BLACK STONES

Acto IV

"A Litle Pain"

Eran casi las tres de la madrugada cuando la castaña caminaba de un lado a otro en la sala del pequeño apartamento de su amigo. Totalmente inquieta y pensativa a cada cinco minutos echaba un vistazo rápido hacia la ventana ante la larga demora de la vocalista. Opal, era ella la persona con la que se encontraría en ese bar, con la que ya había tardado más de tres horas y el cruel reloj seguía avanzando haciendo más sinuosa la espera.

-Korra, ¿aun estas despierta?- murmuro adormilado el baterista mientras se asomaba sobre el sillón para lograr ver a su amiga.

-Yo solo… no podía dormir- respondió mirando a su amigo de reojo para luego volver a enfocar su vista hacia el ventanal.

-Asami está bien, seguramente llegara pronto-

-Sí, supongo…-

Bolín soltó un largo bostezo para enseguida regresar a tumbarse en el sofá donde a los pocos segundos volvió a quedar profundamente dormido. Mientras que Korra, seguía con la impaciencia carcomiéndola a cada segundó que pasaba.

-¿Qué diablos me pasa?, ¿Porque me pongo así? Ella no es mi pareja. Ella… no es nada de mí.- murmuro las últimas palabras con un hilo de voz. Ciertamente apenas tenía un día de conocerla, tan solo 24 horas y su corazón y su mente ya eran un total torbellino que asolaba por completo con su razón…

~Nada de mi…~

-¿Entonces por qué me siento de esta manera? Soy una idiota…- La frustración en su voz era más que palpable. Ya que después de todo, quien en su sano juicio se enamoraría de alguien de esa manera tan intempestiva e irracional.

En aquel momento el particular sonido del motor de un auto llamo su atención y enseguida fijo su vista hacia la calle; observando entonces al imponente camaro de Asami aparcarse. Enseguida su corazón se aceleró y sin despertar a Bolín salió disparada del apartamento bajando deprisa a la avenida.

En cuanto la vocalista le vio salir del edificio descendió del auto dirigiéndose a abrir la puerta del copiloto para la morena quien sin demora ocupo su lugar.

-Siento llegar tarde- dijo Asami una vez que entro al automóvil.

-No te preocupes, está bien- mintió la sureña tratando de no darle importancia. Al principio todo parecía un usual viaje entre ellas, silencioso, tranquilo… pero en el momento en que un camión paso frente a ellas en un cruce y sus faros iluminaron a la vocalista fue entonces cuando Korra lo noto; Su labial estaba un tanto estropeado y en el cuello una pequeña marca que de la cual quizás ni siquiera la misma Asami se había dado cuenta…

Korra desvió la mirada hacia la ventana, y de pronto su corazón dio vuelco acompañado con una punzada de dolor… aquella chica Opal ¿que era para Asami?

Llegaron al apartamento en total afonía, y en el momento en que la vocalista paso a su lado noto que también olía diferente; un perfume que no parecía suyo… Asami continuo su camino dirigiéndose a su alcoba, sin siquiera despedirse de la castaña y desapareciendo casi de inmediato totalmente de la mirada zafiro. Y entonces ahí se había quedado ella, en la enorme sala…. solitaria. Con la cabeza hecha un caos Korra se dirigió al sofá donde la noche anterior la vocalista se había quedado dormida y ahí mismo se tumbó; lugar donde la esencia de Asami aún estaba impregnada…

-Es mi culpa… no debí enamorarme de ella. Todo fue un error desde el inicio, aquellos besos, lo del mirador. ¿Qué diablos se significó?- se repitió a sí misma una y otra vez mientras en su mente trataba de encontrar alguna razón lógica a todo lo que había ocurrido… a lo que su corazón de pronto se atrevió a sentir… Tratando de comprimir su pecho y sosegar de esa forma el dolor en él, se hizo un ovillo en el sofá al tiempo que cerraba los ojos con fuerza.

