Un sudor frío recorrió la espalda de Gintoki Sakata, aquel que fue temido como el gran Shiroyasha ahora era el temeroso de solo pensar en lo que vendría.
Era de madrugada, lentamente abría los ojos pensando que de nueva cuenta había sido atrapado por un kanashibari, su cuerpo estaba débil, le costaba trabajo el intentar levantarse por lo que se rindió en el primer intento, estiró su mano a un lado sintiendo algo, una caja de pañuelos marca scotchie, los mismos que le habían regalado los del clan Yagiuu.
— ¿Que demonios hacen aquí? ¿Y porque están vacíos? — se preguntó viendo que uno de los pañuelos estaba echo bolita —Ju-ju... ¡Jugo de Gintoki!—
No era el único pañuelo, siguió con su mirada por el camino hasta la puerta de la habitación logrando ver el montón de pañuelos tirados y arrugados, ¿que demonios había pasado anoche? ¿tan desesperado estaba que se acabó una caja de pañuelos de alta calidad?, intentó levantarse de nuevo pero no pudo hacerlo, con un ligero temor se giró encontrándose con una cabellera rubia a su lado.
— ¡ESTO DEBE SER UNA JODIDA BROMA, DE SEGURO ESA VIEJA BRUJA Y LAS DEMÁS INTENTAN DARME UNA LECCIÓN DE NUEVO!— gritaba mentalmente recordando la broma pesada que le habían hecho la última vez que bebió, y es que esto solo podía ser otra de sus bromas, y es que despertar en su futon al lado de la semidesnuda cortesana de la muerte era algo inimaginable, de seguro bebió demás anoche y ella se ofreció para gastarle una broma, solamente había un problema, y es que... — ¡Yo no bebí anoche!—
Ciertamente, el samurái no había tomado ni una sola gota de alcohol la noche anterior.
«¡Haaa! ¡Tranquilo Gintoki-San, debes calmarte, recuerda!» pensaba intentando poder moverse ya que no podía mover su brazo puesto que este estaba siendo usado como almohada por la chica que se giró a él y lo abrazó mientras ponía una cara de seriedad, rápidamente, y para evitar que despertase, colocó su mano en su cabeza y la pegó mas a el para que se sintiera segura «¿¡Porque sonríe!?» se preguntaba al verla sonreír en armonía mientras cruzaba su pierna por arriba de él «¡Oiiiii!» quería gritar pero se contuvo, su kimono estaba desarreglada dejando al aire sus senos que se presionaban en su costado.
—hnm, Gintoki...— decía dormida acomodando su cabeza sobre el hombro del samurái para quedar cara a cara.
Gintoki observó su rostro mientras dormía, su nerviosismo y terror de pronto se desvaneció, lentamente utilizó los dedos de su otra mano para despejar su rostro por el cual colgaban algunos mechones de su desordenado cabello, pasó uno de sus dedos por esas cicatrices que mostraban lo fuerte que era en realidad, sonrió al acariciar su mejilla y ver que al parecer lo disfrutaba pero rápidamente negó con la cabeza.
—¿Que haces Gintoki? concentrate— se dijo empezando a recordar desde la noche anterior — Veamos... yo estaba solo cuando llegó Tsukuyo, ella venía normal, tampoco había tomado nada de alcohol...—
Era verdad, Tsukuyo había ido a la Yorozuya por orden de Hinowa, debía regresar pronto para continuar con la vigilancia nocturna de Yoshiwara por lo que llevaba prisa.
Llegó a su destino y tocó al timbre, inhaló un poco de su kiseru y lo retuvo por un momento para después exhalar el humo justo en el momento que Gintoki corría la puerta.
—Oi, no le hablamos al exterminador ni nada parecido, no tenemos ninguna plaga así que lleva tu humo a otra parte que me molestas— decía el peliplata después de haber tosido por culpa del humo —Oh, si eres tu Tsukuyo, ¿que diablos quieres?— preguntó rascando su trasero con su mano derecha y con la izquierda se tallaba los ojos.
— ¿Qu-que?— su rostro se puso rojo y un remolino apareció en la pupila de sus ojos al verlo vestir solamente se ropa interior con dibujos de fresa y su yukata sobre los hombros para cubrirse de lo fresco del clima — ¿¡Que demonios estas haciendo!?— gritó exasperada golpeando su rostro.
— ¿¡Porque!?— se sobaba tirado en el piso.
