¡Hola a todos los fanáticos del Loudcest! les habla Rasec02, si... se que demore mucho para escribir esta historia anexa a mi Fanfic principal "Secretos y hermanas" pero créanme que he tenido muchos líos en el mes de febrero, teniendo que dejar a la mitad esta historia y continuarle este marzo. Quiero aclarar que no soy un experto en literatura ni escritura, lo mio son los números XD, pero esta serie me encanto desde que la vi, despertando mi pequeño escritor que todos llevamos dentro. Bueno en esta verán algo de Loudcest entre Lola y Lincoln, les adelanto que este fanfic contiene escenas muy sugerentes, sin llegar al sexo. Se lo dedico a todos los que siguen mis historias espero que lo disfruten, y si eres nuevo, te invito a leer mi fanfic principal, "Secretos y Hermanas".
Aclaraciones al final del Cap.
The loud house le pertenece a Chris Savino y Nickelodeon.
Una historia de The Loud House: "La amenaza rosa"
Sábado… el mejor día de la semana, siempre ocurría cosas interesantes esos días, era cuando una semana de escuela acababa y se podía gozar con muchas cosas, jugar todo el día por ejemplo, o en el caso de Lola, participando en concursos de belleza. La pequeña pero no inocente Lola Loud era muy temible cuando se trataba de su actividad favorita, los certámenes de belleza eran pan comido para ella, siempre estaba segura de que ganaría… siempre manipulaba todo lo necesario para que así suceda, sus maniobras nunca le fallaban, desde causar conflictos entre concursantes, hasta sabotear el maquillaje de las demás niñas. Sí, Lola Loud era terrible, se había ganado un apelativo en los certámenes de belleza, le decían "La amenaza rosa" por salir siempre victoriosa, teniendo un historial lleno de victorias desde que empezó a competir en esos concursos.
Después del desayuno con sus hermanos, Lola estaba preparándose para salir con su madre hacia una nueva competencia de belleza femenina infantil, su madre la apoyaba mucho, tenía el presentimiento de poseer a una potencial reina de belleza durmiendo en su casa, siempre la llevaba a todos los concursos donde la pequeña pidiera participar. Lola nunca se apresuraba cuando se trataba de mostrar su mejor rostro, tomaba tiempo arreglarse, algo que su gemela, Lana detestaba ver.
― ¿En serio tienes que hacer todo eso por un estúpido concurso? ―. Preguntaba Lana.
― Es algo que alguien como tú jamás entendería…
― ¡Ahora si te ganaste una…!
―Si lo haces, mamá te regañara y castigara por ensuciarme ―. Dijo Lola con una sonrisa malévola y victoriosa.
Lola estaba preparada para salir hacia Vanzilla, ya con todo listo, su vestido con lentejuelas extra brillosas y una tiara nueva con toques dorados, comenzó a salir del cuarto que comparte con Lana, la cual estaba algo molesta, pues de alguna u otra manera, Lola siempre se salía con la suya.
―Espero que te rompas una pierna hermanita ―. Dijo Lana con todo el sarcasmo posible.
Lola solo atino a ignorar el comentario de su hermana gemela. Muy en el fondo sabía que no lo decía de verdad, a pesar de siempre estar peleando, se querían demasiado, habían compartido muchas cosas juntas. Simplemente inseparables…
Lola ya estaba en Vanzilla, en esta ocasión, el gran vehículo se mostraba vació, solo estaba ocupado el asiento de conductor, por la señora Loud, Rita quería que su pequeña hija siempre tuviera lo que ella no pudo de niña, no es que lo admitiera, pero cuando la observaba, le recordaba a si misma durante su niñez. El carro estaba por arrancar cuando una de las hijas Loud apareció.
― Hey girls, necesito un aventón rápido, tengo que ir a molestar a Paul ―. Dijo Luna, con su clásico acento inglés.
―Lo siento Luna, pero Vanzilla está ocupada hoy por mí, la gran Lola Loud, y no tenemos tiempo para desvíos, tenemos que llegar rápido al certamen de belleza, ¡Mi primer puesto espera!
