Todo el primer piso del edificio Andrew se habilitó para atención médica, análisis clínicos, cafetería, y Homeschooling. Los empleados podían elegir si tomar los alimentos ahí, solo se le descontaba quincenalmente un porcentaje.
Candy daba consultas hasta la 12 del día, después asesoraba a sus hijos en ciencias, al finalizar el curso presentarían exámenes ante el organismo de educación pública de Chicago. Albert contrató a dos tutores más, para no saturar mucho a su esposa y a George, los seleccionados eran profesores creyentes y de buen testimonio.
Leslie, Jimmy y George, disfrutaban de una sección exclusiva en la cafetería, para altos mandos.
Pusieron un portón en la barda que dividía la propiedad de Rosy con la de Albert, a fin de que la niña jugara con sus tíos. Ellos abandonaban a las tres el corporativo para ejercitarse al aire libre, había una hectárea cercada por árboles que los protegían del sol, Albert se iba con su familia en las tardes para dedicarles tiempo.
Entre los deportes que les enseñaba Albert, estaban la esgrima, tiro al blanco y natación. Metió a David en el mismo equipo de futbol que Isaí. Aunque Candy sufría cada vez que los otros niños iban hacia él, para impedir que pateara el balón.
Jimmy, Leslie y George, pasaban las tardes trabajando con la mayoría de los empleados.
Albert se dio cuenta que Candy estaba subiendo de peso, pero no quiso comentarle nada para no hacerla sentir mal, en una de esas noches de pasión, ella se quejó del dolor porque le apretó los senos.
—¿Qué sucede? Perdona mi brusquedad, es que me enloquecí al verlos más grandes —le dijo entre susurros.
Albert siguió succionando los pezones de su amada y ella lo sacó de su fascinación con la frase:
—Los tengo más sensibles, por mi estado.
—¿A qué te refieres amor? ¿a un embarazo? si Dios me concediera tener más hijos, sería muy dichoso.
—¿Estás seguro de que quieres tener más bebés? —preguntó Candy incrédula.
—Los hijos son como flechas en la mano del guerrero.
—No entiendo que quieres decir, Albert.
—Si los guiamos bien, educándolos conforme a la palabra de Dios, tendremos hombres útiles a la sociedad, trabajadores y no mantenidos por el estado. Los ayudaremos a que descubran sus talentos y dones para que les saquen el mayor provecho y contribuyan para el bien, agradando con su comportamiento a Dios. Los instruiré a que sean de la derecha y no izquierdistas (esos que promueven el aborto, la ideología de género y demás cosas que llevan a la decadencia a nuestra sociedad). A Rosy la enseñaremos a ser femenina, no feministas (que quieren parecerse a los hombres, cuando por naturaleza son diferentes). Ahora con tu apoyo podré. Ya no estoy solo, te tengo conmigo, eres mi ayuda idónea.
—Me siento aliviada por lo que acabas de decir, temí que te enojaras. Quedé embarazada aquella noche en el hospital, mientras Leslie se recuperaba.
—Después de las aflicciones vienen las recompensas. ¡Mi amor es la mejor noticia que puedes darme! otro Andrew —expresó Albert terminando la agradable faena que hace veinte minutos había comenzado.
Al sábado siguiente reunieron a todos, para anunciar tan inesperada noticia. Isaí y Leslie sonrieron con dificultad, pero David y Rosy saltaban de alegría, se acercaron a Candy para tocarle el vientre, Jimmy besó a su mamá en la frente, estaba contento, él también tenía la ilusión de tener más hijos con Leslie.
Albert se puso delante de Candy y dijo—: Aquí frente a nuestra descendencia, quiero pedirte que seas mi esposa. —Se arrodilló y abrió una cajita de terciopelo la cual contenía un hermoso anillo.
Candy no pudo contener sus lágrimas de la emoción, él le puso aquel anillo con delicadeza, acto seguido besó su mano. Los niños aplaudieron entusiasmados, en ese momento Isaí se acercó a sus padres y los abrazó, luego se les unieron David y Rosy, rodeando con sus pequeños brazos a los enamorados.
Después que los niños pasaron al siguiente nivel en sus estudios, aprobando con buenas calificaciones sus asignaturas, se realizó la boda en la Iglesia cercana donde vivían. La familia Andrew emprendió un viaje a Escocia, se llevaron de colada a Rosy.
Albert mandó a habilitar con antelación la villa familiar, para pasar las vacaciones de verano. Por las hectáreas que componían la propiedad, pasaba un brazo del río Avon. Recorrieron casi todo el país visitando los monumentos de los reformadores.
A David le llamó la atención la explicación que les dieron sobre el protestantismo en Escocia: Inglaterra, ya bajo la protestante Isabel I, decidió intervenir con un potente ejército. Las tropas francesas fueron sitiadas en Leith y tuvieron que capitular, con lo que la influencia gala llegó a su fin. Ese mismo año, John Knox, junto a otros reformadores de su tiempo, fundaron la Iglesia protestante.
Para 1567, los franceses habían sido expulsados de Escocia. El triunfo del protestantismo quedó asegurado cuando María Estuardo abdicó en 1567.
