Palabras: 1,000.

Capítulos 3/3.


recuerdos que almacenar

3. orégano

Julio, 1999.

Es demasiado temprano cuando se levanta. No le queda otra, le prometió a sus amigos que iría a desayunar con ellos en La Madriguera por su cumpleaños, pero una parte de él, una muy pequeña e inocente, esperaba despertarse con el desayuno en la cama y una muy agradable sesión de sexo. Quizá una mamada. Se conformaba con eso, pero simplemente recibió un beso -y porque se lo dio él ya que Draco ni se movió- y un par de gruñidos sin sentido. Muy Malfoy eso. No se lo dijo, no quería dormir en el sofá por el resto de las vacaciones.

Vacaciones que se estaban haciendo muy cortas. Dos semanas atrás recibieron sus ÉXTASIS y unos días después la confirmación de que Harry iba a entrar en la Academia de Aurores y Draco, como aprendiz de un Maestro de Pociones en la capital francesa. Eran noticias amargas ya que significaba que iban a verse los fin de semanas y en vacaciones. Sin embargo, iban a superarlo.

Siempre lo hacían.


Harry abrió los ojos con dificultad, no había dormido tan agusto desde hacía semanas. El olor a verbena le recordó lo que había pasado la noche anterior. La pesadilla había sido realmente horrible, pero Draco lo había sacado de ella con una facilidad extraordinaria. Casi sin darse cuenta una sonrisa boba se dibujó en su rostro.

Buenos días.

Se revolvió como pudo, Draco lo estaba aplastando y tenía un aspecto espantoso, ¿es que no había podido dormir por su culpa? Que él supiera, el hecho de oler la poción uno se quedaba atontado por un par de horas, por lo menos.

Eh, ¿qué ocurre?

¿Es verdad? —gruñó a causa del sueño, había un tinte de duda en su pregunta que pilló desprevenido a un adormilado Harry. Parpadeó. Necesitaba sus gafas—. Lo que dijiste ayer, ¿es verdad? ¿cómo es posible? Yo…

Draco se apartó y dejó caer la cabeza en la almohada. Estaba huyendo de él. ¿Por qué? ¿Y qué quería decir con si era verdad?

Oh, un momento.

Enrojeció. Era un alivio que Draco no estuviera mirando.

Lo que no era un alivio era lidiar con un Draco melodramático. Joder, que parecía tonto. Por supuesto que había sido sincero la noche anterior, ¿cómo no estar enamorado de alguien tan estúpido, pijo, retorcido y jodidamente maravilloso como Draco? No lo iba a decir en voz alta, el ego de su novio no necesitaba más incentivo.

Te quiero, Draco.

El rubio lo miró dudoso, pero Harry no permitió que ninguna duda escapara de sus labios o permaneciera mucho rato en la cabecita de su novio. Si las palabras no bastaban, lo harían los gestos. Y en eso era muy bueno.


—¿Harry? —estaba a punto de aparecerse en los límites de La Madriguera cuando escuchó la voz adormilada de su novio. Sonrió y entró en la habitación que acababa de abandonar.

Draco recién despertado era una obra de arte.

Una obra de arte comestible y achuchable. Era de agradecer que hubiera aprendido Oclumancia y que Draco no intentara meterse en su cabeza. Sus bolas se lo agradecen. Y muchas otras partes.

—Vendré en un par de horas, ¿vas a desayunar a Malfoy Manor o…?

—¿Te ibas sin darme un beso de buenos días? —se cruzó de brazos y le fulminó con la mirada. Harry contó hasta diez, reírse no era buena idea.

—No, claro que no.

Cruzó la habitación y se acercó para besar sus labios. Draco le apartó la cara. Iba a matarlo.

—¡Potter, no me he lavado los dientes! ¡Quita! ¡Y lárgate!

Iba a matarlo, sí.


Cuando volvió a Grimmauld Place no esperaba encontrarse a Kreacher al borde de un infarto, tampoco cargar con productos exclusivos de la tienda ni mucho menos tener que buscar una excusa para que Draco le echara un vistazo a la nueva gama de amortentias de George. Que buen cumpleaños, sí señor.

—Kreacher es un buen elfo. Kreacher ama atender al amo Draco, ¡es un Black!, pero Kreacher no cree que sea buena idea que el amo Draco esté en la cocina, no es sitio…

No lo escuchó.

Desconectó en lo de "Draco" y "cocina".

¿Que hacía…?

Lo primero que vio al entrar en la cocina fue a Draco bañado en harina y en algún potingue de dudosa procedencia a punto de tener uno de sus ataques. Si miraba bien, se encontraría con el desastre del milenio. Ah, y con una cantidad exagerada de orégano en el aire.

—¿Draco? —preguntó con miedo. Hacerse notar no era del todo una buena idea.

El rubio se giró y se echó en sus brazos.

Pues claro que iba a actuar como una reina del drama.

Y él iba a tener que limpiarlo todo.

Grandioso.

—¡Es horrible, Harry! —lloriquea entre sus brazos—. Te quería preparar una cena o pastel o algo y pensé que es como hacer pociones, pero no. Los muggles son unos monstruos, ¡esto es indigno! ¡Yo, yo…!

—Draco —tanteó con cuidado el terreno emocional. Draco era bipolar, bien podría estar lloriqueando ahora como echándote las culpas después—. ¿Por qué has usado tanto orégano?

El rubio se separó un poco y se limpió el rostro como pudo.

—Huele bien y se usa en las pociones, también. Así que…

Soltó una risita y sonrió. Draco era adorable. Un niño pequeño...

—No te rías de mí, Potter —siseó—. Si no te hubieras largado, esto no habría ocurrido y estaríamos teniendo sexo o comiéndonos el postre.

Y gruñón.

Un niño pequeño y gruñón.

Como no quería seguir escuchándolo ni tampoco quería preocuparse por la salud mental de Kreacher, agarró a Draco y atrapó sus labios en un beso con sabor a harina, orégano y a vino.

En un último instante de lucidez, movió la varita para limpiar el desastre y se preguntó a qué olería la amortentia si ahora la sacaba de la caja, ¿olería a Draco?

—Sigue siendo tu culpa —masculló con los labios hinchados y el pelo revuelto. Era perfecto—. No, espera. ¡Feliz cumpleaños!

¿Importaba?

En absoluto.


fin.


«travesura realizada»


NOTAS.

1) La historia comienza poco después de la Batalla de Hogwarts y los Juicios. Draco y Harry se hacen amigos y esa amistad deriva a lo que tendría que haber ocurrido si JK no hubiera sido tan especial.

2) Como las cosas no son de color de rosa, Draco tiene que estudiar fuera de Inglaterra porque tiene la Marca Tenebrosa, ser el novio del niño-que-vivió no hace milagros. Es una pena.

3) ¿Pansy y Draco solucionaron sus diferencias? Sí, ¿por qué no? Pansy está en el exilio junto a su madre como castigo pero se manda lechuzas con Draco casi de forma diaria.

Si tenéis alguna duda más, preguntad. Es el problema de tener límites, que no me puedo explayar todo lo que querría en la historia. Deseadme suerte en el reto. :)

GRACIAS POR TODO, SOIS GENIALES.


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