¡Hola a tod s :)! Os quiero presentar el primer capítulo del fic Amnesia de GokuXChiChi! Tenía muchísimas ganas de hacer una historia de esta pareja, y espero que a vosotros os llegué a gustar!

*Para que sepáis en el momento en que está ubicada esta historia: Pocos meses después de la derrota de Majin Buu. Videl y Gohan aún no están casados!

Espero que os guste ;)

¡Personajes de Akira Toriyama!


Capítulo 1. Accidente doméstico.

Sus ojos azabaches se abrieron lentamente al sentir su cuerpo estremecerse por la corriente de aire que golpeaba su suave piel. Tardó en acostumbrarse a la luz natural que había en la habitación y, cuando lo logró, se encogió al sentir el frío envolviéndola.

Su brazo rodeando el torso al descubierto de su amante se movió hacia las sábanas que cubrían hasta la cintura de ambos, para taparse y brindarse un poco de calor. Con sus pocos movimientos logró perturbar el sueño de quien la acompañaba, provocando que el brazo que la rodeaba la atrajera inconscientemente a él y su mano, posada en su cintura, la apretara con delicadeza.

La mujer observó al hombre que perezosamente luchaba por despertar. Sonrió al pensar que aún dormido tenía una apariencia inocente e infantil. Era un ser puro aunque poderoso, que estando a su lado la hacía verse pequeña y frágil, aunque lo último, en comparación, era cierto.

Observó como abría los ojos con lentitud, despertando al fin de su sueño. Bostezó y se estiró en la cama sin dejar de agarrar la cintura de la fémina a su lado que le contemplaba con una dulce sonrisa, la cual una vez él vio la respondió.

–Buenos días, Chi Chi–dijo él viéndola acurrucada en su pecho cubierta con las sábanas hasta el cuello.

–Buenos días, Goku–respondió ella mientras se perdía en sus ojos igual de negros que los de ella.

–¿Qué hora es?–el guerrero miró el reloj encima de la pequeña mesita que había al lado de su cama–. Deberíamos levantarnos ya.–

Chi Chi observó la hora igual que él. Suspiró cansada pensando en lo que significaba. Rutina.

Debía levantarse, ducharse, vestirse, despertar a sus hijos, hacer el desayuno, despedir a sus tres hombres y empezar a limpiar, cocinar y luego aburrirse viendo la televisión. Suspiró mientras se apartaba del caluroso cuerpo de su marido que había empezado a incorporarse.

–¿Puedes despertar a los niños?–preguntó Chi Chi mientras se levantaba de la cama. Buscó con la mirada su pijama tirado por la habitación, y al encontrarlo se sonrojó recordando lo que anoche sucedió para que acabase en el suelo.

–Claro–Chi Chi miró con disimulo el desnudo cuerpo de su marido que le daba la espalda para vestirse. Aún no estaba asumiendo la realidad en la que vivía.

Desde que su marido volvió de entre los muertos hubo cambios notables en la familia. Goku, que a pesar de todo seguía entrenando, pareció tomar un poco más el rol de padre y esposo. Intentaba entrenar con sus hijos y, para no disgustar a Chi Chi, de vez en cuando los mandaba a estudiar.

Por otro lado la vida sexual de ellos no era como antes de que él muriese. Antes ellos tenían encuentros escasos, y siempre era ella la que los comenzaba, pero cuando él volvió todo cambió. Goku la hacía el amor tantas veces que su mujer perdió la cuenta de ello. Era extraño pero no por ello molesto. Le agradaba ver como el guerrero tomaba tal iniciativa.

Después de que su marido se vistiera salió de la habitación. Ella aprovechó para ir a por la ropa que ese día utilizaría e ir a darse una relajante ducha y limpiar de su cuerpo el rastro que él dejó marcado en ella por la noche.


Goku tocó suavemente la puerta de la habitación de sus dos hijos. No recibió una contestación, pero a pesar de ello se aventuró a entrar sin permiso alguno. Allí estaban los dos durmiendo en sus respectivas camas. El menor de ellos dormía descubierto de las sábanas por culpa de las vueltas que seguramente daba por la noche, mientras que el mayor, que si estaba arropado, durmió en compañía de un libro de matemáticas.

