Disclaimers: Los personajes de Harry Potter pertenece a J.K. Rowling y a los que han comprado parte de los derechos de autor, lo cual NO es mi caso, y sólo los utilizo sin intención de lucro alguno, la trama me pertenece, salvo los personajes, como ya se ha mencionado anteriormente.

Disclaimers: La historia no me pertenece, es una adaptación del fanfiction homónimo Vengeance is mine, publicado originalmente por Larissa, en el HBM (Hotel Bella Muerte) siendo la segunda parte/temporada del finfiction homónimo Smile Even If It Hurts, y cuento con la autorización de la autora para hacer la adaptación.

Hola, Estoy aquí de nuevo, pero en ésta ocasión será la última en que nos leeremos en ésta historia, éste es el capítulo final, y cabe mencionar que SÍ hay un epílogo de la historia, pero no cuento con el permiso de la autora para subirlo, sólo puedo decirles, para calmar sus almas, que en el epílogo está el final feliz que todos esperamos, espero que puedan comprenderme, desde que comencé a publicar la primera parte he estado insistiendo a la autora que me permitiera subir el epílogo de ésta, pero se ha estado negando, ya que ni en la versión original hay epílogo.

Muchas gracias por todo el apoyo, espero que la historia sea de su agrado, muchísimas gracias por llegar hasta aquí, gracias por sus reviews, por sus follows y favoritos; significaron mucho para la autora y para mí.

Cualquier cosa que no deba ir en el capítulo; no duden en decirme y lo corregiré, gracias.


—Hola –contestó la voz rasposa de Audrey.

—¿Dónde estás? –inquirió furioso.

—¿Qué ocurre? –investigó sorprendida.

—Lo mismo quiero saber, si Victoire no me dice nada ustedes no lo harían.

—¿No te dijo dónde estaban? –averiguó.

—¿Estaban? ¿Por qué el plural? –interrogó.

—Se llevó a Lily del hospital esta tarde, Carl no tiene ni idea de cómo se enteró que es Lily.

—¡Y no crees que hubiese podido averiguar eso si hubiese estado al tanto! –explotó furioso.

—¡Tú no querías saber nada de ella! –Le rebatió furiosa —¡Ni siquiera me dejaste decirte ayer que Lily está embarazada! –expresó completamente histérica.

—¿Qué? –apretó el freno y el auto se detuvo en seco.

—El doctor nos lo dijo a Carl y a mí cuando tú y ella estaban en los cuneros –le informó –Edward, ella ni siquiera lo sabe, estoy aterrada, si Victoire lo sabe… tengo miedo de lo que pueda hacerle a Lily, no se tentó el corazón por tantos años, sé que nada la detendrá ahora…

—¿Embarazada? –inquirió aun sin creerlo.

—Tiene dos meses y medio –le informó.

—¿Dónde están? –interrogó.

—En la casa Potter –colgó.

Edward condujo apresurado hasta allá, Carl caminaba de un lado a otro hablando por teléfono, Lyall también hablaba por teléfono, Audrey estaba de pie junto al gran ventanal que daba al patio.

—¿Qué te dijo Victoire? –caminó hasta él cuando lo vio.

—Muchas cosas, me despertó diciéndome que Katie se había suicidado –todos se quedaron callados –la llamó Katie, ella será lo que sea, pero para torturarme me hubiese dicho la verdad –observó a Audrey –ella juega con la verdad para hacerte daño.

—¿Pero no te dijo nada más?

—Sólo me dijo que se había aventado de la azotea del hospital –se encogió de hombros –nada útil.

Edward se unió a las llamadas a las comisarías, hospitales, albergues, pero no tenían informes de nadie, estaba a punto de saber cómo se sentía la verdadera locura.

Soy Victoire Potter, puedes dejar un corto mensaje para informarme tu preocupación, eso no hará que te regrese la llamada, pero gracias por intentarlo…

—Victoire, soy Edward, tienes que regresarme la llamada –colgó.

—¿Estás bromeando? –Lyall lo observó .

—Ella tiene que saber algo –comentó desesperado y marcó otro número –Scorpius –su voz salió unas octavas más arriba de lo normal.

—¿Qué ocurre? –inquirió.

—¿Sabes dónde está Victoire? –interrogó.

—No, sacó sus cosas ayer por la tarde, dijo que tenía unos asuntos que arreglar antes de irse.

—¿A dónde?

—No me dijo, sólo me dijo que iba a poner las cosas con Lily en un punto muerto.

—&—

Lily despertó sobresaltada a causa del sueño que había tenido, su pecho subía y bajaba, pero se detuvo cuando vio a alguien sentado en el sofá junto a la ventana, dónde solía estar Carl, salvo que ese no era Carl, se estiró y encendió la luz

—Eres tú –expresó tranquila al ver a la mujer –me asustaste –sonrió –todo este misterio es divertido.

