¡Hola a todos! Es curioso confesarles que después de actualizar el capítulo anterior, un día después ya me encontraba escribiendo este (sin mentir, llevaba la mitad). De acuerdo según por lo que veo, mi última actualización fue en Febrero… ok, hay algo que comentar respecto a esas fechas.

A inicios del año pasado a mi papá le diagnosticaron cáncer de pulmón, producto de su vicio al tabaco desde temprana edad. El 2018 fue complicado pues era mi último año universitario y al concluir la carrera (diciembre) y con la salud –mejorada– de mi padre todo parecía estar en orden. Parecía.

Para cuando subí actualización de este fic, él comenzó a tener dificultades para respirar por lo que estuvimos días cuidándolo en clínica y casa estando siempre conectado a una máquina de oxígeno. Para inicios de marzo, conseguí mi primer empleo oficial y recortó más mi tiempo. De día trabajaba, de noche visitaba a mi papá y solo llegaba a dormir a casa sola (mi perro fue mi única compañía y el único que se desveló escuchándome llorar).

Todo se complicó y el oxígeno ya no pudo ser procesado, lamentablemente el corazón débil de mi papá se detuvo el 20 de Marzo de este año.

Pensé en dejar todo y ahogarme en mi pena, pero eso no fue lo que quería mi papá para mí. Hoy mi hermana y yo estamos bien, siempre tratando de sonreír y salir adelante.

Espero disfruten este capítulo, lo he escrito con tanto amor para ustedes y para quienes también han perdido a alguien. Gracias por seguir apoyando.

¡Comenzamos!


Para papá con mucho amor. Gracias por todas esas canciones de cuna y el amor incondicional a pesar de los errores. Hasta nuestro reencuentro cuando mi corazón deje de latir. Te amo.


Es la segunda vez que se encuentra sentada en el asiento del copiloto y el aire acondicionado del auto de Levi le brinda escalofríos. Han tardado más o menos una hora en ponerse al corriente con lo elemental y que posiblemente Hanji es capaz de preguntarle a Mikasa. No fue la gran cosa, pero más vale prevenir.

La ciudad de noche le es hermosa y dentro de un auto donde su interior está a oscuras, le hace apreciar mejor el ambiente, aunque le hace falta la música, pero el silencio también es reconfortante. Cuando se detuvieron en un semáforo, ella miró de reojo al hombre que conducía.

Se veía de lo más tranquilo a comparación de la primera vez que compartieron vehículo, aunque no olvidó el detalle de pedirle que se desinfectara las manos antes de subirse.

– ¿Sigues sorprendida? – preguntó tomándola por sorpresa, la había atrapado viéndolo fijamente.

Mikasa jugó con sus manos y desvió la mirada. Hace unos minutos prometieron comportarse por el bien de la situación, por ello no puede responderle de forma grosera.

–No esperaba saber que no eres tan mayor como imaginé– confesó–. Con todos esos rumores de la sangre, pensé que tendrías… no sé, ¿50?

Levi alzó las cejas, desvió la mirada y se distrajo jugando con el volante.

–Fue lo primero que te aclaré, todos esos rumores son falsos: la sangre, mujeres vírgenes, luna llena, gallinas, lo que quieras. Y sí, tengo 32 años.

Ella asintió con la cabeza. Eso quería decir que cuando Levi cumplió los nueve años, jugaba con sus amiguitos, corría libremente practicando algún deporte y tal vez conoció las primeras revistas para adultos que algún día espiaría, ella llevaba meses de nacida.

El auto comenzó a andar y nuevamente ella le fijó la mirada de forma curiosa mientras jugaba con el anillo de fantasía.

– ¿Algo más que quieras aclarar? – preguntó Levi con vista hacia el frente sorprendiéndola en el acto.

Negó con la cabeza apenada, si tiene algo que comentarle. Se siente desubicada y asustada, mañana estará sola enfrentándose a la mentira. Algo que Eren ni nadie la preparó.

Algo dentro de ella le indicó que estaban en confianza para desahogarse. Se llevarían mal en el pasado, pero ahora están juntos en esto, Levi podría escucharla.

–Estoy nerviosa– confesó con voz temblorosa.

–Tch– se quejó Levi, cosa que hizo que toda la pequeña confianza que había florecido para Mikasa se esfumara.

No es que le importara la situación o la misma muchacha, pero esto es difícil para él. No sabe que responderle, quiere aportar de alguna manera. Mikasa no es parte de su equipo de trabajo, por ello el sentido de liderazgo no le orienta a una respuesta. Ella es su cómplice de mentira, ¿Tendría el mismo efecto?

–Perdón por molestarte, no lo vuelvo a hacer– se quejó la chica molesta y desvió la mirada.

Y ahí va su oportunidad, pero no piensa responderle para remediar todo a la mala. No quiere pelear, aún sigue cabreado por la pelea entre Jean y Erd; estresado por el favor que le pidió a Farlan y preocupado por Erwin a quien recogieron (que, por cierto, no dejaba de hablar de una mujer loca quien le pareció muy graciosa y un tal Timmy afectado en toda la situación) y dejaron a Smith en el aeropuerto antes de que la jornada terminara. También se tuvo que encargar de que ningún medio de comunicación local supiera sobre la identidad de su jefe ni mucho se atrevieran a mostrar fotografías, aunque fuesen censuradas. Por suerte, solo una empresa se arriesgó a compartir la noticia y aseguró que solo sería una nota holgazana, nada de qué preocuparse si había dinero de por medio.

La tensión entre los Ackerman iba en incremento y por primera vez le afectaba al hombre. Decidió encender la radio y colocó una estación aleatoria. La canción en sintonía le agradaba y en un vistazo comprobó que a Mikasa también le agradaba, ese movimiento de cabeza se lo indicaba.

–Odio la música de hoy en día y los nuevos ritmos que adquieren los artistas…– rompió la tensión Levi–. Pero hay una que otra donde me gustan los resultados. Siempre habrá un cambio de gustos y a la mierda quien no se adapte.

Mikasa le miró atentamente más no le respondió.

–Recuerdo a The Neighbourhood con otro estilo, pero me gusta esta canción. Es buena, su cambio es bueno y lo acepto– le subió el volumen.

En su naciente curiosidad la joven quiso preguntarle su banda favorita, pero su orgullo herido no se lo permite.

Cuando "Scary Love" terminó de reproducirse, ya se podía apreciar la residencia de Mikasa a lo lejos. Una vez estacionado enfrente, Levi echó un vistazo para apreciarla al detalle.

–Entonces, creo que nos vemos hasta el domingo…– susurró Mikasa en lo que se quitaba el cinturón de seguridad.

