Casi nueve años habían pasado en un abrir y cerrar de ojos, la vida continuó.

Pero como siempre, hay cosas que nunca cambian:

En algún lugar lejos de Nerima:

-No tengo idea cuantas semanas más tendré que viajar para encontrar ese bendito gimnasio... Nada, no hay nada! Solo árboles y más árboles. Si sigo así se me terminarán las provisiones en menos de dos días, menos mal tengo dinero, aunque de nada me sirve en esta ciudad perdida. Diooos donde estoooy! - Sin más remedio que resignarse un hombre de bandana amarilla y sombrilla roja se dejó caer al piso llevando sus manos a la cabeza para obligarse a concentrarse mejor. Sacó por vez número mil su arrugado mapa y respiró hondo colocandolo en el suelo mirándolo con rencor, como si una batalla personal se estuviera librando entre él y el pobre mapa. Así había sido siempre y esta escena era demasiado familiar ya, tanto para el como para el grupo de ancianos que se encontraban en ese parque jugando dominó y ya tenían días viéndolo así, les resultaba muy gracioso por cierto.

Pasó una hora tratando de descifrar donde estaba la calle principal y casi a punto de rendirse dio un grito.

- Maldiciooooon!

Se quedó inmóvil al percatarse de que una vocecita más aguda que la de él había dicho exactamente la misma palabra detrás suyo.

- Oye niño te sucede algo? A tu edad no está bien andar maldiciendo por allí - Le dijo el muchacho extraviado al infante.

El pequeño de unos 8 años lo miró con gesto enojado haciendo brillar aún más sus ojos verdes - Usted no se meta extraño! Además no me interrumpa! Debo entregar este pedido ahora mismo y lo único que he hecho es dar vueltas en este bosque.

El hombre lo miró con algo de gracia y sonriendole se acercó más - Estás perdido eh?

- Como si usted no lo estuviera - El pequeño lo miró desafiante provocando un extraño sentimiento en su pecho.

- Que agresividad para tu edad chico... Estoy buscando el Gimnasio de Taiko que...

- Gimnasio de Taiko! Yo también quiero encontrar ese lugar! Tengo toda la mañana dando vueltas. Qué desastre! Lo peor es que ya me comí un okonomiyaki... Quiere uno? - Amablemente el niño le ofrecía un bocadillo japonés a Ryoga, era un inocente gesto de bondad que a cualquier hambriento le hubiera caído de maravilla, pero lejos de alegrarlo al hombre lo perturbó profundamente.

El niño al ver la cara descolocada de Ryoga y que lo dejó con la manito estirada le preguntó con curiosidad - No le gustan las pizzas tradicionales?

- No.. no es eso, solo que hace mucho mucho tiempo no comía esto.. Lo estaba evitando... - La tristeza reflejada en la cara de Ryoga fue automática, pero algo que hizo el niño lo obligó a sonreír.

- Ten... - Le ofreció un chocolate muy grande de nueces y almendras - Este lo estaba guardando para mi, lo compré en las vacaciones en Tokio con mi mesada el mes pasado pero si tiene hambre y no le gustan los okonomiyakis... - El niño levantó sus hombros fingiendo desinterés pero la verdad es que quería conservar su chocolate, aunque para el más importante era la generosidad.

No cabe duda que la bondad del niño conmovió al solitario viajero, tanto que lo invitó a buscar juntos el gimnasio aunque ya ni el pequeño tenía su pedido completo y ni él iba a llegar a tiempo a su cita allí.

...

- Oye Koharu

- Dime Hyun

- Crees que ya deberíamos decirles a ese par de perdidos que están dentro de un parque y que han dado vueltas en círculos durante dos horas? - Preguntó sarcástico.

Ambos ancianos que tenían por costumbre estar en aquel lugar a diario reían sin parar por el infortunio de estos dos desubicados.

- Ay que niño, que niño, siempre es lo mismo con él... Pero este otro no se quién será Hyun.

- No lo sé Koharu, pero también tiene días dando vueltas aquí, lo del niño es normal pero ya se le unió un amigo...

- Jajajajaja - Reían por la escena increíble pero cierta.

- Espera, espera, ya voy a llamarlo... Ryogaaaaa ven aquiiii!

Ambos perdidos voltearon alcanzando a ver al anciano y corriendo hacia él aliviados por que los habían "encontrado".

- Koharu buenas tardes - El niñito hacía una respetuosa reverencia ante el señor de edad - Cómo me encontró!?

El hombre volteó los ojos ante la inocencia del niño.

