Capítulo 2

.

.

Verdes como esmeraldas los ojos se abrieron, se cerraron, el muchacho respiró profundamente y los volvió a abrir.

Se sentó en el borde de la cama y se quedó viendo los rayos de luz que se filtraban por la ventana, miró el viejo reloj de mármol frente a él.

En esa casa todo era viejo, pero se encontraba en perfecto estado y de aspecto elegante, que a nadie le importaría, es más, muchos encontrarían fascinante aquella decoración tan conservadora con piezas de mármol y muebles de caoba.

Pero el joven de dieciséis años de ojos verdes le empezaba a parecer sombría.

Él era un artista, prefería los colores vivos.

Alguien toco la puerta, después de que el dio su consentimiento, entró una mujer joven vestida con el clásico uniforme de sirvienta, negro y blanco, elegante y anticuado como la casa.

Ella dejó la bandeja con el desayuno en una mesita y se disposición a tender la cama mientras el joven tomaba una ducha en la habitación de alado.

Hiccup limpio el espejo de la humedad y se quedó viendo su imagen reflejada.

¿Cuánto más seguiría en ese lugar?

Lo odiaba, era igual a cuando era un niño pequeño sintiéndose solo y abandonado.

Había dejado ese lugar cuando solo tenía nueve años, y tuvo que volver cuatro años después, con la diferencia de que ya no era un niño pequeño que no entendía porque su padre solo lo iba a ver de vez en cuando.

Desayuno solo en su habitación como todos los días, se vistió con el uniforme del colegio al que asistía, pantalón negro, camisa blanca, saco azul oscuro, zapatos negros y corbata roja.

Siempre odiaría las corbatas, no le veía el propósito de dicha prenda además de incomodar.

Fue a tomar su celular que había dejado en uno de los cajones del escritorio.

Le dio una mirada al relicario de plata que encontró entre sus cosas, no le dio importancia, tomó el celular y cerró el cajón.

Salió de su habitación y bajó las escaleras.

Algunos empleados ya se encontraban laborando, le dieron los buenos días, el correspondió al saludo.

Una criatura negra como la noche corrió hacia él.

Su única compañía.

Toothless, su perro.

Esa mañana no vio por ningún lado a su tía abuela, la dueña de la casa y temporalmente de su vida, se sintió aliviado, no estaba de humor para escuchar a esa señora.

Se despidió de su mascota y salió de la casa, un auto negro lo esperaba afuera para llevarlo al colegio, el chofer le abrió innecesariamente la puerta.

Durante todo el trayecto permaneció en silencio contemplando a través del cristal las calles de Londres.

Hace casi tres años que su padre se encontraba en prisión y a él lo habían enviado con su tía abuela que vivía en Londres desde hace más de veinte años desde la muerte de su esposo.

El pasó los primeros años de su niñez ahí, había perdido a su madre a temprana edad, y alguien como su padre no tenía tiempo para ocuparse de un niño pequeño.

Su tía, la señora Amelia, nunca fue una mujer cariñosa o la que le gustasen los niños, nunca tuvo hijos ni deseos de tenerlos.

Nunca se ocupó directamente de su crianza, para eso están las nanas o niñeras, mujeres a las que pagaban por cuidarlo.

Su padre iba a verlo de vez en cuando, era un hombre ocupado después de todo, a veces pasaban meses sin verlo, cuando cumplió nueve años se lo llevó a Sicilia, ya era lo suficientemente grande para comportarse.

Siempre odio la casa de su tía, esa maldita sensación de soledad en cada esquina lo atormentaba. Si, tampoco era agradable vivir con su padre en Italia por obvias razones, pero el volver con su tía era recordar cuando sentía que no le importaba a nadie, atrapado en una casa antigua con reglas casi imposibles de cumplir para un niño.

"No llores" "no grites" "no corras" "no juegues ahí."

Al menos su padre lo dejaba hacer lo que quisiera mientras no fuese peligroso, la culpa de haberlo dejado solo tantos años le hacían cumplir cada capricho del niño, aunque este no tuviera muchos, pero al menos sentía que le importaba a alguien después de todo.

El auto se detuvo, habían llegado a su destino.

Hiccup bajo y como siempre camino al edificio en silencio, no hay amigos que lo reciban, no hay nadie que lo mire, al menos no mientras él se dé cuenta, porque todos sospechan, todos saben que no se le deben a acercar al hijo de un delincuente.

Muchas veces escuchó por los pasillos a chicos hablando de él.

"escuche que su padre está en prisión," "mi padre dice que no debo acercarme a él," "escuche que sabe dónde conseguir drogas"

El solo lo ignoraba, ya estaba acostumbrado, pero nunca faltaron los idiotas que se acercaron a él para saber si de verdad podía conseguir drogas.

Quisiera decirles que a su padre lo arrestaron por tráfico de armas, no drogas. Pero eso no suena mejor.

Oídos sordos Hiccup, oídos sordos, se repetía mentalmente.

Esa tarde llegó el mismo coche a recogerlo, y volvió otra vez a esa casa sombría. Se vio tentado a pedirle al chofer que lo dejara en algún parque, o una tienda, pero el hombre tenía órdenes precisas de llevarlo directamente a casa, y no quería escuchar un sermón de su tía.

.

.

Estaba sentado en el escritorio dentro de su habitación, le daba vueltas al lápiz en su mano, mientras contemplaba el papel blanco.

Toothless dormía tranquilamente a sus pies.

