-SAL DE MI-

Cuarta Parte

Kurumi se encontraba frente a la gran puerta del área de entrenamiento, aunque había dicho que podría hacerlo sin problema ahora se arrepentía de verdad de la situación en la que se encontraba. Aun cuando ella también solía entrenar con el capitán Rajin en algunas ocasiones, normalmente él se dedicaba a entrenar exclusivamente a Zeon desde que el chico había aprendido a caminar, sabía que los entrenamientos que el capitán ejecutaba con el príncipe era excesivamente pesados para cualquier mamodo normal, incluso Gash los había dejado después de un mes porque su cuerpo simplemente no podía seguir el ritmo de Rajin.

-Estoy frita… - Murmuró Kurumi dudado seriamente en entrar. – Tengo miedo… -

-Buenos días, príncipe Zeon. – Saludó cordialmente Rajin mirando a Kurumi, haciendo que la chica diera un salto en su lugar asustada. - ¿Listo para comenzar? –

-No, para nada. – Respondió inconscientemente Kurumi sorprendiendo a Rajin, quien la miró confundido. – Qui-Quiero decir, es lo mismo de todos los días, ¿por qué estaría esperándolo? –

-¿Lo olvidó mi príncipe? Me pidió que el día de hoy tuviéramos una sesión doble. – Explicó Rajin haciendo que Kurumi abriera los ojos como platos. – Debemos empezar ya, o de lo contrario el tiempo no alcanzará, adelante. – Dijo abriendo la puerta para que la chica pasara.

-"Voy a morir…" – Pensó Kurumi temblando de miedo mientras caminaba a paso lento dentro del área de entrenamiento. – "Jamás volveré a quejarme por los días de labor comunitaria…" – Pensó mirando como Rajin cerraba la puerta detrás de ella.

-Bien, comenzaremos con el entrenamiento de reflejos que solicitó. – Comenzó a explicar Rajin mirando a Kurumi. – Le lanzaré hechizos al azar y usted deberá bloquearlos todos con los ojos totalmente cerrados. – Dijo dándole una venda para los ojos.

-S-Sí. – Asintió Kurumi colocándose la venda, en el momento en que la ató sintió cómo esta se apretaba sola impidiendo que se la quitara. - ¿Q-Qué es esto? –

-Es una venda hecha de tela especial, impedirá que se la quite usted mismo si llegase a querer hacer trampa. – Explicó Rajin con simpleza. – Así aprovecharemos al máximo sus sentidos del oído y agudizaremos su sentido del poder demoniaco. –

-"Maldito Zeon, maldito espíritu…quiero irme de aquí." – Pensó Kurumi aterrada mientras adoptaba una posición de pelea. – "Cálmate…solamente repite los hechizos de Zeon, lo has visto entrenar, sabes cómo actúa…así que solamente imita lo que él hace." – Se repetía mentalmente tratando de tranquilizarse.

Antes de que Kurumi lo pudiese siquiera notar, varios ataques fueron dirigidos a ella desde diferentes direcciones a la vez, la chica se asustó pero trató de mantener la compostura mientras golpeaba el suelo con su pie.

-¡Raajia Zakeru! – Exclamó con voz temblorosa y sintió como el poder demoniaco fluía por su cuerpo hasta la planta de su pie, pudo sentir como un pequeño choque eléctrico le recorría su pierna y cómo el rayo se formaba debajo de ella y se expandía por el suelo destruyendo la mayor parte de los ataques de Rajin, pero fue alcanzada por uno que había sido lanzado desde arriba, cayendo con fuerza al suelo y golpeándose la boca contra el frío piso, sintió como su diente filoso se encajó en la carne de su labio inferior haciéndolo sangrar y se quejó ligeramente. – "No sentí ese último…" – Pensó Kurumi levantándose del suelo mientras limpiaba la sangre de su labio.

