¡Hola fans de Yuri on Ice!
Hoy publico mi primer escrito de esta pareja tan preciosa que roba el corazón nada más verla. Debo decir que la serie es fantástica y da ganas de verla una vez tras otra aunque ya sepas el final. En fin, quería escribir algo de ellos antes de que acabara el año. Espero poder estar subiendo pronto nuevas cosas en este fandom. Espero que les guste el shot.
Dislaimer: Yuri on Ice no me pertenece, yo solo creo situaciones esperando saber que habrá otra temporada.
Feliz Año Nuevo
31 de diciembre de 2016. Cambio de año. Pronto comenzaría el 2017, un nuevo año con nuevos retos que cumplir, más ilusión, por lo menos para Yuri y Viktor.
Hacía ocho meses desde que el mayor llegó a Hasetsu para convertirse en el entrenador del menor. Aquello fue una escapada de la monótona vida a la que estaba acostumbrado en Rusia. La familia Katsuki lo acogió como uno más y él por fin supo lo que era un verdadero hogar. Aquellas personas lo habían tratado como nadie lo había hecho en mucho tiempo. Al principio a algunos le costó acostumbrarse a tener al famoso Viktor Nikiforov en aquel humilde balneario, sin embargo, al final todos acabaron tratándolo sin acordarse de que aquel hombre era el pentacampeón del mundo en patinaje artístico. Una de las personas a las que más le costó acostumbrarse fue a su pupilo, la persona con la que más horas pasaba, Yuri. Era lógico, de un día para otro llega tu ídolo y te dice que se convertirá en tu entrenador, a partir de ahí comienzas a compartir momentos muy íntimos con él. La verdad es que fue algo bruto a la hora de comenzar su relación con Yuri.
Con el tiempo, sin embargo, fue el mismo Yuri el que comenzó a buscar también esos momentos. Habían pasado muchas cosas juntos, desde la competición nacional hasta la final de Grand Prix, en el que por desgracia no había logrado ganar por aquellas dichosas doce décimas.
Viktor recordaba todo, incluso aquella noche que Yuri parecía haber borrado de su memoria, en la que él mismo le pidió que fuera su entrenador mientras estaba bajo los efectos del alcohol.
El ruso tenía que admitir que ese año había sido maravilloso, y daría lo que fuera por repetirlo. Sin embargo, prefería seguir junto aquel japonés y vivir aún más cosas y esta vez conseguir que lograra ganar el oro en la final.
— ¿En que piensas Viktor? — cuestionó aquella voz que amaba sacándolo de sus pensamientos. Miró al reloj y vio que a penas quedaban dos minutos para cambiar de año.
— Solo en todo lo que ha ocurrido este año — contestó tomando la mano del pelinegro para llevarla a sus labios y besar aquel anillo dorado que ambos compartían — Y en lo que ocurrirá el que viene si consigues ganar.
— Contigo en la pista es imposible que gane — comentó apretando la mano del rubio.
— Aún así, confió en tu fuerza de voluntad Yuri. Aunque…A lo mejor casarte conmigo no sea suficiente fuerza de voluntad — añadió divertido.
— ¡Claro que lo es! — aseguró abrazando por sorpresa a Viktor — Ahora mismo es lo que más deseo.
— Me dolería creer lo contrario — respondió correspondiendo ese cálido abrazo.
Se quedaron allí. En mitad de aquel templo hasta que los gritos que indicaban el cambio de año los hizo separarse un poco para poder verse a los ojos. Con lentitud sus labios se unieron, iniciando de la manera más dulce aquel nuevo año.
— S novym godom Yuri — habló el ruso al separarse.
Feliz año a ti también Viktor.
Y volvieron a unir sus labios hasta quedarse sin oxigeno. Una vez tras otra sin importar donde estaban, solo queriendo estar lo más juntos posibles. Ese año aguardaba muchas sorpresas, y ellos estarían juntos para descubrirlas. Definitivamente, ese nuevo año sería mejor que el anterior.