Las pisadas de las botas resonaron más fuerte de lo que esperaba, su respiración traicionaba a su mente, y esta a su propio corazón. El olor a sangre y aceite le alerto todos los sentidos… alzó el arma y sondeo la sala con la mirada, entrecerrando los ojos, tratando de visualizar algo entre la penumbra de la sala.
"Plack, plack, plack"… su frente se humedeció de repente y un olor desagradable le invadió la nariz. Tenía un espesor extraño, cuando se decidió a limpiarlo, una sangre espesa y negra fue lo que vio en la palma de la mano; Estuvo a punto de vomitar… el techo… el pedazo que tenía encima estaba bañado, y el líquido era del mismo color, apunto la linterna hacia allí, y casi pudo notar la podredumbre que esta expedía.

El crujir del pasillo, un par de metros adelante, le advirtió de la amenaza inminente. Un aire viciado invadió todo el corredor… la luz intermitente de un rayo paso por el vidrio de la ventana, y los cristales de esta intensificaron el reflejo.
Una criatura, del tamaño de un perro, se mostró entre las sombras; una puerta, a su derecha, se abrió de golpe, con un sonido chirriante y atronador. Otro rayo cayó, iluminando esta vez, el cuarto recién abierto… una figura, mucho más ancha y alta que cualquier ser humano, con la piel de la cara desgarrada y grapada, y vestida totalmente de negro, se mostró.
Escucho el caer de otro rayo, un eco demasiado distante y apartado llego a sus oídos… una puerta a su izquierda se abrió, el chirriar de las bisagras oxidadas se sincronizo con el ultimo estruendo del trueno… la figura que en esta se mostraba estaba aún más deforme que las otras, con las extremidades alargadas y terminadas en punta.

El propio latir de su corazón la traicionaba, latiendo con tanta fuerza que creyó que se le partiría a la mitad.

La primera figura se abalanzo hacia ella, cayó de espaldas tratando de esquivarla, cuando estuvo sobre ella, disparo dos veces…
"Clank, Clank"… sonó la recamara del arma, nula de toda munición. Vio a la bestia perruna agitar la cabeza, recuperándose de la caída… la mente le dio una vuelta, al escuchar el sonido, sintió el cuerpo débil y a ella, a ella incapaz de moverlo.

La bestia perruna se abalanzo de nuevo sobre ella, lo más rápido que pudo, se giró sobre su vientre… las garras del animal la rozaron en la pantorrilla, abriéndole una pequeña hendidura. Obviando el dolor, se levantó justo cuando la bestia se preparaba para saltar.
Lanzo una patada al cuello del animal, y lo vio caer y estremecerse en el suelo, un par de espasmos y supo que la criatura estaba muerta.

Sintió un golpe fuerte en la columna que la impulso hacia adelante, cayó alejada del lugar donde estaba, agudizo lo más que pudo la vista ante la oscuridad de la pasillo… la criatura con extrañas extremidades había salido, y sin duda supo, que eso la había empujado.
Se levantó rápidamente, y la criatura corrió hacia ella… pudo verle la musculatura de la criatura, demasiadas desarrollada, un tejido rojizo hacía de piel, la boca contenía dientes como agujas, y la cabeza mantenía el cerebro expuesto.

Se lanzó hacia unas de las paredes cuando la criatura trato de abalanzarse sobre ella, no sabía cómo, pero aún sostenía la linterna entre sus manos… en el muslo izquierdo, ajustado en una funda, un cuchillo de caza brillante se sostenía. Lo saco de la funda y, sin darle tiempo para revisarlo, la criatura volvió a lanzarse sobre ella, con la mirada expectante y los dientes relucientes por la luz de la linterna.

