Capítulo 1 - Penas, celos y sorpresas

La larga charla con el maestro Fu me ha dejado sin aliento "literalmente". Recopilar tanta información en tan poco tiempo me ha resultado muy difícil de asimilar, a pesar de la paciencia de los dos kwamis existentes en aquella sala de relajación de técnicas orientales y del guardián de los Miraculous.

Ahora, que me encuentro en la Torre Eiffel, contemplando la ciudad de Paris, es cuando me pregunto que más secretos oculta esta ciudad que uno nunca puede llegar a descubrirlos todos. Está empezando a caer el día y en pocas horas muy probablemente empiece a encenderse la Torre, iluminando con su luz las aguas del Sena que pasa a sus pies y del que desde mi altura parece tan lejano como el punto más lejano de la ciudad y que resulta imposible de ver.

Cuando salí a la calle tras varias horas de conversación, no paré de pensar en todo lo hablado hoy. Me sumí tanto en el tema que no me di cuenta que había traspuesto, sola, hasta el Trocadero.

Tikki estaba muy silenciosa desde que dejamos el lugar. Creo que quiere darme cierto tiempo para asimilarlo todo y en verdad lo agradezco.

Cuando miré desde uno de los jardines la magnitud de la torre de hierro, me animé a mí misma a subir; ya no como Ladybug, sino como Marinette. Si bien la mayoría de los días en la noche subía hasta la punta con la ayuda de mi yo-yo para observar mejor el panorama, esta vez preferí subir como una chica normal; una más que va a visitar como muchos otros turistas del resto del mundo el famoso monumento.

No me arrepiento. En la que es la segunda planta de la torre hay mucho bullicio aun siendo una época, en teoría, de pocas visitas. Familias, niños corriendo maravillados por las vistas, madres corriendo tras ellos, parejas de enamorados… Simplemente el hecho de que haya tanta gente en el lugar hace que me retrotraiga más en mis ideas.

Tengo tantas cosas que me pregunto y tantas dudas aún por resolver que a veces desearía que se las llevará el Sena consigo para poder liberarme de cargas y angustias desde que soy Ladybug…

Si no fuera por Chat Noir... hace mucho que me hubiera podido la presión y la responsabilidad…

El maestro Fu me dijo que mi compañero gatuno aún no era conocedor de nada de lo que hoy se me había revelado. No sabía que fue quién nos eligió como los portadores de los miraculous de la buena y mala suerte; que existían más miraculous además de los nuestros que se encargaban de mantener el orden a raya y de asegurarse de nuestra protección como portadores principales; que el mismo Hawkmoth era un portador corrompido y al que debíamos encontrar para liberarlo y detener la invasión de akumas que desolaba Paris constantemente…

Siento pena por no poder ir a buscar a mi fiel compañero y contarle todo, pero el mismo guardián fue quién me pidió que no lo hiciera, puesto que al igual que yo, él debía llegar a él por sí mismo al igual que yo lo hice.

Nunca me gustó guardar secretos. Ya me cuesta mucho trabajo guardar el secreto de mi identidad por la seguridad de las personas a las que quiero. No deseo guardar otro secreto con la única persona con la que en verdad puedo ser yo misma; con la única persona que cree más en mí que yo misma…

Mi bolso tiembla en mi costado y lo abro pensando que es mi móvil, pero errónea fue mi suposición. Ante mis ojos veo envuelta cual ovillo a Tikki, que duerme plácidamente. La escena me conmueve. Debe de estar muy cansada, pues, a decir verdad, hoy abusé un poco de su energía por mi escena de celos con Adrien y Lila. No me dio tiempo a destransformarme cuando ya estaba Volphina haciendo su aparición estelar.

Me preocupa lo que ocurra el día de mañana cuando Lila llegue a la escuela, su reacción para con Adrien y su ahora infinito odio hacia mi identidad heroica.

Es en estos momentos es cuando agradezco que nadie sepa mi identidad como Ladybug. Temo que, aunque hayamos podido purificar el akuma de Lila, ella siga guardando resentimientos hacia Ladybug y pueda volver a ser akumatizada. Sería algo peligroso volver a enfrentarnos a otra akumatizada aún más resentida para conmigo y también para con Chat Noir. Aunque también me preocuparía si se diera esa situación y mucho por Adrien, puesto que se ha visto comprometido en esta situación por culpa de mis estúpidos celos.

Me morí de miedo cuando vi aquella ilusión de él aquí, en la Torre Eiffel, siendo soltado del agarre de Volphina. A pesar de todas las consecuencias que eso hubiera causado, no me hubiera arrepentido de dar mi Miraculous y mi vida si fuera necesario por Adrien. Muchas veces he dudado hasta de mis propios sentimientos por él ya que, debido a mi timidez extrema, apenas soy capaz de mantener una sola frase fluida con él. Alya me lo ha preguntado muchas veces a pesar de que siempre me apoya para todo lo que necesite. Y yo también me lo he preguntado…

¿Cómo voy a amarlo si no soy capaz de hablar con él?