— ¡Kisama, ponte algo de ropa!— lo señaló.
—Tch, es mi casa, estaba dormido, además, eres de Yoshiwara, ya debes haber visto uno o dos hombre desnudos ¿no es así?— preguntó recibiendo un kunai en su frente de la cual brotó gran cantidad de sangre.
—Voy a pasar— dijo Tsukuyo entrando directo a la sala de estar pasando al lado del tipo que peleaba por detener la hemorragia — ¿Y Kagura? ¿Acaso ya se durmió?—
—No tengo idea— le respondió el samurái colocándose los pantalones para después sentarse en el sillón del frente y empezar a acomodarse la yukata que siempre usaba —Se fue a casa de la princesa Shoyo, de seguro deben estar despiertas mientras babean al ver revistas de chicos salidos de un manga shojo—
—ooh, así que eso es lo que hacen las chicas de hoy en día— decía ignorando que él se hurgaba la nariz con el dedo meñique.
—Y bien ¿a que has venido?—
—Encontramos a alguien que trafica de nuevo esta droga— respondió colocando una pastilla con forma de corazón que había sacado de la manga de su kimono —Queremos que nos ayudes a encontrarlo—
— ¿¡Eeeeh!? ¿Porque yo?—
—Es lo que yo me pregunto, eres repugnante, indecente, me das asco, te aprovecharás de la situación como aquella vez— decía para su molestia —Pero Hinowa pidió tu ayuda, salvador de Yoshiwara—
—Tch, que molestos son—
—Despreocupate, no será gratis—
— ¿hmm?— preguntó viendo como colocaba una tarjeta en la mesita frente a ellos — ¿Que es eso?—
—Un cupón valido para tres noches con nuestras mejores cortesanas—
— ¡No lo quiero!— gritó sorprendiendo a Tsukuyo que no se esperó ver que rompiera la tarjeta frente a ella — ¡Solo quiero beber en paz, cuando voy por Yoshiwara para beber, todas y cada una de ellas me agobia! Maldita sea, yo solo quiero un trago servido por una linda chica, no quiero acostarme con ella— sentenció mientras daba un masaje a su cuello y cerraba los ojos —No quiero que se me ofrezcan por ser el "salvador de Yoshiwara"—
La cortesana de la muerte agachó su cabeza tratando de ocultar su sonrisa alegre, lo dicho por Gintoki la tranquilizó un poco.
—Ejem— se aclaró la garganta antes de seguir —De acuerdo, después te lo pagaré—
—Oi oi oi, ¿es que acaso no me oíste? No quiero acostarme con nadie, no me podrás seducir con tu sensual cuerpo—
— ¡Ki-kisama!— gritó avergonzada por su comentario — ¡Yo hablaba de un pudin y cosas así!—
—Okey, ya empiezas a hablar mi lenguaje— habló con acento extranjero —Ahora guarda bien esa cosa, no quiero que ocurra de nuevo, me irá mal si terminó oliendolo frente a ti—
—Hoo, ¿acaso tienes miedo de enamorarte de mi?— sonrió arrogante mientras daba otra calada sin notar que una pequeña ceniza había salido de su kiseru y cayó sobre el corazón.
—No, tengo miedo de que me mates, ¿ya olvidaste lo que me hiciste cuando por error toqué uno de tus pechos?— preguntó fastidiado al contrario de ella que se avergonzó por completo —Una cortesana que no soporta que toques una de sus tetas es muy poco profesional— negaba con desaprobación.
—No tengo problema con que un hombre me toque el pecho, es solo que tu me das asco— decía mientras el humo salía de golpe dejando perplejos a los dos.
Los rostros de ambos se oscurecieron al ver la gran cantidad de humo color rosa, varias gotas de sudor cayeron al piso al recordar todo lo que alguna vez sucedió.
— ¡No lo huelas!—
—blurrggwb— Gintoki cayó de espaldas con Tsukuyo encima de él y a su lado la pastilla de corazón que terminó por esfumarse —Oi...— dijo ruborizado al tener sus manos en el busto de la chica.
