-VI-
-Las confesiones de amor son un jutsu de clase S-
Uchiha Sasuke, pese a su Belleza Legendaria –y si, era Belleza con B mayúscula, Sasuke posiblemente era el ser humano más atractivo que había pisado la tierra, cosa que Kami graciosamente compensó dándole una personalidad detestable. Desgraciadamente, su caracter no era tan horrible como para hacerle un paria, algo sobre lo que Naruto no estaba muy seguro de estar agradecido. Sasuke estaba en un intermedio, demasiado desagradable para ser verdaderamente decente, demasiado bueno como para ser realmente aborrente. Naruto lo odiaba.- era un auténtico patán.
Naruto maldecía el día que se enamoró de él.
En su defensa, cuando ocurrió, tendría solo doce años (Ocho. Pero su vida pre-genin era un sitio feo y oscuro y Naruto daba su mejor esfuerzo por olvidarla, usos del Pasado Trágico en su Charla No Jutsu aparte) acababa de estar un paso más cerca de su sueño por primera vez en su vida y Sasuke…
Naruto sabía que cuando uno conoce a alguien tan estéticamente espectacular como Sasuke y siente esa irremediable atracción hacia él- que puede que no fuera sexual en aquel entonces, pero el mismo Kurama te diría que la obsesión de Naruto con Sasuke no fue exactamente platónica, ni en sus inicios- uno se encontraba frente a una encrucijada: o te defendías ante el asalto, recordándote una y otra y otra vez sus malas cualidades para contrarrestar su cara perfecta o te rendías. Completamente
Muchas kunoichis, Sakura incluida, se rindieron al poco tiempo de conocerle
(Según Naruto tenía entendido, al menos con Sakura, la primera vez que le vio estaba rodeado de flores de cerezo que había recogido en un ramo para su madre. Básicamente, la Sakura de seis años había vislumbrado la visión que era el tierno Sasuke, deducido que las flores de cerezo eran un buen sustituto al hilo rojo del destino, además de confirmar la existencia de la belleza poética, e inmediatamente había empezado a planear su boda en Mayo rodeados de los árboles que llevaban su nombre.
Naruto entendía que a veces, con un simbolismo tan claro, toda clase de resistencia era futil.
Si Naruto hubiera visto a Sasuke por primera vez comiendo el ramen de Ichiraku, dudaba mucho que hubiera podido aguantar todo este tiempo. Probablemente hubiera gritado algo del Destino a la Neji y declarado a Sasuke el sazón de su Primavera Eterna de la Juventud. Naruto no quería saber cómo de afectado estaría su juicio si no contara con esa pequeña defensa ante Sasuke.)
El caso, que Uchiha Sasuke, pese a ser el novato de su año, crecer en habilidades a la misma velocidad que un jinchuuruki cuya educación había sido sistemáticamente saboteada y ser, tras su hermano mayor, el Uchiha más popular (acosado. Lease acosado) de la historia, era un completo idiota. Un teme. Un bastardo, lo peor de lo peor.
¿La razón?
Ne-ga-ción.
Bien, Naruto era un ninja cuyas habilidades estaban a otro nivel. Un nivel en el que era capaz de reconocer sus faltas. Naruto sabía que no era precisamente el kunai más afilado del montón y muchas veces le costaba tres veces más entender lo que el resto de su equipo parecía entender sin palabras. Y puede que fuera algo ajeno a eso de las normas sociales de comportamiento. Además, su capacidad de concentración era tan mala que acabaría sin darse cuenta una situación peor que el Usurpador en las duchas mixtas sin guardaespaldas.
(Ese Hokage suyo, entre la cara, el cuerpo y la posición de poder…El Usurpador corría peligro cada vez que enseñaba un milímetro más de piel. Si no fuera la persona más preciada de Sasuke y este no fuera una de las únicas personas capaces de detectar y entender los alocados planes de Naruto antes de que este los llevara a cabo…
Bueno, Naruto iba a ser el Hokage. Le hubiera gustado adelantar el proceso robando el armario de Itachi y dejándole solo un tanga rojo pasión o algo, pero mejor tarde que nunca. Tampoco era como si a Naruto le gustase especialmente pensar en el asesinato premeditado, profesión aparte)
El caso, Naruto no era perfecto ni especialmente inteligente. Era algo que se sabía. Pero si tenía alguna clase de inteligencia, era la emocional (Y no, la charla con Shisui-sensei donde le explicó que había varios tipos de inteligencia no había sido divertida. Había sido larga y oscura, y llena de peligros. Pero Naruto descubrió que podía ser considerado más listo que Shikamaru para algunas cosas y bueno, francamente, valió la pena) Naruto sabía cómo se sentía. Sabía entender de forma instintiva como se sentían las personas a su alrededor, si estaban torturadas por algún conflicto interno, esa clase de cosas.
El romance, aunque fuese algo muy, muy, muy lejano a su zona de confort, no era distinto.
Naruto sabía que estaba enamorado de Sasuke. También sabía que Sasuke correspondía a sus sentimientos, en algún nivel en su rango de emoción en su escala de "Callate, los Uchiha estamos por encima de debilidades como los sentimientos" a "Soy un volcán de emoción reprimida a punto de explotar de una manera violenta y ligeramente macabra" Lo cual era una completa basura, si le preguntabas. Pero toda esa pasión cuidadosamente controlada era bastante...interesante. Naruto casi podía imaginar cómo sería con toda esa pasión desatada como amant-
Naruto no podía imaginar eso. Eso hacia cosas a su flujo sanguíneo, desviaciones poco apropiadas que era mejor que no pasaran a 100 metros a la redonda de Sakura. O Sasuke. Y Sai, Sai también. Si se paraba a pensarlo, Yamato y Shisu-
A Naruto le daba la sensación de que quizás no le gustaba mucho a su equipo.
(Pero como a Naruto le gustaba mucho su equipo, que se atragantaran en su disgusto. Ja, como si pudiesen librarse de él a estas alturas)
La cuestión, simplificada para los más lentos era que a Naruto le gustaba Sasuke y a Sasuke le gustaba Naruto y ninguno de los dos estaba dispuesto a admitirlo en alto (Bueno, Sasuke no quería admitirlo. Naruto simplemente se negaba a ser el primero en caer. Ese teme, con quien se creía que trataba) y de vez en cuando se besaban accidentalmente pero totalmente aposta. Y así habían estado las cosas, desde los doce años hasta los dieciocho. Solo había un problemilla.
Necesitaba que Sasuke se declara y por fin le pidiera una cita, o que fuera su novio, o quizás matrimonio. No era una exageración, los Uchiha eran muy dramáticos y se comprometían hasta la muerte. Naruto les adoraba, cuando no les odiaba instintivamente por ser un niño problemático bajo la custodia de la malhumorada policía.
Por otro lado, su futuro suegro ya le detestaba, como pasaba en todos los matrimonios felices que había espiado en su investigación. (Shisui-sensei les había enseñado muy bien a recopilar información antes de actuar, y se le daba muy bien explicar todas las partes aburridas del mundo ninja de manera que Naruto las entendiera. Una buena broma requiere preparación, las misiones ninja no eran distintas. Cuando por fin lo aprendió Konoha no tuvo una semana muy buena, pero el equipo 7 lo gozó) Naruto iba a ser el mejor marido del mundo. Tener una mala relación con tu suegro asegurada le daba puntos extra, estaba seguro.
Aunque no era como si eso importase. Todavía. Puede que Naruto estuviese desesperado, pero no tanto como para estar dispuesto a perder en el amor. ¡Se le iba a declarar Sasuke primero, mejillas rojas de Tsundere y pelo de pato incluidos, dattebayo!
El segundo problema de Naruto era que Sasuke, además de ser un patán, era la persona más cabezota en el universo. No obstante, por fin había pasado lo imposible, la luz al final del túnel, los refuerzos bajo asedio, el escape perfecto tras una broma, la oportunidad de su vida:
El Usurpador se había enamorado.
(De Hinata-chan entre todas las personas lo cual era un poco... extraño. Porque se había declarado a Naruto años antes y bueno, no había tenido ni que rechazarla, ya lo hizo ella por él. Al parecer Naruto era mucho más transparente de lo que pensaba con su pequeños e inexistentes-al-menos-que-Sasuke-por-fin-lo-admita-primero sentimientos. Ups.
Naruto suponía que el gorro de Hokage fue la venganza de Itachi, si se paraba a pensarlo. Itachi era muy de vengarse sin parecer que se vengara, como si le gustara hacerte creer que Uchiha Itachi, Usurpador de gorros y sueños, estuviera sobre cosas tan vulgares como la venganza, por lo que el universo se encargaría de realizar justicia divina en su nombre. El universo te castigaría por tus errores. Era el destino.)
(Una mierda pinchada en un palo, eso es lo que era. La chica que me gusta se te ha declarado pues te robo el sueño. Hn. Naruto estaba rodeado de muy malas personas)
Y bueno, Naruto no era nadie para juzgar- si lo era. Naruto juzgaba un montón pero con una sonrisa, para que no sentara mal. Además, tendía a decirlo en alto- pero Sasuke estaba ligeramente obsesionado con su Aniki y su relación amor-odio que nadie era incapaz de seguir.
