N/A: Con este capítulo llegamos al final de esta mini historia.

Gracias por leer, los reviews, favoritos y follows, nos leemos en otras historias :)


Parte III

Sus dientes podrían echar humo de lo rápido que los estaba lavando, Naruto no prestaba atención a lo que hacía, estaba muy preocupado, su mente seguía en el mismo dilema, "¿qué pasará con nosotros ahora?"

Esa sensación de bienestar que había sentido la noche anterior al saber que había hecho el amor a la chica de sus sueños había desaparecido por completo, aunque Sakura le había dicho que no se preocupara él no podía estar tranquilo.

Su amistad era muy preciada para él, no quería perderla.

—Debo dejar de atormentarme con esto, ella dijo que no me preocupara.

Horas más tarde escuchó que tocaban a su puerta, no quería atender, no estaba de humor para visitas, pero la persona que estaba allí era insistente. Se levantó del sofá y abrió la puerta de mala gana, casi le da hipo cuando vio que se trataba de su tormento.

—Sí que tardaste en abrir, ya me iba a ir.

—No sabía que eras tú —Respondió rehuyendo a su vista, —¿en qué te puedo ayudar?

—¡Pase la prueba! —respondió Sakura alegremente entrando al departamento del joven. —¡mis estudios superiores acabaron!

—Felicidades —respondió sin muchos ánimos, estaba esperando a que Sakura comenzara a regañarlo por lo que paso entre ellos.

Sakura arrugó la nariz al ver desorden en que Naruto vivía —que desastre tienes aquí Naruto, deberías limpiar de vez en cuando.

El rubio cerró la puerta y se giró para verla, ella estaba de espalda, así que lo que vio fue el trasero y las piernas que había tocado hace unas horas —si, es que no recibo visitas y a mí no me molesta que este un poco sucio.

—¿Un poco?, yo diría más que eso. —comentó con ironía, había polvo acumulado en cada objeto y el piso estaba sucio.

Lo miró, lo notaba incomodo, Naruto sintió vergüenza, primero se aprovechaba de su embriaguez para hacerle el amor y ahora no tenía un lugar digno donde recibirla.

—Limpiare cuando te vayas, lo prometo.

Sakura se giró y dándole la espalda, con las mejillas levemente ruborizadas dijo, —sé que estás incómodo por lo de anoche.

Naruto se sonrojo, incómodo era apenas una de las tantas cosas que sentía.

—Pero ya son aguas pasadas, somos jóvenes, un error lo comete cualquiera, ¿no? —comentó tratando de indagar lo que él pensaba.

Naruto se entristeció más al saber que ella pensaba en lo sucedido como un error, una parte de él tenía esperanzas de que Sakura-chan se fuese enamorado de él con lo que sucedió.

—Sí, supongo que sí. —respondió cabizbajo.

Sakura suspiró y se volvió hacia él con expresión de enfado, —¿sabes qué?, ¡todo esto es basura!

Él levantó la vista, —lo sé, limpiare cuando te vayas.

Sakura pisó fuerte caminado hacia él y con los brazos cruzados dijo. —Hablo de nosotros, el caso es que me gusto lo que hicimos, y si me lo preguntas, quiero seguir haciéndolo.

Él estaba muy perplejo de lo directa y sincera que ella había sido, parpadeó un par de veces y sólo pudo preguntar —¿conmigo?

Ella torció los ojos, Naruto a veces se pasaba de bobo —¡claro que contigo idiota!

Parpadeó nuevamente y la pelirosa bufó antes de robarle un beso, el rubio mantenía los ojos abiertos como platos, los cerró cuando ella le mordió ligeramente los labios incitándolo a besarla.

Había sido fácil para ella saber que quería más, lo que no había sido fácil era ir a buscarlo y decírselo.

Sakura pasó los brazos alrededor de los hombros del ninja y con un movimiento rodeó la cintura del joven con sus piernas, eso alboroto las hormonas del rubio, por supuesto que estaba muy dispuesto a complacerla, ¿pero esto era real?, porque parecía una de sus tantas fantasías donde ella era la protagonista.

—Je, que no tengo preservativos. —dijo él entre beso y beso.

—Vas a tener que comprar.

De nuevo un besó que derritió el cerebro del ninja, Naruto caminó hacia su habitación con ella besándole el cuello.

—Sakura-chan, aquí duermo.

La pelirosa vio el desorden en la habitación y parte de la pasión fue aplacada, la cama de Naruto parecía un nido, con todas las sabanas revueltas, se bajo del cuerpo del rubio y algo incómoda le dijo.

—Se ven sucias.

No quería tocar esas sabanas.

