Los personajes no me pertenecen son de su creadora NAOKO TAKEUCHI, solo los ocupo por diversión, sin fines de lucro.
Advertencia: contiene lemon no sé si estera bien redactado, pero se los dejo pues me da trabajo escribirlo
MI PERDICIÓN
CAPÍTULO 10
Ha pasado una semana desde que Yaten y Mina dejaron de hablarse, la misma semana en que Kunzite se comunicó con la rubia para poder hablar sobre lo sucedido. Citándose en una cafetería del centro de la ciudad para hablar.
–De que necesitamos hablar? – algo incómoda cuestionó la rubia
–Sobre nosotros corazón –"Nosotros" señalándose a ambos –Entre nosotros como tu le llamas ya no hay nada Kunzite.
–Piensa en los niños ¿Quieres que sufran? como tu lo hiciste cuando tus padres se divorciaron
El platinado había dado en el punto débil de la mujer, pues ella no quería que sus hijos pasaran por lo mismo que ella, un tiempo en casa de papá o en casa de mamá.
Sin mas soltó un suspiro de resignación –Regresare a la casa, pero delante de nuestros hijos fingiremos que somos una pareja feliz, pero no estando ellos seremos dos extraños.
–¡Pero Mina! –Quiso rebatir el hombre –Esa es mi condición –Levantándose de la mesa para marcharse, pero regreso un paso atrás. –Ha una cosa más dormiremos separados. Lo tomas o lo dejas cuestionó la chica de moño rojo
–Está bien –Sera como tú quieras.
–Estando las cosas claras regreso el fin de semana a la casa
–Ahí te esperaré.
Regresando a casa de su prima que la esperaba algo nerviosa, pues al saber que iría para hablar con Kunzite tenia miedo de que la quisiera lastimar. Oyó el ruido de la puerta al cerrarse se dirigió al pasillo para encontrarse con su prima
–¿Estas bien? ¿Qué te dijo? ¿Le dejaste las cosas claras? –Espera un momento Serena tranquilízate ¿Quieres? –Me calmó, pero ya cuéntame
–Regresare a la casa, pero le puse mis condiciones delante de los niños seremos una pareja feliz al igual que delante de la gente la familia perfecta, y lo que no le gustó es que le dije que dormiremos separados.
Serena soltó una risa escandalosa al imaginarse la cara del "idiota" cuando su prima le dijo lo de las habitaciones separadas.
–Relájate prima –Es que… es que –No podía dejar de reí solo de pensar en su cara cuando le dijiste tus condiciones. –Acepto mis términos
–Pues claro que lo tenia que acatar, no le conviene separarse de ti en este momento ahora que esta en las empresas Yokohama, sabes que en esas empresas son muy conservadores para los valores con la familia.
–Lo sé, me imagino que por eso quiere que regrese y no porque me extrañe –con voz trémula
–También ¿Qué paso con Yaten? No lo he vuelto a ver desde el día de la lluvia
–Corte con él por lo sano, no agregaría a perder a mis hijos por él.
–No sé que decirte –Abrazando a su prima
–Espero estés segura de lo que hiciste –No había nada que pensar primero son mis hijos
–¡Ya! No digo nada, cuando regresas a tu casa.
–El domingo –contesto con algo de resignación en su voz.
Así llego el domingo la rubia regreso a su casa, en donde ya la esperaba Kunzite con la casa limpia y flores por casi toda la casa.
Fingiendo felicidad al estar en su casa abrazo al platinado quien intento darle un beso en los labios, pero la mujer en un movimiento rápido evito que tocara sus labios haciendo que el beso quedara en la comisura de estos.
Ayudando a sus hijos a desempacar las maletas, fue a la cocina para ver que encontraba en la alacena para hacer algo de cenar.
Kunzite al verla dirigirse a la cocina fue tres de ella, pero recordando lo sucedido quedo detrás de la meseta sentándose en una de las bancas. –Mina ¿Podemos hablar?
