La vida en el Santuario y Anexos

De pedidos y peticiones

Los personajes de Saint Seiya no me pertenecen, son propiedad de Masami Kurumada. Los personajes extras como el buen Adalgiso sí son de mi pertenencia. Disfruten el fic.

*…*…*…*

Se vivía una época de paz como hacía cientos de años Shion no veía una… de hecho nunca la había visto… Los Dioses estaban en Paz unos con otros, la Tierra estaba a salvo y segura, y los Dioses estaban tan contentos, que habían decidido revivir a todos sus caballeros caídos para que ellos, después de tan buen servicio, pudieran disfrutar también de la vida de nuevo… O… Esa había sido la explicación oficial…

La Tierra a salvo, los Dioses en paz… excepto Pluto, el Dios de la riqueza, que se había molestado con Zeus por unos líos de faldas, pero siendo Pluto un Dios pasivo, en lugar de iniciar otra guerra santa, había decidido ir a olvidar sus penas al más puro estilo mexicano (ya que el estilo griego no le había funcionado), con mariachis y tequila, hasta olvidarse de esa pérfida ninfa, olvidarse de todo… hasta de Grecia sin querer… El Tequila no era lo suyo... Razón por la cual Grecia de repente se veía con una deuda externa que ni vendiendo todas las armaduras de oro, de plata y de bronce, plus ni pidiéndole prestado a Hades podía pagar.

Pero fuera de la recesión, todo estaba en paz. Huelga decir que en el santuario el dinero no era problema gracias a las multimillonarias empresas Kido. Gracias a Zeus los Kido no tenían filiales en Grecia…

Shion de vuelta en el patriarcado, los santos dorados en sus casas, cuidando como siempre… aunque ahora no tenían nada que cuidar, ya que en épocas de tregua… pero ese era su trabajo, y si les pagaban por no hacer nada, que mejor.

En el templo principal una figura daba vueltas como león enjaulado.

- Tengo mucha hambre… ¿Dónde está el maldito repartidor? ¡Hace ya hora y media que llamé, no sólo será la pizza gratis, tendrán que mandarme otras dos para compensar!

Se quejaba Shion, no podía ser que hubiera tan mal servicio en Atenas. ¿Y así querían levantar la economía del país?. ¡Era un pedido para el mismísimo Santuario por todos los Dioses!. Además no era la primera vez que pasaba. Ya tenía semanas así, pedía cosas y no se las llevaban.

- ¿Es que no quieren venderle nada al santuario? – comenzaba a pensar que a la gente ya no le agradaban como antes, si no, ¿por qué no atendían los pedidos?.

Mientras tanto a las puertas de la casa de Aries…

- Querer engañarme a mí ¡Ja! – decía Mu mientras entraba a su casa.

A los pies de esta, un terco repartidor yacía inconsciente, y una pizza estaba desperdigada por el lugar, un triangulito por aquí, otro por allá, y las palomas ya comenzaban a comer.

- ¿Quién era maestro? – preguntó Kiki llegando con las verduras para preparar la comida.

- Uno que se quiso pasar de listo, que según él traía una pizza para el patriarca… ¡ja! Como si el Patriarca comiera Pizza.

- Ah.

Ambos entraron a la parte privada de la casa de Aries y se dirigieron a la cocina, para comenzar a preparar sus alimentos.

Shion cansado de la situación, bajó a preguntar si Mu no había visto una moto repartidora, pero al llegar, no lo vio y salió a las puertas de Aries a ver qué veía, si al repartidor o a Mu. Pero ni bien se asomó, descubrió en el suelo a un joven con los ojos morados que trataba de ponerse en pie, y además trataba en vano de enderezar su moto para huir del lugar. Y una pizza, destrozada, manchaba de peperoni el suelo sagrado del santuario.

Kiko's Pizza, se podía leer en la caja de la moto repartidora.

- ¿Pero qué rayos…?... Oye espera –le pidió Shion al joven.

Pero el joven apenas lo vio venir, quiso correr aunque no pudo, quiso enderezar la moto y no pudo, quiso gritar y no pudo, estaba muerto… bueno sólo volvió a desmayarse del terror, por ver que otro loco del santuario con dos puntitos en la frente se le estaba acercando.

Shion corrió a socorrer al pobre muchacho, estaba hecho una piltrafa, esa paliza seguro se la había propinado un dorado y sin ningún esfuerzo, el joven necesitaba ayuda.

- ¡MUUUUUUU! – llamó desesperado a su antiguo alumno.

Mu, estaba dentro de la casa de Aries en la cocina y no estaba al tanto de lo que ocurría afuera.

- ¡MUUUUU! – se volvió a escuchar hasta la cocina.

- Que raro… – se dijo Mu.

- ¡MUUUU!

- Kiki ¿Hay alguna vaca en la entrada? - Preguntó Mu a Kiki quien salió a ver.

- ¡MUUUU! – seguía escuchando.

- No hay vacas maestro, es el gran patriarca el que hace ese sonido– dijo Kiki regresando.

- ¿El gran Patriarca? … ¿por qué estará mugiendo? ¿Se habrá vuelto loco?

- Creo que lo llama a usted maestro.

- ¿A mí?... ¡Ah sí es cierto!. ¡Voy!

- ¡MUUUUU DE ARIES! ¡Con un demonio ven acá ahora mismo! – gritaba Shion al tiempo que Mu salía de la casa.

- ¡¿Qué ocurre maestro?!

- Mira a este muchacho, necesita atención medica – en eso el repartidor abrió los ojos y nada más ver a Mu al lado ahogó un grito de niña y volvió a perder el conocimiento- ¿Pero qué le pasa? – preguntó Shion con el pobre infeliz en brazos.

- Ah, este es un intruso que intentaba infiltrarse al santuario pero como sabe, nadie pasa esta casa sin derrotarme primero.

- ¿Qué? ¿Tú lo dejaste así?

- Pues claro. Se puso terco a querer entrar a pesar que traté de razonar con él por más de media hora pero seguía terco en querer pasar, que según eso le traía una pizza a usted, ya parece…

- ¡Pero sí era cierto! ¡Yo encargué pizza!

- ¿De verdad? ¿Y por qué no me avisó? Ya sabe que nadie pasa la cas-

- ¡Ya lo sé, pero por Dios Mu, era un repartidor! ¡Un simple repartidor! ¡¿Qué daño le podía causar al santuario?!

- Maestro, el mal tiene muchas caras y muchos disfraces, no podemos bajar la guardia.

-Ah…- Shion suspiró cansado ante el razonamiento de Mu.

Mu se tomaba su trabajo demasiado enserio, así que decidió hablar con él y dejarle claro que los repartidores eran simples y enclenques mortales y que claro podían pasar. Estando esto claro y habiendo enviado al repartidor al hospital, Shion volvió al santuario y comió lo primero que encontró en el refrigerador, un pepino, un huevo y un bote con jugo. Esa dieta frugal con la que Athena tenía hambreado a medio mundo. "Para cuidar la figura" había dicho, ¡Ja!, para cuidar su cartera.

¡Si no le estaba pidiendo que alimentara a toda Grecia! ¡Por la gran Hera!... ¿Por qué no era Deméter su Diosa? Al menos no les faltaría comida variada…

Al día siguiente llamó de nuevo a Kiko's para ordenar su pizza, sabiendo que Mu dejaría pasar al chico esta vez, seguro le tomaría su tiempo subir todas las doce casas, eran muchas escaleras, así llegaría tarde y Shion no tendría que pagar la pizza. Si Shion tenía plan con maña.

El nuevo repartidor ajeno a los acontecimientos de ayer entró confiado en la casa de Aries de la cual salió rápidamente sin percance alguno, pero llegó a Tauro, donde un mastodonte de brazos cruzados, lo esperaba en la entrada.

- Alto ahí muchacho, ¿a dónde crees que vas? – pronunció con voz atronadora.

- Traigo Pizza para el señor Shion – dijo de buen talante.

- ¡Pizza! – se emocionó Aldebaran- pero pasa pasa, déjala aquí en la mesa.

- ¿Es usted el señor Shion? Tenía entendido que la entrega era en el tempo de allá arriba.

- No, no, comeremos aquí. ¿Cuánto es?

- Nada ya está pagada.

- ¿Ya?

- Con , el pedido se hizo desde la aplicación de Kiko's Pizza para el smarthphone, propina incluida. Que la disfrute.

- Gracias.

Aldebarán, un adorador de la comida, se sentó en su mesa dorada a reverenciar sus alimentos con los dientes…

Mientras tanto en el templo patriarcal…

- Otra vez… ¡Ya son dos horas ¿dónde está mi pizza?!

Shion fue donde Mu pero este le explicó que ni siquiera había salido a molestar al muchacho repartidor, nada más oír y ver la moto de kiko's había entrado en la parte privada de la casa para no interferir.

Qué raro, si Mu lo había dejado pasar, ¿Dónde estaba la pizza?. Shion preguntó a los demás caballeros sobre algún extraño en el santuario, pero ninguno había visto nada.

Al día siguiente encargo otra, pero ocurrió lo mismo, nunca llegó, al día siguiente hizo lo mismo, y así, hasta que al quinto día muy molesto y después de haberse quejado con el gerente, decidió bajar a investigar, y fue así que descubrió como todas la pizzas acaban en el estómago de Aldebarán.

- Es imperdonable – reprendía Shion.

- Lo siento pero me canso de tener que cocinar a diario los vegetales que traen al santuario desde la granja, y como aquí no se permiten repartidores por esa regla de "Gandalf" de "No pasarás"…. Sólo quería aprovechar la oportunidad de comer algo diferente…

- Pues está bien aprovechar las oportunidades que la vida nos brinda… ¡Pero no está bien aprovecharse de los demás!. ¡Ahora me debes cuatro Pizzas!.

Shion tomó su caja de pizza pero sintió la caja muy ligera, la abrió y estaba vacía.