El padre sonrió orgulloso mirando a sus dos hijos. Ahora que había vuelto se dio el gusto de poder fijarse más en cosas que antes pareció no notar. Su hijo menor, al cual poco conocía, cuando estaba despierto era todo un travieso mientras que por las noches parecía completamente un ángel, pero siempre tenía una mueca que demostraba su temperamento de granuja. El mayor, por otra parte, se había convertido en un gran estudiante... lo que ella siempre quería.

Ver los ojos brillantes de su esposa le alegraba los días. Es cierto que se enfadaba, y echaba de menos las broncas de ella, pero cuando sonreía se sentía bien. La vio fuerte a su manera, que lograba lo que quería y ella quería que sus hijos fueran de importancia. Él por su parte quería que fueran fuertes y, después de meditar, pensó que podían hacer ambas cosas.

–Gohan–Goku se acercó al mayor quitando el libro que subía y bajaba encima de su pecho. Le dio un pequeño zarandeo hasta conseguir que abriera los ojos–. Es hora de despertar.–

–¿Ya?–preguntó con voz ronca. Su padre asintió con una sonrisa amplia mientras dejaba el libro en la mesa al lado de su cama.

–Vístete que debes ir a clase–Gohan suspiró. No es que tuviera muchas ganas de ir ese día–. Tu madre se enfadará contigo, hijo.–

Para su desgracia no le quedó más que aceptar. Se incorporó en la cama mientras estiraba sus brazos para desperezarse. Goku se fue hacia la cama de al lado para ver al menor. Aguantó una carcajada al verle con la baba cayendo por la comisura de sus labios.

–Goten–el guerrero imitó el gesto que hizo con el mayor. Zarandeó al pequeño Son para despertarlo, pero este era más resistente y seguía durmiendo–. Goten, despierta. Tienes que ir al colegio.–

–Papá–Goku observó por el rabillo del ojo a su hijo mayor que se vestía vagamente mientras le hablaba–, Goten es un hueso duro de roer.–

Goku miró a Goten pensando en como despertarlo. Sinceramente le enternecía ver al menor tan tranquilo y sumido en sus sueños, pero él, como su esposa, no le gustaba ver pasar el tiempo sin hacer nada.

–Vamos, Goten–Goku volvió a zarandearle pero esta vez con algo más de fuerza. El menor sólo soltó un leve ronquido llevándose con él un suspiro por parte de su padre–. ¡Goten!–

El niño siguió resistiéndose, durmiendo con tranquilidad como si nada ocurriera a su alrededor. Goku le miró pensativo. ¿Cómo despertar al niño?

–Así no lograrás nada, papá–Goku miró a Gohan que se puso a su lado una vez terminado de vestirse–. Goten, ¡a desayunar!–

–¡Ya voy!–gritó el menor dando un brinco en la cama provocando la caída de su padre a causa del susto. Goten se visitó corriendo y salió de la habitación recibiendo la mirada perpleja del mayor y las risas de su hermano.

–Deberías haberlo intuido–dijo entre risas Gohan mientras su padre se levantaba rascándose la cabeza.

–La comida es la comida–sonrió el guerrero mayor mientras abandonaba la habitación con su primogénito.

Al salir de la habitación se encontró por el pasillo con su mujer que ya se había duchado y vestido, dispuesta a comenzar su rutina. Gohan saludó a su madre que respondió cariñosa el gesto de su hijo, mientras Goku observaba a su esposa conversar con él.

Aún pensó que no había gestos o palabras que perdonasen lo mal que su mujer lo pasó. Él de forma egoísta prefirió el mundo de los muertos a vivir con su familia y, así, conocer al hijo que no sabía que existía. ¿Cuánto mal lo tuvo que pasar ella? Intentaba ser cariñoso y atento. Quería verla sonreír, que el sueño de ser una familia normal y feliz se viera cumplido pero él sabía que si una nueva amenaza acechase él partiría a pelear.