-Tal vez, lo mejor sea buscar otro apartamento…- murmuro somnolienta para a los pocos minutos después caer dormida.

Cobijada por oscuridad de la noche y enclaustrada en su extensa habitación, la vocalista daba vueltas una y otra vez en su cama incapaz de conciliar el sueño, pensante en lo ocurrido, contrariada por sus sentimientos… Opal, la chica que estuvo ahí cuando su madre murió, la que le apoyo en sus peores días con su padre y sobre todo la que le motivo a seguir adelante cuando se internó en el mundo de la música. Su relación era extraña; sabía lo que aquella chica sentía por ella. Sin embargo Asami nunca la vio como algo más allá que una amiga. Si, le quería, pero no de la misma forma que ella. Y aunque se lo hubiera dicho muchas veces Opal no desistía. Recordó entonces la primera vez que se besaron, Asami fue la que inicio todo; estaban en su habitación cuando ella tenía 16 años. Se acababa de pelear con su padre y Opal al enterarse había llegado corriendo a su casa infiltrándose a su habitación por la ventana. La morena se acercó a ella y sin preguntar nada le abrazo fuertemente. Ante aquel gesto Asami levanto la mirada encontrándose con los aceitunados de su amiga, fue ahí cuando sin pensarlo y por simple impulso de no sentirse sola la beso. Un beso que fue rápidamente correspondido, un beso que despertó en aquella joven los profundos sentimientos que guardaba por la vocalista, un beso donde Opal le juro amarla hasta el final de sus días…

Con la intensión de despejar su mente se levantó de la cama dispuesta a fumar un cigarrillo en el balcón. Salió de su alcoba con la casa en penumbras cuando al llegar a la sala y gracias a la luz de la luna vislumbro la figura de la castaña encontrándola acurrucada en al sillón.

"Cargada entre mis brazos…"

Recordó entonces la vocalista. Se acercó a la chica observando de cerca sus facciones y con el dedo índice pico levemente las mejillas de la ojiazul quien al tacto hizo un puchero adorable. Asami sonrió y con cuidado la levanto del sofá llevándola a su cuarto. La acomodo en la cama y posteriormente le arropo con una manta. Ante el acercamiento inevitablemente sus ojos se posaron en los labios de la chica y a su mente llego lo sucedido en la torre armonía; al rememorar la sensación de sus besos enseguida su cuerpo fue recorrido por una descarga eléctrica y por inercia sus piernas dieron un paso hacia atrás tratado de escapar. Aun con la mira fija en la sureña salió de ese trance desviando la vista a un lado, luego soltó un pesado suspiro mientras llevaba su mano derecha a su largo y brillante cabellera ocre desordenándola en el acto…

-Buenas noches…-atino a decir en voz baja para después abandonar la habitación.

El despertador de su celular sonó como siempre puntual a las 7:30 am. Con pereza la castaña estiro su mano buscándolo en la mesita de noche para silenciar la alama, sin embargo, al empujar un objeto que estaba junto a su móvil, lo aparto lo suficiente para hacer que el Smartphone cayera al suelo en un golpe seco.

-¡Maldición!- bufo contra la almohada mientras reunía todas las energías que su cuerpo le permitían para incorporarse. En ese momento parpadeo rápidamente tratando de vislumbrar bien el lugar donde se encontraba. Era su alcoba…

-Yo me había quedado en el sofá…- susurro confundida. A menos que fuera sonámbula no había otra forma que hubiese llegado hasta ahí…

-¿Acaso Asami?- se cuestionó entonces a sí misma, imaginándose en el acto a la vocalista cargándola entre en sus brazos. Ante ese pensamiento enseguida un fuerte rubor ilumino su rostro apenada sin embargo, al recordar lo de anoche, así como el sonrojo había aparecido con esa misma velocidad se esfumo…

-Opal- murmuraron sus labios aquel nombre con dolor.