- ¡¿Qué?! – volteo donde Aldebarán, quien trataba de meter el ultimo trozo a su boca - ¡Te la comiste! Y… a la velocidad de la Luz…

Aldebarán sólo mostró una risita inocente entre esos cachetes inflados por la pizza.

- ¡No puedo creerlo mientras yo te sermoneaba tu comías!... ¡Ahora me debes cinco pizzas!

Shion salió muy molesto, ese día tampoco comería pizza.

Al día siguiente volvió a pedir comida, un espagueti esta vez.

El repartidor subió sin problemas las dos primeras casas. Pero al llegar a Géminis…

- ¿A dónde crees que vas muchacho?

La ronca e imponente voz de Saga hizo que el chico retrocediera unos pasos.

-Ve… venía a entregar esto – dijo mostrando su caja.

- ¿Qué contiene?

- Espagueti, creo –decía nervioso.

- ¿A quién se la vas a entregar?

- Aquí dice…- miró el papelito- Patriarca Shion.

- ¿Conque quieres llegar a Shion?... Ok pasa.

- ¿Eh?

- Anda.

El joven paso la casa de Géminis como si nada y Saga se sentía orgulloso, ese miserable de Shion, se las pagaría algún día por no haberlo nombrado patriarca a él y ese día había llegado. Sí… venganza… sí…

Sí. Otro ataque de bipolaridad… ¿que no podía de una buena vez Athena pagarle un psiquiatra al pobre muchacho?

El joven repartidor entró a la casa de Cáncer sin saber con lo que se encontraría…

El lugar estaba oscuro y por alguna razón el chico sentía que era observado por muchos pares de ojos. Se adentró un poco más y en un momento sintió que pisó algo que pegó un chillido que le heló hasta los huesos, el joven soltó la caja con la comida y dio dos brincos hacia atrás. Encendió la luz de su reloj y se acercó al lugar donde había escuchado el chillido, pero al percatarse de lo que era, sus ojos se abrieron con asombro. En el suelo había una horrible mascara de un rostro doliente. Estaba observando los detalles cuando la cara gesticulo en una mueca que lo hizo retroceder del susto. Al momento una luz fantasmal iluminó de a poco todo el recinto dejando ver que este estaba lleno de horribles rostros que comenzaron a un tiempo a burlarse del muchacho unos, a gemir doloridos otros, y el chico pegó un grito que de seguro lo dejaría afónico por más de una semana y salió como alma que lleva Hades fuera de la casa de Cáncer, dejando el espagueti ahí tirado mientras los rostros donde había caído comenzaban a comérselo.

Saga venía a toda prisa subiendo las escaleras para detener al intruso, pues había vuelto a la cordura y entrado en razón. Rayos, Kanon tenía razón, tenía que visitar a algún experto que lo ayudara con esa bipolaridad suya.

Pero ni bien estaba a unos diez escalones cuando vio salir al muchacho repartidor a una velocidad que rivalizaba con la de cualquier caballero dorado, y gimiendo como niña mientras entre gemidos comenzaba a rezar.

- Diostesalvemariallenaeresdegraciabendita… - rezaba sin parar.

- Pero que…? – Saga se quedó estático ante la escena de un joven huyendo de la casa de Cáncer –Pero que cosa más extraña, un católico en Grecia…

Al poco se escuchó una moto salir a toda velocidad del perímetro del Santuario.

- JAJAJAJAJA ¡Otro más que muerde el polvo! ¡Nadie puede contra mis rostros infernales! – se pavoneaba orgulloso el caballero de Cáncer.

- ¿Qué fue eso Mascara Mortal? – inquirió Saga.

- No lo sé, algún estúpido mortal que osó entrar en mi casa. Eh… ey pero si tú estabas aquí, entonces, ¿quién lo dejó pasar hasta Cáncer?

Saga tosió un poco.

- Bueno… este… No es momento para conversar, debemos volver a nuestro trabajo – ordenó dando la espalda con su actitud rígida de siempre y dejando a Mascara ahí parado sin respuesta.

Dos horas más tarde, Shion llamaba al restaurant para saber porque no le enviaban nada a lo que la gerente respondió que su muchacho había llegado al restaurant gritando que renunciaba y que por nada del mundo volvería a ir a ese endemoniado Santuario alejado de la mano de Dios.

- Pero… - Shion no entendía.

- Sé que suena loco, pero dijo que había rostros de gente muerta por todas partes y que se lo querían llevar al infierno… lo siento mucho, quizá mi repartidor ingirió algún tipo de droga, me apena reconocerlo, pero no le encuentro otra explicación, no creo que en el respetable santuario de Athena haya algo así, un templo lleno de caras de muertos…. Ah, la juventud de hoy. Pero el punto más importante es que me he quedado sin repartidor así que de momento no podre reponerle su orden. De verdad lo siento, pero le daré un cupón de descuento con su próxima orden, en cuanto consiga un nuevo repartidor.

- Está bien, no se preocupe, gracias.

Ambos colgaron el teléfono y…

- ¡MASCARA MORTAL!

Después de un sermón a Mascara Mortal advirtiéndole que escondiera sus mugrosas mascaras cada que un ser humano COMUN Y CORRIENTE cruzara por su templo, y una conveniente advertencia a Saga quien estaba viendo desde Géminis la discusión, sobre no agredir a ningún repartidor, Shion volvió al templo principal y abrió su refrigerador, otra vez lo mismo.

Al día siguiente, Shion se decidió por comida griega, así que llamo al restaurant To-Nostimo y pidió gyros. No se molestó en advertir a los otros caballeros porque pensaba que no podían ser tan brutos como para ver llegar a un simple mortal más allá de la quinta casa sin imaginarse que le habían dejado pasar con permiso desde Aries, y que obviamente no sería un enemigo del Santuario.

El repartidor que era un chiquillo de no más de 14 años, pasó sin contratiempos las primeras cuatro casas. Entró a Leo y lo pasó de largo sin problema, pues la casa estaba vacía. Siguió hacia Virgo, donde tampoco parecía haber nadie. Aunque sí lo había, al fondo, el joven repartidor pudo notar sobre una flor de loto de mármol blanco, a una persona de largo cabello rubio, en posición de loto, en profunda meditación aparentemente.

Era una linda chica… Y parecía estar practicando yoga…

Cómo la mamá del repartidor era una fiel seguidora del HariKrishna y el yoga, el chico decidió no interrumpir a la "muchacha" rubia y se alejó lo más silenciosamente posible.

Al entrar a Libra, se topó con Dohko quien le preguntó por su estancia ahí y al oír que llevaba comida para Shion le dijo al niño que dejara la comida ahí y que él se la llevaría a su amigo, la pagó y despidió al chico. Destapó los deliciosos Gyros y le dio una mordidita a uno, claro que se los iba a llevar a Shion, sólo una mordidita más, y otra… Fue a dejar unas cosas a su cuarto y enseguida iría al templo mayor a llevarle sus cosas a Shion, pero mientras acomodaba las cosas se olvidó que el gyro que tenía en la mano era de Shion y sin darse cuenta se lo comió todo. Se espantó al darse cuenta.

- Bueno, queda un Gyro – se dijo para quitarse la culpa –se lo llevaré.

Pero en eso entró Kiki con un mensaje de Aries y mientras escuchaba al chico, como acto reflejo siguió mordiendo el otro Gyro, y para cuando Kiki se fue, el Gyro restante se había ido también.

- ¡Ay no! ¡Me trague la comida de Shion!. ¿Qué le diré, qué le diré?... pues… no le diré nada –rascó su cabeza –Ojos que no ven estomago que no resiente…

El chico repartidor volvió al establecimiento e hizo entrega del ticket y el dinero, confirmando la entrega del pedido.

Los minutos pasaban y Shion no recibía nada, llamó al restaurant pero le contestó la clásica secretaria amargada y le dijo que el pedido había sido entregado y sin dejarlo replicar más le colgó el teléfono. ¡Habrase visto! ¡Colgarle al Gran Patriarca! ¡¿Qué ya no había respeto?!

Y así el pobre volvió a dirigirse a su refri….

Al día siguiente, se decidió por comida española.

El repartidor, un emo-gotico andaluz recién llegado a Grecia, que de griego sólo conocía lo básico, subió todas las casas hasta Escorpio sin problema. Y pronto entró en la casa del bicho mayor, luciendo su sombría apariencia de alma perdida y fue interceptado de inmediato.

- ¡Alto ahí, identifícate!

- ¿Eh? – pero el pobre emo no le entendió nada.

- ¿Quién eres y cómo has llegado hasta la casa de Escorpio? – preguntó Milo reparando en el aspecto de espectro del emo.

- Lo siento no hablo griego… - replicó en español con voz sombría y lacónica.

- ¿Qué?

- Yo… - ninguno le entendía al otro.

- ¡Déjate de juegos, dime de una vez que buscas aquí o me veré obligado a atacarte!

El español no entendió nada, pero la actitud de Milo era retadora y su tono bastante agresivo, cosa que alteró al Emo.

- ¡Ey, ey Tio, joder no entiendo lo que dices! – volvió a decir en español.

Pero siendo Milo tan "bueno" en filosofía y letras… la fonética del acento andaluz hizo pensar a Milo que el chico decía "Écho írthe na epitetheí theá sas" que en griego sería algo así como "He venido a atacar a tu diosa"

Y ante tal sentencia, Milo se lanzó sobre un desprevenido andaluz que usó la caja del pedido como escudo quedando está hecha trisas junto a la paella.

- ¡¿Estáis loco?! ¡Esas cosas no se hacen! – espetó apanicado en su lengua madre.