No entendía porque ella se negaba a que él peleara por la paz. Ya no sólo era un deber suyo el salvar al planeta y sus habitantes, también quería lo mejor para ella y sus hijos. Vivir en tranquila y hermosa armonía como Chi Chi tanto deseaba pedía de un gran esfuerzo, y él debía darlo todo para conseguirlo por ellos.

Intentó hacerla ver cuanto le importaba ella. Pensó que hacer aquello que antes hacían rara vez podría mostrarla cuanto la quería. Hacerla el amor por primera vez después de ser resucitado le hizo ver dos cosas. Lo hermosa que se veía siendo feliz dándole esas atenciones y que a él empezaba a gustarle dárselas. Eran como unos instintos que se habían despertado y no sabía como controlarlo. Sus mayores placeres en la vida eran pelear, comer y pasar tiempo con su familia, pero ahora también estaba esos encuentros nocturnos que tenían. Ahora esperaba a que la noche cayera sólo para volver a repetir lo que la anterior hicieron.

Los tres llegaron a la cocina donde el menor de la casa les esperaba sentado en la mesa observando molesto a los mayores.

–Buenos días, Goten–Chi Chi le dio un suave beso en la frente a su hijo que se ruborizó por el gesto.

–Hola, mami–dijo un poco avergonzado, pero al ver a los dos guerreros mayores frunció el ceño–. ¡Todavía no está el desayuno! Me habéis mentido.–

–¿Qué?–Goku parpadeó varias veces y recordó el despertar de Goten–fue tu hermano quien te despertó. Yo no pude, hijo.–

–¡Gohan!–el nombrado se sentó al lado del menor que evitaba reír por su comportamiento–¡me has mentido!–

–No despertabas–Chi Chi escuchaba atenta la conversación de su familia mientras empezaba a preparar el desayuno.

Le gustaba pasar desapercibida por ellos para contemplar como su familia se comportaba como tal y no pensaban o hablaban de combates y transformaciones raras. Sus hijos siempre discutían porque el menor encontraba cualquier cosa para quejarse, aunque luego se reconciliaban, o más bien Goten dejaba su berrinche, y reían juntos.

–Papá–Goku que se sentó enfrente de sus dos hijos miró al menor que lo llamaba–, ¿me vas a llevar al colegio?–

Goku miró un momento a su mujer que preparaba unas tostadas. ¿Qué responder? A ella le gustaría que lo llevara pero él quería entrenar. Volvió la mirada a su hijo y lo vio con los ojos brillantes. Sonrió y pensó que podía retrasar su entrenamiento un rato aquel día si él estaba ansioso porque lo llevara.

–Hoy es el día de los padres en la clase de Goten–mencionó Chi Chi mientras dejaba algunos platos con comida en la mesa. Gohan se levantó para ayudarla a poner las demás cosas.

–¿Día de los padres?–preguntó el guerrero no comprendiendo.

–La maestra de Goten mandó una carta a cada alumno citando a los padres a ir a dejar a sus hijos y ver como se desenvuelven en las clases–Goku escuchó atento la explicación de su mujer–. También hacen días de madres. Creo que será dentro de poco.–

–Entonces ¿Krillin y Vegeta estarán?–dudó Goku mientras su mujer se sentaba a su lado y Gohan volvía al suyo.

–Sólo lo harán en la clase de Goten–recordó Gohan a su padre que miró aun sin comprender.

–Ellos no van a la misma clase–el saiyajin miró a su mujer que se servía el desayuno como sus hijos. Él para no quedarse atrás y porque se moría de hambre, también se sirvió tostadas y café–. Trunks va un curso por delante de Goten y Marron es más pequeña, así que está más abajo.–

Goku comprendió enseguida. Él sabía lo de la diferencia de edad de los tres niños. Miró a su hijo que comía feliz sabiendo que su padre iría a pesar de que no le dio una respuesta. Él no sabía nada de eso. Antes de morir era consciente de que Gohan estudiaba, e incluso iba con Chi Chi a buscarle colegios, obviamente por obligación de ella. Ahora sabía menos de ellos, sobre todo del menor.

