Era un monte gigante el sitio donde 3 seres vivos claves estaban aquel dia, en el centro de la región de Sinnoh estaba el monte Corona, el sitio que más relación guarda con el origen del mundo. En este sitio se encontraba el protagonista de esta parte de la historia, un Riolu que tenía algo que le diferenciaba de los demás.

¿Era mas alegre? ¿Era mas travieso? ¿Era mas serio? No, solía ser alegre, no era muy travieso, era un buen chico que jugaba con los demás, y rara vez era serio, por lo que no se tomaba las cosas muy enserio. Pero esta vez, estaba solo, su hogar, que compartía con sus padres y su hermana, acababa de ser destruido, un entrenador cualquiera pensó que era gracioso ir al sitio con su Garchomp y hacer lo que quisiese, sin preocuparse por nada, los vio a todos como solo otros pokemon salvajes con quienes entrenar, pero al ser un Garchomp, era obvio que era extremadamente fuerte, los derroto a todos y el Riolu, en un ataque de miedo, salio corriendo, logrando escapar.

Desde entonces el joven pokemon (con una edad de 8 años, si se tuviese que poner en escala humana) vagaba, todavía con sus heridas bastante infectadas, ojos frios que demostraban el dolor que sentía cada segundo, pero su indiferencia hacia el sufrimiento, era el menos de sus problemas, 2 dias ya de ello, no había comido nada, salio un poco a la interperie, nevaba, el frio parecía calmar las heridas, por lo menos encubriéndolas, pero al tropezar se intensifico aun mas, al levantarse noto algo, un árbol, en la copa había una fruta, en un frio sitio como aquel, las frutas que hallan no deberían ser nada que el halla probado alguna vez, pero no importaba, hacia tiempo que no comia, por lo que una muy pequeña sonrisa se esbozo en su rostro, se acerco lentamente como podía y empezó a trepar, un Riolu estándar habría llegado a la cima en un par de segundos, pero el no era estándar, el combate no se le daba nada bien, no sabia por que no podía ejecutar movimientos, intento entrenarse, pero por algún motivo, la energía no salía de su interior; le tomo 1 hora llegar a a cima, al tomar la fruta, resbalo y cayo al suelo, una caída de al menos 10 metros, si algún hueso no estaba roto, esa fue su oportunidad para darse el lujo como los demas.

El pobre Riolu sufria, aun asi intentaba mover la mano, donde tenia la fruta y llevarla a su boca, pero un snover paso caminando, lo vio, vio la fruta, lo volvió a ver, para comprobar su estado y se acerco, se agacho a sulado, el Riolu estaba muy herido, no podía hablar para pedirle ayuda, pero en su mente, ya empezó a agradecer a Arceus, alguien iba a acudir en su ayuda. Pero por algo el Snover fijo la vista en la fruta, la tomo para la sorpresa del Riolu y se fue caminando como si nada, comiéndose la fruta, el Riolu, ya no estaba sorprendido, era como la tercera vez que pasaba, pero seguía teniendo esperanzas, hasta ahora, como pudo se arrastro a una cueva, esta estaba en mal estado, tenia el techo (si asi se le puede llamar) roto, y se veía el sol. El Riolu, tras 2 dias de sufimiento continuo, finalmente se resigno a morir

"¿Por que?… ¿Por que nada me sale bien? Aunque sea este será el final, podre ver a mi familia una vez mas…"

Estos eran sus pensamientos, y cerro los ojos… Pero escucho un ruido, no le importo y continuo a los suyo, pero persistía el ruido. Vaya la suerte del Pokemon, que ni morir le salía bien, ya que al abrir los ojos, observo una silueta que se asomaba sobre el hueco del techo, era una persona, esta miro a su alrededor, y a ver al Riolu se sorprendio, este también fijo su mirada en el, para luego cerrar sus ojos.

Por todos es sabido que un cruce de miradas es equivalente a un combate Pokemon, y una película de Teselia menciona que hasta puede ser el inicio de una relación romántica; el cruce de miradas en este mundo es algo primordial para dar lugar a acontecimientos.

Sin embargo, ningún cruce de miradas fue tan importante a escala global como este…