―Relax hermanita, solo quiero que me dejen el camino más corto, no haré que se desvíen.
―Sube de una vez Luna, tu hermana tiene algo importante hoy ―. Dijo la señora Loud.
Sin chistar mucho y con su característica personalidad relajada, Luna entro a Vanzilla, sosteniendo una de sus guitarras eléctricas favoritas, se había sentado cerca de Lola, tal vez podría hablar con ella, Luna siempre se sorprendía de lo únicas que podían ser sus hermanas, mas allá de lo que las identificaban, ella por ejemplo, era una persona muy amorosa y atrevida cuando de estar cerca de Paul se trataba. Algo bueno saldría si hablaba con ella.
― Y bien hermanita… ¿La competencia es dura en esos certámenes de belleza?
― ¿Dura? JA JA JA, he salido ganadora de todos los concursos donde participe, nunca he perdido ni una sola vez, y hoy no será la excepción.
― ¿Cómo estas tan segura hermanita?
― ¿Estas bromeando verdad?
―Bueno, siempre hay una primera vez, wow, aquí me bajo ―. Dijo Luna, obligando a su madre a parar el auto. ― ¡Que tengas suerte hermanita!
Lola observo como su hermana mayor se despedía con la mano, mientras corría. ¿Siempre hay una primera vez? Debería estar muy loca para asegurar eso, ella nunca había perdido, y nunca lo hará, esos concursos eran pan comido para ella, siempre usaba algún "truco" para asegurarse.
Pocos minutos habían pasado, las Loud ya estaban en el lugar donde se llevaría a cabo el concurso. Al entrar, Lola pudo ver muchas niñas alegres, unas hablando entre ellas y otras siendo maquilladas por sus madres. Pero, todas ellas temblaron al ver la presencia de Lola Loud, algunas temblaban, mientras que otras trataban de irse de su vista. Ella disfrutaba mucho ver esas reacciones, sabía que mientras más desconcertada estaba una competidora, más difícil era agradarles a los jueces.
Lola se estableció en una mesa con un espejo cercano, quería prepararse más para el certamen, su madre hacia los últimos toques para que todo estuviera listo.
― ¿Te sientes lista hija?
―Siempre lo estoy mamá, esa pregunta esta demás.
―Estoy muy segura que ganaras el primer lugar hoy.
La gemela solo podía agradecer por esas afirmaciones, sabía lo increíblemente buena para este tipo de cosas. Pero ocurrió algo muy inesperado para Lola… una niña de la misma edad que ella se le acerco, era morena con cabello castaño, admitía que era algo linda, pero no superior a ella, su comportamiento extraño a la gemela.
―Disculpa… es mi primer concurso… ¿Sabes cuáles son las cualidades que se necesita para salir ganadora?
Por un momento pensó que era una broma, pero al ver la actitud de esa niña, decidió "ayudarla". Una novata nunca tendría oportunidad contra ella, una ganadora natural para los certámenes de belleza.
―Es muy simple novata, solo se linda, responde lo más tierno posible y siempre sonríe.
Ciertamente era un consejo que cualquier chica daría a una compañera, no le estaba dando el primer puesto a la mano… ¿Verdad?
―Gracias… mi nombre es Verónica ¿Tú cómo te llamas?
―Lola… Lola Loud.
La niña se despidió y desapareció, esa niña no era ni siquiera un peñasco en su camino, no le haría nada, era una novata después de todo. Las bocinas se habían encendido, el concurso estaba por empezar, todas las niñas se dirigían al escenario para la presentación y apertura del concurso.
¡A todas las concursantes, por favor ir al escenario para la apertura del concurso!
Las concursantes estaban en fila, una al lado de la otra, Lola se había asegurado de estar en el medio, todas las demás sabían que ella tenía que estar en el medio. Fue en ese momento, que Lola pudo observar a un chico, de unos doce años, acompañando a uno de los jueces. El juez en cuestión, era el mismo que le había dicho, en días anteriores, que tenía un futuro prometedor, ciertamente ya tenía un voto ganado.
― ¡Démosle un fuerte aplauso a nuestras competidoras! ―. Dijo el presentador.
