda.

Comenzaban a travesar la Línea Ley que conducía a Luna Nova, como siempre. Sin embargo, a Diana le pareció escuchar murmullos y como la estación parecía más fría y triste, aquello no era normal pensó, pero también llegó a la conclusión de que nunca había usado esa estación cerca de las diez de la noche.

Y sucedió, pasó lo que tenía de presentimiento. De a poco el portal que conducía a Luna Nova se cerró y con ello la gravedad las atrajo hacia el bosque, cayendo en picada. Se sorprendió un poco para su propio gusto, a pesar de que su sexto sentido le había prevenido de aquel evento. Se escucharon los gritos de Akko y Lotte, seguidos de los quejidos de Amanda.

—¿Qué demonios acaba de ocurrir?—Amanda se reincorpora y observa a Diana, quién mira hacia el horizonte—, ey, ¿qué ha ocurrido?

—Estamos en el bosque Arcturus…

La voz de Diana apenas y sale, no lo entiende del todo pero no cabe duda que ahí es donde se encuentran. El bosque donde el Gran Triskellion fue sellado.

Aquel lugar parecía un cementerio de sueños y esperanzas, todos enterrados bajo tierra. Los árboles estaban corrompidos por algún tipo de magia oscura, pensó Diana al ver aquel desolador panorama muy diferente al que ella hubiera imaginado que sería ese bosque. Sin embargo, la única que no parecía tan sorprendida era Akko. Algo había escuchado de que ella había logrado estar en el bosque de Arcturus meses atrás, cuando recién llegó a Luna Nova. Nunca se explicó aquel evento y por más descabellado que pareciera era cierto.

La neblina cubría toda la región, envolviéndola en un humo denso de color gris con tintes verdes. Los árboles parecían susurrar algo entre sus hojas viejas y corroídas por el tiempo. El viento espeso susurraba nombres que Diana no supo interpretar.

Mientras ella pensaba en aquel bosque prohibido que tal vez fuera habitado siglos atrás, Amanda intentaba volar y escapar de ahí. Mas la decepción era evidente al caer en la cuenta que no había magia, o más bien estaba bloqueada. Todo se conectó para Diana en ese preciso momento, el hecho de que la Línea Ley luciera fría y tenebrosa no era una casualidad ni una justificación a la hora. Alguien estaba corrompiendo el lugar con el uso de magia oscura y siniestra.

—Parece que no hay magia alguna en esta área—concluye y se lo comenta a las demás, quiénes la miran con un deje de desesperación—, la magia está bloqueada.

—Eso explica lo de la Línea Ley, algo raro está ocurriendo—dice Lotte.

—¡El cielo!—Akko se pone de pie y señala allá arriba donde se forman tres rayos de luz blanca.

—Esas señales en el cielo no se deben a ninguna casualidad, no… más bien quien ha provocado todo esto es el responsable, sea lo que sea que esté ocurriendo tiene que ver con esas luces.

—¡Vamos!

Akko comienza a correr hacia las luces, Diana intenta detenerla sin embargo sabe que es lo más coherente. No le da una buena sensación estar rodeada de todos esos árboles que parecen estar corruptos. No son sus aliados ciertamente en ese momento y si bien sabe que debe pensar en un mejor plan que el de ir hacia la luz no hay otra alternativa en ese momento en el cual están en evidente desventaja. Así pues, sigue a Akko y las demás lo hacen también cargando consigo sus propias escobas y avanzan entre la penumbra y el espesor de aquel bosque maldito.

—Esto parece más bien una casa de terror—murmura Amanda muy por lo bajo para no verse tan cobarde. Sin embargo, Sucy parece escucharla pues le da un codazo.

—No miren hacia atrás y sigan avanzando—anima Akko con fuerzas renovadas—este bosque no es tan grande como parece, ¿verdad Lotte?

