Ni Dragon ball ni los personajes me pertenecen.


Qué Hay Detrás


—Papá ¿Qué se supone que hacemos aquí? —Preguntó Bulma con fastidio—. Más específicamente ¿Por qué estamos caminando en medio de la selva cuando podríamos ir en algún vehículo?

—Lo siento, cielo. Pero si viniéramos en vehículos podríamos espantar a los alienígenas. — respondió el científico—. Sin contar con que dañaríamos el hábitat de todas las criaturas que habitan aquí.

El Dr. Brief era considerado por algunos como un genio y para otros como un loco más, si bien era respetado por sus amplios conocimientos en el área de la ciencia y la tecnología los cuales le habían traído grandes beneficios económicos colocando a su empresa: la Corporación Capsula, como líder número uno en el mercado, también era víctima de burlas por su extraña afición por investigar y comprobar que existía vida en otros planetas.

Justo se encontraban en una de esas investigaciones, recibió una llamada de un grupo de "charlatanes" como los denominaba Bulma, los cuales le informaron que observaron una luz roja atravesar el cielo justo por esa zona, como consecuencia el científico cruzó casi medio planeta para ir a investigar a ese lugar, arrastrando a su hija en dicha travesía.

—¡Pero papá! si de verdad se tratara de alienígenas que viajan en naves espaciales con una tecnología superior a la nuestra dudo que se espantarían con el motor de una simple motocicleta.

Llevaban algunas horas caminando en medio de la espesura de la selva, la humedad había hecho un embrollo con su cabello y los mosquitos habían hecho de ella su principal víctima y si bien se jactaba de ser una aventurera; también era una chica practica y amante de las comodidades, eso sin contar que no compartía con su padre esa obsesión por la vida extraterrestre.

—Eso no lo podemos saber, querida. —Le dedicó una alegre sonrisa—. A demás, sería difícil adentrarnos en la selva en alguna nave, y la espesura de los arboles no nos dejaría apreciar la superficie si sobrevoláramos este lugar.

—Este clima es horrible, si yo fuera un alienígena créeme que estaría visitando cualquier lugar menos este, ni siquiera sé lo que estoy haciendo aquí.—Cruzó los brazos y frunció el ceño enfatizando su malestar.

—Pero Bulma, ¿Qué cosas dices? —sonrió el Doctor —.Es que ya olvidaste que fuiste tú la que insistió en acompañarme. —Se puso la mano en la barbilla y levantó la vista al cielo como si recordara algo—. Preferías estar en el fin del mundo antes que cerca de ese jovencito Yamcha, si mal no recuerdo como le gritaste.

—Como sea—. Le restó importancia con la mano—. Lo cierto es que estoy muy cansada— frunció el ceño con angustia y se limpió el sudor del rostro—. Si quieres tu puedes seguir investigando, papá. Yo instalare una casa capsula en algún lugar cercano con mayor espacio y te esperare aquí.

—¿Estas segura?— Dudó un momento su padre.

—¡Claro!, tu ve con los guías que contrataste y encuentra hombrecillos verdes por ahí —Lo empujó para que continuara.

—Bueno, si insistes… —dijo el científico y siguió caminando—. Pero no te alejes mucho para poner la casa, es fácil perderse en este lugar.

—No te preocupes papá, ¿te olvidaste que salí a los 16 años a explorar el mundo? — Le guiño el ojo—. Esperar sola unas cuantas horas en la comodidad de una casa capsula no me hará daño.

Vio a su padre alejarse con sus guías y ella se dispuso a hacer lo mismo, caminó lo que ella creyó apenas unos metros luchando contra la maleza, solo necesitaba un área un poco más despejada para desplegar una de sus casas capsula.

Ciertamente estaba agotada, no sabía en que había estado pensando cuando había decidido acompañar a su padre hasta ese lugar, lo cierto es que lo había dicho en un arranque de enojo incluso estaba extrañando a Yamcha, debía admitir que había discutido por una tontería con él, cuando regresara dejaría que él se disculpara con ella y regresarían nuevamente.

No planeaba alejarse mucho del lugar, pero las cosas no siempre salen como uno las planea; Mientras caminaba tropezó con lo que ella creyó se trataba de una gran rama, lo que la hizo caer al suelo.

—¡uy! – Se levantó sobándose las rodillas. —¡Estúpida rama! —Gritó con fastidió y pateó la rama con la que había tropezado.

De un momento a otro la rama empezó a moverse con rapidez y Bulma apenas tuvo tiempo de dar un salto hacia atrás para no ser golpeada con esta. Tardo apenas unos segundos en reaccionar y darse cuenta que no se trataba de una rama si no de una serpiente gigante, sin perder un segundo más empezó a correr lo más rápido que sus piernas y las ramas le permitían, logro esquivar algunas ramas, pero otras le arañaron y golpearon.

Sentía que sus pulmones no daban para más, no sabía ni cuanto había avanzado lo único que tenía en mente era escapar de esa enorme serpiente por lo que no noto un desnivel en el suelo en el cual resbalo, intento sostenerse de algunas ramas, pero fue inútil, rápidamente se deslizo hacia el fondo hasta golpear con una superficie sólida.

No supo cuánto tiempo duró ahí intentando recuperar la compostura, el corazón aun parecía tentado a salirse de su pecho, no sabía que había sido peor, si el ser perseguida por una enorme serpiente o el hecho de haber caído en un hueco de quien sabe cuántos metros de profundidad.

—¡Maldición!— Exclamó con fastidió, mientras comprobaba si no se había roto algo en la caída o tenía alguna herida seria, afortunadamente solo se trataba de arañazos y heridas leves. —Todo parece estar en orden…—suspiró y observó en el lugar en el que se encontraba.

Tenía que encontrar la manera de salir de ese agujero, solo esperaba que esa horrible serpiente no anduviera aun por ahí. Busco en el bolsillo de su chaleco su teléfono y la caja de capsulas, el teléfono no tenía señal pero al menos no las había perdido en la caída.

Se disponía a sacar algunas de ella para salir de ese embrollo cuando un sonido mecánico bajo ella llamó su atención. Analizó la superficie en la que se encontraba, se trata de ramas rotas y tierra, pero algo sonaba hueco debajo, como si hubiera alguna especie de metal.

—¿Pero que…?— empezó a quitar ramas y sacudir y se topó con una superficie esférica y lo que parecía ser un panel. Siguió limpiando y sacudiendo hasta que pudo observar un cristal rojo, sacó una linterna de una de sus capsulas para ver mejor.

Cuando enfocó bien el interior de la esfera dio un gritó de asombro, dentro de la nave había alguien.

—¡Hay un hombre ahí dentro!


Continuara.


Hola, este es mi primer fic, espero les haya gustado este primer capítulo, disculpen si hay algunos errores, prometo tratar de mejorar, además prometo que los otros capítulos serán más fluidos.