El hombre se siente culpable, claramente se ve que el ánimo de Mikasa está por los suelos. Para ello tiene a Eren, ¿No? Se llaman de vez en cuando, supone.

La respuesta a esa duda es un rotundo no, Eren no le ha llamado y ni siquiera se molestó en contactarse con ella inmediatamente cuando llegó a su destino, ni siquiera Armin. Por ello a ella le duele la situación, nadie está para escucharla y los que están a su alcance no pueden darse el lujo de saber sobre su "mentirilla blanca".

–Mikasa…– le tomó del brazo.

La sensibilidad ya casi no está presente, pero aun la calidez de su mano le es agradable al tacto. ¿Acaso la acaba de llamar por su nombre?

Lo volteó a ver con sorpresa. La mirada llena de determinación del hombre la intimida y le brinda sensación de protección. ¿Debería retirar el brazo?

Levi suspiró e hizo un apretón cariñoso. No, tal vez no debería retirar su brazo.

–Llámame si necesitas algo, no tienes que esperar hasta el domingo para comentármelo– ella le miró apenada–, Todo irá bien, es solo una cita para que hablen sobre qué es lo que te gustaría ver en tu boda. Si la estúpida cuatro ojos te muerde, solo habla e iré a cortarle la cabeza.

Escuchar esas palabras le tocan una de sus más ocultas fibras sensibles.

– ¿Y si arruino todo por no actuar bien? – se liberó delicadamente del agarre de Levi y trató de no llorar.

De acuerdo, esto Levi no lo ve a menudo. Nunca les ha llamado la atención a sus empleados de forma tan estricta como para hacerlos llorar. Era momento de respirar hondo e improvisar.

Él no tuvo más opción que acariciarle los cabellos a Mikasa, su madre solía calmarlo de esa forma.

–No lo harás, confía en ti misma– Mikasa le mostró sus ojos rojos y ante el comentario alentador, una lagrima cayó sobre el asiento.

Un minuto de silencio se hizo presente. La chica Ackerman pensó que el lado gentil de Levi se esfumaría y la sacaría a patadas del auto o aprovechando la ocasión, le jalaría el cabello. Es su preciado auto, por dios. No quiso ensuciarlo de esa manera.

–Y si llegas a estropear algo…– continuó ignorando el detalle de la lagrima y siguió acariciándole el cuero cabelludo–. Eres demasiado lista, ya sabrás que hacer.

¿Lista? ¿Él la considera lista? Wow, Levi era todo un líder. Sabe cómo motivarla.

Por primera vez en todo el tiempo en que se conocen, Mikasa sonrió sinceramente ante un comentario de Levi.

–Gracias…– respondió aun con voz temblorosa y con las yemas de sus dedos tocó gentilmente la mano masculina que se posaba en su cabeza.

Verla sonreír le hizo sentir una corriente helada por la espalda. Levi rápidamente dejó su cabello en paz, bajó su espejo mostrando sus lentes de sol, manos libres perfectamente atados y un block pequeño de post–it amarillo.

–Claro, recordando aquella vez que colocaste sal a mi té sin que Sasha se diera cuenta o aquella vez del twinkie en mi asiento…– comentó mientras escribía sobre un post–it para después despagarlo y guardarlo. Algún detalle o pendiente que no querría olvidar, quizá.

Se siente idiota al tratar de evadir el ambiente sentimental, pero es necesario. No quiere que esta relación "profesional" cruce otros terrenos. No quiere ser su amigo ni confidente. Es mejor alejarse cuando aún tenga oportunidad y también… hacer que ella quiera alejarse.

–Ya entendí…– lo detuvo Mikasa incomoda.

–Recuerda todo lo que hemos hablado hoy y si aún te sientes nerviosa, lleva contigo una botella de agua. No te aseguro que funcione, pero yo lo he aplicado– sintió que estaba hablando de más, pero si la irritaba en el proceso mejor.

–Lo tomaré en cuenta– sonrió levemente.

–Si si, wo wo, arriba arriba– sacó una porra forzada, sin animo y más sarcástica que motivadora. Junto con ella y por una extraña razón Levi le dio dos golpecitos en la espalda a la chica–. Llámame por si acaso y confirma mi sospecha sobre si ella es la responsable de los regalos. Es la única que piensa que tú y yo… Tsk, no pienso decirlo, que asco.

Mikasa asintió y bajó del auto.

Antes de cerrar la puerta, ella nuevamente volvió a verlo como si hubiese recordado algo. Levi alzó las cejas como señal de atención.

–Oiga…– fijó la mirada en el asiento, está apenada–. Lamento lo de hoy, no debí comportarme de esa manera.

Levi inclinó la cabeza, esto no se ve todos los días: la bestia disculpándose.

–También quería comentarle que no sea duro con Jean. Él solo se preocupó por mí– sus mejillas se sonrojaron.

Levi chasqueó su lengua al solo recordar el único voluntario para ser el sustituto de Eren. Él que en verdad deseaba pasar tiempo con Mikasa y estaría dispuesto a hacer todas las obligaciones que le corresponderían al novio despreocupado de la bestia.

Pobre chico, solo puede lamentarse que supo sobre su buena voluntad demasiado tarde como para intercambiar lugares con él.

–Ya olvida eso, no pasó a mayores. Entra antes de que arranque– ella sonrió nuevamente.

– ¿Lo promete?

Él suspiró molesto.

–Sí, lo prometo. Largo– ella cerró su puerta y caminó deprisa hasta su departamento.

Levi sintió una gran satisfacción al verla entrar, no por el hecho de que la hubiese hecho sonreír o porque ya se retiró. Simplemente… había algo en ella que le hacía sentirse así.

Un segundo, diez segundos y llegó el minuto observando la puerta cerrada. Ok, todo en orden. Al parecer no se olvidó de nada.

Puso en marcha el auto, colocó la radio y condujo sin problema. En cuanto llegó a casa y encendió la estufa para prepararse un té. Una sensación algo conocida le molestaba demasiado, le hace sentir ansiedad y preocupación por Mikasa. ¿Cómo contrarrestar ello? Tal vez sabe la solución. Decidió apagar la estufa y forma tranquila sacó de su cochera numerosos productos de limpieza, añadió un delantal a su vestimenta y se colocó guantes de goma.

Esa lagrima no se iba a limpiar sola.


–Me alegra escuchar eso…– le respondió al celular la chica Ackerman mientras preparaba su cena.

Fideos instantáneos con trozos de pollo y vegetales salteados en soya. No tendría para una simple comida china a domicilio, pero a veces podía improvisar para darse sus lujitos extravagantes. Sentía que debía consentirse.