- Sii, como pudo encontrarnos en este bosque? Y como es que sabe mi nombre señor? - Preguntó el chico de la bandana.

- Tu nombre? No tengo idea de cómo te llames hijo! - Respondió el anciano.

- Pero si usted acaba de gritar mi nombre - Aseguró muy extrañado y justo cuando iba a decirle algo mas el pequeño salió corriendo emocionado gritando - Mamaaaa!

Koharu sonrió diciendo - Siempre es igual con el, que manera de perderse tanto en este minúsculo pueblo... Y tu, muchacho... Qué es lo que... Hey! Muchacho! - El anciano trataba de hacer reaccionar a Ryoga pero todo intento era inútil.

Sus grandes y despistados ojos verdes no podían dar crédito a lo que estaban mirando. Ese niño... Ese pequeño perdido llamado de la misma forma que él, estaba corriendo a abrazar a su madre a solo unos metros de distancia... A su madre, una mujer más que conocida para él, una mujer a la que la vida y el destino se la negó hace años... No podía procesar todo lo que estaba pasando justo ahora, de la confusa mezcla de sentimientos que explotaron en su interior quiso tambalearse pero el anciano lo sostuvo evitando su caída.

- Mi pequeño ya te he dicho que eres muy generoso al querer ayudar a mamá con los repartos pero para eso está Kotaro, tu quédate conmigo, a mi lado, siempre siempre conmigo... - La feliz y orgullosa madre levantó al niño y lo tomó en un abrazo para darle un beso.

El niño muy sonriente acariciaba a su mamá, se percató que el hombre del colmillo los estaba mirando con llanto en su mirada y casi triste le preguntó a ella - Mamita, por qué Ryoga se puso tan triste?

Ella solo hizo un gesto de duda y pensando que era una ocurrencia del menor no le dio importancia hasta que él señaló al frente con su pequeña manita y le dijo - Mira... El también se llama Ryoga.

El momento llegó.

Ese instante que ni siquiera ninguno de los dos se había permitido soñar o imaginar al fin había llegado. La vida, el destino, la casualidad, quien sabe qué! Pero los volvió a encontrar.

Ella en un impulso tomó al pequeño y solo quiso irse tan velozmente que asustó un poco a su hijo, no pudo hacerlo... El agarre de un par de manos muy conocidas para su piel no se lo permitieron.

No se dijeron nada, con mirarse a la cara estaba todo dicho, ambos voltearon hacia el niño y el miedo se apoderó de Ukyo.

Ryoga sonrió. Escondió su llanto y por fin preguntó - Podemos hablar... Ukyo?

...

El niño dormía en su habitación mientras abajo, en el restaurante, la noche iba muy avanzada ya. Ni dos ni tres horas eran suficientes para asimilar toda esta verdad. Ryoga, el solitario viajero de alma rota ahora tenia una razón para seguir viviendo.

Ella le contó sin omitir detalle alguno como tuvo que empezar literalmente de cero, sin nadie, sin ayuda, sin fuerzas y sin cariño, pero desde el mismo momento en que tuvo al pequeño Ryoga entre sus manos supo que la vida le estaba dando una oportunidad para reivindicarse, él serían sus alas, él sería ese ángel que iluminaria sus pasos al camino del bien una vez más. Él le enseñaria el arrepentimiento y la bondad y todo, absolutamente todo lo que construya sería por y para él.

Ryoga también le contaba como es que ha podido mejorar un poco en sus habilidades de marcialista y ahora viajaba por toda Asia dando apoyo a competidores en gimnasios y dojos.

Luego de otro silencio incómodo comenzaron a hablar del niño, de su nacimiento, sus primeros días, sus primeras palabras y pasitos, en fin,

- Heredó de mi una orientación envidiable - Bromeaba el joven ya un poco más calmado - Y también... También mi nombre... - Miró a Ukyo sintiendo por primera vez en muchos años que su corazón aún era capaz de latir, de perdonar, de querer.

La joven madre se sonrojo un poco pero la verguenza que sentía pudo más - Quiero pedirte perdón... Por todo lo que hice, por todo lo que te obligue a hacer, a mentir, a engañar, yo...

- El pasado ya dolió lo que tenía que doler - La interrumpió Ryoga muy tiernamente secando una lágrima de la mejilla de Ukyo - Ambos sufrimos y pagamos culpas por separado, ambos nos equivocamos pero él... - Señaló una fotografía del niño que se encontraba en el recibidor del restaurante - Él fue tu fuerza Ukyo, y si me dejas, si me dejas quiero que él también sea la mía.