(Eran sus divas internas manifestándose, Naruto estaba seguro. ¿Hoy nos odiaremos? ¿Nos amaremos? ¿Lucharemos hasta la muerte? ¿Daremos la vida el uno por el otro? Agotador, eso eran. Y bastante entretenido, una vez que te dabas cuenta que todo el drama era completamente innecesario y simplemente se creaban los conflictos de un día para otro, porque sí.
…O tal vez ese era simplemente el modus operandi –Shisui-sensei siempre le enseñaba las mejores palabras nuevas- de Sasuke cuando amaba a alguien. Porque también hacía eso con Naruto. Ah, Sasuke. Qué haría Naruto sin ti)
2. Uchiha Sasuke era una persona muy competitiva y terriblemente celosa.
Lo cual, en la mente de Sasuke se simplificaba a algo como "si Itachi se ha enamorado, debe haber algo bueno en el amor después de todo" Y, conociendo lo…influenciable que era Sasuke en esos estados meditativos en los a veces se sumergía (Esos en los que aparentemente decidía el resto de su vida de una tirada y si Naruto no hubiera hecho lo mismo con seis años se preocuparía más de la falta de sentido común y lógica del proceso, de veras.
Pero era Naruto. El sentido común salía corriendo despavorido cuando le veía acercarse)
...Naruto no podía desaprovechar esa oportunidad de influenciarle.
De trasladar el "Itachi tiene novia" –Naruto dudaba mucho que alguien pudiera rechazar al Usurpador, que usurpaba todo- a "tal vez yo necesite un novio" y no al "pues yo seré mejor que el aun sin tener pareja. Hn." al que podría llegar a ser empujado bajo una mala influencia. Como su padre. Que le odiaba.
(Naruto estaba bordando su futuro papel de yerno)
Lo cual, para su creciente frustración, era más y más probable debido a que su estúpido UsurpaKage era aún más patán que su hermano, el rey de los patanes, lo cual Naruto pensaba que era imposible. Itachi Uchiha siempre superaba expectativas de esa forma. Naruto suponía que era el precio que pagaban los genios. Shikamaru también era un completo desastre cada vez que le ponían a Temari delante.
Aunque tenía que admitir que nunca imaginó que Uchiha Itachi pudiera caer tan bajo.
—¿Necesita algo, Hokage-sama? —Preguntó Uchiha Izumi, a la que Naruto recordaba haber calificado y descartado como rival en el amor hacía mucho tiempo. Sasuke la tenía cierta aversión, pero nada de lo que se tuviera que preocupar. Eran vestigios de los celos que le entraron de pequeño porque, al parecer, Izumi fue el primer amor del Usurpador o algo.
Naruto estaba bastante seguro que si Uchiha Itachi hubiera tenido un primer amor, por más corto que ese fuera, no sería tan torpe con el segundo. Era la clase de genio que aprendía de sus errores antes de cometerlos, después de todo.
(Naruto había oído rumores. Shisui-sensei, mayoritariamente, que era un poco cotilla cuando estaba de mala leche. Al parecer, pese a ir con su novia de misión, el Pais del Arroz dejaba mucho que desear. Algo sobre mejor solo que mal acompañado y luego Anko y Shisui-sensei se metieron en una discusión sobre la moralidad de las serpientes o algo, Naruto ya había dejado de escuchar para entonces. Sasuke había decidido ponerse su traje de ninja putona. El del escote hasta el ombligo. Naruto era humano, ¿vale? Un pezón podía aparecer en cualquier momento y prefería apuñalarse con un kunai a perdérselo)
—Sí, he de admitir que ha reunido un grupo un tanto particular —Musitó Shino a su lado.
Naruto suponía que era verdad. Echando una rápida ojeada a su alrededor, no podía negar que era una congregación particular. Uchiha Izumi, Morino Ibiki, Maito Gai, Yamato, Sai, Inuzuka Kiba, Aburame Shino y él mismo, Uzumaki Naruto.
Uchiha Itachi, tan indescifrable como solía ser de normal no se desvió a mirarles. No, Uchiha Itachi continuó mirando por su ventana de Hokage a sus vistas de Hokage de toda Konoha, usurpando la futura pose de Hokage de Naruto, ya que estaba.
(Pero como le copiara también las frases guays y discursos motivadores sobre Konoha, su futuro, la voluntad de Fuego bla bla- los mejores discursos de Nartuo estaban siempre improvisados, de todas formas. Eso no impediría a alguien como Itachi de robárselos- Naruto iba a enfadarse. De veras.)
—Hn.
Bueno, al menos el Hokage había vuelto a su estado habitual medio-asocial.
—Hokage-sama —Comenzó a decir Ibiki, sus pequeños y malvados ojos negros entrecerrándose con algo de peligro. Ese hombre solo debería salir de su casa en Halloween —Dígame que esta reunión no es lo que creo que es
—¿Ibiki-san? —Izumi ladeo la cabeza, pidiendo una aclaración. Tenía una cara muy bonita. Más redonda que afilada, a diferencia de otros Uchihas.
…A Naruto le recordaba un poco a Hinata. Si Hinata fuera una Uchiha, claro. O tirando más a demonio que a ángel, tal vez.
—Corríjame si me equivoco— Naruto nunca había visto a Ibiki tan educado. Luego empezó a señalar —Kakashi —Señaló a Maito Gai, que por alguna razón estaba demasiado melancólico y callado para la juventud ese día.
—¡Yosh! ¡Las llamas de la juventud de mi eterno rival brillan más que nunca cuando sus compatrio-
No, Gai estaba como siempre.
—Shisui —Ibiki le ignoró olímpicamente, pasando a señalar a Izumi, que parpadeó y sonrió con dulzura. Definitivamente como Hinata. —Sasuke— Luego fue el turno de Naruto, que no tenía ni idea de lo que estaba pasando. Solo que Sasuke estaba involucrado y le interesaba un 200% más de repente —ANBU —Señaló a Yamato y Sai. De todas formas, ¿dónde estaba Sasuke? Naruto necesitaba tener uno de sus entrenamientos especiales — Zoo —Kiba y Shino que, juzgando por los gritos, no estaban muy de acuerdo con la comparación. Pero no de esos entrenamientos especiales donde acababan besándose por error-pero-aposta, sino uno en los que le partía la cara de verdad. —y Anko —Finalizó Ibiki muy poco impresionado
—Hn.
El usurpador no estaba particularmente parlanchín ese día. Hasta sus monosílabos eran indescifrables si los comparabas con los expresivos gruñidos de Sasuke.
(Sí, Naruto era bilingüe, con su segundo idioma el Uchiha. Las cosas que hacía por amor-pero-no-realmente-al-menos-que-Sasuke-hubiera-dicho-algo-antes)
—Ah, entiendo—Sai sonrió esa sonrisa de cartón que tanto irritaba a Naruto. Posiblemente porque los chistes de vergas y tamaños no tardaban en seguir. Sasuke no podía escuchar esos, era terriblemente credulo. Las posibilidades de Naruto ya eran muy escuetas sin mas dificultades.—Somos el Escuadrón Sustituto del Amor.
…
—¿Uh? —Naruto estaba demasiado confuso como para gritar. —¿¡Eeh!? —Ah, no, estaba perfectamente. —¿¡EEHH!?
Sip. Volumen Uzumaki, a todo gas
—Sai—Yamato, como el cabrón que era detrás de esa cara de madera y torpeza social que se traía, ignoró a Naruto. Naruto no hizo un puchero, pero solo porque era un ninja. —¿Estás diciendo que Hokage-sama ha reunido a un grupo de shinobis de elite porque tiene problemas en el amor? ¿Uchiha Itachi-sama? —La incredulidad en su voz estaba justificada por los numerosos clubs de fan del Usurpador.
(Joder, Itachi era tan torpe en el amor que Naruto no podía odiarle ni un poquito. Porque no podía tener una personalidad insoportable como Sasuke para contrarrestar esa cara anormalmente perfecta y esas habilidades ninja muy por encima de la media, Naruto no lo sabía.
Probablemente había usurpado todas las buenas cualidades de su generación al nacer, el muy usurpador)
Naruto definitivamente estaba haciendo un puchero de clase S. Era super peligroso y efectivo, muy propio de un shinobi.
—¿¡Qué!? —Explotó Kiba con el volumen Inuzuka al máximo. Shino se alejó un poco de su lado. A Naruto le recordó a Sasuke y a lo mucho que se hacía el desentendido con él. El muy imbécil. En cuanto se declarara, Naruto le partiría la cara a base de besos. —¡Así que por eso rechazaste a Hinata!
—Tsk.
…Ese era un chasquido de molestia de Sasuke. Naruto no sabía que Itachi pudiera hacer monosílabos tan expresivos. Un momento, ¿rechazar?
—¡Pero si a ti te gusta Hinata! —Le acusó dramáticamente Naruto. De un movimiento, agarró las cortinas de su futuro gorro de Kage. Era más suave de lo que se imaginaba. Ese gorro tendría que estar en su cabeza. Ese Usurpador canalla, se merecía lo peor—¿¡Es esto lo que hacéis los Uchiha, uh!? ¿Rechazar a las personas que os gustan? ¡Confiesa!
