Vuelvo con el capitulo 23!
Lamento la larga pausa, un montón de cosas se atravesaron, incluyendo un bloqueo creativo. Voy a esforzarme más en seguir escribiendo para no dejar esto suspendido. tengo demasiado sueño como para poner algo más, así que vamos con el capitulo.
Escribo sin fines de lucro, por puro entretenimiento, bla bla bla, se saben el resto; yo solo poseo a Cordelia y su familia y cualquier futuro personaje que aparezca.
Capitulo 23
Ya soy en el tercer día en la presa, miércoles, o cuarto si se contaba la primera vez que llegamos. Las comunicaciones aun no volvían. En algún momento del día anterior, observa un grupo de trabajadores para ingresar a la cámara donde los Autobots se quedanban y empezaban a limpiar. También vimos un Banacheck dejando el lugar, acompañado de algunos hombres armados. Además de eso, el lugar parecía estar vacio. Por suerte, Mike se quedo con nosotros, manteniéndonos algo informados de lo que sucedía. Al parecer, se crearon lugares para trasladarse a otra base, en algún punto de Nevada; También ahí era donde irían los restos de los Decepticons de Mission City. Era un alivio para todos el no volver a ver un Simmons ni estar involucrados con S7, aunque el equipo de Lennox debería decidir si unirse o no.
Después de la pequeña escena embarazosa del lunes, todo gracias a BumbleBee, permanecí alejada de Lennox, solo saludándolo y habiéndolo necesario. Pasar la mayor parte del tiempo con los Autobots, ayudando a Ratchet a reparar a BumbleBee y charlando con los demás. Jazz se encuentra mucho mejor, siendo capaz de levantarse sin tambor y caminar por la cámara varias veces antes de cansarse. Ratchet quería asegurarse de que las fuerzas regresasen antes de que intentara convertirse en su forma vehículo. Mikaela estaba muy satisfecha de sí misma, especialmente ante las felicitaciones de Ratchet y Optimus. Jazz se disculpó con ella por no creer en sus habilidades, Ironhide bromeo sobre que sería una buena sesión para Ratchet, un lo que BumbleBee estuvo de acuerdo. Sam le rehuía a Ironhide, aun asustado por la persecución del lunes; generalmente se pasa la noche con BumbleBee o con los soldados; aunque a veces lo encontrábamos con Mikaela, los dos muy juntos. Me alegraba el ver que Mikaela intentaba conocer a Sam. Ambos recibieron constantes burlas de los soldados, especialmente de Epps y Lennox. Mantenía mis comentarios para mí misma, no quiero repetir la noche de chicas.
Al estar apartados del resto de los humanos, tratábamos de encontrar modos de entretenernos. Aparte de charlar y conocernos entre nosotros, los soldados se ejercitaron para mantenerse en forma, utilizando la extensión de túneles y la cámara. De alguna manera arrastraron a Sam en sus rutinas de ejercicio, causando que Mikaela y yo riéramos divertidas al verlo pasar penas. Mikaela se unió en cuando, apreciando que era un buen ejercicio. Habían intentado convencerme, pero me negué rotundamente; una diferencia de ellos, la ropa que usaba no era apta para el ejercitarse y que no estaba del todo cómoda con ellos a causa de mi físico. Así que, mientras que ellos se ejercitaban, yo charlaba con algunos de los Autobots. Todos tenían algo que contar, pero con quien prefería conversar era con Optimus; algo en la cadencia de su voz me atraía y el modo en el que contaba sobre su vida antes de la guerra me conmovía. Me era fácil dejar la timidez al hablar con Optimus.