-¿Tan rápido cayó, príncipe Zeon? ¡No va ni 1 minuto! – Exclamó Rajin lanzando más ataques hacia la chica. - ¡Preste atención o terminará en la enfermería! –

Kurumi sintió los ataques venir desde las diferentes direcciones y dio un pequeño salto para elevarse en el aire mientras extendía sus manos. - ¡Zakeru! – Exclamó girando en el aire para destruir cada ataque con una especie de tornado de Zakeru que creó, no obstante su espalda logró ser acertada por uno de los ataques que la tumbó nuevamente en el suelo. – "A este paso no terminaré en la enfermería… ¡Sino en la morgue!" – Pensó Kurumi asustada de sólo pensar que no habían pasado ni 5 minutos y ya comenzaba a sentirse adolorida.

[…]

-¡Buenos días, Kurumi! – Exclamó una chica de cabello negro largo, con cola y orejas de gato negras, piel blanca y ojos verdes esmeralda, usaba una blusa morada de manga corta abultada con un cuello en forma de V color rojizo, un moño lila con una gema dorada al centro en la parte superior de su blusa, por debajo un vestido de tirantes lila hasta la rodilla, medias blancas y zapatos negros con un pequeño agujero de cada lado. - ¡Kurumi! –

-"¿Y esta quién es?" – Se preguntó Zeon viendo a la pelinegra que lo llamaba por el nombre de Kurumi. – Sólo la ignoraré. – Se dijo a sí mismo mientras caminaba pasando de largo a la chica.

-¡Oye, Kurumi! – Exclamó la chica corriendo a alcanzarlo, tomándolo del brazo.

-¡No me toques, sucia plebeya! – Exclamó Zeon mirándola con molestia.

-¿Qué te sucede, Kurumi? – Preguntó confundida la felina. - ¿Tuviste una mala mañana? –

-Qué te importa. – Respondió Zeon maldiciendo internamente el no poder zakerearla para irse.

-Vaya, sí que vienes de mal humor… - Murmuró la pelinegra mirándola de reojo. - ¿El príncipe de la amargura te hizo algo nuevamente? –

-¿Príncipe…de la amargura? – Murmuró Zeon irritado mirándola. - ¿Hablas de m…del Príncipe Zeon? –

-Pues sí, ¿quién más? – Preguntó ella confundida. – Siempre te quejas de él y su amargura, nada que ver con el tierno Rey Gash-sama, aunque no lo conozco en persona. –

-Mira tú… - Murmuró Zeon con voz filosa, pero fue interrumpido por una exclamación femenina.

-¡Oigan, Kurumi, Puki! – Exclamó Tio haciéndoles una seña a ambas chicas para que fueran hacia allá. - ¡Nos tocó el área del jardín trasero! ¡Dense prisa, Koruru, Yumín y Juvia nos esperan! –

-¡Ya vamos, Tio! – Exclamó Puki tomando a Zeon de la mano. – Andando Kurumi, nos retrasaremos. – Dijo comenzando a correr a una velocidad impresionante jalándolo con ella.

-"¿Quién es esta mocosa?" – Pensó Zeon sorprendido de la agilidad de Puki. – "Esta agilidad solamente la he visto en el Teniente Pyrce… ¿De dónde salió esta niña?" –

-Vamos entonces. – Dijo Puki deteniéndose a un lado de Tio mientras soltaba el brazo de Zeon. – Andando Kurumi. –

-Sí, sí, pero no vuelvas a jalarme así mocosa. – Reprochó Zeon comenzando a caminar enfrente de ambas chicas.

-¿Qué tiene Kurumi hoy? – Preguntó Tio confundida.

-Creo que despertó de mal humor, ha estado muy rara. – Respondió Puki mirando a la pelirroja.

-Supongo que la pelea de ayer con Zeon no salió nada bien. – Dijo Tio encogiéndose de hombros. – Esos dos son más explosivos juntos que podrían causar el Apocalipsis si se lo propusieran. –

-¿Cómo pueden ser amigos de la infancia y llevarse tan mal? – Preguntó Puki sin entender.