—Lo es –explicó con una amplia sonrisa.

—Me sorprende verte aquí, Ted no mencionó… nadie mencionó que estabas aquí.

—En realidad ese era mi plan, que nadie supiera que estaba en Londres.

—¿Por? –la observó.

—Te juré que si le rompías el corazón, las consecuencias no serían agradables ¿cierto? –La sonrisa se amplió –es mejor que comiences a temblar –se burló –esa línea suena mejor en las películas de ficción –se mordió el labio –lo bueno de que esto no sea una película de ficción y si la vida real, es que todo lo que te haga realmente dejará marcas en ti.

Se puso de pie en un rápido movimiento y la tomó del cabello bajándola de la cama.

—Tú y yo, daremos un largo paseo, donde volveré a dejarte claro, porque romperle el corazón, no era una muy buena idea, pero está claro tu regreso no es muy asegurado, eso te lo juro y las cosas saldrán muy mal, si gritas, pero eso ya lo sabes ¿verdad? –sonrió.

Lily se subió al auto, todas sus extremidades le temblaban, no sabía si por la adrenalina o por el miedo o la razón en sí eran todas las emociones, observó el camino y pudo saber a dónde se dirigían.

—¿Por qué aquí? –la observó –él…

—¿Quién? –Sonrió –no, él tiene el corazón roto, pero aun así, jamás haría algo así, pero deberías saberlo, lo conoces mejor que nadie, Edward no sería capaz de hacer algo para dañarte, así significara que le amputaran la mitad del cuerpo.

—¿Entonces por qué aquí?

—Es mi apartamento –anunció –lo puso a mi nombre y con eso, sabes lo que me dijo entre líneas ¿verdad? –la observó a través del retrovisor.

—Lo siento –murmuró.

—¡No! ¡Yo lo siento! –exclamó fuera de sí.

Lily caminó un poco apresurada delante de ella, no quería hacer nada que la alterara más, así que caminó hasta el apartamento y entró cuando ella lo abrió, la arrojó con brusquedad al sofá.

—Te juro que…

—No me jures nada –dijo con esa voz tranquila y rasposa, como si nada malo pasara.

La giró de nuevo y se subió a horcajadas sobre ella, por un momento pensó que la ahogaría con el asiento del sofá, pero cuando le inmovilizó las manos la giró bocarriba de nuevo y luego la sentó.

—Eso ayudará un poco –sonrió.

—No entiendo por qué lo haces –gimoteó –pensé que realmente te agradaba.

—&—

Edward observó a todos, la sala estaba hecha un desastre, al igual que ellos, no habían encontrado a nadie con las características de ella o de Victoire, cosa que los aterrorizaba ¿cómo alguien podía esfumarse así de la nada?

—Todo estará bien –expuso Lyall golpeándolo en la espalda.

—Eso espero –se llevó las manos al rostro –creo que estoy a punto de volverme loco.

—No eres el único –observó a Carl.

Edward salió al patio por un poco de aire, realmente lo necesitaba, sonrió al recordar cuando pasaba gran parte de su tiempo tumbado en el pasto con Lily tumbada sobre él, hablando de nada en particular, de libros, o de alguna otra aventura que él había tenido la noche anterior, sabía que había actuado mal con ella anteriormente al hacerla parte de su vida sexual, pero de alguna forma quería marcar la línea que él jamás podría cruzar con ella.

Todos lo miraron y después su teléfono que lo había puesto sobre la mesa, todo mundo se miró y después quien era quien llamaba.

—Es Victoire –explicó Audrey sorprendida.

—Por fin –corrió hasta la mesa pero Carl tomó el celular antes que él –tú no vas a contestar –le señaló Edward indignado.

—Claro que sí, es mi hija, de ti, sin embargo, no es nada.

—Es la madre de mi hijo ¿no? –intentó quitarle el teléfono.

—Claro que no, ese bebé no llevará tu apellido, por muy tuyo que sea.

—Carl, si Victoire te escucha, no te dirá nada, dame el teléfono.

—No –intentó contestar pero ya había dejado de sonar.

—Devuélveme mi teléfono –se lo quitó de un manotazo.

—Hola –investigó Audrey cuando su teléfono sonó. Su cara se puso blanca al escuchar quien hablaba al otro lado. —Pero…

—No preguntes por ella, o la mataré ¿Está Edward ahí? –examinó.

—Sí, está frente a mí.

—Sabía que esta pequeña perra le importaba aun –se burló.

—Victoire…

—Te diré dos cosas, pero escúchame claramente.

