Newfound
Capítulo 1
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—Bien, Sasuke-kun, ahora hagamos este ejercicio.
—Nh.
Sasuke aprovechó que ella estaba inmersa en el gran libro de física para verla un poco. Realmente no recordaba desde cuando venía conociéndola, porque siempre, desde sus más antiguas memorias, ella ha estado ahí con él.
—¿Qué pasa, Sasuke-kun? ¿Tengo algo en mi cara? —preguntó la peliazul notar la mirada penetrante del pelinegro.
—No, nada —murmuró mientras fingía concentrarse en su cuaderno de práctica e intentaba suprimir la vergüenza de haber sido atrapado viéndola. Comenzó a resolver el ejercicio que ella le había indicado, demorándose apropósito sabiendo que Hinata lo estaba viendo.
—Sasuke-kun, tienes buenas calificaciones en todas las materias y no parece que tuvieras problemas para conseguirlo… —afirmó la mujer. Sasuke solo asintió para hacerle saber que la estaba escuchando—. Yo creo que no necesitas que sea tu tutora.
Cuando Hinata dijo eso Sasuke dejó de escribir y alzó la mirada; Hinata lo estaba viendo seriamente. El pelinegro intentó que el pánico no se apoderase de él y suspiró cansinamente sorprendiendo a la peliazul.
—Soy muy vago, tú me haces estudiar —mintió. Podía arreglárselas perfectamente sin sus lecciones privadas, pero no podía permitirse que ella dejara de visitarlo.
Volvió a "resolver" el ejercicio en mano mientras la miraba de reojo cuidadosamente.
Después de la sorpresa, Hinata apoyó la cabeza sobre la mano que estaba apoyada sobre la mesa donde estaban estaba estudiando y, ladeando la cabeza, sonrió—Con que así es…
Sasuke se fijó completamente en su ejercicio y lo terminó. Dejó el bolígrafo a un lado.
—¿Terminaste? —Hinata inspeccionó su cuaderno—Perfecto como siempre —miró la hora y se levantó—. Creo que esto es suficiente por hoy, nos vemos el miércoles —recogió sus cosas y Sasuke la acompañó a la puerta—. Nos vemos —agitó la mano en despedida y se fue.
Cuando Sasuke volvió a su habitación se acostó boca arriba.
Se volvía complicado estar con Hinata en la misma habitación a solas, y no estaba seguro porqué.
Hinata era una mujer alta, de largo cabello negro azulado, oscuro y lacio; tenía una tez muy blanca y ojos color lila, además de que podía darse cuenta de su gran sentido de la moda. Ella tenía 22 años y hace muy poco se había graduado de la Universidad de Tokio con grandes honores, por lo que había conseguido trabajo estable casi inmediatamente. Hinata vivía a dos casas de la suya. La conocía desde que tenía memoria y desde hace un año que se convirtió en su tutora ya que toda su familia salía a trabajar todo el día y volvían muy de noche, y, según sus padres, él necesitaba supervisión. El apenas tenía 17 años.
No necesitaba supervisión, es más, si quisiera él podría quedarse solo todos los días, pero no lo hacía, no podía dejarla ir, no a ella.
Se volteó boca abajo para dormir y despistar todos los pensamientos que acababan de inundarle el cerebro. No quería pensar en eso.
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—¡Sasuke-kuuuuuun!
Sakura se colgó de su brazo; lo había atrapado solo guardando los balones después de educación física. Todavía tenía la cesta de balones en las manos por lo que no podía zafarse de ella sin alborotar la bodega. Aprovechando esa oportunidad, la pelirosa restregó su cuerpo descaradamente contra el brazo del moreno pudiendo sentir sus senos y su abdomen plano por encima de la ropa. Este, como pudo, dejó la cesta en el piso y cuando se viró a ella para hablarle, el rostro de la pelirosa se estaba acercando.
—Bésame, Sasuke-kun —miró sus labios pintados de un color rosado fuerte con mucho brillo formando un pico exagerado.