¿Cómo voy a amarlo si no puedo conocerlo más allá de las revistas de moda?

¿Cómo voy a amarlo... si no soy capaz ni de quererme a mí misma bajo la máscara de Ladybug?

Pero en esos instantes no me importó nada. Porque, por fin, pude darme cuenta de que mis sentimientos por Adrien no tienen nada que ver con la admiración; sino por cómo me siento realmente cuando estoy con él.

Me hace sentir que valgo más de lo que yo pienso cuando me desanimo; que soy talentosa cuando creo que lo que hago no tiene valor; me hace sonreír cuando todo va mal; me motiva y motiva a todos cuando la situación lo requiere a pesar de que él se encuentre comprometido en algo; es justo, noble, empático y el único capaz de remover mi corazón como una locomotora hasta el punto de volverme una estatua y alguien mudo frente a él...

Me gusta, no por su físico, si no por quién es, y no me importa si no he podido conocer todo de él, porque la parte que he podido conocer, su personalidad, su forma de ser, su interior, es la que me ha hechizado.

Le amo…

Le amo…y no tengo palabras para expresar todo lo que siento cuando me quedo ante sus ojos esmeralda.

Sonrió como una tonta y me sonrojo yo sola ante mis pensamientos de loca enamorada mientras me estremezco por la ligera brisa otoñal que se está levantando. Quizás hoy, a pesar de que una puerta nos separaba cuando fui a asegurarme de que estaba a salvo en su hogar tras el ataque, no haya sido capaz de liberar en palabras todo lo que sentí cuando sucedió aquello. Pero sé que la próxima vez se lo diré sin miedo; cuando sea lo suficientemente valiente sin la máscara, como Marinette...

Porque he descubierto que no me importa lo que me pasé o si me rompen el corazón... todo valdrá para mí la pena si los que quiero son felices y están a salvo... si Adrien es feliz y vive a salvo.

Por el momento solo espero que me perdone por no haberle devuelto su libro y se lo haya entregado al maestro Fu. Me confesó que este guardaba secretos de los portadores de los miraculous que nos podría ser de mucha utilidad en el futuro.

Puede que Lila fuese la que se lo robó primero, pero yo al no devolvérselo puede que esté siendo, en cierta forma, también una ladrona y egoísta. Aunque, para ser sincera, después de todo lo revelado hoy, y todo lo relacionado con ese libro, me hace preguntarme cómo es que Adrien tenía un libro sobre los miraculous…

¿Cómo se hizo con él?

….

Tras una larga jornada de reflexión, bajé por el ascensor de la torre y me alejé tranquilamente del edificio emblemático para dirigirme a la panadería Dupain-Cheng.

Si ayudaba un poco a mis padres quizás podía desconectar un poco de toda esa situación, tan irreal, y despertar del sueño en el que me había sumergido. Mis intenciones se vieron truncadas cuando vi una nota en el portal de casa en el que papá y mamá me avisaban que ya habían cerrado la panadería y que tenían que hacer unos recados de última hora. Eso era señal de que llegarían tarde para que no me preocupase.

Una vez cerré la puerta al ático, mi cuarto, saqué a Tikki delicadamente del bolso y la deposité en unos cojines sobre mi sillón para que descansará. Tras ir un momento a la cocina le dejé al lado un plato con galletas para que repusiera fuerzas si despertaba por la noche y necesitaba un tentempié nocturno. Sonreí tras verla removerse y escucharla decir mi nombre y el de Ladybug ensueños.

Me quedé un rato contemplando a la dulce mariquita de la suerte. Se había vuelto mi confidente desde hace ya tiempo. Viéndola dormir, me pregunté cómo sería el kwami de Chat Noir.

¿Tranquilo o nervioso?

¿Serio o juguetón como su portador?

Definitivamente creo que sería similar al Chat Noir que conocía, puesto que, en cierta manera, cuando yo me volvía Ladybug, a veces sentía que se me contagia el positivismo de Tikki y su energía.

Solo sabía que se llama Plagg y que fue desde tiempos antiguos el compañero de Tikki como Chat Noir lo es para mí.

-Solo espero que Chat haya tenido la misma suerte que yo con Plagg al tener a alguien como tú a mi lado Tikki: que le ayude en sus horas más bajas, le anime y le conforte en la soledad.

Tras dejar descansar a Tikki, en un lado del escritorio, me decidí a ponerme al día con las tareas que había dejado pendientes de clase. Al cerrar el libro y prepararlo todo para mañana con cuidado de no despertar a Tikki, me metí entre las sábanas de mi cama.

Mientras intentaba dormirme, boca arriba, contemplando la luna llena por la claraboya, me quedé pensando en los dos chicos que rondaban mi mente últimamente… Adrien y Chat Noir... tan parecidos y tan opuestos a la vez.

Con una sonrisa me perdí en brazos de Morfeo, olvidando la angustia de horas antes, en este día de penas, celos y sorpresas…