Se terminó

Traducido por mi amiga Lauren Ramírez

Capítulo 1

"Una decisión peligrosa"

El verano había terminado para dar lugar al aire fresco de otoño. Era el año 1915, Europa todavía estaba en guerra y miles de personas morían cada día. En Europa se tenía la impresión de que América, situada al otro lado del océano Atlántico, había mantenido a salvo sólo su tierra y sus productos, gracias a su situación geográfica. Porque muchos murieron entre los miles de voluntarios que iban a la guerra. Había necesidad de médicos y enfermeras, ya que muchos morían. Se necesitaban voluntarios de todo el mundo. La guerra se estaba extendiendo a todo lo ancho de la tierra, poco a poco.

Candy seguía trabajando en la clínica feliz y sus días estaban siempre muy ocupados. Seguía viviendo sola en el pequeño apartamento que compartía con Albert... Albert ... Ella lo amaba mucho y valoraba cada segundo que pasaba con él. Entonces, al descubrirse que era su tío William, su benefactor... él inmediatamente puso fin a sus forzadas nupcias con Neil Reagan. La calma había vuelto a su vida. Tenía una rutina. Todavía era agradable y sonriente, incluso cuando estaba triste, para no tener que preocupar a los de su entorno. A menudo pensaba en su amiga y colega Flammy Hamilton, que fue enviada al frente; en cuán valiente que era. Si hubiera sido ella, tal vez se hubiera evitado todo lo el dolor y el sufrimiento causado por la ruptura con Terry... Terry... Terrence Grandchester, el amor de su vida, que se había sacrificado por el deber y obligación moral. El deber y la obligación moral... pero el dolor todavía estaba allí. Cuando no tenía nada más que hacer, cuando no tenía nada que decir, cuando no estaba ocupado haciendo algo o hablando con la gente... pensaba en él, en su felicidad perdida. No... Eso no era verdad, ella siempre pensaba en él, veinticuatro horas al día, siete días a la semana.

Acababa de llegar al apartamento, después de un ajetreado día en la clínica. Después de cenar se sentó a leer el periódico. Cuando llegó a la página de sociales, vio una imagen que la conmocionó mucho. Leyó:

"LA BODA DEL SIGLO EN EL MUNDO DEL TEATRO: TERRENCE GRANDCHESTER SE
CASA CON SUSANNA MARLOWE!

Así que la leyenda del teatro es verdad, todos los actores que interpretan a Romeo y Julieta acaban por casarse... Pero Susana..."

Los ojos de Candy se llenaron de lágrimas que empezaron a deslizarse por sus mejillas, en abundancia. ¡No era justo! ¡Terry, su Terry! ¡Ella debería haberse casado con Terry! Había recibido un boleto de ida a Nueva York. Terry quería que se quedara con él, para que pudieran vivir su vida juntos... pero ella lo había abandonado para facilitarle las cosas. Terry se había aferrado a ella en la escalera del hospital, para desearle buena suerte... ¡desearle buena suerte! Él no le pidió que se quedara, no le pidió buscar juntos una solución... pero le deseó buena suerte y le hizo prometer que sería feliz... él la había dejado ir. Ella lo había dejado sin mirar atrás una sola vez.

Ahora, él se había casado con Susana Marlowe. Susana, quien le había impedido ver a Terry; Susana, quien había salvado la vida de Terry y perdido su pierna; Susana, quien estaba locamente enamorada de SU Terry...

-¡Oh Terry, si hubiera sabido que esto dolería tanto, nunca te hubiera dejado...

Ella estaba triste y también enojada... ¡enojada con el mundo, el universo, el destino! Era huérfana, no tenía familia, fue
una bebé abandonada, adoptada para ser casi reducida a la esclavitud por los Reagan. Pensó que había encontrado la felicidad con Anthony, su príncipe, que había venido a liberarla de los Reagan. Se sentía como Cenicienta con él... pero la felicidad duró poco, demasiado corta... entonces conoció a Terry, su alma gemela, y también fue de corta duración. Dicen que hay que hacer el bien a nuestro alrededor para poder vivir en paz con todo el mundo y el mundo será bueno con nosotros. La Biblia dice:

"Buscad primeramente el reino y su justicia, y todas las cosas os serán añadidas..."

