NT: Holaaaaa, bien, solo para aclarar este fic NO ES MIO, solo es una traduccion, la historia original la pueden encontrar en AO3. Y pues nada, ojala les guste ;)
Yuuri sabía que el realmente no debería estar aquí, no ahora, definitivamente no estando solo, no separado de sus hombres en el hotel a unas cuantas diez cuadras de donde el estaba supuesto a estar en los próximos días, no en un lugar que no era seguro para alguien como él, ciertamente no con la idea peligrosa de que tal vez podría encontrarse con alguien para pasar la noche.
La reunión no estaba prevista por pocos días, desde luego, ciertamente no estaba previsto que se llevará a cabo en un modesto bar en el área de San Petersburgo, donde los extranjeros ni siquiera pensaron en aventurarse, y mucho menos se atrevian a hacerlo. No estaba supuesto a pasar por el licor fuerte a las rocas en un bar lleno de rusos cuya percepción del volumen y el espacio personal estaba en una linea diferente a la suya.
Sin embargo, aquí estaba, estúpidamente de pie cuando aquel liquido bajo por su garganta, como siempre, le hizo sentir nauseas, sentirse enfermo, con esa sensación que nunca podría describir, porque aqui estaba la imagen completa de su vida, todo sobre esa pequeña pieza del rompecabezas faltante de la cual nunca podia dejar de pensar, hasta el punto en el que el resto del rompecabezas ni siquiera le parecia jodidamente relevante nunca más.
Así que se sentó en la barra del bar en un banquito con el pecho agitado y se tomó todo su trago. Esta era una tipica multitud rusa a la cual Yuuri nunca se acostumbraría incluso si él viniera aquí cientos de veces, todos ellos estaban felices y eran ruidosos, ruidosos y demasiado entusiasmados con sus bebidas, el aire estaba envuelto con ese humo de cigarrillo cliché que
no tenia problemas con respirar, que tenía ese don de nublar las inhibiciones y el juicio de la gente, el simplemente se quedo ahí, en espera, hasta que pudiera deslizarse en la próxima víctima que tuviera demasiados shots encima.
Había un grupo de hombres con trajes baratos en la esquina que parecían estar compartiendo una copa después del trabajo, sus sencillas chaquetas negras no les quedaban del todo bien, sus corbatas no eran lo suficientemente finas, sus zapatos no brillaban como deberian - en resumen, hombres de negocios y nada más. Nadie que le pudiera interesar.
Había un poco de todo en la mesa junto a ellos, hombres vestidos casualmente con camisas y pantalones abiertos y medio abotonados, las mujeres con el pelo desordenado y jeans demasiado ajustados, les tenia sin cuidado el todo mundo, todos con la intension de beber hasta el fondo sus copas con las esperanzas de embriagarse y conseguirse a alguien para irse a casa esa noche. Por lo tanto, no hay nadie que le pudiera interesar ahí tampoco.
La mayor parte del ruido venía de un grupo de hombres de mediana edad decididos para beber juntos, unos tenian manchas de grasa permanentes en sus manos callosas que no serían capaz de ocultar lo que hacían para ganarse la vida, uno ya estaba cayendose en el suelo hecho un desastre, otro con traje barato y corbata se dejó caer sobre la mesa, un tipo con una camiseta ajustada y demasiado músculoso de lo que Yuuri podria considerar natural. El otro hombre en la habitacion lo estaba observando de vez en cuando, como si tuviera algo que decirle, pero no sabía lo que era. Esa era una noche habitual entre viejos amigos, Yuuri supuso que no encontraría compañía de ninguno de ellos.
Por ahí había un grupo de mujeres de mediana edad todas con el mismo uniforme de oficina, compartiendo una botella de vino rojo que se estaba vaciando a una velocidad asombrosa, tambíen había una pareja de amantes exagerados que bien podrían irse a una habitación porque estaban susurrandose dulces y enfermizas palabras sobre casarse, y hacerse viejos juntos y todo lo normal que los amantes podían hacer con sus vidas, estaban las clasicas personas tranquilamente con su cerveza en una esquina quienes sus ojos contaban historias que Yuuri podria haber tenido el suficiente interes en escuchar algun día, si no fuera por su propio rompecabezas que estaba mucho más interesado en acabar.
Por encima de todo, eran personas por las cuales Yuuri no necesitaba preocuparse. Un grupo de gente sentados directamente detrás de su lugar en el bar, era un grupo grande, un grupo de hombres de traje, que estaban realmente en forma, porque de hecho les quedaban realmente bien, hombres con relojes ridículamente caros que brillaban bajo las mangas de sus camisas, junto con grandes piedras de ónix y diamantes en sus dedos. Los cuales descansaban en el lugar como si fueran los dueños, ya que, efectivamente, eran los dueños del lugar, tenian cargadas sus Berettas* en el cinturón y a nadie mierda le importaba quien los viera
porque su grupo era mucho más grande de lo que este pequeño bar en un discreto rincón en San Petersburgo era. A el ellos no podrian importarle menos, Yuuri conocía a los de su tipo por demasiada experiencia, sintió el peso de sus miradas demasiado confiadas en su espalda, sólo sería cuestión de tiempo antes de que uno de ellos lo intentara, si Yuuri tuviera a alguien con quien hacer una apuesta, lo haría. No obstante, Yuuri se quedó a esperar.
La nube de humo que empañaba sus lentes se mantenia, el bullicio subia y bajaba, y Yuuri se preguntaba en que categoría la gente lo habria puesto cuando le veían. No es que le importara, Yuuri podría ser cualquier cosa aquí, y era mejor para todo el mundo si todos ellos tenian sus propias supociciones ingenuas, la atencion fuera de lugar de su traje que era tan simple en blanco y negro, pero era más caro que cualquier otro atuendo en este lugar, con su estilo de cabello peinado hacia atras y su exprecion tranquila, observando en silencio, sentandose como un solitario compañero de bebida. Mucho mejor para la gente asumir eso, Yuuri concluyó.