No sabía a que curso iba, qué tal se le daban las clases o, a parte de Trunks y Marron, si tenía algún amigo en el colegio. Sabía que Krillin estaría al tanto de todo lo que rodease a su pequeña niña, él estaba loco con ella y era normal, era su hija. Sólo se preguntaba si Vegeta era consciente de lo que vivía su hijo en el colegio. En él lo evidente sería creer que no, pero viendo con la insistencia que lo entrenaba y la atención que le brindaba le hacía pensar que él tenía más conocimiento de este tipo de cosas que él de Goten.

–Por cierto–el silencio fue roto por Gohan. Goku miró a su hijo que parecía meditar las palabras que diría y, de pronto, un sonrojo cruzó las mejillas del primogénito–. Hoy volveré tarde.–

–¿Por qué?–preguntó sorprendida Chi Chi.

–Videl y yo vamos a estudiar a la biblioteca–Goku asintió a su hijo acompañado de una sonrisa mientras que Chi Chi se incomodó.

Ella estaba feliz de que su hijo tuviera una novia, pero que volviera tarde la ponía nerviosa. Cuando Goten salía de clase iba con Trunks a Capsule Corp, Goku se quedaba entrenando y el único que estaba a su lado después de su horrible rutina era su primogénito, pero hoy nada. Hoy estaría sola.

Tragó saliva y negó mentalmente su postura. Debía estar feliz por su hijo. Él había demostrado ser un buen estudiante, merecía divertirse un rato y pasar tiempo con su pareja.

–Me parece bien, hijo–mencionó con una débil sonrisa la morena. Gohan asintió un poco avergonzado. Él no se inventó nada, ella y él irían a la biblioteca a estudiar, pero decirlo le ponía nervioso.

La conversación se desvió a hablar del colegio de Goten. Goku estuvo atento a toda aportación que daban su hijo menor y su esposa. Fue consciente de lo importante que era este día para ambos. Para el niño porque se trataba de pasar un día con su padre, del cual presumiría, y para la mujer porque vería como los dos pasarían el tiempo juntos.

Chi Chi observaba también atenta los gestos de Goku mientras interactuaba con el menor. No podía evitar soltar una sonrisa al ver la ilusión reflejada en los ojos de su hijo. ¿Cómo no estarlo? Siempre que había un día como ese, quien iba con Goten era su padre o Gohan y ahora sería el saiyajin quien estuviera presente. No pudo evitar aguantarse la risa al pensar lo que diría su profesora cuando le viera, pues pensaba que estaba muerto.


Goku observó el gran edificio donde estudiaba su hijo menor. Era bastante grande, de un color gris elegante, grandes ventanas y con un reloj en la parte más alta. Bajó la mirada hasta el niño que iba vestido con un uniforme azul.

–¿Este es tu colegio?–preguntó Goku señalando al edificio.

–Es el colegio de Mr. Satán–sonrió el infante–. El Blue School.–

–¿Y Trunks y Marron están aquí también?–Goten asintió sonriente. El pequeño irradiaba felicidad por todas partes. ¿Cómo no hacerlo? Compartiría un momento con su padre–. ¿Vamos a buscarlos?–

El menor asintió y corriendo con alegría salió en dirección al patio del colegio. Goku lo siguió mientras contemplaba cada lugar del recinto. Él nunca tuvo la oportunidad de estudiar y tampoco era algo que le interesase. Recordaba que cuando aún era un niño y su abuelo vivía le enseñó algunas cosas, como por ejemplo a leer y escribir.

Miró a su hijo que se juntó pronto con sus amigos. Sonrió al reconocer a los hijos de sus amigos, los cuales iban acompañados de dos adultas que pronto identificó. Marron iba acompañada de su madre C-18 y Trunks iba con Bulma.

–¿Goku?–Bulma miró sorprendida a su amigo que se acercó a ellas y, con su característica sonrisa, saludó a ambas mujeres–¿qué haces tú aquí?–

–He venido a la reunión de padres en la clase de Goten–tanto la humana como la androide se miraron confusas. Lo primero que pensaron las mujeres es que venía obligado por Chi Chi, ya que eran eventos que Goku intentaba evitar costase lo que costase–. ¿También hay reunión de madres en las clases de Trunks y Marron?–

–Venimos a dejar a nuestros hijos al colegio–habló ásperamente C-18.

