Disclaimer: No, INK tiene como propietaria a Kaoru Tada.
Un pequeño vistazo al futuro para ustedes.
Novia imperfecta
por MissKaro
Epílogo
El destino de las oportunidades tomadas
Naoki escuchó un chillido de emoción a lo lejos y elevó la mirada de la revista que leía, sentado en una tumbona bajo la sombrilla de playa.
Sus ojos dieron primero con la espuma blanca de las olas, avanzando sobre la arena, para después cruzarse con Kotoko, dentro del mar, huyendo de Yuuki, quien le salpicaba gran cantidad de agua, por la incrementable fuerza que le daba el crecimiento de la pubertad. Su novia reía y se agitaba, tratando de mantener suficiente distancia de su hermano, sin frutos.
Él se permitió contemplarlos durante unos momentos. Tras la vuelta de los Aihara a casa, seis meses después de su partida, la relación entre su hermano y ella había sido más cercana, aunque las discusiones entre ellos se mantenían; su madre decía que era como si se tratara de dos hermanos reales, y él podía estar de acuerdo en ese punto.
Y ahora que su hermano aumentaba de tamaño, el aire sobreprotector de Yuuki, para con ella, estaba más presente, sobre todo porque parecía muy probable que rebasaría la estatura de su novia. Eso le agradaba al menor de los Irie —además, pensó Naoki con diversión, su hermano era más feliz pudiendo sobrepasar a su amiga Konomi.
La actual pelea entre Yuuki y Kotoko era otra de las demostraciones del modo en que se llevaban, aun estando de vacaciones.
Los seis se hallaban en Okinawa; Kotoko llevaba un año trabajando y le correspondían unos días de descanso, que se tomaron como excusa para la estancia en la playa. Él, pues, solamente se encontraba allí por ella; estaba en su último año de preparación para obtener su título de médico, haciendo una investigación mientras tenía su residencia en el hospital, y el tiempo podría estarlo ocupando de otro modo.
Aunque admitía que también era su propio deseo estar ahí.
Poniendo los ojos en blanco al ver a su madre tomar fotos a todos, con un equipo protector de agua, en su inseparable cámara, pensó que era perfecto ella no insistiera en que regresara al agua de nuevo; ya que había nadado una hora antes de irse a su sitio actual.
Su madre debía estar conteniéndose.
Reprimiendo una sonrisa, retornó sus ojos al artículo de la revista, cuya información sería de provecho para sustentar teóricamente el trabajo que estaba llevando a cabo para su tesis.
Pero, nuevamente, su lectura se interrumpió a causa de Kotoko, la cual se sentó en su tumbona.
Se hizo el desentendido unos momentos, sabiendo disimular lo suficiente para que ella no se diera cuenta de lo que hacía.
—Deberías divertirte un poco más hoy, Naoki-kun —expresó ella, y de reojo la vio verterse crema protectora en sus manos, para untarla en sus hombros, y no quemarse con la luz solar de verano.
—Te aseguro que me divertiré hoy —musitó, pensando en la noche.
Cerró la revista y cogió el bote de crema para colocarse un poco en la palma y continuar con lo que ella estaba haciendo, alcanzando el sitio en su espalda que las manos de ella no podían abarcar.
Kotoko se estremeció cuando posó sus dedos sobre su espalda descubierta, que quedaba a la vista por el traje de baño bien diseñado para cubrir los sitios en que se sentía incómoda.
Él, malicioso, delineó la curvatura de su espalda con su índice, hasta alcanzar un punto detrás de su oreja, a la que se inclinó.
—¿Confías en mí? —preguntó, pese a conocer la respuesta, misma que ella le había dado un año después de haberlo aceptado.
Ella ladeó su rostro hacia él y sonrió. —Sí, Naoki-kun —expresó antes de regresar la vista al mar.
Él siguió recorriendo su espalda con su mano, aventurándose a colocar la crema debajo de los tirantes de su ropa. Sabía que era innecesario, pero todo el protector lo era. Sus intenciones estaban en que ella siguiera temblando.
Volvió a acercarse a su oído.
—Entonces, ¿te convertirías en mi esposa? —susurró.
Kotoko se tensó un momento y se movió para mirarlo de frente, con los ojos abiertos de incredulidad. A continuación, presionó rápidamente los labios sobre los suyos, sonriente.
—Sí.
Sin embargo, su boca formó un mohín infantil.
—Pero ahora será muy difícil conseguir una fecha, tienes muy poco tiempo por tu profesión y mi trabajo… Oji-san tiene trabajo con la fama de la empresa, no mucho, él sí puede hacer tiempo. Papá también. Tú y yo somos quienes estamos ocupados… Creo que mejor hubiéramos aceptado años atrás… Oba-sama debió prevenir algo como esto, fue muy tont…
—Hagámoslo aquí —interrumpió, sonriendo de forma lobuna.
Ella se quedó boquiabierta, momento oportuno para él.
—¿Se puede? —cuestionó ella, anonadada.