— "aah" Gintoki~— trató de evitar gemir pero solo provocó que Gintoki se sonrojase aun mas —Idiota, deja de tocarme—
—Entonces quitate de encima— le dijo para que ambos quedaran en silencio, sus ojos se encontraron mientras un fondo rosa aparecía detrás de ellos — ¡Haaaa!— gritó quitándola de encima para pararse de inmediato y empezar a caminar de un lado a otro —Esto es malo, muy malo, debo salir de aquí— se decía viendo que la chica se ponía de pie frente a él y mantenía la mirada oculta — ¡Haaa! ¡Lo lamento! ¡No fue mi intención! ¡No volverá a suceder!— exclamó para empezar a caminar a la salida pero ella lo detuvo al tomar la manga de su yukata.
El samurái se detuvo un tanto confuso, lentamente giró su cabeza encontrándose con la ruborizada Tsukuyo que desviaba la mirada a cada rato.
—Oi, ¿Te iras después de lo que hiciste?— preguntó intimidante provocando que un hormigueo recorriera su cuerpo al sentir un aura oscura provenir de él.
—Disculpa...—
—No importa— le interrumpió ella —Si... si... si eres tu no me importaría dejar que los tocaras— tomó valor e intentó seguir mirándolo a la cara —Solo... no te vayas—
—Tsun... Tsun... ¿¡Tsundere!?—
Gintoki sintió el latido de su corazón, su respiración se hacia cada vez mas pesada y su cara estaba muy roja por la vergüenza, el verla a ella actuar de esa manera le provocaba algo, con rapidez se giró y tomó su muñeca para jalarla a él y abrazarla por la cintura.
Tsukuyo se sorprendió por la brusquedad con la que Gintoki la pegó a el pero no le importó, el sentirlo tan cerca de su cuerpo lo compensaba, levantó su mirada con un poco de vergüenza y sintió el choque de su respiración.
—Esto que siento... ¿es por la droga?— preguntó Gintoki tratando de contenerse de acariciar su mejilla —Yo creo que solo me esta dando el valor que necesitaba—
—No lo se... pero no me arrepentiré de nada...— se acercó a él para poder besarlo por un corto tiempo —Porque te amo desde hace mucho— dijo con sinceridad mientras le sonreía feliz —En verdad te amo—
Tsukuyo lo empujó hasta el sillón donde cayó sentado, aflojó su kimono y se sentó sobre sus piernas permitiendo que Gintoki abriera su escote para poder...
«¡STOOOOOOP! ¡Ya no necesito recordar nada mas!» sacudió su cabeza para después cerrar los ojos y tallarse la cara con su mano—Así que eso pasó... menos mal que Shinpachi y Kagura no estaban— cerró los ojos para meditar.
—Gintoki— habló temerosa Tsukuyo al ver la expresión de su rostro, el mencionado la miró a los ojos para después sonreír solamente haciendo que se confundiera y mas aún cuando el la abrazó.
—Así que... lo hicimos— dijo sonriendo de lado.
—je, no te preocupes— dijo Tsukyo para intentar ponerse de pie —Fue por culpa de...—
—Eso no es verdad— le interrumpió impidiendo que se pudiera separar de él.
— ¿Gi-Gintoki?— estaba sorprendida.
—"aah"— suspiró —No te vayas... tan solo... tan solo quedate conmigo aunque sea un poco más— pidió sin abrir sus párpados —Quiero seguir disfrutando de este sueño—
Tsukuyo lo miraba estupefacta, ella no se lo esperaba para nada, pero de alguna manera se sentía alegre, el poder estar a su lado a pesar de saber que todo lo que hicieron fue producto de una droga, el poder sentir el calor de su cuerpo, poder acariciar su pecho que mostraba algunas cicatrices producidas por cientos de batallas, la herida de un kunai que recibió por ella en la pelea contra Hosen.
—Si...— dijo entrelazando sus manos para acariciar la cicatriz que tenía en ella —Fue un hermoso sueño y yo tampoco quiero que termine— se armó de valor para besar su mejilla sintiendo que Gintoki la pegaba mas a él y apretaba su mano entrelazada sacando una sonrisa en ella.
Ciertamente era muy vergonzoso para ella pero después de todo lo que habían hecho, mantener abierto su kimono dejando visibles sus pechos y el no tener su ropa interior mientras lo abrazaba sin duda era muy vergonzoso pero a la vez placentero, y no solo para ella, se acomodó mejor mientras Gintoki jalaba el cobertor para poder taparse, se giró hacia Tsukuyo para poder abrazarla con ambos brazos de manera posesiva y cerró los ojos disfrutando del olor de su cabello.
«Tenías razón Hinowa» pensó escondiendo su rostro en su pecho "Yo... en verdad... a este intento de hombre... lo amo» cerró los ojos para continuar con el sueño que ya se había echo realidad.