-Todos nos preguntamos lo mismo. – Respondió Tio mirándola. – Digo, después de lo que pasó en la Batalla de los 100 mamodos todos creímos que eran dos amigos que se querían y se protegían, pero después de que volvimos al Makai quedó más que claro que son tan iguales en personalidad que simplemente es imposible que vivieran tantos años bajo el mismo techo sin asesinarse por completo. –

-¿Tan mal se llevan? – Preguntó Puki sorprendida.

-Ni te imaginas. – Respondió Tio negando con la cabeza. – Tienes suerte de no ir al Castillo cuando esos dos están juntos. –

-Y si planea invitarme la próxima vez, recuérdame negarme. – Dijo Puki temiendo por su vida.

-¡Dense prisa, sucias sirvientas! – Exclamó Zeon gritándoles a ambas chicas que se habían quedado atrás. - ¡Quiero largarme lo antes posible, así que muévanse! –

-Jo…hasta habla igualito que el maldito hielo. – Murmuró Tio en un bufido.

-Vamos. – Dijo Puki mirando a Tio con una sonrisa, la pelirroja soltó otro bufido y caminó hacia Zeon ignorando a la felina. – Te quejas y eres igualita. – Murmuró por lo bajo antes de seguir a ambas chicas hasta el otro jardín.

[…]

-¿Qué sucede Príncipe Zeon? El día de hoy lo noto diferente. – Preguntó Rajin mirando a Zeon, quien se encontraba totalmente destrozado en el suelo sin poder levantarse mientras jadeaba como si le costara respirar.

-Cállate… - Murmuró Kurumi con la voz ahogada intentando imitar una respuesta digna de Zeon. -"No puedo más…mi cuerpo no responde… ¿Cómo puede entrenar por tanto tiempo así? Ningún mamodo normal soportaría estos entrenamientos…"- Pensó Kurumi recordando cada entrenamiento del príncipe que había presenciado desde su infancia, sintiendo un remordimiento interno que la hizo suspirar levemente. – "Eres admirable Zeon…nunca creí que soportaras todos los días un dolor como este…siento como si todo mi cuerpo estuviera destrozado y mi poder demoniaco hubiese sido drenado totalmente…ni siquiera puedo mover un dedo para ponerme de pie…" –

-Han pasado 2 horas desde que comenzamos el entrenamiento. – Comenzó a decir Rajin viéndola fijamente. – Si se siente agotado del último entrenamiento lo entenderé, después de todos fueron 10 horas continuas de entrenamiento duro, que se tome el día de hoy para reposar no le hará un mal. –

-"¡¿10 horas continuas?! Yo llevo dos y estoy muerta… ¿Realmente Zeon soporta esto por 10 horas y todavía tiene energía suficiente para molestarnos a Gash y a mí?" – Pensó Kurumi intentando ponerse de pie. – E-Estoy bien…no ne-necesito descansar… -

-Sé muy bien que no quiere preocupar al Rey ni tampoco a la señorita Kurumi, lo entendí desde el día en que me pidió que impidiera que la señorita se enterara de sus revisiones privadas con el doctor Bernkastel. – Comenzó a explicar el capitán sorprendiendo a Kurumi. – Pero yo sé muy bien lo que estos entrenamientos le provocan a su cuerpo, así que no tiene que preocuparse por que ellos descubran que se quedó sin poder demoniaco, yo jamás traicionaré su confianza revelando sus secretos a los demás. –