Asami abrió los ojos, siendo despertada nuevamente por un delicioso aroma. Se levantó con desgano y se dirigió a la ducha dándose un rápido baño. Eligio sus prendas del día y acomodo sus ropas, pero cuando se miró al espejo con la intensión de maquillarse se detuvo en seco observando una marca rojiza en su cuello que gracias a su blanquecina piel era perfectamente visible.

-Tsuk – cachaqueo los dientes con fastidio. Le había dicho miles de veces a Opal que no dejara marca, sin embargo, algunas ocasiones parecía que la chica lo hacía con el afán de molestar. Tomo algo de maquillaje y con cuidado lo aplico en la zona ocultando con éxito así la coloración rojiza en su piel lista entonces para salir de su habitación.

-Bueno días- le saludo la vocalista al tiempo que se sentaba a la mesa.

-Buenos días- respondió Korra con apatía y sin mirarla. Con un ambiente envolviéndolas nada parecido al de la mañana del día anterior.

-¿Estas bien?- le cuestiono la pelinegra después de unos largos minutos de silencio.

-Sí, no es nada… - indicó la morena para enseguida y con evidente desgano comenzar a comer sus hot cakes.

-Por cierto… creo que buscare un apartamento- agrego Korra de pronto sin siquiera mirar a la vocalista.

-¿Entonces te iras?-

-No me siento cómoda siendo una carga para ti, no es justo y además creo que será bueno para mí. Hace unas horas hable con Jinora y me conto de un trabajo de medio tiempo así que pienso tomarlo para pagar la renta.-

La pelinegra escuchaba atentamente cada palabra mientras mantenía la vista fija en su almuerzo moviéndolo de un lado otro sin siquiera probarlo. Algo dentro de ella se movió, un sentimiento que le produjo un vacío…

-Lo siento… Aun así muchas gracias por tu hospitalidad. Mientras tanto me quedare en el templo de Jinora. Ya sabes sus padres son monjes y tienen un espacio grande así que…

-Está bien… Solo dime el verdadero motivo -le interrumpió Asami levantando la mirada y clavándola en la ojiazul. Por alguna razón sabía que aquellas palabras no eran ciertas, no después del día anterior que le había regalado la morena, no después de haber probado nuevamente esos labios morenos poco antes de ir anoche a su ensayo…

-Ya te lo dije…- respondió incorporándose de golpe de la mesa – Tengo que prepararme, iré a la universidad para presentarme a los entrenamientos. Más tarde regresare por mis cosas-. Puntualizo caminando hacia su habitación. Asami quedo sola en la sala con el plato semi intacto. Hizo su desayuno a un lado y se levantó de la mesa buscando su cajetilla de cigarros en el mini-bar. Con premura salió al balcón prendiendo en el acto el cigarrillo para después llevándoselo a los labios. Se sentía abruma y sin siquiera saber exactamente que pensar. Después de todo, Korra podía hacer lo que quisiera, era libre de irse de su apartamento si así se le parecía. Y además, no poseían ningún vínculo que las atara.

Escapando del apartamento en el momento en que Asami se encerró en el estudio por un ensayo en solitario para su próximo concierto Korra salió hacia la universidad con una pequeña maleta improvisada. Se había ido sin decir nada, sin siquiera despedirse; pero simplemente no tenía la seguridad suficiente para mirarla a la cara, no sabiendo que muy probablemente su corazón la traicionaría.

-¡Chicas! En esta temporada se nos une una nueva integrante al equipo.- Decía con entusiasmo el hombre de cabellos deshornados -¡Denle la bienvenida a Korrita!- grito el entrenador haciendo sonrojar a la morena.

-Es Korra entrenador- murmuro la castaña apenada antes las risas de sus compañeras.

-Oh vamos, ¡Korrita suena genial!-

-Tio Bumi no la molestes…-señalo la joven desde las gradas.