Ella iba a la iglesia, oraba, ayudaba a la gente tanto como podía, siempre estaba dedicada a ayudar a los necesitados... ella no era egoísta, por el contrario, ¡era la generosidad encarnada! Lo único que quería era vivir con el hombre que amaba. Pero incluso entonces, tuvo que poner las necesidades de otra persona antes que las de ella; en lo único que ella pudo haber sido egoísta y todo el mundo habría entendido, ella lo dejo por el deber y la obligación moral, por Terry. ¿Quizás era demasiado buena para su propio bien? Tal vez debió haberse quedado con el que ella amaba con todo su corazón? Pero, ¿no hizo ella un acto desinteresado? ¿No debió haber sido recompensada por eso?

-¡Oh, Candy dejar de pensar así! ¡Te estás volviendo ridícula!-, pensó.

Pero la ira todavía estaba allí. Fue a su habitación, tomó la almohada y comenzó a golpear el colchón con todas sus fuerzas, para dejar salir la ira. Todos esos meses ella había sido fuerte, había guardado todo en su interior... Necesitaba eso; gritó, golpeó la pared, el suelo, y la cama... hasta que se calmó. La habitación era un desastre, la almohada rota y todas las plumas volando por la habitación. Se acostó en la cama y siguió llorando. Lloró hasta quedarse dormida. Dormir bien te ayuda a pensar mejor. Pero en esa ocasión pasó muy mala noche.

oOoOoOoOoOo

En Nueva York, a kilómetros de allí, Terrence Grandchester estaba mirando por la ventana. Acababa de casarse, había cumplido con su deber, pero era sólo un cascarón vacío, sin vida ni destino. El deber lo había separado de la que él amaba más que a nada en este mundo. Había tocado fondo y había vuelto a causa de ella.

-Oh Pecosa ¿Qué hicimos para que todo estuviera en contra de nosotros asi? ¿Estaremos pagando por los pecados de nuestros padres? La Biblia dice: "...porque yo, el Señor vuestro Dios, soy un Dios celoso, que castiga a los pecados de los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me aborrecen"... Sé que la noticia de mi boda te va a hacer daño... perdóname, mi amor, perdóname por todo... Tú eres con quien yo quería casarme... Te amo y te amaré sólo a ti.

- Terry, ¿vienes a la cama?-, dijo Susana - voy en un rato-, contestó

Susana sabía que, al decir eso, sólo estaba fingiendo y que llegaría a dormir muy tarde, después de que ella se hubiera dormido. Ella había alcanzado su sueño, se había casado con el hombre que amaba más que a nada en este mundo, pero él nunca la miró con amor. Él se vio prácticamente obligado a casarse con ella, el deber y obligación moral. Pero ella tenía el hombre que amaba a su lado y no tenía intención de dejarlo ir, aunque sabía que estaba pensando en otra.

oOoOoOoOoOo

Candy se despertó en la madrugada después de una mala noche sin dormir. Se preparó para ir a trabajar, pero tenía que hacer una parada en otro lugar antes de ir a la clínica. Había estado pensando en eso durante un tiempo, la noticia de la que se enteró la noche anterior acabó de animarla a tomar una decisión de la que aún dudaba. Así que caminó por las calles de Chicago aún desiertas en ese momento del día, y un poco de fríos. Caminó hasta llegar al frente de un edificio, entró y se dirigió a la recepción, había una señora de unos cincuenta años. Ella sonrió cuando vio a Candy llegar.

- Buenos días, señorita Bienvenido a la Cruz Roja. ¿En qué le puedo ayudar?