Él asintió y desvió su mirada de Kotoko hacia el mar, donde los ojos de su familia los observaban. Solo se enfocó en su madre y le ofreció una afirmación con la cabeza, a lo que ella soltó un grito exaltado y salió corriendo en dirección a ambos.
Su fugaz prometida le dio una mirada comprensiva, con el rostro iluminado; del modo en que quería que se viera, superados los eventos del pasado, una etapa de la relación de ambos.
—¡Tenemos que prepararte, Kotoko-chan! —exclamó su progenitora, llegando hasta ellos. —¡Finalmente podré llamarte hija oficialmente! ¡Y tendré nietas y nietos! ¡Oh, y al fin puedo verlo! ¡Qué anillo tan más hermoso! ¡Bien hecho, onii-chan!
—¿Anillo? —Él soltó una risa por la cara sorprendida que puso Kotoko al reparar su dedo anular, donde consiguió colocar un anillo mientras estaba distraída. —¡Naoki-kun! —emitió de forma incrédula, tratando de acercarse a él, en tanto su madre le hacía levantarse de la tumbona.
—Vamos, Kotoko-chan, hay que ponerte más bella de lo que eres —dijo su madre con voz excitada—. Te verás mucho mejor que tu amiga Chris en las fotos de su boda con Kinnosuke. ¡Lo sé! ¡Oh! ¡Sí! ¡Mi Kotoko-chan y mi onii-chan van a casarse! ¡Estuve esperando tanto por este momento!
Vio alejarse a las dos, Kotoko entre trompicones, y agitó la cabeza; sabía a lo que se atenía al dejarle el asunto en sus manos, pero no creía que pudiera haber sido de otro modo. Una vez Kotoko había comentado que se lo debían por la ocasión anterior, y sabía que le haría feliz a su oba-sama planear todo.
Él solo hizo caso a sus palabras.
Se puso en pie, mientras los hombres de su familia se aproximaban, con la intención de dirigirse al hotel y descansar antes de alistarse para el momento del enlace. Ellos se veían extasiados por el acontecimiento que tendría lugar ese día.
Él, aunque no lo hiciera externamente, se sentía pletórico de convertirla en su esposa.
Más de seis años atrás, lo habría creído imposible; pero en todo ese tiempo, muchas cosas habían cambiado y él era alguien distinto al joven ingenuo que creyó en un plan hueco y estúpido, aunque éste resultara ser lo mejor que habría podido cruzado en su camino, al permitirle interactuar realmente con Kotoko, conocerla a ella y a sí mismo.
Había sido afortunado de tenerla en su camino y que ella lo disculpara y lo quisiera. Que siguiera con él a pesar de todo, para convertirse en la señora Irie, y lo que el futuro tuviera preparado para ambos, con sus altas y sus bajas.
Sonaba estúpido, aunque solo lo supiera él, pero pensaba en ese final feliz que ella alguna vez le planteó, formando su propia familia con la mujer que amaba.
De cualquier modo, se sentiría a gusto teniéndola a su lado, como hasta entonces.
Los demás podrían opinar diversidad de cosas sobre ambos, cuestionando la relación de alguien tan listo e impertérrito como él, con alguien como ella, tan llena de vida, mas le importaba muy poco, pues la conocía perfectamente y no se arrepentía de haberla escogido. Más que nadie, era consciente del modo de ser de su futura esposa. Era romántica, parlanchina, ingenua, confiada, determinada, protectora, sensible, persistente, impulsiva, irritante, accidentada, amable, entusiasta, olvidadiza, imprudente, comprensiva, alegre, vivaz, cariñosa,…
Imperfecta, tanto como lo era él.
Pero suya.
NA: Yo había terminado con el capítulo anterior (¿o también el 34?), pero...
Naoki podrá continuar agregando adjetivos a la lista. Es un modo organizativo de información, aunque conozca todo lo que implica. Y dice más de él, que se ha tomado el tiempo de pensar a fondo en ella.
En fin.
Ay, qué difícil es dar por completada esta historia; mi pequeño bebé como ninguna otra historia. Y logré terminarla en el mismo año.
Me causa mucha felicidad que ustedes apreciaran este fic y eso quedara reflejado; para quienes escribimos aquí, nos apoya mucho. Les agradezco la lectura de Novia Imperfecta y que me acompañaran durante ella. Ustedes saben quiénes son, por lo que no nombraré a detalle. (También uno de mis cuadernos que se acabó y por amor al planeta me resigné a escribir solo de forma electrónica).
Trabajar una perspectiva de Naoki, sin que intervinieran otras, me pareció un reto, porque su capacidad mental debe ser muy amplia, y pues tampoco yo ignoro mucho los sentimientos, como me imagino que pueda hacer él. Es triste que no podamos conocer su punto de vista de las cosas, pero ojalá que mi aproximación al genio tuviera su agrado. Sobretodo, en muchísimas palabras je je.
Podría decir demasiado aquí, pero no lo haré; solo deseo que hayan disfrutado de este fic. Como he dicho antes, tenerles leyendo siempre será un placer.
Les mando los últimos besos y abrazos de Novia Imperfecta.
Atentamente: MissKaro.