¡Si, Armin también ha practicado bastante bien su inglés! – la voz de Eren se hizo presente en el alta voz–. ¿Cómo va todo con el jefe? ¿Te has portado bien?

Dejó de cocinar para mirar molesta su teléfono, ¿A que venía esa pregunta? ¡Él debía preguntarle si Levi se ha portado bien con ella o no! Por dios Eren, deja de ser un lame suelas.

–Bien, supongo. Hemos charlado para conocernos mejor para evitar posibles incoherencias con la planeadora, a propósito…– sonrió de forma picara–. No te imaginarás cuantos años tiene.

¿Es esencial que sepas su edad?

–No lo sé, pero… adivina.

Se puede escuchar de fondo la voz de Armin alegando lo bonito que es New York y cuanta energía eléctrica deben gastar por mantenerla así de iluminada.

Eh Armin, estoy en una llamada– lo calló Eren.

¡¿Es Mikasa?!– no respondió, probablemente solo asintió la cabeza–. ¡Al fin te dignaste en llamarla, estuve conteniéndome! ¡¿No sabes que tan inapropiado hubiese sido si yo la llamaba primero?! ¡Dame eso…! ¿Hola, Mikasa?

–Armin– respondió sonriendo.

¿Cómo van los preparativos de la boda? Espero que el jefe se comporte contigo…

–Todo en orden, no te preocupes. Mañana me veré con la planeadora y revisaremos presupuestos, temáticas y otras cosas.

¿Nerviosa?

Mikasa recordó lo que acababa de suceder con Levi, suspiró tranquila.

–Lo estaba, pero Levi habló conmigo y lo he conocido mejor, ahora comprendo porque lo respetan.

Sí, bueno... a él se le dan mucho este tipo de cosas, pero lo llegas a estimar en cuanto lo conoces. Por ello estoy tranquilo en que él sea el sustituto.

–Hablando de eso, Armin… ¿Sabes cuantos años tiene?

Armin soltó una risita divertida.

Según los rumores: más de 50, pero según mis cálculos debe tener unos… ¿30–35?

Con Armin el chisme no resulta ser tan gracioso, pero igual no pierde nada con ubicarlo.

–32– corrigió.

No estaba tan perdido, ¿Sabes su color favorito?

–Mencionó que tiene varios, pero se inclina más por el verde.

¿Y pasatiempos…?

–Se escuchará extraño, pero le gusta investigar consejos de limpieza en Pinterest. Es toda una ama de casa.

Tras ese comentario, se sintió invencible. Está lista para lo que se viene mañana, podría hablar tranquilamente sobre Levi lo que tenga que durar la cita.

Pon el altavoz– interfirió Eren de fondo–. Mikasa asegúrate de pensar muy bien lo que dirás, no quiero una boda repleta de los gustos del jefe. Me conformo que solo tenga los tuyos.

–Entonces, ¿Tengo que mentir sobre los gustos de Levi?

¿No ves que es obvio? Por ello no entiendo porque se molestaron en conocerse, tan simple que es cambiar las cosas.

Eren, yo creo que si es necesario que sepan uno del otro. Tal vez para la organización tomen en cuenta tus gustos, pero para platicas y coordinación, deben darse una posible idea como responderá el uno y el otro– interrumpió Armin.

Mikasa está tan confundida, no sabe de qué lado ponerse. ¿Y si llama a Levi…? Oh cierto, una vez que entró a su departamento olvidó que él nunca le ha pasado su número. Podría pedírselo a Eren o a Armin, aprovechando la llamada, pero no sabe si será prudente o no con la situación.

Deja de tomar esto a la ligera, Eren. Le complicarás más las cosas a Mikasa.

Yo solo estoy tratando de hacerle la situación simple, le estoy quitando la tortura que debe soportar con solo conocer al jefe.

Ese comentario la hizo entrar en razón, ahora sabe que bando está.

–Si estuvieras quitando la tortura, hubieses pensado primero en mi antes de pedirle el favor a tu jefe. Te dije que prefería esperarte para organizar todo con calma.

Mikasa, no es hora de que me reclames eso. ¿Qué no estás contenta con la organizadora y tu charla con Levi? – genial, su primera pelea pre–matrimonial.

No le gusta discutir con Eren, casi nunca lo ha hecho. No es momento y no quiere continuar. Ella prefirió callar, él es lo más importante en su vida.

Eso creí, de nada– continuó–. También quiero que me hagas el favor de mandarme fotos que comprueben que asistes a las citas con el jefe, no quiero llegar a saber que…

– ¿No confías en mí? – se mordió sus labios, ¿Por qué debía darle pruebas?

¿Quieres la verdad?la parte sombría de Eren salió a la luz.

¿Acaso planea pelear con ella? Dios, por un momento había olvidado que Eren a veces tiende a ser una persona con aura malévola.

¡Pero qué cosas dicen! ¡Claro que Eren confía en ti, solo que el viaje y la boda…!

–Lo haré– no lo dejó continuar, no quiere más discusiones–. Y tampoco te preocupes sobre los preparativos de la boda, trataré que también sea de tu gusto.

Y en cuanto el dinero, mañana mismo se hace el trámite. Gracias por preguntar– ese comentario aumentó su deseo por colgar.

Si necesitas ayuda no dudes en llamar. Si Eren no responde, recuerda que yo no suelto el teléfono– añadió Armin.

–Gracias, Armin. Eren…– lo llamó antes de que la llamada finalice–. Te amo, cuídense mucho.

También te quiero y sigue con el plan– respondió molesto.

¡Hasta pronto, Mikasa! – se despidió Armin.

La llamada terminó y le dejó un amargo sabor de boca. No entiende porque Eren no le corresponde cada vez que ella expresa que lo ama. Bueno, es cuestión de tiempo. Probablemente aún no se adapta a la situación. Si, probablemente es eso. Por ahora solo le queda ser flexible en la situación, ser aún más optimista con la boda y poner de su parte, aunque últimamente cada vez se siente más triste y sola.


Aunque tiene que comprobar que se ejecute un castigo de limpieza para Erd y Jean y planes para antes de que termine el primer turno con Farlan, desde que entró a su oficina no ha dejado de mirar el reloj de pared que tiene enfrente. Faltan dos horas para que Mikasa y Hanji se encuentren en la cafetería acordada. ¿La bestia se encontrará tranquila o está asustada en un rincón de su jaula?

Podría llamarla, pero eso le quitaría lo divertido de ayer. Dejará que ella misma le llame. Además, quiere evitarse explicaciones sobre cómo consiguió su número (¿Stalker? Claro que no. El mismo Armin se lo brindó a escondidas ayer por la noche). A propósito, no puede creer que el idiota de Eren –tardíamente– se le ocurrió comunicarse con Mikasa. Patético insensible, pero ese no es su problema.