Entre los aplausos de los asistentes, Lola solo podía observar a ese chico, con su cabello oscuro, perfectamente peinado, vestía un smokin blanco, acompañado de una rosa en el bolsillo de su pectoral izquierdo. Lola estaba encantada por ese chico… algo raro en ella.
― ¡A continuación, nuestra primera participante…!
Todas las niñas habían salido del escenario he ido tras vestidores, cada una esperaba su turno, Lola había pedido ser la última en participar, su madre tenía algunos contactos con los organizadores para poder realizar eso. Mientras esperaba ansiosa su turno. Pudo escuchar a algunas niñas chismosear sobre ese chico.
― ¿Lo has visto? es el sobrino del Juez Lebrant.
― ¡Es tan lindo! He escuchado, que la ganadora tendría una cita con él, no sé si será verdad. Pero son motivos para querer ganar.
―Pero… recuerda contra quien competimos… Lo más probable es que "La amenaza rosa" se lleve el primer lugar.
Ante ese comentario, las niñas suspiraron con pesimismo, a Lola le gustaba que su competencia se diera por vencido antes de que participaran, obviamente participar en ese estado ya te aseguraba una derrota.
Lola estaba esperando por su turno era la última participante, estaba segura de llevar otro trofeo más a la casa Loud, era lo mejor que sabía hacer después de todo.
― ¡Con ustedes, la última participante… Lola Loud! ―. Dijo el presentador con entusiasmo.
Lola entro con un aire victorioso al escenario. Primero, desfilo con su inconfundible vestido rosa, mostrando sus mejores poses, pero algo extraño ocurrió, al ver a ese chico… se desconcentro… no calculo bien uno de sus pasos y resbalo, no se había caído, pero si se pudo observar unos movimientos fuera de contexto para un certamen de belleza. Nunca antes le había pasado, pero no fue algo que pasará a mayores. Se colocó frente al micrófono, algunos asistentes estaban sorprendidos por lo ocurrido, mientras que los jueces estaban extrañados.
―Soy Lola Loud, y soy una de las niñas más lindas en Royal Woods. Espero ser la ganadora, porque sería un orgullo para mi familia y mi nación ―. Decía la pequeña Loud para ganarse el cariño del público y los jueces.
Su participación trastabillaba en pequeños momentos, ese chico la distraía mucho, Lola podía sentir que la observaba mucho, no de una manera normal, más bien… parecía que la acosaba. Tenía que admitirlo, no fue su mejor participación, pero estaba segura que ganaría, ninguna otra competidora lo había hecho mejor que ella.
Ya había salido del escenario, se había ganado los aplausos del público, inclusive con su irregular actuación, ella siempre lo conseguía de todos modos. Ya se sentía la ganadora del concurso, pero…
― ¡Me han informado que contamos con una participante más, aparentemente… una inscripción de último minuto! ¡Denle un saludo a Victoria Phenix! ―Comunico el presentador.
El público emitía aplausos de bienvenida, Lola se mostraba asombrada, ¿Inscripción de último minuto? Eso nunca había pasado, ella siempre era la última en participar. De todas formas, no tenía nada por qué preocuparse, solo era una novata.
―Mi… mi… mi nombre es Victoria Phenix… y vengo de un pueblo lejano, si gano, enorgullecería a mi madre que se encuentra enferma de Leucemia… y a mi padre que trabaja arduamente para pagar su tratamiento y hacerme estudiar en una escuela privada… para que pueda surgir como una profesional en mi vida, espero de todo corazón agradarles a todos ustedes…
Lola podía escuchar al público y algunos miembros del jurado derramar algunas lágrimas. Esa niña estaba conmoviendo a los jueces, algo que a elle le costaba hacer desde al inicio de su actuación. Esto no podía ser peor, cada cosa que hacia esa niña, era finalizada con una suma increíble de aplausos del público, inclusive un juez se levantó de su asiento para felicitarla a la distancia. La participación de Victoria había terminado, se fue entre aplausos, alabanzas y gritos de admiración, se estaba acercando a Lola, para agradecerle su consejo.