Fue mucho antes de lo que Yuuri esperaba, cuando uno de los hombres de la mesa de atras sacara un banquillo junto a él, arrastrando desagradablemente las patas de madera sobre el suelo, sacó el asiento deliberadamente en dirección a Yuuri y se sentó con el movimiento intensional de hacer que sus muslos se frotaran por de bajo de la mesa. "Aquí vamos" pensó Yuuri.
Para los estándares de casi cualquiera, de lo que sería considerado atractivo, un rubio teñido con cejas gruesas, mandíbula marcada, llevaba mejor su orgullo de lo que llevaba el traje que traia puesto, el brillo en su ojos color avellana decian que estaba lleno de arrogancia.
-Parece que necesitas un poco de compañía. - llegó el saludo excesivamente caliente por parte del otro con un vaso de lo que había estado bebiendo durante toda la noche deslizandolo a traves de la barra hasta llegar justo delante de él, la mano del desconocido se quedo en la barra sólo a unos centimetros de la de Yuuri, de forma atrevida y con un toque de altaneria.
Todo lo que Yuuri podía hacer era suspirar, apreto su copa y tomo un respiro antes de relajarse una vez más, podía sentir todas las miradas de sus acompañantes detrás de el, viendole como interactuaba con su extrovertido amigo que se sentia que era como un regalo de Dios en una noche.
-Gracias. - Yuuri resistio antes de comenzar a beber de su copa.
Era casi divertido observar al hombre volver a coquetearle, sus ojos marrones llenos de confusion, antes de que él se riera inclinandose un poco más cerca.
-¿Quieres desperdiciar tu bebida? Me parece bien. -
Yuuri se encogio de hombros
-Se podría decír. -
Así que otra vez, recorrio con la mirada de arriba abajo el delgado cuerpo de Yuuri sin ningún intento de ocultar el hecho, y si Yuuri no fuera tan bueno en jugar este juego entonces su personal tendria que terminar esto en seguida.
-¿Entonces que te trae a San Petersburgo...? - dijo en forma de pregunta abierta para que Yuuri pudiera añadir su nombre al final, lo que desde luego no iba a suceder.
Yuuri volvio a encogerse de hombros, revolviendose, dejando al segundo tener que adivinarlo.
-Creo que se puede decir que estoy aquí por negocios. - y no pudo evitar reírse de sí mismo, porque era por negocios por lo que estaba aquí, y el odiaba eso porque siempre fueron los negocios lo que lo llevaban hasta este punto.
Fue en un mal momento de verdad, o de alguna forma sospechosa la sincronización por parte del desconocido, ya que Yuuri estaba casi por terminarse su bebida, y por supuesto el aire estaba lleno de tensión mientras el se pedia otra copa para sí, en lugar de beber la que le había ofrecido.
La mesa de atras de el se quedó en silencio, el hombre junto a el se inclinó más aún, su confianza se estaba volviendo claramente vulnerable por esto que no había visto venir.
-Es grosero rechazar algo que alguien ya te ha dado. - arrastraba en tono plano cerca del oído de Yuuri, haciendole querer golpear la cabeza del sujeto contra la mesa.
Las cosas se intensificaron mucho más rápido de lo que Yuuri había pensado, el camarero les estaba mirando con nerviosismo, podía oír arrastrar las sillas de atras, y con una sonrisa de falsa disculpa Yuuri le empujó la copa de vuelta
-Es toda tuya entonces. -
Por supuesto que Yuuri no iba a aceptar una bebida que no había visto ser servida delante de el, podría haber parecido vulnerable pero no era estúpido.
Eso parecía ser suficiente prueba de que Yuuri podría ser una amenaza real en este lugar, un hombre se estaba levantando de su asiento, tratando de amenazar por la espalda a Yuuri
-Ahora, esta claro que estás aquí para una buena.. -
-Chris, sientate y dejalo en paz. -
Fue entonces cuando Yuuri se dio cuenta
de que todo a su al rededor se había tranquilizado, lo tenso que se había puesto Chris al escuchar la suave voz de atras, y así Yuuri se había encontrado con alguien que era exactamente lo que habia estado buscando.
-Jefe, el es sospech.. -
-Siéntate. - el tono plano en su voz no dejaba lugar a ningun tipo de replica, sólo un tonto podría cuestionar una orden tan llena de autoridad como esa. Yuuri se estremeció.
Para la serenidad y calma de Yuuri, su aliento le traiciono al apoderarse de su garganta, su piel se estremecio bajo la tela de su traje como si esta le estorbara, el recién llegado simplemente le sonrió, se sentó en el asiento vacio y se acercó a la barra.
-Causando problemas en mi bar ¿no es así? - decía el hombre recien llegado, tenia el cabello color plata que lograba distinguirse incluso a través de las nubes de humo espesas. Con un tono bromista y desafiante, Yuuri podría haberse reído, querría haberlo hecho también, tambíen hubiera querido quitarse la chaqueta y la estupida corbata y dejarse ahogar en los ojos color mar de este hombre, pero todo lo que Yuuri hizo realmente fue sacudir la cabeza y comprar otra bebida.
-Bien, esta bien entonces. - el sujeto se tomo un trago de algo que le había servido el camarero en el instante en el que se sento.
-Eres guapo. - arrastro las palabras tranquilamente mientras el recién llegado observaba las botellas almacenadas en los estantes de atras de la barra, desde este ángulo Yuuri podía ver su mandíbula esculpida, sus pestañas largas plateadas y las delicadas curvas de sus labios, pudo ver su recién cortado cabello y el suave vello en la nuca de su cuello, podia ver como el cuello de la camisa ajustaba de forma perfecta en su cuello, le quedaba perfecta la chaqueta sobre sus hombros bien formados, un traje tan simple y sin embargo tan costoso. El verdadero poder no necesitaba ser tan pretencioso, concluyo Yuuri.
-Eres guapo. - Yuuri no podia evitar decirlo, era incapaz de hacerlo, porque ademas era cierto.