–Habla te escuchó –Mírame Mina – poniéndose de pie para entrar en la cocina estando a unos pasos de adentrarse en ella habló la rubia –No te muevas de tu lugar, dame un minuto me siento en la barra. Terminando de lavar los trastes se secó las manos para poderse sentar frente al hombre que una vez creyó amar.
–Ya estoy aquí ¿De que quieres que hablemos?
–Rubeus me mando de viaje a Osaka para vigilar las tiendas que próximamente abrirán ahí, y ver lo que necesitan para las misma.
–¿Por cuánto tiempo?
–¡No sé! Pero me iría toda la semana y viajaría los fines de semana para estar contigo y los niños
–Vete sin cuidado ¡Yo! Me encargó de la casa mientras tú no estás –Con la mirada perdida respondió Mina.
Había pasado mes y medio desde Kunzite le avisó sobre su viaje a Osaka, pero no había podido viajar por una que otra cosa de improviso, mismo tiempo en ue Kunzite ya no había vuelto a ver a la pelirroja, pues el quería arreglar las cosas con su esposa por el bien de su familia.
Mina ya no pasaba tan frecuentemente al restaurant de Doña Neheremia para si evitar encontrarse con Yaten.
En ocasione pasaba a saludar de manera rápida ya no como antes que se quedaba a platicar, hasta que en una de esas pláticas se enteró que el platinado salía con una compañera de trabajo llamada Unazuki.
Sintió su corazón partirse en dos, pero también una gran ira creció dentro de ella al sentirse una tonta al pensar que Yaten la amaba, sobre todo al pensar que estaba poniendo en juego su familia para estar con él.
Dejando las compras que traía fura a su cuarto donde se metió al baño, quitándose la ropa abrió la llave del agua para entrar, dejándose apaciguar y al mismo sus lágrimas se confundían con el agua, estuvo dentro la ducha como una hora hasta que un golpe en la puerta del baño la hizo reaccionar.
–¿Mina, estas bien? Respirando varias veces para poder tranquilizarse y contestar –Si, ya voy dame un minuto Kunzite
–Te esperó necesitó hablar contigo.
Salió de la ducha envuelta en una toalla, sin imaginarse que su esposo estaría sentado al borde de la cama. Estaba sumergida en sus pensamientos que cuando Kunzite le habló pego un brinco del susto que este le dio.
–Eres un idiota ya me espantaste ¿Qué haces en mi habitación? Fuera de aquí apuntando con su dedo hacia la puerta
–Te dije que te esperaría –¡Si! Eso me dije, pero nunca mencionaste que en el cuarto –Tranquilízate quiero hablar contigo sin terminar peleando.
–Ya me dio licencia Rubens para viajar mañana voy a Osaka ¿Cómo le vas hacer? Para ir a la escuela.
–Serena y mi mamá están dispuestas cuidar a los niños mientras voy a clases ¿Por cuánto tiempo te irás?
–No sé, pero como te dije vendré los fines de semana, pero creo que este no será porque ya estamos a mitad de semana, pasaré ahí la siguiente semana y vendré como hemos acordado.
–Ve sin cuidado, estaremos bien en tu ausencia ahora por favor salir de mi cuarto que me quiero vestir.
–Por favor Mina déjame quedarme para ver cómo te vistes, aunque sea solo verte prometo no tocarte –mirándola con ojos de niño regañado
–Si me das tu palabra, te puedes quedar –Mirándolo a los ojos vio como una chispa se encendía en ellos.
Puso música, para después empezarse a quitar despacio la toalla viendo como su esposo se removió en la cama, pues su cuerpo ya empezaba a reaccionar.
La rubia en su cabeza traía un dilema entre lo que sentía por Yaten y por el padre de sus hijos, pues había escuchado que el ojo verde salía con alguien más ella pensó que tal vez podría darse una oportunidad con Kunzite.
Acercándose como una fiera que vigila a su presa, se fue acercando al rubio de manera seductora hasta quedar frente a el quien lo miraba de manera embelesado ante la actitud de ella.
Tomándolo del mentón le soltó –¿Quieres que volvamos a ser pareja?