Ya pasaba de mediodía, gracias al reloj interno de los Autobots, y habíamos terminado de almorzar cuando escuchamos una serie de gritos venir por uno de los túneles. Estaba sentada en el hombro de Optimus, quien a su vez estaba sentado en el suelo mientras charlábamos. Ratchet había comenzado la unión de las piernas de BumbleBee al resto de su cuerpo; Mikaela hacia revisiones adicionales a Jazz para asegurarse que todo estaba en orden. Epps le enseñaba a Sam un par de movimientos de defensa, después de enterarse de que era algo intimidado en la escuela, mientras los demás soldados observaban y daban ideas. Ironhide estaba en forma vehículo tomando una siesta, que según me explico Ratchet se le llamaba recarga. Detuvimos nuestras actividades al escuchar los gritos y en poco tiempo del túnel aparecieron Lennox y Mike, luciendo muy conmocionados. Optimus alzo un brazo, ofreciéndome su mano para bajar al suelo. Con cuidado me subí a su mano, sujetándome con fuerza a sus dedos para evitar caer mientras descendía su brazo. Ya en el suelo, Optimus se enderezo en toda su altura, llamando a Ironhide para despertar. Se transformo en su verdadera forma, bastante irritado. Deje a Optimus hablando con el especialista en armas y corrí hacia Sam y Epps; Mikaela se nos unió, parándose a mi lado. Todos observamos a ambos hombres deteniéndose a pocos metros, jadeando un poco sin aliento. Tenían una sonrisa extraña en los labios y los ojos brillantes.
-¿Sucedió algo, capitán Lennox?- pregunto Optimus.
El aludido respiro un par de veces hasta que su agitación se aplaco.
-Ya hay comunicaciones- finalmente dijo.
Callamos unos momentos, para después explotar en una ráfaga de preguntas, que al hablarlas al mismo tiempo no se entendían nada. Mike calmo los ánimos, gritando que guardáramos silencio.
-Gracias- dijo, al obedecerlo-. En realidad, las comunicaciones no están recuperadas del todo- aclaro-, pero ya es posible recibir señales de manera esporádica.
-El Secretario de Defensa logro contactarnos brevemente- la voz de Lennox transmitía entusiasmo-; parece ser que lo que causo el apagón mundial está perdiendo fuerza. Maggie y Glen, junto con otros hackers, están trabajando en combatirlo y restaurarlas por completo.
-Y nos largaremos de este lugar- declaro Epps.
Nos reímos por el comentario.
-Entonces- hable, un poco menos tímida que antes-. ¿No tomara mucho tiempo el poder estar en contacto con el mundo?
Lennox me miro con algo de malestar; parecía que mi distanciamiento lo tenía herido un poco. Me sentí mal al ver sus ojos castaños claros ligeramente opacos, pero mantener la distancia era por mi propio bien. Necesitaba esa distancia para aclarar mis pensamientos y sentimientos.
-Bueno- se cruzo de brazos-, según un fragmento del mensaje que nos llego, en unos tres o cuatro días estarán arregladas en nuestro país.
-Si es que no lo logran antes- agrego Mike.
Todos nos alegramos por la información, aunque era un poco lamentable que se tardaran un tiempo. Nos separamos para continuar con nuestras actividades, cuando una mano me tomo del brazo, obligándome a detenerme. Me volví, notando que Lennox era quien me impedía avanzar. Lo mire al rostro, que mantenía en un gesto de seriedad.
-¿Qué pasa?- le pregunte.
-¿Podemos hablar en privado?- me respondió con otra pregunta.
Guarde silencio unos momentos, pensando en su petición. Finalmente asentí lentamente, accediendo a conversar con él. Libero mi brazo, moviéndolo hacia mi espalda, sin tocarme, y me guio lo suficientemente lejos de todos para que no escucharan nuestra conversación. El nerviosismo hacia que me tensara y temblara ligeramente, mi corazón latiendo un poco deprisa por la cercanía de Lennox. Entramos por uno de los túneles, avanzando algunos pasos y detenernos justo antes de ya no ver a los demás. Ambos giramos para vernos; tuve que alzar la cabeza para mirarlo, notando lo alto que era en comparación conmigo. Muy probablemente no le llegaba ni a los hombros; me sentí cohibida por su altura, muy al contrario de cómo me sentía al estar cerca de Optimus. Con Optimus era como si una manta protectora me cubriera, cálida y reconfortante. Estar cerca de Lennox me hacia consciente de que éramos de sexos opuestos y, por lo tanto, la atracción era una posibilidad. Considere que el distanciamiento era una buena forma para deshacer esas sensaciones.
Lennox se mantuvo en silencio, limitándose a mirar por encima de mi cabeza. Espere pacientemente, sintiéndome ansiosa por el silencio prolongado. Estaba por hablar yo cuando Lennox coloco sus manos en mis hombros y me miro a los ojos. Tenía una expresión de disculpa en su rostro.