Eso le valió una sonrisa satisfecha y tranquila, no una arrogante, pero este carisma desbordante, Yuuri lo encontraba más embriagador que el alcohol que había estado bebiendo.
-Se que lo soy. -
Y eso fue todo, se sentaron ahí bebiendo y conforme avanzo la noche al rededor de ellos, compartiendo bebidas, con cada minuto que pasaba el traje que Yuuri había encontrado comodo antes lo comenzo a sentir pesado, el silencio entre ellos era intimo, y esta intimidad que había entre ellos, era algo que todos podian notar, y Yuuri no podia soportarlo.
-Vic.. - comenzó.
-Sin nombres, hay demasiados ojos mirando. - le corto Victor haciendo una mueca, la nostalgia de no poder oír su propio nombre salir de los labios de Yuuri despues de tanto tiempo de no haberlo escuchado, fue visible la frustracion en su rostro.
Todo el autocontrol que Yuuri había estado teniendo le dejo cuando Victor se inclinó sobre el por un momento y deslizo algo en el bolsillo de su chaqueta, una fugaz mirada del rompecabezas completo que Yuuri jamas penso tener
-Habitación 104 en mi hotel a dos cuadras de aquí, nos vemos pronto. -
Siempre fue de esta forma, alejándose de el, y era lo peor porque había estado esperando tanto puto tiempo solo para verlo, pero esta era la única vez que el no tuvo que cuidarse la espalda, porque Victor lo hizo por el durante toda la caminata de Yuuri hasta la puerta, Chris lo miro con desagrado y superioridad como si Yuuri acabase de ser despedido por su jefe, los otros hombres no hicieron ningún esfuerzo por ocultar su mirada persistente mientras observaban el elegante paseo de Yuuri hacía la salida.
Eran pasadas de la medianoche, y Yuuri capturo la perspicaz mirada de Víctor justo antes de pasar a través de las puertas de salida, sabía que la noche solo acababa de comenzar ahora. Esos ojos estaban puestos en el y solo en el, como Yuuri siempre deseo que fuera.
Camino dos calles hacía el hotel, como Victor le especifico, las farolas de la calle alumbraban su caminata, los conductores nocturnos y los taxis rapidos pasaban con un siseo de neumáticos cada pocos minutos, pero aparte de eso, Yuuri estaba solo. Sin la mirada penetrante de Victor en su espalda
Yuuri sintio como que tal vez debería rendirse y regresar su propia habitacion, este siempre iba a ser el resultado final no importa lo que pasara entre ellos, pasar el tiempo con Víctor no hacía más que retrasar la realidad de sus responsabilidades, el peso sobre sus hombros y la cruda verdad de quien era. Era jodidamente gracioso, porque ¿cómo es posible que alguien con tanto dinero y poder como el no tubiera una cosa tan simple?
Era porque había gente más poderosa, más influyente y más estupidamente rica que el, y los secretos eran los mejores elementos de negociación para la gente que juega este juego.
Así que de todos modos termino en la habitacion 104, porque lo importante que era estar un día con Victor era algo que Yuuri no podria nombrar, un respiro momentáneo en su búsqueda de la pieza faltante de su rompecabezas, y el fin del malestar constante en su estomago que le decia que algo estaba mal cuando en realidad no pasaba nada malo.
Puso la tarjeta de acceso en la mesa del pasillo de la suite y se quito sus zapatos de cuero italiano, y gracias a la fiel capacidad de observación de Victor, siempre interesado cuando se trataba de Yuuri, había escogido una habitación que haría a Yuuri sentirse como si estuviera entrando en un mundo diferente de en el que vivia; un lugar donde la identidad no tendria ninguna influencia.
Las paredes con paneles blancos hasta las cornisas doradas y el techo recientemente pintado, la alfombra era gruesa y lujosa con estanpado de colores y flores brillantes, las cortinas de terciopelo caían hasta el suelo, y los cojines de los sillones eran excesivamente esponjosos y con adornos dorados.
Una suite hecha para un rey en alguna otra época, Victor era realmente ridículo a veces.
El dormitorio era lo mismo, una cama con cuatro postes estampado de damasco, un total de 57 cojines de diferentes formas y tamaños en la cama, lamparas doradas en las mesas de noche, el baño tenía una enorme bañera de cobre, la cocina de la suite estaba llena de cualquier cosa que Yuuri pudiera querer, sus Pockys favoritos traidos desde Japón, Sake y un juego de copas para poder beberlo, sushi, helado de té verde y cualquier otra cosa que hubieran comido juntos antes, que para su pesar, no era mucho.
Realmente era tipico de Victor, el había pensado en todo.
Yuuri no tenía idea de cuanto tiempo más tardaria Victor, o si más tarde tendria que avisarle a sus hombres sobre una posible pelea potencial, tal vez tendría que lidiar con ellos por si mismo después de todo.
Así que termino esperandolo, en la tranquila oscuridad de la habitacion de la suite, apoyando los pies en el sillon, juguteando con los botones de la chaqueta, el traje era en realidad comodo, no era demasiado apretado alrededor de los hombros o por debajo de las axilas, tenia el espacio suficiente para guardar cosas cuando lo necesitaba, y el lo necesitaba todos los días de su vida. Se forzo a tranquilizarse así mismo, porque si no se calmaba entonces tendría esta ansiedad, desesperado por ver ya a la unica persona que entraria por esa puerta. Al final el solo se quedo juguteando con los botones aún más, dudando entre si tomar todo el peso del mundo sobre sus hombros o dejarlo ahí, así Victor podria tomarlo por el.
No podía decir si paso un minuto o una hora, en el momento en que escucho el 'clic' en la puerta de entrada, seguido del golpe seco del seguro en la puerta, porque Victor era cuidadoso también.
Siempre fue así, en este desesperado intento de encuentro casual, Yuuri se quedo en su lugar en el sofá deleitandose con la llegada de Victor a traves del pasillo corto, ya se había quitado los zapatos y aflojado la corbata, ahora estaba desabrochandose los botones de la chaqueta, y esta probablemente era su rutina diaria, no era realmente nada significativo o especial para Victor, pero Yuuri solo llegaba a ver esto dos veces, tal vez tres veces en el año si tenía suerte. Y nunca se cansaría de ello.