El hombre no daba crédito a lo que acaba de escuchar por su esposa. –Claro que sí! Soltó el un poco entusiasmado por la oportunidad que ella le estaba ofreciéndole.
–¡PERO! Con una condición
–Dime cual es la cumpliré –No quiero que veas más a Klaolinete
Por un momento el hombre se sintió desfallecer –No te preocupes Kun lo sé todo y también sé que tiene poco más de un mes que no la ves, por eso quiero que lo intentemos de nuevo por nuestro bien y de nuestros hijos
No lo podía creer la rubia le esta perdonando su infidelidad, aceptando la condición que le había puesto. Con manos temblorosas acariciaba con vehemencia aquel cuerpo que hace tiempo no acariciaba.
La rubia se sintió estremecer al contacto de su mano. Su piel extrañaba todas esas sensaciones que despertaba en ella. Poniéndose de pie, la abrazó para luego mirarla a los ojos, aquellos orbes azules que alguna vez brillaron por él. Notando que aquel brillo se había apagado no dándole mucha importancia.
Funcionando sus labios con los de ella en un beso, dulce al principio, pero poco a poco subiendo de intensidad, el ojiazul hizo acopio de todas sus fuerzas para no hacerla suya de una manera brutal.
Se calmó pues no quería arruinar la oportunidad que la rubia le daba. Recorriendo su cuello con besos húmedos deteniéndose en el lugar donde se alcanzaba a mirar una mancha café dando muchos besos en esa zona si con eso compensará lo que hizo anteriormente, dejándola en la cama de una manera tan gentil y suave, para luego ir bajando sus besos hasta llegar a su vientre, en el cual se notaba las marcas que sus embarazos han dejado. Acariciando con una mano la entre pierna de la rubia que por ratos soltaba suspiros, mientras con la otra masajeaba un seno. Mientras acariciaba la entrepierna llegó hasta donde empezaba su feminidad, abriendo paso entre los pliegues de este para luego darle pequeños masajes a su clítoris, haciendo que ella moviera su cadera para sentir más.
Sintiendo que la rubia ya está bien húmeda para poder recibirlo sin ningún problema, se despojó de sus ropas, pero antes de acomodarse para poseerla la beso nuevamente, para bajar a su sexo, embriagarse de su aroma para luego separarse las piernas perdiéndose en su calor y olor de ella con cada que su lengua subía y bajaba de su sexo para luego penetrarla con la misma haciendo que la rubia cerrará las piernas pegándolo más a ella.
Habiendo terminado su labor con boca y lengua se acomodó en ella para poderla penetrar, lo más calmado que pudo besándola al momento de unirse a ella para que sintiera su propio sabor.
Las estocadas fueron lentas al principio, pero fueron subiendo de intensidad conforme entraba y salía de ella, en un movimiento rápido de él, ella había quedado sobre el a horcadas.
Moviéndose lentamente sobre él, pero ya no podía contenerse más necesitaba hacerla suya a su manera. Así que tomándola de la cadera comenzó con un vaivén de una manera rápida, sintiendo como los músculos de la rubia empezaba a contraerse. Dándole a entender que ya estaba por llegar al clímax, tomándola de la nuca para acercarla más el para poder besarla haciendo que con esto la rubia llegara a la culminación de su orgasmo para pocos segundos después el también llegara al clímax. Donde ella lo beso dándole una pequeña mordida haciéndole sangrar el labio inferior a su esposo para luego acomodarse a un lado de él, y quedar dormidos ambos.
N/A:
Bueno hasta aquí este capítulo que espero sea de su agrado, pues me costó trabajo el lemon que le puse teniendo que molestar a mi amiga Lisbeth Salander, gracias por el dato.
Con esto me despido hasta nuevo aviso, para actualizar. Ya deben espero sus comentarios sobre que le está pareciendo la historia
Besos
Les recomiendo algunas páginas donde podrán expresar su amor hacia Sailor Moon y sus personajes siempre y cuando con su debido respetó
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