-Mira, sé que me estas evitando, no lo niegues- añadió al ver que abría la boca para replicar-, y es algo que comprendo.
-¿De verdad?
Sus manos dejaron mis hombros, pasando una por su cabello. Luego se cruzo de brazos
-Soy consciente que mis acciones se pueden mal interpretar, cómo fue lo sucedido el lunes.
Me sonroje ante el recuerdo. Lennox me dio una sonrisa de disculpa.
-Quiero que sepas que no tengo segundas intenciones contigo- me explico-. Tú has sido de las más afectadas por todo este desastre y en cierta medida me siento responsable. Quiero asegurarme que te encuentres bien antes de que todos volvamos a nuestras vidas.
-Tanto como sea posible después de conocer robots extraterrestres- dije con algo de humor.
Ambos nos reímos. Estaba empezando a sentirme menos tensa alrededor de Lennox; parecía que esta conversación era necesaria. Al terminar de reír, Lennox continúo hablando.
-No te conozco tanto, pero lo que se de ti hasta el momento me agrada y se ve que eres una persona leal; no me gustaría que hubiera tensiones entre nosotros o que te sintieras incomoda al hablar conmigo.
-Gracias- le dije-, por preocuparte por mí, aunque no era necesario.
Me dio una sonrisa cálida, haciendo que mi corazón se acelerara.
-Creo que podríamos llevarnos bien- y me tendió su mano-. Soy William Lennox, pero puedes llamarme Will.
Le di una sonrisa tímida y tome su mano, sacudiéndola ligeramente. La sonrisa de Lennox se volvió brillante.
-Cordelia Kennedy, solo Cordelia- aclare-. Ya han intentado darme algún apodo y el asunto siempre terminaba con alguna nariz rota.
Rio a carcajadas por mi comentario.
-Gracias por la advertencia- dijo riendo-. ¿No tienes ya un apodo? Según recuerdo, Simmons te decía pequeña princesa.
-Honestamente no entiendo porque; no parecía precisamente una princesa cuando nos encontramos- me queje.
Los ojos de Lennox brillaron de un modo especial.
-Bueno, habrá visto algo que tu no.
Resople burlonamente; luego, considere el decirle el apodo con el que me llamaba mi familia
- Puedes llamarme Mio.
-¿Mio?- pregunto confundido, pronunciándolo del mismo modo en el que lo hice.
-No es la palabra que se usa para decir que algo te pertenece, es un apodo que me dio mi bisabuela al poco tiempo de nacer.
-¿Significa algo?- quiso saber, mientras me indicaba con un gesto de su brazo para caminar de regreso.
-Mi viene de Mei, que significa belleza en japonés, y O viene de Sakura, que significa flor de cerezo- explique mientras ambos salíamos del túnel-; literalmente significa bella flor de cerezo o linda cereza.
-Bueno, te sonrojas muchos- se burlo.
Y para confirmar lo dicho, me sonroje, provocándole la risa. Le di un golpe leve en el brazo, solo consiguiendo que riera más fuerte. No le tomo mucho tiempo calmarse, solo lo suficiente para que alcanzáramos a Ironhide, quien volvió a recargar. Ironhide estaba algo apartados de los demás, claramente queriendo estar lo más solo posible.
-Solo te advierto algo- hable después de un corto silencio-, no puedes llamarme así en frente de todos; las únicas personas que lo hacen son mis familia por parte de mi madre y mi padre.
-¿Ni siquiera Sam?
-Él prefiere no hacerlo- me reí ligeramente-, dice que se escucha raro.
-Para los que no saben lo que significa realmente, puede ser malinterpretado- acordó-. Entonces, ¿japonés? ¿Eres japonesa?- pregunto con curiosidad.
-Ascendencia japonesa- aclare-. Mi abuela materna es japonesa.
-Eso es interesante.
-Y no es toda la historia. Tal vez te lo cuente en otra ocasión- sonreí suavemente.
-Esperare con paciencia- me dio una sonrisa ladeada.
Mi corazón se acelero por su sonrisa. Habíamos pasado a Ironhide, notando que la mayoría regreso a sus actividades anteriores o hacia algunas nuevas. Le di un gesto de despedida a Lennox y camine hacia Ratchet, quien continúo uniendo las piernas de BumbleBee. Junto al Autobot medico estaba Mikaela y Jazz, quienes observaban atentamente todo el proceso. Me detuve al lado de Mikaela, captando su atención.