-Bienvenido. - Yuuri suspiro, era imposible contener su sonrisa, se detuvo de no levantarse del sofá para caminar hasta Victor, aunque el tambien estuviera exactamente como el, ahí de pie, con asombro mientras observaba el hecho de que Yuuri estuviera realmente ahí, delante de el.
-Yuuri. - suspiro, y no era justo que lo primero que Víctor llegara a decir fuera su nombre, la forma en que lo dijo, como si estuviera siempre en sus labios, como si hubiera estando practicado en secreto para lograr que se deslizara de su lengua perfectamente, como si hubiera estado esperando para decirlo durante todo este tiempo.
-Habías dicho que sin nombres. - Yuuri bromei mientras daba un paso mas cerca, hasta quedar pecho a pecho y cadera con cadera, y era tan familiar para el cuando estaba con Víctor, el todavía no podía evitar ser tímido.
-Ahora estamos bien. - Victor bromeo, mientras acercaba más hacia si a Yuuri, hundiendo la nariz en su cabello y haciendole cosquillas con su aliento cálido y risa tranquila.
-Lamento haberte hecho esperar. -
-Deberías. - Yuuri resopló en el traje de Víctor sintiendose relajado por primera vez en la noche, sus musculosos brazos lo abrazaron con más fuerza, lo acercaban, y Yuuri habría sido feliz quedandose justo así, hasta que el tuvo que apartarse.
-Tu sabes que lo siento. - y la forma en la la voz de Víctor se quebro, la forma en que se quebro porque no solo estaba hablando de haber hecho a Yuuri esperar durante mera media hora o lo que fuera, era otra cosa, otra cosa que Yuuri odiaba de toda esta farsa.
Ese titubeo en el borde de su patética angustia, era una señal en parte, para comenzar de nuevo y tratar de volver a la normalidad.
Y así fue siempre, el ayudaría a Víctor a quitarse la chaqueta y la tiraria sobre el posamanos, o la mesa, incluso en el suelo, porque quitarse su propia chaqueta era inferior en comparación en ayudar a Victor, desataria las fundas de sus armas sobre su pecho, la camisa almidonada limpia con correas de cuero negro que pasaban bajo sus axilas y se entrecruzaban en su espalda, un par de Glocks* discretas, y ver la imagen real de Victor Nikiforov el joven líder de una de las más antiguas familias de la mafia en Rusia era solo completada con un par de armas puestas en el. Él era la personificacion del peligro, era distante y despiadado, alegre y también implacable, para Yuuri era el riesgo y la recompensa a la vez, y tal vez por eso había retrasado lo inevitable por tanto jodido tiempo, porque la recompensa superaba infinitamente más el riesgo.
-Me sorprende que no te hayas quitado las tuyas todavia. - Victor comento mientras le devolvia el gesto, sus cuidadosas manos quitaron la chaqueta de sus brazos, con toques tentativos que permanecian con angustia, viajando hasta su pecho mientras los finos dedos de Victor se posaron sobre las Colts* de Yuuri.
-Yo.. no quería ser molestado. - Yuuri bromeo, dejar que Victor hiciera esto era extrañamente importante para él, a nadie más le permitia nunca tocar sus armas, así que sentia que tal vez si Victor lo hacía el podía engañarse a sí mismo, engañarse con que las armas no eran necesarias, cuando la verdad era, que las necesitaba estando con Victor, especialmente estando con Victor.
Víctor se rió, sus ojos brillaban, porque lo sabia.
-Si tu lo dices. - y saco las pistolas de sus fundas y las coloco en el banquito de la cocina de la suite, se deshizo de las hebillas de Yuuri una por una y levantado las correas y quitandoselas.
-¿Mejor ahora? - pregunto Victor cuando termino de quitarselo, y si, estaba mejor, ambos parecían gente normal justo ahora.
-Mejor. - confirmó Yuuri.
Cualquiera podría pensar que después de verse de manera esporádicamente en todo este lapso de tiempo, comenzarían a besarse freneticamente y follarian con urgencia, y tendrian sexo durante toda la noche hasta el amanecer, ese cliche que se pensaba cuando las parejas pasaban mucho tiempo separadas, demasiado tiempo separados en su caso, pero con ellos siempre fue en este ritmo constante, como si fueran a conocerse nuevamente.
Entonces Victor guiño con sus estupidamente bonitos ojos y condujo a Yuuri hasta la habitacion, donde se caerían encima de las todavia frescas sabanas, y sintiendose como personas reales en la presencia del otro, donde no hay peleas, no hay armas, no hay un monton de reglas que les decían que ellos debian odiarse incondicionalmente. Victor se apoyo contra la cabecera de la cama y Yuuri se acomodo contra su pecho viendo hacía el techo, y tuvieron una pequeña charla sin sentido que significaba mucho más que el dinero para Yuuri.
Victor tomo sus manos y jugaba con sus dedos mientras le preguntaba como fue su dia, como fue su vuelo desde Japon, si había estado comiendo adecuadamente, si habia estado durmiendo lo suficientemente bien, habían hablado de una pelicula que habían visto pero no estando juntos, como amaron y odiaron las mismas partes y luego se hicieron estupidas promesas vacías de que les gustaría verla la próxima vez juntos, cuando ambos sabían muy bien que eso era imposible.
Esto es lo que Yuuri quería. Estar con Victor sin tener que esconderse, el Victor que se reía como niño y sacudia su conciencia, quien sacudia su determinacion y su juicio y le hacía pensar por un instante en tal vez tirar todo por la borda porque esto no seria la cosa más estúpida que jamás podría hacer en su vida.
Este Victor que era humano y no era esa figura que todos conocian en el bajo mundo, con quien estaba destinado siempre a encontrarse para las tensas negociaciones en las que apenas un movimiento en falso podría joderlo todo. Yuuri odiaba su papel en todo esto, el hecho de que el fuera tan jodidamente bueno en su propia parte del maldito rompecabezas como la estupida pieza faltante de este.