Unas horas después...
— ¡Haaaa!— gritó Gintoki sentándose de golpe.
— ¿Que pasa Gintoki?— le preguntó ella mientras intentaba cubrirse un poco.
— ¡Son las ocho de la mañana!—
— ¿Y eso que?—
— ¡Sinpachi está a punto de llegar!— dijo exasperado mientras que Tsukuyo ensanchaba lentamente los ojos.
—Va-vamos... no creo que sea tan puntual —
—Hoy es viernes, Shinpachi siempre llega a las ocho y media para lavar la ropa—
— ¿¡Porque demonios el lava la ropa!? ¿¡Acaso es tu madre!?— gritó mientras lo señalaba.
—ah... ah... ah... ah, debo limpiar todo— tomó el bote de basura y empezó a recoger el montón de pañuelos — ¡Oye, ¿Que no piensas ayudar?! ¿¡O que!? ¡Eh! ¡Ayudame a limpiar!—
— ¿¡Eres idiota!? ¡Yo no tocare esos pañuelos!—
— ¡Oye! ¡Tu fuiste la que se los acabó!— la señaló provocando que se avergonzara aun mas al recordarlo — ¡Tu te limpiaste con ellos!—
— ¡No lo hubiera echo si al menos tuvieras buena puntería!—
— ¡Yo si tengo buena puntería! ¡Gin-San siempre sacaba diez en educación física!—
— ¡No me importa! ¡¿Y que tiene que ver esto con educación física?!—
— ¡Haaa!— gritaba Gintoki alborotando su cabello con desespero — ¡Como sea, solo ve a bañarte y dame tu ropa para meterla en la lavadora!—
— ¡Pe-Pe-Pe ¿Pero que dices?!—
— ¡Oiiii, que no te avergüence mas, ya nos vimos todo anoche, no te preocupes por pequeñeces!—
—Pero...—
— ¡Ya deja de actuar como quinceañera! ¡De acuerdo, está bien, ve a bañarte y deja tu ropa afuera para que pueda meterla en la lavadora!—
—Puedo bañarme en casa, no te preocupes—
—No-no-no-no-no, si Hinowa te ve así estaremos en problemas... ¡Yosh!— decía secando el sudor de su frente después de haber terminado de limpiar la habitación —Shinpachi llegará a las 8:30, apresurate para que después pueda bañarme yo, mientras iré a ver lo demás y arreglar... ¿hmm?— se giró al sentir que tiraban de su yukata.
—S-si no te importa... bañemonos juntos— dijo sonrojada tratando de mirarlo a los ojos pero cada vez desviaba la mirada mientras que a él le temblaba una ceja — ¡No te confundas, es solo para ahorrar tiempo...! no es como si en verdad quisiera bañarme contigo ni nada parecido—
— ¡Blarrg!— escupió sangre por la boca «¡¿Como es posible que su parte dere haya provocado que Gin-San sintiera esto?!» se preguntó al ver la manera en que ella actuaba —Bu~bu~bueno, jeje, tal vez tengas razón, ehjeje... ¡Solo es para ahorrar tiempo ¿no?!—
— ¡Exacto!... no es como si quisiera bañarme contigo ni nada parecido—
Después...
—"aah" — suspiraba Tsukuyo recargándose con los brazos cruzados en el borde de la bañera, observaba atentamente a Gintoki que estaba sentado en el banco con una toalla sobre su entrepierna mientras masajeaba su cuero cabelludo para que el shampo produjera mas espuma.
—Debe ser una molestia el tener que lavar tu cabello— dijo Tsukuyo intentando iniciar una conversación para quitar la tensión que había entre los dos.
— ¿eh? Ah... la verdad si, pero después de tantos años ya me he acostumbrado a él— respondió quedando de nuevo en silencio, ladeó su cabeza para ver que Tsukuyo intentaba decir algo y estiraba su brazo tratando de alcanzarlo pero se había arrepentido de hacerlo —"aah' Tsukky—
— ¿¡Eeh!?— se exaltó al escuchar la manera en que le había llamado.
— ¿Te importaría ayudarme a lavar mi cabello?—
— ¿Eh? ¿Yo? Pero...— decía siendo observada por esos ojos de pez muerto —Si, me gustaría ayudar a lavarte el cabello— sonrió mientras tomaba la toalla para poder cubrirse mientras Gintoki recargaba sus brazos en sus rodillas y cerraba los ojos.