Pero nuevamente la fonética española traiciono al chico ya que Milo entendió que le decía en un griego con pésimo acento: "skotósei theá sas" que sería "Asesina a tu Diosa"

Razón por la que Milo no dudo que este era un demonio del Hades que trataba de manipular su mente y lo atacó con sus quince agujas, o esa era la intención… pero se dio cuenta que el enclenque no aguanto ni el primer alfiletazo cuando ya estaba que se moría, así que siendo un caballero justo que no gustaba de torturar a los débiles, Milo detuvo la hemorragia y lo dejó marchar advirtiéndole que no intentara algo así de nuevo, y aunque el chico no entendió ni palabra del griego, sabía que era momento de correr y se fue….

Otra vez Shion no recibió nada… Llamó al restaurant y le pasaron a una mujer mayor enfurecida que le dijo por teléfono y en idioma español hasta de lo que se iba a morir por haber a tacado a su nieto Angelito y también le dijo que no volvería a surtirle comida y le colgó.

Aunque Shion no entendió porqué, ya que no hablaba español…

Llamó a Shura y volvieron a llamar al lugar y fue cuando el portador de Excálibur se enteró que el patriarca se había enfrentado a una temible abuela andaluza furiosa porque un hombre loco de violeta cabellera había picoteado cual bicho rastrero a su "bebé". Después de ofrecer disculpas, Shura colgó y le comunicó lo sucedido al Patriarca, huelga decir que Milo se llevó un buen sermón esa tarde.

Al día siguiente Shion se decidió por comida mexicana, unos deliciosos tacos al pastor, en la vida los había probado pero tenían muy buena fama.

El chico llegó en su moto y subió las primeras 8 casas sin percance.

Entró a Sagitario que estaba silenciosa, oscura y en apariencia vacía, caminó unos metros y escuchó unos ruidos pequeños que lo hicieron detenerse, pero no vio nada, siguió su camino pero al poco rato volvió a escuchar ruidos provenientes de algún lugar de la casa, saludó pero al no recibir respuesta, siguió su camino. Se veía tan tétrico el lugar…

Y de repente, de entre la oscuridad una saeta dorada cruzo los amplios espacios y de pronto la gorra del pobre repartidor quedó clavada a la pared junto a unos mechones de pelo.

-¡MAMÁ! ¡Aquí espantan!– gritó despavorido al ver que una flecha por poco y le atraviesa media cabeza, y salió corriendo con todo y pedido hacia la casa de Capricornio.

- No Seiya, te he dicho que modules la tensión del arco según la distancia, y que tu ancla es tu boca, no tus ojos. Así no vas a atinarle ni a un pato. O vas a terminar por ensartarle el trasero a un inocente – decía Aioros ignorante de lo que casi provocaba el burro de su alumno.

- Aioros ¿escuchaste ese grito?

- ¿Grito? ¿Cuál?

- Un grito, en la casa, como en un idioma raro.

- No, no escuché nada. Anda niño, sigamos entrenando. Ahora, toma esta otra flecha… ¡y tensa bien ese arco!– le reprendió al ver que se le caía la flecha a media contención -¿crees que las flechas de oro salen baratas? Vas ir a buscar la que se te perdió.

- Sí maestro…

El chico repartidor termino de subir los escalones de Capricornio y se detuvo a respirar un poco, luego un poco más repuesto del susto, entro en la casa de la cabra. Entonces se topó con Shura.

- Detente ahí muchacho - pidió Shura.

- ¿Eh?

- ¿Cómo has llegado hasta Capricornio?

- ¿Ca-pricornio?... No mi buen, no llego ni a Escorpio, soy Libra – dijo en griego.

- Joder que quiero saber cómo habéis llegado hasta mi casa – se quejó Shura en su idioma natal.

- ¿Hablas español cuate? ¡También yo!

- Oh, ¡Ey! ¿Latino? – preguntó por los modismos.

- A güigüi.

- Anda y ¿que hacéis tan lejos de tu tierra? – comenzaron a hablar en español.

- Yo, ando de mochilero y trabajo aquí y allá con unos amigos para pagar mis viajes, mi próximo destino es Ámsterdam, otra vez.

- ¡Ámsterdam! Siempre he querido ir ahí.

- Deberías, el paisaje es precioso, la gente amigable y las muchachas de las vitrinas, uy ni te cuento…

- ¿Habéis probado con ellas?

- Claro.

- Oye cuéntame.

Y se pusieron a platicar, haciendo que Shura olvidara momentáneamente su misión ahí, pues hacía años que Shura no tenía ocasión de platicar con nadie en su idioma, y sí alguien era bueno para el cotorreo eran los latinos, así que se sentaron un rato en la sala de Shura y al poco rato se presentaron.

- Yo soy Shura mucho gusto – dijo tendiendo su mano.

- Yo Alejandro, Alex pa´los cuates – dijo estrechándola.

Y al oír el nombre del caballero, el chico se confundió y creyó que esa era la casa de la entrega, ya había oído que la entrega era para un tal Sh… Sh.. Sh-algo, y al oír Shura estuvo seguro que ese era el nombre y ni se molestó en mirar la nota. Saco los 27 tacos de la cajita térmica con todo y los botes de salsa y Shura trajo dos platos y agua fresca e invitó al chico a quedarse un rato, y se pusieron a comer y charlar.

- ¿Y dónde aprendiste Griego Alex?

- A pues cuando uno quiere andar de trotamundos debe saber más de un idioma, yo hablo tres aparte del mío, entre ellos el griego, gustos que le dan a uno, lo aprendí por internet para serte honesto. ¿Y tú? ¿Qué hace un español por Grecia?

- Ah pues yo…

Y siguieron platicando. Luego de un rato el chico se acordó que estaba en horario de trabajo y se despidió de Shura no sin antes pasarle la factura, que Shura pagó sin rechistar, ya que el chico le hizo un buen descuento por los tacos que se había comido y para agradecerle su hospitalidad. Luego Shura llevó amablemente al chico a la salida de Capricornio, y lo despidió.

Shura había pasado un rato ameno y lo que es más, había comido rico, ah… entre tanto aburrimiento, un descanso y una buena comida eran más que un buen regalo.

Notó que traía un papelito en las manos, ah sí, la nota de los tacos… la leyó como si nada, "Shion". Ah Shion… ¡SHION! ¡POR LA VIRGEN DE LOS REMEDIOS Y LETICIA DE ESPAÑA! ¡SE HABÍA COMIDO LOS TACOS DEL PATRIARCA! . Calla boca calla boca, el silencio es oro... Shion no tenía por qué enterarse ¿o sí?.

Shion había llamado al restaurante Mexicano para preguntar, pero igual le dijeron que el pedido había sido entregado en "calle santuario". Oh rayos, se habían equivocado de dirección, pensó Shion, pero no se habían equivocado de dirección, se habían equivocado de vocabulario, porque la chica al teléfono era francesa y a veces decía una cosa por otra. Grecia terminaría cayendo en la Xenofobia con tanto extranjero ahí, hasta la orden dorada, que sólo contaba con 5 griegos, contra 7 foráneos. Y eso sin contar a las amazonas, los plateados y los de bronce…

El punto es que Shion había pedido otra orden de tacos pero como los tacos se vendían más rápido que pan caliente, ya no había…

Y Shion volvió a su refrigerador pensando seriamente que tanta coincidencia era obra de los Dioses, o la misma Athena castigándolo por renegar de la dieta a la que ella les tenía sometidos.

Al día siguiente, Shion ya harto de la dieta verde y amarilla en la que vivía, ¡Se decidió! ¡Retaría a los Dioses! ¡Pidiendo comida Gourmet! ¡Total que Athena paga!

-Sabe he tenido muy mala experiencia con los repartidores de casi toda Athenas y Rodorio así que le encargo encarecidamente que me envié a su mejor hombre, porque no planeo perder una comida más – decía muy serio Shion al teléfono.

- No se preocupe Gran Patriarca, ha llamado al lugar indicado, le enviare a mi mejor hombre, ha sido el repartidor del año de toda Grecia por tres años consecutivos, no hay distancia tan larga ni misión demasiado imposible para él, entregar a tiempo es su misión, complacer al cliente su anhelo. No lo defraudará.

- Bien gracias.

Y del famoso y fino restaurant "Le Grand Cygne", un orgulloso repartidor tomaba en sus manos expertas un tesoro: El pedido.

El chico, de uniforme impecable, gran habilidad para maniobrar una moto en cualquier tipo de tráfico, gorrita en la cabeza y pedido en mano, salió orgulloso a cumplir con su deber. Nunca nada lo había detenido, ni nadie lo había derrotado, todos los repartidores de verdad, deseaban ser como él algún día.

Tomó su moto y llegó en tiempo record al santuario. Subió sin problemas las once casas, ya que Camus no le dio problema alguno, siendo el más intelectual, sabía diferenciar a una amenaza de un simple repartidor. Pero al llegar a Piscis…

- ¡Ey que bonito está esto!- exclamó el repartidor admirando por un momento el jardín de rosas de Afrodita que se vislumbraba al fondo al pasar – Muy bien ya lo admiraré de regreso, no puedo distraerme, tengo un cliente que satisfacer.

Iba a la mitad de la casa, cuando desde las sombras, recargada sensualmente como gato perezoso pero elegante, una silueta le llamó.

- ¿Cómo osas entrar sin permiso a la casa de Piscis?

- Perdone es que la puerta estaba abierta.

Afrodita rodó los ojos y pensó…

"¡¿Por qué demonios en lugar de tener caballeros como perros guardianes Athena no simplemente le pone chapa a las puertas de las doce casas, o ya de perdida, una malla ciclónica a la entrada del Santuario?!"-reflexionó Afrodita. Luego de ese lapsus reflexivo, volvió a lo suyo.

- ¿Quién eres y qué llevas ahí?

- ¿Esto?, Es comida Gourmet. Y Yo, soy Adalgiso Topopolus, ¡el mejor repartidor de comida de toda Grecia! – dijo con gran orgullo el joven, tanto orgullo que casi se vislumbraba brillar el Olimpo tras de él.

- Vaya, pues yo soy Afrodita-

- No hay necesidad de ser sarcásticos, de verdad, sí soy el mejor repartidor de Grecia.