- Buenos días, señora. Mi nombre es Candice White Andrew. Soy enfermera y quiero enlistarme como voluntaria para ir a la guerra a a yudar a cuidar de los heridos...

- Ok. Llene este formulario por favor y entonces tendrá una pequeña entrevista con el coordinador. Puede sentarse allí-, dijo mostrándole la sala de espera.

- Gracias, señora-, dijo Candy tomando la forma y una pluma para llenarla

Candy se sentó en uno de los asientos y comenzó a llenar los formularios. Si sus amigos la vieran, gritarían con horror. Sin embargo, las enfermeras estaban siendo necesitadas durante la guerra, muchas de ellas por miedo a que las mataran, no iban a la guerra, pero quienes querían ayudar a los heridos, no dudaban en ir. Candy necesitaba algo para ocupar su mente. Ella siempre estaba ocupada trabajando, por supuesto, pero... Necesitaba un cambio, un cambio total. La guerra: Sí, arriesgará su vida, pero también iba a salvar algunas. Terminó de llenar los formularios y se los dio a la recepcionista, quien los llevó a la coordinadora. Unos minutos más tarde Candy fue recibida en la oficina de la coordinadora, una mujer agradable en sus cuarenta años.

- Buenos días, señorita Andrew. Mi nombre es Frances Hudson. ¿Cómo está?

- Buenos días, Sra. Hudson. Estoy muy bien gracias ¿y usted?

- Estoy bien, gracias. ¿Quiere ir a la guerra?

- Sí Sra. Hudson

- ¿Por qué? Una mujer joven y bella como usted debería estar pensando en casarse y tener una familia, no ir a una guerra en la que podría morir...

Candy meditó en que si se hubiera casado con Terry, nunca habria pensado en poner en riesgo su vida yendo a la guerra, quizás en este momento estaría esperando un bebé... No, ¡Susana tendrá ese privilegio ahora!

- Yo no tengo proyectos por el momento-, respondió-. Quiero ir a ayudar a los que caen en combate.

- Es una enfermera. Está trabajando aquí...

- Sí, pero hay demanda de enfermeras en la guerra. Muchas personas tienen miedo de dejar a sus familias, para ir morir...

- ¿Y no es así?

- Soy huérfana. No tengo familia y yo no tengo miedo de morir.

La Sra. Hudson la miró y vio la determinación en la mirada de esta joven hermosa. También vio la tristeza, ¿un corazón roto? Fuera lo que fuera, no parecía tener miedo de arriesgar su vida para salvar a otros.

- ¿Ya sabe que tendrá que ir al frente después de la batalla o incluso durante estas?

- Sí, señora. Una amiga y colega mía fue asesinado por una bala perdida en el corazón... es un poco temeroso. Pero los que caen heridos necesitan ayuda y eso es lo que quiero hacer.

- Ok. Voy a enviarla con el próximo envío de equipo médico y el próximo grupo de voluntarios, en una semana. Vamos a necesitar su pasaporte. Usted es un voluntario, ya que fue su decisión ir a la guerra, pero ganará un sueldo, por supuesto, por su devoción y buena voluntad. ¿Sabe usted algo acerca de nuestra organización?

- Sé que fue creado en 1863 por Henri Dunant, un suizo, para los heridos de guerra y fue la primera persona en recibir el Premio Nobel de la Paz en 1901.

- Ha hecho bien su investigación. Lamentablemente, la guerra nos hizo más activa...

- Esa es una de las razones por las que quiero ir a ayudar. No sé quién es el responsable de esta horrible guerra, o por qué no les importa que miles de personas estén muriendo cada día, pero si puedo ayudar a algunas personas me voy a sentir mejor. Soy enfermera de quirófano, fui a la escuela Mary Jane.

- ¿Una enfermera quirúrgica? ¿Usted sabe que durante la guerra, habrán cientos de operaciones realizadas a los heridos y algunas veces serán en los camiones, en las tiendas de campaña y no siempre en los hospitales?

