Derechos: La trama es mía, por lo que me reservo su uso. Lo demás, ya saben de quién es.

El presente texto participa en el Mini Reto de enero de "La Copa de la Casa 2016–2017", del foro "La Noble y Ancestral Casa de los Black".

Situación sorteada: El motivo por el que Helga acoge al resto de niños en su casa.


Dando una oportunidad.

Con el fin de conseguir estudiantes para su recién creado colegio, Helga y sus camaradas Rowena, Salazar y Godric habían viajado a distintos pueblos, solicitando que se les encomendaran a sus pequeños magos, por el bien de su futuro. Cuando iba a iniciar el primer curso, tenían una lista considerable de niños y niñas a quienes habían podido ver y cuyos padres aceptaron su petición.

—Conviene repartirlos entre los cuatro —propuso Salazar, ceñudo—. Por mi parte, no quiero a ninguno de esos hijos de los sin magia, gracias.

—¡No hables así! —pidió Godric, ligeramente enfadado.

Salazar se encogió de hombros, sin dar muestras de cambiar de opinión.

—Si no les importa —intervino Rowena—, quisiera enfocarme particularmente en los niños cuyos padres ya los han instruido un poco. Se nota su desarrollado intelecto.

Mientras los varones intercambiaban miradas que significaban «No nos extraña de ella», Helga contuvo un suspiro.

—En ese caso, ¡me quedo con los granujas que se acercaron por sí mismos! —exclamó Godric, repentinamente animado—. Deben admitir que no cualquier crío hubiera tenido las agallas de venir ante un grupo de adultos experimentados y pedir, de buenas a primeras, que les enseñaran las artes mágicas. Esos pocos los tomaré bajo mi protección.

—Quédatelos, pues —desdeñó Salazar.

Helga sabía por qué su amigo decía eso. La mayoría de los chiquillos a los que se refería Godric eran hijos de los sin magia, que de alguna forma se enteraron de su escuela.

Sin embargo, notó que sus compañeros se olvidaban de unos cuantos pequeños. Eran pocos, no tan bien vestidos como los hijos de magos que quería Salazar o como los educados muchachitos a los que deseaba instruir Rowena; es más, ni siquiera lucían tan presentables como los entusiastas niños en los que se había interesado Godric.

Estos niños eran distintos. Su aspecto era pobre pero pulcro; además, su petición para que ser admitidos en el colegio fue realizada como si temieran ser rechazados. Sin embargo, en las caritas de esos niños y de los padres de casi todos (porque había unos cuantos huérfanos entre ellos) se veía tal anhelo de aprender…

Helga sonrió. ¿Cómo iban a ser dejados de lado esos últimos niños?

—Si se han decidido —comentó, cuando ya ninguno de los otros hablaba—, me haré cargo con gusto del resto de nuestros alumnos.

Y pese a lo que creyeran sus amigos después, Helga nunca se arrepintió de su decisión.

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Bienvenidos sean a mi segunda participación de enero de la Copa. Espero les guste.

Como pudieron leer, se me sorteó el poner la razón para que Helga aceptara en su casa al resto de los niños de Hogwarts; es decir, a los que no quisieran los otros fundadores. Habiendo tan poca información sobre cómo hacían la Selección originalmente (antes de la existencia del Sombrero, quiero decir), pensé en esta escena, donde antes de su primer curso, cada fundador dijera la clase de niño a la que le interesaba enseñar o proteger, por lo cual Helga sintió que dejaban de lado a algunos, los cuales tomó bajo su cuidado. No sé si esto le rompa el canon mental a alguien, pero lo veo como algo que Helga haría.

Cuídense mucho y nos leemos el mes que viene.