-¿Está todo bien?- me pregunto-. Lennox y tú desaparecieron.
-¿Y no fueron a buscarnos?- le pregunte en respuesta, alzando una ceja.
-No queríamos interrumpir su momento especial- respondió con malicia.
Rodé los ojos, algo fastidiada.
-Simplemente se disculpo por lo del lunes, aunque no tenía razones para hacerlo, y quería que nos lleváramos bien- le hice un gesto de silencio con la mano al verla abrir la boca-. Por favor, no intentes hacerme creer que le intereso más allá de la amistad; no estoy preparada para ese tipo de emociones.
Levanto las manos en señal de rendición, riendo levemente.
-De acuerdo, lo que te haga sentir mejor.
No le respondí, centrándome en ver a Ratchet reparar a BumbleBee. Ratchet me había comentado que el proceso de unir partes cercenadas era delicado, se debía de hacer con mucho cuidado y paciencia para hacerlo de manera correcta o se vería forzado a cortar de nuevo y volver a unir. El simple pensamiento me causaba dolor.
Ambas observamos con admiración el delicado trabajo que hacia Ratchet. Los Autobots eran fascinantes; alguien que no los conociera pensaría que eran simples maquinas, pero hasta el momento demostraban que eran muy parecidos a nosotros, los humanos.
Ratchet estaba por terminar de unir la primera pierna, después de mucho tiempo y comprobando que lo hacía de manera correcta, cuando un alboroto atrajo mi atención. Mire alrededor de la cámara, notando que el alboroto no venía de ninguno de ellos. Uno de los soldados tenía a Sam en una llave, tratando de enseñarle como liberarse de ella, mientras Epps los supervisaba y el resto se limitaban a observar. Lennox estaba recargado contra el parachoques de Ironhide, charlando con Optimus. Todos se habían detenido de nuevo, cuando el alboroto empezó a subir de volumen. El escándalo provenía de uno de los túneles, el cual podía recordar fue por donde entramos desde la presa. Claramente era una discusión, aunque no se entendía con claridad las palabras. Las voces se iban distinguiendo, siendo la predominante una voz femenina; era aguda, estridente y por el tono se notaba que estaba en la histeria. Algo en esa voz me parecía familiar, pero no lograba recordar donde. Era de esas veces en que sabias algo pero no lograbas recordarlo correctamente. Me aleje de Mikaela y los tres Autobots, caminando hacia el túnel. Note de reojo como Sam pedía detener la lección, desenredándose de la llave y se dirigía en mi dirección. Le di una breve mirada, observando la expresión de curiosidad y confusión de su rostro, en reflejo de la mía. A la voz femenina se le unían un par de voces masculinas de vez en cuando; una era calmada y razonable, mientras que la otra tenía un leve tono de irritación y era demandante. No lograba identificar del todo la voz femenina y la voz masculina irritada, aunque mi cerebro me decía que eran familiares. Escuche a Sam jadear a mi lado y al girar mi cabeza para verlo; su cara reflejaba sorpresa y consternación, para finalmente cambiar en una de pánico. Se llevo ambas manos a la cabeza, agarrándose el cabello, balbuceando cosas que no entendía y empezó a caminar de un lado a otro. Lo mire, no entendiendo lo que pasaba.
-¿Sam?
-No, no, no, no, no- balbuceaba-, estoy muerto, estoy muerto.
-¿Sam?- pregunto Mikaela, acercándose a nosotros.
No entendía el pánico de Sam, así que trate de enfocar mi atención en las voces. Sam debió haberlas reconocido, y si le eran familiares, entonces también yo debía reconocerlas. Mi cerebro no hizo las conexiones hasta que vi salir del túnel a quienes pertenecían las voces. Banacheck charlaba calmadamente con una pareja; el hombre era más bajo que Banacheck, con sobrepeso, piel clara, cabello oscuro peinado hacia atrás y rondaba entre los treinta y cuarenta. La mujer era un poco más alta que su esposo, con el cabello rojizo claro, corto y ondulado, la tez de su piel era clara, de la misma edad que su esposo. Mi cuerpo se tenso al reconocerlos, especialmente al notar que a la pareja no le quedaba paciencia.
