CLASES PRIVADAS (CAPÍTULO FINAL)

Capítulo 22

SAKURA POV

Todo había vuelto a la normalidad. Después del incidente que hubo todo se había calmado. Shaoran y yo habíamos llevado nuestra relación a escondidas muy bien en la universidad, la verdad que solo quería graduarme y poder ver a Shaoran como cualquier pareja normal.

Estaba recorriendo los pasillos de la Universidad y pasé por la sala de profesores lentamente, pero Shaoran no estaba ahí. Seguí caminando y pude ver por una de las puertas que salían al patio a Shaoran hablando con otra profesora, esa mujer tenía fama de comehombres, automáticamente mis celos comenzaron a surgir y me quedé mirándolos detrás de la puerta. Ella reía animadamente mientras intentaba tocar los brazos de Shaoran, él se quedaba inmóvil. ¿Por qué mierda no intentaba alejarla? Después que terminaron su conversación ambos tomaron caminos distintos, Shaoran venía hacia donde yo me encontraba, pero no me había visto aún.

-– ¿Qué tal la charla? – dije enojada.

-– Sakura, amor. Mizuki me hablaba de los próximos exámenes.

-– ¿Era necesario que te tocara los brazos?

-– ¿Qué?

-– ¿Por qué no hacías nada por tratar de alejarla?

-– Espera, Sakura…

-– Esa mujer es una…

-– ¿Qué? ¿Y cómo sabes tú si eso es verdad?

-– La gente habla sobre eso todo el tiempo, Shaoran.

-– De todos modos, si eso fuera verdad, no tendrías por qué preocuparte. A mí me gustas tú, no Mizuki.

-– Lo sé…

-– Entonces… No estés así. ¿Sabes que quiero abrazarte, no?

-– También lo sé… De todos modos, no te confíes de ella. No me agrada esa mujer.

-– Ninguna mujer que se acerque a mí te agradará.

-– Pues no, jajaja. Pero trato de soportarlas.

Shaoran se rió fuerte y miró hacia ambos lados del pasillo, no se veía nadie. Rápidamente me dio un beso en la frente. Luego él se dirigió a dar su clase mientras yo ya me iba a casa, no tenía muchas materias que cursar hoy así que todo marchó tranquilo. Quedamos de vernos a la noche. Aún no podíamos mostrarnos mucho en público y la verdad era una tortura, siempre teníamos que ir a lugares alejados para poder cenar en algún restaurant o si queríamos tener un día de picnic teníamos que irnos más lejos aún. Inclusive pensé en dejar la carrera para dejar de ser su alumna y que ya no hubiera problemas con eso, pero me di cuenta que era una pésima idea y llegué a la conclusión de que solamente tendríamos que esperar. Casi sin darme cuenta la noche llegó y pronto Shaoran estuvo en mi casa, se bajó del auto y saludó a mi familia, afortunadamente todo estaba bien en ese sentido, inclusive se llevaba de maravillas con Yukito y ahora mi hermano, además de estar celoso todavía por mí, también lo estaba por Yukito, cada vez que recordaba eso me daba mucha risa.

Ya en el auto nos saludamos como correspondía, con un enorme beso y un fuerte abrazo.

-– ¿Cómo has estado, preciosa?

-– Pues bien ¿y tú? ¿Cómo terminaron las clases?

-– Aburrido, ya sabes… Historia. – puso en blanco los ojos y ambos reímos. - ¿Qué quieres hacer hoy?

-– Mmmmmmm… No lo sé, ¿tienes alguna idea?

-– Además de hacerte el amor, no tengo nada más planeado. – lo miré escandalizada para después reírme de nuevo.

-– Quiero comer helado. Podríamos ir a comprar helado y comerlo en tu departamento. ¿Qué dices?

-– Claro, me encanta la idea.

Fuimos a comprar un kilo de helado, aunque me pareció demasiado para los dos, Shaoran insistió en que estaba bien esa cantidad. Cuando llegamos a su departamento sacamos unas cucharas y nos sentamos en el sillón a ver un programa de televisión.

-– Ah, Shaoran… Ya no me cabe más en el estómago.

