"Si me das un beso"
Capitulo 18: El cumpleaños de Kurama
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Naruto estaba preocupado de que Sakura terminará invitando a esos dos a la "fiesta de Kurama", pero si hubiera podido leer la mente de Haruno sabría que estaba impaciente por irse, Ino la tenía algo mareada, porque esa chica habla hasta por los codos.
Y es que ellos no lo sabían, pero Ino pocas veces tenía permiso de salir de su castillo y conocer a personas que no vivieran de las apariencias. El padre de Yamanaka era uno de los jefes de la mafia más importante del norte de país, por ese motivo la rubia tenía serios problemas para hacer amistades. Los que no le tenían miedo eran unos interesados.
Por otro lado Sasuke estaba aburrido, estiro el cuello y vio a lo lejos, a esa chica hermosa que había llegado nueva a la escuela, parecía muy entretenida viendo los celulares en las vitrinas. Quería levantarse e ir con ella para invitarle un helado, pero no podía con Ino allí.
—Nosotros ya tenemos que irnos, el perro de Narut…
—¡Se encuentra un poco enfermo y debemos llevarle las medicinas que compramos!, —se apresuró a explicar Naruto.
No quería que se burlaran de él, Sakura lo miró extrañada pero no dijo nada.
—¡Oh, dios!, y nosotros les hicimos perder el tiempo espero que tu perro se mejore pronto, —se disculpó Yamanaka, Sasuke rodó los ojos al escuchar la palabra "nosotros", porque él apenas había hablado, su prometida había monopolizado toda la conversación, —¿podemos intercambiar números para mantener el contacto?
—Claro. —respondieron ambos al mismo tiempo.
Luego de intercambiar números, Sakura y Naruto por fin pudieron irse.
—Fuiste muy amable con esos dos. —comentó Sasuke.
—Son más amables que tu.
Él hizo una mueca de fastidio, —No creas que me agradas, sólo estoy aquí por obligación.
—Oh, rompes mi corazón, y yo que creí que me amabas profundamente, —dijo con falso dramatismo, —me caes mal Sasuke y eso no va a cambiar, no sé como mi padre puede querer casarme con alguien como tú.
Uchiha se ofendió, —¿a qué te refieres?, soy lo mejor que podrás encontrar.
Ino soltó una carcajada llevándose una mano al estomago, —hay mejores prospectos, de eso estoy segura, como Naruto por ejemplo.
Ahora fue el turno de Sasuke reír, —obviamente tienes problemas de la vista.
—No, más bien creo que el de problemas de la vista eres tú, —bebió de su malteada, ella era una chica hermosa y aunque Sasuke no le interesara, le resultaba ofensivo que la ignorase y no estuviera feliz de ser su novio, —tu arrogancia es chocante y tu falta de interés me aburre.
Sasuke se inclinó hacia atrás en su asiento, —no es como que tú me inspires algo, de todas formas aunque no te guste estas atrapada conmigo, y a la vez soy tu única opción de libertad.
Él tenía razón, y era la única razón por la que aceptaba esa payada del compromiso, Sasuke sonrió al ver que había ganado en su discusión, —ahora vayamos a dar una vuelta, es un milagro que tu papá te dejara salir sin escoltas.
—Es porque piensa que vas a protegerme.
—Espero que nadie nos ataque, no voy a dar mi vida por ti.
—Que romántico —dijo con ironía.
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Mientras tanto en otro lugar Sakura y Naruto estaban en una carnicería, el rubio estaba muy apenado por el hecho de que ella gastara su dinero, pero la pelirosa se había empecinado en pasar su tarjeta.
—No debías Sakura-chan.
—Ya, no sigas con lo mismo, yo soy quien decide en esta relación de amistad que tenemos, Kurama-kun es tu hijo y yo quiero regalarle algo que le guste.
Naruto sonrió radiante, esperaba cambiar la palabra "amistad" por "amor".
—Está bien a Kurama le encantara.
—Iré a casa por mi perro y nos vemos a las siete. —se despidió ella.
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Naruto llegó al apartamento y rápidamente se dedico a limpiar todo lo que estuviera a la vista, coloco algunos globos azules y baño a Kurama, afortunadamente a su perro le gustaba que lo bañaran y se quedaba tranquilo, lo secó con el secador de pelo de su madrina y luego incluso perfumo al animal.
—Eso es, ahora cuando llegue Sakura-chan te comportaras como un buen perro.
Kurama ladró como respuesta, su pelo color cobrizo estaba limpio y brillante, eran un perro hermoso.
—Ahora tengo yo que bañarme.
El rubio se ducho e igualmente se perfumo, con otro aroma obviamente, se cepillo los dientes y por último se puso la chaqueta naranja con azul que su padrino le regalo, ellos no llegaría sino hasta las diez de la noche.
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Cuando Sakura llegó al departamento donde vivía Naruto se sorprendió de que no hubiera nadie más, es decir, se supone que era una fiesta, de un perro pero una fiesta, al menos deberían haber otros perros, ¿no?
