Capitulo siete
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El cabello de Nabiki Tendo estaba en el suelo.
O más bien la peluca que usaba. Nabiki se quedó un momento inmóvil y luego recogió el cabello falso. Después añadió con voz plana.
—Esto fue lo que pasó cuando quise lavar mi cabello de colores.
[Al comprobar que no se quitaba el color lavando solo quedaba la opción de usar el tinte, de modo que con un suspiro lento Nabiki dejó caer agua sobre su cabeza para retirar la molesta espuma.
Por un momento Nabiki se preguntó por qué el agua se sentía ligeramente extraña en su cabeza. Luego abrió los ojos.
Una mancha de colores estaba en el suelo. Era cabello. Todo su cabello.
Totalmente en pánico, Nabiki fue a mirarse en el espejo.
¡…!
No le quedaba nada de cabello sobre la cabeza. Como si hubiese usado una máquina de afeitar.
Como pudo terminó su baño y con mucha calma se ajustó de nuevo la peluca. Luego se miró otra vez en el espejo. Al mirar su reflejo tomó una toalla y retiró la humedad restante de su rostro. «Tontas lágrimas».]
Akane hizo un par de intentos antes de poder hablar.
—Bu…bueno, es comprensible que estés enojada por eso. —Luego añadió de forma más suave— Pero el cabello vuelve a crecer. Si iniciaste rumores sobre Kodachi se pueden salir de control haciendo algún daño irreparable. Hablo de mucho dolor, y no me refiero a un par de golpes en un duelo. Nadie se merece eso, ni siquiera ella.
—No me preocupa mucho lo que pueda pasar con Kodachi —dijo Nabiki con voz plana—. Todo el mundo cree que está loca y nadie quiere tener nada que ver con ella —luego añadió—: Un par de rumores extras no van a cambiar nada para ella.
—No entiendes nada —replicó Akane.
Aquel comentario y la mirada triste de su hermana fue lo que terminó por romper las defensas mentales de Nabiki.
—¡TÚ eres quien no entiende nada! ¡A NADIE le importa Kodachi! —Rugió Nabiki—. Hasta tu prometido maravilla ha dicho que prefiere estar muerto que comprometido con ella. Apenas la toleran en su escuela y ni su hermano loco la soporta. Quería que ella sufriera una humillación que no pudiese olvidar. ¡Porque yo no puedo olvidar lo que me hizo!
—Pero eso es retorcido, Nabiki —respondió Akane—. Tu cabello volverá a crecer con el tiempo.
—¿Aún no lo entiendes, verdad? —respondió Nabiki con una mirada dolida—. Ha pasado casi un mes desde el incidente. ¿No te parece que ya debería tener por lo menos una miserable pelusa de cabello en la cabeza?
—Tu cabello no...
—¡No! ¡Mi cabello no crece! —gritó Nabiki—. Me parecía muy extraño que mi cabello se hubiese caído tan rápido así que fui con un experto. El sensei me dijo que tal… tal vez mi cabello no pueda crecer nunca más.
—Alguien podría…
—¿Ayudarme? —Nabiki soltó una risa amarga—¿Quién va a querer ayudarme a MÍ? En cuanto alguien se diese cuenta de mi problema lo usaría sin piedad en mi contra. ¡Sería mi ruina que se supiera! ¡Y mi única oportunidad de desquitarme se arruinó!
Inadvertido para las hermanas, una pequeña sombra se alejaba del dojo Tendo. Ya había escuchado lo suficiente, era en días como este que Sasuke odiaba su trabajo.
Sin embargo, la pequeña sombra no pasó desapercibida para la hermana mayor, quien esperaba fuera del dojo.
Dentro, Akane seguía pensando en opciones.
—Tal vez Cologne pueda…
—Tal vez, pero las amazonas y yo no estamos en los mejores términos y no quiero darle material a Shampoo para un nuevo apodo. Con chica mercenaria me basta.
Akane se quedó callada y Nabiki aprovechó para acomodarse de nuevo su cabello falso. Al mirarla de nuevo pudo notar que la peluca era más oscura que su cabello normal. Ahora tenía sentido la conducta de Nabiki de las últimas semanas.
—Nabiki, yo…
—Déjalo, Akane, ya es tarde —dijo Nabiki con sorprendente calma—. Papá y el tío no tardarán en volver, además Ranma puede regresar en cualquier momento. Vamos a la casa.
