Hola, hola, perdón por el retraso, pero tengo buenas noticias (que son malas para ustedes lol) Conseguí un trabajo (que no puede ser trabajo porque no me pagan) de leer libros a personas que no pueden hacerlo (Tiene algún tipo de discapacidad visual o cognitiva) y como no hay suficientes libros, tengo que escribir yo misma algunos de ellos (Pero son cuentos cortos) Me encanta hacerlo, todos ponen mucha atención y siempre están felices de escucharlos. Pero lamentablemente absorbe mucho de mi tiempo y me quita espacio para continuar esta historia. Aún así, intentaré en la medida de lo posible sacar adelante este fanfic. Porque está por llegar a la parte buena (En serio, no saben lo que les espera)

Y como ya parle demasiado, solo queda decir: Espero que les guste este capitulo.


Capítulo 12: Amenazas a la vista

Todos en la sala miramos con asombro como el líquido llegaba de una punta del artefacto a la otra, todos parecían paralizados por un momento. Aguante mi respiración, aún no sé porque, pero el mundo parecía tan silencioso en ese momento que temía romper con esa tranquilidad.

-Imposible –Dijo de repente Lalianna.

-Sí, algo debe haber salido mal –Puntualizó Miiko.

-¿Disculpen? ¿Están sugiriendo qué yo me equivoque? –Preguntó ofendido Ezarel.

-Aun así… -Murmuró Miiko mientras volteaba a verme, tenía los ojos abiertos como platos. Cuando me di cuenta, todos en la sala me veían con los ojos desmesuradamente abiertos.

-96%... –Murmuró Ezarel. Luego llevó su mano a su boca cubriéndola por el asombro. Si Ezarel no estaba haciendo bromas de inmediato, era por algo…

No hacían otra cosa más que mirarme atónitos, a cada segundo me estresaba más.

-¡Pero digan algo! No se queden con la boca abierta todo el rato –No pude evitar gritar. Entonces miré a Nevra, en busca de ayuda, pero este tenía la cara más poética que lo hubiera visto hacer. Tenía pequeñas lagrimillas en los ojos y se veía muy sorprendido, pero mordía su labio inferior al mismo tiempo -¿Nadie va a decir nada? –Pregunté a nadie en específico.

-Aún no lo entiendes… –Murmuró Miiko sin despegarme la vista –Técnicamente hablando, podrías reproducirte contigo misma. Si fueras asexual como una planta, claro está.

-Esto… ¿Y ahora qué? –Cuestioné, entonces voltee a ver a Nevra nuevamente. Pero este parecía haberse quedado mudo. Intenté animarlo a hablar pero este se negaba.

-¿Celebramos? –Interrogó Ezarel con su típica sonrisa burlesca, obviamente quería dispersar la tensión. Por lo que estaba muy agradecida con el elfo.

-No me caería mal un par de copas –Seguí el juego para desviar la atención de mi persona.

Internamente agradecí a Ezarel por aligerar el ambiente, todos parecían tan tensos por el resultado. Pero debía admitir que me consolaba mucho el saber que no era infértil… Aunque sonara egoísta.

Todos salimos de la Sala con diferentes destinos, solo Ezarel se quedó. Miiko se fue con Lalianna quien no dejaba de mirarme de manera… sospechosa.

-¿Tienes algo que hacer? –Le pregunté a Nevra.

-… No –Su respuesta fue simple pero no pude evitar sentir como si no me estuviese diciendo algo.

-¿Qué te ocurre? –Cuestioné.

-¿No te das cuenta, verdad? –Me preguntó como si se suponía que yo supiera la respuesta.

-¿De que soy una Diosa de la fertilidad? Ya lo había notado –Mi tonó era soberbio, pero era porque quería aligerar la situación.

-Además de eso… -Nevra estaba… sonrojado.

-¿Qué ocurre? –Pregunté.

-Nada… Solo estoy feliz por ti –Respondió simplemente, luego empezó a caminar seguramente hacia el comedor. No habíamos comido nada aún.