Por lo que caerían de nuevo en este silencio incomodo porque ninguno de los dos sabian realmente de que hablar, porque si hablaban de todo lo que deberían de hablar, sobre sus sentimientos y emociones y que lo que tenian era real y no solo lo que todo el mundo veía en el exterior, entonces sería demasiado dificil para seguir alejandose. Era lo suficientemente dificil ya.
Yuuri estaba hecho para ser despiadado una vez que había tomado una decisión, firme en sus ideales, inquebrantable y determinado, ese era el porque era tan bueno en su trabajo, por lo cual existia en este mundo en el que vivía, pero nada de eso se funcionaba cuando se trataba de Víctor Nikiforov.
-Victor...- Yuuri habló, dejando salir de sus labios el nombre de Victor y que el sonido llenara la habitacion.
-¿Mm? - Y Victor le abrazo tan jodidamente fuerte como si no supiera como dejarlo ir, igualmente lo único que quería hacer era mantenerse en este abrazo.
-No puedo seguir con esto. - Y por 'esto' Yuuri ni siquiera sabía de lo que estaba hablando, estos encuentros a escondidas, estar fingiendo, o esta cosa que tenía con Victor que eventualmente los mataria a ambos.
El cálido pecho detras de su espalda había aumentado su respiracion, estaban al borde del caos que solia enredarse entre ellos cuando extrañamente tomaban lados opuestos, y de repente Yuuri estaba sobre su espalda. Victor lo miró con una expresión que Yuuri jamas queria ver, con angustia y dolor y Yuuri se odiaba a sí mismo porque Victor se veía mejor cuando tenía una sonrisa en el rostro.
-¿Que quieres de mí, Yuuri? - la voz quebrada de Victor era como cristal sobre su piel cayendose en su garganta.
-Nada. - todo lo que Yuuri dijo fue verdades a medias, porque no había nada que Victor le pudiera dar, aparte del propio Victor, y eso seria todo para Yuuri. Oh, y Yuuri sabía que era lo suficientemente egoísta como para tomar a Víctor del mundo, pero no era algo que el pudiera pedir.
-Solo dime la palabra, Yuuri, y lo hare, voy a correr si quieres, dejarlo todo si lo necesitas, pelear si tengo que hacerlo, solo dilo, pero no digas nunca más que no puedes. - y no fue justo que Victor dijera las palabras exactas que Yuuri quería escuchar, jurarle con toda la convicción de un hombre que podría bajarle las estrellas del cielo, y esto es lo que realmente hacia que su corazón latiera.
Para cualquier otra persona parecería una jodida locura, para cualquier otra persona pero Victor.
El Víctor que conocia y que admiraba de lejos desde que era un niño, le enseño que moriría si alguna vez decidia cruzar esa linea.
-No puedo engañarte, ¿cierto? - Yuuri suspiró mientras observaba la sonrisa volver al rostro de Victor, porque podía hacerlo, podría seguir viviendo su vida con la persona que rapidamente se estaba convirtiendo en alguien sin quien no podría vivir.
Victor era más fuerte que el, lo suficientemente fuerte como para reunirse con el, lo suficientemente fuerte como para decirle 'vamos a quemar al mundo' era lo suficientemente fuerte como para soportar la carga, todo lo que Yuuri tenía que hacer era decirlo. Aquí y ahora, y Yuuri pensó que en realidad sí podía.
-Realmente no puedes. - Victor bromeó, sus ojos se suavizaron y llenaron de todas las cosas que nunca le dijo -Se mi novio, Yuuri, solo por esta noche. Se que lo quieres. - y Victor se mantuvo frente a el esperando, porque no sabía cual sería su respuesta, esto no había ocurrido muchas veces antes. Yuuri no quería ser nada más el novio de Victor Nikiforov, el quería que todo el mundo de mierda supiera que Victor era suyo y de nadie más, hasta el punto donde la codicia casi se lo tragaba entero.
-Esta bien. - Yuuri suspiro. Viendo la deslumbrante sonrisa de pura alegria en el rostro de Victor, valia la pena todo el tiempo, la forma en que sus ojos se iluminaron cuando Yuuri pensó que no podrían brillar más de lo que ya lo hacían, el brillo de sus dientes blancos y el rubor de color rosa en sus mejillas que florecio cuando Victor se emocionaba. Victor no podía engañarlo tampoco.
-Besos de novios, ya sabes. - fue la ardiente sugerencia.
-¿Besos de novios? - Yuuri fingio ignorancia -No lo se, nunca he tenido un novio antes. -
Victor jadeo ofendido, haciendo que Yuuri se riera antes de que pudiera evitarlo
-Cínico.. Siempre he sido tu novio, ¿recuerdas?. - Victor frunció los labios en un puchero, su sonrojo se intensifico, y Yuuri se rió un poco más. Se sentía jodidamente bien cambiar estando con Victor, quitarse la mascara y dejar a su verdadero yo.
Ahora que estaban en este punto, realmente no había vuelta atrás, no podia regresar a su habitación como había pensado antes, sin volver el tiempo para no encontrarse con Victor a solas, sin ojos ni oidos espiandolos, sin volver atrás a la normalidad y el control como se había sentido alguna una vez sin Victor en su vida.
-Muéstrame como se besan los novios entonces. - Yuuri no estaba preguntando.
-Como desees. - y una vez más Yuuri sólo podía deleitarse con la satisfacción de que los ojos de Victor eran solo para el, su novio de una noche cerró la brecha y finalmente le dio un beso.
Fue entonces cuando las cosas se pusieron desenfrenadas, apresuradas y demasiado entusiastas para alguien de su edad, porque la boca de Victor estaba sobre el, succionando su lengua y mordiendole el labio inferior, el sonido de sus besos húmedos lleno la habitación, obseno, ruidoso sobre el profundo silencio y a continuación los hábiles dedos de Victor estaban en los botones de su camisa, desabrochandolos uno por uno hasta que la abrio, dejando besos que le qumaban arriba y abajo sobre su piel, en un esfuerzo por recuperar tanto tiempo perdido.
