San Miguel de Tucumán, Argentina. Jueves, 6 de abril de 2017. 1:47 hs-
Notas iniciales de Sioa: Declaimer: Inuyasha no me pertenece, es propiedad de Rumiko Takahashi. No hago esto con fines de lucro.
Fuera de eso, espero que este fic sea de su agrado. El titulo está en duda, quizás lo cambie porque esto es algo que salió así muy de volada. Por ahora no tengo advertencias. Espero lo disfruten y déjenme decirles. LEAN LAS NOTAS FINALES. Es importante. ¡Gracias!
Encontrando algo que proteger.
Capítulo 1: ¿Qué está pasando?
By Sioa Shun Uchiha-san.
-¡Deseo que te destruyas!- En medio de la obscuridad en el interior de la perla de Shikon, Kagome había formulado finalmente su deseo. Apretando fuertemente las manos de Inuyasha quien permanecía a su lado después del dulce beso que le había entregado.
Los dos sentían miedo, un miedo abrumador por lo que podría pasar, todo era incierto en ese puto. La guerra contra Naraku finalmente había terminado, la perla estaba completa y el deseo "perfecto" había sido formulado, sin embargo, ninguno de los dos sabía que pasaría después.
La luz cegadora que los envolvía mientras la perla se trisaba frente a sus desconcertadas miradas fue acompañada de una ráfaga tal que los obligo a separarse. Kagome se sintió arrastrada por ese deslumbrante resplandor, succionada como si se tratara del mismísimo Kazana de Miroku.
-¡INUYASHA!.- Gritó con desesperación Kagome, estirando sus brazos a él mientras lo veía desaparecer en la negrura perpetua. ¿Qué pasaría ahora? ¿Estaba siendo arrastrada a su época? Aún estaba severamente herida por la devastadora batalla final, todavía estaba confundida por todo, no sabía siquiera como había llegado al interior de la joya o cómo fue posible que el Hanyou la siguiera ahí.
Cerró los ojos con afán, sintiendo el vacío en su interior como si estuviera siendo arrastrada desde dentro, completamente mareada. Todo era blanco con destellos indescriptibles a su alrededor y se sintió como si llevara siglos siendo arrastrada a la mismísima nada.
Entonces un golpe la trajo a la realidad. Entreabrió sus ojos asustada de lo que podría encontrar. Todo a su al rededor era bosque, uno que no reconocía en lo más mínimo. Veía fuego en la lejanía, nada tenía sentido. La cabeza le dolía, las heridas la estaban matado, todo se volvió aún más difuso y finalmente perdió el conocimiento. -Inu-yasha…- Alcanzó a jadear con sus últimas fuerzas antes de quedar totalmente inconsciente.
Abrió los ojos, e intentó mover su cuerpo, sintiéndolo pesado. Parpadeo un par de veces, intentado acostumbrar su nublada visión a su entorno, descubriendo que era ya de noche. Con cuidado y un gran esfuerzo se levantó del suelo. -¿Dónde…? ¿Dónde estoy?- Se cuestionó y comenzó a caminar con paso lento, cauteloso. Desconocía totalmente ese lugar, y comenzaba a asustarse. -¡INUYASHA! ¡SANGO! ¡MONJE MIROKU! ¡SHIPPO! ¡KIRARA!- Gritó intentado encontrar algo que le fuera remotamente familiar.
Arrastraba sus piernas, demasiado lastimada como para poder moverse con libertad, cada vez más y más angustiada. ¿Dónde estaban todos? ¿Dónde estaba ella?. -¡JOVEN KOUGA! ¡SESSHOMARU! ¡ALGUIEN! ¡POR FAVOR!- Comenzó a gritar ya totalmente desesperada, intentado correr, fue en ese momento, que con la visión borrosa nuevamente por el dolor, y suponía también que por la pérdida de sangre, vislumbro la larga cabellera platinada, la mullida estola peluda, y el destello de una armadura, que sin lugar a dudas ella reconocía, y que en ese momento, contra todo pronóstico, estaba demasiado feliz de ver.
Sin pensar un maldito segundo en lo que hacía, demasiado esperanzada por encontrar una figura conocida e ignorando totalmente su deplorable estado, obligó a sus piernas a correr en dirección a ese demonio.
-¡SESSHOMARU! ¡SESSHOMARU!... ¡SESSHOMARU, AYÚDAME POR FAVOR! – Gritó con los ojos nublados por las lágrimas que la confusión que sentía estaba haciéndole derramar. -¡Gracias al cielo! ¡Se—Sesshomaru! – Continuaba gritando a medida que se acercaba notando la sangre que escurría y manchaba el suelo, recordando inmediatamente que, en medio de la batalla, el medio hermano mayor de Inuyasha se había interpuesto entre ella y un ataque de Naraku, salvándose así la vida.