Knox predicó el sermón de coronación de Jacobo VI de Escocia, el hijo de María Estuardo, quien fue educado en el protestantismo durante la regencia de Lord James Stewart, conde de Moray y también protestante. De esta manera la Reforma Protestante se consolidaba de manera definitiva en el país de Escocia.
Para los recién casados era difícil quedarse a solas en las noches, como era una gran mansión, a los niños les daba miedo quedarse en su habitación correspondiente, por lo que se iban a la recamara de sus padres a refugiarse de los ruidos nocturnos.
Albert se las ingenió para hacerles tomar té de manzanilla, para que conciliaran el sueño rápidamente y así tener intimidad con Candy.
Regresaron de las vacaciones familiares a Chicago, pero el dejó a sus hijos al cuidado de Leslie y Jimmy para poder raptar a Candy, para el solo y llevársela a las Bahamas.
Llegaron a un hermoso hotel, Albert se sintió indispuesto del estómago, tenía nauseas matutinas, también le daba por comer mucho. En esa semana aumentó tres kilos.
Albert se acercaba al vientre de Candy, para hablar con la bebé que se formaba bajo los ojos del Creador.
—Trataré de no consentirte mucho, pero será imposible eres la menor de mis hijos, y de seguro serás tan hermosa como tu madre. Tendré que decirles a tus hermanos que me ayuden a vigilarte, digo… a cuidarte.
—Mientras no hagas lo mismo que hiciste para separar a Jimmy de Leslie —intervino Candy.
—Por favor Amor, eso tiene años, ¿Cómo es posible que me lo recuerdes a cada rato? Mujer tenías que ser. Eso quedó en el pasado.
—¿Cómo quieres que se llame la niña? —preguntó Candy, para desviar su atención.
—Debe ser un nombre bíblico.
—¿Qué te parece Abigail? —propuso Candy
—Es lindo ese nombre, pero la pobre estaba casada con Nabal, ese hombre perverso, aunque después le fue mejor porque se casó con el Rey David, pero este tuvo aparte de ella a más mujeres. Mejor le pondremos Rebeca, ella tuvo un buen esposo, Isaac nunca tuvo otra mujer, siempre le fue fiel y era amoroso con ella.
—El nombre de Raquel también me gusta.
—Raquel no, porque ella murió joven.
—El que eso haya pasado con ella, no quiere decir que le pasará a nuestra hija.
—Pero mientras sean peras o manzanas, mejor no nos arriesgamos.
—Mejor le pondremos Elizabeth.
—No, porque ella solo tuvo un hijo, y yo quiero que nuestra hija nos de muchos nietos.
—Si quieres que tenga muchos hijos, entonces le pondremos Lea.
—No porque Jacob no la amaba tanto como a Raquel.
—Eres difícil de complacer.
—Si, hay que elegir bien el nombre de nuestros hijos.
—Cuando nazca la niña, no podré darle clases a los demás, pues me dedicaré a la lactancia.
—Contrataremos a otro profesor, que les de las asignaturas que te correspondían.
Al regresar a Chicago, Albert fue a las tiendas con su familia y entre todos eligieron la ropita para la bebé. Decoraron al gusto de todos, la recámara de la niña, sería la que dejó Leslie.
Jimmy y Leslie también se casaron por la Iglesia, ese día Paul le regaló a Jimmy un terreno, para que construyera el edificio donde establecerían la futura empresa, que le pertenecería a él y a Leslie.
Cuando nació Rebeca e hicieron la presentación de la niña en la Iglesia, bautizaron a Isaí y a David.
Albert se sentía el hombre más bendecido de la tierra, tenía a la mujer que amaba a su lado, a sus hijos que aunque los tuvo a una edad madura, Dios le dio las fuerzas para educarlos con su ayuda idónea, Candy.
En el segundo embarazo de Leslie le nacieron dos niñas.
Todos los viernes Albert y Candy procuraban tener una cita a solas, para mantener viva la llama del amor, aunque era imposible que un hombre tan vigoroso como Albert dejara de sentirse apasionado con su esposa.
FIN
Chicas y así termina esta historia. Ya saben siempre haré lo posible mientras Dios me conceda salud y vida, de concluir las historias que inicie (tiempo presente) en el fanfiction. Y como ven en menos de un mes subí el final de dos fics: El de Yo Loco loco, y ella loquita y esta de los consuegros.
Les agradezco a las que la pusieron entre sus favoritas. Les mando un enorme abrazo a las que me apoyaron con sus comentarios hasta el final: Abril, Maravilla 121, Venezolana López, pivoine 3, Gaby Lezu, Chickis SanCruz, Jhana Martin, Lucy M, El broche, Balderas, Gina Riquelme (te regalo este final por tu cumpleaños, sabes que te quiero), Luz Nelly, White Andrew, Nina, Erxa501, Kecs, Rosario escobar, etc. A Yuleni le deseo éxitos en su nuevo empleo. Sandra Carreo, Anne nov, Eloisa Martinez.
Gracias por sus review, así me animan a seguir escribiendo más historias.