—Estas proyectando, Naruto. —Le señaló Shino, muy inecesariamente, en su humilde opinión como futuro Hokage —¿Por qué? Porque todo el mundo sabe que las indescifrables idiosincrasias de tu compleja relación con Uchiha Sasuke no cumplen las normas de cortejo habitual.
Naruto siempre había creído que eso de las normas de cortejo estaba reservado para los pájaros y los nobles. Ah, si se ponía a pensarlo así, probablemente Shino tuviera razón, aunque no le encontrase sentido del todo. Después de todo, los Uchiha se pavoneaban mucho de su linaje, como los nobles y Sasuke invocaba halcones, veía muy bien y tenía el pelo como el culo de un pato, además del mal carácter de un ganso. Era prácticamente un pájaro humanizado
Naruto tendría que estudiar esas normas de cortejo más a fondo. ¡Sasuke no le ganaría en nada, ni siquiera en el amor!
—Itachi-kun —Izumi frunció levemente el ceño y era un gesto muy dulce e inocente. Si no fuera una Uchiha, Naruto hasta se lo creería. Pero como era quien era, y por cómo Ibiki- que había sido su jounin sensei si no le fallaba la memoria- parecía hinchar el pecho con orgullo, sabía que era una expresión practicada en el espejo con antelación. Diabólica—¿Nos has llamado para una misión en el amor?
—…No seas ridícula
—Estás mintiendo — Señaló con calma Ibiki, imperturbable ante la mirada asesina de su líder. Naruto no lo veía pero si Ibiki lo decía, sería cierto.
—¿¡Quieres que seamos tus putas celestinas después de rechazar veinte veces seguidas a Hinata!? —Explotó Kiba, enseñando los colmillos. Naruto podía oír como los bichos de Shino empezaban a zumbar en advertencia — ¡Me niego!
—¡Pero si la chica que le gusta es Hinata! —Protestó de nuevo Naruto, que empezaba a sospechar que no sabía muy bien que estaba pasando. —¡Es cierto! —Respondió al escepticismo de Kiba — Me lo dijo Sasuke —Explicó como si eso lo aclarara todo.
…Considerando que durante por lo menos tres años la forma que encontró Itachi de picar a su 'tonto hermanito menor' era soltándole las trolas más gigantescas con tanta convicción que era imposible convencer a Sasuke de lo contrario, tal vez no aclararía mucho. Pero eso fue solo una fase de Itachi, como lo de pintarse las uñas. Al menos Naruto esperaba que Itachi hubiera pasado de fase.
—Hn.
Eso era básicamente una confirmación. A lo Uchiha.
(Además, no era como si Sasuke no supiera todo sobre su Aniki y viceversa. Eran un tanto obsesivos, los hermanos Uchiha. Más le valía al rey de los patanes estar tan o más obsesionado con Naruto de lo que estaba con su hermano o le pediría el divorcio.
Sí, el divorcio. Porque primero Sasuke tendría que declarársele, pedirle matrimonio, tal vez un hijo o dos y luego ya, cuando Naruto hubiera ganado de todas las formas posibles, le pediría explicaciones. Hacerlo antes era peligroso, ¿y si Sasuke cambiaba de opinión? Hagoromo sabía que Sasuke poseía esa clase de despecho que le haría decirle que no, solo para no darle la satisfacción de ganar. Naruto no podía permitir eso, ¡su vida amorosa estaba en juego!)
—Entonces, con el debido respeto Hokage-sama —Dijo Shino en ese tono bajo que tenía, el zumbido más intenso que nunca —¿por qué vio la necesidad de humillarla?
—¡Oh! —Interrumpió Izumi como si la tensión en el despacho del Hkage no fuera tan espesa que Naruto tenía flashbacks con el jutsu de niebla de Zabuza en esa terrible primera misión rango C en el pais de las Olas. —Eso es muy sencillo de explicar —Sonrió angelicalmente. Naruto tuvo un escalofrío. Demonio— El amor de un Uchiha es algo muy poderoso.
—¿Podero-? ¡Lo que es es estúpido, rechazando a la gente sin ton ni son!
—Lo que Izumi quiere decir —Ibiki no rodó los ojos, su máscara de tipo duro era demasiado buena para eso. Pero rodó los ojos interiormente con tanta fuerza que se podía palpar el sentimiento —Es que los Uchiha, con su desproporcionada ineptitud emocional sumada a la gran intensidad de sus sentimientos, se confunden mucho cuando se enamoran
—Oh, como los Pokemon entonces — Cayó en la cuenta Sai, sonrisa de cartón pintada con firmeza en el rostro — Tan confusos que se hieren a si mismos.
—Sai, no compares al Hokage con un Pokemon —Yamato sonaba cansado, como si corregir a Sai fuera cosa de todos los días –que lo era- y estuviera harto de ella —Es ofensivo.
—¿Qué problema hay con los Pokemon? —Izumi, por primera vez en lo que llevaba de día, mostraba por fin su mala cara de Uchiha. Frunciendo el ceño y con advertencia en sus ojos oscuros, era más que evidente que no era la dulce flor que pretendía ser. Era un demonio, como Naruto sospechaba — Es un juego muy interesante y complejo, lleno de diversida-
—Es para Oto-nin, mediocre. —Y Naruto que siempre había tomado a Yamato por alguien muy imparcial, así como diplomatico— Además, digimon es mucho mejor
Izumi hizo un sonido de ultraje, como si un gato se hubiera atascado en su garganta.
—¿Digimon? ¡Solo los incultos de Kumo prefieren esa mediocridad inverosímil a la grandiosa aventura Poke-
—¿Y que hay de Yu-gi-OH? —Quiso saber Sai, observando su nuevo Ninphone que había sacado de Hagoromo sabía donde. ¿Esa ropa que llevaba tenía siquiera bolsillos? Naruto lo dudaba. — Según Ninjapedia, es otro juego/serie animada muy popular
—Eso es de Iwa-nin. —Corearon los dos con disgusto.
—¿Podemos centrarnos, niños? —Ibiki no alzó la voz, pero no le hizo falta. Naruto sintió como un escalofrío le recorría la espalda. —El Hokage nos ha ordenado que hagamos de celestina. Porque, al parecer, su estatus romantico es ahora un asunto de estado.
—Creo que, si estuviera vivo, Danzo-sama hubiera sufrido un infarto al oir eso —Comentó sin captar la tensión del momento Sai. Su sonrisa adquirió algo más genuino en ella —Cuente conmigo en el amor, Hokage-sama
—¡Pero no lo digas así, que se malinterpreta! —Explotó Naruto con las mejillas algo más oscuras de lo normal. Qué podía decir, las caras de porcelanas femeninas en un cuerpo muy masculino era definitivamente su tipo y Naruto era muy débil frente a sus tentaciones.
(Además, Sasuke y Sai se parecían tanto que a veces Naruto creía que Sai era una especie de Kage Bushin de Uchiha mal acabado que cobró vida por cuenta propia y- bueno. Eso no importaba)
—¡Ooooh! ¡Una empresa para florecer el amor en la eterna primavera! —Definitivamente Gai estaba ligeramente extraño ese día. Había hablado demasiado poco. Si Naruto no conociera tan bien a Gai-sensei, diría que estaba molesto con el Hokage —¡Era de esperar que las brillantes Llamas de Hokage-sama intensifican su fervor en tan Noble Proposito! ¡Hokage-sama es, por supuesto, un gran partidario del sagrado ritual en el que dos almas comparten la eterna Primavera de la juventud Infinita!
—…Creo que eso quiere decir —Naruto entrecerró los ojos, no muy seguro —Que Gai-sensei también le apoya, Usurpa…Nichan.
Mierda.
Naruto no tenía que haber llamado 'nichan' a Itachi todavía. Eso era para más tarde, como cuando Sasuke ya no pudiera librarse de él nunca. (No que Naruto fuera a dejarle, pero eso del amor era más fácil sin resistencia) Como…dos años en su feliz matrimonio, o cuando su primer hijo se independizara, algo así.
Rápido, táctica de distracción
—¡Como yo, dattebayo! ¡Desde luego ayudaré a conquistar el corazón de Hinata-chan, de veras! —Naruto no estaba sudando, Itachi estaba sudando. O Yamato, o incluso Ibiki. Cualquiera menos Naruto porque Naruto no estaba nervioso para nada — ¡Ya lo hice una vez, no puede ser tan difícil!
—…
Itachi no dijo nada, pero por la manera en la que entrecerró sus ojos, magekyou sharingan girando perezosa y peligrosamente, Naruto tal vez no debería haber dicho la última parte
—Oi, Naruto —El gruñido de Kiba tampoco era especialmente acogedor, si se paraba a pensarlo — Si estás diciendo que Hinata es fácil vas a perder los dientes.
No, definitivamente. Naruto tuvo que haber cerrado el pico mientras podía.
—Kiba tiene razón —Oh no, Shino le estaba juzgando. Podía sentir el peso de su mirada desaprobatoria sobre su nuca, desaprobando amenazantemente con los miles de ojos de sus escarabajos come-chakra. Naruto no estaba asustado, Sai estaba asustado. — Hinata es una persona, no una conquista. Tu rechazo la hizo daño, no menosprecies sus sentimientos de una manera tan casual.
Naruto iba a morir siendo la comida de bichos y no podía dejar el mundo tan pronto, quien iba a desposar al teme y ser el mejor Hokage que había existido si lo hacía. El mundo le necesitaba.