—A-aquí voy— dijo esperando a que afirmara con la cabeza —hoo, se siente como un muñeco de peluche— decía al momento en que tallaba con sus manos esa permanente natural.
—Oi oi, se mas gentil— le dijo Gintoki mirándola de reojo, Tuskuyo pudo notar que el sonreía por lo que simplemente asintió y continuó con lo que hacia.
— ¡Gin-San, ya llegué!— anunció Shinpachi entrando por la puerta pero se detuvo de golpe al escuchar un desgarrador grito provenir del baño.
— ¡Oiiiii!— gritó Gintoki con lágrimas en sus ojos mientras observaba que Tsukuyo tenía cabellos entre sus dedos y mantenía una mirada de estupefacción — ¡Oye, ¿Que crees que...?!— no pudo terminar ya que taparon su boca.
—"sssh"— ella resbaló con el jabón y ambos cayeron al suelo.
— ¡Ittte!— gritó Gintoki sobando su cabeza mientras se retorcía en el piso por el dolor de golpearse contra la llave de la regadera.
— ¿¡Gin-San!?— gritó Shinpachi intentando entrar pero no pudo abrir ya que la puerta tenía seguro — ¿¡Gin-San!? ¡Gin-San! ¿¡Estas bien!?—
—Oi, dile algo a Shinpachi porque está intentando entrar— le decía Tsukuyo un tanto inquieta por la situación.
—Descuida Shinpachi, es solo que me cayó shampo en los ojos—
—En verdad, creí que te había pasado algo... ten cuidado por favor—
—Ah sí, no te preocupes— dijo aliviado de que no hayan sido descubiertos.
—Oye, ¿ahora que hacemos?— cuestionó Tsukuyo con nerviosismo.
— ¡Como si lo supiera! ¡No debimos haber echo esto desde un principio!—
— ¡Si ni siquiera te negaste!—
—Bueno, por ahora saldré yo primero—
—Oh, Gin-San, ¿Cuanto tiempo vas a tardar ahí?, mi hermana preparó el desayuno y me cayó mal, quiero entrar al baño—
— ¡Whaaaaa! ¿¡Porque ahora!? ¡Shinpachi, ¿Que acaso tus padres nunca te enseñaron que no debes comer materia oscura?! ¡Maldito idiota!—
— ¡Oi, esto es malo, si sales él querrá entrar de inmediato!— dijo Tukuyo con nerviosismo.
—hmm, eso no es buena idea, un virgen como el... podría intentar atacarte sin ponerse a pensar en la consecuencias—
— ¿Qu-que?— retrocedió un paso —No digas idioteces, después de todo hablamos de Shinp...— se quedó callada un momento al haber analizado la situación —Será mejor no arriesgarnos. Entonces ¿que hacemos?—
— ¡La ventana!— exclamó subiéndose al banco para intentar abrir la ventana — ¿Que diablos? ¡Está trabada!— decía apretando los dientes con fuerza.
—Detente, vas a...— "crack" el agarre de la ventana se partió en dos — ¡Te lo dije!—
— ¡No me dijiste nada! ¡Si me lo hubieras dicho antes hubiera sido capaz de abrirla pero tuviste que tardar demasiado!—
— ¡No trates de echarme la culpa!—
—Demonios, ¿Ahora que?—
—Gin-San, ¿tu prendiste la lavadora?— preguntó Shinpachi.
—Oh... si... estoy lavando mi traje—
—Eso no está bien Gin-San, la ropa debe lavarse junta para no desperdiciar agua y se debe separar por color—
— ¡Callate! ¡Es mi traje favorito, no vayas a echar nada mas ahí ¿me oíste?! ¡Ni se te ocurra abrir la tapa, bastardo! ¡Escucha bien mocoso! ¡Hazle caso a tu jefe!—
—Gin-San, ¿No será que... tuviste ese tipo de sueños con Kutsuno Anna?— preguntó indiferente.
— ¡Claro que no!— gritó exasperado el permanentado al ver lo molesta que estaba Tsukuyo — ¡Es solo mi traje!—
—De acuerdo, cuando termine meteré el resto de la ropa— Shinpachi se amarró el mandil y colocó una bandana sobre su cabeza antes de empezar a barrer.
—Esto es malo, ¿que pasará cuando encuentre mi kimono en la lavadora?— preguntó Tsukuyo empezando a caminar de un lado a otro.