-– A mí sí, pero quiero seguir comiendo de otra forma

Me agarró de la cintura y me acostó en el sillón. Tomó un poco de helado con la cuchara y lo puso sobre mi boca.

-– Oh… Parece que tienes algo en la boca, tendré que quitártelo.

Creo que me sonrojé por un momento, Shaoran podía hacerme sonrojar a pesar del tiempo que llevábamos juntos. Sentí su boca fría por el helado sobre mis labios y sus manos recorriendo mis piernas, tenía unas manos grandes y fuertes, pero cuando me tocaba se volvían delicadas. Nuestras bocas chocaron en un beso desenfrenado que me dejo casi sin aire. Shaoran me quitó el vestido dejando solamente mi ropa interior, tenía un conjunto negro de encaje y sabía que lo volvería loco.

-– Sakura… Diablos… Eres la mujer más hermosa que he visto en mi vida.

-– Y tú el profesor más guapo que he tenido…

Lo ayudé a desprenderse el pantalón rozando un poco su pene, gimió en mi boca mi nombre y eso hizo que me mojara aún más, sus manos tocaron cada parte de mi cuerpo y cuando llegó a mi parte más íntima su toque se volvió suave pero firme. Ya estaba húmeda para él. Introdujo un dedo dentro de mí, luego dos y luego tres, masajeando mi interior una y otra vez. Bajé por sus piernas la ropa que le quedaba y tomé su longitud entre mis manos, subiendo y bajando haciendo que se agitara más. Su boca comenzó a recorrer mi cuello, mordiéndolo, chupándolo y dejando marcas. Pero en ese momento lo que menos me importaba eran las marcas que tendría mañana, solo quería tenerlo en mi interior.

SHAORAN POV

Sus manos sobre mí hacían desastres. Simplemente no podía aguantar más. Tuve que detenerla para no acabar ahí mismo, la acomodé más cerca de mí y me adentré en ella mientras me colocaba encima. Arremetí duro y pausado, cada vez que nuestros cuerpos chocaban se producía un ruido seco y sucio que nos hacía gemir más fuerte. Veía sus pechos rebotar con cada estocada y se me hizo agua la boca, los chupé y lamí, mi lengua recorrió cada parte de ellos. Era demasiado bueno. Comencé a aumentar la velocidad y la rudeza. Sakura ni siquiera podía hablar, soltaba pequeños gemidos. Un poco más, un poco más.

-– Shaoran… Ya no… Ya no aguanto… más.

-– Córrete para mí…

Un par de estocadas más y ambos gritamos. Había sido tan intenso que pequeñas gotas de sudor cayeron sobre el estómago de Sakura. Los dos sin aliento quedamos tirados sobre el sillón.

-– Guau… Shaoran, eso fue increíble.

-– Lo sé… Sakura… Te amo.

-– Y yo a ti…

EL DÍA DE LA GRADUACIÓN…

Ya habían pasado cinco años desde que conocí a Sakura, hoy se graduaba de la Universidad. Yo tenía que darle el diploma en la mano y felicitarla delante de un montón de personas, quería besarla delante de todos, pero ambos sabíamos que no podíamos hacer eso. Estaba su padre, su hermano, Yukito e inclusive Yue, todos habían ido a verla graduarse. Por suerte Yue desistió de hacernos la vida imposible, Meiling fue tratada psicológicamente y dada de alta, por lo que sabía estaba en . haciendo una vida completamente distinta y nunca más nos molestó.

Se veía preciosa, su cabello había crecido mucho en los últimos años, le llegaba más abajo de la cintura, sus ojos verdes seguían teniendo esa chispa que seguía volviéndome loco, y a pesar de ser bastante más baja que yo, sus curvas seguían llamando la atención de todos.

Comenzaron a pasar de a uno todos los alumnos graduados, entre ellos estaba Kerberos y Tomoyo que me habían aceptado bastante luego de un tiempo, especialmente Kerberos. Llegó el turno de Sakura, el momento había llegado.

-– ¡KINOMOTO, SAKURA!