Un ruido las toma por sorpresa y es entonces que Diana les dice que paren. Todas lo hacen y se miran confundidas entre sí, el ruido ha sonado a una detonación no muy lejos de ahí.

—Diana… ¿Qué fue ese ruido?

—No lo sé Akko, pero… bueno, creo que lo mejor es seguir con cuidado.

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Andrew no esperaba una noche pacífica después de los eventos ocurridos durante la tarde y noche en High Street, pero tampoco esperó leer comentarios y especulaciones en las redes sociales sobre un aparente golpe de estado. No sabía cómo manejar aquello, y supuso que si para él eso parecía complicado para su padre lo debía ser aún más. Quería que esa tarde fuera diferente, pasarla como un adolescente normal y común pero aquello no fue posible, incluso cuando eran cerca de las once de la noche y las revueltas parecían haberse intensificado aún más por algo que comenzó por un estúpido partido de futbol.

Su padre había hecho uso de las fuerzas armadas para calmar a la población que seguía generando disturbios en toda la ciudad e incluso se comenzaba a expandir las protestas a otras ciudades. Si aquello seguía nada bueno le traería a Inglaterra.

—¡¿Un golpe de estado has dicho?!—Blackwell movió sus bigotes y cruzó sus brazos con profunda molestia.

—Es solo una especulación de momento—explicó Andrew con la mayor tranquilidad que pudo—, las personas comienzan a congregarse en las plazas centrales y comienzan a desafiar a la armada. Lo mejor sería no usar la fuerza para detener la protesta.

—Es un salvajismo, es increíble que las personas unan su fuerza para quejarse de futbol. Esto es inaudito e inaceptable para un país como Inglaterra.

—Podríamos, sin embargo, usar esto a nuestro favor—dijo Blackwell ante la mirada curiosa de Andrew—, sería cuestión de mover las piezas correctas en el momento adecuado y usar a los militares a nuestro favor. Sería una excelente oportunidad de deshacernos de aquellas personas que no piensan con cordura ni razón.

—¿Usaría a las fuerzas armadas sólo para tener ventaja en la política?—Andrew apretó sus puños y negó—, esas personas tienen derecho a manifestarse y si bien están rebasando los límites no creo que la violencia genere un movimiento pacífico. Nada provechoso podría sacarse de usar al ejército en contra de las personas.

—Andrew, eres demasiado blando—Blackwell lo miró con severidad—debes aprender a que en la política no se juega siempre limpio.

—Es suficiente—Paul se frotó sus sienes con impaciencia y llamó a Blackwell de forma privada—, Andrew sólo encárgate de informar que sucede con las redes sociales, no te entrometas en asuntos que no son de tu incumbencia.

Andrew con profundo enojo observó como su padre cerraba la puerta y con ello lo dejó ahí en el pasillo. Él no era más que un simple niño ante los ojos de su padre, nunca tomaba en cuenta sus opiniones. Se sentía hecho a un lado, pero eso ya no debía ocurrir más. Tenía que dejar de seguir viviendo bajo ese regazo invisible que su padre ponía sobre él. Pero, lo que más le molestaba era la mentira el hecho de que nunca hablaban con sinceridad.

—Siempre me has mentido padre… Siempre.

No tenía ningún recuerdo de su madre, y lo poco que tenía era de fotografías. Quería unir todo el pasado y saber de una vez por todas cual era el vínculo que unía a su padre y a la familia Cavendish, pero cada vez parecía estar más lejos pues nuevas mentiras se filtraban y su padre siempre se mantenía bajo una manta de engaño. No sabía si llegaría a la verdad y a confiar en su padre de nuevo, pero de algo estaba seguro; había demasiado caos en ese momento.

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Croix, ¿quién era Croix?

Chariot la observa mientras siente como su cuerpo entero se estruja y se aprisiona producto de las garras del robot en el cual está prisionera. Se vuelve a preguntar a sí misma quién es Croix Meridies. Solía conocerla cuando eran niñas, e incluso cuando se volvieron adolescentes. Su compañera de juegos y de confianza.