- Y yo te estoy diciendo que Afrodita es mi nombre, idiota. Afrodita de Piscis. – dijo saliendo de las sombras y presentando orgulloso su figura ante el repartidor.

- Ah… ¿De… verdad? – que apellido tan raro, Piscis…

- Sí, y tienes que saber que nadie pasa por esta casa sin primero derrotarme. Ignoro como lograste llegar hasta aquí, pero aquí encontraras tu final. Más vale que regreses tus pasos y desistas de tu misión.

¿Desistir de su misión? ¡Nunca! .

Pero aquí había una terrible confusión de los dos. Mientras que Afrodita se refería a que si era un esbirro de los Dioses con una turbia misión en contra del santuario era mejor que se marchara ahora mismo, el joven interpretó que Afrodita se refería a que desistiera a entregar su pedido, y eso ¡No lo haría jamás! ¡Por su honor de repartidor que no se daría por vencido!

- ¡Jamás! ¡Nunca he abandonado una misión! ¡Y esta no será la primera vez!

- Entonces tendrás que enfrentarte a mí – anuncio sombríamente el Caballero de las rosas.

¡Ja! ¡No lo asustaba!, Adalgiso había enfrentado suegras, policías de caminos, guardias de seguridad, fans locas en medio de un concierto, hasta perros guardianes y maridos celosos, tenía mil y un tácticas para burlar cualquier obstáculo y entregar su pedido. Lo único malo es que Adalgiso no tenía ni idea de a quién se estaba enfrentando esta vez…

Afrodita estaba dispuesto a no dejarlo pasar, y el chico estaba dispuesto a meterse hasta la cocina si era necesario.

Así, dio inicio una épica contienda entre el guardián de la casa de Piscis y un repartidor galardonado.

- Señorita, será mejor que no se interponga en el camino de un repartidor – aunque la tal Afrodita tenía una muy discordante voz masculina, había que admitir que la chica tenía un rostro muy bello, o eso pensaba Adalgiso, pero eso no iba a distraerlo. Ninguna mujer había logrado que no entregara su pedido.

- ¡¿SEÑORITA?!

Afrodita se lanzó contra el joven a la velocidad de la luz, pero a la misma velocidad el joven lo esquivo, pensando que le quería quitar el pedido. Y mientras Afrodita reaccionaba de la sorpresa, el joven echó a correr como endemoniado dentro de la casa de Piscis, tenía que cruzar y llegar al templo de arriba.

- ¡Vuelve acá, nadie me llama señorita y sale con vida!

- ¡Lo siento, no me imaginé que ya fuera usted casada! – se disculpaba a voz en cuello el joven sin dejar de correr. Era obvio, pensó, una mujer tan hermosa no puede estar soltera por mucho tiempo.

Si a Albafica lo ponía frenético que lo llamaran "Hermoso", a Afrodita lo ponía histérico y le reventaba los nervios (y otras cosas) que lo confundieran con una mujer, o que si quiera insinuaran que podía ser una.

Porque luciría como el epitome de la belleza, sí, ¡Pero él era muy hombre!.

Parecía ser que todos los caballeros de Piscis tenían sus peculiaridades mentales… Como que nacer Piscis era sinónimo de nacer loco…

Afrodita le dio alcance pero Adalgiso se tiró al suelo rodando y protegiendo el pedido con su cuerpo, esquivando por poco al dorado al que encima le metió zancadilla para tirarlo al suelo, Adalgiso sabía que así no se trataba a una dama, pero situaciones difíciles requerían medidas drásticas. Mientras Afrodita se ponía en pie, el desgraciado repartidor que parecía experto en Freerunning, corría y saltaba entre las columnas de la casa de Piscis, escondiéndose tras una para tomar aire.

- Vaya que es ruda la muchacha- se dijo Adalgiso sacando el bofe.

El joven repartidor se escabulló hacia el jardín pensando en encontrar un atajo, pero Afrodita apareció tras él con su técnica del roció y le quito el paquete. Gran error, para poner frenético a Adalgiso sólo había que quitarle su entrega.

- ¡Señorita! ¡Devuelva eso que es sagrado!

- ¡Qué no soy señorita!- dijo mandando de un puñetazo en el estómago al pobre Adalgiso directo al lago.

Pasaron unos segundos y este no asomaba la cabeza, así que Afrodita se acercó curioso a ver qué pasaba. De seguro el infeliz había quedado inconsciente y se estaba ahogando, bueno eso le pasaba por enfrentar al caballero más hermoso de los 88. Al acercarse al lago, puso el paquete en el suelo a su lado y se asomó al borde, de donde ni burbujitas salían. Pero… Nada más asomar la cabeza unos brazos salieron y lo metieron al agua de un solo tirón. Y bajo el agua Adalgiso aprovechó la confusión para quitarle el casco a Afrodita y ponérselo de nuevo pero al revés tapándole el rostro.

Adalgiso, entrenado en situaciones difíciles, salió velozmente del agua y tomó su paquete echando a correr.

A los pocos segundos salió también Afrodita cegado por su propio casco que estaba algo atorado y después de un pequeño esfuerzo logro quitárselo de la cabeza. Arrojó el casco al suelo totalmente furico, ahora sí ese supuesto repartidor se las pagaría, ¿Repartidor? ¡Cómo no!, seguro venía del Hades, ¡porque era un desgraciado demonio!

Afrodita todo mojado, salió corriendo a la velocidad de la luz tras el enclenque atrevido que había vuelto a entrar en la casa de Piscis, pero Adalgiso sabiendo que venía por él, sacó de su pantalón multibolsas, un frasquito de aceite de olivo con especias para sazonar ensaladas y lo rego por el suelo tras él mientras corría y no conforme con eso, tiró unos cuantos balines.

Afrodita ya se acercaba peligrosamente al chico y traía ya preparada una de sus rosas en la boca cuando… El hecho de que Afrodita trajera zapatos de metal, estuviera empapado y viniera corriendo a la velocidad de la luz, no le ayudo mucho…

Al pisar el aceite y los balines resbaló, y salió rodando también a la velocidad de la luz, rebasando incluso a Adalgiso, e impactando contra uno de los muros de su casa, quedando una bonita incrustación de oro, y carne… en la pared de su santuario de Piscis. Tragándose su propia rosa de paso, gracias a Driade él era inmune al veneno de cualquier planta, incluidas sus propias rosas.

- Pobre chica, la revisaré en cuanto entregue mi pedido. – se dijo Adalgiso mientras no paraba de correr de nuevo a la salida, el pedido era primero, la caballerosidad después.

Afrodita logró desincrustarse de la pared donde estaba empotrado y ahora sí tenía una mirada asesina en los ojos, esa humillación se la iba a pagar cara.

Mientras, Adalgiso corría veloz y seguro con sus tenis antiderrapantes hacia la salida de la casa de Piscis.

Pero justo antes de llegar a la puerta, Afrodita le propino un golpe que lo mandó volando hasta las escaleras que conectaban con el templo del patriarca.

Pero el joven, un optimista incorregible, no pensó en el terrible dolor que sentía en el cuerpo sino en que el golpe lo había enviado directamente a la escalinata que conducía a su meta, además había caído sobre suaves rosas, aunque se había encajado unas cuantas espinas… Pero no estaba tan mal. Notó que todo el camino hasta el templo estaba tapizado de hermosas rosas rojas, ¡que belleza! Pensó. Adalgiso volteó a mirar el paquete alarmado… Uf… sano y salvo. Se puso de pie algo atolondrado y adolorido, y comenzó a subir.

Entonces notó que "la joven" Afrodita estaba ya en pie, ahí parada a las puertas traseras de la doceava casa. Gracias a Dios no se veía lastimada. Y por alguna razón la loca joven de cabellos celestes no lo estaba atacando, sólo lo miraba.

- Vaya, se ha dado cuenta… de seguro ya reconoció que nada puede detener a Adalgiso Topopolus. Pero ha sido una digna oponente – dijo con orgullo.

Comenzó a subir más tranquilo, y el dulce olor de las rosas lo cubría todo.

- ¡Auch! – era un camino de rosas sí, pero con muchas espinas- ¡Auch! – continuó - ¡Auch! ¡Ah… debo tener cuidado dónde piso, ya me he encajado varias espinas!

Mientras tanto Afrodita lo miraba ascender, ¡Ja! Pobre iluso, sus queridas rosas se vengarían por la humillación sufrida. Lo vería morir lentamente, suplicando la muerte. De seguro no llegaría ni a la cuarta parte de la escalera cuando caería al suelo privado de sus cinco sentidos… Y entonces él iría a burlarse de él y a torturarlo….

… Bueno… ya había llegado a la mitad. Afrodita estaba un poco, soló un poco sorprendido.

El chico por su parte se sentía mareado, estaba medio ciego, no sentía las piernas, ya no podía oler las rosas, ni siquiera podía sentir que su saliva se había vuelto amarga, y no oía sus propios pasos. Algo andaba muy mal con él, pero… PERO, ese espíritu de repartidor, lo impulsaba como el cosmos impulsaba a Pegaso en los últimos minutos de la batalla. Tenía un enorme cosmos de repartidor.

El joven por fin llegaba al último escalón y Afrodita había ido cambiando gradualmente su expresión de burla por una de asombro, hasta estuvo a punto de aplaudirle. ¡Había logrado llegar hasta arriba de pie! Tambaleándose claro, pero de pie.

Al fin el gran templo de Athena, se alzaba orgulloso ante los ojos de Adalgiso.

Y ahí estaba él, Adalgiso Topopolus, el orgullo de los repartidores de todo el mundo, había burlado a Afrodita, había atravesado el camino de rosas envenenadas que cubrían el camino hacia el patriarca. Había que admitirlo, de entre todos los repartidores que habían pisado el Santuario, Adalgiso había sido el mejor oponente, el mejor repartidor, el más dedicado, había dado, como repartidor, una digna pelea, contra el temido gran ultimo dorado de la doceava casa. Adalgiso Topopolus, pasaría a la historia como el repartidor que siempre se enfrentó a todo para hacer su entrega.