― ¡Muchas gracias Lola!, me diste la confianza necesaria para este concurso, realmente eres una buena amiga.
Lola no pudo decir nada, no sabía que creer en esos momentos, ya no estaba segura de sí saldría ganadora del concurso.
― ¡Que tonterías piensas Lola! Claro que ganaras… siempre lo haces.
Todas las niñas estaban dirigiéndose al escenario principal, se anunciaría a la ganadora. Lola estaba segura que ella ganaría, se auto convencía de que eso pasaría. Los jueces ya habían calificado a cada una de las participantes, él sobrino del juez Lebrant llevo la carta con el nombre de la ganadora al presentador, solo hacía falta saber quién era.
― ¡Muy bien, a esto se resume nuestro concurso! ¡Chicas, recuerden que todas ustedes son ganadoras, pero solo una recibirá la corona! ―. Dijo el presentador, despertando la desesperación en Lola. ― ¡Y la ganadora es… Victoria Phenix! ¡Felicidades!
Petrificada… así quedo Lola cuando escucho un nombre que no era el suyo como ganadora. ¿Cómo podía ser eso posible? Se lo preguntaría mucho tiempo. Pudo observar la cara de asombro de las demás participantes, estas se acercaron a felicitar a la novata, había logrado algo imposible, destronar a "La amenaza rosa". Lola había salido del escenario, había ido en dirección al baño, cuando choco con alguien.
―Deberías tener más cuidado cuando corres ―. Dijo el chico de ojos acosadores.
―Gracias por el consejo, pero debo irme.
―Discúlpame, soy Robert Lebrant, sobrino del juez Lebrant, creo que te afecto mucho no haber salido ganadora, ¿Qué te parece si damos un paseo para que se te pase el mal humor?
―Será en otro momento… adiós ―. Dijo Lola huyendo.
Lo último que pudo ver de Robert, fue su rostro molesto por no poder acompañarla. Ya en el baño, comenzó a golpear cosas, la puerta, la pared, los jabones y todo lo que encontrara. Estaba muy molesta consigo misma, ella le había dado consejos a esa niña. Ella fue la causante de su perdición, si no le hubiera dicho nada, el resultado hubiera sido diferente.
Su madre había llegado al baño de niñas, estaba algo preocupada, nunca antes había pasado algo así, no estaba segura de que haría su hija. Ella era quien motivaba a Lola a ser siempre la número uno en todos los concursos de belleza. Nunca pensó en afrontar una situación así.
―Lola… es mejor que nos vayamos de aquí.
―No quiero salir mamá, ya no tengo ganas de nada, ¡Odio todo! ¡Esa maldita niña me robo mi corona!
―Hija, los jueces son unos bobos para no ver tu belleza completa, apuesto que esa niña mintió en todo lo que dijo ―. Menciono su madre para convencerla.
― ¿Qué te parece si vamos por uno helado antes de ir a casa? Te dejare escoger el que tú quieras.
Ante tal propuesta, Lola salió del baño, algo desarreglada, recibió un abrazo de su madre. Podría comportarse como una diva adolescente, pero era una niña después de todo.
― 0 ―
El helado en el camino, resulto calmar la gran furia que tenía Lola, pero sabía que soltaría todo llegando a casa. No podía dejar de pensar… había perdido algo donde siempre ganaba, poco a poco el desánimo se apoderaba de ella.
Ya en casa, la señora Loud pensó en prepararle algo muy delicioso a su hija, sabía que un helado no era suficiente para alegrarle. Por más que cause celos a sus demás hijos, prepararía un postre especial para ella. Mientras tanto, Lola se encontraba viendo televisión, no quería ver el canal de princesas, por lo que comenzó a ver el canal de documentales, algo a su parecer neutral para su situación actual. Fue en ese momento que Luna había llegado a casa, estaba muy alegre, tarareando una canción de rock que Lola no conocía. La Loud rockera, al ver a su hermanita con un ánimo similar al de un pez, trato de levantarle su orgullo.
― ¿Y bien, barriste con todas las competidoras Sis?