—No vuelva a faltarle el respeto a Hinata-san de esa manera — Se oyó la voz grave del Hokage. Sonaba…sonaba como un ninja renegado al que no le importaría especialmente limpiar tus entrañas de sus kunais. Kurama tenía razón, se dio cuenta, el clan Uchiha esta compuesto por engendros del mal. Demonios. —Es una orden, Naruto.
O-oh. Sin honorificos ni nada. Naruto había aprendido (a golpes) que las sutilezas eran muy importantes con los Uchiha.
Estaba metido en un buen lío.
—H-hai —Naruto tragó. Lo admitía, estaba aterrado.
—¿Hyuga Hinata, uh? —Musitó Izumi, mirando entretenida a su primo lejano. —Hice un par de misiones con su equipo hace tiempo. Es una niña muy dulce
—…Hn. — Ese Hn era algo reticente.
—Es cierto. Tiene la misma edad que tu hermano —Sai no había cambiado su expresión en toda la conversación y parecía creer que ladear la cabeza era todo énfasis que necesitaba hacer al habla. A Naruto le recordaba un búho —Menudo asaltacunas
Yamato le dio una colleja. Pero el daño ya estaba hecho.
—¿A…asaltacunas? —Enunció lentamente Itachi, parpadeando un par de veces sus gruesas pestañas y dejando entrever su confusión en sus afilados e intensos ojos azabache. Sasuke le mataría si se enterara que había pensado eso de las facciones de su futuro cuñado.
(¿Veis? Un tipo. Naruto y Sakura lo compartían, esa "debilidad patológica" por los apuestos y oscuros príncipes de porcelana que tanto les atormentaban. Malditos Uchiha y sus genes injustamente programados hacia la perfección humana)
—¡La flor de la primavera y el afecto no atiende a razón ni momento, simplemente flocere y embauca con su dulce aroma al incauto! ¡Asi es como el más valiente y noble de los guerreros cae bajo presa de la dulce condena del amor!
Eso tenía que ser otro idioma. Naruto nunca sabrá cómo el equipo Gai completaba misiones si su líder les hablaba en japonés cado dos por tres.
—Exacto—Por algún motivo desconocido Yamato había entendido lo dicho. Pensaba que eso era algo que solo Kakashi podía hacer —No hay edad en el amor
—Mergh—Naruto sacó la lengua asqueado con el argumento— Eso era lo mismo que decía Ero-sennin cuando era un pervertido con chicas de mi edad.
El grito ahogado de Itachi, que había cerrado los ojos dramáticamente, era todo lo que se podía escuchar en el súbito y asfixiante silencio que sacudió el despacho.
Tal vez Naruto tampoco tendría que haber dicho eso.
—Oh no no—Saltó de repente Izumi a Itachi con ojos entrecerrados —Conozco esa expresión. La he visto antes. —Le señaló con gesto de advertencia—Esa expresión no trae nada bueno
—¡Mi más valioso lider! —Explotó Gai con menos de su exuberancia habitual— No porque dos flores sean del mismo color son iguales. ¡No debes confundir el veneno de la amapola frente a la pureza de una rosa!
—Yo…jamás quise violar a Hinata-san de esa manera—Susurró Itachi, el melodrama Uchiha™ saliendo sin esfuerzo de sus labios.
—A ver, que cinco años no son cincuenta—Rió nerviosamente Yamato intentando salvar la situación
—Además, Hinata-san tiene 18 años, es legal —Añadió Sai con su sonrisa siniestra.
—Niño, que no ayudas—Masculló Izumi entre dientes. Itachi rápidamente la clavó una mirada penetrante
—Sai-san tiene la misma edad que Hinata-san y tu tienes la misma que yo. Te refieres a él como niño. —Remarcó, más inexpresivo que nunca —Jamás fui consciente de mi perversión. —Susurró sin inflexión en la voz. Pero Naruto tenía mucha inteligencia emocional, sabía de estas cosas. Estaba profundamente arrepentido
—Oh, pero yo no soy virgen —Sai volvió a sonreir. Naruto supuso que si tuviera más rango de emociones la sonrisa que quería poner en su rostro era una angelical. Seguía siendo la de cartón de siempre pero por lo menos lo seguía intentando— Ino-chan se aseguró de ello
—Ugggh—Estalló Naruto puede que infantilmente —¡Nadie quiere saber de tus escapadas sexuales con Ino!
—¡Que narices tiene que ver la virginidad con todo esto! —Explotó Kiba de la nada — Y mientras que estoy muy de acuerdo en eso de que no debas fijarte en chicas mucho más jóvenes que tu- —Kiba dejó de hablar de repente, como si se hubiera dado cuenta lo que iba a decir — No, no. Tienes razón. Deja de mirar a Hinata de esa manera depravada y pederasta que tienes —Asintió un para de veces, ojos cerrados y expresión satisfecha.
Shino le dio una colleja
—¡Oii!
—Lo que Kiba quería decir es que esta discusión es irrelevante. —Las gafas de Shino brillaron ominosas—¿Por qué? Porque Hinata es una mujer adulta capaz de tomar sus propias decisiones y la degradas más negándola la opción de elegir que alejándote por razones nobles innecesarias.
—No estarás insinuando que- —Comenzó a decir Kiba con ojos entrecerrados. Casi enseñaba los dientes en amenaza
—Sí. Lo he decidido. Ayudaremos a Hokage-sama.
—¿Por qué? —Kiba sonaba resignado, a pesar de guiñarle el ojo a su novio tras robarle descaradamente la muletilla. Shino solo alzó una ceja en respuesta. Naruto contuvo el impulso de bufar.
Y luego llamaban raros a él y a Sasuke.
—Porque tras ver en persona la angustia emocional que sufre Hokage-sama puedo confirmar que sus sentimientos hacia Hinata son genuinos. —Las palabras de Shino sonaban sinceras y llenas de buenas intenciones. No obstante, hubo un destello ligeramente maléfico en sus gafas.
…No, Naruto tampoco sabía cómo se podía ser expresivo con un accesorio. Había dejado de cuestionarse esa clase de cosas tras una exposición continua a la excentricidad verde que era Maito Gai. Y Rock Lee, por asociación.
—…¿Estás pensando en lo que creo que estas pensando? —Le preguntó Kiba formando lentamente una sonrisa repleta de colmillos. La extraña relación entre los Inuzukas y sus canes nunca había sido más evidente.
—La regla número tres del equipo 8. —Aclaró misteriosamente. Algo más agresivo que el hambre cruzó fugazmente las facciones de Kiba.
—¡De acuerdo! ¡Escuadrón Sustituto del Amor a sus órdenes, Hokage-sama! —El entusiasmo de Kiba era contagioso. Naruto no pudo evitar imitar su posición frente a su líder
—¡Puedes contar con nosotros, dattebayo!
—…—Itachi se giró melancólicamente hacia la ventana tras haberles dado el asentimiento más minúsculo que podía hacerse. Si Naruto no conociese como conocía a su futuro cuñado, diría que esa mirada trágica de héroe de Icha Icha era su forma de expresar que toda esperanza estaba perdida.
Menos mal que Naruto conocía muy bien a los Uchiha y a sus tendencias de diva.
—¡YOSH! ¡Realicemos esta noble empresa en busca de la eterna primavera del amor!
Después de todo, con un equipo como el que había reunido Itachi no tenía de que preocuparse
—Soy yo o lo del Escuadrón Sustituto del Amor parece un mal eufemismo para un prostíbulo— Yamato tenía su cara de tronco, esa que parecía tallada en madera por todo lo que expresaba.
—Lo parece. —Confirmó Izumi con una sonrisa forzada.
—Fantastico.
Itachi jamás admitiría que estaba disfrutando actuando como un acosador, por más verdad que fuese. En su defensa, llevaba mucho tiempo atrapado detrás de un pupitre, despacho del Kage o no. Su nueva misión, por más ridícula o falsa o acosadora que fuese, era lo más cerca que había estado de la acción en meses.
Francamente, lo necesitaba. Y el espionaje era una de las principales ocupaciones ninja.
(Que el objeto de estudio en cuestión fuera el sujeto más interesante que Itachi hubiese tenido el placer de espiar...bueno, eso no hacía daño)
Hinata se quedó inmóvil un momento su mano azul con chakra a milímetros del poste de madera que llevaba apaleando toda la mañana. Instintivamente, Itachi se escondió bajo tres capas de genjutsu, o puede que cinco, además de un sello especial que le hacía indetectable. A su derecha, podía sentir la incrédula mirada que Kiba y Shino acababan de lanzarle, torpemente escondidos bajos los sellos de sus máscara ANBU que ideó el mismísimo Nidaime. Itachi les devolvió la mirada con calma, como si no acabara de tomar más precauciones para ocultarse del byakugan de una de sus jounin que las que tomaría espiando a un Kage en territorio enemigo.
(...Le entró el pánico. No estaba preparado para hablar con Hinata todavía)
—¿Algo que decir?—Inquirió
—...No
Itachi no les dedicó otra mirada. Hinata había proseguido con su entrenamiento, esta vez pasando fluidamente de una kata a otra. Sus movimientos eran tan elegantes, tan ergonómicos, que Itachi podría haber estado viendola por horas. Un viejo dicho de su clan, cuyo origen según los rumores era el mismísimo Uchiha Madara, era que una buena lucha era como un baile.
