El concepto del alma gemela nace debido a la búsqueda incesante del hombre de algo o alguien que llenase el vacío que ha sentido desde tiempos inmemoriales.
No hay día en que Otabek no se levante de la cama sin mirar directamente a su muñeca izquierda, donde en oscuras letras está escrito el nombre de su alma gemela, lo hace desde la aparición de la primera letra a los 12 años, actualmente tiene 23, prácticamente ha estado mirando esa marca casi la mitad de su vida, sabe que no es el único que lo ha hecho, pero la ansiedad que le causa el querer conocer a la persona que lleva el nombre que tiene marcado en el cuerpo le hace sentir como si lo fuera, o algo así ¿Podrá sentirse realmente único el día en que él y su alma gemela se encuentren? Se cubrió los ojos con el brazo, un suspiro involuntario salió de su boca al mismo tiempo en que la pregunta de todos los días aparecía en su mente "¿Cuándo te encontraré, Yuri Plisetsky?" La segunda alarma de su celular sonó estruendosa a un costado de su almohada, una señal de que ya iba tarde a abrir la tienda, y que los artistas tatuadores con los que comparte estudio pronto llamarán para reclamarle, silenció el celular antes de meterse a la ducha.
Yuri Plisetsky abandona el recinto de ensayo del ballet ruso junto a su compañera Mila Babicheva, acaba de cumplir 18 años y hace meses mencionó a la chica sus intenciones de hacerse un tatuaje en el brazo. Mila le recomendó el lugar donde ella se ha hecho los tres tatuajes que tiene repartidos en el cuerpo y también ofreció su compañía durante el proceso "Es tu primer tatuaje ¿No quieres tener algo genial que mostrar a tus seguidores de instagram? Yo tomaré las fotos" Insistió la pelirroja una vez Yuri le dedicó una negativa para nada amorosa, tras las constantes insistencias de Babicheva, Yuri accedió a su petición, después de todo tiene un pésimo sentido de la orientación y Mila es mala en las descripciones, buscando solo la tienda de tatuajes terminaría perdiéndose.
Su amiga lo llevó caminando a una tienda de tatuajes en el centro de San Petersburgo a decir verdad a primera vista no parece el popular lugar que Mila describía, parecía una tienda de tatuajes como las que veía en televisión de vez en cuando, nada en la fachada de la tienda decía que era especial. La pelirroja lo tomó del brazo y lo llevó dentro, en la pequeña recepción estaban colgadas algunas fotos donde aparecían algunas figuras públicas de la farándula, la música y el arte en Rusia junto a quienes intuyó, eran los tatuadores
— Deben ser bastante buenos para tatuar a personas famosas... ¿No? — Comentó el rubio en voz baja a su acompañante, mirando mejor tanto las fotografías como los dibujos que tenían en las paredes como demostración de su trabajo, Mila de momento se encargaba de buscar alguien que los atendiera. Al poco rato apareció de dentro un joven alto, moreno, ojos color celeste. Por la reacción de su amiga al ver al chico, lo conocía de antes.
— ¡J.J, Cuánto tiempo! — Saludó efusiva, alzando ambos brazos.
— ¿Qué tal, Mila? ¿Vienes a por un nuevo tatuaje? — "Entonces es un tatuador" Pensó Yuri, observando en silencio la conversación, mientras tanto notó que el tatuador llevaba un anillo de compromiso y en su muñeca, la marca de su alma gemela "Isabella Yang" o algo así fue capaz de leer. Por un momento miró su muñeca izquierda, el lugar donde está su marca está cubierto por una muñequera de estampado de leopardo que todos los días Yuuri, uno se sus tutores ponía en su muñeca al despertar, desde hace 3 años que es así, cuando Viktor, su otro tutor hizo notar que la primera letra había aparecido, Yuri entró en negación y nunca se ha atrevido a ver las letras que le siguieron, Yuuri le dijo que el nombre ya estaba completo, a pesar de ello Yuri jamás se atrevió a levantar el elasticado trozo de tela que usaba para ocultar el nombre de su alma gemela.
— Aún no, J.J. Hoy te traigo a mi amigo Yuri que viene por su primer tatuaje — La pelirroja agarró a Yuri por los hombros y lo puso frente al otro chico— Normalmente no es así de callado, tal vez tiene miedo ¿Te puedes encargar de él, J.J?
—Lamentablemente, Mila, eso es lo que pasa cuando no pides una cita, un chico llegará en 10 minutos a tatuarse, pero Otabek acaba de desocupar su estudio, lo más probable es que acceda, apostamos a que llegaría tarde con los demás y ganamos, así que tiene que hacer lo que nosotros le digamos, pasen, los llevaré a su estación.
