Hola!

Primero que nada... Es tan grandioso estar con ustedes en este espacio, compartiendo todo las ideas locas de mi cabeza.

Espero de todo corazon que les guste la historia y sobre todo que no me lancen tomates al final

Disclaimer

En esta historia hay personajes que fueron creados para la trama y claro, todo lo que reconozcan es de la fantastica y genial JK. Rowling


Dentro de mí.

Todos tenemos miedo, alguna vez en la vida.

Anónimo.

Corrió por el enorme pasillo del colegio, que se alzaba oscuro frente a él, sintiendo el corazón palpitar de manera frenética contra sus costillas. Tenía que encontrarla, solo tenía que llegar a ella.

-Avada kedavra.-Susurro una voz dentro de su cabeza, lanzando un rayo de luz verde hacia una espesa mata de cabello castaño, haciendo que esta cayera en el piso aparentemente inmóvil. Se vio a si mismo gritando con dolor siendo tomado de los hombros por Blaise para detenerlo antes de que se lanzara contra aquel hombre que lo veía burlón, burlón ante su dolor.

-¡Hermione!.

Respiro de manera entre cortada aun en las sabanas cuando despertó bruscamente ante el último grito en su sueño, las mantas se enredaban en su cuerpo como una prisión demasiado bien armada para él, demasiado bien pensadas para que el sudor de su cuerpo se pegara a ellas haciéndolo sentir incomodo al momento. Levanto la vista confundido al notar que no estaba en su habitación en la mansión y que se encontraba en una celda, fría y oscura, de aquella prisión mágica que tantas veces le quito el sueño. Bastante era su suerte.

Desde la caída del Señor tenebroso habían modificado su proyecto en Azkaban, ahora ya no existía el jodido miedo que tenía al estar ahí, al ser absorbido completamente por aquellas cuatro paredes y por aquellos seres demasiado horribles para su propio gusto personal…

-¿Draco Lucius Malfoy Black?.- Dijo una voz grave desde el pasillo fuera de la celda. Sabía que era lo que venía a continuación y no pudo evitar que su columna lanzara varios escalofríos hacia sus extremidades. - No tenemos su tiempo, señor Malfoy.-Dijo la misma voz desde el otro lado de la puerta golpeándola con entusiasmo.

Se levantó de la cama, alisando un poco su traje oscuro, el cual no había cambiado desde hacia unos días cuando fue apresado en la mansión junto a sus padres. Los Malfoy tenían lo que merecían, merecían estar dentro de esa jodida habitación, todos ellos, cada uno. Al abrirse la puerta, el primer Auror entro a la estancia para amarrar automáticamente sus manos detrás de él evitando que escapara.

Caminaron un gran tramo de celdas, llegando por fin a una sala más grande, a la sala de sus peores pesadillas y aun así se dijo a si mismo que no podía ser peor. Quizá estaba equivocado.

-Inocente…-Dijo el rubio con voz suave mientras veía de re-ojo a su madre quien se encontraba a marrada de igual manera, sollozando ente la mala suerte que había corrido su familia. Al oír la voz del rubio todos en la sala comenzaron a farfullar de manera descontrolada.

-¡Silencio!.- Grito de nuevo el Ministro, haciendo que Draco rodara los ojos por segunda vez desde que estaba allí. La primera había sido cuando entro al recinto y se encontró en primera fila a el famoso trio de oro, observándolo como cachorro desamparado. Con lastima.- Todos en la sala deben guardar silencio.-Volvió a decir el hombre moreno en un intento de acallar las voces enardecidas de los presentes.- ¿Se declara inocente a pesar de todas las demandas que hay en su contra, señor Malfoy?

-Claro…señor Ministro.-Dijo con una mirada fría hacia el hombre que levantaba las cejas incrédulo de lo que estaba diciendo.- No significa que no haya hecho algunas de ellas, pero fui obligado por miedo a que mi familia fuera castigada por mi debilidad.-

Ladeo la cabeza al ver que Kingsley negaba levemente y posaba su mirada en Harry Potter, quien asintió y camino hacia el estrado para dar su declaración.

-Primer testigo en defensa del señor Draco Malfoy.- Anuncio la mujer que tenía una batuta en la cabeza, al parecer de alto rango. Potter camino hacia ellos, tropezando levemente al subir a sentarse en la silla, todos quedaron callados cuando la mujer comenzó a hablar de nuevo.- Señor Potter.-Observo a Harry con una mueca.- ¿Puede decirnos algo que ayude en la defensa del señor Malfoy, siendo que ellos lucharon en contra de usted?

Draco alzo las cejas al oír a Mafalda atacar sus buenos principios y recordarle al tonto Potter que él había estado del lado equivocado hace unos días.

-Sí, bueno.-Comenzó Harry con una voz casi ahogada por la pena de tener a todos viéndolo fijamente.- Cuando los carroñeros comenzaron a atacarnos en el bosque y nos llevaron a la Mansión, Draco estaba allí.- Las personas en la sala comenzaron de nuevo los murmullos.- Pero a pesar de saber que era yo quien había llegado a ellos gracias a que estoy seguro que reconoció a Ronald y Hermione…No lo confirmo.

Draco frunció el ceño ante lo idiota que se escuchaba su declaración, haciéndolo quedar como un marica frente a todos.