Hinata era una bailarina excelente.
—Um, no— Le sacó de su trance bruscamente Kiba —Estamos aquí para recopilar información de Hinata, no para, para-
—Encarnar con total precisión y detalle el sentimiento de 'anhelo' —Completó Shino con su voz impasible. Itachi les ignoró, ocupado como estaba en la curva del cuello de Hinata, en el destello de sus finos tobillos. — Con todo el respeto, está siendo usted un pervertido, Hokage-sama.
Itachi entrecerró los ojos. Otra vez el mismo cuento. A Itachi no le gustaba cuando lo insinuó su prima, mucho menos cuando lo hacía Aburame Shino. Hinata era una adulta, una mujer hecha y derecha, un auténtica kunoichi en edad de casarse. A Itachi no le gustaban las niñas porque no era ningún pervertido.
El considerable pecho de Hinata subía y bajaba rápidamente con su agitada respiración. Con la camiseta negra estándar que llevaba, Itachi podía ver gotas de sudor recorrer su clavícula. Kiba empezó a gruñir suavemente. El Hokage cerró sus ojos, derrotado.
No. Itachi no era ningún pervertido, pero corría el peligro de serlo.
—He venido aquí según vuestra sugerencia— Su voz tal vez sonaba un poco más ronca que de normal. Se sintió súbitamente juzgado. Itachi decidió fingir estar afónico para lo que quedaba de día.
—¡Para recopilar información, no practicar voyerismo!—Explotó Kiba, consiguiendo que Itachi perdiera momentáneamente el equilibrio y cayera de su rama. Golpeó el suelo con un ruido sordo.
¿Vo...voyerismo?
Su chakra estalló en una explosión de proporciones ridículas y mejillas arreboladas, disipando cualquier genjutsu o técnica usada para ocultarle. Itachi permaneció ignorante, su indignación manteniéndose ajeno de su situación. Cómo se atrevía ese perro, insinuando que él… que Itachi sería capaz de… Él jamás sucumbiria a esa clase de depravación.
—Respeto demasiado a Hinata-san como para hacer esa clase de cosas —Masculló por lo bajo.
—¿Que clase de cosas? —Escuchó a un angel detrás suyo y supo que había caído en el infierno. Su garganta era incapaz de hacer sonido alguno —¿Hokage-sama?
Llámame Aticha, Hinata-kun
El recuerdo de la noche anterior solo sirvió para atrofiar aún más sus sentidos. Itachi sintió como su respiración se aceleraba. Todas las memorias que tan cuidadosa y brutalmente había reprimido pasaron por sus ojos como la película muda más horrible del mundo. Empezó a ver mal el campo de entrenamiento. La había llamado bruja. Un pitido in crecendo empezó a inundar sus orejas. Se había referido a ella como 'kun', el sufijo menos romantico que había. O la consideraba todavía una niña, pensaba de ella solo como la clase de amigos que solo podrían ser platónicos, o peor aún, era un signo de condescendencia especialmente cruel para alguien con la experiencia de Hinata. Sus ojos escocían. La había dejado abandonada en un callejón oscuro, tras ejecutar una serie de...de-
—¿Hokage-sama, está usted bien?
Itachi tenía que salir de allí.
Izumi estaba muy poco impresionada. De hecho, estaba tan poco impresionada que se había saltado la decepción por completo y había caído en un estado desconocido hasta el momento, estaba infracogida.
(Ya sabéis, como el antónimo a sobrecogida y- sip, estaba claro, Anko-senpai tenía razón cuando la había prohibido inventar nuevos terminos porque infracogido era horrible y ni siquiera había tenido que decirla en alto para darse cuenta)
—Dime que estás bromeando —No suplicó, su linaje y residencia en el departamento de T&I la habían curado de malos hábitos como ese pero estuvo cerca
—Nope —Kiba pronunció la p como quien explota una bomba de chicle. —Se cayó del árbol todo rojo, rompió cinco genjutsu y dos barreras de fuinjutsu en segundos y huyó despavorido cuando Hinata le preguntó si estaba bien.
Izumi entrecerró los ojos
—Cómo de despavorido
—Más rápido que Naruto cuando hay oferta en Ichirakus
Izumi maldijo por lo bajo, ignorando el indignado '¡Hey!' del jinchuruki. La situación era mucho peor de lo que pensaba. Habían subestimado a Uchiha Itachi. El Escuadrón Sustituto del Amor tendría que usar otro de sus numerosos (horribles) planes para solucionar algo como esto.
(El Escuadrón Sustituto en el Amor era un desastre de proporciones épicas. Izumi estaba segura que Itachi había dejado su cerebro tirado en algún sitio después de darse cuenta de su enamoramiento - Finalmente. Izumi solo les había visto juntos una vez, cuando coincidieron en el festival de tanabata y la manera en la que Itachi miraba cada palabra salir de los labios de Hinata como si pudiera atraparla entre sus dedos era delatadora. Cómo nadie se había dado cuenta hasta que Itachi decidió dejar de ser un ser humano funcional, no lo sabía
...Aunque probablemente no supieran leer las microexpresiones de robot de su primo.)
— ¿De quién es el turno? —Preguntó inocentemente Sai. Sacó una pequeña libreta de sus bolsillos inexistentes. Izumi no creía apropiado vestir según tus tendencias sadomasoquistas fuera del dormitorio pero Sai nunca había sido dado a convencionalismos. —Según mi investigación, Hokage-sama debería mostrarse más asertivo respecto a Hinata. Muchos de mis libros aseguran que un —Miró a su cuaderno — 'Macho Alfa Dominante y Viril' es el-
—No. —Cortó Ibiki, con el mismo matiz de quien está resignado a una experiencia muy desagradable que antes.
—¿Mi información no es correcta? —Sai ladeó la cabeza. Si el gesto fuese un poco más natural, parecería un cachorro apaleado. —Estaba seguro de que mis fuentes eran-
—No.
—¿A quien sugiere entonces, Ibiki-san?
Ibiki suspiró, derrotado. Izumi conocía el sentimiento. Les había costado tres horas decidirse por el plan de Kiba y Shino, la mayoría del tiempo pasadas discutiendo cosas que no tenían nada que ver con el asunto (Ese Yamato era un hereje y Izumi le haría entrar en razón sobre Pokemon pero quizás en otra ocasión), votando quien era el mayor experto en el amor de los presentes como para liderar semejante misión (...Maito Gai, con su relación estable de Eternos Rivales Compartiendo la Juventud en la Primavera Infinita con Hatake Kakashi les aplastó a todos. Tal era la fuerza de la Bestia Verde de Konoha) y cual plan tenía más probabilidades de ganar. Kiba y Shino, novios recientes pero estables, compañeros de equipo de Hinata, alumnos de una mitad de la Relación de Rivalidad y Juventud Infinita, habían sido la opción evidente.
Su plan- la recopilación de información para averiguar los gustos y preferencias de Hinata, aunque francamente horrible, tampoco les había sonado tan mal. Desde luego, tenía muchas menos posibilidades de desastre que la declaración desde el monte de los kages que había propuesto Gai-san.
Aun así, Itachi había hecho trizas el plan. Había gastado horas -Izumi estaría más preocupada por el estado de Konoha con un Hokage tan ausente si el resto del Escuadrón Sustituto en el Amor no hubiera tenido que lidiar con todo el papeleo del día- en mirar a Hyuga Hinata entrenar, desvelando cero preferencias y gustos personales.
—¿No es evidente? — Preguntó Morino sarcásticamente — Uzumaki como no devuelvas el gorro a Hokage-sama me encargaré personalmente de despellejarte.
Naruto silenciosamente pasó el gorro con el que le había pasado jugando mientras el resto hacía el trabajo del Hokage -el mismo trabajo al que Naruto inspiraba, el mismo que podría haber probado con antelación el muy idiota vago que merecía-
Estaba haciendo un puchero. Izumi se rendía con esa panda de inútiles
—Lo haré yo— Sentenció, desafiando con una mirada al resto para que la contradijera. Tristemente, todos asintieron completamente de acuerdo, incluso el desastre de Kage mirando melancólicamente por la ventana que era incapaz de participar en su vida romántica de ninguna manera aparte de para aniquilarla.
Violenta y repetidamente.
—Es lo más lógico —Asintió Yamato —Como mujer, entiendes más de esta clase de cosas —Izumi sintió como sus ojos se entrecerraban contra su voluntad —Quiero decir, se os da mejor esas cosa del romance y- y-
—Por supuesto que sí —Izumi sonrió sin dientes—Todo el mundo sabe que la mayor preocupación de una mujer es encontrar el amor —Yamato, el hereje imbecil, parpadeó con confusión. Como si Izumi acabara de sacudir una de las verdades del mundo.
—…¿No lo es?
Izumi se iba a tragar a ese poste de madera pretendiendo ser shinobi enterito. Y le escupiría luego.
—Francamente, me sorprende que nos dejen ser ninja.—Abrió los ojos con incredulidad exagerada— Hagoromo sabe que en presencia de un galán conquistador perderíamos los papeles y cualquier clase de lealtad
—No, espera yo no-
—Además, ¿qué pasaría si el objeto de nuestro afecto corriera peligro? Seguro que le priorizaremos sobre la misión, como las eternas románticas que somos. —Suspiró falsamente afligida. Le miró entre sus pestañas —El amor lo puede todo, ¿sabes?