–Y… ¿sabes lo que debes hacer, Goku?–Bulma intentó, con una sonrisa, cambiar el tema de conversación.

–Chi Chi me dijo que la profesora me diría como va el rendimiento de Goten en clase–Goku se rascó la cabeza–. Pero no sé bien que debo hablar.–

–Tú intenta no hablar de combates ni nada relacionado con los saiyajins–aconsejó Bulma mientras Goku asentía–. ¡Ah! Y nada de mencionar el tiempo que llevaste muerto ¿vale?–

–Pero…–antes de exponer su duda el sonido del timbre que avisaba a los alumnos de ir a clase sonó. El saiyajin se tapó sus sensibles oídos al escucharlo.

–Deberías ir a la clase de tu hijo–C-18 señaló con la mirada el edificio–. Allí suelen reunirse los padres con los profesores.–

–¿Vosotras no entraréis?–dudó el saiyajin.

–Ya te lo hemos dicho, venimos a dejar a los niños–bufó el androide.

–Cuando salgas de la clase vente a Capsule Corp. –Bulma sonrió mirando a su amigo–Chi Chi me pidió que arreglase el ordenador de Gohan. Vente y te lo llevas.–

Goku asintió con una sonrisa. Se despidió de las dos mujeres y entró junto con su hijo al colegio. El saiyajin volvió a estudiar cada lugar. Veía a los niños correr por los pasillos, abrir y cerrar taquillas donde guardaban o sacaban libros y cuadernos.

Subió las escaleras hasta la segunda planta y allí Goten le guió hasta la quinta puerta al lado derecho del pasillo. Goku se encontró con otros padres que iban mejor vestidos que él. Acompañaban también a sus hijos, los cuales algunos hablaron con el pequeño Son.

Goku llamó la atención de los hombres enseguida, su traje de combate y su extraño peinado fueron temas de burlas entre ellos. Él no prestó atención a los murmullos, sólo se limitó a contemplar a su hijo hablando con sus compañeros de clase presumiendo de padre.

–Señores–Goku miró hacia la puerta donde se encontraba una mujer joven, vestida con un traje de chaqueta y falda azul oscuro, el cabello largo ondulado y castaño y los ojos grandes verdes. Otro tema de conversación entre los padres–, pueden ir entrando y sentarse en los pupitres colocados al lado del de sus hijos.–

La mujer volvió a entrar en el aula pero esta vez acompañada de los padres e hijos. Goku se sentó en uno de los pupitres de en medio de la sala al lado del de su hijo. El saiyajin captó la atención de todo el mundo ya que por su gran y musculado cuerpo apenas cabía ente la silla y la mesa.

Después de unos segundos de lucha con el pupitre el guerrero pudo tomar asiento, pero la silla del padre de enfrente estaba más adelante que la de los demás de la misma fila, mientras que la mesa de atrás no dejaba salida al hombre de aquella ubicación.

La profesora hizo una mueca al ver el alboroto montado y luego ver la tranquilidad que padre e hijo transmitieron después de aquella escena.

–Buenos días a todos, señores–empezó la mujer no prestando más atención al anterior acontecimiento–. Soy Nanami Sato, la profesora y tutora de vuestros hijos.–

Mientras la mujer hablaba escribía su nombre en la pizarra. Que se diera la vuelta sólo logró llamar más la atención de los lascivos padres que contemplaron su cuerpo sin importar que sus hijos estuvieran junto con ellos.

Goku por su parte pensaba en cuanto tiempo pasaría hasta que esa mujer terminara con aquella reunión, que se volvía tortuosa. No podía dejar de pensar en la oferta de Bulma de ir a Capsule Corp. Podría ser una buena distracción. Si veía a Vegeta tal vez aceptase un pequeño entrenamiento y eso aliviaría el tiempo perdido escuchando cosas que seguramente no entendería.

La profesora empezó a hablar de la asignatura que impartía, que era matemáticas. Dijo estar contenta con la mayoría de los alumnos en cuanto a su materia, pero también recalcó que había leves excepciones. Su mirada se dirigió al pequeño Son.