—Bien –comentó en un susurro.

—Casa Potter, en mi cuarto, o antiguo cuarto, en el closet, hay una puerta doble, del lado izquierdo, quiero que se la des a Edward –le indicó.

—Y lo segundo.

—Te lo diré luego –colgó.

—¿Por qué no le preguntaste por Lily? –gruñó Carl.

—No me dejó –subió las escaleras después de que Ted le indicara cual era el cuarto de Victoire he hizo lo que le pidió.

Cuando entró al closet y abrió la puerta, se topó con una caja color rosa pálido, sonrió, esa caja se la había regalado Lily a Victoire en su cumpleaños, le sorprendía que la hubiese guardado, y tan bien, para colmo.

—Me dijo que te lo diera –le informó y sonó su teléfono —¿hola?

—¿Tiene la caja? –investigó.

—Sí.

—Si la abrió delante de ustedes, pásamelo y si no, dile que vaya al despacho de mi abuelo, solo y la abra allá y cuelga.

—Bien –colgó –que vayas a abrir eso al despacho de James Potter.

—¿Tendrá una bomba? –indagó Lyall.

—No seas idiota –regañó Edward y se alejó.

Se sentó en la silla detrás del escritorio de caoba y abrió la caja, la había reconocido cuando Audrey se la extendió, él le había pedido a Lily que le regalara esa caja, no es que se enamorara de Lily de inmediato, a Victoire la quiso, por un momento, y mucho.

Siempre supe que tú la mandaste con ella, por eso la guardé.

Observó todas las cosas que él le había dado, las cartas, las notas, las fotografías, y se sorprendió al ver un par de libros, tomó el primero y se rió a carcajadas. Vengance is mine por James Potter, abrió la pasta y sonrió.

Dedicado a: Victoire Potter. De mis nietos, la más inteligente y valiente.

Con la letra de James Potter se encontraba un mensaje escrito para Victoire. Tal vez. Lo único que le escribió a ella en toda su vida.

Querida Victoire, he plasmado una maravillosa historia dentro de estas páginas, donde la protagonista tiene por nombre Lily. No por molestarte, simplemente para mostrarte, que la fuerza que ella obtiene, no es por sí sola, sino por el contrario, la obtiene, de la soledad que alguien instala en su ser, la venganza planteada, ha sido, y será, la mejor que en mis años he visto, la más inteligente y valiente, y gracias, porque a pesar de que como toda historia, tenga una protagonista buena y tonta, la verdadera esencia de la historia vive en la antagonista, porque sin ella, la historia carecería de intensidad, no tendría emoción, y la torpe y tonta protagonista, sin su eterna rival, no llegaría jamás, a ser lo que al final de la historia llega a ser. Gracias. Por inspirar la mejor historia.

Y cariño, perdón por forjarte como una espada, y mantenerte fuera de mi combate, pero en esta historia, sólo tú podrás escribir el final.

Edward frunció el ceño, todas las hojas estaban en blanco, tal vez, era una equivocación, siguió hojeando hasta llegar casi a la cuarta parte del libro, era la letra de Victoire, así que avanzó hasta la penúltima hoja.

Y al final, murió, como moría todo a su alrededor, con tan sólo tocarle, la vida escapó de sus ojos, no había más azul del cielo reflejado en esos ojos que le enamoraron a él, no había más sentido que ese, el despojarle de la vida que ella misma le arrebató, le daría un hermoso final, después de todo, todos mueren, y no hay nadie que cuente esa parte, el final para siempre, también termina con la muerte, volviendo infeliz a alguien.

Cambió la página y encontró con la respuesta a los agradecimientos.

Lo haré abuelo, yo escribiré el final en esta historia tan real, el dolor sólo termina.

Cuando mueres.

Observó el otro libro que había, Lo que el viento se llevó, Frunció el ceño y observó los libros, caminó hasta donde estaba ese libro y lo tomó, lo reconoció de inmediato, porque era el que él tenía en su casa, el que tenía Victoire era el de James Potter, así que lo tomó y abrió la pasta y leyó lo que Lily había escrito.

Desearía ser como Scarlett O'hara, así, tan solo así, tal vez él se fijaría en mí, ser como Scarlett O'hara, para enamorarlo como él lo hizo conmigo. Por qué eso es lo que quiero, lo que más deseo, desearía ser la Scarlett O'hara de Teddy. Para que me ame con intensidad, pero no puedo, sólo soy yo, su insignificante amiga, de todas, en la que nunca se fija, a la que jamás acaricia como quisiera que lo hiciera, sólo soy, la tonta amiga de Edward Lupin, la insignificante Lily Potter.

Se cubrió el rostro ¿por qué Victoire quería que él viera todo eso? ¿Otro maldito juego?