El pobre chico ya casi no tenía ningún sentido funcionando ni a la mitad, sólo la vista borrosa, pero como zombi de video juego seguía su camino y ahí estaba, ante las 5 escaleras de la entrada al templo del patriarca, sólo cinco escalones más y lo lograría…

- Es admirable tu perseverancia, y la premiaré con una muerte rápida – se escuchó una aterciopelada voz a su espalda.

Shion que venía saliendo se emocionó mucho al ver al repartidor con su uniforme, ¡Al fin alguien le llevaba su pedido!

- Oh mi comida llegó – dijo con gran alegría llamando la atención de Adalgiso que se dirigió a él.

El joven lo miró con las pocas fuerzas que le quedaban, aunque débil, casi ciego, sordo y mudo, le sonrió como sólo un repartidor le puede sonreír al cliente. Shion comenzó a acercarse, y para el patriarca todo estaba en cámara lenta, ¡Al fin comería algo gourmet y no la insípida dieta de vegetales a la que los tenía sometidos la tacaña de Saori!

Shion tendió felizmente las manos para recibir su paquete, y a sólo un metro del chico…

- ¡ROYAL DEMON ROSE!

El pobre repartidor fue alfileteado por la espalda por decenas de rosas demoniacas sin misericordia alguna en cuestión de segundos, y por poco las rosas también le pegan a Shion, una escena más dramática no se vivió ni en los campos Elíseos…

El joven repartidor, abatido y sin fuerzas soltó el paquete de comida que cayó al suelo esparciéndose por todos lados, y el suelo se tiño de rojo… pues las bolsitas de salsa explotaron…

- ¡NOOOOOO! – gritó dramáticamente Shion. No por el joven caído, sino por su comida gourmet…

El joven antes de abandonar este mundo, alcanzó a vencer el veneno de las rosas y dijo.

- Su pedido… - y calló para siempre.

Shion veía con pesar la muerte de… su comida, todo estaba regado por el suelo. Hoy también comería pepino con huevo…

- ¡Afrodita hijo de… Suecia! ¡¿Que se supone que haces?! – espetó histérico.

- Cumpliendo con mi deber – dijo el aludido de lo más orgulloso y arrogante, a pesar de estar todo empapado y desalineado.

- ¡Con un demonio Afrodita! ¡ Pero si es sólo un pobre, miserable y ahora muerto repartidor!

- Sí, me doy cuenta –agregó como sí nada con ese aire elegante y despreocupado que lo caracterizaba. Dándose cuenta que el paquete en verdad sólo contenía comida.

- ¡No tenías por qué matarlo! ¡Al menos no hasta que me entregará mi pedido!

- Lo hubiera mencionado antes –comentó sarcástico el refinado caballero.

Shion miró el cadáver del repartidor que yacía de bruces cara al piso, y que tenía más flores incrustadas que una corona para muerto, visto desde ahí hasta parecía adorno para jardín vienés.

- Ah… - Shion suspiró derrotado, y ya comprendía lo que pasaba…

Era evidente el problema: sus caballeros no sólo estaban obsesionados con su deber sino que tantas batallas y tretas de los dioses y sus esbirros ya los habían dejado traumados, no confiaban ni es su sombra y habían abandonado toda lógica y razonamiento, tendría que hablar con todos ellos.

Al día siguiente…

En el salón principal frente al trono del Gran Patriarca, todos los dorados estaban reunidos y de rodilla al suelo escuchando lo que su líder tenía que decir.

- Primero que nada, me complace informar, que gracias a Zeus, literalmente, el joven que "adornaste" ayer con tus rosas Afrodita, está recuperándose, pues Hades accedió a enviarnos de regreso su alma desde el inframundo como un favor a su hermano y sobrina, pero nos va a salir muy caro porque el santuario va a pagar por los gastos médicos, ya que dejaste su cuerpo totalmente maltrecho, quedó como coladera.

- Él se lo buscó – dijo ufano el doceavo caballero.

- Silencio. Por otro lado les informo que muchas cosas van a cambiar aquí. Primero que nada, estoy considerando seriamente enviarlos a terapia Psiquiátrica a todos ustedes.

- ¡¿QUÉ?! – Se quejaron todos.

- ¿Qué no es el psicólogo el que arregla todo? – preguntó inocente Aioros.

- ¡Pero si aquí el único enfermo es Saga! – se quejó Mascara Mortal.

- ¡Oye eso no es verdad! – dijo Milo sorprendiendo a Saga – ¿Dónde dejas a Kanon?, no merece ser discriminado, tenemos dos mentales en el Santuario. Y contigo ya serían tres.

Ahora sí Saga iba a jugar a "ponerle la cola al Escorpión", porque Milo no quería saber dónde Saga estaba planeando encajarle la "Tiara" esa que Milo llevaba en la cabeza.

- Silencio – ordenó Shion –es un hecho que su conducta está alterada y falta de toda lógica o razón, creo que las batallas pasadas han dejado marca en su sistema nervioso, de otra forma no me explico los brutales ataques que sufrieron algunos repartidores, de los cuales, algunos perpetrados por los menos pensados – dijo clavando su mirada en Mu –De Afrodita a pesar de todo me lo esperaba, con esa fama de cruel que se carga – Afrodita lo tomó como un halago –¿Pero de ti Mu?, el epitome de la serenidad y la tolerancia. Y tú Milo, ¿negarte a escuchar al muchacho antes de encajarle tus agujas? ¿Qué le pasó a tu sentido prístino de la justicia?

- Claro que lo escuché antes de atacarlo.

- Pues su abuela dijo lo contrario.

- ¡Es que usted no sabe la de cosas que dijo!

- ¡Estaba hablando en español!. ¿Qué pudo decirte que tú entendieras? Porque hasta donde sé sólo hablas griego.

- ¡Dijo que quería matar a mi diosa!

- ¡Dijo que no tenías por qué hacer esas cosas!

- Oh... Está… seguro?

- ¡Sí! – espeto de forma tajante dejando callado al dorado. Con otro suspiro Shion logró retornar a la calma – Así que en tu caso Milo, para comenzar, tu castigo será tomar un curso intensivo de español con Shura.

- ¡¿Qué?! – se quejó el escorpión.

- ¡¿Qué?! – se quejó Shura. Con la inteligencia de Milo, eso le llevaría… hasta el fin de los tiempos… - Gran Patriarca, yo no he hecho nada malo, no merezco ese castigo… – gimoteó la cabra.

- Algo habrás hecho, de todos modos, no es un castigo para ti Shura, es para Milo, para ti es sólo un favor a tu amigo y compañero de armas –animó Shion.

- Es lo mismo que un castigo… – lloraba en silencio el español.

- Y respecto a la terapia-

- ¡Pero no es la primera vez que intentan engañarnos con el cuento del repartidor! – Interrumpió Aioria desesperado, él no iba a ir a ningún loquero- Una cosa son los repartidores de comida, ok, pero también han venido otros disque "repartidores" a hacer otras entregas absurdas. Por ejemplo un día llegó una mujer diciendo traer un pedido de Avon,¡¿Quién demonios compraría Avon en las doce casas?! ¡Somos puros hombres!

Todos menos Aioros, voltearon a mirar a Afrodita, pues Aioros veía a su hermano como preguntándose "¿De verdad eres tan ingenuo como para no saber QUIÉN?"

Cuando el caballero más bello se percató que lo miraban se defendió.

- ¡¿Por qué demonios me miran a mí?! ¡Yo ni siquiera me maquillo! – dijo Afrodita muy ofendido por la duda de sus compañeros.

Pues claro que él no compraba Avon, ¡esa marca sólo vendía maquillaje para mujeres! ¡Y él ni maquillaje usaba! ¡Él era una belleza natural y muy orgulloso de serlo!.

Aunque todos le lanzaron una mirada de incredulidad… Pues ¿Quién más compraría esas cosas ahí?.

Mientras tanto Shaka pensaba…

- Oh conque por eso jamás recibí mi Shampoo Advance Techniques para cabello liso y perfecto, (sólo de venta por catálogo) – se lamentaba. Pues si había una única cosa que Shaka valoraba de este intrínseco y banal cuerpo material, era su cabello… Y sólo Avon vendía ese Shampoo. – Por cierto… ¿De qué rayos hablan?¿Cuáles repartidores de comida?.

La razón de que ningún repartidor se hubiera visto atacado por el hombre más cercano a Dios, es porque este no se había percatado de sus presencias. Esto ocurrió porque ellos iban y venían entre las dos y cuatro de la tarde, hora en la que Shaka, cual gato metódico, tomaba su siesta vespertina, porque claro, entre meditación y meditación, hasta su mente necesitaba un descanso, así que cuando pasaban por su templo de Virgo, él había estado, más que dormido, prácticamente muerto. Por eso Shaka no tenía idea de porqué tanto borlote en el Santuario.

- Lo ve, ni Afrodita pidió tal cosa – continuó Aioria –además, otro día llegó una camioneta disque traía un pedido de compra por TV, con sartenes exprés y ollas de doble-cocción-reversible y una mini-grill además de doce tomos de la revista Cocina Fácil. Es obvio que sólo eran una treta, nadie aquí compraría eso.

Mientras los demás se preguntaban de dónde habría salido semejante cosa, Aldebarán se hacía el loco mirando para otro lado.

- Ahora que lo mencionas Aioria – comentó Mu –un día tuve que echar del santuario a una camioneta de una empresa llamada Halloween-Town que traía una enorme caja de cartón con un supuesto pedido y que contenía horribles mascaras de muertos, muy bien hechas y realistas debo admitir, que para entregarlas aquí. Eso parecía más bien para un casino en temporada de Samhain.