Dejando besos a traves de su garganta, a través de su pulso acelerado y detrás de su oreja.
-Quitatelo. - Victor tiró de su camisa mientras susurraba sobre la piel de Yuuri -Quiero verte. -
Yuuri estaba a la mitad de desabrochar los botones de Victor tambien, porque no era justo en absoluto, porque el ni siquiera había llegado a ver el cuerpo de Victor aún, sus musculos marcados por el trabajo duro, a pesar de su cuerpo flexible, la cicatriz que tenía en la cadera de cuando hubo un mal entendido entre ellos y Yuuri había clavado un cuchillo sobre el, pero ni siquiera podria haber dicho que no, no cuando el tono de Víctor era profundo y estaba lleno de promesas no dichas y llamas que estaban esperando poner todo en fuego.
Así que se sentó, medio duro ya, dejando a Victor quitarse su camisa blanca que fue lanzada en algún lugar fuera de la cama, y no fue hasta ahora que empezó a ser consciente, de quería correr a enterrarse en todas esas almohadas, porque la forma en la que Victor lo miraba con admiracion y devosion como si nunca hubiera visto nada tan hermoso en su vida. Yuuri nunca podría pensar en el mismo de esa manera, no era una buena persona, era tan miserable y temido como Victor en la misma forma, los tatuajes japoneses tradicionales que descendían desde los músculos de sus hombros hacia abajo hasta sus muñecas decian exactamente porque.
Fujin el terrible Dios del viento en su brazo derecho, y Raijin, el temido Dios del rayo y el trueno en el izquierdo, ambos en un marco de peonías* rojas y decoraciones de grises remolinos de agua que cubría cada pulgada de su piel.
Y Victor le dio la vuelta, para acostarlo boca abajo, besando la piel de su espalda con adoracion haciendo a Yuuri suspirar en su espalda había un gigante dragón rojo que iba desde sus muslos hasta su cuello, todo sobresalia con más peonías y decoraciones tradicionales de agua y rocas que no dejaban ni un pedazo de piel sin pintar.
Era cierto lo que dijo antes Yuuri, el verdadero poder no necesitaba ser tan pretencioso, y aquí estaba Yuuri, siempre escondido debajo de sus trajes y máscaras.
El hijo secreto de una de las familias criminales de mayor influencia en Japon, las ceremonias que paso fueron grabadas en su piel, el arte perfecto en su representacion de lucha por la supremacía y el orgullo de su familia. El trabajo de Yuuri era hacer el trabajo sucio, recoger el desorden que otros dejaban, negociar y regatear, para que la gente pensara que el joven con gafas, cabello desordenado y traje simple, era dócil y fácil de manipular, la gente pensaba que era cualquier simple subordinado.
Aunque no eran más que simples tatuajes para Victor, solo eso, ningun simbolo de estatus o reputacion, así fue como veía la pureza en ellos, Yuuri suponia. No era que a Yuuri no le gustaran, era solo que la tinta era tan intensa, algo que no podía simplemente ignorar poniendose la chaqueta del traje.
-Se vuelven más increíbles cada vez que los veo. - Victor murmuró contra su piel mientras colocaba más besos a través de la tinta sobre su espalda, por encima de sus hombros, donde la cabeza del dragón estaba, donde el tatuaje descendia hasta perderse de vista en sus pantalones. Yuuri siempre estaría tan jodidamente aliviado al escuchar a Victor decir que eso, necesitaba esa seguridad, porque siempre era tan fácil para las personas odiarlo por el arte en su cuerpo, porque estaba orgulloso de estos tatuajes a pesar de todo, y el hecho de que a Victor le gustaran lo llenaba de orgullo aún más.
Esta era siempre cuando Yuuri tiraba todo al viento, cuando dejaba a la locura tomar su determinación, y saltaba directamente hacía su propia tormenta para conseguir la última pieza de su rompecabezas. De pronto el se sento a horcajadas sobre las caderas de Victor con las manos sobre su pecho finalmente desnudo, besandolo porque que valía la pena, Victor gemía por el peso que Yuuri ejercia sobre su miembro por encima de la ropa, que estaba rosando en los muslos de Yuuri, buscando a tiendas su cinturon, jadeando sobre sus labios, y Yuuri sabía que esto iba demasiado rapido.
-Necesito una ducha. - Yuuri finalmente dijo, y esa era siempre una excusa para el diciendo que necesitaba prepararse a si mismo, ya que había pasado mucho tiempo, y Victor no tendría que separarse de el ni un segundo, así que le quitaría el resto de la ropa en el baño, y se besarian bajo el agua caliente de la regadera.
La impecable piel de Victor contra la suya era enloquecedor, la friccion que deseaban, frotandose el uno con el otro, disminuyendo la corriente del agua, sintiendose igual de bien, porque Yuuri había llegado hasta aquí y querria que esto durara todo lo que se pudiera, como si fuera su primera vez cada vez que se veían.
-Date la vuelta. - Victor estaba jadeando ahora, sus pupilas se ensancharon y oscurecieron tanto como un abismo profundo, así que terminaria contra la pared fria, con Victor de rodillas detras de el, arrastrando sus dientes en la piel del trasero de Yuuri y apretando sus muslos sin restricciones.
-Joder, Victor, date prisa. - 'tocame bien, ahogame, deja tus propias marcas en mi piel' eso era lo que Yuuri realmente quería decir, exepto porque Victor ya sabia lo que quería, y siempre lo hacía.
El gruñido que hizo Victor hizo eco en sus pensamientos, y de pronto Victor tenía a Yuuri gimiendo, presionando su cara contra la pared sin poder hacer nada, tenia las manos firmes de Victor sosteniendo ambos lados de su trasero, y la lengua caliente de Victor lamiendo su entrada que estaba pidiendo mucho más.