La recordaba con aquellos anteojos rectangulares y aquel aspecto desalineado. Era como volver en el tiempo atrás y recordar lo que un día fueron y lo que un día eran en el pasado. Por su parte, ella solía sonreír más e irradiar alegría, decían que donde Chariot pisaba el mundo brillaba. No decían lo mismo de Croix, sin embargo aquella chica seria y de pocas palabras tenía el corazón más enorme del mundo. La vio sonreír pocas veces y sobre todo la vio crecer con el tiempo.

Mientras Chariot se volvía más alegre Croix se refugiaba en sí misma. Hasta que un día supo todo el pasado de Croix Meridies, la chica francesa que llegó a Luna Nova mucho antes que ella, la chica de pocas palabras y que se escondía en su propia coraza del dolor.

Croix nació en un pueblo de Francia, sin embargo al poco tiempo de nacer fue dejada por sus padres en Luna Nova para jamás regresar por ella. Chariot quería saber más de esa historia pero era complicado puesto que Croix cada que contaba aquello sus ojos se inundaban de lágrimas y cortaba tajante la conversación. Nunca supo el motivo por el cual sus propios padres la rechazaron de esa manera. Por su parte, si bien Chariot había crecido en una granja cerca de Escocia nunca había carecido de amor. Era huérfana pues sus padres habían muerto cuando ella apenas era un bebé pero quedó al cuidado de un amigo íntimo de la familia de sus padres y creció sin preocupaciones y con mucha alegría. Pasaba sus horas jugando con el rebaño y mirando el cielo, imaginando que un día volaría a través de los cielos y que llevaría felicidad a todas las personas del mundo, ese fue su sueño pues no quería que nadie se sintiera solo. Era un pago a la vida misma por lo bien que la había tratado durante esos años. Aunque si bien había días oscuros, como cuando visitaba las tumbas de sus padres. No recordaba sus rostros y pocas fotografías tenía de ellos sin embargo le hubiera gustado saber más de ellos, sobre sus gustos y si acaso estarían orgullosa de ella y de lo que era. Pero la situación de Croix era diferente a la suya: nunca creció con amor. Conoció la soledad desde el momento que entró a la Academia, creciendo entre los libros y arrullándose entre las letras del mundo mágico.

Croix era excepcional y brillante, una prodigio le llamaban. Chariot admiraba mucho de eso incluso desde antes de ser amigas íntimas. Pero… ¿acaso fue toda la falta de amor lo que generó que se volviera así?

Croix ya no usa lentes como diez años atrás. Su ropa ha cambiado incluso su voz es diferente. No queda ni rastro de la joven solitaria y ermitaña que un día llegó a ser. Mas en su corazón no alberga sentimientos, o eso es lo que aparenta y Chariot lo sabe, debe quedar algún vestigio de aquella amiga que tuvo años atrás, aquella chica que la enseñó a volar y a usar la magia. La chica que se sumergía en el mundo de los libros.

Ahora, sin embargo la ve llorar y tumbarse en el suelo sin esperanza alguna. Ha despertado al Gran Triskellion mas la decepción se ha albergado en el corazón de Croix una vez más. Aquella niña de cabello desordenado no parece ser diferente de aquella que ahora está en el piso hincada y rogando que eso no sea cierto, que la magia que movería al mundo no es más que confeti y serpentina. Eso no puede ocurrir. Chariot no lo entiende del todo, pero siente pena. Tristeza por su amiga, pues por más que hayan peleado, por más que el tiempo las hubiera separado de todo lo que ocurrió sentía en el fondo ese lazo indestructible de la amistad.

"No es demasiado tarde, aún" pensó, mientras trataba de zafarse del agarre del robot que la misma Croix creó, una bestia que almacenaba los sentimientos negativos de las personas para convertirlo en magia. Energía pura que usaría pero que ahora parecía ser un desperdicio.