-Dime –Le exigí cuando le di alcance.

-Eh… yo… -Se pasó una mano detrás de la nuca en un gesto de incomodidad -¿Podemos hablar de esto luego? No sé cómo decirlo y tengo hambre.

-Vale, pero ya dijiste que hablaríamos de ello y no te puedes retractar –Puntualicé "triunfalmente".

Caminamos hasta el susodicho lugar y comimos, durante todo el almuerzo, pues ya era la hora de la comida, Nevra parecía distraído. Yo le comentaba lo que había hecho el día anterior.

-Ykhar piensa que los brownies son mejores que las sirenas –Expliqué lo que había hablado con la susodicha el día anterior –Pero, no sé, respirar bajo el agua debe ser grandioso. Además, no creo que los brownies tengan muchas habilidades, además de la… -Entonces me di cuenta, nuevamente, de que el vampiro me ignoraba -¡Nevra!

-¿Eh? ¿Qué?... Sí, sí, sirenas y… -Empezó torpemente –Tienes toda la razón –Finalizó completamente perdido. A lo que me crucé de brazos.

-Si no quieres escucharme simplemente dilo y dejaré de hablar –Propuse asteada.

-¿Qué dices, mi amor? Si tu voz es lo que le da vida a mis días –Profirió galantemente. Nuestros asientos estaban contiguos, por lo que le fue sencillo pasar un brazo por mis hombros –No te enojes –Me dijo mientras con su otra mano me tomaba del mentón.

-Me vas a decir que te ocurre –No le pregunté, le ordené que me dijera.

Eso pareció sacarlo de su zona de confort, pues retiro su brazo y empezó a jugar con su comida.

-Este… Aquí no, ¿vale? ¿Qué dices si vamos a tu habitación? -¿Por qué todas las charlas importantes eran en mi habitación?

-De acuerdo –Concordé.

Terminamos con nuestra comida muy lentamente, era extraño pues parecía que ninguno de los dos tuviera realmente hambre, más bien matábamos el tiempo.

-¿Puedes esperarme en tu habitación? –Preguntó Nevra cuando salimos del comedor, o más bien Karuto nos hecho pues ocupábamos una mesa que podría servirle a alguien más.

-¿Tienes algo que hacer? –Interrogué.

-Oh, ¿No puedes vivir sin tu amado? –Empezó a molestarme –Te puedo llevar en mis brazos si así lo deseas –Tenía ese tono caballeresco mientras tocaba su cabello.

-¿Sabes qué? Olvídalo –Le dije mientras empezaba a caminar a mi habitación. En el camino me di cuenta de que lo había sobreactuado para evadir mi pregunta…

¿Era mi imaginación o todos me veían raro? Sentía las miradas penetrar detrás de mí nuca a cada paso que daba. Escuchaba murmullos sueltos. ¿Lo sabrían? Imposible, las noticias no volaban tan rápidamente.

Intenté ignorarlos y continuar mi camino. Ese día en especial parecía haber mucha gente en CG, incluso miembros que nunca había visto antes en mi vida.

Cuando llegué a mi habitación puede escuchar, entre cuchicheos, como alguien mencionaba la palabra "prueba". Esto me dejo helada, ¿estarían hablando de mí? ¿Se referían tal vez a cualquier otra prueba? Negué con la cabeza intentando alejar esos pensamientos. Abrí la puerta de mi habitación y entré cerrándola sin mirar atrás. ¿Por qué de repente estaba tan paranoica? Ni siquiera me sentía así cuando recién había llegado y todos me evitaban por ser "humana".