—Izumi.
—Oh, por no hablar del riesgo de quedarnos embarazadas. —Izumi ignoró a su tutor, de la misma manera que había ignorado cuando todos los presentes habían dado un enorme paso atrás como dejando a Yamato a su merced — pero eso no es lo peor ¿Te puedes creer que hay mujeres que se atreven a actuar como si tuvieran el mismo derecho y poder de un varonil shinobi? Y peor aún — añadió con dramatismo —Mujeres que quieren liderar su propio equipo. Como si no fueran a abandonarlo nada más formar una familia.
—Yo —Yamato carraspeó, rojo, sudoroso y claramente incómodo —Um, yo no sé nada sobre eso.
—¿Oh?— Inquirió, voz suave como la seda. Dio un paso adelante, con sus manos rozando el chaleco de Yamato en una burla a una pareja ayudando a otra a estar presentable —Estoy segura de que jamás te has parado a pensar en ello —Comentó, jugueteando con la cremallera de su chaqueta. Podía ver el sonrojo bajar por su cuello. Era gratificante —Después de todo, ¿por que ibas a preocuparse con los prejuicios con los que tienen que combatir a diario tus compañeras? Eres un hombre fuerte —Comenzó a subirle la cremallera —No tienes tiempo para tonterías como esa. Quizá, cuando te enamores, lucharás por el honor y reputación de tu amada mientras ella te admira en la distancia, como debe ser —Izumi sonrió dulcemente, la punta de sus colmillos semioculta entre sus labios —¿No estás de acuerdo, Yamato-kun?
—Suficiente, Izumi.
Izumi frunció la boca, dedos aun subiendo la cremallera del vegetal frente a ella. Chasqueó la lengua con insatisfacción pero obedeció a su jefe. Soltó la cremallera y dio un paso atrás, recuperando su porte poco impresionada
—¿Izumi-san? —La voz de Yamato se rompió a mitad de frase. Estaba claramente avergonzado. —Quería disculparme, nunca quise insinuar-
—Oh, por favor —Izumi rodó los ojos. Tal vez estaba pagando un millón de frustraciones diarias con el ex-ANBU —Los hombres como tu nunca queréis ser machistas pero lo sois de todas formas. —Yamato hizo una expresión curiosa ante ello. Entre la aceptación y la indignación. —¿Quieres saber porque soy la indicada para continuar esta farsa?
—El Escuadrón Sustituto del Amor no es ninguna- Empezó a decir Sai
—Porque, al parecer, soy la unica que ve a las mujeres como personas y no una especie distinta —Declaró con fuerza. Itachi frunció el ceño desde su posición en la ventana, el primer signo de vida que había dado desde que entró de nuevo al despacho
—Yo siempre he tratado a las mujeres como shinobis —Dijo
—Me alegra saber que uno siempre puede contar con la ruidosa excepción entre los hombres. Indra os salve de tener que sufrir algún prejuicio —Contestó Izumi a través de una sonrisa pintada. Itachi no siguió con la conversación. Ibiki rodó los ojos.
—Déjate de sermones y ve al grano de una vez, Uchiha.
—Hai, shishou— Concedió inmediatamente —El mayor problema que tienes, Hokage-sama, es que no sabe mantener su compostura.— Izumi sonrió lentamente, un gesto de un depredador —Pero tengo un plan.
—No va a funcionar —La aseguró Itachi mientras manoseaba uno de los rollos de canela que habían comprado. Estaban en un pequeño café, uno de los favoritos de Hinata (Porque recopilar información de alguien cuando tenías a las dos personas que la conocían mejor de su familia a tu disposición era una de las mayores pérdidas de tiempo que Izumi había oído jamás, malditos sean Kiba y Shino. Hatake Kakashi les había enseñado demasiado bien el arte de la decepción) Itachi no estaba particularmente nervioso. No obstante, si su Hokage tuviera algun sistema antes de participar en tragedia tras tragedia, sus subordinados ya harían hecho algo para impedirlo.—Hinata-san no es de esa clase de personas.
Izumi, frente a él, llevando un bonito y discreto vestido, alzó una ceja escéptica. El ambiente de una cita era casi asfixiante, sobre todo por las flores. Y las velas.
—Los celos son una emoción humana, todo el mundo pasa por ellos —Señaló.
—No Hinata-san— Negó Itachi. Sus manos seguían despedazando su bollo poco a poco. Izumi raramente le había visto tan incómodo— No me gusta este plan
—Te sientes culpable —Se dio cuenta, la emoción tan extraña en su amigo que la costó hasta entonces encontrarla. — ¿Por qué? —Era algo ridículo. Ni siquiera la había pedido salir y ya estaba actuando como un marido al que le tocaba una misión de seducción. Sonrió sin darse cuenta —De todas formas los celos son solo un bonus del plan
—Definiste tu plan como 'tener una falsa cita para que una celosa Hinata de el primer paso porque Hokage-sama solo está tropezando y ha cruzado la línea de gracioso a patético hace dos capítulos.'
—Hmm, si, dije eso. —Y no se arrepentía ni un poquito.
—Hn.
—Oh vamos, no seas así. No era como si pudiera decir la verdad con el resto del Escuadrón Sustituto en el Amor delante. Creeme, te he hecho un favor
—¿Hn?
—Sí. El verdadero motivo por el que he propuesto una falsa cita —Izumi se acercó a Itachi, dando la apariencia de intimidad a cualquier observador — Es para que practiques.
—Oh.
—Me parezco un poco a Hinata-san, ¿no es cierto?
—No.
El ojo de Izumi se contrajo involuntariamente ante la rapidez de la respuesta. Había algo ligeramente insultante en la firmeza con la que Itachi había negado el parecido que muchas personas habían remarcado. Su propia madre incluida, muchas gracias
—Simplemente finge que soy ella.—Dijo entre dientes, una sonrisa tan dulce como falsa pintada en el rostro —Ahora pídeme una cita
—...Ten una cita conmigo —Obedeció Itachi sin entusiasmo
—Hinata-chan —Completó, muy consciente de lo poco metido que estaba en su papel
—Oh. Entiendo. —Itachi murmuró para sí — Colocandome en la posición de Hinata-san me obligas a meterme en su cabeza para ser consciente de las probabilidades de rechazo y darme confianza. Muy astuto, Izumi-chan.
—… — Izumi cerró los ojos un instante, buscando fuerzas. Qué demonios — ¿Y funciona?
—No. Si estuviera en la posición de Hinata-san, me rechazaría.
Izumi no se golpeó la cara con la palma de la mano pero fue algo demasiado cercano para su confort.
—Comete tu postre, anda.
Cómo Itachi se las arreglaba para ser tan torpe cuando era de naturaleza elegante, no lo sabía. Francamente, si la enamorada fuera otra que Hyuga Hinata sospecharía de juego sucio. Un sello del amor, una droga afrodisiaca, un jutsu prohibido del clan Yamanaka, un truco de sharingan- cualquier cosa menos aceptar la verdad.
Dio un sorbo a su té, ya templado. Delicioso. Izumi no solía venir mucho a esa cafetería, acostumbrada a la pastelería de Uchiha Jiro como estaba, pero tal vez tendría que venir más. La relación calidad precio era increible.
El sonido de la campana de la puerta la hizo desviar la vista inconscientemente hacia la puerta. No pudo evitar tensarse al ver quien entraba.
Oh no.
Esto iba a acabar en desastre (de nuevo) si Izumi no actuaba con rapidez.
—Queda poco para los Examenes Chunnin —Ofreció el primer tópico que se le pasó por la cabeza, suplicando para que la jounin no les viera. O al menos Itachi no la viera. Por suerte había elegido sentarse de espaldas a la puerta y el mostrador. — ¿Donde se celebraba este año?
—El examen es dentro de dos semanas, en Kirigakure. Mei-donno me ha pedido el favor de ir un poco antes. — Itachi parecía volver a la normalidad hablando del trabajo, su competencia como hokage intacta, gracias a Indra. Izumi no podía creerse que su desesperada estrategia estuviese funcionando
—¿Oh? —Izumi sonrió, actuando a la perfección como un pariente interesado, picando un poco más de lo estrictamente necesario —¿Y qué favor es este Itachi-kun?
—Quiere que asista a un festival de cine, o bueno, melodrama, para celebrar el quinto aniversario desde la fundación de los K-dramas. —Dijo con un brillo en los ojos. Un brillo demente- el mismo del que todos los Uchiha tenían un recuerdo preciso, de esos que tenías grabado en la memoria con el sharingan porque la experiencia había sido así de Traumática. La Intervención no había sido divertida, precisamente.
—Sabes que no puedes ver K-dramas desde —Izumi contuvo un escalofrío —la Intervención.
—Era de esperarse, por supuesto —Itachi la ignoró — Un proyecto tan logrado como los K-dramas —Izumi rodó los ojos con tanto impetú que Itachi se cortó a mitad de frase.
—Mira Itachi todos tenemos nuestros vicios. Pero lo tuyo con los K-dramas en una adicción. Por tu propio bien, espero que no recaigas en ellos
—Como Hokage, no puedo arriesgar la paz entre países por algo tan inocuo como-
—Itachi-sama, Izumi-san, que gusto verlos.