-Jinora no seas aguafiestas-

Después del calentamiento comenzaron con un partido de práctica. Korra era veloz y sus movimientos dignos de un profesional. La estatura no era impedimento para que sus habilidades salieran a relucir apenas sus manos tocaron el balón, dejando en claro en ese momento que sería indiscutiblemente titular del equipo.

-¡Wow, Korra eres genial!-

-¡Tenemos el campeonato asegurado!-

-¡Su técnica es fantástica!-

Las chicas adulaban impresionadas a su nueva integrante aun después de haber terminado el entrenamiento. Sin embargo, apenas y la morena era capaz de escucharlos; en su mente no había otra cosa más que la vocalista. Cuestionándose si se habría dado cuenta de su ausencia, si le buscaría…si le importaba. Pasados los minutos poco a poco las jóvenes se fueron retirando hasta que en gimnasio solo quedaron Korra y Jinora que ayudaban a Bumi a guardar el equipo.

- ¿Estas segura de irte así? - cuestiono con preocupación la joven después de que Korra le comentara que aceptaba irse al templo de su familia.

-Si…- respondió al tiempo que terminaba de acomodar la última pelota de enteramiento en el saco. Jinora la observo con detenimiento y al ver el semblante cabizbajo que la castaña portaba decido no indagar más por el momento.

-Bien, ese caso déjame ayudarte con tus cosas, Tio Bumi trajo el auto por lo que pasar por tus maletas al departo será fácil-

-De acuerdo… Gracias Jinora-

Las historias que Bumi contaba en el camino al departamento eran hilarantes, pero no lo suficientes para alejar de la cabeza de Korra a aquella pelinegra. A cada metro que avanzaba se sentía más nerviosa. ¿Estaría ella en casa?,¿Asami le diría algo?... ¿Sería capaz de decir "adiós"? . Cuando menos lo supo ya había llegado al lujoso apartamento. Bumi aparco el auto justo en la entrada mientas el par de chicas entraban al edificio. La residencia parecía estar sola, por lo que sin preocupaciones recogieron las pertenencias de la sureña acomodándolas en sus respectivas maletas. Korra miro por última vez la que fue habitación por apenas unas horas, sin embargo, el poco tiempo que estuvo ahí se sintió realmente cómoda; talvez simplemente por el hecho de que era amplia o quizás por la decoración que le había fascinado… No, a quien engañaba, era porque sabía que a unos cuantos metros estaba ella.

Finalmente se encaminaron hacia la entrada donde la morena coloco las la copias de la llaves en el recibidor. Dio un rápido vistazo hacia atrás y antes de que pudiera tomar el picaporte de pronto se detuvo.

- ¿Estás bien Korra? -

-Lo estoy…-

- ¿Es por Opal no es verdad? – se atrevió preguntar Jinora dándose cuenta en ese momento como Korra trago en seco nerviosa ante la pregunta mientras también sus labios se apretaban. La morena agacho la mirada y al cabo de unos segundos por fin se atrevió a soltar aquello que le agobiaba.

-No tengo idea de cómo paso, yo… Solo me enamore de ella. Fui una tonta- su voz casi parecía quebrarse a cada palabra. Apretó los puños aun sin mirar a su acompañante; se sentía estúpida por sentir algo tan inconmensurable por una persona que apenas acababa de conocer… No quería encontrarse con esa mirada de Jinora que muy probablemente le diría lo mismo.

-Korra…- pero para su sorpresa estaba equivocada. La joven del templo aire poso gentilmente su mano sobre el hombro de la morena llamando su atención en el instante, encontrándose entonces con unos ojos castaños que le observaban con cariño y comprensión…

-Dime… ¿Ellas son pareja? -cuestiono Korra decidida a destruir su corazón esperando de esa forma poder olvidar lo que sentía.