Me senté en mi cama para pensar, primero los resultados de mi prueba habían sido desalentadores, cuando me había hecho a la idea de que sería así para siempre, me confirmaron de que estos no eran míos, sino de Nevra…

Nevra tenía un 4% de fertilidad, imposible concebir a menos… A menos de que tuviera a su lado a una Diosa de la fertilidad

Abrí los ojos desmesuradamente, ¡Es que seré idiota! ¡Esa era la razón de la incomodidad de Nevra! Yo era altamente fértil, él se había resignado. Yo tenía un 96% que pensándolo bien era la máxima… ¿puntuación? Que se hubiese tenido, por lo menos dentro de la última generación. Eso nos daba a Nevra y a mí un… 100% de fertilidad.

Los colores subieron a mi rostro cuando toda esa información llegó de golpe a mi cabeza. No me lo podía creer, era como si hiciésemos un círculo perfecto él y yo. Y no solo eso, ya habíamos… ¡Oh Dios! ¡Podría perfectamente estar embarazada!

Llevé mis manos a mi vientre por inercia. ¿Y si lo estaba? Yo… No sabría qué hacer si lo estuviera…

Fue entonces que recordé todo lo relacionado a mi período, que tenía meses de no llegar… Pero eso no tenía sentido, ¿Realmente me estaba volviendo longeva? Y si era así ¿También afectaba mi período para quedar embarazada? ¿O no tenía nada que ver? Tantas preguntas agolpándose rápidamente me hicieron marear. Necesitaba ver a Nevra, tenía que preguntarle por todo aquello y lo necesitaba de inmediato.

Como si lo estuviese invocando, el vampiro apareció en mi puerta sin titubear. Yo me puse de pie como un resorte, quería respuestas.

-¡Nevra! ¿Te das cuenta de que somos compatibles? ¿De qué no hemos utilizado protección nunca? ¡Hemos sido muy descuidados! ¿Qué tal si estoy embarazada? ¡No puedo estarlo! ¡No estoy lista para estarlo! -Al decirlo todo de golpe el aire me faltó casi de inmediato, aproveche a inhalar mientras caminaba a paso firme hacia él. Levanté la vista pues él siempre me había sacado casi una cabeza de altura, lo miré directamente a los ojos.

Su rostro estaba a principió sorprendido, pero luego pasó a uno más serio.

-Ya había considerado todas las posibilidades –Me dijo en un tono que asemejaba la melancolía –¿Te dolería tanto estarlo? –Tenía los ojos como de cachorro regañado, parecía dolerle mi estado de alarma.

-Nevra, yo… -No sabía que decirle, tenía miedo a lo desconocido –No estoy lista… -Repetí.

-No me lo tomes a mal, pero en mi cabeza no cabe posibilidad alguna por la que no quieras estarlo, todos aquí estaríamos felices de recibir una noticia parecida –Sus palabras eran hirientes, era como si me recriminara por tener miedo. Tal vez porque en Eldarya era tan difícil reproducirse, él no entendía mi pesar.

-No lo entiendes, no me siento preparada psicológicamente para esto. Fui estúpida y descuidada, lo sé. Pero debí haber visto las probabilidades. Yo… -Mordí mi labio inferior.

Entonces, por cómo se estaba tomando los hechos tan mal, hizo algo que no creí nunca que haría. Me abrazo, no un abrazo cariñoso, sino uno protector, reconfortante, uno con el que me decía que todo estaría bien. Sus brazos apretaban con firmeza mis costados y su barbilla pasó a descansar sobre mi cabeza.

-No entiendo como esto que creía que sería un momento de felicidad se ha tornado en un momento de angustia –Reveló en un susurro –Pero sea como ocurran los hechos… Debes saber que siempre estaré ahí para ti cuando me necesites. Contigo, hasta el fin del mundo, mi amor.

Decir que sus palabras levantaban un poco el peso de mi temeroso corazón era poco. No sé qué es lo que tiene Nevra pero siempre ha sabido limpiar mis penas y hacerme ver el lado positivo.

-Nevra –Había algo que tenía que dejar claro, por lo que lo tomé del rostro con ambas manos para que me mirara directamente –No pienses que esto tiene que ver contigo… El hecho de que no me siento preparada es personal –No quería que pensara que no quería dar ese paso tan importante porque fuese con él.