Akane se quedó confundida por la actitud de su hermana, estaba en calma y en control otra vez, era como si no hubiese sucedido nada. Tal vez su actitud fría y calmada era una máscara, una forma de lidiar con los problemas. Por un momento Akane se preguntó cuántas cosas se había perdido sobre su hermana por caer en semejante máscara.
—¡Espera, Nabiki, yo…!
Las puertas del dojo se abrieron y Akane se llevó su segunda gran sorpresa del día.
—¿Terminaron de hablar? Je,je. Bueno, por el volumen de sus gritos me sorprende que los vecinos no vinieran. Tal vez ya estén acostumbrados al ruido.
—Kasumi, ¿qué fue lo que te pasó? —murmuró Nabiki totalmente sorprendida.
—¿Tengo algo mal? —Preguntó Kasumi de forma inocente y luego añadió:— Por tu cara parece que hubieses visto un fantasma, hermana.
—Tu cabello —dijo por fin Akane.
—Decidí que era tiempo de un cambio. ¿Qué opinan?
Kasumi lucía un corte de cabello nuevo, su pelo era aún más corto que el de la misma Akane.
—Se ve bien —dijo Akane.
—Gracias —dijo Kasumi con una sonrisa—, me inspiré un poco en un personaje de Sailor Moon, creo que se llama Haruka. —Luego agregó:— Y ahora que ambas han terminado de desahogarse espero que hagan las paces. Ya encontraremos la forma de resolver los problemas, pero debemos mantenernos unidas. No quiero nada de rencores entre hermanas.
—Bien —dijo Nabiki extendiendo la mano hacia Akane.
Akane no tomó la mano de su hermana sino que le dio un furioso abrazo.
—Voy a buscar una manera.
Nabiki no dijo nada pero su mirada estaba ligeramente empañada.
—Bien, así me gusta —dijo Kasumi con una sonrisa—. Por el volumen de sus gritos pude enterarme de la mayoría de lo que sucede.
Por alguna razón las hermanas encontraron el piso del dojo muy interesante, ya que no dejaban de mirarlo.
—Pero los detalles que me faltan quiero escucharlos con un poco de té —dijo Kasumi y añadió—: Creo que la ocasión amerita un poco de mi reserva especial para calmar los nervios, les vendría bien a ambas.
Rara era la mejor manera para describir la situación.
Nabiki aún no terminaba de adaptase a la nueva imagen de su hermana mayor. De algún modo, cuando pensaba en Kasumi siempre estaba presente su habitual mandil y su peinado. Era la misma persona que viera en la mañana, pero algo se sentía diferente.
Por si eso no fuera poco, su impulsiva y temperamental hermanita menor estaba mostrando una faceta desconocida para ella cuando les contaba de qué manera había engañado a las niñas de San Baco para que le diesen voluntariamente la cinta. Tal vez raro no era la palabra adecuada, pero era… peculiar descubrir facetas nuevas en sus hermanas.
O quizá se tratase del té especial de Kasumi. Aquel brebaje tenía un sabor amargo, casi oleoso al paladar. Pero el ambiente era tan agradable que ella no quería romperlo con quejas. Aunque las miradas ocasionales que su hermana Kasumi le estaba dando eran raras, casi como si estuviera disfrutando alguna especie de broma privada.
Un momento después el humor de Nabiki se estropeó un poco cuando su cabello falso se movió y cayó a su lado.
—Oh, genial, esta cosa no se sostiene y…
Nabiki se quedó callada por las miradas que le estaban dando sus hermanas. Ambas estaban sonriendo. Por un momento se sintió traicionada, por el hecho de que Akane y Kasumi encontraran el pequeño accidente divertido.
Un momento… ellas no se estaban riendo. ¡Ellas estaban sonriendo!
—¿Qué pasa?
Kasumi levantó un espejo de mano (convenientemente oculto bajo una almohada) y lo colocó frente a Nabiki.
La hermana de en medio miro el confundido reflejo de una joven de cabello largo.
Le tomó un par de segundos darse cuenta de que era ella. Luego tomó un mechón de cabello castaño y lo tocó como si no creyera que era suyo.
—Oh, por Dios.
Un cometa marrón se arrojó sobre Kasumi balbuceando agradecimientos.
