Este será mi primero fict de una de mis parejas favoritas *-* Máscara MortalxHelena, disculpen si no queda muy bien y también por mis "horrores" ortográficos :c espero que lo disfruten :D (Contendrá un poco de Lemon, a sobre aviso no hay engaño)

CAPITULO 1: La aparición

Todo era confuso.

Sentía como volvía a renacer, sentirse de nuevo con vida, una nueva oportunidad.

-¡Ya levántate!- Le decía una voz con tono de orden.

Aquel individuo de tez ligeramente morena, un cuerpo haciendo evidencia de musculatura y cabello corto azulado como el fondo marino estaba tendido sobre el suelo cubierto de nieve.

-¡¿Te quedarás ahí hasta terminar congelado o qué?!- Le volvía a insistir esa voz pero con un poco más de desesperación resaltando que se estaba muriendo de frio.

Unos ojos azules de color azul como el fondo marino comenzaron a abrirse.

-Hasta que por fin despiertas, Máscara Mortal- Volvió a decir aquel individuo, abrazándose así mismo intentando aminorar el frio pero sin éxito.

-¿En dónde estoy? ¿Qué fue lo que pasó?- Cuestionaba el santo de Cáncer confundido, como si su alma aun estuviese buscando su cuerpo -¿Afrodita?- Volvió a cuestionar.

-No hay tiempo para explicaciones, levántate pronto y busquemos un lugar en donde refugiarnos antes de morir de hipotermia- dijo autoritariamente el santo de Pisis tomando la caja de sus armadura para seguidamente ponerla en su espalda caminando hacia una pequeña ciudad que no estaba muy lejos de ahí.

-¡Espera un momento!- Gritó Máscara tomando rápidamente la caja de su armadura que estaba a un lado de él, echándola a su espalda para encaminarse a seguir a Afrodita.

Afrodita era el más hermoso de los doce caballeros dorados que protegían a Athena. Su piel era tan blanca, un cuerpo bien formado, su larga cabellera agua marina y sedosa, no podían pasar desapercibidos esos hermosos ojos tan azules como el cielo, el lunar bajo su ojo izquierdo y esas delicadas facciones. Pero uno no se tenía que dejar llevar por su apariencia ya que era tan venenoso como las rosas que utilizaba para acabar con sus enemigos.

-Gracias por esperarme Afrodita- Reclamaba Máscara Mortal logrando emparejarse con su compañero.

-¿Qué ciudad es la que está más adelante?- El caballero de Pisis señalaba hacia enfrente con el índice.

-¿Y cómo quieres que sepa?- Contestó molesto el peli-azul.

-Tan amable como siempre- Se burló su compañero.

Cáncer bufó.

Continuaron caminando aproximadamente media hora, el frio iba disminuyendo cuando se iban acercando a esa misteriosa ciudad, llamaba mucho la atención un enorme árbol que se encontraba un poco alejado, pero por su gran tamaño, se podía ver perfectamente desde lejos.

-Máscara, pregunta qué lugar es este.

-No me hagas mandarte al otro mundo de nuevo, no que fuera tan buena gente para hablarle como si nada a alguien más, suficiente tengo contigo- respondió de mala gana- Aunque pensándolo bien… ¿por qué volvimos a la vida?- su tono de voz se suavizó solo un poco.

Afrodita lo ignoró y siguieron caminando, en eso, miró a una joven en un puesto de flores y no dudó en acercarse.

-Discúlpame linda- le hablaba con amabilidad mientras se acercaba al puesto- somos extranjeros y nos hemos perdido un poco, ¿nos podrías decir cómo se llama esta ciudad?

-¡Claro!- respondió la joven con una gran sonrisa- están en la ciudad de Asgard.

-Así que Asgard…- pensó Máscara Mortal.

-Muchas gracias, y ahora como última pregunta… ¿sabes de algún lugar en donde podamos dormir por unos días?- volvió a preguntar Afrodita en su mismo tono amable.