En el pasillo de la tienda de tatuajes había muchos más dibujos de los artistas, todos eran bastante buenos y pudo ver también el boceto del tatuaje que Mila tiene en la espalda de la silueta de una bailarina. Al fondo del pasillo estaba la estación de Otabek, quien según J.J era el dueño de la tienda "Que suertudo eres Yuri, te tatuará el dueño de la tienda" Le molestó Mila, golpeándole suave con un codo.
— Otabek, te traigo trabajo — J.J era demasiado ruidoso para el justo de Yuri, y por la reacción del chico que estaba dentro, también lo era para él. Tenía el mismo corte de cabello que quien los recibió en la entrada, pero sus ojos eran profundamente negros a diferencia de J.J, cuando su mirada se cruzó con la de él algo dentro de su estómago se dio vuelta y le provocó algo desconocido para él "Tal vez son náuseas" frunció el ceño ante la sensación y pensó en irse y volver otro día, pero como era usual, la bocota de Mila le cambió los planes y por lo demás lo puso de los nervios.
— ¡Hola! Soy Mila Babicheva, traje a mi amigo por su primer tatuaje, está un poco nervioso así que no habla mucho, no es que sea descortés — Ella fue la primera en acercarse al tatuador, quién volvió la mirada a J.J buscando una explicación, y la mirada que el contrario le devolvió al dueño de la tienda al parecer le hizo recordar la apuesta que había mencionado antes. Otabek suspiró, extendiendo la mano hacia Mila.
—Otabek Altin —Estrechó su mano con la pelirroja, extendiéndola luego hacia Yuri, quien la miró un par de segundos con extrañeza "¿Es normal que los tatuadores sean así de corteses?" El rubio siempre los imaginó como rebeldes, estilo punk que solo les importa su trabajo.
— Yuri Plisetsky — Respondió, estrechando la mano con el moreno antes de generar un momento incómodo. Pero el momento incómodo lo terminó generando el mismo tatuador, quien extendió el agarre entre sus manos por más tiempo del necesario, y no dijo nada, simplemente se quedó mirando a Yuri en silencio — ¿Te pasa algo? ¿Estás bien?
Otabek supo con esas palabras que Yuri no tenía idea, disimuladamente su vista se dirigió a las muñecas ajenas, buscando su marca, pero la derecha esta completamente limpia y la izquierda estaba cubierta por una muñequera —Lo siento mucho, siéntense los dos y cuéntame qué te quieres tatuar —Otabek se dio medio vuelta hacia su escritorio y tomó un par de lapices, el chico que se tatuaría con J.J estaba por llegar así que él dejó a las tres personas restantes en la estación de tatuajes de Otabek. Quien comenzó a bosquejar el diseño que luego pasaría a tinta en el brazo izquierdo del bailarín.
Yuri siempre fue un indeciso, pero una vez Otabek terminó con el diseño que él le había pedido quedó sin palabras, el trazado era simple, pero exactamente lo que quería, los ojos de un tigre. Mila al parecer también notó el perfecto trabajo del artista. —¿En serio puedes dibujar así? ¡Parece sacado de una maldita fotografía! —Como siempre, Mila exageró con los comentarios, pero él no dijo nada, simplemente indicó el lugar donde Yuri debía acomodarse para iniciar con el tatuaje.
—Voy a necesitar que te levantes lo más que puedas la manga de tu camisa, y que también te quites la muñequera, el tatuaje irá en el antebrazo, y molestará cuando esté tatuando. —Pidió Otabek, preparando las tintas y agujas con las que trabajaría sobre la piel del más jóven. Inmediatamente Yuri cumbrió la muñequera con fuerza y negó energéticamente con la cabeza, varias veces.
—¡No voy a hacer eso, Mila, dile que no voy a hacer eso! Busca otra posición para tatuar, pero no me quitaré la muñequera —Otabek miró a los dos rusos sin comprender nada, ni el significado de la muñequera, ni por que la tan rotunda negativa a quitarla por un momento mientras trabajaba en el tatuaje, afortunadamente, la acompañante de Yuri aclaró su duda.