Navegar en su Tablet era lo mejor que sabía hacer Moblit durante las mañanas, le gustaba leer las noticias, encontrar una que otra nota absurda, las tendencias para organizadores de eventos y por supuesto, los videos sobre cualquier temática.

Hoy en especial encontró una de esas noticias absurdas pero esta vez local. Un sujeto con identidad protegida había sido arrestado ayer al medio día por sembrar pánico en el centro comercial ubicado en la avenida del centro haciendo creer a los ciudadanos que llevaba consigo un arma escondida bajo su gabardina cuando en realidad se trataba de un juguete sexual.

–Vaya loco…– se dijo así mismo.

Leyó con incredulidad el testimonio de Timmoteo, un niño de tan solo 8 años quien aseguraba estar presente en el momento que el sujeto mostró el juguete (a lo que el infante lo refirió como "salchicha de hombre") ante una mujer quien llevaba cargando sus compras. "Fue increíble, nadie lo esperaba. Mamá se mostró asustada, pero en casa tenemos uno casi igual." declaró al periodista.

–Ja, ¿A qué padres se les ocurriría dejar que su hijo declare para un noticiero local?

El sujeto "sin nombre" declaró ante las autoridades que el objeto que cargaba no era de su propiedad si no de una mujer que llevaba minutos siguiendo y quien dejó caer accidentalmente la evidencia, pero por pudor decidió rechazar el juguete y fingir que nada sucedió. "El tipo está loco, cargaba un juguete sexual como un arma verídica. La mujer debió huir asustada, yo también lo haría en su lugar." declaró el guardia de seguridad quien detuvo al causante del alboroto.

A pesar de las numerosas menciones de la mujer involucrada en el alboroto, no se tiene con precisión detalles sobre su identidad y paradero.

– ¿Qué mujer tan descuidada podría dejar caer un consolador en el centro comercial y huir de quien solo se lo quería devolver? – se preguntó incrédulo.

– ¡Que se escuchen las campanas y el padre saque el cáliz porque esta mamasota se les va! – Hanji pasó a un lado de su escritorio mientras se colocaba sus lentes de sol y provocaba que Moblit soltara su Tablet asustado–. Tengo una cita con Mikasa Ackerman, si llama alguna de nuestras parejitas o una interesada en unírsenos, puedes agendarlos.

–De-De acuerdo– aun no podía con el susto, las manos le temblaban.


–También necesitaremos que imprimas la información en hoja embretada. Que sean nueve juegos de impresiones a color y no olvides las carpetas de cuero– ordenó Levi mientras Sasha tomaba nota en una pequeña libreta.

– ¡Entendido! – respondió alegre.

–Corrijo, imprime diez.

– ¿Eh? ¿Un nuevo socio?

–No– volvió a observar el reloj de pared. Ya no falta mucho para la cita de Mikasa–. Olvidé contarme.

– ¡Suele pasar, no se preocupe! – alegó Sasha en confianza–. Ya vuelvo con las impresiones.

Apenas Sasha había cerrado la puerta tras de ella, entró una llamada a su celular. El identificador de llamadas le indicaba que se trataba de "Bestia Ackerman". Ya se había tardado.

– ¿Si? – respondió lo más natural posible.

¡¿Me quiere explicar el post–it en mi espalda y porque tenía escrito "¡¿Patéame el culo" y su número?!

–Esperaba tu llamada unos minutos después de que me fuera o en la madrugada como máximo. ¿Acaso no te desvistes para usar pijama o algo?

E-Eso… ¡Ah! ¡¿Qué le hace pensar que no lo hice?!

–Conociendo tu temperamento y la velocidad en la que ejecutas las cosas, tu no tardas en responder. Además, tu misma me comentaste ayer que sueles ser muy impulsiva.

Usted es un… ¡Ah! – a Levi le resultaba entretenido escucharla quejarse.

Miró de reojo el reloj nuevamente y le entró curiosidad.

– ¿Y a qué se debe tu llamada, no crees que ya deberías estar en camino a tu cita?

¿En camino? Si apenas son las… mierda.

– ¡¿Te acabas de despertar?!– preguntó alterado.

No exactamente, bueno, no hace mucho. ¿Y a usted que le importa? No es su cita.

Gruñó furioso, ¿Qué que le importa? ¡Joder, es su prometida! Ella representa a ambos… No, esperen. Se lo está tomando mucho en serio, debería dejarla actuar sola y claro, ¡NO ES SU PROMETIDA!

Oiga, ¿Hanji es paciente? Con ese humor que tiene espero que si…

Es el colmo, va actuar y le importa un carajo lo que ella diga.

–Arréglate rápido, paso por ti en cinco minutos.

¡Oiga, pero yo no…!

–Cállate y haz lo que te digo.

Colgó furioso, tomó sus llaves y trotó hasta el elevador. Milagro que todos se encuentran trabajando en orden, si no ya hubiese explotado ahí.

– ¡SASHA! – llamó a su asistente en lo que presionaba el botón del elevador–. ¡ESTÁS A CARGO!

Por fin entró al cubículo y cuando este se cerró, todos voltearon a ver a Sasha a excepción de Erd al encontrarse con el orgullo lastimado.

La castaña se quedó boquiabierta mientras se recargaba en la gran impresora que revelaba de una en una las impresiones solicitadas por el jefe. Sus piernas temblaban y comenzó a comerse las uñas.

–Eh… ¿Felicidades? – comentó en voz alta Jean.

– ¡¿EH?!– gritó hecha en pánico.

– ¡Tres hurras para Sasha! – sugirió alegre Connie.

–Ni se les ocurra– inesperadamente Levi salió del cubículo del elevador y se fue trotando a su oficina–. Olvidé mi teléfono.

Dejando a un lado el nuevo cargo de Sasha y después de ver como se retiraba definitivamente Levi, la asistente castaña aun con las piernas temblorosas sonrió levemente al surgirle una sospecha sobre su jefe y su mente desconcentrada.


Cuando colgó comprendió que no era ninguna broma lo que acababa de decirle. Se vistió lo más deprisa que pudo, peinó su cabello y aplicó shampoo en seco (agradecía a su yo del pasado por haberlo comprado sin haber ninguna necesidad). En cuanto se dispuso a maquillarse levemente, Levi ya estaba afuera esperándola.

Salió de casa corriendo, Levi le obligó a dar vuelta de regreso al ver que no cerró con llave y una vez lista, se pusieron en marcha.

–Le dije que no era necesario, pero se lo agradezco…– fue lo primero que se le ocurrió decirle en lo que ambos subían y se abrochaban los cinturones.