Se le estaba haciendo eterna la distancia entre ella y el Youkai, pero cuando finalmente lo tuvo cerca, se arrojó sobre él, más por una cuestión de que su propio cuerpo ya no podía sostenerla que por otra cosa, y se aferró como pudo a mokomoko. -Sesshomaru, estas muy herido… ¡Gracias! ¡Gracias por protegerme!- Afirmó, sintiendo que el demonio se giraba para encararla, y seguramente matarla por atreverse a tocarlo de esa manera tan indigna, pero no le importaba, en ese momento eran tantas las emociones, que no podía medir bajo ningún concepto el riesgo al que se exponía.
Levantando la vista en dirección al poderoso Inugami, sus ojos se agrandaron a toda su capacidad, sintiendo que casi podían caerse de sus cuencas y soltó al demonio como si el contacto con el mismo pudiera quemar sus manos. Retrocedió, uno, dos, tres pasos y finalmente cayo sentada en el suelo.
-N—No puede… Esto no puede… ¡Esto es imposible!. – Afirmó con un hilo de voz, mientras llevaba una mano a tapar su boca y más lagrimas descendían de sus mejillas ante la mirada totalmente atónita del hombre parado frente a ella.
-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.
Estaba destrozado. Su orgullo Youkai era lo único que le permitía caminar por ese bosque de manera medianamente decente.
Sabía que no iba a sobrevivir, sus heridas eran demasiadas, incluso para una persona tan poderosa como lo era él. Sin embargo, aún tenía algo que hacer. Necesitaba llegar a Totosai, entregarle sus espadas y las explicaciones claras de lo que debía hacer, tenía que emplear sus últimas fuerzas en eso. En lo demás ya había cumplido, su cachorro e Izayoi estaban a salvo, Inuyasha crecería bajo el cuidado de su madre, los había salvado a ambos a costa de su propia vida.
Fue entonces que mientras andaba con un caminar rápido pero forzado escuchó la voz de una mujer, una voz tan desesperada que le causo un estremecimiento, sin embargo decidió ignorarla totalmente. Nada tenía que ver con él, podía percibir el olor a sangre humana en la misma dirección de la que venía la voz.
Siguió caminado, o al menos lo intento, cuando su agudo oído, pese a estar aturdido por sus múltiples heridas y su débil estado, pudo captar el nombre de su hijo escapar de la boca de esa mujer. Aquella jovencita estaba llamando a Sesshomaru con una desesperación tal que se le hacía completamente inverosímil, e involuntariamente detuvo totalmente su andar. ¿Qué demonios hacía una joven humana clamando de esa forma por su hijo en medio del bosque cercano a donde acababa de tener una batalla en pos de proteger a su recién nacido cachorro y su amada Izayoi?.
Tan aturdido se encontró, que apenas pudo volver a reaccionar en el momeno en que esa humana se abrazó a él, aferrándose a su mokomoko mientras agradecía con vehemencia a "Sesshomaru" por haberla protegido ¿En qué clase de universo paralelo estaba? ¿Cómo era posible que una humana lo confundiera con su hijo? Además, por sobre tal hecho, estaba que afirmara haber sido protegida por Sesshomaru ¿Estaba ya muerto y no se había percatado de ello?
Fue entonces que se giró para encararla, las ropas de esa jovencita eran por demás indecentes, pero estaba terriblemente herida, le sorprendía que siendo una simple humana aun tuviera fuerza para mantenerse en pie. La cabellera negra y ondulada desprendía olor a tierra, sangre humana y Youkai, e incluso podía percibir en ella el inconfundible aroma de Sesshomaru, pero lo que sin dudas lo hizo abrir sus ojos como nunca en su vida fue la esencia de su recién nacido cachorro, Inuyasha, también sobre ella. ¿Qué mierda estaba pasando ahí? En serio debía de estar muerto.
Entonces esa chica alzó su mirada a él, encontrándose con unos ojos marrones llenos de angustia, confusión y finalmente los vio llenarse de sorpresa y horror, mientras retrocedía con andar atolondrado y caer abruptamente al piso, murmurando y tartamudeando con incredulidad.
-Mujer… ¿Quien rayos eres? - Habló con rudeza, avanzado un paso en su dirección, mientras la veía petrificarse de miedo ante él. Cosa, que, siendo honestos, le parecía divertida y ciertamente halagadora.