Le puso la mano desocupada en la cara para alejarla y zafó su brazo del cuerpo femenino.
—¿S-Sasuke-kun? —balbuceó la pelirosa aún con la mano del moreno en todo su rostro. Intentó retirarla, pero no cedía.
—Sakura —la llamó firme con voz irritada. Retiró la mano cuando la sintió tensarse y juntar los hombros como un cachorro regañado; ella lo miró con expresión abochornada—, cuantas veces te he dicho que no me acoses. No estoy interesado en ti, ni lo estaré, así que deja de perder tu tiempo conmigo y déjame en paz.
Vio sus ojos llenarse de lágrimas, pero no se quedó para verlas caer.
Sakura nunca había ido tan lejos; estaba disgustado pero sorprendido, y esperaba que con lo que le dijo (aunque haya sido cruel) dejara de estar atrás de él.
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Cuando fue a dejar la basura del aula en el depósito detrás del edificio del instituto, vio una pareja de otro paralelo besándose primero de forma tímida para luego volverse apasionado, metiendo mano por ahí y por allá. Cuando el chico comenzó a tocarle los senos, despabiló dándose cuenta de que se había quedado mirando como si fuera un pervertido. Botó la basura rápidamente y se regresó a su aula apartando su mente de la situación.
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—¿Sasuke-kun? ¿Qué te pasa? Estás distraído —le llamó la pelinegra.
—No es cierto.
—Resolviste el ejercicio equivocado… te dije que era de la página 122.
Ante esto decidió callar. La verdad era que sí estaba distraído.
—Pásame el libro, déjame buscar el tema que te tocará ver mañana.
Se le vino a la mente cuando Sakura casi lo besa el otro día y cuando vio a esa pareja acalorada detrás del edificio en su colegio. Inmediatamente se fijó en los labios de la peliazul.
Hinata no tiene novio ¿Verdad? Si no, mamá lo hubiera comentado… además a ella nunca la veo usando su celular cuando está conmigo.
Su mirada seguía fija en sus labios y su corazón se aceleró cuando los relamió. Él, inconscientemente, se inclinó sobre la mesa hacia ella y Hinata se lo quedó mirando como si le cuestionara con su suave y aguda voz si le pasaba algo.
—Hinata-san —tragó fuerte—¿Alguna vez has besado a alguien? —preguntó en un arranque de valentía, pero luego de hacerlo se sintió tonto; por muy inocente que se vea su vecina, Hinata tenía 22 años y era bonita, así que era obvio que ya había besado alguna vez.
Hinata se sorprendió ante su pregunta, pero luego se rio—Sí, Sasuke-kun. Yo ya he besado a alguien.
El pelinegro se sintió incómodo, Hinata lo miraba fijamente sonriendo y ya se estaba arrepintiendo de haber preguntado tal cosa en primer lugar. Aclaró su garganta para asegurarse de que su voz no sonara rara y decirle que debían continuar estudiando, cuando la peliazul se le adelantó.
—¿Y tú alguna vez has besado a alguien? —preguntó la morena con curiosidad.
Sasuke luchaba para que el sonrojo que quería salir no se notara, pero falló un poco. No sabía si mentirle o decirle la verdad. Vio que ella se veía tan serena como siempre, mientras que él sentía sus manos sudorosas. A Hinata no le podía mentir—No… no lo he hecho—dijo, desviando un poco la mirada, tal vez esperando alguna clase de burla.
—¡Vaya! Y con lo popular que eres en tu colegio —Hinata había estudiado en su mismo instituto y aun cuando ella estaba estudiando ahí y él apenas había entrado a la secundaria era bastante popular y, aún ahora, que ella siempre lo veía en cada San Valentín entrar a su casa con grandes bolsas de chocolates que había recibido a lo largo del día—, me cuesta creerte.
Nunca se había interesado en tal cosa, nunca le había llamado la atención, es más, podría decirse que hasta le disgustaba (por el intercambio de saliva y todo eso), pero no sabía por qué ahora de repente sentía tanta curiosidad, pero no lo suficiente como para hacerlo con cualquiera.