Victor lo preparaba muy lento, paso a paso diligentemente, Yuuri pensó que ya sabía lo que era la locura, sabía lo que era perder la coherencia y lo pensó porque la había visto, lo había hecho, otras personas se pierden en las drogas y en el miedo, el dolor y la desesperación más veces de las que podía contar, pero Victor tenía esta forma de mostrarle lo que realmente era. El lamió y sumergió su lengua hasta que tenia a Yuuri pidiendo más, y entonces de pronto tenía el pecho de Victor en su espalda, el latido de su corazón contra su piel, susurrandole todas las cosas que no debería susurrarle al oído, deslizando facilmente uno de sus dedos dentro y fuera de el tocando ligeramente en su punto dulce, insitandolo a perder el sentido.
-Si alguien más te viera así, lo matare. - Victor se prometio mientras añadia otro dedo por fin, y la propia impaciencia de Victor comenzaba a hacerse presente, y Yuuri casi podía escuchar su codicia, su egoismo, necesitando tener a Yuuri solo para el, si alguien más le hablara a Yuuri así, le cortaría la garganta, y era mutuo, porque si Víctor mirara a alguien así tambien, entonces Yuuri probablemente quemaria al mundo y a todos sus habitantes.
No importaba que, aún estaban mojados, la mitad de sus cuerpos cubierto de burbujas y la otra de codicia, ambos estaban limpios ahora, a Victor ciertamente no le importaba mientras fueran de nuevo al dormitorio a follarse a Yuuri y secarlo con las sabanas, no le importaría hacer a Yuuri retorcerse con dos y luego tres dedos dentro de su entrada, y morder su piel. Y todo lo que Yuuri podía hacer era enredar los dedos en el cabello humedo de Victor y mover sus caderas hacia los dedos dentro de el.
-Solo follame ya, Victor. - Yuuri finalmente balbuceo, mientras atraía a Victor hasta sus labios, hasta juntar sus pechos y caderas.
-Pensé que nunca lo pedirías. - Victor se rió entre dientes sobre su boca, Yuuri le habría dado un golpe fuerte por eso, por hacer que siempre lo pidiera, excepto que todo lo que podía preocuparle ahora era el pene duro de Victor empujando en su entrada, metiendose dentro de el, deslizandose centimetro a centimetro, hasta que Victor estaba temblando encima de el y gimiendo por la calidez que le rodeaba.
-Joder, Yuuri. - Victor susurró, su respiración estaba agitada y sus manos persistian en agarrar con fuerza sus muslos, levantandole las piernas tatuadas hacía arriba, acomodandolas sobre sus hombros y dejando sus pies en el aire, despues rodó sus caderas, haciendole ir aún más profundo.
Fue una suerte que ambos fueran tan flexibles, porque Victor prácticamente dobló a Yuuri por la mitad, se inclino para besarlo antes de que perdiera el control. Y todo lo que Yuuri necesitaba eran los labios de Victor amortiguando sus gemidos, el cuerpo tenso de Victor golpeaba sus caderas y se abría paso cada vez más dentro de el, le gustaba sentir la dolorosamente agradable sensacion de como el miembro de Victor se sentia en su interior, como la punta de la polla de Victor acariciaba su punto dulce y enviaba un cosquilleo hasta su columna vertebral.
Podía oirse a si mismo pidiendolo a Víctor ir más rápido, más profundo, más, no podía controlar las palabras que salian de su boca hambrienta de besos y respirando agitadamente. Y Victor le dio todo lo que pedía, sin embargo, Yuuri no podía decidir que más pedir, le dijo las cosas más dulces que siempre había querido escuchar, le hizo más promesas de alguien que podria robarle las estrellas y darle el sol en su bolsillo.
No era una de esas escenas cliche de las películas en lo absoluto, habían pasado la mayor parte de la noche siendo ellos mismos, pero el sol todavía estaba tratando de invadir su tiempo juntos brillando a través de las cortinas de terciopelo, dandose desesperadamente unos cuantos besos más, y moviendo freneticamente sus caderas, Victor tenían a Yuuri desmoronandose sobre el mientras golpeaba el punto que le hacía ver estrellas, se mantuvo firme, y apretado al rededor del miembro completo de Victor dentro de el y no iba a dejarlo ir hasta que sintiera la calida esencia de Victor perderse dentro de el, sus fuertes caderas se movieron, su cuerpo se estremeció, y Víctor susurro su nombre cuando sintio esa oleada de placer.
Se salio de el como siempre, llenandole de besos suaves y con el corazón latiendole como loco, todavía estaban mojados por la ducha, y ahora necesitarían otra, sus frentes estaban sudando y tenian las mejillas sonrojadas con felicidad se abrazaron, torpemente dulce, como algo que las parejas normales hacían, Victor tarareaba satisfecho, dejando que el sonido vibrara profundamente en el pecho de Yuuri, y sin duda alguna, Yuuri sabía que sí debía haber venido aquí esta noche, después de todo.
-¿Te quedas a desayunar? - Victor tarareaba dejando besos a lo largo de los biceps tatuados de Yuuri.
-Sí. - los hombres de Yuuri podían esperar por el un poco más, todavía tenía un día más antes de su reunión.
Jugaron su juego como normalmente esa mañana, Yuuri sin camisa, su piel coloreada libre para respirar, siempre, siempre estando observado por la profunda mirada de Victor, sus armas se quedaron en el mostrador de la cocina, olvidadas en este intimo momento entre ellos, las cortinas todavía estaban cerradas por lo que su secreto no podía escapar. Se hicieron uno al otro el café y aún se tenian que preguntar si el otro lo quería con leche o azúcar, comieron tocino y huevos para el desayuno y hablaron de todo menos de trabajo, pretendían hacer planes para el fin de semana a pesar de que el fin de semana para ellos nunca llegaría.
Luego todo se redujo a ayudarse mutuamente a vestirse en silencio, el silencio podia decír mucho más que cualquier otra palabra, Victor ajusto las hebillas de las correas de las armas de Yuuri con sus manos expertas y deslizó sus armas de nuevo en sus fundas, le ayudo a Yuuri a meter cada brazo en la chaqueta y solo observó como la persona que había conocido en la noche se desvanecia ante sus ojos.