-Ah decir verdad no lo sé, Asami es muy reservada en esos asuntos. Lo siento, tal vez ustedes dos deberían hablarlo. Tienes el derecho a saberlo ya que después de todo, sea lo que haya pasado entre ustedes Asami también fue participe al darte razones para sentirte de esta manera. –

-Tiene lógica. Pero, no me siento lo suficientemente confiada para hablar de eso ahora…-

-Toma tu tiempo, en el templo aire seguramente lograras despejar tu mente y ordenar tus ideas. – le comentó Jinora con una sonrisa levantando en el instante un poco el ánimo de Korra.

-Es hora de irnos- dijo la morena decidida a continuar. Su acompañante asintió saliendo entonces del espléndido apartamento de los Sato.

.

.

.

.

Pronto dos días más pasaron y su estadía en el templo aire había sido agradable hasta el momento. La familia de Jinora era muy amable a tal grado de hacerla sentir parte de la familia. Tenzin el padre de su amiga y también director de la universidad le dio la bienvenida con los brazos abiertos sugiriéndole en el instante que podía quedarse el tempo que quisiera. En verdad era como estar en casa, sin embargo, algo todavía le causaba cierta sensación de desasosiego en su interior. Y es que desde que dejo el apartamento de Asami no había sabido de ella, ni un mensaje, ni una llamada… Al parecer a la vocalista nunca le importo.

-¿Korra estas lista?- Jinora abrió de pronto la puerta de la habitación de la morena sobresaltándola ante la intempestiva entrada. Instante en que la sureña soltó el celular haciendo que este le diera de lleno en la cara al encontrándose jugando con el recostada boca arriba en la cama.

-Lo siento…-

-¿Que? ¿Lista para qué? – pregunto Korra mientras se sobaba la nariz aun aturdida por el golpe.

-La presentación de los chicos ¿recuerdas? Kai nos está esperando en la bahía Yue. -

Es cierto…ya es viernes. El concierto por el que estuvieron esperando. El contrato con la disquera.

Y aunque no lo quisiera, tenía que ir. Por Bolín…

-Estaré lista en unos minutos- dijo finalmente con resignación levantándose en busca de su abrigo.

.

.

El lugar se encontraba abarrotado y faltaban solo unos minutos para que los Black Stones se presentaran. Las bandas anteriores habían sido muy buenas por lo que el lograr el trato con la disquera sería una batalla muy reñida. Korra se sentía nerviosa, sabia lo mucho que Bolín había trabajado para llegar ahí, los esfuerzos que hizo la banda… lo que Asami arriesgo por seguir sus ideales…

-Korra…- Jinora le llamo con un tenue susurro mientras señalaba con la mirada al otro lado del recinto.

-Por ahí, esa es Opal-

Korra dirigió su vista a donde la de Jinora apuntaba, encontrándose entonces con una hermosa joven de tez morena y cabello corto; era delgada y de facciones finas… celos. En ese instante un sentimiento inusual comenzó a invadirla…

¿Pero qué derecho tengo yo a molestarme?, aquella chica es su amiga de la infancia… su amante…

De pronto las luces se apagaron y los reflectores apuntaron al escenario. Asami aparecía entonces a escena con un atuendo que dejo en ese instante paralizado al público; caminaba lentamente hacia el micrófono portando un entallado y hermoso saco que delineaban perfectamente su delicada figura y agregado de una corbata, unos Jens negros desgastados acompañados de un par de cadenas que colgaban desde su cadera hasta bolsas de este. Tacones altos que le hacían lucir aún más sexy. Y luego una rosa, cayendo al suelo mientras sus pétalos se desprendían. Comenzó a sonar entonces el bajo seguido por la batería y la guitarra. Y luego la poderosa voz de la vocalista.

-Buenas noches. Somos los Black Sones- dijo Asami a través del micrófono y al instante el publico enloqueció.