-"¿Zeon nos lo ha estado ocultando? Siempre lucía tan fresco cuando salía de sus entrenamientos que comencé a creer que ya no eran tan duros como en su infancia… ¿Pero él solamente intentaba que Gash y yo no supiéramos que no podía más? Ese idiota…" – Pensó Kurumi tratando de mantenerse de pie. – No voy a decepcionar a nadie, les demostraré que soy tan fuerte como esa persona, así que continuemos, es una orden. – Dijo tomando posición de pelea nuevamente. – "No huiré, aunque el dolor me mate y no pueda levantarme de nuevo…no perderé ante Zeon, jamás lo haré." – Pensó decidida mirando como Rajin tomaba su posición. - ¡Adelante, ataque con todo, capitán Rajin! – Exclamó mirando fijamente al capitán. – "Zeon…eres de admirar, por eso no perderé, ¡no dejaré que Rajin pierda esa imagen tuya que tiene, el orgullo del Príncipe del rayo Zeon Bell no será manchado por esta simple niña inmadura!" –

[…]

-No quiero ser grosera, pero… - Dijo Juvia mirando hacia cierta chica que se encontraba recostada debajo de un árbol del jardín. - ¡¿Podrías venir a ayudar, Kurumi?! –

-No, trabajen sirvientas. – Respondió Zeon sin molestarse en mirarlas.

-¡Oye, que vivas en el Castillo del Rey y seas la amante de su hermano gemelo no te da el derecho de llamarnos sirvientas! – Reprochó Yumín exasperada.

-¡¿Qué dijiste?! – Exclamó Zeon levantándose para mirar con ojos filosos a la pelilila que había respondido. – Repite eso sucia plebeya. –

-Dije que desde que andas de noviecita con el príncipe Zeon has tenido esa actitud chocante que desespera, ¡pero el día de hoy estás más insoportable de lo usual! – Explicó Yumín mirando fijamente a Zeon con los brazos cruzados.

-¿De dónde sacas la estúpida idea de que somos "parejita"? – Preguntó Zeon más confundido que molesto.

-Vamos Kurumi. – Dijo Juvia mirando al chico. – Primero nos dices que crees que te gusta Zeon, después mágicamente empiezan a pelear frente a todo el mundo cuando jamás habían sido así. –

-Sí, sí, es decir, entendemos que quieran ocultar su relación de los demás, pero por favor, sus actitudes lo hacen más obvio que nada. – Apoyó Yumín mirándolo.

-¿Qué a ella qué…? – Preguntó Zeon sorprendido, pero decidió no decir más para evitar ser descubierto. – "Un momento… ¡¿Le gusto a Kurumi?!" –

-Como sea, olvídense de ese hielo parlante y mejor dedíquense a limpiar. – Interrumpió Tio aventándole una escoba a Zeon. – Y tú ven a ayudar. –

-No me des órdenes, marimacho. – Replicó Zeon aventándole la escoba a Puki, quien estaba juntando las hojas del suelo con un rastrillo sin percatarse de la escoba que había caído detrás de ella.

-¡WAH! – Gritó Puki cayendo de cara contra el piso al pisar por accidente el palo de la escoba. - ¡¿Quién tiró eso ahí?! – Exclamó con sus ojos filosos mientras el pelaje de sus orejas y su cola se erizaban.

-Kurumi. – Dijeron Juvia, Tio y Yumín al mismo tiempo apuntando a la pelinegra.

-¡¿Se puede saber qué te pasa a ti hoy?! – Exclamó Puki molesta girándose a ver a Zeon.

-Es tu culpa, ¿por qué te pones donde aviento la escoba en primer lugar? – Preguntó Zeon encogiéndose de hombros como si le restara importancia.

-¡Mira tú…! – Murmuró Puki mientras sus ojos y dientes se volvían filosos y un aura negra la envolvía.

-¡Puki, contrólate! – Dijo preocupada Koruru tomando a la neka de la cintura tratando de evitar una matanza. - ¡No te vuelvas como el príncipe Zeon-sama! –

-¿Disculpa? – Preguntó Zeon indignado por las palabras de Koruru.