- Lo sé, estoy lista Sra. Hudson-, dijo Candy más decidida que nunca a ir al centro de esa guerra horrible.

- Bien. Tenemos un pequeño curso de formación sobre nuestras leyes y reglamentos y la forma en que operamos en tiempo de guerra. Hay uno esta noche para los que están ocupados durante el día.

- Estaré allí.

- Alrededor de las 7 pm?

- Eso es perfecto para mí

- Ok. Señorita Andrew. La veré esta noche entonces. Adiós.

- Adiós señora Hudson, nos vemos esta noche-, dijo Candy saliendo

- No olvide traer su pasaporte

- ¡No!

Candy salió del edificio un poco aliviada. Iba a la guerra. Sus amigos iban a estar horrorizados. Decidió decirles la verdad tan pronto como fuera posible. Fue a trabajar y le dio la noticia al Dr. Martin, su jefe en la Clínica Feliz.

- Dr. Martin – dijo Candy-, tengo algo que decirle...

- Candy te ves seria

- Lo estoy. Acabo de enlistarme en la Cruz Roja para ir a la guerra en Francia...

- ¿Qué?! Pero...

- Me voy en una semana. Eso debería permitirle encontrar a alguien para reemplazarme...

- Pero Candy... la guerra, es peligroso, podrías morir

- Todos moriremos algún día, doctor. Puedo ser atropellada por un coche aquí y morir, no hay necesidad de ir a la guerra...

- Candy sabes a qué me refiero...

- Lo sé doctor. Pero quiero hacerlo, usted sabe que necesitan enfermeras y médicos... Yo puedo hacerlo, así que, ¿por qué no? Yo no tengo familia

- Pero tus amigos... Albert va a estar destruido; está enamorado de ti...

- Albert? No, él es un como un hermano mayor...

- No me cabe duda de que es la forma en la que tú lo ves, pero él te ve de manera diferente...

- Oh... ¿Albert? No... Este no es el momento de dejar que me distraiga doctor. Me voy a Francia en una semana con la Cruz Roja

Ella no tenía tiempo para pensar en una relación con Albert cuando sus pensamientos estaban con Terry que se había casado con Susana... ¡casado con otra mujer! Comenzó a trabajar y durante la hora del almuerzo, se fue a ver a Archie y Annie en la mansión de los Andrew. Esperaba que Albert estuviera allí así no tendría que decirlo mas de una vez. Su deseo se cumplió, encontró a los tres almorzando.

- ¡Candy! - Annie dijo sonriendo-, ¡hola!

- Hola, todo el mundo-, dijo sonriendo

- Hola-, dijeron Albert y Archie, al mismo tiempo

- Siéntate-, dijo Annie-, y come. ¿Vienes del trabajo?

- Sí, es la hora del almuerzo, gracias-, dijo

Se sentó y un sirviente le trajo un plato. Ella comenzó a comer con ellos. No quería echar a perder su apetito... Una vez terminada la comida, se sentaron en la sala para tomar el té. Finalmente, decidió anunciar su "buena noticia".

- Tengo algo que decirles-, comenzó a decir

- Candy-, dice Annie-, te ves seria, ¿qué pasa?

- Decidí ir a la guerra con la Cruz Roja... me voy en una semana a
Francia...

- ¡¿QUÉ?! - dijeron sus tres amigos, al mismo tiempo.

Se quedaron mudos por un rato y finalmente...

- Pero Candy, ¿estás loca? No viste lo que pasó con Stear? - Archie dijo indignado

- Candy, la guerra es peligroso, puedes morir...-, dijo Annie

- Annie, necesitan enfermeras

- ¡Pero tú no! - dijo Archie

- ¿Por qué yo no? - preguntó Candy-. Yo fui a la escuela para ello, es mi especialidad

- Pero... - empezó a Archie

- Escuchen, gracias por su reacción, eso demuestra que me quieren y yo los quiero. Pero mi decisión está tomada. Es irrevocable.