Miró los labios de la peliazul de nueva cuenta, fijándose en lo carnosos y rojizos que era y se sintió aún más avergonzado cuando Hinata lo atrapó.
Hinata sonrió divertida al ver el sonrojo del moreno y como este evitaba su mirada.
—Sasuke-kun ¿Quieres intentar?
Ante esas palabras el moreno volvió a mirarla rápidamente como en busca de alguna expresión de que había sido enserio la pregunta, y así era; ella lo miraba serena sin atisbo de burla (después de todo, Hinata no sabía mentir)—¿Qué? —preguntó incrédulo.
Hinata se inclinó sobre la mesa y su largo cabello se regó sobre esta—Que si quieres probar cómo se siente besar a alguien.
Toda su sangre se le fue a los pies y su corazón se aceleró descontroladamente mientras la veía fijamente. Tragó fuerte—Sí.
Entonces, Hinata se levantó y se sentó a su lado. Su corazón seguía latiendo desbocado y su cuerpo se encontraba tieso, como de piedra porque no sabía exactamente qué debía hacer.
—¿Nervioso?
—No.
Hinata sabía que estaba mintiendo, siempre sabe cuando Sasuke miente.
—¿No te molesta que yo sea tu primer beso?
—No.
Cuando el rostro de Hinata comenzó a acercarse, él también lo hizo. La peliazul iba cerrando los ojos, pero él no podía, tenía miedo de equivocarse. Sentía la respiración de Hinata mezclarse con la suya y su corazón estaba inquieto cuando sus labios toparon suavemente. Su respiración se cortó y cerró los ojos.
Los labios de Hinata se sentía suaves y tibios. Él estaba temblando, pero no sabía por qué.
Fue entonces cuando Hinata ladeó la cabeza y comenzó a mover los labios suavemente contra los suyos, y Sasuke la imitó. Se sentía raro en su estómago, no lo podía explicar.
Sentía que pasaban horas haciendo eso y su corazón no dejaba de latir raudo, sentía sus orejas calientes y sentía que no podía hacer más. Cuando sintió algo húmedo, caliente y carnoso pasearse por su labio inferior se sorprendió (sabía que era la lengua de Hinata), casi se aleja, pero se mantuvo quieto, otra vez se tensó. Se sintió caliente cuando las manos de Hinata tocaron sus manos y brazos suavemente, como si fueran subiendo por estos, y casi suspira.
No sabía muy bien que hacer o qué era lo que Hinata quería que hiciera, pero iba a abrir la boca…
—¡Sasuke! —escuchó desde el pasillo y su corazón casi se le sale del pecho, separándose ambos inmediatamente mirando hacia la puerta que aún seguía cerrada. Sintió un alivio recorrerle.
—¡Sasuke! —repitió la voz masculina.
Hinata se encontraba normal, pero estaba seguro que él lucía un desastre, sentía sus orejas y cuello arder. Se tomó un tiempo para saber que su voz no se cortaría—¿Qué pasó, Itachi-niisan? —alzó la voz para que este lo escuchara.
—¿No has visto mi pendrive? ¿No lo tienes tú? Se me ha quedado y tuve que regresarme desde mi trabajo…
—No lo tengo, pero lo vi en el escritorio de papá.
No podía mirar a Hinata.
Se sentía raro, no podía pensar correctamente, era como si el tiempo se hubiera detenido para él cuando se estaban besando y ahora le costara volver a la realidad.
—Ya lo vi, gracias. Nos vemos, Sasuke —después de eso escuchó la puerta de la casa cerrarse. Otra vez los dos se habían quedado solos.
Era un silencio pronunciado, Sasuke se encontraba incapacitado para hablarle; besarla lo transformó.
—Volvamos a los ejercicios, Sasuke-kun —le indicó Hinata después de un largo momento con su rostro calmado de siempre. El moreno obedeció silenciosamente.
Se había equivocado todo este tiempo; la acción de besar se sentía bien.
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Fin capítulo 1