Lola no dijo nada, su expresión había cambiado a una de tristeza por una de furia, vio directamente a los ojos de su hermana mayor. Luna podía sentir rabia puro viniendo de la Princesita Loud, no hacía falta que le diga algo, entendía perfectamente su mirada, pues era la mirada que ponían las hijas Loud cuando andaban molestas por alguna razón.
―Bien… creo que me iré lentamente… ―. Dijo mientras dejaba la sala.
Esto era peor, estaba tratando de olvidar lo sucedido, pero su hermana mayor lo tiro al tacho el avance, eso era inaceptable, ahora estaba muy furiosa, pero por un momento recordó a ese chico. Le había invitado a pasear, algo que cualquier niña de la competencia hubiera aceptado sin chispar, pero ella no lo hizo, de haber sido la ganadora hubiera aceptado sin dudarlo, ¿Verdad? Pues no lo sabía realmente, ¿Y si ese chico solo quería pasar el rato con ella? Ya había escuchado de sus hermanas mayores, sobre lo capaces que son los chicos para "pasar el rato con una chica". No era una tonta, conocía sobre temas de parejas, mucho más que su gemela, eso era algo en que siempre le ganaría, pero la pregunta es… ¿Aceptaría salir con ese chico? O en su defecto ¿Con cualquier otro chico lindo?
Las preguntas rondaban su mente quería responderlas rápidamente, Lola Loud no era una niña a la cual le guste esperar por algo, es engreída lo admitía, pero no malcriada o tacaña, siempre estaba dispuesta a compartir sus cosas, sobre todo con su hermana gemela.
― ¡Demonios! quiero una respuesta a todo eso… ¿pero cómo podría? ―. Dijo pensando más de lo habitual.
Fue así, que de un momento a otro, recordó a Lincoln, él es un chico, tiene una edad similar a la de Robert Lebrant, y hasta donde sabia, le gustaba las chicas. En su joven mente, Lola comenzaba a trazar un plan en donde su hermano mayor estaba implicado, no solo eso, él era la parte más importante de todo. Algo era seguro, Lincoln tendría una "tormenta" en su cuarto.
― 0 ―
Lincoln estaba llegando a casa, su cita, aunque desastrosa, resulto bien al final. Estaba cansado, no tanto como para dormir, pero como para acostarse desnudo en su cama y leer comics. Ya dentro, hizo presente a su familia que ya había llegado.
― ¡Ya estoy en casa!
Nadie pareció prestarle atención, había recordado que todos tenían planes para ese sábado. No le dio mayor importancia, así que se dirigió hacia el refrigerador, estaba sediento, su día fue muy agotador. Lincoln no podía dejar de pensar en dos cosas, el beso de Ronnie Anne, y el accidente de Cristina, con la amistad de un doctor incluida. Un vaso lleno de jugo de naranja era bien merecido.
― Ahhh Nada como un buen vaso de naranja para refrescar la garganta…
―Un vaso no es suficiente Lincoln.
Lincoln le dio una impresión de susto, pero se dio cuenta de quién era, ciertamente Lucy era la Loud que se encargaba de los sustos en la casa, pero le sorprendió que Lisa haya actuado de una manera similar con él.
―Hola Lisa, pues… estoy muy sediento, quiero refrescarme de alguna manera.
―Hay maneras más eficaces de saciar la necesidad natural de la sed, de todas formas, solo vine por un poco de cloruro de sodio ―. Dijo Lisa cogiendo un recipiente con sal. ―Nos veremos en otra ocasión… a por cierto, nuestra hermana Lola estuvo buscándote, tenía algo importante que decirte, en realidad sus problemas banales no me interesan, por lo que no le preste atención.
―Está bien Lisa, ya hablaré con ella ―. Dijo para luego beber sin parar su vaso con jugo de naranja. ― ¿Pero sabes dónde está ahora?