-Vamos Koruru. – Dijo Tio rodando los ojos. – Todas aquí sabemos que también te gusta el hielo ese. –

-¡¿Qué qué?! – Exclamó Zeon mirando a la pelirroja. - ¡¿Qué a ella qué?! – Repitió incrédulo. – "¡¿También le gusto a la chica esa de doble personalidad?!" – Pensó mientras se jalaba el cabello exasperado. - ¡¿Quién más falta?! –

-Oye, tranquila. – Dijo Juvia mirando a Zeon. – Todos sabemos que el principito es tuyo, no te exasperes. –

-¡Tú cállate! – Replicó Zeon fulminándola con la mirada. - ¡Agh, no puedo, me voy! ¡Están locas! – Exclamó intentando teletransportarse lejos de ahí, pero después recordó que no estaba en su cuerpo y soltó un gruñido que asustó a las 5 chicas. - ¡ODIO ESTO! – Gritó a los 4 vientos mientras se iba del lugar caminando de regreso al edificio.

-¡Oye, no puedes irte…! – Exclamó Puki intentando seguirla, pero siendo retenida por Koruru. - ¡No pienso hacer la parte de Kurumi! –

-Con ese humor que se carga, es mejor dejarla sola. – Dijo Juvia mirando a la pelinegra que se alejaba sin molestarse en volver.

-¿Y quién hará la parte de Kurumi entonces? – Preguntó Yumín mirando a las otras tres.

-¿Piedra, papel o tijeras? – Sugirió Tio, las otras asintieron y se posicionaron.

-¡Piedra, papel o tijeras! – Exclamaron las 5: Juvia, Tio y Koruru escogieron piedra mientras que Yumín y Puki escogieron tijeras.

-Un desempate. – Dijo Puki mirando a Yumín.

-¡Piedra, papel o tijeras! – Exclamaron Yumín y Puki al mismo tiempo, pero Puki soltó un gruñido cuando vio que la pelilila la había vencido con papel mientras ella había elegido piedra.

-¡Me mato! – Exclamó Puki frustrada.

-Al final terminó haciendo la parte de Kurumi. – Murmuró Koruru mirando a la neka que maldecía cosas inentendibles.

-Karma, supongo. – Respondió Juvia restándole importancia.

-Bueno, bueno, detén el drama y a limpiar que quiero irme. – Dijo Tio mirando a Puki.

-Ojalá la próxima Zeon te chamusque. – Murmuró Puki fulminando con la mirada a Tio mientras recogía la escoba y se iba a continuar su labor.

-Jo...con esa amargura ya veo por qué necesita 7 vidas. – Murmuró Tio sacándole la lengua a la neka que estaba algo lejos dándole la espalda, pero fue semi-noqueada por una piedra que voló con fuerza a su cara y la tumbó contra el piso.

-¡Tio! – Exclamaron Juvia y Koruru preocupadas.

-No subestimes los oídos de una neka. – Murmuró Puki sacándole la lengua a Tio mientras continuaba su labor.

-Maldición…si regreso ahora perderé la apuesta con Kurumi, y yo JAMÁS seré el sirviente de nadie. – Murmuraba Zeon mientras caminaba en círculos por la biblioteca escolar. – Tiene que haber una forma de resolver esto… - Murmuró pensativo, después una idea se le vino a la mente y sonrió con malicia. - ¡Zophise! – Exclamó al enorme espacio vacío recordando al mamodo mencionado. – Su poder debe poder ayudarme a regresar a mi cuerpo...así que solamente tengo que ir a la Prisión Alpha y obligarlo a que nos regrese a la normalidad. – Murmuró soltando una risita diabólica mientras sonreía con victoria.

Un corazón negro siempre buscará la respuesta más obvia en el lugar donde nunca la encontrará en vez de ver al verdadero paradero de esta.


¡YAHALLO! xHimemikoYukix aquí~

Un poco de inspiración llegó y logré terminar la cuarta parte XD ¿qué les está pareciendo este mini-fic? ¡Leo sus respuestas! Las cosas se complicarán por culpa de cierto principito que va a cometer cierta idiotez, pero bueno, eso lo verán en la quinta parte :3 espero que les esté gustando!

¡NOS LEEMOS!