Una gran ronda de aplausos invadió el lugar y Sakura subió al escenario algo nerviosa, casi se tropieza y no pude evitar sonreír. Me miró a los ojos mientras se acercaba con una sonrisa tímida y nos tomamos saludamos de la mano cordialmente como se hacía en estas situaciones y le entregué el diploma.

-– Felicitaciones, Kinomoto. – Dibujé con mis labios un Te Amo que solo ella pudo entender.

Se tomó la foto conmigo de recuerdo y bajó del escenario.

Ya en casa de Sakura todos; la familia de Sakura incluyendo a Yukito, Tomoyo, Eriol y Kerberos hicimos un brindis por los graduados.

-– ¡Salud! – chocaron todas las copas haciendo un estruendo.

Abracé a Sakura fuertemente y saqué de mi bolsillo un regalo que le había comprado hace una semana atrás: un collar de oro que tenía forma de llave con una estrella en medio y unas pequeñas alas a cada costado.

-– Shaoran... ¡Es precioso!

-– No sé por qué cuando lo vi me recordó a ti... Date la vuelta.

Corrí su cabello y pasé la cadena del collar por su cuello y se lo puse. Ella me abrazó fuertemente y me dio las gracias. Todos se habían quedado mirándonos y Sakura, como de costumbre, se puso roja como tomate y yo solo pude reír. Touya hizo su clásica aparición para romper el momento romántico diciéndole a Sakura que el collar hacía ver su cuello gordo y todos comenzaron a reír y le decían que no era verdad. La verdad hacía mucho tiempo no sentía esta paz. POR FIN PODRÍA VER A SAKURA CUANDO QUISIERA, DONDE QUISIERA Y COMO QUISIERA...

Luego de un rato Eriol hizo una sugerencia para jugar entre todos algún juego. Uno que estaba muy de moda era el ludo, a Sakura le encantaba jugar y yo le había regalado el juego de mesa. La verdad tenía un poco de nervios, conociendo a Eriol iba a querer jugar, Kerberos había dejado muy en claro que era bastante competitivo y si yo jugaba Touya iba a querer aplastarme... Rayos.

-– Qué dices, cuñado... ¿Juegas? – me miró desafiante Touya.

-– ¿Cuñado? – dijo Sakura tapándose la boca.

-– Eeehh... – vaya, que brillante declaración Shaoran, pensé.

-– Shaoran, juega. Será divertido... – replicó Eriol, maldito hijo de perra.

-– Está bien...

-– ¡SI! – gritaron todos.

-– ¿Quién más juega en esta ronda? – preguntó Eriol con una sonrisa.

-– EEEJJEEEMMMM... – tosió confiado Kerberos.

-– Perfecto... Entonces primero jugaremos; yo, Touya, Kerberos y Shaoran.

-– ¡Traeré el juego! – dijo Sakura corriendo hacia las escaleras para ir a su habitación.

-– Yo... – dijo Kerberos – Seré el amarillo, por supuesto.

-– Yo el azul. – siguió Eriol.

-– Yo el rojo...

-– Entonces yo el verde. – contesté al último. Esto podía ser o muy chistoso o muy peligroso.

Sakura llegó con el juego en la mano corriendo con la misma intensidad con que se había marchado, sacó todas las piezas, las acomodó y empezamos.

El orden era Kerberos, yo, Touya y Eriol. Comenzamos y Kerberos tiró el dado, un 5. Luego yo tiré un 6, saqué una pieza y volví a tirar, un 3, moví 3 lugares mi pieza. Touya tiró un 6 dos veces y luego un 1, vaya suerte. Eriol tiró un 3. La ronda volvió a empezar y esta vez Eriol y Kerberos pudieron sacar piezas al tablero. Todo estaba muy bien, cada uno avanzando tranquilamente, hasta que con la única pieza que había podido sacar al tablero tuve que moverla hacia el lugar donde estaba la pieza de Touya, lamentablemente. Su pieza tuvo que volver al lugar de salida y automáticamente sentí la mirada iracunda de él sobre mí.

-– Lamentarás esto, Li...