—Pude conseguir ayuda de la anciana Cologne. Pero este remedio fue un poco más complicado que el bigote de dragón.
De hecho era un hechizo en el cual Kasumi había ofrendado algo de su propio cabello como pago, pero eso no era algo que su hermana necesitara saber. Hora de ponerse serias.
—Me alegra que la poción funcionara tan bien, eso es un problema menos en la lista —dijo Kasumi con una sonrisa—. Sin embargo, —añadió con una voz firme y una mirada muy seria— esto no puede repetirse. Estuvimos muy cerca del desastre. Algo tiene que cambiar, estas locuras tienen que parar ahora.
En esa plática varios compromisos muy importantes fueron hechos. Esa fue la primera de muchas discusiones de las hermanas Tendo.
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—¡Akane! ¡Akane! ¿Dónde estás? Pasó algo con Kodachi y no lo vas a creer…
El joven de la trenza detuvo su discurso al notar que su prometida estaba acompañada por dos chicas desconocidas.
—Oh, tenemos visitas.
Dicho eso fue a buscar una camisa que no estuviese hecha un harapo para estar más presentable.
Risitas colectivas.
—¿Pueden creer que Ranma no se dio cuenta?
—Bueno, ya que no nos reconoció podemos jugarle una pequeña broma.
—Nabiki…
—Oye, si la reina de hielo está oficialmente fuera, por lo menos déjame hacer algunas bromas inofensivas.
—Bien —dijo Akane levemente interesada—. ¿Qué tienes en mente?
Nabiki susurró varias palabras. Y sus hermanas comenzaron a dar risitas leves. Luego, las tres se colocaron en posición para esperar a Ranma.
El heredero Saotome eligió ese momento para volver. Y Akane hizo las presentaciones.
—Ranma, quiero presentarte a tu nueva prometida —dijo Akane con voz molesta—, Kyone Kusanagi.
La joven de cabello castaño hizo una educada reverencia sin decir nada. Mantuvo una mirada baja, con lo cual sus ojos quedaron ocultos por su larga cabellera marrón.
—¡¿Qué?!
—Justo lo que dije —añadió Akane con voz más molesta—. Papá dice que ellas se van a quedar a vivir con nosotros desde hoy. —Luego añadió—: Algo con lo que SEGURO tú vas a estar feliz, ¿verdad?
—Bue… bueno yo… yo no… ¡Oye tú! —dijo Ranma apuntando a la chica de cabello largo—. ¡Di algo!
—Es un placer conocerte, futuro esposo —dijo la joven con voz suave y recatada.
—Yo soy tu otra prometida, Yagami Kuu, espero que…—comenzó a decir la joven de cabello corto. Pero al mirar el rostro lleno de pánico de Ranma comenzó a reír sin parar.
—Oh vamos, Kasumi, arruinaste la broma —reclamó Nabiki.
Tomó un rato para que las risas se detuvieran. Al final Ranma encontró su voz de nuevo.
—… ¿Nabiki?... ¡¿Kasumi?!
—Wow… ustedes dos se ven… se ven… wow.
—Tomaré eso como un cumplido, Ranma-kun —dijo Kasumi con una sonrisa coqueta en su rostro—. Ahora, ¿qué decías sobre Kodachi-san?
—Oh sí—dijo Ranma con una sonrisa tonta en su cara—. No entiendo cómo pasó, pero Kodachi ya no va a perseguirme más. De alguna forma terminó conmigo.
—Eso es muy triste de escuchar, Ranma-kun —luego añadió Kasumi—: pero con el tiempo algunas cosas tienen que terminar o cambiar.
Ranma perdió por completo el sub mensaje de las palabras de Kasumi. Pero las hermanas Tendo no.
—Supongo que eso es bueno —dijo Akane—, pero cuéntanos qué pasó desde el principio.
—Bueno, antes de llegar con Kodachi tuve una pelea con Ryoga. ¿Sabías que aprendió un nuevo movimiento llamado Soryuu-Repa?
—Ranma-bebé, te desvías del tema —dijo Nabiki con una sonrisa—. ¿Qué pasó con Kodachi?