Albert fue el único que no había dicho nada. Miró a su protegida; sabía que estaba afectada por la noticia de la boda de Terry y Susana. Ella iba a la guerra, para no pensar en ello. Candy se acercó a él, y entraron en la biblioteca para hablar a solas.

- ¿Cómo estas realmente? –Preguntó.

Candy sabía que estaba hablando de la boda de Terry y Susana. Albert la leía como si fuera un libro.

- ¡Oh Albert! Me siento como si hubieran desgarrado mi corazón y lo cortaran en mil pedazos; puedo sentir todos y cada uno de esos cortes..., ¡me duele mucho! - respondió con lágrimas en los ojos.

Albert la abrazó y le acarició el pelo, la dejó llorar, sabía que lo necesitaba. Ella había sido tan valiente después de la ruptura. Candy no sabía que Terry había venido a verla y que él lo dejó volver a Nueva York y a Susana, a causa de ella...

- Vamos Candy, has sido valiente hasta ahora.

- Sí. No lo entiendo. Creo que finalmente acabe de estallar. Tal vez una parte de mí continuó con la esperanza de que Terry vendría por mí... que no podría vivir sin mí... que había dejado Susana; una parte de mi tenía la esperanza de que iba a venir a buscarme de nuevo... ¡Sé que es ridículo! Me equivoqué... volvió a Susana, se casó con ella...

-No, no estas mal. Él vino por ti... Pero se fue sin hablar contigo, porque lo convencí de que eras feliz y de que no querías abrir viejas heridas... - pensó Albert.

- Necesito un cambio, Albert. Quiero mantener mi mente ocupada, quiero trabajar duro para evitar pensar en él. Tengo toda esta energía... y quiero ayudar a los heridos en la guerra... me entiendes ¿no? -, dijo secándose las lágrimas

- Sí, por supuesto, Candy-, dijo con tristeza-. Te voy a echar de menos. Ten cuidado... puede sonar ridículo decir eso cuando vas a la guerra...

- Haré mi mejor esfuerzo para no correr demasiados riesgos y volver a ti.

- Ok, Candy

Annie y Archie acababan de entrar, todavía estaban indignados.

- ¿Albert, tu apruebas? -, preguntó Archie

- Archie, su decisión esta hecha, ella sabe lo que está haciendo, y quiere ayudar a los heridos de guerra

- Pero después de lo ocurrido con Stear...

- Lo sé - dijo Albert-, pero no podemos impedir los deseos de Candy y vivir en el temor por el resto de nuestras vidas...

- Pero el saber que está en la guerra, nos hará vivir con miedo-, dijo Annie con lágrimas en los ojos

- Oh, Annie-, dijo Candy abrazándola-, volveré, si depende de mí, volveré.

- Tú eres mi hermana y yo no quiero perderte-, dijo Annie llorando.

- No vas a perderme, yo siempre estaré contigo en tu corazón... y en el de ustedes también le dijo a los otros dos.

- ¡Oh Candy! -, Dijo Archie, esto suena como un adiós...

- Archie, no sabemos qué va a suceder. Stear se fue sin previo aviso para evitar herirnos. Pero aún así fuimos heridos al enterarnos; nos puso frente a un logro fallido... y ahora se ha ido para siempre y no pudimos despedirnos de él adecuadamente. Yo no quería hacer eso. Quiero decirle adiós de la forma en que debería, porque no sabemos lo que podría suceder.

- ¡Oh Candy! - Repitió Archie

- Voy a volver a la clínica., dijo Candy-, tengan un lindo día...

- ¿Con la bomba que acabas de dejar caer sobre nosotros? -, dijo Archie-, ¡muy lindo, realmente lindo!