Pudo esquivarla, pero perdió el equilibrio y cayó al suelo… la criatura le enlazo la lengua a la pierna derecha, rozando la herida abierta por las garras de la otra criatura. Era asqueroso el contacto con el apéndice de la alimaña; no sabía si era saliva u otra sustancia lo que le corría por la pierna, y en este momento no le importaba.
Se volteo, quedando de cara contra el suelo, sintiendo como se le apretaba el pecho contra la madera… trato de clavar el cuchillo en el suelo, usarlo como ancla y parar el arrastre, pero todo lo que consiguió fue astillar el suelo.
Ya estaba ante la criatura, y volvió a girarse… Demasiado cerca, fue lo único que pudo pensar cuando, sin saber si era efecto de su mente, casi podía sentir los dientes de la bestia clavársele en el muslo, abriendo la herida anterior.
Arrojo una fuerte patada, y como pudo, clavo el cuchillo en la materia gris descubierta… lo saco y repitió el procedimiento dos veces, hasta que, en un sacudida brusca, supo que por fin estaba realmente muerta.

Inhalo el aire pútrido del lugar lo más fuerte que pudo, mientras limpiaba la hoja del cuchillo de su camisa. Unas pisadas fuertes resonaron a su espalda, un grito áspero y seco resonó en todo el lugar; la sangre se le helo, sintió el corazón detenerse y su mente colapsar, estaba cansada y agobiada, la piernas le temblaban y los brazos a duras penas le respondían. Giro sobre sus talones lentamente, exhalando el aire viciado.
Escucho de nuevo las fuertes pisadas, el piso debajo de la criatura rechinaba vigorosamente, aguantado el increíble peso que esta debía de tener.

Trato de correr en dirección opuesta, pero sus piernas ya fallaban, y era obvio que no lograría nada con su cuchillo.
Cuando la bestia corrió hacia ella, cayó al suelo, esta paso por encima de ella pero, cuando trato de volver a ponerse de pie, una pesada bota empezó a oprimirle el pecho… era estúpido luchar, y cada vez sentía como si se le partiese el tórax, forcejeando por salir de la situación, el aire se escapó de sus pulmones. Empezaba a ver todo borroso, soltó el arma y su mano ya no respondía.

"Bang, Bang, Bang"… escucho a las espaldas de la bestia… "Bang, bang, bang"… volvió a escuchar, esta vez más cerca… "Bang, bang, bang"… el esperpento lanzo un aullido de dolor y dejo de pisarle el pecho… "Bang, bang, bang"…
Giro sobre su vientre hacia la derecha, con tal impulso que su cuerpo choco contra la pared, coloco la cabeza entre las manos, y después todo su cuerpo se acurruco hasta quedar en posición fetal… aun trataba de controlar su respiración, sin demasiado éxito.

Un sonido sordo invadió el pasillo, algo cayendo, algo tremendamente pesado cayendo… un rayo ilumino toda la sala, y todo quedo en silencio de nuevo.

Escucho pasos hacia su dirección, se volteo de golpe y quedo frente a frente con lo que se sea que se avecinara… sus ojos brillaron al encontrarse con aquella figura, y aunque trataba, no podía articular palabra…

—Jill, ¿Estás bien? —Unas de las manos de su salvador de entrelazo con las suyas, la otra se dirigió a su mejilla, mientras se formaba una cálida y perturbadora sonrisa en el rostro del hombre.

Se quedó perpleja, en silencio, el rostro joven de su salvador… el rostro de Chris, su mirada, su sonrisa perturbadora… no podía, pero quería… realmente quería.
— ¿Cuándo?, ¿Cuándo vas a volver? —pregunto este, mientras le robaba el aliento. Ella se quedó perpleja, sintiendo como las lágrimas salían de sus ojos sin que pudiese hacer nada.

"Plank, plank, plank"… su frente se empapó de repente con tres simples gotas, un olor como el de antes, pero mucho más intenso y asqueroso le invadió los pulmones; cerró los ojos, tratando de contener el mareo… una punzada fuerte y dolorosa, cruel, arremetió contra su cabeza, comparable con clavos atravesando madera.
Abrió los ojos despacio y solo se presentaron figuras borrosas, indicios de voces que no llegaban a formarse como tales… y de pronto, solo la nada…