—Ah sí, bueno. Cuando llegue a la escuela de Kodachi…
oOo
Kodachi miraba las fotografías que le había traído Sasuke con un humor ligeramente divertido. Quién hubiera pensado en la feliz coincidencia de que la vulgar mercenaria tuviera el champú correcto para hacer que su bomba de color le quemara el cabello. ¡Qué felicidad!, la chica usaría una peluca por siempre. Todavía mejor era que por la fotografía parecía estar en una pelea con su vulgar hermana. Kodachi ya no tenía que hacer nada con la campesina, seguramente la tonta caería en las mentiras de Ranma, condenándola a una vida de miseria a su lado.
Ese era un castigo apropiado para la vulgar niña.
—Kodachi-sempai, es su turno para elegir la canción del karaoke.
Kodachi sonrió con eso.
La vida era buena.
oOo
La mañana comenzaba con algunas locuras para los residentes del dojo Tendo. No las normales, pero sí locuras.
—Vámonos, Ranma, se nos hace tarde.
—Ya voy, es solo que no me acostumbro a este tonto uniforme.
—Aww, Ranma-kun está incómodo con el uniforme —dijo su prometida con una sonrisa coqueta—. Me preguntó qué podrá hacer su prometida para hacerlo sentir mejor.
—A... Akane —respondió el chico totalmente sonrojado, pero con una sonrisa tonta en su rostro.
La pareja se encaminó a la salida y Akane se despidió de su hermana.
—Buena suerte en tu nueva escuela, Nabiki.
—Gracias, nos vemos para cenar.
Akane sonrió. Las cosas cambiaban, pero esta vez para mejor.
Nabiki alisó con cuidado su nuevo uniforme escolar, el color gris no era su favorito, pero le quedaba bien.
Hoy sería un buen día.
En la cocina, Kasumi dio un suspiro feliz. Y luego encaró a los hombres frente a ella. Hora de ver si había aprendido bien los trucos de Akane.
—Bueno, papá, les dejo una lista muy detallada de los ingredientes que quiero que compren para preparar la comida.
—Pero, hija, yo no sé de estas cosas. Además, tengo cosas importantes que hacer con el señor Saotome.
—Pero, papá… yo creí... creí que me querías ayudar —dijo Kasumi con una mirada muy triste en su rostro—. Últimamente me he sentido tan cansada por las labores de la casa que creí que podía pedirle un poco de apoyo a mi papi en lo que fuera —Luego la joven se enjuagó una lágrima invisible—, pero ya veo que me equivoqué. Bien, iré yo misma.
—De acuerdo. Iremos.
—Gracias, papá —respondió Kasumi con su sonrisa feliz de siempre.
—¿Qué pasa contigo, Tendo? No tenemos tiempo para esto.
—Oh, sí que tenemos —dijo Soun adoptando una pose dramática—. Mi niña está muy sensible estos días, puede deprimirse por la falta de ayuda en la casa y dejar que Akane cocine la cena de nuevo.
—Al mercado entonces, Tendo.
—Y no se salgan del presupuesto —añadió Kasumi.
Y así la pareja de padres idiotas salió a enfrentar a los mañosos vendedores locales.
Kasumi dio un suspiro contento. Ahora tendría calma en la casa y suficiente tiempo para estudiar. Al sacar sus libros dijo a nadie en particular.
—Hoy será un buen día.
-FIN-
Notas Finales:
Dos personajes complejos por decir lo menos. Durante la escritura de este fic me pregunté muchas veces quién merecía ganar, si Nabiki o Kodachi. El hecho de hacer ganar a una provocaba que la otra fuera humillada. Por lo cual me di a la tarea de hacer que las dos ganaran. La delirante lógica de Kodachi puede parecer absurda, pero de hecho son dos situaciones muy comunes, por un lado tenemos la presión de un grupo sobre un solo individuo y por el otro tenemos el auto-engaño creativo. Personajes que ajustan la realidad para que coincida con lo que desean o necesitan creer es algo muy común en Ranma 1/2. Para Nabiki también es de mucho peso su imagen pública, además de que su auto imagen sufre un fuerte golpe que la deja en una situación muy vulnerable. Finalmente, en el caso de Kasumi quise mostrarla en una faceta de hermana lo cual le da mayor flexibilidad que si fuera en un rol de madre. En un principio ella recuperaría su cabello con un poco de la poción, pero quise mostrar que de algún modo ella también cambió por esta situación.
Si aún con todo lo dicho quieres la victoria para Nabiki o Kodachi, sugiero que revises lo que cada una obtuvo al final. Te sorprenderás.
Fhrey