Fic

ALSS

GF 2017

Candy Salvaje

Por Mayra Exitosa

Había estado visitando África, cuando la vi por primera vez, sentí como si estuviera viviendo el libro de la selva o la hija de Tarzan y Jane frente a mí, estaba desnuda, apenas y su propio cabello la cubría, era tan salvaje, sus pechos alzados al frente, su botones rozados mostraban todo su esplendor, pensé por un momento que estaba soñando, pero el sudor, el calor de la selva tropical, hacía que todo ardiera, y al verla no podía pensar en cómo ella había sobrevivido en ese lugar, solo me observaba con su mirada intensa en un color tan verde como el de las hojas de los árboles, su bello vaginal cubría también sus partes, pero eso no evitaba que la admirara, había visto mujeres desnudas en todo su esplendor… ninguna tan bella y tan perfecta como ella.

Al principio me evadió por días, sabía que estaba ahí y que se escondía, como si quisiera evitarme y a la vez no pudiera hacerlo, cuando la vi de lejos, parecía una sombra, sus cabellos estaban tan largos que rebasaban su cintura, era de estatura mediana, desconfiada y a la vez curiosa, nunca la escuche decir un solo ruido, dormí en una cueva, después de haber sobrevivido al naufragio, lo único que esperaba era ser rescatado, pero jamás lo que vi en esa isla de Madagascar… la mujer más exquisita, divina y poseía la belleza de una diosa, pura y sin malicia… esa pequeña de labios dulces, con algunos animales cercanos a ella, hacía en mi soñar en cosas que solo encendían mi lívido. Su piel blanca a pesar del sol extenuante, vivía en lugares internos protegiéndose, las preguntas eran variadas, ninguna decente, pero al final después de muchos días, una lluvia, de esas escasas y aun calientes en ese clima tan variado… ella apareció junto a mí.

Dormía y escuchaba el caer de la lluvia, había estado recuperando piezas del barco que llegaban a la playa, el calor me hacía quitarme los retazos que usaba por camisa, ya que con tantas rasgaduras, apenas y me cubría, el calor era insoportable, pero esa lluvia, me hizo disfrutar de un poco del fresco y me quite la ropa para aprovechar y darme un baño, lave las ropas, las enjuague y las colgué dentro de la cueva que servía de protección, estar desnudo ante nadie, ya que la sombra jamás se había acercado, no era nada del otro mundo, no gozaba del amplio guardarropa que tenía en mi hogar. Pero el fresco lo ameritaba y en la paja que fungía como dormitorio, podía relajarme para al siguiente día volver a buscar piezas y hacer una futura fogata para llamar a algún navío que pasara por ahí.

Soñaba con mi prometida, ella con su sonrisa, con su mirada escondida tras un abanico, sus labios, tus delicadas manos, estaba excitándome, cuando de pronto, sentí realmente que alguien me tocaba, sentí sus manos deslizarse por mis piernas y llegar a mi entrepierna, sospeche al principio de una serpiente de agua, pero sus pequeños dedos llegaron hasta ahí y movían con curiosidad todas mis partes, si saltaba o la espantaba, se iría corriendo y definitivamente era muy veloz. La deje tocarme y entre abrí mis ojos, haciendo que mi respiración siguiera como si durmiera, vi como subía sus manos por mi vientre y tocaba mi pecho, nunca imagine tener tanta excitación como esa madrugada, ella estaba mojada por la lluvia, estaba limpia y olía bien. El haber tocado mi entre pierna, había despertado en mi tal agitación, pero al subir a inspeccionarme, su pequeña rodilla rozaba con candente flojera por mis partes despiertas y no se iba, al no poder más y ver como miraba mis oídos y me revisaba el rostro, la abrace fuertemente. Con una respiración agitada mostraba su sorpresa, no pude más y tome sus carnosos labios, ella no era una mujer cualquiera, al sentir que abrí mi boca, ella pensó que la comería y se defendió, pero le demostré que no era así y la acomode a mi cuerpo, la toque con sabia maestría hasta seducir a la salvaje que ahora tenía en mis brazos y que había despertado al hombre que llevaba meses sin ver, sin sentir, sin poseer a una mujer.

Mostrando su agilidad trato de apretar sus piernas a mi cintura, pero de mis dedos ya estaba tocando su intimidad, haciendo sentir algo nuevo para ella, y al hacerlo, ella aflojaba sus extremidades, se doblegaba y parecía indefensa, cuando detuve mi mano, abría sus ojos como exigiéndome que continuara y créanme, no pensaba detenerme, llevaba días deseando tenerla así desde que la vi por primera vez, la bese y bebí cada parte de su cuerpo, su respiración agitada me decía que continuara, ya me tenía bien medido, me había visto, pero nunca desnudo, como no lo había hecho antes, para poseerla como lo estaba haciendo en ese instante.