-Lo sé, no te preocupes –Besó mi frente como tantas veces lo había hecho –Tal vez no entienda tu posición, pero como tu pareja estoy para ti y siempre te apoyaré en lo que necesites –Finalizó.

Nos miramos por unos momentos, era como si el tiempo se hubiera detenido, no había ruido, no había movimiento, solo estábamos él y yo abrazados. Mis labios encontraron los suyos rápidamente, necesitaba ese beso, tan cálido y reconfortante.

Había pasado alrededor de una hora. Nos encontrábamos abrazados, debajo de las sábanas en mi habitación. Estaba abrazada a Nevra mientras mi cabeza descansaba en su brazo, podía sonar irónico, pero era la primera vez que nos encontrábamos en esa situación con toda nuestra ropa aún puesta.

-¿En qué piensas? –Me preguntó luego de un rato, en el que solo escuchaba nuestras respiraciones y veía su pecho subir y bajar suavemente.

-Estoy pensando en la eventualidad –Respondí –En qué pasaría si, y una infinita lista de probabilidades me atormentan, para serte franca.

Lo sentí acomodarse mejor y voltearse ligeramente hacia mí.

-No quiero ser pesado, pero ¿podrías explicarme como el hecho de que podrías estar embarazada es algo malo? –Pidió en un tono muy suave, era como si intentara entenderme.

-Porque nunca había pensado en ello… Nunca había recabado en la más mínima posibilidad de verme a mí misma criando a un niño… -Expliqué.

-¿Y no podrías hacerte a la mentalidad? –Cuestionó –Me refiero a que… Tienes la oportunidad, pero no la aprovechas. ¿Cómo no podrías desearlo? Todos en esta Guardia darían un riñón, tal vez incluso más, por tener esa oportunidad.

-Sé que suena egoísta desde ese punto de vista, pero en la tierra es muy diferente, nos enseñan de otra manera… -No sabía si sentirme mal por no desearlo tanto como él. Colocó una mano sobre mi cabello y empezó a acariciarlo. Suspiró profundamente como dándose fuerzas para lo que estaba a punto de decir.

-Desde que salieron a la luz mis propios resultados, todas mis esperanzas se esfumaron casi de inmediato. Me hice a la idea de que nunca estaría ni remotamente cerca de convertirme en padre –Sus palabras afloraban con tal sentimiento que creí que lloraría en cualquier momento –Y entonces llegaste tú –Su voz se quebró –Y me das estás nuevas esperanzas sin yo pedirlas y mueves mi mundo como quieres, y yo simplemente puedo sentarme y mirarte hacer conmigo lo que quieras porque me doy cuenta de que… Te amo. Y no puedo evitar permitirte hacer lo que quieras conmigo… -Decir que su confesión me había dejado sorprendida era poco. Era la primera vez que alguien me revelaba que realmente me amaba, sin haber salido del shock, él siguió hablando. Vi como una solitaria lágrima rodaba por su mejilla –Pero, es por este mismo sentimiento que me duele verte temerosa por lo que nos depara el futuro. Yo… Quisiera poder cumplir todos tus deseos y simplemente verte feliz.

Su confesión, sumado a todo lo que me había dicho, me había llenado de sentimientos encontrados. Solté el aire que no sabía que había estado conteniendo, era la segunda vez que veía a Nevra llorar. ¿Qué podía hacer? Me sentía atrapada entre estas dos situaciones y no podía evitar sentir que eran más grandes que mi persona.

Sin encontrar las palabas, hice tal vez lo más estúpido que podría haber hecho en ese momento. Me quede callada. Él acababa de confesarme su amor y yo no le dije nada.

Dormí esa noche con la incertidumbre de en qué estado habría quedado su corazón después de eso.