—¿Qué es lo que quieres Victoire? –protestó al contestar.

—Que genio –rió.

—Dime donde la tienes porque…

—Si yo la tuviese te lo hubiese dicho en tu apartamento ¿no? ¿Para qué hacerte salir? –Volvió a reír –Katie –indicó en voz alta –es Edward, pero no creo que quieras decirle algo ¿o sí?

—¡Edward! –el grito de Lily le provocó un escalofrío intenso.

—Déjala Victoire –le suplicó.

—¿Por qué lo haría? –investigó.

—Porque la historia puede ser diferente.

—Oh, ya la leíste –se burló –no intentes sonar como el abuelo, la protagonista de esa historia está muerta ya, así que, esa historia ya está terminada.

—Victoire, deja en paz a Katie o…

—No creo que estés en el papel para amenazarme.

—Está embarazada –le dijo –ella ni siquiera lo sabe, por favor, si yo soy el del problema ¿Por qué te la llevaste a ella?

—Porque ella fue la que te rompió el corazón, no tu a ella –hizo una voz suave.

—Ella no rompió más de lo que ya estaba roto, deberías saberlo.

—Dejaré que se lo digas por teléfono –musitó –porque no creo que vuelvas a verla viva.

—Lily –susurró.

—Edward –chilló al otro lado –por favor, por favor.

—¿Dónde estás? –inquirió de inmediato y salió del despacho.

—Eso no te lo dirá –se escuchó la voz de Victoire.

—Te amo –suspiró Lily intentando controlarse –perdón, perdón, porque pude hacer todo esto de una manera diferente y no lo hice, perdón, perdón porque en un momento si quise dañarte, vengarme de ti, pero no pude, te amo, más de lo que pensé que realmente te amaba, y sé que ella va a matarme, pero… no me importa, porque… ya estaba muerta desde que me dejaste claro que no me querías en tu vida.

—Te mentí –le dijo desesperado –mierda Lily, claro que te amo ¿Qué clase de idiota sería si no?

—Te amo –le gritó y la llamada se cortó.

—&—

—¿Qué te dijo? –investigó Audrey corriendo hasta él.

—Mierda –indicó sin mirarla.

—¿Qué? –curioseó.

—Ella no la tiene –la observó.

—¿Entonces? –Audrey lo golpeo en el pecho.

—Tiene razón, si ella la hubiese tenido… me hubiese dicho cuando fue a mi departamento anoche, pero…

—¿Qué te dijo?

—Que debería dejar de acostarme con las mujeres que me gustaban.

—¿Y eso que tiene de relevancia en el tema? –sonsacó molesta.

—Que Victoire está diciéndome en metáforas, lo que sea dónde y con quién está.

—Dime que no eres tan idiota como para no entenderlas –Edward se burló, hasta en ese momento lo insultaba pero le parecía gracioso ahora.

—Lo bueno, es que dejaré que seas tú quien vaya conmigo, porque sé dónde está –le sonrió –hablen a emergencias –les ordenó a Lyall y a Carl –vienes conmigo –se dirigió a Audrey.

—¿Cómo que sabes dónde? –Carl lo sujetó de la playera.

—No es momento –expresó Audrey.

—Lo que no comprendo es… ¿cómo se hicieron amigas?

—¿Quiénes? –lo miraron.

—Ayer, Victoire me dijo que tuviese más cuidado con las mujeres con las que me acuesto, porque podría encontrarme con otra como ella, incluso más peligrosa y torpe que Victoire, pero no le creí.

—¿Quién tiene a mi hija? –averiguó Carl.

—Sheryl Martin –lo observó.

—&—

Lily observó a Victoire sonreír divertida, todo el juego del secuestro y el asesinato era de una muy mala broma y por mucho, de una muy mala historia de terror, era lo típico.

—Sé lo que estás pensando, Katie –indicó Victoire –y la respuesta es sí, estoy de acuerdo contigo.

—¿En qué? –curioseó Sheryl.

—Vamos, Sheryl –señaló el lugar –toda esta escena es como sacada de otra historia, no tiene nada de originalidad, esto no pasa en la vida real.

—¿Me estás cuestionando ahora? –caminó hasta ella.

—Debiste comunicarme tus planes, y yo hubiese, te lo juro por mi hija muerta, que hubiese planeado todo esto mejor, no esto tan común y vulgar, que desagradable –fingió molestia estomacal.

—Ya sé que tienes planes más elaborados, pero toman años, Victoire.

—Y a ti te gustan los planes rápidos y estúpidos –gruñó –las cosas apresuradas pueden salir mal.