El robot comenzó a vibrar y en su coraza empezó a irradiar una luz roja. Chariot no sabía nada acerca de su funcionamiento pero algo bueno no debía ser puesto que Croix le gritaba al robot.

—¿Tú también me vas a traicionar?

Los ojos de la que alguna vez fue su mejor amiga todavía estaban inundados en lágrimas. Pudiera ser producto de la decepción y del coraje, pareciera que las propias emociones de Croix se albergaron en aquel robot. Chariot no lo entendía de cualquier manera y quería deshacerse de aquel agarre.

Croix intentó desactivar su propia creación, aquella en la que había trabajado por años para el gran momento, para lograr un cambio en el mundo. Ese mismo robot en el que puso todo su conocimiento, pero que al igual que ella careció de amor… ¿Qué sentido tenía crear algo con amor?, pensó en el pasado.

Pero su propia creación se revelaba frente a ella, impidiendo su autodestrucción.

—¡Para, para, para!

Croix vio a Chariot, y comenzó a recordarlo todo…

Sí, ella fue su mejor amiga y posiblemente la única persona que le dio cariño. Sin embargo, Chariot siempre estuvo por delante de ella. Todos guiaban a Chariot para conseguir sus metas, ella era felicidad y luz mientras que no podía decir lo mismo de sí misma… ella era la oscuridad, nadie la apoyaba y quedaba echa a un lado. Incluso cuando se esforzaba, cuando trataba de alcanzar sus propias metas parecía que Chariot era inalcanzable. Pero, ¿por qué? Quería deshacerse de aquellos pensamientos y ser amiga de Chariot por siempre, sin embargo eso era imposible. Mientras su corazón estuviera corrompido por la tristeza y la soledad le era imposible querer a alguien. Incluso si fuera su mejor amiga.

Pero… ¿por qué no podía dejar de mirar a Chariot mientras estaba prisionera? ¿por qué la seguía protegiendo?

El robot se movía en círculos y de forma violenta destruyó árboles cercanos a la zona en donde estaban, ocasionando que Chariot quisiera con más fervor deshacerse de aquel agarre. Croix vio todo y por más que le ordenaba a su aplicación que detuviera el robot era imposible, ya no se podía hacer nada.

Fue entonces, que el robot aventó a Chariot. Aquellos segundos pasaron en cámara lenta para Croix, quién de momento se vio bloqueada, sus piernas no le respondían y ver la escena de la que alguna vez fue su mejor amiga cayendo hacia el piso…

—¡Chariot!


N/A Antes que nada, seré muy breve: Feliz Navidad y próspero año nuevo. La actualización si bien se demoró más de lo que tenía planeado aquí está. Todo seguirá su curso tal y como lo tenía planeado. No se preocupen, este fic no ha muerto ni morirá. Le tengo demasiado cariño como para abandonarlo. Por otro lado, estoy comenzando a planear un nuevo proyecto de Little Witch Academia, será largo pero de momento no lo publicaré hasta haber terminado este. Les daré más detalles después.

Agradezco de todo corazón a todas las personas que estuvieron atentas a cuando actualizaría y aquellas que leyeron este fic, ya sea de forma anónima o con su cuenta de fanfiction. Aquellas que dejaron un review, y aquellas que han seguido esta historia de cerca.

El capítulo 15 será publicado el siguiente año, y estará basado en el capítulo 24 y 25 del anime. De ahí en adelante habrá capítulos para decir qué ocurrió con todas las intrigas y teorías mías de Little Witch Academia, algo así como sacado de mi creación.

Muchas gracias a todos por seguir esta historia, si les gustó, si no les gustó, si tienen alguna queja/duda/comentario/sugerencia/tomatazo, será bienvenida.

Saludos y abrazos a todos.

Blossom Lu,