Ya era de mañana otra vez, desde hace mucho tiempo no me sentía tan revitalizada, quizá era porque había dormido bastantes más horas de las acostumbradas, por alguna extraña razón nadie me había despertado. Me levanté de la cama y abrí la cortina de golpe, era un día no muy amigable pero me tranquilizaba. Una lluvia inesperada caía sobre las llanuras de la Guardia de Eel. El olor a tierra mojada siempre me había gustado y solo podía pensar en una buena bebida caliente para iniciar el día.

Cuando ya me había alistado salí de mi habitación pensando en todo lo que había ocurrido el día anterior. Me sentía estúpida por no haberle respondido a Nevra, egoísta por no aprovechar la oportunidad de ser una diosa de la fertilidad, y temerosa por haber sido descuidada.

En el camino a desayunar me encontré con Ykhar, ella no me había visto y ya teníamos confianza, así que me acerque por detrás y le cubrí los ojos con mis manos.

-Adivina quién es –Dije con un tono más alegre de lo que creí que saldría.

-¿Alajéa? No tengo tiempo para juegos –Dijo mientras retiraba mis manos con algo de brusquedad –Estoy buscando a… -Entonces me miró -¡A ti! ¡Creí que eras Alajéa!

-Pues no –Respondí curiosa de saber para que me estaba buscando.

-¡Oh por el Oráculo! ¿Dónde estabas metida? ¡Todo el mundo anda hablando de ti! –Me reveló la brownie con ese sonido tan fuerte que creía me rompería los tímpanos.

-Ykhar, no grites –Le pude decir a penas mientras sentía como todo me daba vueltas.

-Perdón, perdón. ¡Pero es que no puedo creerlo! ¿96%? ¡Eso nunca había ocurrido! –Vale, sabía que eran chismosos en este lugar, pero eso era exagerado.

-Así que ya lo sabes, era de esperarse –Respondí resoplando un poco.

-¿Cómo puedes estar tan tranquila? –Interrogó la hibrida igual de conmocionada.

-Digamos que tengo mayores problemas de los que preocuparme, ¿sí?

-¿Quieres hablar de ello? –Ofreció con un deje de preocupación.

-Creo que me haría bien hablar con alguien –Opiné –Voy a desayunar, ¿vienes conmigo?

-¡Claro! –Respondió está. De inmediato emprendimos nuestro recorrido hasta el comedor.

-¿Sabes que nunca antes había ocurrido algo así? –Interrogó nuevamente la conejita antes de darle otro sorbo a su bebida –El índice más alto hasta la fecha había sido de 52%.

-Sí, Nevra me lo habrá dicho alguna vez –Yo ya hasta había olvidado eso, pero la brownie tenía una memoria prodigiosa.

-Incluso hubo una guerra… ¡Pero ella no tenía pareja! Ya sabes… Porque tú y Nevra… -De repente se veía incomoda, como si se le hubiese escapado aquel comentario.

-¿A qué te refieres con que ya tengo pareja? No soy un objeto ¿sabes? –Me sentí ligeramente ofendida, como si yo fuese a dejar que "compitieran" por mí.

-Te juro que mi comentario no fue con esa intención, es solo que… -Desvió la mirada levemente –Deberían tener cuidado.

-¿Qué? –Pregunté desconcertada -¿Quiénes?

-Bueno, tú y Nevra. Sobre todo tú… ¿Sabes? No es mentira lo de la guerra. Y ella no estaba de acuerdo, es una historia muy sombría en realidad –Explicó Ykhar. No sabía aquello.

-Creí que ella había tenido voz y voto. ¿No fue ella quien eligió que hacer al final? No pueden obligarla a algo así -¿Había interpretado todo mal?

-El corazón de las personas puede ser duro cuando se les niega algo que realmente desean –Expresó la brownie -¿Qué harías si alguien te negara estar con Nevra? –Su pregunta me tomó por sorpresa.

-Pelearía, haría berrinches, gritaría, haría cualquier cosa para estar con él –Respondí firmemente.