Izumi tenía que admitir que la manera en la que Itachi se había paralizado por completo, boca abierta incluida, era sumamente entretenida. La tentación de dejar que se cavara otro hoyo era irresistible, pero Izumi sabía que su deber era ayudarle. Ser un miembro del Escuadrón Sustituto del Amor era un trabajo muy duro, oscuro y lleno de sacrificios.
—Hinata-san. Un placer, como siempre.
Izumi sonrió amablemente a la chica, que de verdad era como mirar en un espejo en otro clan. Itachi no reaccionó, haciendo su mejor imitación a una estatua a su lado. Izumi mantuvo su expresión intacta mientras le daba una patada disimulada para que reaccionara
—Hinata —Su boca se volvió a paralizar abierta. Patada. Itachi cerró la boca.— san. Cuanto tiempo sin verla
—...Nos hemos visto esta mañana, Hokage-sama
Itachi hizo una mueca y empezó a mostrar síntomas de un bloqueo mental. Patada. Hizo un amago de sonrisa. Huh. Menudo truco había descubierto Izumi
—Ah. Se me debió olvidar. —Su respetado Kage hizo otra mueca, una más cercana a una sonrisa. Patada. Itachi se giró hacia ella con la misma muerte silenciosa en su ojos que usaba antes de finiquitar a sus enemigos — No sabía que conocía a Izumi-chan
Chan- Izumi vio como vocalizaba Hinata. Por supuesto, Izumi le dio una patada a Itachi por semejante metedura de pata. Ugh, hombres.
—Coincidimos en una misión hace tiempo. —Izumi continuo graciosamente como si no acabara de dejar un moretón del tamaño de una pelota de tenis en la espinilla de su dictador militar, el encanto personificado. — No sabía que venías a este café
—Si, es uno de mis sitios favoritos de Konoha.
Patada.
—Los rollos de canela estás muy ricos— Comentó robóticamente Itachi. Parecía sorprendido consigo mismo. Pequeñas victorias
—Son mi postre favorito — Se sonrojo Hinata. Izumi solo tuvo un momento de pánico al ver el entero y destrozado rollo de canela en el plato de Itachi. Patada. Itachi pilló su mirada significativa.
Izumi contuvo el impulso de golpear su frente contra la mesa. El muy idiota se acababa de meter el rollo de canela entero en la boca.
Patada.
Itachi mastico, ignorándola completamente. Izumi no se atrevía a mirar la reacción de Hinata. El sonido de la campanilla de la entrada sonó y Izumi no pudo resistirlo más, miró. Hinata tenía la vista fija sobre las flores y velas en la mesa, con el ceño ligeramente fruncido. Izumi se dio cuenta inmediatamente de la dirección en la que estaba yendo su mente. El viaje facial de los rasgos de Hinata no dejaba mucho a la imaginación: incredulidad, decepción, resignación. Algo humoroso y amargo cruzó su rostro como un relámpago, desapareciendo inmediatamente después. Patada. Itachi solo vislumbro la sonrisa triste con la que se había quedado Hinata pero fue suficiente como para conseguir que se volviera a paralizar completamente.
Patada.
—Oh. No quería interrumpir—Dijo, sincera y sin rastro de acusación en los ojos. Menudo momento para que el truco de la patada dejara de funcionar. Izumi sonrió nerviosamente, lista para negarlo todo cuando Itachi se atragantó.
No se atragantó como quien bebe por el canal equivocado, no. El muy idiota se atragantó de verdad. De asfixia. Si no se estuviera muriendo delante de sus ojos y Izumi no estuviera en shock, le mataría.
Inmediatamente una voz que Izumi no estaba preparada para oír aseguró que tenía la situación bajo control y ejecutó la maniobra heimlich en la misma bocanada de aire. La medio masticada masa del dulce de canela se cayó en el pie de Izumi con un sonido sordo que no pudo apreciar. Hana Inuzuka les sonrió cálidamente hasta que sus ojos se posaron en ella, el momento en el que su sonrisa se congeló.
Patada. Patada. Patada.
—Hokage-sama, Izu-chan. —Hana enseñó sus impresionantes colmillos. Izumi dio tres patadas más, presa del pánico.
Tenía el corazón en la garganta. Estaba segura que si decía algo, vomitaría.
—Itachi-sama —Escuchó como a través de la pared a Hinata preocuparse por Itachi —¿Está usted bien? Tome un poco de agua — Izumi no podía desviar la vista de los fieros ojos castaños de Hana, que la habían atrapado como un lobo hacía con un cervatillo.
—¡Hana! —La voz de Izumi se rompió a mitad de sílaba. Era humillante. — ¿Qué haces aquí?
—Hinata y yo tenemos una cita —Hana alzó una ceja con algo de sorna. Para Izumi, el mundo se acabó al oír esas palabras. Cita. Se lo había dicho tan a la ligera, además. Como si no hubieran pasado años jugando con la línea entre amigas y novias, como si Izumi no hubiera pasado media vida desesperadamente enamorada de ella.
Como si no hubieran roto- amistad o relación o lo que fuese que tuvieran- semanas antes.
—Qué casualidad—Izumi canalizó la furia que sentía cada vez que otro familiar la mirada con pena porque los Uchiha solo se enamoran una vez y Hana la había rechazado — Nosotros también.
Ver el dolor y la humillación cruzar el rostro de Hinata Hyuga en rafagas le recordó como un balde de agua fría que eso no iba sobre sus sentimientos. Itachi le dio tal patada que casi rompió su rodilla. Camufló un quejido de dolor en una risa nerviosa.
(La iban de echar del Escuadrón Sustituto del Amor y, pese a que Izumi jamás hubiera querido involucrarse en algo tan ridículo, esa era una falta que su expediente no podía permitirse.)
—Hana-san bromea —La sonrisa de Hinata era muy genuina a pesar de que sus ojos brillaban con lágrimas, como si estuviera acostumbrada a sonreír en vez de llorar. Oh. Probablemente a esto se refería Itachi cuando decía que no era como el resto. Sus celos no se manifestaban en enfados, sino que se quedaban como tristeza.
(Se merecía la expulsión)
—Técnicamente tenemos una cita médica, Hina —Hana sonrió, todo colmillos. Izumi adoraba esa expresión. Quería enterrarla entre sus piernas. Se mordió el labio. Itachi la pegó otra patada exactamente en el mismo sitio haciendo que se mordiera más labio de la cuenta. Izumi tragó sangre para no gritar.
Ahí iba su rótula.
—No quiero que malinterpreten la situación. — Esa chica tenía que ser un ángel para considerar los sentimientos de alguien que la había rechazado, había molestado a su hermana pequeña borracho como una cuba y había aparecido al día siguiente en una cita con otra.
Hana sonrió, un suspiro indulgente y cariñoso escapando de sus labios. Era hermosa.
(Era alguien fuera de su alcance. Los Uchiha solo se enamoran una vez, le decían el resto cargados de pena, sonrisas compasivas en rasgos compartidos, y tu amor ya no te quiere.
Todo el mundo se apiadaba de Izumi y lo único que había sido capaz de sacarla del hoyo de un corazón roto había sido su orgullo herido. Al menos el cabrón de Shisui le dio un gato como compañía, comentario de 'como dentro de poco vas a empezar a coleccionarlos como una loca' o no.
Izumi esperaba que estuviese sufriendo en su misión en el Pais del Arroz. Aunque su minino Madara fuera un encanto)
—No hay nada que malinterpretar —La contestó Itachi mirándola intensamente. Izumi recordó con horror su misión y cerró los ojos con pesar. Menudo idiota, intentando comunicarse con Hinata telepáticamente y diciendo completamente lo contrario
—Por supuesto que no.—Cortó Hana. Siempre había tenido el don de la oportunidad —Aquí todos somos so-
—¿Por qué me dejaste? —Se escapó de entre sus labios. — ¿Hice algo mal?
Patada.
Oh.
Izumi era otra idiota. Tal vez viniera de familia.
—No creo que ese sea un tema que discutir aquí, Izu. —La voz de Hana era calmada, paciente. Para Izumi es como si hubiera cogido un kunai y se hubiera retorcido en una herida abierta.
—No me llames Izu.
—¿Aun sigues con eso? Han pasado más de un mes, sabes. Pensé que ya habrías superado lo nuestro.
Izumi se forzó a sí misma a sonreír
—Por supuesto que lo he hecho. Ahora estoy con alguien.
—¿Ah sí?
Patada.
—Mhmm— Izumi resistió el impulso de gritar —Es mucho mejor que tu. En todos los sentidos.
Guau. Izumi era la reina de la sutileza. Si la hubiera oído Ibiki-shishou, la desheredaba.
—Enhorabuena, Hokage-sama, Izumi-san. Me alegra que se hayan encontrado el uno al otro.—Interrumpió suavemente Hinata con una sonrisa temblorosa. Oh mierda. Pensaba que estaba con Itachi. Se giró para ver mejor al paralizado supuesto novio de Izumi — Espero que sean muy felices.
Esa sonrisa que tenía era muy triste. Y genuina, que era lo peor de todo.