—Y las cosas lentas ¿qué? –Fue hasta ella de nuevo —¿sabes que esa que está ahí? En realidad es Lily Potter y no Katie O'hara? –Lily se sorprendió ¿así que Victoire no lo sabía?

—¿Qué? –Chilló y caminó de un lado a otro –eso significa que tengo razón.

—¿En qué? –Señaló Sheryl fuera de si –planeaste alejarla de Edward, pero lo volvió a enamorar.

—Era mejor idea tenerla encerrada en el psiquiátrico, a tu estúpida idea de quemarla, así que no culpes a mi plan, de todos modos tu plan apresurado y estúpido no funcionó, hasta con un nuevo rostro lo conquistó.

—¡Todo es tu culpa Victoire! –Chilló –cuando me acerqué a ti, pensé que realmente ibas a ayudarme, hasta el idiota de Jarvis fracasó con lo que tenía que hacer.

—¿Jarvis? –sus ojos se llenaron de lágrimas, así que él también había sido una ilusión.

—¿No te lo dijo? –Se burló –discúlpalo por eso, prefirió brincarle a un camión antes de casarse contigo, todo mundo preferiría eso antes que casarte contigo, hasta Scorpius prefirió a Victoire.

—Gracias por eso –señaló Victoire –pero volvamos al punto, Sheryl, yo cuando planeo las cosas, las planeo bien, investigo antes de, tú, por ejemplo –se sentó en el sofá que estaba al lado del asiento donde estaba Lily, cruzó la pierna y comenzó a limarse las uñas –te apuesto que no contemplaste en tus planes el embarazo de Lily –la señaló con la lima.

—¿Qué? –Los ojos de Sheryl se abrieron sorprendidos —¿embarazada? ¿Y de quién?

—¿En serio me preguntas eso? –se burló –de Edward ¿de quién más?

—Él usa protección, no es tan idiota.

—Pues si es idiota, la primera semana que comenzaron, conté muuuchas veces, sin condón –se encogió de hombros.

—¿Nos espiabas? –investigó Lily.

—No, en aquél tiempo pensé que eras lo más cercano a un amigo realmente, antes de saber que me quitaste a mi marido, mira, si hubiese sabido antes que eres tú –se burló.

—No investigas bien –se burló Sheryl.

—En realidad no conté con que me traicionarías, fui a ver a Jarvis, pero no me dijo nada –observó a Lily, para hacerle recordar cuando había pasado eso.

—Tú no me ayudaste, yo te prometí que me desharía de tu hermana, y tú me prometiste que me dejarías ser feliz con él, sin meterte como lo hiciste con Jade y él.

—Querida, tú sola lo dejaste, yo no tuve nada que ver.

—Cada que me metía en su cama me llamaba Lily, eso hiere el orgullo de cualquier mujer ¿o no? Katie.

—En realidad siempre me dijo Katie –se burló.

—Oh, eso hiere más el orgullo –se burló Victoire.

—Quiero ver su cara, como va a despreciarte cuando le diga que eres Lily Potter.

—Ya lo sabe –expuso Lily.

—Y le acaba de decir que la ama –indicó Victoire mientras se limaba otra uña.

—¿De qué lado estás Victoire? –caminó hasta ella, Victoire observó su reloj de pulsera, Lily sonrió, ese lo había armado ella y se lo había obsequiado en la caja que Edward le pidió que le regalara.

—Estoy, del lado de las personas que no me traicionan, Sheryl –Victoire levantó la vista lentamente y se puso de pie –y es molesto, saber qué me traicionaste, y para colmo, hicieras que Sarah drogara a Jarvis para que no llegara a su boda.

—¿Sarah te lo dijo? –sonrió.

—Soy más inteligente que eso, no por nada, soy la nieta más inteligente de James Potter.

—El viejo que le dejó a Lily todo.

—A mí me heredó su inteligencia ¿para qué pedía más? –sonrió. —Jarvis era el mejor amigo de Edward, y yo realmente lo apreciaba, fue muy mala idea que lo drogaras para que sufriera un accidente vial.

Victoire jaló el brazo de Sheryl y colocó el suyo alrededor de su cuello, le sonrió a Lily y sacó algo su sostén .

—Quisiste hacer esto como una película vulgar, morirás de igual forma –se burló e incrustó algo en el cuello de Sheryl.

—Muérete rápido –la pateo cuando Sheryl cayó al suelo y la observó. —Ven, veamos el cielo, es un día bonito –la levantó y la llevó a la azotea.

Victoire sentó a Lily en el bordo y sonrió, aún tenía las manos atadas, y observó por primera vez a su hermana, traía una gabardina café, unos jeans y unos converse, se amarró el cabello rubio que azotaba en su rostro, estaba delgada, más delgada que cuando murió Jarvis.