-Por supuesto- dijo ella alegremente- a seis cuadras de aquí y luego a la izquierda otras 4 cuadras encontrarán una posada en donde les podrán dar alojamiento- terminó de hablar.

-Muchas gracias linda- decía coqueto- nos retiraremos.

Dicho esto último, reanudad su marcha, Afrodita se despide moviendo su mano en señal de adiós y la joven le responde con el mismo gesto. El peli-azul camina detrás del santo de cabellos agua marina mirando de reojo a la muchacha.

Después de haber caminado la distancia que les había mencionado la joven, llegaron a ese lugar. No era muy lujoso, era más bien rústico, pero se miraba acogedor. Luego de que Afrodita apartara habitación para él y su compañero, lo primero que hizo Máscara Mortal fue ir a un catre que se encontraba dentro de la habitación y dejó su armadura recargada en la pared frente a él. La luz pasaba por la ventana que se encontraba ahí mismo. El santo de oro se encontraba confundido.

Afrodita entró tranquilamente a la habitación.

-¿En qué tanto estás pensando?- Cuestionó el santo de pisis.

-¿Cómo es posible que mantengas esa tranquilidad, Afrodita?- Respondió molesto- Estamos vivos quien sabe cómo, aparecimos en medio de quien sabe dónde y no tenemos ni la mínima idea de lo que tengamos que hacer aquí.

-Debe ser una nueva vida que se nos ha otorgado- Contestó tranquilamente –quizás tengamos alguna misión que cumplir

El santo de Cáncer se quedó pensando por un momento. Sí que le parecía extraño haber vuelto a la vida por obras de algún personaje que aún desconocía, pero no se la hacía tan mala idea vivir esa nueva oportunidad como él creía que tenía que ser.

-Sabes, florecita- Por fin habló Máscara, haciendo que Afrodita frunciera el ceño en señal de molestia al haber escuchado semejante apodo- Debe de ser algún milagro después de haber perdido la vida en el muro de los lamentos y no me parece nada mal- El caballero de Pisis ya se estaba imaginando hacia donde quería ir su compañero- yo digo que nos olvidemos si tengamos alguna misión, cosa o lo que sea que tengamos que hacer y gocemos el momento- terminaba de halar más animado pero con una sonrisa de malicia.

-No me digas, ya me imagino que volverás a tus viejas andadas- contestó Pisis sin asombro alguno.

-No quieras fingir desinterés, que tú también eras así, rodeado de mujeres hermosas y bebidas por montones cuando escapábamos por momentos del santuario- Máscara puso de nuevo esa sonrisa de malicia al contestarle.

-Lo admito- sonrió Afrodita- la verdad si extraño esos días, cuando todas se acercaban a mí por mi belleza y tenerlas a mis pies con esas hermosas rosas que les solía regalar. Quien diría que con unas cuantas que les entregara por unos días, ya las tenía acariciando su suave piel en mi cama.

-Ni hablar de mí embriagándome de sus perfumes y su placer…

Y así empezaron ellos dos, contando de sus experiencias con las mujeres anteriormente por un rato. A decir verdad, ni uno de los dos tuvo alguna relación seria anteriormente y no planeaban tener una ahora; pensaban en aprovechar al máximo esa nueva vida haciendo y deshaciendo, dejar de lado sus responsabilidades de santos dorados y dedicarse a beber y buscar mujeres para sus propios placeres.


Continuará :D

Bueno, ya se que no es el mejor comienzo -.-' la verdad batallo mucho cuando quiero comenzar a escribir una historia nueva D: ya conforme vaya pasando voy mejorando (creo x.x)

Espero que les guste esta historia, yo suelo actualizar pronto, dependiendo de mi tiempo, suelo organizarme un poco para hacer todo :3

Bueno, eso sería todo, ¡Nos leemos en el próximo capítulo! :D