—Yuri esconde su marca de alma gemela, nunca la ha visto y siempre la cubre, es por eso que se niega, no te ofendas ni nada, es solo que este chico está en negación— Mila se volvió a Yuri, se agachó a su altura y lo tomó por los hombros — Yuri, este es el momento donde el niño se separa del hombre, se un hombre y haz caso a tu tatuador, si quieres puedes cerrar los ojos hasta que Otabek termine el tatuaje si no quieres mirar lo que dice ¿Está bien? —Como si hubiese sido regañado por su madre, Yuri asintió y cerró los ojos, Otabek le quitó la muñequera y se quedó mirando su nombre escrito en su blanca piel. Finalmente encontró a su alma gemela, la que ha estado anhelando desde su cumpleaños numero 12, lamentablemente, él no ha sido capaz de mirar esa marca "¿Cómo podremos encontrarnos realmente, si él no sabe quien soy?" Bajó un momento la mirada y suspiró. No iba a obligar a Yuri a nada, esperó por 11 años, se siente capaz de esperar por un tiempo más.
Subió las mangas de su camisa antes de comenzar a trabajar, primero trazaría todos los bordes en color negro para guiarse y después iba a proceder como de costumbre, sombras, colores y finalmente los destellos. Todo en la mesa está en un perfecto orden, para Otabek el tatuar es su vida y se lo toma bastante en serio. —Si sientes demasiado dolor, solo es cosa que lo digas y tomamos un descanso— El sonido de la maquina calló la respuesta de Yuri y tratando de ser lo más delicado posible con el rubio, inició con el tatuaje.
—Es raro que no tengas tatuajes, siendo tatuador —Comentó Mila cuando llevan ya una hora trabajando.
—Hice una promesa conmigo mismo— Respondió el tatuador aunque realmente Mila no estaba preguntando — Dije que me haría un tatuaje cuando encontrara a mi alma gemela.
—Oh, eso es realmente tierno— La amiga de Yuri parecía conmovida por las palabras del tatuador, de curiosa nada más buscó la marca de Otabek, quien estaba tan concentrado que no notó a la pelirroja mirándola. Ella se cubrió la boca con ambas manos sorprendida, luego miró la muñeca de su amigo, comenzó a caminar alrededor de la sala como si buscara algo, pero la verdad es que Mila buscaba la manera de hacer que Yuri dejara la negación y mirara la bendita marca ¡Que su alma gemela la tiene delante y le está haciendo un tatuaje! Si se lo decía directamente, Yuri se espantaría y saldría corriendo porque así es él con ese tema, y un tatuaje a medio hacer no es bueno para nadie por muy bueno que sea el artista. Se hizo un lió en la cabeza por varios minutos, hasta que la cara de exhausto de su amigo dio el puntapié inicial a su plan de cupido. —Yuri, cariño ¿Por qué no descansas un rato? El tatuaje tomará un poco de tiempo, no resistirás mucho si te exiges demasiado con el aguante, anda, está quedando genial ¿Por qué no le echas un vistazo? —Sugirió.
—Está bien, pero dame mi muñequera. —Respondió Yuri, con el tono de voz que estaba acostumbrado a usar con su amiga, pero dejando en evidencia que en lo único que había pensado en las últimas horas, era en lo acojonante del dolor.
—Oh, sobre eso, la perdí —Su amiga sacó la lengua y Yuri se puso de pie en un instante, afortunadamente Otabek ya había parado de tatuar para cuando eso pasó, solo se quedó mirando a los dos, sin entender muy bien todo el alboroto que estában generando.
—¡Que hiciste qué! —Yuri se llevó la mano del tatuaje a la cabeza —Mila, si que eres una tonta... ¿Qué voy a hacer ahora? Tendré que llamar a Yuuri o a Viktor para que traigan una... — Mila le sonreía de oreja a oreja, Yuri no entiende por qué, la mirada de la pelirroja está fija en su brazo y la presión de los ojos azules de la mayor lo hicieron ceder y miró el tatuaje. Estaba realmente genial a pesar de ir a penas por la mitad y que aún le faltaba añadir color, pero eso pasó a otro plano cuando por primera vez en su vida Yuri vio por completo su marca.
—Otabek Altin —Dijo con una voz apenas audible, sin poder quitar los ojos de la marca ¿Donde ha escuchado ese nombre antes? Está seguro que sí lo ha hecho, pero el estado de shock le impide pensar de forma coherente, Mila aún lo mira como si esperara algo de él, solo puede devolverle una mirada de que no entiende qué está pasando, ella frunce las cejas y le toma la mano, segundos después toma la del tatuador y las pone frente a frente, exponiendo ambas marcas de alma gemela.
—Por si la tinta les impide moverse, hablar o pensar, lo haré yo. Yuri, reacciona y date cuenta de que tienes en frente a tu alma gemela.