-Y dígame, señor Potter.- Siguió Mafalda con una sonrisa que mostraba todos sus dientes.- ¿Usted cree que el señor Malfoy lo quería proteger de que aquel día llegara a ustedes Voldemort?.- El rubio se contrajo en su asiento ante la mención de aquel mago oscuro.-

-No, no creo que haya querido protegernos…Pero demostró que tenía miedo.-Murmuro el niño que vivió con voz segura.- Y que también de aquel lado de la historia no solo había poder y desesperanza…También había sufrimiento


Draco suspiro mientras metía el baúl con sus cosas al gran Expreso de Hogwarts, lanzo un leve gruñido ante los mocosos de primero quienes corrían de un lado a otro por el andén. Estaba jodido.

Después de aquella humillación pública, donde había sido perdonado por todo el mundo mágico de manera perfectamente benévola por el simple hecho de haber salvado de una muerte segura al que hasta ahora, después de un año, era la celebridad de todo mundo mágico, había sido condenado a ayudar a reconstruir el castillo por completo. No tenía ganas de regresar pero su madre muy atentamente había hecho lo imposible por que la nueva Directora lo aceptara de vuelta para terminar lo que no quería ni siquiera comenzar.

Entro al puto vagón con una mueca de asco, camino rápidamente por el pasillo antes de chocar de lleno con ella. La causante de toda la mierda que pasaba de noche. Granger lo miraba asustada desde su altura al notar que el de forma automática había rodeado sus hombros para detenerla antes de que siguiera avanzando y cayeran los dos de bruces.

-Fíjate por donde caminas, san…-Se detuvo a mitad de la frase, recapacitando al notar las miradas de algunos de los alumnos a su alrededor.- Solo fíjate, maldita sea.-Dijo antes de soltar bruscamente el agarre y empujarla al pasar a su lado. Maldita Granger.

-Y pensar que te ayudo a escapar de Azkaban, hermano.-Dijo de pronto un muchacho moreno de ojos verdes y cabello negro al llegar a su lado.- Deberías ser más agradecido como yo.-Blaise Zabini se señaló a si mismo con un guiño casi coqueto.- Yo no creo que sea un sangre sucia, pero ojala fuera sucia en…

-Cállate, Blaise.- Murmuro por lo bajo, dejando pasar a varias alumnas de Ravenclaw, entre ellas a Lunática Lovegood, quien les dirigió una mirada soñadora y demasiado profunda para el gusto de ambos Slytherin's.- Deja de decir estupideces si no quieres que te maldiga hasta que vomites todos los jodidos intestinos y toda la mierda que tienes dentro.

Blaise alzo las manos en manera de paz mientras reanudaba el camino hacia los vagones más alejados de todos.

-Eres bastante molesto cuando no duermes bien, hermano.-Draco solo atino a asentir antes de seguir a su amigo hacia su perdición, hacia aquellos vagones que tantas veces habían sido su hogar y ahora solo se sentían como una cárcel, peor que en la que debería estar.

Hermione camino tomándose el hombro con una mueca de enojo y desagrado, muy rara en ella para ser real, se apresuró a entrar al vagón seguida de Luna quien iba leyendo una revista muggle de muchos colores en ella. La castaña se sentó a un lado de Ginny quien la observo de manera interrogante, mas prefirió no decir nada ante la cara que tenía su amiga.

-Tengo demasiado sueño.-Murmuro Harry de forma entrecortada al comenzar a quedarse dormido sobre el hombro de Ron, quien comía alegremente una tarta de melaza. Hermione sonrió de pronto olvidándose de todo lo que tenía en la cabeza, sintiéndose feliz por fin, sintiendo que la vida regresaba a ella con solo estar ahí con ellos. La guerra cambiaba a todos considerablemente, pensó ella con un suspiro, y a pesar de recordar el gesto de asco de Malfoy fue capaz de olvidarse por completo de ellos.

-El también cambiara, Mione.-Susurro Luna mientras seguía en su revista y la castaña se preguntara si ella era adivina o demasiado fácil de leer.


-Eres demasiado grosero, Draquin.- Murmuro Blaise de manera infantil y vengativa mientras Pansy salía corriendo del compartimiento en el vagón.- Es tu novia y tú solo esperas que ella llegue y se meta en tu cama…

Theodore Nott los observaba de manera curiosa mientras dejaba a un lado su libro de Alquimia, Draco solo resoplo mientras se cruzaba de brazos y observaba por la ventana el pasar de los árboles.

-Debería saber que siempre va a ser así mientras quiera estar con ella…

Suspiro, cansado de toda la mierda que había aguantado en los últimos meses, decidiendo que no aguantaría a una mocosa más. Quedo callado por lo que seguía del viaje, viendo como el sol se escondía tras las montañas.

Quizá tendría que cambiar… ¿Quién en su sano juicio no cambiaría después de una guerra donde él y todos con los que tenía contacto habían salido perdiendo parte de su dignidad? Cuando el tren quedo quieto, amenazando con un futuro nada prometedor, supo que todo se iba a ir a la mierda.

-No quería volver.- Murmuro hacia sus dos compañeros de vagón. Theo y Blaise solo lo observaron con una mueca de comprensión y sin decir ni pio, caminaron juntos fuera del compartimiento, ya vestidos con sus uniformes y tratando de no voltear a ver a todos aquellos que los observaban mientras cuchicheaban palabras como "Mortifagos" "Slytherin's traidores" y algunas palabras que si Minerva McGonnagall los hubiera oído musitar, los habría mandado a detención varios días.

Los pensamientos de Draco quedaron acallados cuando bajo del tren y volteo hacia su derecha, y ahí… Ahí como si el tiempo no hubiera pasado, ahí estaba el castillo de enorme presencia. Ahí estaba Hogwarts