Cuando ya tenía clara la imagen de lo que quería hacer su teléfono vibró.

"Mierda" pensó.

Tomó el dichoso aparato y contesto la llamada.

(¿Se puede saber porque no me has llamado?) Era la voz de una mujer joven al otro lado de la línea.

Hiccup rodó los ojos.

"Cami, revisa tu teléfono, te deje como veinte mensajes de texto y cinco llamadas"

(Idiota, te dije que tengo un nuevo número, te lo envíe hace tres días ¿quién es el que no revisa ¡hmp!?) Contestó la chica.

"Ok, lo siento ¿convenciste a tu madre para no enviarte al internado?"

(Noooo, ya estoy en él, por eso te llamo. Hiccup, lo odio, no me dejan salir cuando quiero, no puedo dormir cuando se me dé la gana y las chicas son tan molestas)

Te entiendo, pensó.

"Creí que te gustaría estar rodeada solo de mujeres, señorita feminazi, te la pasas quejándote de la población masculina del planeta"

Cami era su única amiga desde niños, con el tiempo su amistad se hizo más fuerte, casi la considera una hermana, pero a veces le exasperaba que la chica se haya vuelto tan anti-hombres después de dos relaciones fallidas y soportar a los cretinos con los que se metía su madre.

Claro, él era la excepción porque era como su hermano, y los hermanos no cuentan.

(Muy gracioso Hiccup, pero estas son muy ñoñas, ¡no saben diferenciar el rock del rock and roll!...repararlas va a ser difícil) Hiccup reprimió las ganas de reírse.

"¡ilumínalas, oh gran Camicazi!"Dijo a modo de broma.

La madre de Cami se había enterado de que su hija faltaba demasiado al colegio para irse de aventura y meterse en cada problema, concierto, protestas, fiestas, festivales…

La chica se mete en cualquier cosa que llame su atención, y aunque su madre normalmente la deja hacer lo que le plazca, empezó a creer que era demasiado y decidió enviarla a un internado para señoritas, a ver si la niña sentaba cabeza...y también porque quería irse de crucero con su nuevo amante y su hija no entraba en el plan.

(Bien, ¿qué hay de ti? ¿Has podido comunicarte con tu padre?) Preguntó la chica con voz más seria.

"pues… no, aun no sé nada, solo me dicen cosas como "todo estará bien"...no quiero hablar de eso, mejor dime cuál es tu plan de escape"

(¡Oh te va a encantar! es arriesgado, complicado y asombroso. Conozco a alguien que puede modificar la base de datos de la dirección, y borrar mi nombre del sistema, ese es el paso dos, usar mi increíble habilidad ninja para evadir la seguridad, paso 3, tomar el primer autobús que me lleve a casa, mama no está por lo que no será un problema, buscar la identificación falsa que guardó para emergencia, tomar dinero, sé que me cancelara las tarjetas cuando se entere, y paso 4, tomar el primer vuelo a Londres e iré a fastidiarte la existencia ¡¿qué opinas? ¿No es emocionante?!) Se escuchaba bastante animada.

"Oh sí, muchísimo. Bien Cami, estoy ocupado ahora, hablamos después, suerte con tu misión imposible"

(Ok, bye) ella se despidió e Hiccup termino la llamada, después miró a su perro que ya estaba despierto.

"Te apuesto a que no pasa del primer paso" le dijo.

Tenía que ser sincero, a Cami nunca le resultaban sus planes cuando éstos parecían sacados de películas de espías, dentro de poco la escucharía quejarse de cómo la atraparon intentando escapar y le contaría su plan B, y después el C… hasta llegar a la Z.

Le guste o no, pasaría el resto del año aprendiendo modales.

Hiccup dejo de pensar en eso y mejor decidió concentrarse en su dibujo, no quería pensar en nada, solo en el dibujo que estaba a punto de hacer.

La inspiración había vuelto a él, pero al parecer su lápiz desapareció, después de revisar bajo el escritorio se rindió y buscó otro en uno de los cajones.

Sus manos volvieron a tocar el relicario, eso le trajo recuerdos.

Lo abrió y volvió a ver la fotografía de la chica rubia y sus padres.

Después de dos años no se había deshecho del objeto, el día que volvió al ático para intentar devolverlo de nuevo ella ya no estaba.

Escuchando tras una puerta se enteró de que el padre de la chica había cumplido con el acuerdo, por lo que su hija fue liberada, después el muy cobarde (eso escuchó, no son sus palabras) se había largado con toda su familia devuelta a su país.

Hofferson era su apellido, si mal no recuerda.

Después de escuchar eso, tiro el relicario en un cesto de basura, pero lo recuperó de inmediato, tal vez para él no significaba nada, pero era importante para alguien más, aunque sabía que nunca volvería a su dueña, aun así lo conservó.

Tal vez por respeto, remordimiento, simpatía o…

Porque no quería olvidar como era ella.

El cabello rubio, los ojos azules y la sonrisa…

Bueno, tenía trece años y se podría decir que fue la primera chica que llamó su atención de forma diferente.

Tal vez por eso.

Dejó de pensar en cosas sin importancia y empezó a trazar líneas oscuras en la superficie blanca.

.

.


N/A: Sinceramente lamento el haber tardado para actualizar la historia cuando dije que lo haría una semana después de que la publique, pero motivos de salud me lo impidieron.

Tuve una infección en el ojo y fueron las dos peores semanas de mi vida, mi madre me confisco mi computadora y celular porque según ella, me hacía daño.

:(