Yuri seguía en shock, pero las palabras de Mila lo hicieron espabilar y darse cuenta de que el nombre marcado en su muñeca lo había escuchado hace apenas unas horas, no había forma de estar equivocados, así como tenía el nombre de Otabek marcado en un negro profundo en la piel, Otabek lo tenía, pero con el nombre del rubio. Nuevamente el estómago de Yuri se dio un vuelco ¿Qué se supone que debe hacer ahora? Conoce al tipo hace apenas unas horas y ya se enteró que es su alma gemela ¿Debería lanzarse encima como lo hizo Yuuri cuando el nombre de Viktor apareció en su muñeca? Idea descartada, por más que aprecie a esos dos, siempre ha pensado que son demasiado cursis. Los ojos de Otabek se fijaron en los suyos, el sentimiento cambió, de un segundo a otro sintió como si conociera de toda la vida al tatuador y a la vez se sintió tan expuesto ante él, siente sus debilidades y fortalezas expuestas ante él, y también puede sentir su nerviosismo por el silencio que invadió la habitación. Otabek quiso alejar la mano, pero en un impulso Yuri fue capaz de tomarla con la propia, volviendo a confirmar todo lo que había sentido solo con su mirada.
El primero en hablar fue Otabek.
—No pensé que iba a encontrarte de esta manera... ¿Sabes? Siento que me preparé tanto tiempo para esto, y ahora que estás aquí, no se que hacer, realmente. — Un sonrojo apareció en las mejillas de Yuri, ahora debía responder algo pero las palabras no le salían, es primera vez en su vida que se siente tan expuesto, tan nervioso, tan adolescente, pero a la vez tan feliz ¿Cómo podía expresar todo eso en una frase sin excederse con las palabras? Definitivamente, si Otabek no estaba preparado para el momento, él lo está menos.— Si quieres... podemos terminar aquí, y J.J sigue contigo cuando acabe con...
—Acaberemos aquí, pero será porque me acompañaras a tomar un café —Interrumpió el rubio las palabras que estaba por decir Otabek— Tal vez no se como esto funciona, pero... Quiero conocerte más, Otabek, quiero saberlo todo de mi, y que tú hagas lo mismo conmigo. Quiero que me cuentes todo de ti y después de eso, quiero que termines mi tatuaje — Eso sonó tan cursi, pero a la vez tan propio, nunca en su vida Yuri había dedicado unas palabras así a alguien, ahora que se las dijo a Otabek se dio cuenta de que eso de siente Jodidamente bien.
Otabek cubrió cuidadosamente el tatuaje de Yuri antes de salir, prácticamente habían olvidado la presencia de Mila en la sala, pero ella comprendió perfectamente que necesitarían su momento, Lo que no le impidió tomar algunas fotografías mientras la pareja seguía en su mundo, se despidió de ambos antes de que Yuri notara su actitud sospechosa. Después de ordenar y limpiar, Yuri llevó a Otabek a una cafetería cercana, mientras caminan roza sutilmente la mano del contrario, cada vez que lo hace sus mejillas toman otra tonalidad de rojo, pero tras caminar unos metros vio que su alma gemela detiene la caminata y le mira un poco serio ¿Habrá notado que los roces de mano eran intencionales?
—¿Vas a tomar mi mano o no? —Le preguntó, Yuri estuvo a punto de explotar de vergüenza de no ser porque vio también el sonrojo en las mejillas de Otabek, ambos rieron y caminaron de la mano hacia la cafetería, les esperaría una larga charla. Tienen que contarse toda una vida antes de comenzar la vida que les espera juntos.
. . .
Pocos minutos después de que Mila saliera de la tienda
Mila miró toda la escena como si se tratase de la mejor película de romance de su vida, su misión como amiga estaba en informar rápido a todos los cercanos a Yuri que el pequeño finalmente había encontrado a su alma gemela y que se veían jodidamente perfectos juntos. Tomó varias fotografías sin que se dieran cuenta y después de eso, hizo un chat grupal con Viktor y Yuri exclusivamente para enviar las fotografías.
Mila Babicheva ha creado el grupo "Nuestro Bebé ha crecido"
Mila Babicheva añadió a Viktor Nikiforov y a Yuuri Katsuki
Mila Babicheva ha enviado 4 fotos"Nuestro Yuri vino por su primer tatuaje y se encontró con algo mucho mejor que eso ¡Son lindísimos! #OMG"
Casi pudo sentir el grito de Viktor una vez el anuncio de "Visto" apareció en las fotografías.