En medio de los gritos Korra sentía como si estuviese desapareciendo, perdida totalmente en la chica frente ella. Maldijo entonces a Jinora por elegir ese lugar… por estar tan cerca de Asami…

Travel to the moon kimi wa nemuri yume wo toku
Daremo inai hoshi no hikari ayatsurinagara

Tsuyoku naru tame wasureta egao
Kitto futari nara torimodosu

Kizuite
I'm here waiting for you
Ima to wa chigau mirai ga attemo
I'm here waitong for you
Sakebitsuzukete
Kitto kokoro wa tsunagu ito wo tagutteru
Ano koro no watashi me wo samasu you ni
No need to cry

La mira jade de la vocalista choco entonces con la zafiro de la morena, observándola fijamente al tiempo que cantaba. Esta vez, esta melodía era para ella… Korra lo supo y enseguida bajo la mirada tratando de contener las lágrimas…

Travel in silence te wo nobaseba fureru no ni
Kimi wa tooi sore wa omoide no naka no koto

Koe ga kikoeru me wo tojireba
Chiisana itami sae itoshikute

Mitsumete
I'm here waiting for you
Kaze ni fukare hitori mayottemo
I'm here waiting for you
Sora wo miagete
Zutto kokoro wa te wo hirogete mamotteru
Ano koro no kimi ga furikaeru made
No need to cry

(Feel something, feel nothing
Listen closely, listen closely)
Wide open ears
Disarm the dream tickler
In the constant moment
(You will find me where it's quiet
Listen closely, listen closely)
Let the blood flow
Through all the spaces
Of the universe.

Cada vocablo, cada frecuencia que salía disparada de sus rojos labios iban cargadas de una poderosa pasión. Sentimiento que oprimió el corazón de la ojiazul, que le hizo vibrar cada fibra de su ser…

Kizuite
I'm here waiting for you
Ima to wa chigau mirai ga attemo
I'm here waitong for you
Sakebitsuzukete
Kitto kokoro wa tsunagu ito wo tagutteru
Ano koro no watashi me wo samasu you ni
No need to cry.

Apenas termino la canción, sofocada Korra salió al estacionamiento en busca de un poco de aire abriéndose camino rápidamente entre la muchedumbre hasta la salida de emergencia. El frio aire le golpeo de pronto en el rostro y con la respiración agitada se recargo en la pared más próxima que encontró. En su mente aquella melodía seguía haciendo eco una a una cada palabra, atorméntala nuevamente, confundiéndola y haciéndole creer en el significado de aquella balada. Y luego, el sonido de la pesada puerta abriéndose le hizo voltear.

Era ella, quien parecía igual de agitada que la morena.

-Asami yo…- La vocalista se acercó a Korra tomando su rostro entre las manos y sin dejarla terminar unió sus rojizos labios a los de ella. Quiso rechazarle, pensó en empujarla, pero sus sentimientos fueron más fuertes y ella más débil terminando cediendo a la dulce caricia. Enseguida llevo sus manos a la cintura de la peligra acercando así sus cuerpos y acrecentando el calor. Un beso desesperado, necesitado… Korra saboreaba el exquisito sabor de aquella boca, dejándose llevar por las emociones que le nublaban poco a poco la razón. Y entonces, de pronto un atisbo de lucidez cruzo su mente…

Rompió la caricia de manera brusca empujando a la vocalista lejos de ella. Asami la miro sorprendida mientras Korra frunció el ceño contemplándola con dolor…

Incapaz de articular palabra la morena negó con la cabeza mientras las lágrimas comenzaban a brotar de sus zafiros. Se dio la media vuelta y con premura regreso al interior del recinto para luego desaparecer….

Asami se quedó estoica… Bajo la mirada y luego busco en su saco la cajetilla de cigarros para tomar uno y llevarlo a sus labios. Luego, exhalo el humo grisáceo soltando un largo suspiro en el acto, y a continuación se llevó su mano al cuello donde la pequeña marca de otros besos yacía.