- Ahora le dicen Halloween – corrigió Saga.

- Como sea – Mu se encogió de hombros y Afrodita se acercó discretamente al caballero de Cáncer para susurrarle.

- Conque cientos de muertos en tu haber ¿no?

- ¡AH! P-u -pu-pues claro que sí, ¡por algo me conocen como Mascara Mortal!

- ¿Y esas mascaras de Halloween-Town?

- N-o-no tengo idea ¡¿Por qué me preguntas a mí?! ¡Yo no tengo nada que ver! – se quejó en voz baja.

- ¡Ja!

Si ya Afrodita sospechaba algo de su amigo porque un día que había bajado a Cáncer a visitarlo había pisado un rostro sin querer y este había sonado igual que un patito de hule.

- Caray con lo que me gasté en ese pedido… y eran mascaras animatrónicas de edición limitada!. A Helena le habrían encantado… – se lamentaba mentalmente el caballero de Cáncer.

Dos razones. Una: en realidad no era tan villano desgraciado como quería aparentar, no tenía tantos muertos en su haber, la verdad sólo 302 caras de su casa eran reales, y tenía que compensar eso de algún modo. Y Dos: él gastaba lo que fuera para adornar su casa y convertirla en un "Hogar". Italiano al fin…

- Como ve hay muchas anomalías con los supuestos repartidores, no podemos bajar la guardia- finalizo orgulloso Aioria.

- A mí me parece que, de cierto modo, le encuentro lógica a esas "anomalías" - dijo Shion mirando a tres caballeros en especial, aunque uno de ellos de verdad era inocente, ya que el del pedido de Avon era Shaka– Y no tenía idea que eso pasaba en el santuario… Como sea, de ahora en adelante, cuando se trate de entregas me consultarán antes de dejar pasar o mandar al hospital a alguien, así no habrá más confusiones. ¿Han entendido?.

- SÍ GRAN PATRIARCA – respondieron solemnes los aludidos.

Las semanas siguientes Shion comenzó a recibir sus pedidos de comida sin interrupción ni contratiempos, y la paz reinaba en el santuario otra vez. Y el pobre Mu era el encargado de avisar telepáticamente a Shion y a los demás cada que algún repartidor llegaba, y ya le dolía la cabeza…

Mu ya estaba harto de tanto recadito, pero "es ejercicio mental" se decía tratando de no perder la paciencia.

El gran patriarca se estaba dando la gran vida con su nueva dieta. No era justo, ¿por qué sólo él aprovechaba la regla de los repartidores?


Días después…

Mu salía de su casa y vio que dos camiones de cerveza, uno de Cerona y otro de Heinekon se estacionaban a la entrada. Un hombre gordito se bajó del camión de Cerona y se aproximó a Mu.

- Pedido para el Santuario, tres cajas de cerveza de lata de 48 piezas cada una. Firme aquí por favor. – le tendió a Mu una tabla con el documento.

- Ce-cerve-za?

- Sí.

Otro hombre se aproximó, un chico largo y flaco como palillo con gorra en la cabeza.

- Pedido para el santuario – dijo con el acento más ñero del mundo- Once six packs de Heinekon y dos versiones caguama. ¿Me firma aquí don?

Mu estaba sorprendido con la forma de hablar del chico, él nunca había oído a nadie hablar cantado.

- Pero, ¿quién pidió cerveza?

- El gran Patriarca Mu – dijo Cáncer apareciendo en la entrada – Buen hombre, Yo le firmare de recibido, también a ti chico – dijo Mascara con inusual amabilidad.

- Pero Mascara Mortal, debemos consultarlo primero, eso nos dijo el Gran Patriarca.

- Por supuesto Mu, vengo de con él, está confirmado, me ha mandado a recibirlo en su nombre.

- Pero… debería preguntarle.

- ¡No!... es decir no, Mu no lo molestes que para eso me mando a mí. ¿No ves que necesita un poco de paz?. Deja su mente tranquila.

Mu asintió, mientras tanto los repartidores dejaban el pedido en el suelo.

- No entiendo, para qué quiere tanta cerveza, el Maestro Shion no toma.

- Claro que toma, ¿no todos los patriarcas solían comer acompañados de vino tinto?.

- No todos, esas eran más costumbritas de Saga. Pero el maestro Shion es abstemio.

- Todos los hombres amamos la cerveza. Seamos Patriarcas o no.

- No todos, a mí no me gusta, a Shaka tampoco, a Camus menos, el sólo toma vino tinto fino. A Afrodita no le gusta envenenar su cuerpo-

- ¡Ja! Eso sí es una ironía... Pues ustedes son las únicas raras excepciones, pregúntale a Milo, a Aioros, Aioria, Aldebaran, Shura-

- Ya ya, ya entendí. Pero no creo que las haya pedido para ellos, no se nos permite tomar en el trabajo. Y una cosa es que ellos hayan tomado una que otra cerveza cuando han bajado a Rodorio y otra es que tú si te la vives en la botella. Un momento, ¿esto no es de casualidad obra tuya?

-¡Mu, me ofendes! ¡¿Cómo podría yo burlar las órdenes del Patriarca?!

- Ah.. está bien… - Mu la verdad no traía ganas de discutir, había sido un día largo con Kiki, así que decidió creer en las palabras de Mascara y retirarse a descansar un poco.

Días después…

Dos semanas después, llegó a la casa de Aries, una chica de aspecto inocente pero bien arreglada, con traje sastre, uniforme de trabajo obviamente, con unas hojitas verdes bordadas en la solapa, y llevaba dos maletas negras con la palabra "Natura" bordada en hilo blanco en la parte frontal.

- ¿Qué se te ofrece jovencita?

- Traigo un pedido para el Señor Shion.

- Espera, tengo que informarle-

- No te molestes amigo, el patriarca me ha enviado a recibir a esta joven, yo la llevaré con él. Acompaña me por favor. – dijo Afrodita quien se llevó a la joven.

Mu se encogió de hombros y los vio desaparecer escaleras arriba. Al fin Shion se apiadaba él y mandaba caballeros a escoltar a sus repartidores en lugar de meterse cada cinco minutos en su cabeza.

Ya en la casa de Piscis…

- Bueno señor, aquí están sus cosas. Repasaré la lista- Decía la muchacha quien se dedicaba a vender cosas de catálogo de varias marcas y varios rubros.

La mujer había sido aleccionada a decir que las cosas eran para Shion si alguien preguntaba, pero sabía muy bien que eran para dos de sus clientes estrella, uno de ellos era Afrodita. Y la chica comenzó a sacar de la maleta…

- Su Shampoo de Sábila con aceite de Argán para un cabello sedoso, hidratado y brillante. Su spray fijador ultra resistente de acabado natural que no se despeina ni contra el más ardiente cosmos, o el más contundente golpe –Claro si Afrodita iba a morir lo haría con orgullo, clase y belleza, o sea luciendo tan perfecto como se veía en vida, por eso cada que lo mataban, su cabello lucían tan genial como siempre –además, no daña la capa de Ozono ni las plantas. Y… el bálsamo labial humectante que previene y elimina la resequedad.

Pese a lo que sus molestos compañeros pensaban el NO USABA MAQUILLAJE, había nacido hermoso, no por nada representaba la belleza natural. Él era así, como retocado con Photoshop de nacimiento. Ni siquiera en sus rosados labios usaba algún tipo de colorante o labial, ese color sonrosado era natural y permanente, símbolo de su lozanía, y su bálsamo labial era incoloro y se lo ponía ya para dormirse, porque Afrodita era un poquito maniático, le molestaban las imperfecciones en todo, por eso la casa de Piscis era un ejemplo de pulcritud y orden. Pero referente a su cuerpo, también tenía sus manías, y entre ellas el tener algún cuerito en los labios lo desesperaba mucho, como quien se muerde las uñas, y tenía que arrancarlo de inmediato, y a veces terminaba por sacarse la sangre, por eso usaba el bálsamo, era realmente por una cuestión mental y no de estética. Y le molestaba bastante que sus 11 camaradas con cerebro de pollo, le dijeran que usaba lipstick cuando él ni siquiera sabía que era eso.

"Pura envidia" les decía para revirar, pero sabía que sólo era carilla entre camaradas.

Él era bellísimo de forma natural, claro, pero eso no quería decir que no iba a cuidar ese elegante templo de finos acabados al que llamaba cuerpo, cuestión de respeto a su naturaleza. Por eso no solía usar químicos, sólo productos naturales, por eso Natura era por excelencia su marca favorita. Además adoraba a la madre naturaleza, tenía una fuerte conexión con ella, no por nada se le daban tan bellas sus amadas rosas, y tenía excelente mano para cualquier planta.

- Este mes se envían regalos especiales sólo a nuestros mejores clientes, el problema es que… - dijo algo apenada la joven- Verá, como envié sus recibos a la planta para comprobar las compras, por su nombre creyeron que se trataba de una mujer y… le mandaron esto de regalo – dijo sacando una caja con una rosa roja impresa al ato relieve al frente – Lo siento, de ellos haber sabido que era hombre, le hubieran mandado nuestra fragancia elite masculina, quizá podría devolverla y explicar el error para que-

- ¡¿Es lo que creo que es?! – interrumpió Afrodita a la chica.

- ¿Eh?

- ¡¿Es "Rouge Ecstasy" la fragancia exclusiva de edición limitada de Tres esencias de rosas exóticas?!

- S-sí… Perdone… fue culpa mía… no le aclaré a la planta surtidora que usted era hombre y-

-¡Es perfecto!

- ¡¿Qué?! – dijo sorprendida la chica.

- ¡Que me encanta! – dijo quitándole el perfume de las manos. Ya había tenido ocasión de olerlo en una pestaña del catálogo de Natura, pero nunca había alcanzado a comprarlo pues sólo salía una vez al año con menos de 40 unidades.

- ¿Seguro que no quiere que se lo cambie por el de "Maderas Finas" que es para hombre?