Ukyo lo miraba sin saber como pudo en algún momento de la vida despreciar ese corazón tan puro que tenía solo para ella, ahora no era momento de tomar ese tipo de decisiones, ya el tiempo lo diría. Solo le sonrió tomando su mano.


***Tres años después***

- Vaya que ser difíciles de encontrar ustedes!

- No te quejes Shampoo, hay clientes que deben esperar meses para citas con nosotros, no en vano somos los mejores, Abogado Kuno Tatewaki e Investigadora privada Nabiki Tendo... Ahora si dime... Necesitas demandar a Mousse? Divorciarte de el? Pedirle la mitad de sus bienes? Cuántos hijos es que tienen? 10? Eso te ayuda muchísimo en el juicio mi querida Shampoo - Nabiki se emocionaba ante cualquier caso pero asustaba a la chinita.

- No querer divorciarme de esposo! Acaso estás loca! Y solamente tener 8 hijas!

- Solamente!? - Exclamó Kuno mirando a Nabiki con recelo - Algún día los alcanzaremos verdad amor?

- Apenas tenemos 3 meses de embarazo querido, pero bueno, ya nos pondremos en campaña más seguido para alcanzarlos, bueno Shampoo dime qué necesitas.

- Solo necesito que me ayuden con estos papeles que Mousse necesita para la aldea. El no venir, quedar con gemelas recién nacidas en casa.

- Pensé que querías desplumar a tu maridito - Sonreía Nabiki en broma.

- Ese deporte dejémoslo para gente como Genma Saotome - Comentó Kuno.

Ambas muchachas lo miraron sin saber a qué se refería el apuesto abogado.

- Y por que nombras a ese ser justo ahora?

- Recuerdan a Makino? Mi abogado estrella? Pues hoy me ha contado que Genma Saotome se ha dedicado a viajar por toda Latinoamérica casándose con cuanta millonaria de edad madura encuentra y se divorcia de ellas para reclamar la mitad de su fortuna, ya lleva 9 juicios de divorcios ganados...

- Increíble

- Ese asco de tipo siempre salió bien librado de todo...

- Ya llegará alguien que le haga ver su suerte bellas damas, eso el tiempo lo dirá - Aseguró Kuno mientras junto a su embarazada esposa ayudaban a Shampoo con su papeleo.


- ...fue cuando decidimos dejar de viajar y establecernos aquí en Nerima en nuestra propia escuela, cuando el entrenamiento de Shiori terminó allá en las pozas...

- Vaya! Akane, debes estar orgullosa de tu familia de combatientes! - La madre del doctor Tofu se encontraba de visita en la casa, Kasumi iba a dar a luz a su primer hijo y su suegra no podía perderse el magno acontecimiento.

Akane se acercaba a la charla con bebidas para todos y sonriente se sentó en el brazo del mueble donde se encontraba Ranma - Ha sido duro y difícil pero hemos logrado hacer realidad la voluntad de mamá Nodoka y papá Soun, ellos desde donde quiera que estén, se que están orgullosos de nosotros.

- Pero qué dices mujer! No sabía que ellos habían fallecido! - La mujer se espantó con semejante noticia provocando la risa de Ranma.

- No señora Tofu, es solo que desde que su padre y mi madre se casaron no paran de viajar por todo el mundo y hay largas temporadas de meses y meses que ni siquiera sabemos de ellos.

- Perdone si me expresé mal y la asuste - Reía Akane - Quise decir que su sueño siempre fue unir las escuelas, pero tuvimos que viajar a China y comenzamos allí, Ranma como maestro en las pozas hizo un excelente trabajo, se podría decir que prácticamente entrenó a nuestra hija que a sus cortos 11 años ya tiene el grado de maestra.

- Luego de eso regresamos acá a fundar nuestra escuela y como ve no tenemos descanso alguno - Sonreía Ranma de la mano de su gran amor narrando como había sido su vida junto a su esposa y su pequeña Shiori.

- Que gusto me da verlos así de felices muchachos, pero ya la niña necesita un hermanito eh... Apuraré a Tofu para que me de un segundo nieto muy pronto... Ellos si que me han hecho esperar por dios! - Reían muy amenamente cuando la pequeña Shiori se acercaba a ellos con una carta en la mano.

Akane supo en seguida de qué se trataba y aunque Ranma aun no estaba del todo feliz, le permitían a su hija tener contacto con el pequeño Ryoga, total, el niño no tiene culpa alguna de los errores de sus padres, y aunque ya se habían visto frente a frente los cuatro y habían perdonado muchos errores, a veces las heridas tardan en sanar.