—Tranquila, tengo una idea, yo distraigo a Shinpachi mientras tu sacas el kimono de la lavadora—
— ¡¿Y que quieres que haga con mi ropa mojada?!—
—Eso no importa, ponte mi ropa qué está a un lado, está sucia pero puedes volver a bañarte cuando llegues—
— ¡¿Yo ponerme tu ropa?!—
— ¡Maldita sea! ¡No te sonrojes! ¿¡Porque lo haces!?—
—Pe-pero...—
—¡Haaa! ¡Ya basta! ¡Solo hazlo!—
—D-de acuerdo... pero no te confundas eh, no lo hago por ti—
— ¡No es momento para ser una tsundere!— gritó exasperado mientras apretaba su cabeza —Como sea, solo vámonos—
—O-oh...—
Aferrándose a una estrategia arriesgada, los dos apretaron con fuerza sus toallas, debían estar alertas ya que un virgen como Shinpachi podría descubrirlos en cualquier momento, salieron a hurtadillas observando a todos lados pero estaban seguros ya que escuchaban como las gafas cantaban una canción de Otsu, se detuvieron en la entrada y Gintoki indicó que podía seguir, con cuidado cruzó por el pasillo deteniéndose de inmediato al ver a las gafas pero por suerte aun seguía de espaldas.
"Tock" "Tock" "Tock" alguien tocó a la puerta tres veces seguidas, Gintoki y Tsukuyo brincaron en su lugar y empezaron a correr despavoridos pero sin hacer ningún ruido, por suerte Shinpachi no había escuchado a la primera.
— ¡Oye Gintoki! ¡Paga la renta, maldito vago!— era la vieja... era Otose, maldita suerte, corrieron rápidamente al baño para poder esconderse — ¡Ahora no escaparás, Catherine está bloquendo la ventana del baño!—
— ¡El triangulo de las bermudas!— no había escapatoria y ambos lo sabían, no quedaba nada por hacer, se dieron por vencidos al escuchar que abrían la puerta permitiéndole el paso a la anciana.
Ambos se miraron a los ojos y se sonrieron, no quedaba nada que hacer hasta que una luz iluminó a Gintoki al ver su reflejo en el espejo, ¡En hora buena!
— ¡Rapido, al espejo!—
— ¿eh? ¿espejo?— preguntó confundida hasta que observó a Gintoki bajar el cristal mostrando el espacio en el que la acosadora los había intentado espiar una vez — ¿¡Para que demonios es eso!?—
— ¡Deja de preguntar y metete adentro, así no nos descubrirán!—
—Ah si, Gin-San está tomando un baño— decía Shinpachi entrando al baño con Otose pasando por el frente del espejo — ¿Are? Ya no esta—
—Ese desgraciado, de seguro escapó, je, tal como se esperaría de Shiroyasha, ni siquiera la gata ladrona se dio cuenta— decía con una sonrisa orgullosa mientras fumaba su cigarro ante la mirada de...
— ¡Oiiii! ¿¡Porque te metiste tu también!? ¡Este lugar es muy angosto y se suponía que solamente yo tenía que esconderme!—
—No tenía de otra, la vieja bruja vino a cobrar la renta y no tengo ni un yen—
—Si pero... ¿¡Teníamos que quedarnos en está posición!?— exclamó con su cara roja en extremo ya que Gintoki estaba sobre ella que tenía las piernas abiertas y sus pechos eran usados como almohadas, sin mencionar que estaban desnudos y húmedos — ¡Kisama!— me refiero a que estaban húmedos porque venían saliendo de la regadera — ¡Narra eso desde un principio!— oh, lo lamento, es que quiero terminar de escribir para poder ir a ver mi novela.
— ¡Oye, el narrador no tiene que meterse en la historia!— pero es que... — ¡Nada de "pero es que", ¿acaso te hace falta tanta atención?, conformate con jugar con nuestras vidas de esta manera!— de acuerdo, de acuerdo, es solo que Pedoro estaba a punto de ir a ayudar a... — ¡Esa no es una novela, es una película, y sigue narrando de una jodida vez que esta posición nos está incomodando a ambos!— "aaah" — ¿¡Porque demonios suspiras!?— continuando con la historia —Bien, sigue con tu trabajo— los dos empezaron a excitarse demasiado ignorando por completo lo que sucedía detrás del cristal, Tsukuyo dijo "ooh Gintoki" de forma sensual provocando que Gintoki tuviera una gran erecci... — ¡Oiiiii!—
— ¿¡Quien demonios te crees para decir eso!?— gritó ella pero en el fondo sabía perfectamente que esperaba por ello lo cual provocó que se sonrojase.