-Nos ha estado dando demasiadas excusas- reprocho el hombre-. Quiero saber que está pasando, ahora.
-Quiero a mi hijo de vuelta- agrego la mujer-, a mi perro y a las amigas de mi hijo lo más pronto posible o todos ustedes lo pagaran caro- señalo, amenazante, a Banacheck y al grupo de hombres que venían detrás de ellos.
Habrían continuado discutiendo, pero Sam decidió interrumpirlos.
-¿Papá? ¿Mamá?
Ambos se callaron y giraron sus cabezas al escuchar a su hijo llamarlos. Sam y yo estábamos de pie, lado a lado, frente al grupo variado de personas y Autobots. Mikaela se detuvo un par de pasos detrás de nosotros, expectante. Por un momento me pregunte cual sería su reacción al ver a cinco robots gigantes y un grupo de militares. Por supuesto, no me esperaba que la madre de Sam gritara y corriera directo hacia nosotros dos, abrazando a su hijo, balbuceando un montón de incoherencias y besándole la cabeza, para su vergüenza.
-¡Oh, mi bebe! ¡Mi hermoso bebe!- lloraba Judy, besando su frente varias veces.
-¡Mamá!- se quejo Sam, avergonzado por las risas de los espectadores.
También me reí, pero fue cortada abruptamente cuando Judy noto mi presencia, soltando un brazo para agarrarme y apretarme contra ella y Sam, abrazándonos a ambos. Sentí mi rostro ruborizarse por la atención maternal de Judy.
-Mis preciosos niños- continuó.
-Mamá, por favor- siguió quejándose su hijo.
-¡Judy!- chille cuando me dio un sonoro beso en la frente, que aun me dolía por el golpe.
Nos libero de su abrazo, pero mantuvo sus brazos en nuestros hombros para que estuviéramos cerca.
-¿Están bien?- nos pregunto-. ¿No les paso nada? ¿Comieron?- luego se dio cuenta de nuestra nueva vestimenta-. ¿Y esta ropa? ¿Dónde está la de ustedes?
-Estamos bien, mamá- respondió Sam
Judy nos examino, notando cada detalle de nuestra apariencia.
-Sam ¿Por qué te ves todo raspado?- luego, con su mano hizo retroceder mi flequillo, descubriendo el golpe en mi frente-. ¿Y ese golpe? ¿Qué ha pasado? ¿Qué les ha pasado?
Mikaela avanzo los pocos pasos que la separaban de nosotros tres.
-Señora Witwicky- le hablo, atrayendo su atención-, es algo difícil de explicar.
La miro ceñuda, claramente no entendiendo. Me parecía sorprendente que aun no se fijara en los Autobots, al ser lo primero que llamaría la atención. Aprovechando que era algo libre del abrazo protector de Judy, mire al resto de los recién llegados. Todos permanecían tranquilos, excepto, por supuesto, el padre de Sam quien miraba fijamente detrás de nosotros, con el rostro alzado, expresando shock, ansiedad y miedo. Sus labios estaban apretados en una línea tensa. Su expresión me dio pánico. Las cosas se iban a poner muy feas.
-Judy- Ron llamo a su esposa.
Se esposa se giro un poco para mirarlo.
-¿Qué sucede, Ron?- su voz reflejaba desconcierto-. ¿Por qué te ves tan trastornado?
Su esposo se limito a levantar un brazo y señalar detrás de nosotros. Judy siguió con su mirada hacia donde apuntaba su esposo, su cuerpo volviéndose rígido al descubrir que era lo que le perturbaba. Sam, Mikaela y yo nos giramos, lo suficiente para ver a cuatro de los cinco Autobots. Ironhide aun estaba recargando. El aire se cargo de tensión.
De repente, Ironhide comenzó a moverse, provocando que Lennox casi callera de espaldas, afortunadamente logro estabilizarse y alejarse del Autobot que se transformaba. Chirridos y el sonido de metal deslizarse en el silencio de la cámara. Ironhide se estiro en toda su altura al completar su transformación, luego el silencio incomodo y miro alrededor del lugar.
-¿Qué? - pregunto a nadie en particular.
Y el caos se desato.
Esto se va a poner feo lol.
Nos vemos en el siguiente capitulo; dejen review y comenten.
*insertar aquí rugido de Tiranosaurio Rex