Disclaimer: AHR no me pertenece, todo es propiedad de Sakisaka Io.

Los caminos no se cruzan, se enredan y se encuentran

—Es un idiota —bramó, dibujándose en su rostro regularmente inexpresivo, un fastidio que no sorprendió a Futaba.

A Murao no le agradaba Kou, no había pizca de duda. Las frecuentes muestras de poco afecto que su amiga no se preocupaba siquiera en ocultar lo confirmaban. El origen del odio, eso no lo sabía con certeza. Intuía, por la reciente confesión acerca de Tanaka-sensei, que el sujeto algo tenía que ver, pero había algo más, una especie de rencor propio de los enemigos naturales.

—Aún no puedo creer que les guste. —Miró alternadamente a las chicas frente a ella—. Sin embargo mi opinión no importa, las seguiré apoyando a ambas, aún si las dos terminan llorando.

La conversación concluyó con un abrazo entre las tres… Aunque eso último Shuuko lo hubiese dicho con algo de malicia.

Pero para Futaba el día estaba lejos de terminar.

Desde que Murao había dicho la palabra «gustar», involucrando implícitamente un ella más Kou más el término amor, el camino a casa se hizo inexplicablemente largo. Como si las calles fueran de hule y se hubiesen estirado.

¿Se sentía atraída a él? Más que una atracción, ¿le gustaba?

Por supuesto que no.

El Kou de ahora era un mal reflejo del que había sido antes.

Claro. Del que ella estaba enamorada era de aquel niño noble, de ese amor puro que avanzaba con pequeños pasos y que desapareció de un día a otro, dejándola sola. Él jamás volvería y en el futuro, cuando se encontrara con su verdadero amor, sería una gran historia para contar a sus nietos.

No. No ocurrió así porque Kou regresó. Cosa que definitivamente no le podía atribuir al destino, pese a que lo hizo en un principio.

Futaba sintió que la historia pausada tenía la esperanza de continuar. No obstante la imagen se resquebrajó apenas cruzó palabra con él. No era el mismo y lo descubrió lentamente. Tenía una personalidad antipática, era grosero y hasta algo presuntuoso por su notable crecimiento y su nuevo corte de cabello más cool que el anterior —al menos eso suponía que pasaba por la mente del chico—. Su gentileza esquiva y una sonrisa brillante.

Pero al tiempo en que ver el rostro de Kou la carcomía por dentro, una sensación se asentaba en lo más profundo. Un sentimiento inexperto, deforme y renuente para amoldarse al corazón.

Le aterraba que el chico que había dejado una gran huella en su pasado fuera el mismo, porque ella ya no lo era.

Ninguno lo era y aquello le despejaba el cielo. Sin embargo, todavía estaba ese extraño brillo que de vez en cuando titubeaba en los ojos de Kou, un dolor que siempre va mezclado entre las palabras de quien ha llorado a espaldas de todos y se ha vuelto fuerte. Completamente solo.

De repente la asaltaba este pensamiento y sentía el impulso de correr hasta él.

A decir verdad, el nuevo Tanaka comenzaba a… ¡Pero ni siquiera tenía el mismo apellido! Al cabo, era lo menos importante. Tanaka, Mabuchi, Ishida, ¡a quién le importa! No está enamorada de él.

¡Sí!

—¡Lo odio! —gritó a la nada.

A la cara de Kou, en realidad.


Aquel capítulo del manga, donde Futaba le confiesa a Yuuri que le gusta Kou, ¿lo recuerdan? Bueno, lo he deformado un poco (?), considero a Futaba una chica muy terca, fue muy gracioso verla en negación así que, pienso que probablemente estuvo un tiempo más así.

Jacque, un regalito ultra pequeño, sé cuánto te gustan ellos y quería escribirte algo, espero de todo corazón que te guste :3