— ¡Hey! ¿¡Acaso quieres convertir esto en un relato hentai o algo así!? ¡No juegues con nosotros! ¿verdad TsukuYOOOO? ¿Porque estas sonrojada? ¿porque desvías la mirada, EH? No me digas... ¿¡En verdad querías que eso pasara!?—
—No... bueno... no es que no quiera, además... tu también estás sonrojado—
— ¿Eh?— y ahí fue donde Gintoki finalmente se dio cuenta, el le dijo —Te amo— "Quiero tener mas sex* contigo" — ¡Desgraciado, ¿Ahora tampoco nos dejaras hablar? ¡Es tu primer historia ¿no?, continúa con ella si no quieres que los lectores se aburran!— oh, es verdad, "ejem" me aclaré la garganta — ¿¡A quien le importa eso!?— y proseguí.
—Hijikata-San, ¿No sientes como que estas siendo observado por alguien y que nuestras vidas de pronto han sido controladas por alguien más?—
—Hmm, tienes razón Sougo— decían los del Shinsemgumi.
— ¿¡Porque!? ¿¡Como cojones es que llegaron los del Shinsengumi!? ¿¡Te saltaste una parte de la historia!? ¡Regresa y narralo de nuevo!— ooh, entiendo Gin-San, es momento de un Flash Back — ¡Que no!—
Flash Back.
Hijikata y Sougo no tenían nada que hacer por lo que decidieron ir al Yorozuya para conseguir un poco mas de protagonismo.
Fin Flash Back.
— ¿¡Eso fue todo!? ¡No necesitabas un Flash Back para narrar eso!— continuemos la historia — ¿¡Vas a ignorarme!?—
—"aah" Oye Gintoki, no seas "aah" tan brusco "aah"— decía Tsukuyo con su respiración agitada mientras Gintoki quedaba hipnotizado con su rostro que se veía muy hermoso aún en ese estado.
—Por cierto, ¿donde está Danna? — preguntaba Sougo intentando cortarle el cuello a Hijikata con su katana pero falló por solo unos milímetros —Tch, incluso en este fic no puedo matar a Hijikata-San—
— ¡Narrador bastardo, incluso aquí estoy en peligro!— los policías siempre corren peligro de ser asesinados por sus compañeros, ¿no es así, Sougo?
—Hoo, me gusta este narrador— ejem —Entonces, Sougo recorrió con la mirada todo el lugar notando las marcas de las pisadas—
— ¡Oi! ¿¡Porque ahora Sougo es el narrador!?—
Tranquilo Toushi —Le dijo el narrador—
— ¡Kora! ¡Has bien tu trabajo, y no me llames Toushi de nuevo o cometerás sepukku!—
—Tch, Hijikata-San siempre tan aguafiestas, hubiera preferido que Danna se quedara en su cuerpo— tienes razón, mejor alguien que tiene azúcar en vez de mayonesa en el cerebro, tal vez en uno de los siguientes capítulos vuelvan a cambiar de cuerpos —hoo, eso sería una buena idea, y haz uno donde finalmente lo pueda matar— no, mejor ¿que tal si solamente lo dejas paralítico y sin los dedos de ambas manos?, de esa manera también dejaría de ser el vice-comandante —Tienes buenas ideas, ¿que te parece si las discutimos después?— claro, cuando quieras.
—Parece ser que Hijikata-San la tiene difícil, Okita-San se ha juntado con el narrador, creí que este sería un fic normal de Gintama—
—Bueno, Gintama no es algo normal después de todo, el manga lo escribe un gorila y este fic lo escribe un chimpancé— dijeron las gafas y el cadáver viviente.
— ¡Ya basta, narra bien la historia!—
—Oigan, yo también quiero mas protagonismo— dijo Catherine entrando al baño para después irse de nuevo ya que al narrador no se le ocurre nada respecto a ella — ¡Cabron, me vengaré!— gritaba saliendo sin rencor alguno.
—Sigo sintiendo que alguien nos observa— dijo Sougo-San observando al espejo.
— ¿¡Sougo-San!?— preguntaron estupefactos ya que yo solamente respeto a Sougo-San.