–Tsk– solo soltó un quejido.

La radio se encendió al girar la llave y el aire acondicionado le despeinó un poco el cabello. Él volteó a verla mientras ella se peinaba y al percatarse que no llevaba consigo su anillo de compromiso, ya hubo otra razón para hacerlo estallar.

–Ahora si te patearé el culo– susurró Levi y Mikasa le miró asombrada.


El día es bonito: el cielo está despejado, el viento sopla de manera tibia, los colores son brillantes y su motivación está al tope.

Gracias a Spotify y su lista de reproducción preparada por ella misma, su ánimo era brillante. Como un sol…

Leeeeet the sunshineeee, Let the sunhine in. ¡The suuuuunshineeeee innnn! – cantaba con alegría junto con The 5th Dimension–. ¡Vamos todos! Let the sunshineeeeeeee.

Soltó una carcajada divertida. Amaba esa canción.

–Quiero esa canción en una ceremonia, buscaré un coro para que la cante– asintió animada.


–Entonces, Eren me dijo que no habría necesidad de conocernos– no sabe como llegaron a este tema de conversación, pero Levi la escuchaba atentamente aun fijando la mirada hacia enfrente.

– ¿Y Armin? – fingió que no estaba al tanto de la situación.

–Que teníamos que porque debemos estar sincronizados en nuestras respuestas y…

–No digas más, le doy la razón. Trata de escuchar primero a Armin, es una persona que si quisiera nos podría hacer parecer pendejos frente a todos.

–Pero Eren es mi prometido.

–Pues que prometido tienes…

Mikasa frunció el ceño, no permitiría que hable así de Eren.

–Él solo dijo lo que pensaba, eso no lo convierte en un idiota.

Otra más y está seguro que estallará.

–Como digas– torció la boca y la miró de reojo. Está tan nerviosa que ya se encuentra almorzando sus uñas–. ¿Trajiste la botella de agua o quieres que me detenga a comprar una?

Mikasa abrió tanto pudo sus ojos rasgados, había olvidado aquella recomendación que estaba más que dispuesta a tomar en cuenta.

–Yo… ¿Y quién le dijo que iba a tomar en cuenta su recomendación? – trató de zafarse de la pregunta.

– ¡Oh, déjame recordar! – sacó su lado sarcástico–. ¡Espera, ya lo recordé! Si fue ayer que lo mencionaste, pendeja.

–Oiga, si creé que es buen momento para hablar como pandillero. Le informo que yo no pienso soportar su mal lenguaje, enano pendejo– se sentía tan bien insultarlo.

El auto frenó despacio, él volteó despacio y la miró fijamente. Esa mirada era diferente para ella, no era molestia ni irritación. Parece como si en verdad le importara la situación o eso ella lo cree. Nunca sabe que puede rondar por la cabeza de Levi.

–Tsk. Deja de pensar en tanta mierda y concéntrate– le brindó un golpecito en la frente. Fin del asunto–. Te he hecho una pregunta, ¿Trajiste agua o quieres que pasemos a comprar una botella?

Ella hizo una mueca mientras llevaba una mano a su frente. ¿Desde cuándo cree que puede hacerle eso? Este tipo está tomando confianza, ¿Ella debería hacer lo mismo…?

–De acuerdo, la he olvidado– admitió–. Pero no quiero gastar tiempo y dinero…

–Estamos a tiempo– mostró su reloj de muñeca–. Tsk, ¿Dinero? Eres demasiado tacaña, pero yo pensaba pagarla.

Mikasa siente un golpe en el pecho y su rostro comienza a arder, ¿Él…? ¿Acaso…? No sabe que responder. Eren nunca, bueno, solo brinda dinero, a veces, pero nunca se ha preocupado por cosas así.

Mira hacia otro lado y sonríe levemente. Levi es un buen hombre después de todo, se preocupa por los demás y es caballeroso. No olvidemos de su sentido del humor, ese post–it, que ingenioso.

–¿Qué te pasa? ¿Tienes un gas atorado? – rompió su atmosfera tierna.

–Enano estúpido, claro que no– cruzó sus brazos y no le dirigió la mirada–. ¿Podría dejar de arruinar mi buena impresión de usted? Es la segunda vez que lo hace.

Levi apreció su espalda, sus cabellos y bufó.

–Como digas…– prefirió no preguntar.

Mujeres, quien las entiende.

–Ñaña, mujeres– lo imitó molesta.

–¿Qué fue eso? – preguntó autoritario.

–Mi gas atorado, ¿No lo escuchó? – por fin se estaba divirtiendo. Con su lengua de afuera produjo el típico sonido que asimilaban los gases–. ¡Oh mire, gemelos!

–No hay leones en la selva, no lo hay…– susurró irritado.


Desde que escuchó como Eren se despidió de Mikasa, había una teoría que no dejaba de rondar por su mente: Probablemente su mejor amigo realmente no desea casarse.

No le ve emocionado, no se molesta en mencionar a Mikasa, no comenta algo referente a su ceremonia y muchísimo menos le ha escuchado decirle "Te amo" a su mejor amiga todo lo que ha conllevado su "relación". ¿Qué se trae en manos?

Mientras lo observa viendo memes en su celular en lo que cenan, el rubio no le despega la mirada. ¿Cómo podría abrir conversación?

– ¿Ya tienen en mente a donde quieren ir de luna de miel? – preguntó, pero solo recibió una mirada seria como respuesta.

– ¿No crees que es muy pronto para pensar en eso? – Armin alzó las cejas asombrado, que insensible.

–Bueno, leí que una boda se debe organizar con mucho tiempo de sobra y si piensan casarse en seis meses… Relativamente es poco tiempo, ¿No deberías investigar también?

–Para eso está la organizadora.

–Pero ella se encargará de buscar lo que ambos quieren o en el caso de Mikasa, lo que ella considere bien. Hay que revisar gastos, los días con baja demanda…

– ¿Por qué tanta curiosidad? Mikasa puede encargarse de ello. Que haga lo que quiera con el dinero que le doy– volvió a su celular.

Desde niños, Eren siempre ha sido un cabeza dura y es lo que a veces llegaba a lastimar a Mikasa. Por ello siempre se esforzó en ser su voz de la razón para no preocuparla más. Ahora, es lo que se dispone a hacer.

– ¿Curiosidad? Bueno, sí. Tengo la impresión que tu propia boda no te tiene tan emocionado y ni hablemos del interés, eso se puede ver que no existe. ¿En verdad quieres casarte con Mikasa?

Eren lo miró molesto y después asintió lentamente.

–Ya veo a dónde quieres llegar, Armin. Es mi problema, quiera o no quiera hacerlo. No te metas– se levantó y se llevó su cena hasta la habitación que ocupa para después cerrar de golpe la puerta.