—¿Sabes cuál es el problema de las antagonistas baratas de los libros? —le preguntó.

—No sé –mintió.

—Claro que lo sabes, solías repetirlo muchas veces, hacías reír al abuelo y a Edward con eso.

—Que siempre cuentan todo lo que hicieron antes de matar a la protagonista, eso les da tiempo a la policía dar con ella.

—Así es –sonrió –yo no soy esa antagonista, soy una antagonista lista y hermosa –le sonrió.

—Victoire…

—Lo cierto es, que ya sabía que eras tú –le dio la espalda y se alejó un poco –lo sabía desde hace mucho, y en la madrugada, cuando Edward me dijo que no me había dado el tiempo de conocerte, quise desmentirlo, porque no sabía realmente que él sabía que eras tú, y no quería arruinar el drama –sonrió –por eso, me molestó el hecho de verte besando a Scorpius –volteo de nuevo hasta ella –porque… cuando volviste, quise darme la oportunidad de conocer a mi hermana, tal vez no serías tú, pero eras en el fondo Lily Potter, y jamás estuve de acuerdo con la idea de quemarte –le aclaró –jamás quise la herencia del abuelo, quería a Edward Lupin conmigo, no contigo, y… bueno…

—¿Por qué me estás diciendo esto? –la interrumpió.

—Por qué no soy la típica antagonista, Lily, tengo una hora antes de que Edward y la policía llegue, y quiero que sepas todo, porque… me imagino que quieres saberlo porque si no, me ahorraré el preludio.

—Quiero saberlo.

—Bien, entonces, no interrumpas.

—De acuerdo.

—Recuerdo algo que me dijiste un día, cuando eras pequeña y no entendías que te quería lejos de mí –sonrió –me dijiste, que no entendías a esos antagonistas, que se la pasaban toda la historia haciendo sufrir a la protagonista y al final, simplemente se redimían haciendo algo por ella –Lily la observó y por un momento pensó que los ojos verdes de Victoire se habían dulcificado –y en ese momento estuve de acuerdo contigo, tampoco comprendo a esas antagonistas, pero, algo que es cierto Lily, es que no todas las personas son 100% buenas o malas, hay un porciento de uno y otro –bajó la cabeza –también coincidí con el abuelo, que no son las circunstancias las que te orillan a ser lo que eres, tú ya sabes que porciento es el que quieres incrementar, y esas buenas o malas acciones, las haces impulsadas por ese porciento dentro de ti, yo elegí ser una perra –le sonrió –pero quiero que entiendas algo con esto, todos, todos podemos cambiar ese porciento y volvernos esa perra, tú lo experimentaste cuando llegaste a Londres como Katie O'hara, y lo viste ahora con Sheryl, algunas personas llevamos a extremos lo que deseamos o por reclamar lo que creemos nuestro.

—Victoire…

—Todo lo que te dije en la lectura del testamento del abuelo fue mentira, en realidad, planee todo esto porque quería vengarme de Edward, mi plan sí era alejarte de él, quitarle todo lo que amaba, todo su mundo, toda la felicidad y lo bueno en su vida; todo eso, eres tú, Lily –Victoire comenzó a reír en ese momento –el jamás supo nada de lo que tenía planeado, sería un poco estúpido ¿no? Decirle que mi plan era crear a la perfecta competencia, quitarle todo por lo que luchaba –la observó –tú, soy más inteligente que eso, así que elegí a uno de sus amigos, y le propuse un trato, enamorarte, así él sufriría, porque si hay algo en ésta familia en común, es que… cuando nos enamoramos, no vemos más allá, aunque todo esté en nuestras narices, no se necesitaba ser un genio para saber que Edward estaba enamorado de ti ¿por qué no lo notaste? Pues no lo sé y no me interesa, siempre para ti, fue Scorpius, él pudo decirte que planeaba contra ti, pero ciertamente, no te hubiese podido decir mucho –levantó la mano antes de que Lily interrumpiera –siempre lo acusaste a él de todo, pero… creo que confías mucho muy rápido en quien no te conviene ¿sabes quién me dijo realmente lo de Nueva Zelanda? –Lily negó intentando contener el llanto –tu adorable abuela Evangeline, parece que olvidaste el pequeño detalle, de que aparte de ti y Teddy, ella lo sabía, y no fue mi idea lo de la anciana, fue de Scorpius, conquistarte se le hacía complicado, así que bueno, se las arregló bastante bien ¿no? –le dedicó una sonrisa burlona –la carta que te enseñé ese día, era falsa, creo que ahora vas a entender, que cuando te enamoras y ese alguien te rompe el corazón, puede sacar lo peor de ti, jamás fue mi intención dañarte tanto, Lily –se hincó frente a ella para que sus rostros quedaran a la altura –pero como ya te lo dije, estoy en contra de esas malas que al final se vuelven buenas –se burló –así que yo misma preferí seguir en mi punto de villana, y fui una muy buena villana, y mi abuelo lo sabía –sonrió.