Así como apareció, Lisa también desapareció. Lincoln sabía que su hermanita de cuatro años tiene muchas cosas científicas por hacer, por lo que no ahondo más en ese tema. Resolvería el problema de Lola cuando la vea, aprovecharía el tiempo para poder leer cómics en su cuarto, en ropa interior, un placer inigualable para él. Ya estaba por llegar a su cuarto, Lincoln siempre acostumbraba a desvestirse en el trayecto, dejando sus ropas tiradas por el camino, su madre siempre las recogía y se las dejaba en su cuarto de todos modos. El peliblanco había abierto su puerta para entrar triunfante a su cuarto.
―En una casa con diez hermanas, los momentos de tranquilidad para leer cómics son muy preciados, por lo que… ―. Dijo, pero se sorprendió al ver algo muy diferente en su cuarto.
―Haz tardado mucho… en donde hayas estado.
Lincoln le extraño mucho ver a Lola sentada en una silla giratoria, aún más extraño, estaba en su cuarto… ¿Acaso le habría esperado? ¿Cuánto tiempo habrá esperado en su cuarto? ¿Desde cuándo tenía una silla giratoria?
―Hey Lola… Lisa me dijo que andabas buscándome, bueno… en estos momentos no creo poder atenderte, como veras, estoy preparado para leer mis cómics, con tranquilidad, en mi cama.
Lola tenía una cara de molestia al momento que Lincoln entro a su habitación, pero al escuchar que no le ayudaría, puso un rostro furioso, a ella no se le podía decir que no… no a la "Amenaza rosa".
―Pues aunque no quieras, me ayudaras. Te he estado esperando mucho tiempo aquí Lincoln… ¿Sabes todo lo que eh averiguado aquí? Ahora conozco mucho más de ti, sobre todo tus secretos.
No puede ser posible, ¿Sus secretos? Como lo habría hecho… ¿Estaría mintiendo?, Lola es capaz de todo por saber algún chisme. Pero necesitaba pruebas…
―No tengo secretos importantes para ti Lola ―. Dijo seguro de sí mismo.
― ¿Eso crees? ―. Dijo de piernas cruzadas. ―Entonces… ¿Por qué ocultas un cuaderno dentro de un colchón? Ahh cierto… ahí expresas tus más oscuros deseos ¿No es así?
Lincoln trago saliva… ¿Cómo lo había descubierto? Verdaderamente, su hermana menor era de temer.
―Así es Lincoln, me sorprende tu manera de pensar con nuestras hermanas mayores ―. Dijo mirándose los dedos de su mano derecha, cubierta por los guantes. ―Sabía que los chicos pueden llegar a comportarse como perros por una hembra, pero no lo esperaba de ti.
Eso lo confirmaba todo, Lola sabía su más oscuro secreto, ese cuaderno contenía sus más prohibidos pensamientos. Ahora estaba en una posición de una desventaja tremenda. Solo le quedaba obedecer y esperar que Lola no diga nada.
―Bien, ¿Qué es lo que quieres para que te quedes callada? ―. Dijo el peliblanco con una cara de seriedad total.
Lola había juntado los dedos de sus manos, con un rostro victorioso, había logrado la primara parte de su plan, someter a Lincoln, ahora tenía que empezar por la segunda. La princesita Loud se había levantado de su asiento, colocándose al lado de este.
―Primero, cierra la puerta y ponle seguro, le había pedido a Lola que ponga un seguro temporal a tu puerta, tranquilo, ella no sabe nada del cuaderno.
Lincoln se dio vuelta, y vio un pequeño cerrojo en su puerta, por encima de la perilla. Hizo caso y aseguro la puerta, obviamente Lola quería que todo lo que suceda en su cuarto quede entre los dos, lo que le resultaba algo extraño.
―Me tome la molestia de tapar los ductos de ventilación para que nadie se entere ―. Dijo señalando el ducto de ventilación, tapado por una almohada. ―Lo que suceda, solo quedara entre los dos, de no ser así, le diré a nuestras hermanas sobre tu cuaderno especial.
Lincoln solo afirmo con la cabeza. Esperaba algún tipo de tortura por parte de Lola, o que le pidiera ser su mayordomo de sus fiestas de té de por vida, pero lo que pidió Lola lo dejo intrigado.
―Siéntate en la silla Lincoln ―. Ordeno Lola.
