¡Muy buenas a todos una semana más! No voy a enrollarme más; eso lo dejaré para el final. ¡Disfrutad este FINAL CHAPTER (y no, no es una alusión a la película xD)
Varias semanas después. Septiembre.
Me muevo inquieta en la cama. No puedo dormir más de quince o veinte minutos con mucha fortuna. Es la crisis, la puñetera crisis. Se ha instaurado la ley marcial en Raccoon City. Nadie puede entrar y salir desde hace tres días aproximadamente. Ya no me buscan. Ahora están más preocupados con otro asunto mucho más importante.
Umbrella ha seguido jugando con fuego, y el resultado ha sido que el virus T ha llegado a la ciudad. Era lo que todos temíamos, y me siento culpable por no haber podido prevenir a los ciudadanos de lo que estaba por llegar.
He intentado numerosas veces colgar carteles, mandar mensajes, hacer algo para que toda la población abra los ojos a la realidad: Umbrella ha estado jugando con todos nosotros desde el principio. Nos ha puesto en peligro continuamente, y lo que es peor, conseguirán que cada vez más y más personas se vean afectadas.
No hay ninguna vacuna que yo sepa. Los médicos del hospital de Raccoon llevan atendiendo a cada más ciudadanos desde que se dio el primer caso. Cuando el primer afectado, un hombre de mediana edad, fue llevado al hospital ya era demasiado tarde para él, y sin una cura… no había nada que hacer.
Paso todos los días por la puerta del hospital. Ya no tengo miedo a que me reconozcan. Creo que ahora están empezando a entender que decíamos la verdad, algo que me alegra en parte. En fin, el caso es que parece que el personal médico está desapareciendo o muriendo.
Ayer oí a dos guardias de seguridad hablar sobre ello. Tienen a varios pacientes aislados en una de las alas del hospital sin saber muy bien qué hacer con ellos. Espero que a alguien se le ocurra la genial idea de sintetizar una vacuna.
Lo que me tiene desconcertada es que eso mismo no se le haya ocurrido a Umbrella. Desde el primer brote han estado muy calladitos; supongo que estarán haciendo todo lo posible para no llamar la atención sobre el incidente, algo muy típico de ellos. Otro que últimamente está muy escondido es Irons.
Sólo salió a dar una breve conferencia de prensa anunciando que el R.P.D. y sus nuevos miembros iban a ser los encargados de dar algo de luz a este misterioso brote. Es como volver a revivir lo de la mansión… sólo que a una escala mucho mayor, y con muchísimas vidas en juego.
Me alegro tanto de haberme quedado por aquí… He descubierto cosas muy interesantes sobre Umbrella y Irons. Tal y como sospechábamos, la corporación ha mantenido operativas sus instalaciones todo este tiempo. Han estado desarrollando en secreto un nuevo virus, el virus G.
Un tal William Birkin es el cabecilla de toda esta pesadilla. Pero lo extraño es que el virus que ha aparecido en la ciudad es el virus T, el mismo al que me enfrenté en la mansión Spencer. El primer infectado afirmaba que una rata le mordió mientras iba caminando por la calle junto a su mujer.
¿Una rata? Creo que hay algo que no me encaja. Sabemos que Umbrella ha estado experimentado con todo tipo de seres vivos, pero… ¿cómo es posible que las ratas sean portadoras del virus T?
Vamos, como si en la mansión no hayas visto nada: plantas gigantescas, tiburones, cazadores… ¿Quieres más?
Son unos putos lunáticos. Eso es lo que son. Y pensar que todo esto lo han estado haciendo delante de nuestras narices y con el consentimiento de Irons… Los correos que Chris descubrió en su casa eran todos ciertos. Al parecer hay un túnel que conecta la comisaría con los laboratorios de Umbrella, y era por allí por donde establecían sus contactos y sus juegos sucios.
Irons ha estado salpicado en varios casos de corrupción no sólo aquí, sino en Baton Rouge, lo cual me sorprende. Baton Rouge es la capital de Luisiana, a una hora y media aproximadamente de New Orleans. Ahora que lo recuerdo, me comentó que había estado en Baton Rouge alguna vez para cazar… Puede que ahí comenzaran sus líos.
Cómo me gustaría compartir toda esta información con mis compañeros… Seguro que entre todos podríamos darle sentido a este rompecabezas. ¿Por qué Irons ha aceptado dinero de Umbrella para permitir algo tan peligroso? Sé que es un hombre que se mueve por el dinero, pero no le veo jugándose el pellejo por algo que no le reporta más beneficio más allá de lo económico.