—Oh, no es necesario tanto respeto, tan solo dime Sougo, dos sádicos puedes ser buenos amigos— d-de acuerdo, no es como si quisiera hacerlo, de verdad, no lo hago por ti.
—Oi, ahora el narrador esta actuando todo tsundere, me está molestando— decía Toushi sin saber que ahora mismo su ración de mayonesa extra que tenía detrás de los mangas de To Love Ruu estaba siendo consumida por una gran cantidad de ratones que había puesto Sougo-Sa... Sougo — ¡Malditos sean!— gritó corriendo a toda prisa dejando a Sougo sonriendo con satisfacción.
—Bueno, tengo que ir a ver la cara de Hijikata-San cuando descubra que todo fue una mentira, gracias Narrador-San— je, no tienes por que agradecer, los sádicos del mundo debemos ayudarnos entre si, hoy por ti...—Y mañana por el narrador, no lo olvidare— se retiró sin saber que en realidad los verdaderos sádicos no tienen amigos, en verdad no sabe lo que le espera.
— ¿A que vinieron esos dos?— preguntó Shinpachi empezando a caminar junto con Otose.
—Ni idea— respondió siendo escoltada por Shinpachi hasta la salida del Yorozuya —Dile a ese permanente natural que pague la renta—
—Oh, lo lamento, yo se lo diré— dijo inclinándose para actuar como un lame botas «Espero que este fic no tenga comentarios para que el narrador no quiera segur escribiendo»
Oigan, ya dejen los besos para después, les he dado una oportunidad, no la desperdicien por su lujuria.
— ¡No nos estábamos besando!— hoo, ¿en verdad?
—Si... so-solamente estaba sintiendo la temperatura de sus labios— respondió Tsukuyo de forma apresurada.
— ¡Eso es! Ya sabes, cuando alguien tiene fiebre siempre juntan sus frentes ¿no?, pues ahora yo tenía fiebre en los labios— jejeje, no se preocupen, yo entiendo, los dejaré solos a partir de aquí.
—Parece ser que ya se fueron— decía Tsukuyo moviéndose un poco quedando helada y con un sonrojo en sus mejillas —Oi Gintoki... ¿en verdad?—
—Ignoralo—
—Pero...—
—Te dije que lo ignores—
— ¿¡Como quieres que lo ignore si puedo sentirlo entre mis piernas!?—
—Perdón... ya bajara—
—No quiero que lo haga—
— ¿Eeh!?— no tubo tiempo de confundirse ya que Tsukuyo quitó la toalla de su cintura, el espacio era muy reducido pero tenían lo suficiente como para moverse, lo tomó de su cabellera plateada y lo jaló a ella para besarlo con brusquedad, ahora no tenían el efecto de ninguna droga y aun así estaban dispuestos a seguir con eso hasta el final, se separaron unos segundos para verse a los ojos y con ello supieron que querían seguir por lo cual volvieron a besarse.
— ¡¿Sadaharu?! ¿Que te pasa-aru?— se detuvieron de inmediato al escuchar la voz de aquella persona y el ladrido de su mascota.
— ¿Que pasa Kagura-Chan? Estaba a punto de sacar la ropa de la lavadora para poder meter la demás—
—Es Sadaharu, está muy inquieto-aru— lo soltó para dejar que vaya directo al baño donde recargó sus patas delanteras en el cristal — ¿Que pasa chico?—
—Tal vez Sacchan-San está ahí metida de nuevo, ¡tal vez por eso Gin-San ha desaparecido!— gritó Shinpachi provocando que varias gotas de sudor empezaran a caer de los rostros de Gintoki y Tsukuyo.
— ¿¡Que dices megane!? ¿¡Gin-Chan desapareció-aru!? ¡Maldita acosadora, te enseñare a no molestar mas a Gin-Chan-aru!— gritó pateando el cristal que se rompió en mil pedazos dejando ver a la pareja de desnudos con los ojos de forma rectangular y la boca pequeña.
— ¿Eh?— preguntaron los mas jóvenes mientras Sadaharu se tapaba los ojos con su pata.
—ejejejeje, chicos, ¿alguna vez les hablaron sobre la abejita y la flor?— preguntó Gintoki notando como una venita se remarcaba en su mejilla y lo miraban de manera despreciable, lo único que pudo hacer fue seguir riendo como idiota mientras que Tsukuyo se tapaba un poco mas con la toalla de Gintoki.