Disclaimers: Sherlock pertenece a Steven Moffat, Mark Gatniss y BBC. Los personajes originales le pertenecen al grandioso Sir Arthur Conan Doyle.
Después del té
Molly observó a Sherlock desayunar las tostadas que le había preparado. El detective se había bañado y cambiado de ropa, usando un cambio que había dejado allí hacía mucho tiempo atrás cuando se ocultaba del mundo. Esto le había dado tiempo a solas para pensar, para poner sus sentimientos en orden.
Ahora que toda la ira, todo el dolor habían sido drenados, se sentía avergonzada. Estúpidamente avergonzada. Él no había hecho ningún comentario respecto a su confesión, nada que no fuera lo relativo al motivo por el cual le pidió que dijera esas palabras, y ahora no tenía idea de qué hacer. No sabía qué pensaba él al respecto, qué sentía.
—Estás inusualmente callada —observó él, todavía de espaldas a ella.
—Ya dije lo que tenía qué decir —contestó ella, uniéndosele en el mesón, pero evitando el contacto visual.
—Sé lo que estás pensando.
Como impulsada por un resorte, Molly alzó la vista. Vaya que el hombre sabía cómo atrapar su atención.
—No soy bueno entendiendo los sentimientos, Molly —dijo, con toda sinceridad—. Pero ahora sé que son importantes. Me tomó mucho tiempo entenderlo, y casi pierdo a personas importantes para poder reconocerlo —tú sí cuentas, casi pareció decirle entre líneas—. Quiero que sepas que aprecio mucho tu valor para decirme lo que sientes, y que lamento que haya sido bajo esas circunstancias, pero… —hizo una pausa, como luchando con lo que iba a decir para que no fuera tan rudo como de costumbre— no sé si pueda corresponderte.
—Sherlock, no… —Molly quiso interrumpirlo, pero él no se lo permitió.
—No me malentiendas —le urgió él, tratando de no echarlo a perder y que entendiera lo que en verdad quería decir—, eres mi amiga y me importas, pero no entiendo cómo funciona esto. Ni siquiera estoy seguro de lo que siento ahora, y no quiero lastimarte —no más de lo que ya lo he hecho, se guardó para sí.
Molly sonrió condescendientemente, sin rastro de dolor alguno en su mirada, sólo comprensión.
—Siempre estaré allí —dijo, apretándole la mano—. Tal vez algún día, cuando estés listo.
Sherlock sonrió, aliviado de que ella entendiera y no estuviera sufriendo por su causa.
—Tal vez —repitió, sin dejar de sonreír.
—¿Amigos? —preguntó ella, cambiando la posición de su mano para estrechársela.
—Amigos —concedió, apretando su mano.
Qué bien se siente, afloró el pensamiento en la cabeza del detective, pero éste fue eclipsado por la calidez de su sonrisa.
Don't kill me please, pero por lo pronto me cuesta ver a Sherlock iniciando una relación amorosa. Pero sí lo veo comenzando poco a poco, y la reafirmación de su amistad es sólo el primer paso. :)
Ah, por cierto, el título y la idea central fueron inspirador por susimuffin, un lindo anon qué comentó en "Lo siento, Molly Hooper", preguntando qué pasó después del té, y este es mi intento de contestar esa pregunta.
Fanfiction, 24 de enero de 2017.