–El otro día en una clase libre de tutoría hicimos un pequeño trabajo en el que los alumnos debían mencionar lo que deseaban ser de mayores–la mujer no quitaba su sonrisa de la cara–. Ninguno me ha dejado indiferente. Han expuesto sus trabajos por escrito, algunos más mañosos decidieron hacer un dibujo y unos pocos se la jugaron fusionando estas dos maneras.–

Los niños empezaron a decir a sus padres lo que hicieron y como fue. Sus padres asintieron con orgullo. Goku miró a Goten que sonrió al ver la mirada de su padre.

–Yo hice un dibujo venciendo a Majin Buu, papi–Goku sonrió con orgullo al escuchar a su hijo. Goten quería ser como él de mayor y estaba seguro que con gran entrenamiento lograría su cometido.

–Señor Son…–Goku miró a la profesora que le miraba un poco preocupada–los trabajos de los demás niños fueron bastantes claros pero el de su hijo Goten…–

La mujer no mostró el dibujo de su hijo ante el público. Supuso que Goten ya le había mencionado sobre él cuando les interrumpió la conversación, así que su explicación podría exponerse sin necesidad de llamar la atención de los demás.

–Goten había dibujado un encuentro entre Majin Buu como el que tuve yo–nuevamente la profesora hizo una mueca. Aquel hombre era extraño. Ya desde que le vio algo iba mal.

Decidió no prestar atención y seguir comentando lo que hacían en clase, que tal iban y lo que algunos deberían mejorar. Aunque muchos comentarios fueron ahorrados ya que tendrían una reunión individual para aclarar esos puntos.


Chi Chi había limpiado la casa de arriba abajo. No quedaba ya nada más que ver como iba la comida que ya tenía preparada al fuego. Removió el contenido de la olla y se fue a sentar para relajarse.

Desde que Goku se volvió tan "pasional", ya que era extraño de asimilar todavía, estaba el doble de agotada. El saiyajin tenía una gran fuerza que le costaba controlar, que aún así conseguía, y una resistencia mortal. La morena estaba cansada durante el día, deseando volver a dormir antes de que alguno de sus tres guerreros volvieran para tener más cosas que hacer.

Relajada en la comodidad del sofá encendió la televisión y buscó algún canal que la interesase. Le encantaban las películas románticas, ya que su sueño era tener una vida como aquella, y a medias lo consiguió.

Estuvo durante un rato mirando la empalagosa película repleta de besos y pasiones descontroladas cuando volvió a ver como iba la comida. Se levantó del sofá dirección a la cocina y contempló el contenido de la olla.

El caldo ya estaba preparado. Apagó el fuego y apartó con cuidado la olla para no quemarse. Pensó en preparar la comida preferida de su marido, después de lo que estaba haciendo se lo merecía.

Sacó de la nevera la carne de uno de los animales que él había cazado, la dejó sobre la mesa y se puso a rebuscar entre los estantes la sartén grande que necesitaba.

Agarró un taburete pequeño para subirse y en la altura abrió uno de los armarios. Buscó con la mirada hasta divisar la sartén en el primer nivel del mueble. Sonrió orgullosa mientras agarraba el mango para sacarla, pero le fui imposible a la primera porque estaba encajada entre los estantes. Frunció el ceño al ver el pequeño dilema, pero no pensó dos veces en ejercer más fuerza.

Se agarró a la tabla inferior para apoyarse mientras tiraba de la sartén. Poco a poco empezó a ceder para la satisfacción de la mujer. Cuando ya casi estaba por sacarla del armario, a causa de la fuerza que ejerció su cuerpo se impulsó hacia atrás, soltándose de la tabla y haciendo tambalear el taburete.

La caída fue rápida y el impacto contra el suelo instantáneo. Su cuerpo cayó al suelo y su cabeza chocó contra las frías baldosa quedando inconsciente al momento.


Espero que os haya gustado este primer capítulo de introducción! Llevo un año pensando en esta historia y este capítulo ha estado guardado durante muchos meses y no me decidía a subirlo, pero una vez que terminé con un fic importante no he dudado en lanzarme a la piscina ;)

¡Muchas gracias por haber leído! Seguid haciéndolo y no os desconectéis ;)