—Victoire, yo…

—Déjame terminar –se puso de pie –no pensaba detener a Sheryl de matarte, pero Edward me dijo que estás embarazada.

—No sé –bajó la mirada –tal vez…

—Él no mentiría en eso –entrecerró los ojos –y sé lo que es tener un hijo, siempre desee que Ashley fuera de Edward, y sé, que si tú no tienes a ese bebé, sé que él no tendrá un hijo con nadie más –sonrió –Lily, sé que eres la persona correcta y que harás inmensamente feliz a Edward, como yo no pude hacerlo, él te ama, demasiado para ser verdad, y no me arrepiento de actuar como lo hice todo este tiempo, porque te alejé de Scorpius –sonrió –y él jamás te amo, él estaba ahí, sólo para dañar a Edward, te enamoró, porque así Edward se volvería en mí.

—Siempre te adoré –le dijo –y nunca entendí…

—Ser la aventura de mi madre y llevar el apellido Potter era una aberración para mi padre –sonrió.

—El abuelo tenía una hija bastarda –le informó.

—Lo sé, todo –se encogió de hombros –el abuelo confió en mí antes que en ti –dio un paso atrás y sacó un arma de su bolsillo –alguien tenía que saber la historia y aun así, inspirar el desarrollo, pero sólo yo, podría escribir el increíble final –le sonrió y le apuntó con el arma.

—¡Lily! –escuchó a Edward gritarle.

—Victoire –musitó Lily –qué… tú dijiste

—Dije que no soy una antagonista buscando redimirse –se burló –me alegra compartir un secreto, Lily, pero los secretos sólo son secretos, cuando un conocedor, está muerto, aun así, dije que no iba a matarte sólo porque estás embarazada, nunca dije que no lo mataría a él.

Se hizo a un lado para dejar que Edward se acercara a ellas.

—¿Estás bien? –averiguó.

—Trae un arma –señaló ella.

—Lo sé, no me importa si me mata.

—Te dejaré algo en claro –Victoire se subió al bordo cuando Edward alejó a Lily de ahí después de desatarle las muñecas.

—Baja de ahí –pidió Ted.

—Cuando Ashley murió, lo que te dije ese día fue cierto –Edward se tensó –ahora tendrás el propio y quiero que sepas que sólo por eso no la maté –le aceptó –pero vendré del infierno si haces algo estúpido –se arrojó después de detonar el arma en dirección de Teddy.

—¡Victoire! –chilló Lily pero Edward la sujetó.

—&—

Las cosas se tranquilizaron lo suficiente, estuvo internada una semana, que era lo que le faltaba antes de que la sacaran del hospital, había recordado que el rostro que había visto con la capucha negra había sido el de Sheryl, también agradecía que Victoire hubiese limpiado la memoria de Jarvis, admitía que cuando Sheryl dijo eso de él, su mundo se fue al carajo, pero su hermana le había dicho que él la había amado, y que había recuperado a la antigua chica feliz, por su amigo, que el día de la boda, planeaba irse, porque él sabía que ella amaba a Edward y no a él, y que él la amaba a ella, lo supo cuando le pidió que no se casara con ella.

Aun así y después de todo lo que pasó, Edward no se había aparecido en el hospital toda esa semana, se sentía mal por eso

—Nos iremos de luna de miel –sonrió Audrey.

—Lo merecen, lo has tenido en abstinencia mucho tiempo –sonrió.

—Lo sé –bajó el rostro –no quiero dejarte sola.

—Tengo a mi padre, a Becky y George, a mi ahijado y… a mi propio hijo –sonrió.

—Volveremos pronto –se acercó para abrazarla.

—Claro.

—Iré a ayudar a Edward, se mudará en tres días.

—Me alegro que se volvieran amigos –sonrió.

—Tu rescate hizo más que rescatarte –sujetó su mano.

—Lyall y tú serán padrinos –les informó.

—Volveremos por eso también.

—Claro.

Cuando llegaron a su casa lo primero que hizo fue dirigirse al despacho de su abuelo, todo lo que había pasado con Victoire hacía unos días y en realidad, el nuevo rechazo de Edward y hacia su hijo, pensó que todo se había superado, pero no, se sintió mareada y se acostó en forma fetal sobre el sofá de piel, acariciando su vientre, había olvidado completamente tan fuerte sentimiento cuando tenía 16 años. La razón por la que le asustaba el amor, él la había rechazado, la edad había dicho, por eso su rechazo hacia Scorpius por ser mayor y cuando él salió con Jade ¿Qué diferencia había? Jade también tenía 17 años como ella y la amó primero, la amo tanto que lo hizo cambiar, algo que ella jamás había podido.