Entonces, hay algo más de por medio. No puede descansar del todo hasta no saber que es, tiene que comprobar que su amiga sea feliz, aun a lado del insensible de Eren.


El café donde quedaron en verse es simplemente precioso, tiene un toque hogareño, decorado con numerosas plantas tanto de sombra y exteriores; y el espacio huele entre una combinación de café tostado y galletas recién horneadas. Eligió sentarse afuera del local para facilitar su vista.

No llevaba mucho esperando a Mikasa, pero en cuanto terminó de acomodar algunas carpetas con argolla sobre la mesa, la vio de lejos despidiéndose del conductor del auto en el que llegó. Se asomó un poco más y descubrió que se trataba de Levi Ackerman, le alegra el hecho que se tomara la molestia en traerla aun con el trabajo encima.

– ¡Mikasa! – la saludó a lo que la joven se apresuró a llegar hasta ella.

Un mesero llegó a dejarle un plato con galletas recién preparadas y en cuanto se retiró, Mikasa por fin había tomado asiento y ocultó sus manos bajo la mesa.

–Lamento la tardanza, si no fuera por Levi…– jadeó agotada.

–Lo sé, lo vi dejarte. Sigue siendo todo un caballero…– tomó una galleta y le indicó a ella que podía tomar las que quisiera–. Cuando lo conocí, me sorprendió que una persona tan malhumorada como él fuera tan educado con las damas.

–Es muy reservado en la vida real, pero cuando se trata de trabajo créame que todo el mundo lo quiere– Mikasa fingió una sonrisa y tomó una galleta–. A propósito, ¿Cuándo fue que se conocieron?

Hanji mostró seriedad y buscó al mesero encargado de su mesa.

– ¿Te gusta la limonada? – Mikasa asintió–. ¡Dos limonadas, por favor! – pidió en voz alta.

La asiática la miró fijamente, aun esperaba respuesta.

– ¿No te lo ha dicho? – la otra negó–. Entonces lo correcto sería esperar que él te lo cuente.

Ese comentario no fue de su agrado.

– ¿Tema delicado? – preguntó insistente.

–Depende como lo tome hoy en día– les sirvieron sus limonadas, agradeció y en un vistazo rápido pudo comprobar el rostro de preocupación de la chica–. ¡Pero descuida, no es nada de qué preocuparse!

La chica la miró incomoda y frunció el ceño, claro que ella no está preocupada. Hanji soltó una risita al ver su reacción, tal para cual. Ambos Ackerman comparten algunas similitudes.

–Si tengo que esperar a que me lo cuente él, delo por perdido– respondió en su momento de enojo. Parecía una niña enojada al no haberle cumplido un capricho–. Olvidemos esto y hablemos de la boda.

–Como gustes, MI–KA–SA– para la planeadora, esto comenzaba a volverse divertido–. Como planeadora tengo la obligación de explicarte las razones por las que yo hubiese preferido que Levi estuviese presente, porque para mí es esencial que la pareja esté presente en la mayoría de las actividades de selección y porque por esta ocasión les perdonaré la falta.

La ansiedad surgió de poco en poco, por reflejo buscó el anillo que Levi le había dado. Ya le era costumbre jugar con él. Al tocar su dedo desnudo, fue una amarga sorpresa recordar que lo había olvidado en su mesita de noche.

No lo necesita, no es el que Eren le dio. No debe acostumbrarse a esa baratija. Las yemas de sus dedos encuentran algo más cuando tratan de enlazar sus propios dedos, el relieve frio de una botella.

Tal vez no estaba el anillo, pero si la botella que Levi le acababa de comprar y eso le brinda un poco de confianza. Levi le brinda confianza.


Es un simple, estúpido e innecesario anillo. No debe afectarle el hecho que también haya olvidado colocárselo. No es su prometida ni su amiga. Nada.

Se aferró al volante, si Hanji llegase anotarlo confía en que Mikasa es lo suficientemente lista para inventarle una excusa.

Debe dejarse de preocupar por este tipo de cosas, no le incumbe. Solo es el sustituto, finge ser un prometido cualquiera. No es alguien que debe influir en las decisiones ni en lo que ocurre.

Mientras más se acerca al edificio, más se convence que debe darse tiempo. Es la primera semana de engaño, después todo fluirá como si nada. Cada vez se verá menos involucrado, es eso.

Aunque también puede influir los sucesos dolorosos del pasado. Eso tendría aún más explicación por su necesidad de involucrarse.

Desde que despertó no ha tenido ningún pensamiento más mortificante que no involucre a Mikasa y eso le molesta bastante.

–Eren debió elegir a Jean, al menos él disfrutaría esto– susurró incómodo.


Llegaría en la madrugada, descansaría e invitaría a desayunar a los chicos que acompañará. Ese es el plan. Miró por la ventana, las nubes rotas al darle paso al avión, los débiles rayos de sol y los toques naranja y purpura que van coloreando el cielo.

Tan lejos de casa, como ya le es costumbre. Viajar no le desagrada, pero quiere disfrutar sus descansos por un tiempo más prolongado. A pesar de que su tarde de ayer fue extremadamente larga a causa de su detención y que la noche se fue volando en la escucha de los argumentos de Levi sobre lo políticamente correcto en situaciones como esta y su compromiso para que nadie lo sepa; no ha dejado de pensar en la mujer que lo metió en tremendo lio y en el pequeño Timmy a quien posiblemente le dejó una huella oscura en su dulce infancia.

No le fue atractiva a primera vista, pero si interesante después de que le perdió la pista. En cuanto le devolvieron el "juguete" una vez que Levi pagó la fianza, se comprometió en buscar a la dama para devolverle su "arma" y tal vez invitarle un café.

La humanidad hoy en día carece de pudor y del sentido del humor inocente, eso es lo que le llama la atención.

¿Sería mucho pedirle a Levi que investigue la identidad de aquella mujer? No sabría qué datos brindarle. ¿Y si lo convence en preguntar por ella en la tienda que brinda bolsas color aqua en cada compra? No, necesitaría demasiada suerte para que ocurra el milagro que el encargado de la caja se acordara de ella.

–Cruce único de destinos– Erwin Smith rompió el tranquilo silencio.


Un fuerte estornudo por parte de la planeadora hizo que Mikasa con carpeta en mano se recargara en el respaldo de su silla. No había escuchado indicios de lo que acababa de suceder.

–¡BUAJ! ¡LO SIENTO, MIKASA! – se limpió la nariz y volvió a estornudar.

–No se preocupe– sonrió tiernamente–. Mi madre solía decir que cuando estornudas sin estar enfermo significaba que alguien está pensando o hablando de ti.