¿Le habrían prometido… ser el nuevo alcalde? Quién sabe… Ya conocíamos las pretensiones de ese capullo de dirigir algún día la ciudad.
Me giro hacia la izquierda y compruebo la hora en el despertador. Son las cinco y media de la tarde. Me sorprendo. ¿Tanto he dormido? La última vez que comprobé la hora eran las cuatro. Bueno, al menos he hecho un progreso.
Me quedo sentada en la cama, mirando hacia los débiles rayos que entran por las rendijas de las ventanas. Me gusta el piso. Está en el centro de Raccoon City, cerca de una zona de oficinas. Me metí en él cuando vi que una familia salía apresuradamente al comprobar que la situación se le está yendo de las manos al departamento de policía.
Un perro ladra lastimeramente, y le sigue otro que gruñe. Frunzo el ceño. No es normal que los perros estén tan activos a esta hora de la tarde. Se escuchan gritos y voces en el exterior. Algo pasa. Cojo la pistola que guardo bajo la almohada y camino a buen ritmo hacia la entrada. Suerte que es un primer piso.
-¡Eh! ¿Qué crees que haces gilipollas? –vocifera un hombre. Bajo los escalones de dos en dos y llego a la calle.
Lo primero que veo es una furgoneta blanca aparcada en el otro lado de la calle. Hay un coro de personas rodeando a otras dos. Lo cierto es que la furgoneta me es sumamente familiar… Agarro con fuerza la pistola y troto los últimos metros.
-Policía. ¿Qué demonios está ocurriendo aquí? –grito para llamar la atención de los presentes. El revuelo se detiene. Todo el mundo se fija en mí. Aunque teóricamente ya no tengo licencia para intervenir, sé que soy la más adecuada para detener esta situación.
Me quedo helada al ver a uno de los hombres que está en el centro del corro, e inmediatamente entiendo por qué me sonaba la furgoneta. Tom está allí, encarándose con un tipo que tiene cogido a un perro con una correa. El can no para de forcejear, e inmediatamente veo algo raro en él.
Tiene los ojos inyectados en sangre, como aquéllos que atacaron a Joseph. Me recorre un escalofrío. No, no puede estar pasando. Tiene el hocico lleno de sangre, y una sospechosa herida en su pata delantera izquierda. ¿Le han mordido? Me llama la atención otro perro que está detrás, con los pelos erizados y gruñendo. ¿Qué le pasará?
-Este capullo le ha dado una patada a mi perro –explica el tipo haciendo grandes esfuerzos por contener a su mascota.
-¡Me ha mordido! –grita Tom enseñando una mordedura que tiene en la pierna.
Los presentes emiten un grito de sorpresa. Yo me quedo sin habla. No, no puede ser… ¡Va a transformarse! El corazón me late de forma violenta. Trago saliva con dificultad. Sé lo que hay que hacer… pero no estoy preparada para esto.
Entre tanta confusión veo cómo el perro consigue librarse de su dueño y se lanza contra una mujer, derribándola al suelo.
-¡Laura! –el grito del hombre que está a mi lado me hace reaccionar.
La mujer chilla desesperada mientras el can se lanza a su cuello, y con un fuerte mordisco, le arranca un trozo de carne. Los gritos de la mujer me recuerdan a los de Joseph pidiendo ayuda, suplicando ser salvado… Me quedo apuntando mientras la mujer se desangra.
No, tengo que hacer algo. Le quito el seguro a la pistola y efectúo un disparo que impacta en la cabeza del chucho. Se queda inmóvil sobre el cuerpo de su víctima. Observo cómo la mujer intenta respirar sin demasiado éxito, y desde ese momento, sé que no tiene nada que hacer.
Doy unos firmes pasos hacia ella.
-Lo siento… -murmuro apartando la mirada en el momento en el que aprieto el gatillo. Todos gritan sorprendidos.
-¡Pero qué coño le ha hecho a mi mujer! ¡Laura!
El tipo de antes se arrodilla junto a su pareja. Pero no tengo tiempo para contemplar esa dramática escena. Toda mi atención está centrada en Tom, en la herida que no para de sangrar de su pierna. Le apunto tragando saliva con mucha dificultad.
-Jill… ¿Es que te has vuelto loca? ¿Por qué te has cargado a esa mujer? ¿Vas a hacer lo mismo conmigo?
-Ese perro estaba infectado con el virus T, el mismo virus que ha acabado con la vida de todas las personas que están siendo llevadas al hospital aquejadas de estar enfermas –explico intentando mantener la calma. La mano me tiembla ligeramente -. Era solo cuestión de tiempo que está mujer se transformara en una devorada de carne… en un zombi… -vuelven a sonar gritos de asombro y algún que otro murmullo -. No existe vacuna. Tarde o temprano… tú también cambiarás…
-¿Qué? ¿De qué mierda estás hablando? ¡Cada vez tengo más claro que los S.T.A.R.S. estáis como una puta cabra!