-¿Ves? Es porque realmente lo deseas. Si alguien quiere algo busca soluciones, sino, busca excusas –Me miró directamente a los ojos, tal vez al diferenciar un apiste de miedo en mis ojos resopló –Solo es una advertencia ¿sí? Los dos me caen muy bien y no quiero que les ocurra nada.

-Gracias, lo sé. De ahora en adelante estaré más atenta –Respondí. ¿Por qué las dudas embargaban ahora a mi corazón?

Terminamos nuestra comida en silencio, ¿yo? Estaba pensativa indagando en lo más profundo de mi mente si la situación en la que me encontraba era culpa mía, o simplemente cosas del destino.

Caminé por el CG un poco cabizbaja, me encontraba en el pasillo secundario, no había nada que hacer. Le había preguntado a Miiko y no tenía misiones, Karenn tenía lleno el equipo de limpieza, ni siquiera Mery estaba dispuesto a jugar un rato por la lluvia. Mire la hora, apenas pasaba del medio día. No había visto a Nevra pero sabía que se encontraba ordenando a sus mejores hombres para una misión en otro continente.

Eldarya era tan grande y yo no encontraba nada para hacer en esa inmensidad.

Fue entonces que choqué con alguien, o tal vez esa persona chocó conmigo.

-Lo siento, no vi por donde iba –Dije casi por inercia.

-No, no, fue completamente mi culpa –Respondió el otro, alto, de complexión robusta, ojos verdes y pelirrojo, de hecho era bastante guapo -¿No te hice daño o sí?

-Que va, estoy perfecta –Por alguna razón este chico se me hacía familiar.

-Es que a veces no veo por donde camino, siempre pensando en el otro mundo, que tonto soy –Volvió a comentar mientras se daba un pequeño toque en la cabeza.

-¿El otro mundo? –Pregunté.

-Sí, ya sabes, el mundo humano. Es tan fascinante –Opinó con aquella sonrisa. Algo no estaba bien…

-¿Te interesa el mundo humano? –Había algo dudoso en la actitud de este chico.

-¡Sí! Lo adoro, es tan fascinante. Si tan solo pudiera conocer a alguien de allí, que me hablara de como es. ¡Sería tan feliz! –Vociferó. Su actitud sobre actuada y los movimientos exagerados me dieron una idea muy clara de sus intenciones. Ykhar me había advertido de esto.

-Tal vez no lo sepas, pero yo soy del mundo humano –Le seguí el juego.

-¡No es cierto! Entonces debes contármelo todo –No dudaba, no preguntaba, esto estaba planeado desde antes de que nos chocáramos.

-¡Pues es tu día de suerte! –Declaré con una sonrisa –Justo hoy me han enviado a hacer un reporte acerca de las crestulas. Aquí no existen pero en mi mundo son de lo más comunes –Mentí.

-¡No me digas! ¡Siempre había querido hablar de las crestulas! –Mintió el también –Ya sabes, porque aquí son tan raras y en tu mundo tan comunes, como tú misma lo has dicho. ¿Qué te parece si vamos a un lugar más apartado para hablar? –Cuestionó con la misma sonrisa hipócrita que me había estado mostrando desde el inicio.

-Oh, ¿entonces sabes lo que es una crestula?–Pregunté poniéndolo en jaque.

-Yo… Yo sé lo que son –Aseguró el pelirrojo –Pero la experta eres tú. Además jamás eh visto una.

-Nunca has visto una porque no existen –Revelé por fin –Ni aquí ni en mi mundo, porque lo acabo de inventar –Sostuve una mirada severa contra su gesto de sorpresa.

Enmudeció de inmediato, una vez que le había hecho esfumar su pequeño jueguecito su sonrisa se borró. Podía ver sudor rodar por su frente.

-Vale, me atrapaste –Indicó derrotado.

-¿Qué quieres? –Pregunté con un tono desafiante, para que no intentara mentir nuevamente.

