Disclaimer: Harry Potter no me pertenece, se lleva todos los créditos la maravillosa J.K Rowling, ay, si supiera las cosas oscuras y pervertidas que el fandom se toma tanto esmero escribir XD.

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Capítulo dos

La estancia de Harry en Malfoy Manor no se acomodó mucho a su estilo de vida pasada, tenía buena alimentación y no lo trataban como un trapo sucio dispuesto a castigarse a si mismo, los Malfoy parecían ser personas más tranquilas y amables.

Pronto empezaría la escuela, o eso había dicho Narcissa una tarde de jueves mientras bebía su té con leche. Harry leía uno de esos libros que Draco le había prestado para adaptarse a su nueva vida, que, sin lugar a dudas, Harry aún no entendía porque vivía con ellos. Si bien eran una familia 'perfecta', era extraño haberle cambiado de hogar después de largos años de tortura y humillación de parte de los Dursley.

Si, tenia que ver algún truco bajo la manga, pero mientras tanto, se tomaría el tiempo para seguir disfrurando de los Malfoy antes de entrar su nueva escuela, la cual se llamaba Hogwarts, o eso había escuchado de Hagrid hace ya un tiempo.

Según habia leído, los estudiantes se dividían en cuatro casas, Gryffindor, Slytherin, Hufflepuff y Ravenclaw. Harry pensaba que tenía las mismas actitudes que un Gryffindor, pero compartía la misma personalidad que un Slytherin. Draco era de Slytherin, pero eso ya se notaba desde lejos.

De todas formas, Harry quería desde lo más profundo de su alma, ser parte de Slytherin.

Los trenes estaban llenos en esa época, lo cual sorprendió un poco a Harry. El lugar olía a carbón y uno que otro perfume caro de personas importantes muggles, a su lado estaba Draco, quien llevaba una mirada fría, sus ojos grises brillaban de, ¿molestia? ¿incertidumbre?. Narcissa se había encargado de llevarles, ya que Lucius tenía algo importante que atender con un tal Severus Snape, el mismo hombre de negro que había encontrado esa noche en el comedor de la mansión.

"¿Nervioso, Harry?" preguntó Narcissa, señalando lo obvio.

El niño tan solo asintió, tímido, toda pizca de confianza se había esfumado esa misma mañana cuando recogía su cosas. Se le había regalado también en la mañana una hermosa lechuza color blanco como regalo de cumpleaños, y la llamó Hedwig, la cual descansaba en su jaula, o eso suponía Harry, ya que Narcissa le había dicho que la ave se encontraba ya en Hogwarts, junto con algunas de sus maletas.

Pasar por la pared sin miedo también fue una prueba para Harry, quien, asustado por pensar que era una broma, salió disparado, casi cayendo al suelo al llegar a su destino. Draco tan solo rodó los ojos y Narcissa dio un pequeño suspiro.

"Bien, bien, el tren ya va a moverse, nos vemos en diciembre, oh, y Harry, quiero que me escribas en una o dos semanas como te esta yendo en la escuela" la mujer se despide de su hijo con un abrazo y a Harry le da palmaditas en el hombro, con una sonrisa alentadora, Harry también le sonríe, pero es casi arrastrado por Draco al tren.

"Solo quedate a mi lado, ¿sí?" comentó, buscando algo con la mirada.

Y sin lugar a dudas esa cosa que buscaba también le estaba encontrando, un grupo de chicos llegó a su lado, y Harry tuvo miedo, todos parecían fríos o algo así.

"¿Es ese Harry Potter?" preguntó una voz femenina, la chica tenía los ojos muy abiertos.

Harry se removio incómodo al lado de Draco, pero asintio tímidamente. La chica aun seguía desconcertada, pero ladeo la cabeza, antes de largarse de ahí.

"Bueno, no le caes bien a Pansy" murmuró un chico de piel morena, pero este sonrió tranquilizadoramente, "soy Blaise Zabini. Mucho gusto, Potter"

El niño no le dio mucho caso, seguía desconcertado por lo que acababa de ocurrir con la tal Pansy, en sus ojos reflejaba la envidia y tristeza, ¿acaso ocurría algo que él aún no entendía realmente?.

"El tren ya esta marchando, vamos a buscar asiento" Draco le jalo del brazo, obligándolo a caminar.

Por el pasillo se encontraron a una niña de la edad de Harry, y según habia escuchado, buscaba una rana y se llamaba Hermione Granger. Y dentro del lugar donde había preguntado Hermione sobre la rana, había un niño pelirrojo con dulces a la vista.

Draco había murmurado algo como "Sangre sucia" cuando pasaron por ahí, y Harry tan solo rodó los ojos, el rubio se comportaba muy irritante, más de lo que había sido en la mansión. El resto del viaje lo pasaron en silencio, y mágicamente, Pansy estaba ahí con ellos, tocándose el pelo en claro ejemplo de que estaba incómoda y nerviosa.

La escuela parecía un verdadero castillo, maravillosamente alzado y brillante desde cualquier lugar que lo vieras. Hagrid estaba ahí cuando llegaron al destino, y había saludado a Harry a pesar de tener a un Malfoy a su lado.

La profesora McGonagall les había recibido en la entrada, con una sonrisa encantadora, y les había indicado a donde tenían que ir. Llegaron hasta un gran comedor, el cual ya estaba lleno de alumnos, entonces se encontraba con los de primer año, esperando ser llamado para que el Sombrero Seleccionador eligiera a que casa pertenecería.

"¡Potter, Harry!" y había llegado el momento.

Cuando le pusieron el Sombrero, hubo un momento de vacilación, este decía que era bueno para Gryffindor, pero a la vez tenia todo para ser Slytherin, y entonces...

"¡SLYTHERIN!" y los aplausos en la mesa Slytherin no se hicieron esperar, algunos exclamaban de la emoción diciendo que tenían a Harry Potter en su casa, otros tan solo le sonreían. Y al llegar a sentarse al lado de Draco, éste le dio palmaditas en el hombro.

"Eres perfecto, Harry Potter" susurró, sus ojos grises brillaban.

Harry aún no entendería lo que significaban esas palabras. Tan solo dio una pequeña sonrisa, antes de que todos en Slytherin se le colocaran encima, literalmente. Y al otro lado, estaban los chicos de Gryffindor, observándole con recelo.

Especialmente aquellos que próximamente reconocería como los Weasley.

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