—¡Itachi y yo no estamos saliendo! —Se levantó rápidamente sobre su rodilla rota al notar el aura de destrucción procediente de su Kage tras ver la expresión de Hinata. No tenía activado el sharingan, gracias a Indra, pero Izumi le veía igual de capaz de pulverizarla en llamas negras e interminables torturas incluso sin él. Además se sentía culpable, cosa de la que se creía incapaz desde que se hizo la aprendiz de Morino ibiki.
Hana rodó los ojos.
—Entonces —Comenzó a decir, sus palabras cargadas de sarcasmo —¿quien es esa misteriosa nueva pareja que tienes?
Izumi se quedó con la boca abierta sobre una rodilla rota, como la imbecil que realmente era.
—¡SOY YO! —Escuchó la voz de Yamato. Izumi se giró lo suficiente como para verle tropezar entrando en la cafetería, brazos llenos hasta lo ridículo de ramos de flores. Hubo un silencio incomodo —Si...siento llegar tarde, cariño —Tartamudeó Yamato, pálido como una sábana.
—Ah —Izumi cerró los ojos y sonrió pero en verdad quería llorar. O gritar. O cometer una masacre o dos — no es ningún problema, amor. Itachi-kun ha sido tan amable de esperar conmigo.
—¡Oh! ¡Claro! —Exclamó Yamato sobreactuando — Por eso estabais juntos en esa mesa para dos como una pareja — Habló sin mirar a Hinata. Estaba poniendo tanto esfuerzo en no mirar a Hinata que estaba bastante claro a quien lanzaba el mensaje —No porque estuvieras en una cita, o fueseis pareja o nada de eso —Sonrió y si un árbol pudiera sonreír, sería más natural que las expresiones del rostro de Yamato.
El Escuadrón Sustituto del Amor había sido, de principio a fin, un error catastrófico.
—Amor —Dijo Izumi entre dientes —¿Las flores son para mi?
—¡SI! —Volvió a gritar antes de lanzarselas a la cara. Entre todos los ramos que tenía, el genio decidió lanzarle las rosas que aún tenían espinas.
Izumi recogió el ramo de donde había caído al suelo con una sonrisa que prometía dolor, ignorando la agonía de su rodilla y los muchos rasguños de la cara que había recibido las espinas de lleno. Le estaba entrando sangre en un ojo.
—No tenías porqué, amor —Dijo sin levantarse. En (otro) momento de pánico se dio cuenta que no podía. Si lo hacía, su rodilla cedería. Menudo desastre.
—¿Yamato? —Escuchó la voz de Hana con un deje de incredulidad —No puedo creer que hayas bajado tanto tus estándares que ahora estés con hombres.
—Se llama bisexualidad, Hana-san —Interrumpió Itachi —Debería repasar sus estudios en sexualidad y la discriminación sufrida a su causa.
Su primo podía ser un idiota incompetente pero siempre le guardaba las espaldas.
...Aunque si la ayudara a levantarse sobre la rodilla que acababa de romper, le ahorraría un montón de problemas más.
—Sí, bueno —Hana carraspeó, incómoda por lo que podía ser la primera vez en lo que llevaba en esa cafetería. Tal vez era que Itachi la había criticado, tal vez estaba extrañada porque Izumi seguía arrodillada en el suelo con un ramo en la mano, tal vez estaba distraída viendo la excelencia que era el culo de Izumi; había miles de posibilidades. Algunas más probables que otras, como la inegable atracción que desprendía Izumi— Espero que seáis felices. Un día tendríamos que quedar en una doble cita.
Izumi no había oído una idea peor en su día. Y eso que era miembro del escuadrón Sustituto en el amor. Un momento-
—¿Doble cita?—Repitió, una mano estrujando su corazón y otra su brazo. Ah, no. Ese era Yamato, que la ayudaba a levantarse por fin. La habilidad de mirar a la gente a los ojos en vez de a las rodillas estaba infravalorada — ¿Tienes novia?
—Eso espero —Hana se sonrojó, una mano masajeando su cuello y ojos marrones derritiendose como miel con calidez. Pensandolo mejor, mirar a la gente a los ojos estaba sobrevalorado. Era una mierda. — Shizune y yo vamos a tener nuestra primera cita el viernes. — Hana acompañó el sonrojo de una sonrisa timida que Izumi conocía muy bien. Después de todo, era la misma expresión que solía poner cuando hablaba de ella, era su expresión y no había dado permiso a nadie para que la robara.
Shizune era la peor persona del mundo y Izumi esperaba que se muriera enterrada en su propio bisturí de chakra, la muy-
—¿No estais saliendo?—La tímida voz de Hinata distrajo a todos los involucrados, pero ella solo tenía ojos para Itachi. El Hokage que, en (otro) momento de brillantez, había decidido que mirarla fijamente a los ojos como una estatua era la mejor solución a su dilema. Izumi estaba un 90% segura de que estaba sufriendo un ataque de pánico.
Izumi y Yamato intercambiaron una mirada nerviosa, sabiendo que esa era la oportunidad que necesitaba su líder. Itachi siguió mirando fijamente a Hinata- estaba tan inmóvil que ni parecía respirar. Incluso estaba empezandose a poner un poco rojo.
—¿Izumi e Itachi?— Interrumpió Yamato con una risa incómodo en un tono situado en la octava equivocada para su timbre de voz. — ¡Que graciosa! No, Izumi está saliendo conmigo, Yamato. Itachi está soltero. Muy soltero. Disponible.
Izumi se rió nerviosamente para interrumpir la verborrea. La misión estaba completamente perdida. Era hora de actuar en su desesperación
—Es muy gracioso que pienses que estemos saliendo, Hinata—Dijo, preparando mentalmente su epitafio. Si Itachi no la había matado ya, la mataría por lo que iba a decir —Porque, de hecho, había quedado antes con Itachi para darle consejo sobre cómo pedirle una cita a la chica que le gusta —Le guiñó un ojo, demasiado comprometida con la farsa como para echarse a atrás.
Itachi había decidido pasar de la parálisis para saltar a la hiperventilación. Otro momento espectacular de la mano del Hokage.
Hinata ladeó la cabeza, adorablemente confusa. Izumi mantuvo su mediocre, temblorosa sonrisa en el rostro mientras un sudor frío le resbalaba por la nuca. Hinata frunció el ceño
—Esta mintiendome, Izumi-san.—La informó seriamente.
El puto byakugan era su peor enemigo, viendo todo y al mismo tiempo nada. ¿De verdad Hinata, de entre todas las mentiras y farsas transparentes que había dicho en menos de una hora, tenia que elegir esa para no creer? Izumi iba a desarrollar un tic nervioso. Podía sentir a Yamato tensarse como una Izumi abrió la boca, dispuesta a confesar los sentimientos de su jefe para acabar toda esta farsa cuando un ruido sordo la interrumpió.
Itachi se había desmayado.
Izumi sonrió nerviosamente al resto de incrédulos testigos de la catastrofe que era su Hokage y contuvo el impulso de gritar.
Así que...llevo un rato sin actualizar, ¿no? La verdad adoré todos los reviews del capitulo anterior, adoro que os gusten y cada día estoy más sorprendida del exito que tiene este capitulo. Introduzco muchos personakes y me pierdo un poco en ellos, es cierto, pero no me pude resistir cuando empecé escribiendo a Naruto y con uno vino otro y bieno. La falta de inspiración hace muchas cosas.
A mi, personalmente, me hace irme por las ramas. Qué puedo decir, se me apareció Izumi ponme-la-personalidad-que-prefieras-con-tal-de-que-sea-maja-porque-salgo-solo-en-5-segundos Uchiha y PUM! Tomad el Escuadrón Sustituto en el Amor. Esta compuesto por un primo lejano vagamente incestuoso en su infancia- que, por supuesto, tambien sufre de desamor- un arbol muy humano y un humano muy vegetal (adoro a mi Yamato y a mi Sai y jamás voy a dejar los chistes de arboles. Sabeis porque? Porque Yamato no se concentra, hace la fotosintesis) una bestia verde repleta de juventud y una pareja que de verdad, de verdad, de verdad no quiere estar ahí. Oh, y luego esta Ibiki Morino. Porque ningun grupo ninja puede estar completo sin alguien cuya moral es más que cuestionable.
SPOILER: en el capitulo siguiente podremos ver el plan de Gai, Sai, Ibiki y alguna sorpresa más que se me ocurra.
Oh! Y antes de que se me olvide. HeraSwallow111: El sufijo kun si que es masculino pero tambien se usa refiriendose a niños con los que no tienes mucha confianza que implica el chan, que es uno de esos sufijos adorables. Lo he explicado muy mal pero se usa más o menos asi. BlackLadyHyuga, como siempre, eres un amor. Y por si te queda alguna duda, soy capaz de hacerle muchas cosas a Itachi, Shisui, Izumi y el resto de Uchihas. Francamente, para ser semejante panda de gatos con planes maleficos y muchas veces carentes de logica, la gente se toma a los Uchiha demasiado en serio.
Solo hay que mirar a Sasuke, rascas un poco todo su angst y emo-ción, y debajo solo hay un desastre. Quiero decir, normalmente tienen un trauma desmesurado para justificarlo pero estar, está. Creeme que esta.
Muchas gracias por leer y dejen sus comentarios! Adoro saber que pensais sobre lo que escribo :)