-I-I—Inu… no… Taisho…- Jadeó aterrada la jovencita, temblando frente a él. -Entonces…. Entonces estoy… ¡Estoy muerta!- Gritó aferrándose a sus cabellos con ambas manos. -¡E—Eso no puede ser!... – Sollozó, aferrando la mano libre a su pecho, apretando con desesperación la camiseta de su uniforme escolar.
-¡Humana!- Gruñó autoritariamente, en un tono fuerte e intimidante, haciendo que escupiera una gran porción de sangre. - ¡No estás muerta! ¡Contesta! ¿Quién rayos eres? – Exigió una repuesta, mientras desenvainaba a Tessaiga.
Kagome entonces detuvo su llanto, y elevó su vista al demonio frente a ella. No se culpaba en absoluto por haberlo confundido con Sesshomaru, eran muy parecidos, aunque llevaba el cabello recogido en una coleta, no sabía cómo no se había dado cuenta de eso antes, y las marcas en su rostro eran de color azul obscuro, pero en ese mismo momento detuvo su escrutinio. ¡El gran general perro estaba terriblemente herido! El padre de Inuyasha estaba en peligro, ¡Tenía que hacer algo!
Incapaz de pensar, obedeció a su naturaleza primordial, ayudar a quien lo necesitara.
-¡Eso no importa ahora! Señor Inu no Taisho, usted se encuentra gravemente herido. - Dijo, mirando a los profundo y ambarinos ojos del mayor. -¡Déjeme ayudarlo! ¡Soy sacerdotisa! ¡Si usted continua así podría morir! - Afirmó aterrada, levantándose del suelo de un salto, olvidando sus heridas, ignorando su dolor, e ignorando totalmente que ese demonio la estaba amenazando con una espada de la que conocía de sobra su destructivo poder. Podía ser convertida en simple polvo con un solo maldito movimiento, y, aun así, ese "pequeñísimo detalle" se le olvidó por completo ante la prioridad de curar al sujeto.
Touga estaba totalmente desconcertado, parpadeo un par de veces, e iba a atacar a esa sospechosa mujer que se acercaba a él, más se mantuvo quieto, todo eso le intrigaba, le intrigaba más de lo que podía admitir ¿Por qué una sacerdotisa querría ayudarlo? ¿Por qué una sacerdotisa tenía el aroma de sus hijos sobre ella? ¿Por qué una humana se había aferrado a él con desesperación al confundirlo con Sesshomaru? Las fuerzas lo estaban abandonando y antes de darse cuenta había soltado a Tessaiga y caído inconsciente, impactando su imponente cuerpo contra el suelo de improvisto.
- Continuara.
Notas finales de Sioa: Bueno…. ¿qué mierda esto? ¡NO TENGO NI PUTA IDEA!
¿Qué les pareció esta deformidad?
Espero que al menos les pareciera algo medianamente aceptable.
Sé que es extremadamente corto para un primer capítulo, pero estoy puliendo un poco la idea.
Este mi primer, primerísimo fic de Inuyasha, asique denme una oportunidad, será la primera vez que tomé esta fabulosa historia para mis creaciones.
NOTAS IMPORTANTES: Gente quiero que entiendan una cosa, este fic no sigue al pie de la letra los sucesos del manga o del anime, sin embargo daré todo de mi para que los personajes se mantengan lo más fieles a lo original posible, claro excepto Touga Inu no Taisho, porque ciertamente se sabe poco y nada de él asique me tomaré algunas libertados con respecto a su personalidad.
Este fic, tengo pensado tenga como pareja principal a Kagome y Sesshomaru, pero bueno, eso se verá, quizás ustedes puedan hacerme cambiar de opinión a lo largo del fic, sin embargo esa es mi idea inicial.
Otro punto a aclarar, es que estoy acostumbrada a escribir Yaoi, hace años que no escribo algo de una pareja hetero, estoy un poco fuera de mi zona de confort, pero me gusta la aventura, hace rato que buscaba algo diferente.
Advierto me demoro bastante en actualizar por lo general, pero intentare que no sea así con esta historia.
Por favor déjenme sus comentarios, todo es bien recibido siempre y cuando venga desde el respeto. Ustedes como mis lectores me pueden ayudar mucho a crecer y ¿Quién sabe? ¿Quizás termine aventurándome a escribir más cosas como estas?
Bueno, los amo, creo que no tengo nada más que añadir.
Lo veré en la actualización.
Besitos.