- ¡Claro que no! – decía feliz sin dejar de ver su perfume.

- Bueno – dijo confusa- …me alegro que le guste- finalizó con una sonrisa, pues le había preocupado mucho el pensar que de seguro su cliente se ofendería por su error.

Bueno de seguro iba a regalárselo a su novia. Ah… que chica más afortunada era esa mujer, pensó suspirando la vendedora… también por el perfume que le iban a regalar.

Pero no había tal novia, el afortunado era él, amaba el olor a rosas, le importaba muy poco que no fuera masculino. De hecho, era lo único en lo que no se ponía con sus quisquillos masculinos: todo lo que tuviera que ver con las rosas.

Y ese caro perfume… iba a terminar de aromatizante, porque iba a rosearlo sobre sus sillones, cortinas, cama, sabanas, y si bien en su ropa normal de civil siempre usaba finas fragancias masculinas, sus blancas capas de caballero dorado si iban a ser bañadas en ese perfume de rosas, porque, el estilo ante todo. Si su arma principal eran las rosas, que mejor que oler a ellas en combate.

- Por cierto –acotó la chica –traía un pedido para la casa número ocho pero no encontré a nadie, no sé qué hacer, también es uno de mis mejores clientes, pero no puedo volver después porque hoy salgo de viaje. ¿Conoce usted al señor Milo Andreatos?

- ¿Milo? ¿Le traes algo a él?

- Sí. ¿Le conoce?

- Sí, es mi compañero, ¿qué le trajiste?, yo se lo puedo entregar.

- ¿De verdad? ¿Me haría ese favor? ¡Muchas gracias! Mire, su pedido fue –comentó sacando su lista– Crema humectante facial antiarrugas con Flor Buddleja Davidii y células madre, bálsamo "Aceites milagrosos" con aceite de Aguacate y Argán para pestañas más largas, abundantes y fuertes. Crema humectante corporal con aceite de almendras, loción para después del rasurado "Blue Desire", Shampo para risos hidratados, intensificador de color para cabello en tono "lavander blue", perfume para hombre "Kill them all" con feromonas, cinco botellas de gel corporal "Naugthy Boy" para esos momentos especiales con sabores de :Uva, banana, conga, cereza y chocolate.

A este punto Afrodita estaba a punto de soltar la carcajada, pero se contenía, conque el varonil, el "rudamente masculino" Milo si se cuidaba como nena. Ya ni él pedía esas cosas. A esto le iba a sacar provecho….

- Un par de dados fosforescentes "play sexy"

- Disculpa ¿qué es eso?

- A pues son unos daditos que brillan en la oscuridad e indican al azar acciones en pareja.

- ¿Cómo está eso?

- Pues mire –la chica mostro los dados uno decía: pechos, gluetos, piernas, ejem, entre otras cosas… y el otro decía cosas como: acariciar, besar, etc.

- Ah, ya voy entendiendo la dinámica de esto –dijo rodando los ojos el hermoso caballero, ese Milo debería ver a algún médico para controlar su adicción al sexo… -¿Es todo?

- No, también está su acondicionador para cabello con "brillo de espejo", crema bronceadora con efecto suavizante, gel para prevenir y eliminar callos en los talones. Desodorante masculino en spray con feromonas aroma "I'm yours".

A esto Afro no pudo evitar dejar escapar una risilla que distrajo a la vendedora.

- No, tú sigue, sigue.

- Ah pues… qué más… creo que es todo.

- Ok –dijo con una risilla -¿Cuánto es?

- Fue una compra por internet, ya está pagado.

- Ok. Te pediré un favor, si vuelves a traer algo para él, no le avises que también me vendes a mí, ¿de acuerdo?

La chica dudó un instante ante la extraña petición pero siendo Afrodita uno de sus mejores clientes no tuvo problema en acceder. Y sí, quizá Afrodita no compraba tantas cosas como Milo, pero las pocas cosas que compraba Afro eran de las más caras del catálogo, por las cuales ella se llevaba una buena comisión, además le tenía mucha simpatía porque a diferencia de Milo quien se le lanzaba cada que podía, Afrodita era todo un caballero y la trataba con todo respeto.

La chica entregó las cosas de Milo, y el ticket del pago del pedido de Afrodita, el cual el aludido pagó en efectivo, y Afrodita despidió amablemente a la chica acompañándola hasta la entrada.

Y las semanas comenzaron a pasar, con extraños que llegaban hasta Aries con los más raros pedidos, incluida otra vez la tipa del Avon.

- Déjala pasar hasta Virgo, yo me encargo – había escuchado la serena voz de Shaka en su mente, Mu no se la pensó mucho ni hizo más preguntas porque no podía dudar se Shaka. "Buda" era un caballero responsable, obediente y tranquilo.

La mujer fue a dar hasta la casa de Virgo, y, por alguna extraña razón, no cruzo más allá.

"Quizá Shaka al fin le aclaró que aquí no era el pedido" pensó Mu al verla marcharse al poco rato.

Todo iba más o menos normal con los repartidores hasta que un día llegó una caja de regalo bastante grande, con dirección específica a la casa de Escorpio.

- Es el regalo de cumpleaños que me manda un amigo de Patras. ¿Me ayudas a llevarla a mi casa?– dijo Milo que había bajado hasta Aries para recibirla.

Mu lo teletransportó con todo y caja y volvió a su puesto en Aries.

Mu caviló por un momento sobre el regalo. Era raro… al poco rato, Shion entró en Aries para saludar a su alumno quien le comentó como cosa perdida sobre el asunto de la caja.

Lo meditaron curiosos un momento… no era el cumpleaños de Milo, ¿o sí?... ¡Pero si estaban en Julio! ¡Por supuesto que no podía ser el cumpleaños de Milo!

Al final, ambos decidieron que sería mejor ir a ver qué cosa de seguro anormal pasaba en la casa de Escorpio.

Cuando llegaron a Escorpio, no había nadie, en apariencia… Y para comenzar eso era una flagrante a las reglas, ¿qué hacía Milo que no estaba en su puesto?... Bueno, quizá había ido al baño. Fueron a su habitación pero nada más abrir la puerta, ya que nadie respondía, se escucharon unas risas femeninas provenientes del baño. Shion miró a Mu con mirada contrariada y este le devolvió la misma expresión, así que se acercaron a oír… sí, provenían de dentro, abrieron la puerta y …. En el yacusi de la casa, uno enorme estilo griego antiguo por cierto, como en todas las casas, (del cual los Géminis disfrutaban en especial) Milo tomaba un baño con su short azul muy bien acompañado de 5 amigas en Bikini. Y al ver entrar al Patriarca el chico se zambulló, como si el agua prístina más transparente que un vidrio de corporativo, fuera a darle alguna protección contra los penetrantes ojos del Patriarca.

Después de despedir a las señoritas, que casi terminan por aventarle los perros no sólo a Mu sino al mismísimo Shion, importándoles un pepino que fuera el Gran Patriarca, Shion mando llamar a todos los caballeros.…

- Y bien ¿Quién las dejó entrar? – Inquirió Shion sentado en su trono con un dejo de fastidio.

- ¡Mu! – Se apresuró Milo a culparlo a pesar de saber que había sido un vil engaño de su parte al inocente lemuriano.

- ¡Oye pero-! – se quejó Mu.

- Silencio por favor… Ah…. No voy a culpar o castigar a nadie porque creo que a fin de cuentas esto es mi culpa por no planear bien las cosas... Sobretodo conociéndolos como los conozco – dijo mirando a Milo.

- Pero Patriarca, es injusto – se lamentó Aldebarán- sólo usted puede recibir envíos, pero nosotros también vivimos aquí, y también nos gustaría pedir además de otras cosas, algo de comida decente.

- Está bien, Aldebarán tiene razón - dijo Shion, haciendo gala de su siempre justo proceder- No era justo que sólo yo recibiera cosas. Así que eso va a cambiar.

- ¿Quiere decir que nosotros también podremos mandar pedir cosas sin tener que ocultarnos? – preguntó emocionado Milo.

- Sí, pero cosas coherentes, y por cosas me refiero precisamente a eso, COSAS, NO MUJERES MILO. Las mujeres no son cosas, ni tampoco están permitidas en el santuario como acompañantes de los Caballeros Dorados. Por Athena, por eso somos llamados los "Santos de Athena" hagan el favor de comportarse como tales.

- Dejémoslo sólo en Caballeros Dorados – Puntualizó Milo con pícara sonrisa cosa que apoyaron Dohko ,Aioria y Mascara Mortal, que si bien estaba de luto, no podía calificarse de santo.

- Santos, en toda la extensión de la palabra – le corrigió el Patriarca de un modo que no dejó espacio a quejas –Y eso es una orden.

Y el pobre escorpión bajó la cabeza derrotado, junto a sus tres compañeros.

Adiós a las chiquitas…. Se lamentaba Milo.

Adiós a las apuestas en las que jugaba con dinero de otros caballeros… se la-mentaba Mascara Mortal a Shion.

Adiós a su recuperada juventud… Se lamentaba Dohko. ¡¿Que iba a hacer con ella en tiempos de NO guerra si tenía que portarse como santo?! ¡Su amigo del alma Shion estaba loco!.

– Y eso va para ti también Aioria, no quiero saber que se te cuelan más extraños por no estar en tu casa cuando debes por bajar a ver a Marin a cada hora – pues Shion ya se había enterado del porque ningún repartidor nunca se había enfrentado al León de la quinta casa. Es que nunca estaba ahí…

- Pero Shion, vamos, no-

- Cállate Dohko.

- Ok… -

Bueno, siempre podría bajar a Rodorio a divertirse un rato sin avisarle a Shion, o eso pensaba Dohko.

- De ahora en adelante les está permitido pedir aquello que necesiten y-

-¡¿Incluida la comida?!

- Sí Aldebarán, la comida también, ya no los mantendré a dieta de vegetales. Después de todo el santuario paga.