Este fue sin lugar a dudas, la parte que destrozaba por dentro a Yuuri en pedazos cada vez, compartieron un último beso en frente de la puerta, intercambiaron una sonrisa cariñosa con ojos que mentian y decian 'quedate'.
-Hasta pronto, Yuuri. - dijo Victor su nombre por última vez hasta que se volvieran a reunir en secreto, como si fuera este el regalo que mantendría cerca de su corazón siempre, y esto realmente era lo peor de alejarse de Victor de nuevo.
-Sí, nos vemos, Victor. - era la única vez que no tenía que ver sobre su espalda, debido a que el peso de los frios ojos azules de Victor en su espalda eran suficiente para el, lo eran hasta que la puerta se cerró detrás de el, y se quedaba de pie con su propio silencio caminando por el pasillo hasta el ascensor, a través del vestíbulo del hotel tranquilo caminando de vuelta hasta el hotel donde debio haber estado con sus hombres durante toda la noche.
Al día siguiente, Yuuri estaba exactamente donde debia de estar, en un almacén donde su discreta reunión iba a tener lugar, en una tranquila esquina de los muelles donde incluso los rusos nunca se atrevian a aventurarse a menos que tuvieran deseos de muerte. Tenía un puñado de hombres a su lado y sus armas listas debajo de sus chaquetas, aunque sabía que no las necesitaría en absoluto.
En el exterior, los sonidos de la actividad portuaria sonaban en todo el edificio, el pitido incesante de las maquinas de carga, la gente gritando en idioma ruso, que Yuuri secretamente había estado tratando de aprender. En el interior del almacén fueron apilados los contenedores de envio, oxidados rayados y abollados por los muchos viajes al extranjero y de regreso.
Una vez más Yuuri estaba esperando, esperando a que un grupo de personas para mostrarle quien había sido enviado a negociar con ellos, porque tenían algo -armas como de costumbre- que su gente queria, y sus superiores sabía que si alguien podía conseguirlo, ese sería Yuuri, incluso si se trataba de un grupo con quienes habían estado en desacuerdo desde antes de que Yuuri existiera.
Yuuri estaba realmente contento de ser enviado, porque le dio una excusa para poder verlo.
Victor Nikiforov caminaba a través de las puertas abiertas con el sol del mediodía iluminando detrás de él y a su puñado de hombres. Hoy llevaba un abrigo negro impecable encima de su impecable traje, se dirigió con fluidez con las manos en los bolsillos y una máscara para el frio en la cara. Sin embargo los ojos de Victor todavía eran sólo de él, sólo de el como debería ser, y realmente era una puta suerte que los dos fueran tan buenos en este juego.
Victor camino hasta quedar delante de el y Yuuri deseó poder detener su corazón de latir como un loco de mierda en caso de que alguien lo pudiera oír.
-Vamos al grano, Katsuki. - Victor, arrastro sus palabras, frío e impasible, con un tono amenazante e intimidante que Yuuri tomaría en serio si no hubiera visto por una fraccion de segundo la sonrisa en los labios de Victor.
No hubo ceremonia de ello, los rusos eran toscos y brusco y no había necesidad de formalidades, saludos y ofertas sin sentido, asi que Yuuri deslizo su mano en el interior de su bolsillo de la chaqueta y se rió para sí mismo porque Víctor permaneció perfectamente quieto mientras sus hombres se asustaron con la idea de que Yuuri podría estar sacando un arma.
Se acercó hasta el prudente y lento, para estar delante de Victor con los hombres de ambos grupos que los observaban, entregó la hoja de papel doblada en silencio tratando de no dejar que su traje de rozara con la piel de Victor.
-¿Ni siquiera puedes decir lo que quiere de mí en voz alta? - Victor le regaño para que todos escucharan, Yuuri sintió el filo de un cuchillo en el lugar donde más le dolía, y pudo ver la confusión en los ojos de Victor.
-Ni siquiera esta cerca de lo que quiero. - y de repente Yuuri no pudo escuchar los sonidos del exterior alrededor de la bodega, se vio obligado a mirar a la derecha en ese momento.
-¿Que quieres, entonces? - y Yuuri sabía que no debería estar aquí, sabía que no debería haber sido enviado, porque todo lo que quería hacer, era lo que siempre había querido, se ahogo en los profundos ojos de Victor.
-Ya sabes lo que quiero, Yuuri. - Victor deslizo su secreto fuera de sus labios, dijo su nombre de esa manera que solo un amante podría hacerlo, para que todos en el edificio lo escucharan, y Yuuri podía escuchar las llamas comenzando a rugir cuando Victor puso sus ojos en el.
-Solo di la palabra. - vino el susurro cuando Victor se acercó, detrás de ellos Yuuri era conciente de las armas de los hombres confundidos y lealtades cuestionadas, aquí Victor estaba ofreciendo, y Yuuri era demasiado egoísta para decir que no.
-Esta bien. - Yuuri sonrió ya que este juego de mascaras llegó a su fin ¿que es lo que pasaria ahora? no lo sabía, probablemente moriria, su familia vendría después de el, y trato de poner un cuchillo en su espalda o una bala entre sus ojos, nada de eso importaba, porque juntos lucharían, y el resto del mundo se quemaria finalmente.
* Las Berettas son un tipo de armas de fuego Italianas.
* Las Glocks son pistolas semi automaticas Austriacas.
* Las Colts tambíen son un tipo de arma de fuego Americanas.
* Las Peonías es un tipo de flor o planta.
NT: Ahh, pues nada, recíen termine de traducir esto y ahora voy a traducir los demas caps :D
Espero les haya gustado y recuerden dejar sus Reviews y favs y todo eso para saber si les gusto, disculpen si por ahí hay un error o dos, realmente revise esto de rapido asi que sorry.
Autor: Ashida.
Titulo Original: Masquerade.