– ¡Entonces esperemos que tengan una buena imagen de mí y no sea alguien a quien le debo dinero! – bromeó–. Retomando el tema, ¿Alguna idea sobre cómo quieres tu boda?

Mikasa apretó la botella, sería estúpido decir que ella no esperaba este tipo de pregunta, pero si alguna referente a Levi.

De acuerdo, este es un momento importante. Tal vez el dinero con el que cuenta no alcance para una ceremonia ensueño, pero si para una económica. Esperen, tiene una respuesta.

–Económicamente linda– respondió segura.

Hanji la miró fijamente y después torció su boca.

–Eh, de acuerdo. Lo tomaré en cuenta– sonrió mientras golpea con ambas manos la mesa y las bebidas se mueven de un lado a otro dentro de sus vasos–, Pero quiero saber más que estilo te llama la atención. ¿Algo clásico o moderno? ¿Sencillo o llamativo? ¡Todo eso!

Mikasa se recargó en su respaldo y miró alrededor apenada. Ahora entiende porque Levi comentó que su "conocida" está loca.


–Te lo vuelvo a repetir, Isabel. Hoy es su día libre y está con su planeadora, no puedo llamarla para interrumpirla– se quejó harta Carolina mientras limpiaba la barra.

– ¡Ah, no es justo! – se quejó la pelirroja–. ¡Ayer solo pude verla unos segundos! ¡Ni siquiera correspondió mi saludo!

–Salió sin permiso del negocio, ¿Qué esperabas? Regresó corriendo para no tener problemas.

Isabel se recargó en la barra recién limpiada por Mina (lo cual a la última le molestó) y suspiró molesta.

–Yo solo quiero conocer a Mikasa. Mi hermano y Farlan la mencionan demasiado, además quiero saber qué fue lo que le vio Eren a esa chica teniendo a mi incomparable hermano– Mina bufó.

– ¿Será que a tu hermano le faltan senos y un rostro femenino? – su amiga la miró indignada.

– ¿Y ahora te pones de su lado? ¡Pensé que teníamos en el mismo bando!

–Claro que lo estoy y es obvio que me gustaría ver a tu hermano con Eren hasta el final de sus días, pero hay que aceptar la realidad. Tu hermano al parecer no es gay.

Isabel hizo una mueca asqueada.

–Preferiría que le gustaran los hombres después de su última novia– suspiró nostálgica.

Mina volvió a limpiar la barra ahora que Isabel apartó sus codos de ella. Detuvo su tarea al recordar a su amiga junto con Levi Ackerman y la vista de reojo que le brindó el ultimo. Ese día tal vez llegó a reconocerla.

–Isabel, ¿Tu hermano sabe del club? – la pelirroja la miró confundida.

– ¿Por qué la pregunta?

¿Agrandar o evitar el problema? He ahí la cuestión.

–Por nada, simple curiosidad.


Tiene unos minutos de sobra antes de su junta y de nuevo terminó en una banca del parque más cercano a la empresa y justamente casi enfrente del trabajo de Mikasa, algo que él ya era consiente desde hace tiempo. Si aquella vez que la bestia lo encontró despejando su mente para ella fue una "casualidad", en realidad él no lo veía de esa forma. Más bien un "acto esperado". No es la primera vez que acude al lugar ni tampoco que ve a la chica por ahí, bueno, no tan cerca.

Mucho después de la primera vez que la vio y antes de volver a "conocerla" como amiga/novia de Eren Jaeger; ocurrió el día que Levi se animó a tomar aire en ese preciso parque y al mirar hacia un ángulo exacto, la vio y pudo identificarla en la lejanía. Por segundos que con el tiempo se prolongaron a minutos admiraba como ella iba de un lugar para otro con algunas ordenes o limpiando mesas.

Una simple empleada de cafetería, sin nombre o algún sentimiento negativo albergado. Tan simple y tranquila. Eso era Mikasa, antes de convertirse en la bestia. Esa era su imagen de la chica del té. La admiraba, anhelaba ser como ella. Volver a esos días de tranquilidad y juventud.

¿Ahora? Ella solo será un recuerdo que nunca compartirá. Podrían tacharle de stalker. Tal vez lo fue en aquel tiempo, pero no pudo evitarlo. Le robó la atención mientras servía el té y compartió una sonrisa ligera mientras se esparcía el aroma.

Todo recuerdo de su imagen se fue a la basura en cuanto la vio entrar a la oficina junto con Eren y Armin. Verla ansiosa por la compañía del novato, mirándolo con desesperación y sonriendo cabizbaja. Su sonrojo, su estúpido sonrojo. Ahí estaba ella, sosteniendo un amor inocente y aparentemente no correspondido. Solo verla de esa manera le produjo incomodidad, le recordaba a aquella mujer que solía ser su compañera y a su antiguo yo. Se reflejó en la chica asiática, el lado paciente e inculto en el campo del amor. Deseando la compañía y felicidad mientras la otra parte solo disfruta ver como alguien está torpemente interesado en su figura existencial y satisfactoriamente ser sueño inalcanzable de esa persona de corazón torpe. Claro, ser deseado debe ser magnifico.

La odió en aquel momento, pero al conocerla descubrió que no era como la otra. Mikasa es diferente, pero es una de las pocas personas que lo saca de sus casillas. No se le compara a ella.

Suspira mientras cierra fuertemente sus ojos y alza la cabeza hasta donde su cuello se lo permite. Y de nuevo vuelve a la misma pregunta, ¿Por qué estos recuerdos se entrelazan? Ambas son personas totalmente distintas.

La vuelve a ver en pensamientos. Su antigua compañera, su antiguo amor. Mujer más brillante que el mismo sol, sonrisa perfecta y ojos llenos de vida. Cuando la conoció él fue quien la sacó de su inseguridad y la quiso como a ninguna otra. Ella era la indicada pues fue la única que lo hizo sonreír en su dolor. Tan perfecta, tan letal.

Cubre su boca con una de sus manos, sonríe ante la ironía. Nuevamente se ve reflejado en Mikasa y si eso sigue de esa manera obtendrá un final triste. ¿Debería advertirle? No, no es su problema. Solo debe concentrarse en cumplir con su favor y aprovechar su pago.

En este mundo tan cruel, insensible y lleno de falsedad se tiene que ver por uno mismo, ¿No es así?

¿Y Mikasa? Bueno, dejará que se divierta en su fantasía y en la planeación de su dichosa boda. La apoyará, claro y aunque tendrá que hacer algunos sacrificios por ella, sabe que al final observará el mismo final que él obtuvo.