Cada que hacía una caricia, ella la imitaba, no quería escapar esta vez, afuera de la cueva la lluvia arreciaba, no había tantos lugares a donde ir, estaba muy bien ubicada, definitivamente ese lugar era una mansión en aquella olvidada isla, el calor de nuestros cuerpos, se fundieron y ella comenzó a besarme los pezones, como yo se lo había hecho, parecía querer morderme los hombros pero solo arrastraba sus dientes y sacaba su lengua por mi cuello, por mis oído y se aferraba a mi cabellera, le tome los labios y le enseñe como hacerlo, como deseaba lo que mi lengua hacia, en su boca ahora hacerlo en otra parte de su ser. Si era un sueño, más me valía no despertar, porque su olor salvaje, me había hipnotizado, me tenía extasiado y esta vez ella jamás se volvería a esconder lejos de mi.

Cuando mi mano sintió correr como lava ardiente salir de su ser, supe que estaba lista, ella estaba agitada y agonizaba por más, y definitivamente se lo daría todo, hasta que nos rescataran de ese lugar, le haría gozar de lo que casi podía apostar no había gozando nunca en su corta vida, era una mujer dormida, lista para despertar.

Baje a besar delicadamente entre sus piernas y al imitarme, por Dios, lo hizo más que perfecto, ella misma se acomodaba instintivamente moví su bello, mi lengua paso rozando sus labios internos y su cuerpo comenzaba a reaccionar, tal como lo hacía yo, cuando ella se puso en marcha a buscar intentar hacer lo mismo, solo que sus labios cubrían mi insistente extremidad, viendo como lo hacía imite con mi lengua lo que deseaba hacerle y ella al entenderlo, lo imito perfectamente, haciendo que no pudiera más, me derrame como un chiquillo y ella como si fuera comestible, bebía deseosa, sedienta y vigorosa, haciendo que mi cuerpo… volviera a reaccionar, continúe con ella, no podía dejarla ir, le hacía falta mi atención y debía tener cuidado, cuando sucediera perdería tal vez y solo tal vez… la razón.

La lluvia soltaba estruendos enormes que alunaban blancos destellos en la cueva, mismos que ella temblaba con temor, viendo como parecía que su rostro reflejaba miedo ante las luces que se reflejaban, la abrace cuidadoso y protector y fui introduciendo mis manos en sus dulces labios internos, preparando de nuevo para darle mi pasión, ella echaba la cabeza hacia atrás, ofreciéndome sus pechos, esperando de nuevo más.

La acomode con sincera maestría y poco a poco la fui acercando a que sintiera mayor deseo, y cuando su cuerpo más lo pedía, fui introduciendo mi miembro entre sus labios internos, y ella jadeaba deseosa, al extremo, con su mirada reflejada en las luces de los rayos afuera esperaba que yo le diera mucho más de lo que hacía unos momentos le había brindado, no espere más estaba endurecido, tenía que entrar, ya era insoportable aguantar, y al sentir su cuerpo detenerme, supe que era su primera vez, aun así tome vuelo y fuertemente la empuje hacia mí, con cierto dolor y ardor, vi sus rostro apretar sus pequeños dientes, así tome su boca y bese su rostro delicadamente, acaricie con mis manos su cuerpo, demostrándole que lo que estaba pasando era necesario, pues hablar no se le daba y a mí en esos instantes me ira imposible tomar cordura, deje que su cuerpo se acoplara a mi piel dentro de ella. Espere unos momentos hasta que ella abría lentamente sus ojos, se abrazaba y aferraba a mi esperando aun más, no pude contenerme, lentamente comencé a moverme y al haberlo hecho antes, mi cuerpo exigía más tiempo para desahogarse y por fin liberarse de esas tantas veces que desee hacerlo con mi prometida, pero la muy lista jamás dejo que le tocara ni su mano, mientras que esta preciosa salvaje, vino a buscarme para complacerla con tanta premura, tan precisa ella, con toda su virtud, se entregaba deseosa, no podía parar estaba sentado y ella atoraba sus pies a lo que de paja fungía como mi cama, y pronta, muy dispuesta empezó a cabalgar, deseando tal vez volver a sentir lo que ya había sentido con mis dedos, con mis manos… simplemente, los dos… deseábamos mucho más.

CONTINUARA


Gracias por leer todos y cada uno de los fics... estos son de los retos más fuertes en un tono adulto que he escrito... espero no sean desagradables y grotescos...

Un abrazo a la Distancia

Mayra Exitosa