Candy regresó a la clínica para terminar su día. Después del trabajo, regresó a su apartamento a comer y luego se fue a la Cruz Roja para el curso. Era un pequeño curso sobre cómo comportarse, cuáles eran las prioridades, porque hay ocasiones, las decisiones a tomar en los que resultaron heridos es de cuál atender primero o no. Candy encontró el curso de gran utilidad; había que poner los sentimientos a un lado y sólo ver las heridas, no la raza, ni la nacionalidad...

Los días siguientes, el doctor Martín encontró otra enfermera y Candy tuvo oportunidad de ir a la Casa Pony a despedirse de sus dos madres.

Ellas se sintieron devastadas.

- Candy, ¿estás segura de lo que estás haciendo? -Preguntó la señorita Pony

- Sí, señorita Pony

- ¿Sabes que vas a arriesgar tu vida a diario? -, dijo la hermana María

- Sí lo sé. Pero quiero ayudar a los heridos...

Los niños estaban escuchando y también quedaron devastados, John fue a buscar a Jimmy en la granja Cartwright para darle la noticia. Jimmy llegó en pánico mientras Candy estaba hablando con sus dos madres.

- Jefe-, dijo Jimmy-, ¿es cierto? ¿Vas a la guerra?

- Bueno, ¡hola a ti también, Jimmy! Sí, voy a... - dijo Candy

- ¿Cómo te atreves? ¿Cómo te atreves a arriesgar tu vida de esa manera? Tú no quisiste que me convierta en un soldado...

- Yo no voy a ser un soldado, voy a ayudar a aquellos que están heridos y curarlos... Yo no voy a pelear ni a matar a nadie ...

- Oh ... pero podrías morir, ¿verdad?

- Podría suceder, sí...

- ¡Así que no te vayas! ¡No queremos que te mueras!

- Jimmy, todos tienen que morir, un día, es la única cosa que todo el mundo tiene en común

- Pero vas donde se dispara todo el día...

- Voy a estar en los hospitales y los hospitales son zonas neutrales durante la guerra, significa que no habrá ningún disparo dirigido al hospital, al menos no deliberadamente

- Oh... - dijeron los niños

- Jimmy, John, no sé qué va a pasar, pero tienen que ser fuerte por los más pequeños. John, tú eres el jefe ahora, es decir, durante mi ausencia, ¿ok?

- Ok-, dijo John.

- Vas a ayudar a John cuando puedas Jimmy; ¿ok?

- Sí jefe -, dijo Jimmy

- Ustedes son dos buenos chicos. ¿Quieren ayudarme a alimentar a los más pequeños?

- Ok-, dijeron que los muchachos.

La señorita Pony y la hermana Maria estuvieron observando a Candy, siempre sonriendo. ¡Qué chica tan buena y valiente habían criado! Ella iba a la guerra, a arriesgar su propia vida, para ayudar a otros.

Cuando Candy se fue a la mañana siguiente, todo el mundo estaba llorando. El Sr. Cartwright, el padre de Jimmy; Mr. Steed el padre de
Tom, quien había venido a despedirse y a desearle buena suerte, también tenía lágrimas en los ojos.

- Candy-, dijo el padre de Tom-, siempre has sido muy valiente y valerosa, sobreviviste a los Reagan, sobrevivirás a la guerra ... verás que si

- Gracias, señor

- Candy-, dijo el Sr. Cartwright-, si fueras mi hija, yo no habría estado más orgulloso de ti de lo que estoy ahora. Vuelve a nosotros completa, niña

- Haré mi mejor esfuerzo-, dijo Candy

- Candy Buena suerte-, dijo la Srta. Pony.

- Voy a orar por tí todos los días, como de costumbre-, dijo la hermana María-, ¡Buena suerte Candy!

- Vamos a orar por ti todos los días-, dijo John-, ¿no, chicos?

- ¡Sí! ¡SÍ! ¡TODOS LOS DÍAS! ADIOS Candy! - Gritaron a los niños

- Adiós-, dijo Candy con lágrimas en los ojos.