—Puedes soltarlo.
Le dijo él refiriéndose al cachorro de Sakura.
—¿Y los demás?
Naruto no había invitado a nadie más, sabía que para otras personas era demasiado ridículo celebrar el cumpleaños de su mascota.
—Aun no llegan.
—¿Y tus padrinos?
—Llegaran más tarde.
Sakura no quería estar sola en la casa de un chico, eso no era correcto, no se veía bien y los vecinos de Naruto podían malinterpretar las cosas. Acomodó un mechón de cabello tras su oreja y pensó en que pronto llegarían los demás invitados, no tenia porque pensar mal de Naruto.
Se cercó al perro de Naruto y le habló mientras sacaba algo de una bolsa, —Traje esto para ti, feliz cumpleaños Kurama-kun.
Kurama enseguida salto sobre la presa.
—Kurama, no seas descortés, da las gracias. —lo reprendió Naruto.
Sakura iba burlarse pero el perro de pelaje rojizo dejó la presa en el suelo y se acercó a ella, la miró con ojos de arrepentimiento y le lamió un tobillo, Haruno pensó que fue un gesto muy lindo, le acaricio la cabeza con la mano.
—De nada, buen provecho.
Al verlos interactuar, Naruto pensó que Sakura era perfecta para él, una mujer que lo quisiera tenía que aceptar también a su perro como alguien importante.
Pucchi y Kurama estuvieron comiendo galletas y jugando con una pelota mientras Sakura y Naruto saboreaban unos bocadillos de queso.
Dos horas después era evidente que nadie vendría y Sakura estaba sintiendo mucha lástima.
—¿Sabes qué?, que se jodan, mejor sino vino nadie, más pastel para nosotros. —dijo intentando animarlo, aunque Naruto no estaba para nada deprimido, no esperaba que nadie más viviera, porque nadie más sabia de la reunión.
Naruto sonrió ampliamente.
Le cantaron cumpleaños a Kurama y Naruto grabo un video de 50 segundos, pero Sakura lo amenazó de que si no lo borraba lo lanzaría desde el quinto piso, a Naruto, no al celular, fue divertido, los perros se comieron rápidamente la torta de carne molida y vegetales, pasaron un buen rato, de eso no quedaba dudas.
—Tengo que irme.
—Te acompañaré
Sakura no rechazó su oferta porque estaba anocheciendo y le gustaba la compañía del rubio, aunque no lo admitiría.
—Dime la verdad, ¿no invitaste a nadie?, porque hay gente que vendría por la comida aun así no les agrades. —dijo ella cuando iban caminando por la calle.
—Au, eso dolió, —dramatizó llevándose una mano al pecho, —la verdad es que no invite a nadie, —ella lo miró con ojos fieros y él se apresuró a explicar, —sabía que si te decía que nadie vendría querías irte, —en eso tenía razón, —suelo hacer esto entre Kurama mis padrinos y yo, sólo un pastel de carne para él y comida para nosotros y ya.
Sakura decidió ignorar el gesto de haberla incluido en algo tan intimo, como si fuese parte de su familia.
—Ellos trabajan mucho, ¿verdad?... tus padrinos.
—A veces.
Guardaron silencio el resto del camino, mientras entraban al vecindario de Sakura ella quiso saber que tan serias eran las intenciones de él, eso no quería decir que estuviera aceptándolo.
—¿Y porque decidiste invitarme?
Naruto se encogió de hombros, —no es obvio, ¿quieres que te lo diga?, quería pasar tiempo contigo.
Sakura se ruborizó —no vayas a comenzar.
Se detuvieron frente a la casa de Haruno, —¿Por qué?, ¿cuántos años tendré que esperar para poder hablar de eso que no quieres hablar?. —sonrió rascándose la nuca.
—Muchos. —ella se rió —ve comprando el bastón y tus gafas.
Lo dejó atrás para acercarse a la puerta, pero Uzumaki la hizo detenerse.
—Espera, no te muevas ni te voltees. —murmuró él viendo tras ella.
Sakura se tensó enseguida, —¿qué?, ¿por qué?—musitó asustada.
Naruto se acercó invadiendo su espacio personal, —justo así estás perfecta, —era el contraste de colores y la luz del bombillo que la hacía ver como un ángel, se acercó más a ella, Haruno tardo dos segundos en entender lo que sucedía y no tuvo tiempo de reaccionar.
La puerta se abrió cuando el rubio estaba a dos centímetros de besar sus labios, ambos saltaron cuando escucharon la puerta abrirse y la voz de Mebuki.
—Oh, ya regresaste hija.
Sakura enrojeció enseguida y Naruto maldijo internamente su mala suerte.
—¡Sí, ya regrese!.
Entró veloz dentro de la casa, sin ni siquiera mirar a Naruto una última vez.
—¿Como estuvo todo? —le preguntó Mebuki analizando el aspecto de Naruto.
Él se puso nervioso, —Geni-al, —se rascó la nuca con energía, —ya tengo que irme, buenas noches.