Sí, en cuanto a la comida de todos los caballeros habitantes del santuario, incluidas las amazonas era responsabilidad de Saori como su Diosa pagar su manutención, más aparte su sueldo. Por eso la tacaña tenía una granja en las tierras del santuario y de ahí salía la frugal alimentación, le salía más barato. Pero eso iba a cambiar…

- ¡Bem! – exclamo Aldebarán.

- Gran Patriarca ¿no se molestará Athena? – preguntó Saga.

- Déjenme eso a mí. Por otro lado les advierto que aparte de la comida la cual será patrocinada por nuestra Diosa, las cosas y gustos extras que deseen, los pagarán ustedes. ¿Entendido?.

- Por gustos extras que nos podemos pagar nosotros, ¿Se refiere a las chiquitas? –preguntó esperanzado Milo.

- No Milo, me refiero a parrillas y ollas de doble cocción –pronunció mirando de refilón a Aldebarán- productos de aseo personal, y cosas por el estilo, no gustitos de índole… pervertida. ¿Ahora sí les quedó claro?

- SÍ GRAN PATRIARCA – corearon.

Los caballeros se retiraron y Shion dio un largo suspiro….

Ah… en sus tiempos los caballeros eran más disciplinados y modestos, bueno, menos Manigoldo, ese era toda una excepción a la regla, más parecía sacado de estos tiempos que del siglo XVIII.

Pero estos jóvenes de ahora…. Eran aparte de consumistas, narcisistas, maniáticos, irrespetuosos y nada ortodoxos, y más parecían a veces chiquillos que Caballeros de la Orden Dorada, si no fuera por su excelente y bien demostrado y desempeño en el campo de batalla… Ya los habría corrido del santuario.

Como extrañaba sus tiempos… Sin televisión, sin redes sociales, sin excesos… sin productos Men-care… bueno, eso era algo de lo poco bueno de la época actual… En sus tiempos para un hombre ponerse crema era Tabú, y vaya que a veces la resequedad lo mataba.

Pero antes todo era verdadera disciplina. Ahora se ponía a pensar en lo mucho que habían cambiado las cosas y las percepciones de la gente.

En sus tiempos los hombres tenían que ser rudos, de pieles ásperas, nudillos callosos, sudorosos, despeinados y peludos como yeti… Pero las mujeres de estos tiempos modernos los preferían, depilados, de pieles suaves, con olor a fresca menta, bien peinados, y de cabello brillante y sedoso si estaba largo.

Claro la modernidad había traído consigo cosas benéficas.

Por ejemplo: Al fin en esta época moderna se había acuñado un término que definía a perfección y con corrección a los hombres como Milo o Afrodita, "Metrosexuales". En sus tiempos se les confundía con… ejem, otra cosa, aunque no lo fueran. Realmente Shion no estaba seguro de que Afrodita fuera un metrosexual porque a decir verdad, el muchacho era en realidad una belleza natural, no por nada los mismos Dioses se referían a él como el caballero de Athena representante la belleza de la naturaleza. Dudaba que Afrodita necesitara de muchos afeites para conservar esa hermosa apariencia. Pero Milo, de él sí sabía que adoraba cosas como cremas humectantes, perfumes finos, shampoos "con aroma a hombre", cremas antiarrugas, rutinas de fitness, en fin todo para lucir deseable y sobretodo irresistible para sus "chiquitas", ya que se jactaba de que hasta ahora ninguna mujer le había dicho que NO.

Pero a Afrodita no le conocía esas manías. Si bien se sabía que le gustaba cuidar su alimentación comiendo cosas naturales y nunca transgénicas, no se le conocían mañas tan vanidosas como las de Milo, además que nunca se le escuchaba vanagloriarse de su propia belleza, como a Milo…

Pensando en Afrodita… Ah… No cabía duda, el tiempo era sabio, y la naturaleza también, Afrodita había nacido en el tiempo correcto, porque si hubiera nacido en tiempos de Shion…

Si no se olvidaba que Albafica a pesar de su hermosura se ponía como energúmeno cuando alguien le decía "hermoso", pues en aquellos tiempos, los hombres no debían ser hermosos (aunque lo fueran), eso era cosa de mujeres, para un hombre, el ser feo era lo correcto. Las tres "F", Feo, Fuerte y Formal… O sea que toda la antigua orden dorada del siglo XVIII estaba soberanamente jodida, porque no encajaban con la idea de masculinidad de aquellos tiempos… Sí, todos eran fuertes, formales sólo algunos, y feos… ninguno.

Los nuevos caballeros dorados de hoy estaban en la gloria, pues ellos sí iban acorde con los estándares de belleza masculina que exigían las mujeres de estos tiempos.

¿En qué momento había cambiado tanto la humanidad?...

Ahora que lo pensaba…

- ¿Qué diría Albafica de su sucesor de esta época?... Si conociera a Afrodita en estos tiempos… se vuelve a morir, seguro consigue una pistola y se pega un tiro… O se lo pega a Afrodita. Y si Afrodita hubiera vivido en nuestros tiempos, seguro que El Cid lo hubiera enviado con la santa inquisición a España a quemarlo por hereje…. Si El Cid siempre se la pasaba cuestionando la apariencia de Albafica, basado la tradición española antigua de lo que un hombre debía ser… Porque sin demeritar a mi querido amigo Albafica, que descanse en paz, Afrodita supero y por mucho su belleza, y eso ya es mucho decir, ya que, por mucho tiempo, Albafica fue el caballero de Piscis más hermoso de todas las generaciones pasadas. Ah… Después de todo me alegra saber que en esta época hay más comprensión y tolerancia… Bueno… Dentro de lo que cabe.

Se dijo pensando en que si hubiera más tolerancia y compresión no habría tantas guerras.

Pero pese a todo, Shion estaba feliz de estar con vida nuevamente y en un tiempo más tolerante, aunque más caótico. Y siendo honestos… Shion se sabía hermoso también, y en estos tiempos, se sentía con más libertad y tranquilidad de salir a las calles, porque en sus tiempos también lo habían confundido con una mujer en más de una ocasión… Cosa que sólo Dohko sabía y por lo cual siempre lo fastidiaba, pero sólo a solas… pues Dohko siempre iba a proteger la dignidad de su amigo frente a los demás.

Por la tarde, todo era paz y tranquilidad en el santuario. El sol se ponía en el horizonte tiñéndolo de carmesí, y Shion disfrutaba de la suave briza y la hermosa vista que la tremenda altura a la que estaba ubicado el Santuario le proporcionaba desde un balcón.

- Ah… que hermosa es la tranquilidad…

¡KABOOOM! Se escuchó (y hasta se vio) una explosión en la casa de Géminis.

- ¡HIJO DE JUNINIIII! – Se escuchó por todo el santuario el grito de Kanon.

- Ah… -Shion suspiró depresivo– Sí… otro día más en el Santuario…

*…*…*…*…*


¡Hola!... Caray, tenía años, muchos años, que no me pasaba por la sección de Saint Seiya para poner un fic… quizá algunos me recuerden o quizá no… La verdad no sé cómo están las cosas por aquí más allá de lo que me han contado mis amigos…

Bueno, aquí termina este cap. Este fic estará lleno de historias auto conclusivas e independientes que al mismo tiempo se relacionan, pero pueden leerse de forma independiente cada una si lo desean. NO SERÁ UN FIC YAOI. En lo personal prefiero ver a los personajes normales, en situaciones cómicas, porque siendo tan serios y la serie tan dramática, es divertido verlos sufriendo por situaciones hilarantes o absurdas, así que me decanto por hacer mi aporte al género cómico en Saint Seiya, este anime me inspira mucho a lo cómico por las razones antes expuestas. Respecto a Afrodita, no sólo soy una de las muchas personas que quedo ampliamente complacida con su brillante participación en Soul of Gold donde tanto él como Mascara se reivindicaron y en qué forma, sino que estoy cansada de verlo representado como Gay hasta en los memes, porque no lo es, así que eso no se verá en mis fics, además es un estereotipo muy gastado del pobre personaje. Y conociendo la cartilla original en japonés de cada santo, sé de sobra que no es afeminado ni gay, y que no se pinta la boca, error en el que caen hasta los fans más eruditos en el tema según sé. Según Kurumada, los labios rosados de Afrodita, son naturales, porque él representa la belleza de la madre naturaleza, altamente valorada en Japón, y todo lo que tiene Afrodita (incluido su lunar) es su apariencia natural. Así que, salgo en defensa de este santo tan incomprendido en la machista cultura latina, por falta de conocimiento sobre la cultura japonesa, en la que un hombre entre más rasgos femeninos tenga es considerado atractivo, preferible y más guapo, pero nunca menos masculino, y eso es de la vida real, créanme, viví en Japón.

Deseo les guste este fic que tiene mucho pero mucho tiempo de haber sido comenzado (más de 4 años), pero no había tenido oportunidad de publicarlo, por cuestiones de mi trabajo que quienes me conocen de otros fics y otros animes saben que es lo que me impide actualizar tan seguido como yo quisiera. Razón por la que tuve que quitar un fic hasta poder avanzarlo más o de otra manera no lo entenderían claramente con tan pocos caps. Si alguno de los que leía Llama eterna anda por aquí (que no creo porque es de otro fandom) esa es la razón de que ya no lo encuentren, pero lo resubiré después.

Ahora un Glosario

La frase "Mi buen" es un modismo que significa "mi amigo" es una forma de ser amistoso con un desconocido.

"A güigüi" es una expresión idiomática que significa por supuesto ya que es una forma disimulada de la no tan elegante "A huevo".

El griego escrito no parece sonar a las frases en español, pero créanme que pronunciado sí.

Para no usar tanta marca, cambié los nombres de ciertas cervezas por los de Cerona y Heinekon. Así como también los nombres de los demás productos y perfumes son invención mía.

Bueno, muchas gracias por leer, y hasta pronto.