Se metió en el coche y se fue a la estación de trenes con Tom, quien no había dicho una palabra sobre la guerra, con gran sorpresa para Candy. Llegaron a la estación de tren por adelantado, el tren no estaba allí todavía. Tom finalmente decidió romper su silencio.

- Candy, ¿tienes el corazón roto?

- Tom...

- He leído que se casó Grandchester

- Tom...

- ¿Es por eso que vas a arriesgar tu vida?

- Tom, por favor...

- ¡Si algo te sucede, voy a atraparlo y a matarlo yo mismo! Candy Buena suerte y ten cuidado. Te quiero hermanita.

Candy miró a su hermano mayor, su salvador, quien la conocía muy bien. Lo abrazó con fuerza, con lágrimas en los ojos.

- Gracias Tom, mi salvador. También te quiero, hermano mayor.

Hablaron de esto y aquello hasta que llegó el tren. Candy subió después de besar a Tom en las dos mejillas.

- Candy Adiós ¡buena suerte!

- Gracias, Tom, Adiós.

El tren partió y Candy se secó las lágrimas. Se iba de América para partir a la guerra en Francia... Tal vez era una locura, pero ella sentía que era algo que necesitaba hacer, algo que tenía que hacer.

Annie estaba pasando todos los días con Candy; le había enviado un telegrama a Patty en la Florida y esta tomó el primer tren a Chicago para venir y despedirse de su mejor amiga. Ella se fue con Annie al apartamento de Candy.

- ¡Candy! ¡Oh Candy! ¿Te has vuelto loca de repente? -, dijo Patty al verla

- ¡Patricia! - Candy dijo abrazándola-, ¡estoy tan feliz de verte! ¿Cómo estás?

- ¡Nada bien! ¿Stear murió en la guerra y tu estás siguiendo sus pasos?

- Patty-, dijo Candy-, me voy a curar a los heridos, yo no voy a pelear o matar a nadie ¡Vamos!

- ¡Es lo mismo! Están en guerra en Francia Candy

- Lo sé Patty, por eso me voy a ir...

- ¡Candy!

- Patty, te quiero y me alegro de que te preocupes por mí, pero yo tengo que ir. Es algo que tengo que hacer.

- ¿Arriesgar tu vida?

- No, salvar vidas, Patty

- Pero Stear...

- Todo el mundo no tiene el mismo destino, Patty. Yo tengo la mía. ¡Lo que tenga que ser, será!

- Candy-, dijo Patty con lágrimas en los ojos

- Patty, como les dije a los demas, si depende de mí, volveré completa.

- ¡Oh, Candy! Repitió Patty abrazando a su amiga.

Annie se acercó a ellas se abrazaron en grupo por un tiempo.

- ¡Vamos, basta con las caras largas! ¡Tienes que pensar positivo!

- Ok-, dijo Patty riendo en medio de las lágrimas.

Las tres amigas se divirtieron haciendo el equipaje de Candy, Annie quería empacar todos sus vestidos, ella incluso le compró más.

- Annie, voy a la guerra, no a una reunión de la sociedad...

- Pero Candy, la guerra es en el frente, ¿cierto? No en París... Nunca se sabe, puede que lo necesites...

- Como quieras Annie-, dijo Candy sonriendo...

Ella quería complacer a sus amigas.

- No olvides tu maquillaje... y tu pelo... Candy dos colas eran lindas cuando eras una niña, pero ahora, ya has crecido, dijo Annie tirando de sus cintas.

Ella comenzó a cepillar el pelo rubio y largo de Candy, le puso una banda que hizo caer el pelo de Candy sobre sus hombros.

- Ahi esta, ya no pareces una niña, te ves más madura. Te puedes hacer una cola, ¡pero no más dos colas!

- Ok-, dijo Candy riendose-, gracias Annie

¡La niña con dos colas se había ido para dejar su lugar a una mujer joven, segura de sí misma, independiente y con más determinación que nunca!