-Tú mismo… -respondo con una calma total. Sé que estoy haciendo lo correcto -. Yo en tu lugar elegiría abandonar este mundo como humano, no como alguien sin alma, sin voluntad, sólo movido por el ansia de alimentarse. Empezarás con vómitos y fiebre alta, te entrarán picores, y la piel se te empezará a caer a pedazos…
-¡Basta! ¡No quiero seguir escuchando esta mierda! ¡Baja ahora mismo la pistola!
-No puedo poner a toda esta gente en peligro –veo las lágrimas saltadas en el rostro de Tom, a ese hombre que una vez formó parte de mi vida. ¿De verdad puedo hacer esto? -. Tienes que acabar con todo esto cuanto antes…
-¡No!
Y se lanza contra mí. Caemos al suelo. Mi pistola sale disparada hacia atrás. Tom me sujeta los brazos con fuerza, pero tengo bastante libertad de movimientos. Levanto las piernas y le propino una patada en el costado. Tom sale despedido hacia la derecha, y yo aprovecho para rodar por el suelo y coger mi pistola.
-Tom… No lo pongas más difícil…
Y empieza a carcajearse con los ojos salidos de sus órbitas.
-¿De verdad, Jill? La mujer de la que una vez me enamoré… Ahora pretende matarme… y todo porque está loca de remate… ¿Qué clase de droga has tomado hoy?
Aprieto los dientes con fuerza. Dios, si él entendiera… Si hubiera pasado por todo lo que yo he vivido… De pronto, empieza a toser con fuerza, y echa sangre por la boca. Joder. Me pongo alerta. El virus está empezando a adaptarse a su organismo. Parece que a cada persona no le afecta al mismo tiempo. Es decir, una persona puede tardar unas horas en transformarse, y otra un día o más.
-Tom… Ya ha empezado el proceso… -me mira asustado, observándose las manos llenas de sangre -. Lo siento mucho…
Y aprieto el gatillo sin vacilar. Me cuesta respirar. El cuerpo de Tom yace en el suelo sin signos de vida, ahogándose en un charco de sangre. Dios… ¿cómo he podido llegar a esta situación? Nadie habla a mi alrededor.
-Escuchadme todos –logro decir cuando más o menos he recuperado la compostura -. Si valoráis vuestra vida y la de vuestra familia lo mejor será que os larguéis. Encontrad la manera de salir de Raccoon City. Aquí no vais a estar a salvo.
Algunos se marchan de allí, no sé si porque están asustados o porque no pueden permanecer allí ni un segundo más. Me quedo observando los cuerpos sin vida en el suelo. Tres víctimas inocentes que han tenido la mala suerte de cruzarse en el camino de Umbrella.
La ruleta de la justicia ha empezado a girar. Nadie puede detenerla. Nadie. Ésta es la última oportunidad de Raccoon City… y mi última oportunidad.
No sé a vosotros, pero a mí esta Jill con la cabeza tan fría me ha molado bastante. ¡Y nada menos que cargarse a Tom! Guau!
Bueno, no sé por dónde empezar. Éste es el cuarto relato que termino en FF, y la verdad que no puedo hacer más que sentirme agradecida por todo el apoyo que me lleváis mostrando todo este tiempo. Quiero dar especial gracias a mi gran amiga Xaori, por estar siempre ilustrándome con sus ideas y sus comentarios. De verdad, consigues alegrarme mucho el día con tus comentarios, y ya sabes que puedes contar conmigo para lo que sea.
Gracias también a Stardust4 por haber seguido mi historia desde el principio. Agradezco muchísimo tu apoyo y espero que esta historia te haya gustado más que la anterior.
Y miles de gracias a todos los que alguna vez me habéis comentado y a los que, anonimamente, dedicáis vuestro tiempo a leer mis historia. Esto no sería lo mismo sin vosotros.
Así que nada, he disfrutado mucho con esta historia, creo que incluso un poco más que Todo o Nada (aunque los lemons de allí son el triple mejores la verdad xD), y creo que he intentado plasmarlo lo mejor posible.
Aunque esta historia ha terminado, esto no quiere decir que MI historia se haya acabado. No, no. Sigo dando guerra. Estad atentos a la próxima semana, que hay bombazo informativo. Os invito a releer una vez más Todo o Nada y Lucha a Muerte para que os vayáis haciendo el cuerpo... ¡No digo más!
¡MUCHAS GRACIAS A TODOS!