Sentí las risas de fondo de todos los presentes y yo no podía negar que estaba algo divertido. La partida siguió y Kerberos se comió a las piezas de todos los que pasaban a su lado, tenía los ojos encendidos y mientras jugaba comía los bocadillos que traía el padre de Sakura. Luego de unos momentos tranquilos, Touya logró comer una de mis piezas con todo el enojo posible, el hijo de su madre seguía detestándome y se notaba hasta en el juego. Obviamente el que logró meter primero todas las piezas fue Kerberos, le siguió Eriol y quedamos solamente Touya y yo disputándonos el tercer lugar. De los nervios ambos colocamos nuestras manos en la mesa para largar el dado lo más rápido posible, yo necesitaba sacar un 4 para poder meter mi última pieza y Touya necesitaba un 5. Ninguno lograba sacar el número que necesitaba y ya había comenzado a agarrarme de los pelos, Touya estaba a punto de golpear la mesa y Yukito lo agarró del brazo para que se calmara, las chicas estaban riéndose a más no poder con Eriol y los demás. Fue mi turno de nuevo y Sakura tocó el dado y dijo "este será el de la suerte" ... Tiré y FINALMENTE SALIÓ EL MALDITO 4.

-– ¡SÍ! – no pude evitar pararme y hacer un gesto de victoria con la mano.

Touya dio un pequeño golpe con el puño en la mesa, se levantó y pensé "la cagué", pero sorpresivamente me extendió la mano y me dijo "Bien jugado, Li. Jugaremos la revancha luego."

Era el turno de los demás para jugar: Sakura, Tomoyo, Fujitaka y Yukito. Aunque la verdad esa partida no tuvo mucha gracia, todos eran demasiado buenos y nadie quería comerse a nadie. Touya nos sirvió unos tragos más a todos mientras mirábamos el juego y empezamos a hablar entre todos, era un momento muy ameno. Yukito terminó pasándose de copas y comenzó a contar historias graciosas de Touya y él, a lo que obviamente recibió un golpe en el brazo de parte de su compañero que pude notar estaba algo rojo de vergüenza.

Ya en la noche terminó todo el festejo y decidimos con Sakura cruzarnos un rato hacia la plaza Pingüino donde tanto habíamos vivido en todos estos años.

-– No puedo creer todo lo que ya paso, Shaoran...

-– Estaba pensando lo mismo. – la tomé de la mano y se la besé. - ¿Ahora que piensas hacer ya que te graduaste?

-– Pues, quiero dar clases en mi antigua escuela de primaria. Supongo que presentaré mi currículum ahí.

-– Me parece genial, si quieres puedo ayudarte a encontrar otros lugares buenos.

-– Sería de gran ayuda, amor.

Sakura se paró en uno de los columpios y pudo quedar a mi altura, reí por lo pequeña que era.

-– Shaoran... ¿Qué será de nosotros?

-– ¿A qué te refieres?

-– No lo sé, planes o alguna meta juntos.

-– Yo lo único que sé es que no quiero separarme más de ti, no creo que sea capaz de imaginar alguien más en mi vida, Sakura. Tengo miles de planes contigo...

-– ¿Sí? Dime alguno...

-– Comprar cosas para nuestra próxima casa, vivir juntos, casarnos, si tú quieres tener hijos algún día.

-– Suena algo aterrador jaja, pero lo haría todo contigo. Aunque primero me gustaría conseguir algún trabajo para ayudar a mantener la casa, no quiero ser una mantenida, sabes...

-– Jaja me parece bien, preciosa... Iremos de a poco, no te preocupes.

-– Te amo, Shaoran. Mucho... – Se acercó y me dio un tierno beso que correspondí abrazándola y sujetando sus piernas para sacarla del columpio.

-– Y yo a ti...

Y debajo de esa luna menguante la besé durante un largo rato y me prometí a mi mismo que la haría feliz el resto de mi vida...


CAPÍTULO FINAAAAL, HA LLEGADO POR FIN... Este creo que fue el cap. que más que costó hacer. Espero que les haya gustado y les doy miles de gracias por haber apoyado esta historia que escribí con mucho amor, en un principio empecé a escribir por curiosidad, pero luego seguí escribiendo por todos sus comentarios. ¡De nuevo, muuuchas graciaaas! Y quizás nos veremos nuevamente con otra historia... Los quiere: Mamo -nee 3