—Aquí tengo sabanas limpias, —dijo él abriendo un baúl que parecía tener muchos años, —es que vivo solo, uso mis sabanas hasta que me empieza a molestar su olor.

—¡No me des detalles!, —lo interrumpió escandalizada, de verdad que él se pasaba de sincero.

Sakura tuvo el impulso de pedirle que se fueran a su departamento, pero no quería hacerlo sentir mal.

—Quítalas, yo pondré las limpias mientras vas a la farmacia.

Naruto retiró las sabanas y las llevó al cuarto de lavado, regresó para ayudarla a poner las limpias, eran azul claro, se veían desgastadas, mientras hacían eso ella pensó que un ninja elite debería vivir en un lugar mejor, si no fuese porque lo conocía diría que era muy mezquino, pero él tenía la tendencia de aferrarse a las cosas o personas que eran importantes para él, así que estaba segura de que ese departamento tenía un gran valor emocional para él y por eso no se mudaba.

—Iré a la farmacia. —anunció Naruto algo nervioso.

—No te distraigas.

—Regresaré enseguida—respondió ya más animado.

Ya iba a desaparecer por la puerta cuando ella lo llamó, —Naruto, —el ninja se detuvo, —compra varios.

El shinobi se sonrojo al igual que ella, Naruto se marchó y fue directo a la farmacia más cercana, allí se encontró con Iruka que estaba comprando un medicamento para la tos.

—¿Naruto cómo estás? —le saludó amablemente el castaño.

—Je, bien, bien, —respondió deteniéndose al lado de su antiguo maestro.

—¿Cómo te fue en la misión?

Naruto no quería hablar, su cerebro seguía excitado y su cuerpo agitado con eso de que comprara varios preservativos, —¡bien, bien!

Iruka lo notó extraño e iba a preguntarle si le pasaba algo cuando lo escuchó preguntar el precio de los condones y luego pedir varios.

El castaño levantó ambas cejas viéndolo sacar dinero de su monedero con forma de sapito.

—No sabía que tenías novia.

El rubio ni siquiera sabía cómo se llamaba lo que estaba pasando entre Sakura y él, ya no eran simples amigos.

—Me tengo que ir Iruka-sensei. —se despidió caminado hacia la puerta de salida.

—¡Claro, anda, no la hagas esperar!

El rubio guardo los preservativos en su bolsillo y salió de la farmacia sin decir más.

Iruka se quedó con una sonrisa, —vaya, parece que fue ayer cuando era un niño marginado, el tiempo pasa volando.

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Cuando Naruto entró en su habitación Sakura estaba acostada en la cama muy aburrida. —¡Ya llegue! —dijo sacando la bolsa de papel con los preservativos. —compre diez.

Ella se ruborizó al escuchar la cantidad, eso sonaba a mucho placer, Naruto la observó indeciso, tenía dudas de como tenía que actuar, no quería tomar la iniciativa y parecer un aprovechado.

—Naruto, no me hagas esperar —dijo ella con voz sensual.

Esa era una buena señal para entrar a la cama, pero antes tenía que saber algo —¿Tomaste algo de licor? —le preguntó por precaución.

Ella se removió quedando de rodillas sobre la cama frente a él, Naruto estaba de pie, Haruno le tocó el pecho y negando con la cabeza respondió, —ni una gota.

Lo besó apasionada, atrayéndolo de la chaqueta negra, metiéndolo a la cama con ella, se besaron mientras se iban desvistiendo. El tiempo se les fue pasando mientras le dieron un buen uso al primer preservativo.

—¿Te gustó? —le preguntó Naruto saliendo del baño donde había ido a desechar el preservativo usado.

Ella se ruborizó por la pregunta y por verlo desnudo mientras se ponía un pantalón corto.

—Sabes que sí. —respondió desviando la vista hacia la pared.

Estaba apenada porque sentía que le gustaba demasiado acostarse con él, no quería que Naruto tomara el mando de la relación, ella quería ser quien llevara las riendas.

—Sakura-chan, yo quería hacerte una pregunta, —dijo sentándose en la cama. —esto que tenemos, ¿qué es?

Ella con las sabanas cubriendo su cuerpo se sintió incomoda por la pregunta, balbuceó un poco antes de tener una respuesta, —bueno… yo supongo que estamos en una relación, ¿no?

Esa respuesta fue la cura para todas las inquietudes de Naruto, no puedo evitar sonreír mientras decía, —¡claro que lo estamos, ahora eres mi novia!

Y fue de esa manera tan irregular como habían comenzado a salir, Sakura tomó las riendas de la relación, a veces se estresaba cuando él se comportaba de manera muy infantil, pero esa nunca fue una razón para dejarlo, lo amaba con todas sus necedades y ella tampoco era perfecta.

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Fin