Lo vuelve a repetir: no la odia, pero espera que aprenda la lección a su debido tiempo. Es muy joven aun y le dolerá un poco, pero si quiere sobrevivir en este mundo es crucial que pase por ello y aprenda a darse cuenta de los peligros que la rodean.

Espera que al menos se dé cuenta a tiempo que probablemente Eren no le ame tanto como ella a él.

Dejará que ella misma lo descubra. ¿Por qué romperle su burbuja de ilusión ahora? Mejor que vuele más alto y que su caída sea aún más dolorosa. Es lo que se merece después de entremeterse en sus pensamientos más de lo normal. Por dios, ¿Cuántas veces se preocupó por ella hoy? Es inaceptable.


Tocó delicadamente tres veces la puerta de la oficina y esperó respuesta. Al notar su relejo en el cristal, se acomodó su cabello recientemente cortado y se ajustó sus gafas circulares de cristal oscuro. Cuando Moblit asomó la cabeza desde su escritorio le pareció extraño observar a una presencia femenina con apariencia parecida a Audrey Hepburn en Desayuno con diamantes.

Deprisa se levantó y corrió hacia la puerta para atenderla. Segundos después de abrir y preparándose para darle la bienvenida, la posible clienta brindó una sonrisa confiada.

–¡Ho–Hola! ¡¿Está disponible Hanji?!– saludó carismática y nerviosa, el recepcionista la miró extrañado.

– ¿Agendó cita con ella?

Mientras él observaba intranquilo su reflejo en los lentes de sol, la visitante borró su sonrisa y se retiró sus gafas. Ojos grandes de color ámbar.

–No, pero somos conocidas. Ella organizó mi primer intento de boda– respondió tranquila.

Moblit dudó de sus palabras y pensó en llamar a Hanji. No recuerda a la mujer que está justamente enfrente de él. ¿Qué quiso decir "intento de boda"?

– ¿Le gustaría pasar para tomar sus datos? – abrió camino y ella pasó.


Cuando Hanji comenzó a mostrar numerosos salones, vestidos de novia e iglesias, Mikasa llegó a la conclusión que nunca habló con Eren sobre estos temas ni tampoco tenía ligeramente la idea sobre que conllevaba toda la planeación.

Está confundida, no sabe que decidir.

–Te veo abrumada, Mikasa– le sonrió tiernamente.

–Para nada– se sonrojó avergonzada al ver la sonrisa pícara–. Bueno, algo.

Miró sus manos sosteniendo la botella y sus dedos jugaron con ella.

–Pensé que podría tomar elecciones sin él y aunque confíe en mí, yo no lo hago. Pienso que tomaré a la decisión equivocada sin haberme acercado a los gustos de mi prometido– se sinceró pensando en Eren.

– ¿Ahora me entiendes porque pido que la pareja esté presente en todo? – cruzó sus brazos–. Ustedes no son los únicos en elegir por separado ni los últimos. Lo que precisamente quiero evitar es que alguno de mis clientes elija erróneamente por culpa de su ansiedad y después mantenga pelea con su pareja.

–Entonces, ¿Por qué aceptó que viniera sola? No creo que solamente sea una excepción por Levi.

–Dos razones: tu vestido, no tengo nada que preguntarle a él en ese caso; y para ver qué tan perdidos están. Conclusión: si no hubiesen recurrido conmigo en Octubre hubiesen organizado una fiesta de Halloween en vez de su boda.

¿Halloween? ¿Octubre? Por dios, había perdido la noción del tiempo. Todo este tiempo siempre soñó casándose con Eren en un día soleado, paisaje colorido y lleno de flores y bebidas refrescantes con frutas. Ahora un golpe de realidad le comprueba que este evento se realizara en un clima entre caliente y frio, el paisaje anaranjado, frutas secas y decoraciones de Halloween por doquier.

No puede evitar sentir tristeza. Si Eren no fuera tan insistente y tal vez la hubiese escuchado, no estaría sacrificando su boda soñada.

Si este sacrificio no significa que sea amor, entonces no sabe que podría ser.


–Buen trabajo, Sasha. Has mantenido el control de la situación mejor que Erd– comentó Levi en lo que Sasha le ajustaba su corbata "para reuniones empresariales".

Dentro del ámbito laboral Sasha Blouse además de ser su asistente sustituta, es la única quien conoce el secreto más "tierno" de Levi y es el hecho que no sabe atar corbatas. Su madre murió mucho antes de enseñarle y ni se diga de Kenny. Cuando hay una reunión en proceso anteriormente era Erwin quien se encargaba de apoyarlo con su problema (Farlan en ocasiones de emergencia y antes de llegar a la oficina), pero desde que está a cargo como jefe de planta y para no molestar a su mejor amigo, solo bastó con preguntarle a Blouse dos cosas: si era buena manteniendo secretos y si sabía atar corbatas.

Este tipo de favores y gestos de la chica hacen que de a poco en poco Ackerman se haga la idea que tal vez sería buena idea asignarla como su asistente oficial.

–No fue nada…– susurró apenada–. Tuve apoyo de Jean… Hablando de eso, ¿Le pondrá un castigo severo?

Levi puso los ojos en blanco. Y había ocasiones en las que se retractaba en su idea, si Sasha no fuera tan unida a sus compañeros "poco maduros", sería la predilecta definitiva.

Jean, ese nombre. Solo le hace recordarle la mirada reocupada de Mikasa de la noche anterior y al final esa sonrisa sincera. No pensaba ser duro con él, pero promesas son promesas, aunque solo lo dijo para que se fuera a descansar.

–Le prometí a Mikasa que no se preocupara por ello, la situ… ¡AH! – Sasha instantáneamente apretó fuertemente la corbata.

– ¿Mikasa? ¿Desde cuándo la llama "Mikasa"? – al notar su error aflojó la corbata.

Se queda boquiabierto ignorando los numerosos "lo siento" de su torpe asistente. Mierda, lo ha arruinado. El secreto ha salido a la luz. De acuerdo, después de que el león se coma a Mikasa está más que dispuesto ser el postre para el animal.

Tenía planeada la cita de Hanji y Mikasa desde hace tiempo, demasiado. Con este capítulo he revelado algunos detalles esenciales en cuanto la relación de los personajes. ¿Será cierto que el hecho que te comience a interesar una persona te entorpece? Pregúntele al enano.

Espero tomaran nota y unan hilos, hay información clave espaciada en el capítulo sobre algunos eventos de la historia (algunos me dirán: oye, ni que se tratara de Abel). Espero leer sus opiniones.

Por cierto, ¿Ya vieron con qué tipo de anillo se casaron Joe Jonas y Sophie Turner? Punto para Eren, perras.

¡Hasta la próxima!