Lincoln dudo por unos segundos, pero no tuvo mayor remedio que obedecer. Estaba sentado, algo no estaba bien, sentarse en esa silla giratoria no podría ser todo lo que Lola quería, ¿Acaso le daría vueltas a esa silla hasta que él vomitase?
―Ya estoy sentado, ¿Ahora qué?
Lincoln realmente no se lo esperaba lo que vendría, Lola se acercó hasta él y se sentó en sus piernas, mejor dicho, en su entrepierna. Lincoln al principio sintió algo de dolor en esa zona, su hermanita no había sido muy amable al momento de sentarse, ella estaba haciendo unos movimientos, como tratando que su pequeño, pero sexy trasero, chocase con la masculinidad de Lincoln. El peliblanco no podía evitar sentirse incomodo, no lo negaba, había soñado con momentos así con sus hermanas mayores y Ronnie Anne, pero nunca con Lola, simplemente era algo inesperado. Lincoln no opuso resistencia, estaba claro por donde iba su pequeña hermana.
―Lola, no deberías… ―. Lincoln fue silenciado por la mano de su hermana.
―Solo cállate y escúchame ―. Dijo mientras hacía un movimiento sensual de caderas. ―Sabes que ninguna de nosotras, sobre todo las menores, aparentamos nuestra edad, no nos comportamos como deberíamos, siendo el mejor ejemplo Lisa, por eso conozco mucho sobre las maneras de seducir un chico, pero quiero ponerlas a prueba, y pues, el único chico con disponibilidad inmediata eres tú.
Lincoln pudo sentir una gota de sudor bajar por su sien, estaba nervioso por lo que pudiera hacer Lola con él, sus palabras no eran nada tranquilizadoras. Ella tenía razón en mucho, Lisa estaba en una edad donde tendría que comportarse como un bebe-niño, pero había superado inclusive, en madurez a sus padres. Por simple operación, Lola, Lana Lucy y lo más probable es que Lily también lo sea.
―Pero… ¿A qué se debe que te comportes así de un día para otro? Ayer fue un día normal como cualquier otro… No soy tonto Lola, sé que algo debió pasarte para que termines haciendo esto, no es costumbre tuya entrar a mi cuarto cuando no estoy ―. Dijo Lincoln, tratando de resolver el extraño comportamiento de su hermana.
Ahora era Lola la sorprendida, otra vez su hermano había demostrado que era el segundo más inteligente de la casa Loud. Como reprenda, había empujado con fuerza su trasero, haciendo que Lincoln estuviera aún más incómodo. Pero Lincoln había olvidado algo, había entrado a su cuarto, solo en ropa interior, el contacto con su hermana, lo había excitado, Lola podía sentir como la hombría de su hermano incrementaba de tamaño, eso era un objetivo que tenía en mente Lola. La princesita Loud había reído suavemente, su hermano le habría descubierto.
―No te equivocas Lincoln, hoy por primera vez… perdí contra otra niña en un concurso de belleza. ¿Sabes cómo me puso eso? Ni te lo imaginas, pero eso no es todo… en la competencia había un chico, me estuvo mirando en todo momento, y al final de la competencia, me invito a… pasar tiempo con él. No sabía que responderle, por lo que escape diciendo que en otra oportunidad aceptaría ―. Conto Lola algo apenada. ―No sé si aceptarle si me lo volviera a proponer… o aceptar a cualquier otro chico. Por eso necesito probar como es estar con un chico antes, y tú eres el mejor candidato Lincoln ― Dijo Lola acercando una mano a su rostro.
Lola estaba acariciando la mejilla derecha de su hermano, podía sentir la excitación y el temor viniendo de él, algo que la emocionaba sin duda, pero Lincoln quería ir más allá del asunto, necesitaba saber quién era ese chico que estaba "fastidiando" a su pequeña hermana.
― ¿Cómo se llama ese chico Lola? ―. Pregunto su hermano algo preocupado.
Lola solo atino a mover más su trasero ante tal pregunta, su hermano reacciono con unos pequeños jadeos, pero no perdía su mirada de preocupación.