—Todo estará bien –volvió a acariciar su vientre –seré todo lo que necesitarás, lo juro bebé.

Can you sleep as the sound hits your ears one at a time? An unspoken balance here, unabridged for so many years that I should stare at receivers to receive her isn't fair, don't worry I'll catch you, don't worry I'll catch you, don't ever worry, your arms in mine, anytime, I wouldn't trade anything you're still my everything to my surprise, before my eyes, you arrive, don't worry I'll catch you, don't worry I'll catch you, don't ever worry, I'm still breaking old habits when you pulled the wool over me I can see everything, everything remembering "jinx removing" don't worry I'll catch you, don't worry I'll catch you, don't ever worry, no need for reminding… you're still all that matters to me –cantó Edward en su oído y se recostó junto a ella.

—No, no lo hagas –intentó alejarse.

—¿Por qué no? –le preguntó.

—Porque luego te irás, y no quiero –lo observó –no quiero que te vayas de nuevo –comenzó a llorar –Edward si te veo de nuevo alejarte de mi vida voy a morir y no…

—Lily –la besó –disfruta el momento ¿quieres? –curioseó

—No –lo alejó –Edward… sabes que por ti yo moriría pero, ahora no estoy pensando en mí.

—Lo sé –comentó serio –se acomodó sobre ella y besó su cuello, sólo como él sabía hacerlo.

—Edward, por favor –suplicó.

—No te hagas la difícil por favor –sus manos acariciaron su vientre y sus labios rozaron su pecho.

Teddy invadió su ser como muchas veces antes, pero de manera lenta, la embestía suavemente sin querer lastimarla, la besó y en ese momento Lily comprendió que no era más que una despedida, él se iría de su vida como antes lo había hecho, pero le dejaría dos maravillosos recuerdos, su hijo y esta última vez.

Lily estaba recostada sobre él, viendo el techo, esperando que ese momento durara para toda la vida, cerró los ojos apretándolos con fuerza cuando él se movió, se había roto el momento, el encanto, él se marcharía y no tendría el valor de detenerlo, si él no quería estar con ella, no podía atarlo.

—Lily –la atrajo a la realidad –he hablado con Lyall antes de venir a verte –le informó –ella giró un poco para verlo, estaba acostado y tranquilo, sin intención de marcharse.

—¿De qué hablaron? –inquirió intentando que no se quebrara su voz pero no pudo.

—Oh no –tomó su barbilla –no llores –se subió sobre ella y la besó –he perdido todo –explicó serio –pero… Lily, he perdido todo lo que ofrecí si te recuperaba sana y salva, ofrecí mi fortuna al universo por tenerte junto a mí y aquí estas –acarició su rostro –amándome como jamás pensé que me amarías y si no fuera suficiente, esperando un hijo mío, es un precio justo por todo esto que tengo ahora, y sé que a pesar de eso, tú quieres…

—Jamás me ha importado el dinero –le recordó –Edward, te amo, te amo a ti, no a tu dinero.

—Lily te amo tanto –volvió a besarla –pero no puedo perdonarte, sin embargo… –musitó, ella dejó caer la mano de su mejilla y se alejó bajando el rostro, y se puso de pie, seguida de él.

—Entonces vete –se alejó, sin dejarlo continuar.

—Voy a responder, voy a cuidarlos a los dos, Lily… –dio un paso hasta ella.

—No –se negó –no podría soportarlo.

—Lo siento –indicó apenado, a pesar de todo, de amarla, no podía perdonarle todo.

—Lo comprendo –le sonrió –y no te culpo por no perdonarme, sólo… entonces… sólo cierra los ojos e imagina que realmente morí en ese incendio –susurró –por qué eso es lo que tú estás haciendo, me estás matando por completo, sólo… borra que un día volví como otra persona, borremos lo que sentimos.

—¿Y es así de fácil? –preguntó.

—Un día pretendimos que no sentíamos nada el uno por el otro –miró a otro lado.

—Lily…

—Váyase Señor Lupin –volvió a ese tono frío –porque usted no significa nada para mí –lo observó con los ojos llenos de lágrimas –olvide que un día estuve en su vida y olvide que a consecuencia de eso, engendró un hijo, no quiero que esté aquí, unido a mí por alguien que no pidió eso, sea libre, soltero, como siempre quiso ser, sin importarle nada más.

Edward pasó junto a ella, acarició su vientre y besó la frente de Lily y al final, desapareció de su vida, como sabía que pasaría.