-No quieras hacerte la fuerte conmigo. Sé perfectamente lo débil que eres –Habló con prepotencia –No me lo tomes a mal, ¿sí? Solo quería conocerte, charlar un poco, proponerte algo.

-No gracias, te lo puedes guardar porque ni siquiera quiero escucharlo –Anuncié cortante, estaba lista para emprender mi camino cuando él, osadamente, me tomó por la muñeca.

-¿Te iras sin siquiera escucharme? Estoy hablando del trato de tu vida. ¡Nadie jamás te propondrá algo mejor! ¿Aun así no quieres oírlo? –Interrogó forzadamente.

-¡Suéltame! No tengo porque escucharte –Intenté liberar mi mano, pero su agarre era poderoso.

-¡No puedo creerlo! Me tome muchas molestias para toparme contigo ahora ¿y no me darás una oportunidad?

Era obvio que no entendería por las buenas. Entonces recordé lo que Valkyon y Nevra me habían enseñado, miré sus piernas, tan juntas al creerme completamente indefensa. Solo bastó un pequeño giro sobre mi eje, un pequeño golpe en su corva derecha, y adiós grandulón. Cayó al piso sin saber que había ocurrido, me miró sorprendido con sus verdosos ojos muy abiertos.

-Para la próxima, intenta no descuidarte tanto –Puntualicé con aires de superioridad.

-No habrá una próxima –Escuché como alguien decía a mis espaldas –Porque si vuelves si quiera a intentarlo, la distancia entre tus pulmones será de un metro de distancia ¿entendiste? –Finalizó amenazante mientras caminaba hacia mí.

-¡Nevra! –Llamé sorprendida de verlo allí.

-¡Líder! –Vociferó el robusto hombre con el rostro pálido.

-¿Me has entendido? –Interrogó cuando llegó a mi lado y me tomó por la cintura pegándome a su cuerpo –Te doy dos segundos antes de que desaparezcas de mi vista. Y, por tu propio bien, que no vuelva a saber yo que siquiera volteas a ver en la misma dirección que mi mujer –Finalizó con el gesto sombrío.

No me di cuenta cuando el tipo ya iba al otro lado del pasillo, como alma que llevaba el diablo. Ni siquiera lo vi levantarse.

Miré a Nevra, tenía ese gesto tan varonil en su bello rostro, como listo para cazar.

-Gracias –Reconocí cuando sentí su agarre aflojarse.

-¿Por qué me agradeces? Si ya lo tenías por los suelo cuando yo llegué –Expresó un poco más relajado.

-Eso es gracias a ti… y a Valkyon –Declaré simplemente.

-Como sea, hay algo que tengo que hablar contigo –Reveló tan de repente que no le dio tiempo a mi corazón de acelerarse –La noticia acerca de tus resultados se hizo pública, y se ha quemado como la pólvora desde ayer, aún no sabemos quién publico los resultados pero todo el CG parece saberlo –Declaró cerrando los ojos… el ojo.

-Oh ¿Quién crees que publicó los resultados? ¿Miiko que quería mantenerlo en secreto? ¿Ezarel que es confidencial con los resultados? ¿O tu ex novia que me odia y sabe que así podría arruinar mi vida? –Interrogué irónicamente –Oh, ¿quién podrá ser? –Dramaticé.

-No creo que Lalianna haya hecho algo así –Su comentario solo me hizo enojar –No es que no la considere capaz moralmente, sino que ha jurado bajo palabra respetar la confidencialidad de terceros. Además no es su estilo.

-Y de eso sabes mucho -¿Por qué la defendía ahora? ¿No era él quién me había sugerido cuidarme de ella?

-No lo tomes así, solo estoy intentando vislumbrar la situación –Contestó empezando a caminar hacía la Sala del cristal –Sígueme, tendremos que hablar con Miiko.

Pero había algo que tenía que aclarar primero.

-¡Nevra, espera!

...


Espero que les haya gustado, dejen sus especulaciones en los comentarios, que le doy un premio a quien acierte! Bye~