― ¿Por qué el interés? ¿Acaso estas celoso que otro chico le coquetee a tu hermanita?
Lincoln no lo había visto de ese modo, pero su pregunta realmente había sonado de esa manera, no quería sonar muy sobre protector, pero tenía que hacerlo, era hermano mayor después de todo, es su labor cuidar de sus hermanas.
―Es por preocupación Lola… si te ocurriera algo… yo no me lo perdonaría.
La pequeña Loud no esperaba eso, esas palabras habían tocado una fibra sensible en ella, nunca, ninguna de sus hermanas le había dicho algo así. Pudo sentir como su pequeño corazón latía cada vez más rápido, y también, las ganas de estar más cerca a su hermano.
―Bueno… él se llama Robert Lebrant, es sobrino de uno de los jueces del concurso de belleza, tiene doce años y es muy guapo, todas las niñas de la competencia babeaban por él. Yo me interese por él en un principio, pero al ver sus ojos puestos en mí todo el tiempo… solo logro asustarme ―. Decía Lola sujetando con la mano libre, una mano de Lincoln. ―Sé que me volveré a ver con él… no sé qué decirle cuando eso pase.
Los sentimientos eran muy confusos, Lincoln estaba excitado, preocupado y ahora sobreprotector, realmente su día era muy extraño. Lola no era diferente a esto, en ella despertaba un sentimiento diferente al cualquier otro, algo que no había sentido por Lincoln antes…
Justo cuando termino de mencionarle sobre Robert, Lola aprovecho un momento de descuido para sujetar el mentón de su hermano, e implantarle un beso. Lincoln se sorprendió en demasía, sabía muy en el fondo que esto acabaría así, pero no tan pronto, ahora ambos se fundían en un beso, que era más por curiosidad que por amor. Se habían separado, Lola vio directamente a los ojos de su hermano.
―Considérate afortunado, ese fue mi primer beso… y eres el primer chico en disfrutar estar así conmigo ―. Dijo haciendo referencia a su posición en la silla.
Lincoln estaba paralizado, su mirada estaba perdida en los ojos de su hermanita.
―Yo… no sé qué decir Lola… todo esto es…
―No tienes que decir nada ―. Dijo mientras le daba otro beso, pero uno muy corto. ― ¿Esto quedara entre nosotros, de acuerdo?
Lincoln solo afirmo con la cabeza. Lola había bajado de encima de Lincoln, ella pudo ver como un bulto en la ropa interior de su hermano, le sorprendió saber que eso estaba rozando su trasero por unos minutos, pero al mismo tiempo le encanto. Lola estaba por salir del cuarto de Lincoln, pero tenía algo que decirle antes.
―Ya sé que le diré a Robert, además… no será la única vez que haremos esto hermanito ―. Dijo dándole un beso a la distancia y guiñándole.
Lola ya no estaba en su cuarto, Lincoln solo se quedó ahí confundido por unos instantes, muchas preguntas rondaban por su cabeza, pero prefirió olvidar todo, había ido a su cuarto a leer cómics, y eso haría. Ya en la cama, saco uno de sus cómics favoritos, pero al leerlo, no pudo evitar sacarse a Lola de su mente. Pero lo que le aterraba era una sola cosa.
―Ronnie Anne no se puede enterar de nada… si eso llegase a pasar… ―. Se dijo a sí mismo.
Pero tendria que atender unos "asuntos" masculinos primero...
Al rato Lincoln pudo leer con tranquilidad su cómic, ya aclararía lo sucedido con Lola después. Desgraciadamente para él… su día aún no había acabado.
¡Hola de nuevo! como sabrán, este fanfic esta en el mismo universo que "Secretos y hermanas" y "Una cita inesperada", bueno, aclarar que este fanfic no es un one-shot, como si lo es "Una cita inesperada". Pienso escribir unos dos capítulos más. Si te ha gustado házmelo saber con un review. Compártelo si te gusto. Si quieres contactarme, mi FaceBook es: Rasec Cl, Sin más que decir, los veré en otro capitulo, Un saludo cibernetico a todos. Se despide Rasec02