- Papi mira carta de Ryoga!

- Ah si? Qué cuenta nuestro pequeño perdido?

- Ukyo va a tener a la hermanita de Ryoga kun este mes y dice que una vez fueron a comprar cosas para la bebe con su papá y no volvieron sino hasta hace unos días por que se perdieron.

No se pudo evitar reír de aquella anécdota, sea como sea estaban contentos de que Ukyo y Ryoga hayan encontrado su camino y que se hayan arrepentido sinceramente de los daños que provocaron.

La conversación continuó en una tarde normal y tranquila de la hermosa familia que con muchísimo amor habían logrado construir Ranma y Akane.

La ojiverde miraba su reloj un poco impaciente, le encantaba su agradable visita pero tenía algo muy importante que contarle a su esposo al anochecer.

...

...

- Es tan fuerte! Casi como yo lo era a esa edad!

- E igual de terca! Y no hay poder humano que la convenza de no trabajar con nosotros en el Dojo, es muy buena maestra y tan seria como se lo enseñamos, además tiene muy buenas calificaciones en la escuela que mas podemos pedir - Sonreía el orgulloso padre de Shiori mientras con Akane la veían dormir desde fuera de su habitación.

Sin hacer nada de ruido se dirigieron a su alcoba, se preparaban para dormir y como cada noche el muchacho de la trenza miraba con devoción la belleza natural de su esposa, como la primera noche en la que la amó, con la misma intensidad, con la misma pasión y el mismo fuego. Akane al darse cuenta siempre se sonrojaba y trataba de cubrirse con alguna sábana un poco más. Entre besos él la detuvo acariciandola con ternura y provocando con sus labios esa piel erizada que tanto lo enloquecia. Besos apasionados iban y venían cuando al dirigirse a su cama el sonido propio de la madera los obligó a detenerse.

- Es increíble que hace años teníamos que amarnos a escondidas de nuestros padres y ahora...

- Y ahora tenemos que hacerlo a escondidas de nuestra hija - Reían por la escena nuestra pareja favorita.

Nada impidió que esta hermosa noche de amor se diera, el no hacer ruido los obligaba a amarse más despacito, más lentamente... Como solo el y ella sabían, como se lo prometieron aquella noche en el aeropuerto cuando Ranma se fue a China, como se lo juró él al colocarle la pulsera en la muñeca de ella y luego en sus votos simbólicos cuando volvieron a compartir sus pulseritas de la promesa. Un amor que nació por obligación, creció aferrandose a la vida en medio de mentiras, despedidas y engaños hasta que al fin pudieron unir sus vidas como debió ser desde hace mucho.

Un dulce beso señalaba el final de la noche y Ranma como siempre abrazaba por la espalda con delicadeza absoluta a su dama antes de dormir. El sueño estaba a punto de apoderarse de el cuando ella le susurró:

- Esta vez creo que sí se llamará Seiichi - Provocando que el pelinegro despierte instantáneamente con la hermosa noticia de que la familia poco a poco se agrandaba, por haber resistido todas las pruebas, por haber confiado y luchado, por cumplir con su promesa, por jamás haberse negado al amor... ni siquiera... a escondidas.

***Fin***

Holaaa mis lectores de mi corazoooon! Créanme! Los he extrañado infinidades! Estuve releyendo el fic para poder escribirles un epílogo decente jeje Muchísimas personas me pidieron un final mejor para Ukyo y para Ryoga que si bien es cierto fueron villanos pues en el fondo su corazoncito no era malo y aquí está! Espero de corazón les haya gustado y con este epílogo ponemos fin un año después a nuestra historia "A escondidas". Es tan lindo ver como la siguen recomendando en las páginas de fics creanme que me hacen demasiado feliz! Una lectora llamada Angie de México me hizo hasta un video con las escenas y la canción "A escondidas" de Victor Muñoz de fondo, que por cierto fue el tema que inspiró esta historia para todos con muchísimo cariño! Ahora si me despido quien sabe hasta cuando amigos :( Siempre SIEMPRE leo sus reviews y los respondo, no saben como alegran mi día al saber que siguen leyéndome es muy lindo! Un abrazo gigante para todos todos todos ustedes! Los quiero mucho!

Y ya saben! Nunca es tarde, ni temprano, ni inoportuno. Si el amor llega a su corazon o regresa a ustedes luego de muchos años, vivanlo! Jamás permitan que el miedo a perder los haga dejar de jugarse...

SK47